En el seno de la COB hay dos tipos de dirigentes: unos que se apegan a su historia de independencia política y otros que pretenden convertirla en oficialista. El Gobierno presiona a todos los dirigentes para que el grupo de oficialistas se adueñen de la dirección cobista.
COB: durmiendo con el enemigo
RODOLFO-EROSTEGUI-T
Página Siete
martes, 06 de febrero de 2018 · 00:07
Históricamente, la Central Obrera Boliviana (COB) ha estado confrontada con los gobiernos de turno.
Sin embargo, a diferencia del pasado, ahora no lo hace unitariamente. En la actualidad, sobre todo cuando esta organización se opone a las políticas gubernamentales, algunos sectores que componen la estructura del sindicalismo hacen escuchar su voz de respaldo al Gobierno. Esto nos muestra que la COB duerme con el enemigo.
En otras palabras, en el seno de la COB hay dos tipos de dirigentes: unos que se apegan a su historia de independencia política y otros que pretenden convertirla en oficialista. El Gobierno presiona a todos los dirigentes para que el grupo de oficialistas se adueñen de la dirección cobista. Para el Gobierno, la COB sólo debe dedicarse a la defensa de los intereses laborales. En este punto hay plena coincidencia con los gobiernos neoliberales. Por ello rechazan que esta organización sindical asuma actitudes políticas, como es su tradición.
La injerencia gubernamental se la realiza utilizando a la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam, fundada el año 2007 por el Gobierno). Según declaraciones realizadas el año 2010, por el entonces viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales César Navarro, la Conalcam fue creada fundamentalmente para enfrentar las protestas de la oposición en contra del Gobierno.
También nos dice que es un espacio para analizar las demandas sociales. Pero yo creo que ellos son fundamentalmente los jueces que castigan a los dirigentes sindicales opositores al Gobierno o que provoquen conflictos desestabilizándolos y creando zozobra en los comités ejecutivos sindicales.
También en esta instancia se coordinan acciones para defender al gobierno de Evo Morales. Por todo ello esta organización oficialista se convierte en parte de la estructura política en la que participan dirigentes sindicales, representantes del Gobierno y de la Asamblea Legislativa y, por supuesto, con gente del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Desde la creación de la Conalcam, muchos dirigentes sindicales han realizado denuncias sobre la injerencia del Gobierno, pero siempre quedó en denuncia, pues muchos dirigentes tienen una actividad dual: militan en la COB y también en la Conalcam.
Desde ese sentido, nunca se sabe si el dirigente actúa como cobista o conalcamista. Lo cierto es que la injerencia existe cuando la COB actúa en contra del Gobierno, como fue su participación en la lucha contra el Código Penal. Esta última arremetida gubernamental contra la dirigencia sindical cobista es mucho más fuerte, amenaza con romper desde afuera los estatutos de la COB, que señalan que sólo un trabajador minero puede ser electo como secretario ejecutivo.
Si bien yo no estoy de acuerdo con ese postulado de los estatutos, sólo lo pueden cambiar los cobistas. Pero ahora algunas organizaciones cercanas al MAS y miembros de la Conalcam proponen cambiar esta norma para lograr que sea un dirigente campesino el nuevo secretario ejecutivo de la COB. Así lo expresaron los diputados suplentes del MAS Basilio Huanca y José Mendoza, quienes consideran que se debe cambiar el liderazgo minero de la COB para dar paso a un dirigentes campesino.
Estos diputados y algunos dirigentes campesinos quieren modificar lo que los propios dirigentes cobistas están intentando hacer desde los primeros años de la década de los noventa del siglo pasado.
Si la memoria no me hace alguna travesura, el jueves 1 de febrero la COB organizó la primera marcha pidiendo que el Gobierno no interfiera en el sindicalismo boliviano. Guido Mitma, principal dirigente de la COB, señaló: “Después de 35 años de lucha de nuestra COB, pretenden rifar nuestra COB algunos dirigentes expulsados. Estamos en una gran desventaja con la Conalcam porque ellos tienen el apoyo político y económico, y eso está debilitando a la COB”.
Como algunos dirigentes pertenecen a la COB y a la Conalcam, el comité ejecutivo de la COB difícilmente podrá tener una acción unitaria de todo el sindicalismo como en el pasado. Por ahora hay que esperar el desenlace de esta última arremetida gubernamental.
Rodolfo Eróstegui T. es experto en temas laborales.