Reproducían las formas de vida compartida traídas de madre África.
02/01/2018 - 12:20
Clarin.com Mundo
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“Quilombos urbanos”, la resistencia de los esclavos prófugos que sigue viva en BraEstas comunidades, que nacieron formadas por esclavos prófugos, aún siguen vivas en Brasil.
Brasil
La historia de la esclavitud en Brasil no puede contarse sin otra paralela: la de los quilombos. Centros de resistencia y convivencia de personas esclavizadas que huyeron o se liberaron hasta el siglo XIX, algunas de esas comunidades existen hasta hoy.
Mientras la esclavitud fue legal en Brasil, hasta 1888, la palabra quilombo definía a un grupo de esclavos prófugos.
Según el antropólogo Filipe Juliano, de la Universidade Federal de Rio de Janeiro (UFRJ), ese término viene de la lengua kongo, hablada actualmente en los territorios de Angola y Congo, para definir ‘campamento’.
De acuerdo a la legislación más reciente, son considerados descendientes quilombolas “los grupos étnico-raciales, según criterios de auto-atribución, con trayectoria histórica propia, dotados de relaciones territoriales específicas, con presunción de ancestralidad negra relacionada con la resistencia a la opresión histórica sufrida”.
“Sale, entonces, de una clasificación prácticamente criminal para la de hoy, que es positiva: una comunidad que tiene historia, cultura, comida, música”, explica Juliano.
“Esa definición buena es interesante porque concreta una lucha de los grupos que se identifican como quilombolas”, afirma la antropóloga Marta de Oliveira Antunes, del Museo Nacional de la UFRJ.
Donde hubo esclavitud…
Estas comunidades no son un fenómeno exclusivamente brasileño.
“Quilombos urbanos”, la resistencia de los esclavos prófugos que sigue viva en Brasil
Quilombo Pedra do sal, en Río de Janeiro. En comparación con otras partes del mundo, la cantidad de quilombos en Brasil es enorme.
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“El quilombo surgió en todos los lugares donde hubo esclavitud”, explica Juliano. “Donde hubo esclavitud, hubo resistencia. Entonces, la forma era la fuga, el aislamiento”.
Los “maroons” del sur de Estados Unidos, el “palenque” de Esmeraldas, en Ecuador, los “bushinengues” de la Guayana Francesa y Surinam (ex colonia holandesa) son algunos ejemplos de ese tipo de concentración.
“Pero Brasil es muy grande, el proceso de esclavitud fue muy largo, entonces la cantidad de quilombos aquí es incomparable”, indica Antunes.
El quilombo de Palmares
El más importante de la historia de la resistencia es el quilombo de Palmares, surgido en el noreste a fines del siglo XVI. Esa comunidad llegó a albergar a 30.000 personas, con un elevado grado de organización social y resistencia al poder colonial.
“Palmares es una imagen simbólica muy importante, con nombres de héroes como Zumbi, Dandara. Tiene una dimensión guerrera muy fuerte, de resistencia, de lucha”, afirma la antropóloga.
El Día de la Conciencia Negra, feriado en muchos estados de Brasil, se celebra el 20 de noviembre, en coincidencia con el aniversario del asesinato de Zumbi dos Palmares, en 1695.
“Quilombos urbanos”, la resistencia de los esclavos prófugos que sigue viva en Brasil
Quilombo Pedra do sal, en Río de Janeiro.
El quilombo de Palmares se deshizo, después de guerras y acuerdos, en el siglo XVII, pero se mantiene fuerte en el imaginario nacional, sobre todo entre estos grupos que luchan hasta hoy por existir.
Incluso después del reconocimiento de los descendientes quilombolas en la Constitución Federal de 1988, muchos grupos temían ser identificados como tales.
“El trauma de la esclavitud era tan fuerte que el primer movimiento es repeler y alejarse de cualquier posibilidad de eso”, relata Juliano.
Antunes indica, sin embargo, que las políticas afirmativas -sobre todo a partir del decreto del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en 2003 que reguló la demarcación y la titulación de sus tierras- han ayudado a las más de 2.000 comunidades quilombolas de Brasil a recuperar su autoestima.
“A partir de 2003 empezó a haber varios quilombos con un grado de alfabetización mayor, nuevas funciones y valorización de la comunidad quilombola. Hay un proceso de cambio en la forma cómo se los percibe y esa identidad les ayuda a lidiar con el racismo y a valorizarse”, sostiene.
Fuente: AFP