Tanto el marxismo como el anarquismo han realizado importantes contribuciones para la creación de este nuevo sustrato ideológico que, sin embargo, va mucho más allá de ambos y aspira a corregir algunas de sus carencias. Se critica, por ejemplo, la orientación estatalista del socialismo soviético porque se parte de la base de que los viejos “estado-nación” son incompatibles con la verdadera democracia. Aunque algunos de los hallazgos del anarquismo en relación a su crítica de los estados nos resultan de franca utilidad, hemos llegado a la conclusión de que el anarquismo tampoco ofrece una verdadera alternativa al modelo que critica
ENTREVISTA AL LÍDER KURDO DEL PKK CEMIL BAYIK
Público.es
Popularmente conocido con el nombre de guerra de Cuma (pronúnciese como /d3u:ma:/), Cemil Bayik ha sido miembro fundador y activo del Comité Central del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) desde 1978. Hace ahora cinco años, fue elegido copresidente del consejo ejecutivo del Kongra Gel, parlamento que aglutina a todos los partidos y organizaciones militares que -desde Irak, Irán, Siria, Turquía y la diáspora- luchan por la liberación del pueblo kurdo bajo la común inspiración ideológica del “confederalismo democrático” o apoísmo. Con tal nombre se designa la doctrina que está marcando el nuevo rumbo ideológico de estos kurdos. Ésta ha sido concebida por su líder Abdula Ocalan durante el tiempo que ha permanecido confinado en una cárcel turca.
Bayik vino al mundo en las proximidades de la ciudad turca de Keban, en 1955 (otras fuentes datan su nacimiento cuatro años antes). Además de ser uno de los tres miembros más destacados del PKK y de su brazo militar -las Fuerzas de Defensa Popular (HPG)-, es tenido por los suyos como una de las voces intelectuales más acreditadas, especialmente tras el arresto y encarcelamiento, en 1999, de Ocalan. Por el mismo motivo, Bayik es también uno de los personajes más odiados y perseguidos por la dictadura turca de Recep Tayyip Erdogan. Junto a sus camaradas Murat Karayılan y Zübeyir Aydar encabezan la lista de enemigos más buscados por el régimen.
Esta persecución se extiende más allá de las fronteras turcas y alcanza, entre otros lugares, a la propia España, dado que tanto la OTAN, como Estados Unidos y la Unión Europea incluyeron al PKK en 2004 dentro del listado internacional de organizaciones terroristas. Esta decisión controvertida y, a juicio de muchos injustificada, fue adoptada como consecuencia de las presiones de Turquía, uno de los socios militares y políticos de Oriente Medio más cortejados por los occidentales.
Nos gustaría conocer las razones por las que, en su opinión, su organización debería ser eliminada de inmediato de esa lista internacional de grupos terroristas.
La organización surgió en Turquía como un legítimo movimiento de liberación y de defensa de un pueblo dividido en cuatro partes y colonizado y oprimido por otros tantos estados. Convertir en terrorista al movimiento que pretende liberar de su cautiverio al pueblo kurdo fue una tergiversación semántica apadrinada por esos mismos estados colonialistas que han dividido y ocupado el Kurdistán. Por otro lado, el PKK ha expresado de manera reiterada su voluntad de luchar por la libertad de los kurdos y del resto de los pueblos que viven en el Kurdistán, de acuerdo a unas bases ideológicas completamente democráticas, alejadas del nacionalismo, y pacíficas. Lamentablemente, la mentalidad de la potencia a la que debemos hacer frente es estatal-nacionalista y tiránica, contraria a la búsqueda de una solución democrática de nuestros problemas. Dadas las circunstancias y la brutal represión a la que Turquía sometió a los pueblos del Kurdistán, no nos ha quedado otra salida que la lucha armada.
¿Pretende usted decir que sólo la vía armada permitía al PKK luchar por los derechos del pueblo kurdo de Turquía?
Juzguen ustedes por sí mismos. Con el mundo entero como testigo, el Gobierno turco destruyó durante la década de los noventa miles de aldeas kurdas; asesinó a decenas de miles de civiles mediante crímenes que atribuyeron a “autores desconocidos”; obligó a migrar forzosamente a más de seis millones de personas hacia las ciudades metropolitanas de Turquía y el resto del mundo. En el transcurso de esos años, se detuvieron a cientos de miles de inocentes, y muchos de ellos fueron torturados y arbitrariamente privados de libertad. En 2015 y 2016, los mismos autores de las masacres precedentes quemaron y destruyeron nuevamente ciudades enteras y asesinaron a centenares de civiles. La guerra que viene librando el movimiento de liberación kurdo tiene por finalidad el defenderse de esas fuerzas que han masacrado a un pueblo inocente. A pesar de ello, nos hemos esforzado, y seguiremos haciéndolo, por evitar cualquier tipo de acción militar que perjudique a los civiles.
“Jamás ha formado parte de nuestra estrategia el utilizar la violencia contra civiles o en entornos ocupados por civiles”.
Es cierto, sin embargo, que algunas de sus acciones se han cobrado víctimas civiles posteriormente utilizadas para justificar la inclusión del movimiento en el listado de organizaciones terroristas.
Nuestra resistencia armada es legitima desde su surgimiento porque respeta el convenio de Ginebra. Así se hizo saber de manera oficial a través de un documento suscrito en 1994. Si analiza usted todas nuestras acciones militares comprobará, por un lado, que hay una línea que se mantiene y respeta desde hace treinta o cuarenta años: toda nuestra lucha tiene por finalidad debilitar o desactivar las estructuras militares de las fuerzas colonialistas a las que combatimos. Todas las acciones han estado dirigidas contra las fuerzas de seguridad de Turquía, contra sus policías, espías y soldados. Jamás ha formado parte de nuestra estrategia el utilizar la violencia contra civiles o en entornos ocupados por civiles. Es verdad que, en el contexto de la guerra que sostenemos se han producido algunos acontecimientos desafortunados, pero nunca de forma deliberada. En el pasado, se dieron casos de civiles afectados por algunas de nuestras acciones, pero siempre nos hemos excusado por ello y hemos investigado a sus responsables. No hay ni una sola de nuestras acciones militares que puedan ser calificadas en rigor de “terroristas” de acuerdo a los criterios de la comunidad internacional. Por otro lado, a pesar de que la mayor parte de los países de Occidente apoyan de facto a Turquía, el PKK no ha utilizado nunca la violencia contra sus intereses ni los ha considerado jamás como objetivos militares.
Resulta paradójico que algunos países como Estados Unidos hayan colaborado estrechamente en materia militar con sus hermanos kurdos de Siria -las YPG- en la guerra contra el Daesh mientras mantienen al PKK en su listado de grupos terroristas.
Tanto los Estados Unidos como sus aliados occidentales saben que el PKK ni es ni merece ser considerada una organización terrorista. El incluirnos en ese listado fue una decisión meramente política que tenía por finalidad el contentar a Turquía y no poner en peligro las relaciones económicas y políticas con este país, miembro de la OTAN, al que los occidentales confieren una importancia singular.
¿Tienen ustedes constancia de que los Estados Unidos condicionaran la ayuda militar a sus hermanos kurdos de Siria a alguna concesión relacionada con el PKK?
Hemos escuchado que los EEUU han estado presionando a las YPG en asuntos relacionados con el PKK, pero lo cierto es que no tienen ninguna oportunidad de obtener nada ejerciendo estas presiones.
Y a la inversa, ¿han intentado sus hermanos de Rojava el servirse de su alianza con Estados Unidos para persuadir a Washington de que cambie su postura respecto al PKK?
No importa lo que las YPG le digan a los EEUU, dado que estos actuarán según sus intereses, como han hecho hasta ahora. El mundo capitalista se basa en intereses. En relación a las políticas hacia Oriente Medio, no podemos esperar ningún enfoque sostenido sobre valores morales. El mundo sabe que la lucha del PKK es una lucha por la libertad, pero eso, a la postre, carece de importancia.
“No tenemos ningún contacto con nuestro líder, ni disponemos de información reciente sobre su situación. Hace ya casi 7 años que Ochalan no ve a sus abogados”.
Curiosamente, hubieron de transcurrir más de treinta años desde su creación hasta que la organización fue incluida en el listado de organizaciones terroristas. ¿Por qué entonces, y no antes?
Esa es, sin duda, una interesante cuestión. El surgimiento del PKK data de los años 80 del pasado siglo y no fue incluida en ese listado hasta 2002, cuando ya habían cesado los enfrentamientos y las fuerzas guerrilleras se había retirado fuera de las fronteras de Turquía. Es decir, que el PKK pasó a ser considerada terrorista entre 30 y 35 años después del nacimiento de esa organización, y tras un largo tiempo de lucha. En el tiempo que va desde su nacimiento hasta su inclusión en ese listado se llevó a cabo una enorme resistencia y fueron sostenidos grandes combates, con numerosas acciones. Entonces, ¿por qué fue precisamente en aquellas fechas si no había ninguna circunstancia especial que justificara semejante decisión? Haga memoria. Fue en 1999 cuando se puso en marcha un compló que condujo a la captura y posterior encarcelamiento de nuestro líder, Apo Ochalan. El objetivo de semejante acción era, lógicamente, liquidar al PKK y sus valores. Pero no consiguieron sus fines y, por el contrario, Apo transformó la celda donde le confinaron en un espacio para el pensamiento. Por supuesto, aquella apuesta por la ilegalización fue el resultado de los intereses políticos de varios países occidentales a quienes convenía contentar a sus socios turcos.
A propósito de su líder Abdula Ochalan, se rumorea que hace años que nadie ha sido autorizado a visitar su celda o conversar con él, en la cárcel turca donde se le tiene confinado en solitario, desde hace diecinueve años.
No tenemos ningún contacto con nuestro líder, ni disponemos de información reciente sobre su situación. Hace ya casi 7 años que Ochalan no ve a sus abogados. Desde el 5 de abril de 2015, ni delegaciones políticas ni las instituciones de derechos humanos han sido autorizadas a verlo. Sólo en el verano de 2016 se permitió una breve visita del hermano, en respuesta a las multitudinarias demandas del pueblo kurdo. El aislamiento impuesto al líder Apo en la cárcel de İmralı es bien conocido y consentido por los EEUU, Europa e incluso algunas instituciones internacionales. Si el estado turco sigue una política de aislamiento tan estricta, se debe justamente a ese silencio cómplice. Las organizaciones que deben asumir la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las leyes internacionales han guardado total silencio respecto a las condiciones de su confinamiento. El verano pasado se dijo que el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT) estuvo en İmralı. Sin embargo, el CPT no ha proporcionado ninguna información sobre esta supuesta visita. Tampoco tenemos conocimiento de la salud de nuestro líder Apo. Claramente, crear una prisión con un solo recluso y mantenerlo en esas condiciones inhumanas es una venganza en toda regla contra Ochalan y el PKK. Sobre el líder Apo se ha ejercitado una guerra psicológica sin precedentes en la historia mundial.
Muchos medios occidentales de comunicación suelen referirse todavía al PKK como una organización marxista pese a que el llamado “apoísmo”, el pensamiento sobre el que sustentan su acción política, ha modificado profundamente su orientación ideológica hacia postulados cercanos al anarquismo. ¿Es el nuevo PKK una organización de inspiración anarquista?
Tanto el marxismo como el anarquismo han realizado importantes contribuciones para la creación de este nuevo sustrato ideológico que, sin embargo, va mucho más allá de ambos y aspira a corregir algunas de sus carencias. Se critica, por ejemplo, la orientación estatalista del socialismo soviético porque se parte de la base de que los viejos “estado-nación” son incompatibles con la verdadera democracia. Aunque algunos de los hallazgos del anarquismo en relación a su crítica de los estados nos resultan de franca utilidad, hemos llegado a la conclusión de que el anarquismo tampoco ofrece una verdadera alternativa al modelo que critica. Y lo mismo cabe decir respecto a las aportaciones de Marx y Engels; es cierto que la lucha de clases es una de las variables relevantes que hay que considerar en la defensa de la sociedad, pero entendemos que el marxismo dejó a un lado otras cuestiones de importancia como la ecología o la liberación de las mujeres. En resumen, hemos reformulado el socialismo de acuerdo a un ideario de elaboración propia al que llamamos “paradigma de la sociedad de las mujeres libres, democrática y ecologista”. Como verá, nuestro ideario se beneficia de muchos de los hallazgos intelectuales realizados por marxistas, anarquistas, verdes o feministas, pero posee, al mismo tiempo, notables diferencias con todos ellos.
Se diria, a tenor de lo que afirma, que el pensamiento de Murray Bookchin ha tenido gran influencia en su línea de hoy. De hecho, suele decirse que Ochalan llegó a cartearse con Bookchin antes de la muerte de este último. ¿Se sienten ustedes cómodos retratados de ese modo?
Murray Bookchin ha realizado una importante contribución en la formación del paradigma de nuestro líder. Su análisis sobre el confederalismo y la ecología son importantes. También hay influencias de Wallerstein, Nietzsche, Foucault, Gunter Frank y muchos otros intelectuales, socialistas, filósofos, revolucionarios, anarquistas. Considerados uno por uno, ninguno ha sido determinante a la hora de desarrollar su paradigma.
Me pregunto si han renunciado ustedes a la lucha nacional de los kurdos por razones puramente coyunturales.
En verdad, no hemos renunciado a la lucha para la liberación nacional de los kurdos. Lo que nosotros decimos es que, definitivamente, esa lucha no tiene por finalidad la construcción de un nuevo “estado-nación” kurdo que reemplace al precedente porque inevitablemente, estos sólo han sido portadores de opresión, explotación y violencia. Somos un movimiento que ideológica, teórica y pragmáticamente rechaza la forma “estado” y apuesta por una fórmula confederal basada en la comuna, en una democracia genuina y horizontal. Si no actuaramos de ese modo, correríamos el peligro de oprimir a otras identidades y culturas.
Lo que defienden, en tal caso, si no le entiendo mal, son estados plurinacionales que otorguen autonomia a los distintos pueblos que los habitan y que les permitan a estos decidir de acuerdo a un sistema democrático basado en las comunidades locales.
Lo que decimos es que es un error pensar que la lucha para la liberación nacional de un pueblo no es tal si no tiene como objetivo la creación de otro estado-nación. De hecho esta mentalidad es la del capitalismo y de la burguesía nacional y ha hecho mucho daño a la gente. Ahora estos problemas se están intentando resolver con un enfoque federalista que reconozca la existencia de autonomias locales.
El PKK desaprueba, en tal caso, el referendum para la independencia organizado por Barzani o, al menos, los términos y el modo en que se ha desarrollado este proceso, de acuerdo a los clásicos postulados del nacionalismo.
La principal razón por la que los derechos de los kurdos en Irak no se hallan garantizados es porque este no es un estado democrático. En otras palabras, los kurdos en Iraq han puesto sus avances en peligro porque no han sabido democratizar su sociedad. Si observa, por ejemplo, la cuestión de Kirkuk y otras áreas disputadas asi como la ocupación de estas áreas por el ejercito iraquí, verá que es el resultado de un enfoque nacionalista de los poderes políticos del sur del Kurdistán. Si los Gobiernos kurdos [de Erbil y Suleimania] actuaran de acuerdo a nuestros criterios lograrían mucho más y tendrían mas impacto en la política de Irak. El estado-nación es una fuente de problemas. No es correcto ni aceptable dividir con fronteras y enemistar a pueblos que han compartido durante siglos el mismo territorio. Mucha gente cree, no obstante, que reforzar la orientación nacionalista de una lucha es el mejor modo de defender a un pueblo. Eso es un error de peso.
En otras palabras, creo entender que ustedes no han renunciado a luchar por la liberacion de su pueblo, pero sí a buscar respaldo intelectual en esos principios nacionalistas que, por ejemplo, han inspirado a Barzani o al grueso de las formaciones independentistas de España y Occidente.
El nacionalismo daña, de hecho, a los pueblos oprimidos. Si lo piensa bien, los movimientos socialistas y de liberación nacional del siglo XX sostenían que su objetivo era la libertad y la democracia. Sin embargo, no han obtenido nada. Tenemos que admitir que muchos kurdos piensan todavía en términos de ese paradigma del siglo XX cuando se habla de derechos nacionales, y eso es algo que no se puede cambiar tan fácilmente. Por eso la gente en el Kurdistán sur ha apoyado el referéndum organizado por el PDK, pero ahora muchos se están arrepintiendo de haber brindado ese apoyo. Quiero decir que nacionalismo y “el ser kurdo” o la libertad y el estado-nación no son compatibles. Estamos intentando dejar a un lado todas esas mentalidades superadas.
Como usted sabe, la vieja izquierda europea tiende a ser casi furiosamente atea y anticlerical. ¿Cual es la posición oficial del PKK en relación a la religión y el Islam?
Tenemos que aceptar el animismo, la mitología y la religión como parte del desarrollo humano. Lo más sabio es analizar los aspectos positivos y negativos del mundo ideológico, cultural y religioso de las sociedades precedentes para preservar lo bueno, si lo hubiere. Es totalmente incorrecto abordar las cuestiones relacionadas con el Islam en términos de rechazo completo o absoluta aceptación. No se trata de estar a favor o en contra de la religión. No es esa la cuestión. Hay que diferenciar lo que llamamos el Islam cultural del político. El primero tiene aspectos positivos; atañe a la moralidad, la ética y los valores. Sus rituales son culturales. Es practicado ampliamente por millones de creyentes de la comunidad islámica y no entraña peligros. Sin embargo el Islam político es más peligroso. Es el Estado que quiere utilizar la religión para sus luchas de poder. Si logramos democratizar nuestras sociedades, los aspectos más dogmáticos y conservadores del Islam podrán ser fácilmente reemplazados por valores seculares.
Y ya que menciona usted el asunto del uso del Islam por el poder… existen cientos de pruebas y documentos que demuestran que el régimen de Erdogan apoyó abiertamente, desde el comienzo del conflicto, a los yihadistas del Estado Islámico.
En efecto, nadie ignora los vínculos de Ankara con Al Nusra y especialmente con el Daesh. No hay necesidad de pedir documentos. Todo tuvo lugar ante los ojos del mundo. El Daesh, como se lee en los informes de las instituciones internacionales, utilizó fertilizante proveniente del Estado turco para hacer explosivos. Por otro lado, tanto los EEUU como sus aliados saben que muchas de las armas proporcionadas al Ejército de Siria Libre acabaron en manos del Daesh y Al Nusra gracias a la intervención de Turquía. Desde el norte de África a Europa o el Cáucaso; desde Asia Central o la zona de los uigures chinos hasta muchos otros países, se estima que entre quince y veinte mil yihadistas se sirvieron de Turquía para ir a Siria e Irak. ¿Hay quien pueda negar eso? ¿No es eso suficiente para demostrar la complicidad de Erdogan con esa banda de criminales? ¿Qué otros documentos se necesitan? Existen innumerables testimonios y pruebas gráficas de cómo Hatay, Antep y Urfa se utilizaron como puntos de tránsito y de apoyo logístico. Oficialmente, los campamentos se establecieron para ayudar a los refugiados sirios, pero el MIT se infiltró para controlarlos. Todo el mundo sabe en estas ciudades que los campamentos eran las bases de los salafíes. Por otro lado, miles de jóvenes, personas vinculadas al MIT y a otras organizaciones procedentes de Turquía, se han trasladado a Siria. En Turquía también se han curado muchos miembros del Daesh y de Al Nusra heridos durante los combates. Merced a todo ello, el AKP ha estado en condiciones de utilizar, dirigir o influir sobre ambas organizaciones desde el comienzo de la guerra.
Les ayudó, claro está, con el fin de dinamitar la llamada “revolución de Rojava”…
Así es, incluso utilizó a los yihadistas en el interior de su país para reprimir a los disidentes y a los kurdos. El Daesh ha sido responsable de masacres que han provocado la muerte de cientos de personas dentro de las fronteras de Turquía. Los objetivos fueron las fuerzas democráticas y los kurdos que se expresaban en contra del gobierno del AKP. En los últimos tiempos, las tácticas han cambiado debido a la derrota del Estado Islamico. Pero hasta hace un par de años, ni al Daesh ni a Al Nusra se les llamaba terroristas en Turquia. Se utilizaba el eufemismo de “adolescentes enojados”. Ahora que el Daesh está prácticamente derrotado, Turquía ha comenzado a referirse a él como grupo terrorista con el fin de obtener ventajas políticas de los aliados que combaten a los yihadistas en la región. El mundo entero sabe que el estado turco utilizó como excusa la lucha contra los yihadistas para intervenir militarmente en Siria y, una vez en el país vecino, dirigió su ejército contra los kurdos de allá, a quienes también considera terroristas, pese a que ningún otro pueblo se ha destacado de una forma mas notable en la lucha contra los salafíes. Tanto EEUU como la Unión Europea sabían que Turquía tenía una relación muy estrecha con el Daesh. Sin embargo, los intereses de las potencias internacionales se han antepuesto a cualquier otra consideración de tipo ético.
Como dice usted, son bien conocidos los vinculos pasados de Turquia con los yihadistas pero ahora que estos han sido derrotados, ¿tienen ustedes constancia de que Ankara siga colaborando con los terroristas ayudándoles a escapar del cerco?
Turquía todavía tiene vínculos con el Daesh en Siria e Irak. Hay una organización muy seria del Daesh en Turquía. La política del gobierno actual en Turquía ha producido un peligroso Daesh interior, ha creado un clima de opinión favorable a sus ideas y ha alentado a los sectores de población que simpatizan con los postulados de los salafíes. Por el momento, no han sido utilizados por el AKP contra los oponentes de su gobierno, pero está claro que disponen de la posibilidad de hacerlo y cuando sea preciso, se servirán de ellos para atentar contra la gente y contra la humanidad entera. Creando constantemente enemigos externos, hablando de la animosidad contra el Islam, Tayyip Erdogan y el gobierno del AKP-MHP han ofrecido al Daesh un perfecto escenario para que germinen y se fortalezcan sus ideas. Es cierto que han llevado a cabo algunas publicitadas operaciones contra ellos, pero su principal objetivo no es combatirlos, sino maquillar la verdadera naturaleza y simpatías del régimen. Cabe señalar también que después de la derrota del Daesh, son muchos los yihadistas que han regresado a Turquía. Una parte de ellos se han quedado alli bajo el control del MIT, mientras que otros se han trasladado a Europa o a Asia. Todos estos terroristas que han escapado a Europa, Rusia, China, el norte de África, Canadá y Estados Unidos están pasando por Turquía a través de Hatay. Muchas asociaciones y organizaciones no gubernamentales de esa ciudad están siendo utilizadas como cobertura para protegerlos y enviarlos a diferentes destinos de Oriente y Occidente. El Daesh también ha sido derrotado en Irak y muchos yihadistas huidos de Mosul y otros lugares se están diseminando por todo el mundo utilizando Turquía como vía de escape y paso. Para facilitar el tránsito, han creado algunos corredores. No estamos especulando. En los últimos tiempos, muchos miembros del Daesh fueron arrestados o se rindieron en Rojava. Sus confesiones confirman una y otra vez que han recibido apoyo de Turquía. Y ello por no hablar del hecho de que el Estado Islámico se financió, en buena medida, gracias a la venta de petróleo a Turquía.
Y mientras tanto, el Gobierno de Turquía dice que no hay ninguna diferencia entre el PKK y el PYD-YPG de Siria. ¿Es en verdad el PYD una mera extensión de su organización?
El PKK no tiene un interés directo en la revolución de Siria ni ejerce un impacto organizacional en las decisiones que se toman allí. La relación del PKK con la revolución de Rojava es de apoyo moral. El paradigma o nuevo rumbo ideológico que Rêber (el presidente) Apo ha desarrollado no sólo atañe al PKK y a los kurdos. Su propuesta política es también válida para el resto de los pueblos del Medio Oriente y, en realidad, para la humanidad entera. Es perfectamente comprensible que muchos hagan suyo ese ideario. Los revolucionarios de Turquía así como los españoles podrían también buscar inspiración en él. Y si en España naciera una organización influida por la propuesta ideológica de Apo, ¿se le acusaría de ser parte del PKK? Lo mismo cabe decir de la relación entre este y el PYD. Decir que es lo mismo que el PKK es distorsionar la realidad.
Se diría que lo que el Estado turco pretende es extender la consideración de terrorista a las fuerzas kurdas que han peleado mano a mano, en Siria, con Estados Unidos y el resto de potencias aliadas.
Sí, claro.Turquía también quiere ahogar la revolución en Rojava intentando establecer un vínculo con el PKK, y presionando a Occidente para que, por esa vía de asociaciones, se incluya al PYD en la lista de organizaciones terroristas. Turquía quiere que otros países se expresen en contra de la revolución de Rojava. La asociación del PKK con el PYD está definitivamente relacionada con la hostilidad hacia los kurdos. Si se piensa friamente, también es lógico que los turcos inviertan tanto esfuerzo en difundir la idea de que el PKK es una organización terrorista. De esa manera, está tratando de legitimar la persecución a la que ha sometido al pueblo kurdo. Por otra parte hay que subrayar que la revolución en Rojava no tenia como objetivo a Turquía. Por el contrario, es el Estado turco el que bombardea constantemente las áreas del norte de Siria [con posterioridad al cierre de la entrevista, se produjo la invasión de Afrin]. Es responsable también del asesinato de muchas personas en la frontera. Ankara tiene asumido que si los kurdos de Siria consiguieran afianzar su proyecto democrático, socavarían gravemente su régimen genocida.
Es conocida, sin embargo, la presencia de combatientes del PKK en el territorio sirio, y el apoyo que estos han prestado a la defensa del norte del pais, frente a la amenaza yihadista. El caso más conocido fue el de Kobane.
Cuando estalló la crisis política en Siria, algunos combatientes jóvenes y algunos mandos del PKK acudieron a Rojava en respuesta a la llamada de auxilio de sus hermanos sirios. Entendieron, por así decirlo, que la magnitud de aquella crisis asi lo aconsejaba. El momento más álgido fue la crisis de Kobane. Cuando la ciudad estaba bajo asedio por parte del Daesh, cientos de simpatizantes del PKK se trasladaron a ella para ayudar a sus hermanos sirios a impedir que cayera bajo el yugo de los yihadistas. Aparte de eso, no hay combatientes oficialmente enviados a la Federación del Norte de Siria por la organización.
Es conocida también la intervención de las fuerzas militares del PKK, en auxilio de los yazidíes iraquies de Sinyar. Son justamente esos hechos los que ustedes ponen sobre la mesa a la hora de hacer valer sus derechos sobre ese territorio ante Bagdad y Erbil.
Está claro que los guerrilleros del HPG salvaron de la vergüenza no sólo a los gobiernos iraquíes y del sur del Kurdistán, sino a todo el planeta. El mundo entero tiene que agradecer a la guerrilla del HPG el haber rescatado a los yazidis de un holocausto, en agosto de 2014. Esta intervención no fue casual. La verdad es que ni el ejército iraquí ni los peshmergas del PDK los defendieron del ataque de los yihadistas. ¿Es aceptable, por lo tanto, que ahora pretenda mantenerse el estatus del territorio de Sinyar tal y como estaba antes del ataque y de su abandono a merced del Daesh, el 3 de agosto de 2014? Visto lo sucedido, el PKK tiene la responsabilidad de permanecer en Sinyar y sus aledaños, al menos, hasta que los yazidíes sean capaces de crear unas fuerzas eficientes de autodefensa. Nosotros asumimos esta responsabilidad en nombre de toda la humanidad y tras la intervención de la guerrilla, nuestros combatientes ofrecieron todo su apoyo al pueblo yazidí para organizar su autogobierno y crear unidades militares, conocidas con las siglas de YBS. En estos momentos, se cuentan por miles el número de milicianos que forman parte de ellas. Algunos cientos de guerrilleros del PKK brindan capacitación y mantienen algunos lugares estratégicos.
Ustedes poseen también un fuerte contingente militar en la zona de Kandil, bien es verdad que todo son especulaciones a la hora de estimar el número real de sus hombres y mujeres.
Todos aventuran una cifra cuando se trata de concretar la magnitud de nuestra fuerza en Kandil. Según el Estado turco hay unos siete u ocho mil guerrilleros. Los observadores externos dicen que hay más de 10 mil milicianos. También tenemos unidades en muchas otras áreas. Cuando se agregan, se entiende que estamos hablando de un número significativo. En Irak, nuestras fuerzas militares están presentes igualmente en Majmur y sus aledaños porque el Daesh también atacó allí. Fue la milicia popular la que rechazó ese ataque con la ayuda de los guerrilleros que acudieron en su auxilio. De ese modo, impidieron que el Daesh capturara Hewler (Erbil). A día de hoy, también están desplegados en el área varios cientos de guerrilleros con el fin de proteger la zona. Está claro que la presencia de la guerrilla es valiosa tanto para los kurdos como para la humanidad. Sólo los turcos lo ponen en duda.
“Que eventualmente se hayan establecido alianzas con ciertos ejércitos extranjeros que combaten al Daesh no implica en ningún caso que se hayan realizado concesiones políticas en otras esferas”.
Hay quien sostiene que la revolución de Rojava ha sido “robada” o “secuestrada” debido a la colaboración con los Estados Unidos en la lucha contra el Daesh. Más de un titular se referia con sorna a las YPG como los “anarquistas de la OTAN”. ¿Piensa que las servidumbres de la guerra ha obligado a sus compañeros a hacer concesiones?
La guerra no fue una elección. Se nos impuso. Tan pronto como la revolución de Rojava comenzó a andar, se echaron encima de los kurdos de Siria, primero, los de al-Nusra y luego los del Daesh. A la postre, lo que estaba en juego en ese conflicto era la propia supervivencia de los kurdos y los pueblos que con ellos conviven. Rendirse no era una opción porque equivalía a abandonar a la población a la merced de esos asesinos. A medida que el conflicto se enquistaba, el Daesh se convirtió en una fuerza que no sólo amenazaba a los kurdos sino a la humanidad entera. Eso indujo a otros países a implicarse en el conflicto y, por añadidura, estableció conexiones entre algunas de las fuerzas que combatían a ese enemigo común. Que eventualmente se hayan establecido alianzas con ciertos ejércitos extranjeros que combaten al Daesh no implica en ningún caso que se hayan realizado concesiones políticas en otras esferas. Ninguno de esos países con los que se ha colaborado sobre el terreno está en disposición de “secuestrar”, como usted dice, el desarrollo de la revolución.
Desde algunos sectores occidentales de izquierda, y entre amplios sectores de la opinión publica árabe, se ha criticado asimismo la colaboración de las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), que lideran las YPG, con Damasco.
Por supuesto la guerra in Siria y las condiciones políticas que se han creado complicaron el escenario político y restringieron el margen de maniobra. La revolución de Rojava debía luchar contra el Daesh para garantizar su supervivencia y, con tal fin, debía mantener una política de no enfrentamiento con las otras fuerzas que combaten al Daesh o, eventualmente, crear pactos coyunturales con las otras fuerzas que lo combaten.
Cuesta creer que los Estados Unidos no establecieran condiciones…
Por supuesto que los EEUU y otras fuerzas han tratado de desviar la linea de la revolución, de tomar el control. Lo han intentado pero se han estrellado contra unas convicciones ideológicas basadas en el pensamiento de Ochalan que a los kurdos les resultan irrenunciables. Hay un sistema político y social que se está implementando, con o sin guerrra, y a pesar de todas esas alianzas. Volviendo al asunto de las relaciones con Damasco, el pueblo kurdo no quiere que Siria sea dividida. Lo que defiende es la democratización de Siria dentro de un país unido, donde los kurdos y el resto de los pueblos que lo habitan puedan convivir libremente, en paz y prosperidad, ejerciendo su derecho al autogobierno mediante fórmulas de autonomía. La verdadera fortaleza de la revolución de Rojava no estriba en lo militar, sino en sus fuertes e irrenunciables convicciones ideológicas. Por otro lado, la revolución de Rojava se ha fortalecido durante la guerra, tanto militar como ideológicamente. Sirviéndose de ambas herramientas podrá luchar contra estos poderes que, como Siria o muy especialmente Turquía, quieren desviar la revolución de su carril o aplastarla militarmente [las premonitorias palabras del líder del PKK se concretaron días después de esta entrevista en la invasión turca de Afrin]. Por eso la revolución está fortaleciendo su capacidad de defensa también a través de alianzas. Todos, Siria, Rusia, EEUU, están inmersos en una lucha de poder sobre este territorio. Todos buscan crear una Siria a la medida de sus intereses Por eso el conflicto continuará. Quizás los revolucionarios de Rojava no logren implementar todos los aspectos de este sistema que plantean, pero aun así, su propuesta modificará para bien Siria y Oriente Medio, y jugará un papel importante en el desarrollo de la región. Ni EEUU y Rusia están en condiciones de exigir el secuestro o la liquidación de la revolución ni por medios militares ni a cambio de su apoyo.
“Es público y notorio que muchos de estos kurdos están involucrados en organizaciones democráticas, pero no confundamos las cosas: dichas organizaciones no pertenecen directamente al PKK”.
Se ha extendido el rumor entre los, digamos, círculos kurdófilos de España de que su partido, el PKK, proyectaba incrementar su presencia en España.
Represión, persecución política y precariedad económica han empujado a nuestra gente a dejar su patria en dirección a las áreas metropolitanas de Turquía y en general, a todo el mundo y en especial, hacia Occidente. Hay kurdos en Alemania, Holanda, Bélgica, Inglaterra y, por supuesto, España. Es público y notorio que muchos de estos kurdos están involucrados en organizaciones democráticas, pero no confundamos las cosas: dichas organizaciones no pertenecen directamente al PKK.
Por expresarlo de otro modo, ¿simpatizan con ustedes algunas de estas organizaciones presentes en España?
Es conocido que hay kurdos en España y que estos también afrontan problemas sociales y económicos, los propios de su condición de refugiados o los habituales entre una comunidad que trata de proteger su propia cultura e identidad. Y es lógico y probable que muchos de ellos compartan nuestros puntos de vista sin que ello signifique que formen parte de nuestra organización, cuyo único ámbito territorial de actuación es Turquía. Hay amigos de los kurdos en Alemania, en Francia, en Inglaterra, en España y en América del Sur. Especialmente, hay buenas relaciones entre las mujeres kurdas y los movimientos feministas de Europa. ¿Puede haber algo mas agradable que establecer relaciones entre el pueblo de España y el pueblo kurdo basadas en los valores de libertad y democracia? ¿Acaso los españoles no veis con buenos ojos que se haya producido esa corriente de simpatía recíproca?