Hablan de Paro Nacional y marcha hacia la sede de gobierno.
La dirigencia cívica, con representación de siete departamentos reunida en Cochabamba, determinó dar un ultimátum al presidente Evo Morales para que abrogue el Código Penal y decline su repostulación presidencial en 2019 durante su mensaje al país el 22 de enero.
Dan plazo a Evo hasta el 22 para que decline su repostulación y abrogue el Código
Para el Gobierno, la dirigencia revela su agenda política e intenciones golpistas. Los dirigentes cívicos dicen que quieren escuchar al presidente. De no aceptar sus demandas, hablan de paro nacional y de una marcha hacia la sede de Gobierno
Los cívicos recolectan firmas para enviar una carta a la OEA.
La dirigencia cívica, con representación de siete departamentos reunida en Cochabamba, determinó dar un ultimátum al presidente Evo Morales para que abrogue el Código Penal y decline su repostulación presidencial en 2019 durante su mensaje al país el 22 de enero. Esto, para el ministro de Gobierno, Carlos Romero, revela la agenda política de los cívicos, destinada a evitar la repostulación del presidente y también ciertos afanes golpistas, aunque aclaró que no ve ninguna crisis de Estado que haga peligrar la continuidad del mandatario. Esto se da en un día en el que Trinidad vivió un paro tenso, con enfrentamientos menores, en el que los que están en contra del código y de la repostulación se terminaron imponiendo sobre los afines al MAS.
Romero asegura que el presidente está tranquilo, enfocado en su mensaje al país de este lunes, en el que -según la ministra de Comunicación, Gísela López- hará un resumen de los logros de su gestión y de los desafíos de futuro. Romero añadió que hará anuncios importantes y no cree que incluirá las demandas cívicas en el texto.
Juan Flores, presidente cívico cochabambino, señaló que los movilizados quieren escuchar a Evo Morales. “El presidente tiene la oportunidad de pacificar el país este 22 de enero”, dijo.
Explicó que en la reunión estuvieron representantes de los comités y organizaciones de Santa Cruz, Pando, Tarija, La Paz, El Alto, Oruro y Cochabamba. Beni no asistió porque realizaba su paro cívico, Potosí por un problema de transporte y Chuquisaca fue el único comité que no confirmó su presencia. Además del ultimátum, los cívicos amenazan con marchar hasta La Paz, llevando el conflicto a la sede de Gobierno, revocar a los diputados y senadores que aprobaron el código y respaldar a los cívicos de Pando, donde hay un sindicato paralelo.
Romero cree que este pronunciamiento estuvo condicionado por el fracaso de Guido Mitma en sumar a la Central Obrera Boliviana a este conflicto. Ayer, en La Paz, hubo un ampliado de la COB en el que su máximo ejecutivo salió abucheado y dirigentes afines al Gobierno prometieron convocar un congreso de aquí un mes para relevarlo.
Flores asegura que si el presidente no escucha las demandas cívicas, ya no habrá mucho que reflexionar y que los cívicos se volverán a reunir en el valle para definir el día del paro nacional y el lugar desde donde partirá la marcha hacia La Paz.
Para el ministro de Gobierno, que ha sido designado por el presidente para gestionar el conflicto, hasta el momento se han visto paros contundentes en Cochabamba, Santa Cruz y Sucre, pero no así en el resto del país. Los paros de Potosí, Tarija y Beni, según el ministro, fueron parciales. Tarija, al igual que lo hizo Cochabamba, se dará una segunda oportunidad el viernes. Romero añade que la movilización, donde fue exitosa, no fue convocatoria cívica, sino por una movilización ciudadana citadina, que no se articula con el campo y que es muy heterogénea, no tiene liderazgos claros y los grupos que intentan articularlos, como el Comité Nacional de la Democracia o la coordinadora de plataformas que nació en La Paz, no logran hacerlo.
También apuntó que rechazan a los políticos tradicionales, pese a que ellos intentan oficiar de sus voceros. Consultado si con una marcha hacia La Paz se puede peligrar la continuidad del presidente Morales, como sucedió en las movilizaciones de 2003 y 2005, que no fueron por un cambio de presidente pero acabaron en dos renuncias, Romero asegura que no existe una crisis de Estado, como sí la había en esos dos momentos de la historia nacional.
Paro en Beni
A diferencia de los paros en el resto del país, el de Beni fue tenso. La Coordinadora por la Democracia, que convocó la medida, tuvo en frente a la Gobernación de Beni, que organizó a sus seguidores para recorrer la ciudad y tratar de romper el paro. Incluso circuló un video en el que se escucha a alguien desde dentro de la Gobernación de Beni para movilizar a todos los que estaban dentro de la institución. El gobernador, Álex Ferrier, consideró el paro un fracaso, dijo que hubo enfrentamientos y admitió a EL DEBER que había “grupos juveniles que son amigos nuestros, nuestra militancia, nuestra gente de los barrios” movilizados contra el paro. Óscar Saavedra, vocero de los movilizados, aseguró que la medida había sido un éxito, que luego de ver la confrontación la gente salió de sus casas y bloqueó sus calles, se plegó a la medida.
Ponderó el trabajo de la Policía, que evitó mayores enfrentamientos protegiendo en algunos casos a los que apoyaban al paro y luego asegurando el repliegue de los afines del Gobierno cuando fueron superados en número y echados de la plaza José Ballivián. Saavedra dice que el paro fue exitoso, pese a que la Gobernación y el comité Cívico de Beni están en manos del Gobierno y la Universidad Técnica de Beni estuvo ausente.
Romero dice que pese a la movilización las instituciones públicas y bancos trabajaron con normalidad y que la instrucción a la Policía fue evitar a toda costa enfrentamientos. Eso sí, reconoce que los que hoy se oponen al Gobierno han logrado mantener la movilización de forma permanente. Y hoy volverán a Santa Cruz. Se prevé cuatro horas de bloqueos en el segundo anillo.