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Afinan estrategia independentista los CUP de la izquierda rebelde en Cataluña

El Confidencial :: 17.02.18

apostar y centrar la mayor parte de nuestros esfuerzos en articular una propuesta de municipalismo rupturista y de liberación, basado en un proyecto de soberanía real de las clases populares y parte integral de las redes de contrapoder popular que se han de integrar en el proyecto de Unidad Popular”. Por eso, proponen “el impulso de un municipalismo de ruptura con el horizonte de las elecciones municipales del 2019 y el desarrollo de una institucionalización propia en el conjunto de los Països Catalans sobre la base del despliegue de soberanías

ABRIR FRENTES AL GOBIERNO
Los ‘duros’ de la CUP se hacen con el mando y planean impulsar la movilización popular
No creen en la transversalidad del proyecto de Carles Puigdemont ni de ERC y se augura su intransigencia en las demandas sociales y políticas de la CUP para apoyar al próximo Govern

ANTONIO FERNÁNDEZ. BARCELONA

17.02.2018 – 05:00 H.
Los ‘duros’ de la CUP ya controlan la cúpula de la organización después de un proceso de elecciones internas que ha llevado a la candidatura cercana a Endavant a copar el secretariado del partido este jueves. Los ‘duros’ de la organización no creen en la transversalidad del proyecto de Carles Puigdemont ni de ERC y se augura su intransigencia en las demandas sociales y políticas de la CUP para apoyar al próximo gobierno catalán… si las dos fuerzas mayoritarias se ponen primero de acuerdo.

Ahondando en la estrategia que ya había comenzado a aplicar en los últimos meses, la nueva CUP tiene muy claro cómo ha de marcar perfil: “Es importante continuar siendo críticos, de manera pública y no sólo de puertas adentro, con el proyecto de transición a la República del soberanismo transversal (con la seguridad jurídica y pasando de la ley a la ley), ya que paraliza las acciones políticas y movilizaciones sociales necesarias para consumar la ruptura y construir la República”. Este pequeño detalle augura tiempos de estrés para el resto del independentismo (o sea, para JxCAT y ERC), afanado en ampliar la base social y en presentar las candidatura mayoritarias como las más transversales de la política. Y, además, la reflexión es, en realidad, una apuesta por la unilateralidad y la exigencia de desobediencia a las leyes y a los tribunales españoles, ya que rechaza la política de “ley a ley” propugnada por ERC.

La CUP endurecerá su postura para dar luz verde al próximo presidente catalán
ANTONIO FERNÁNDEZ. BARCELONA
Ya ha puesto sobre la mesa tres condiciones: el próximo ‘president’ tiene que implementar la República, rechazar las sentencias del TC y volver a poner en vigor las leyes anuladas
Ante ello, su plan de trabajo parece claro: impulsar la movilización popular, situando a los Comités de Defensa de la República (CDR) en el centro de la acción. “Es fundamental mantener a los CDR como espacios de autoorganización popular que permitan defender las conquistas populares y los instrumentos de construcción nacional”. Y advierten de que “después del encarcelamiento de ‘los Jordis’, y con una situación de falta de liderazgo del movimiento por la autodeterminación de Cataluña, una de las aportaciones clave de los CDR al movimiento es la horizontalidad en el funcionamiento y la toma de decisiones”.

Diputados veteranos
En el nuevo secretariado han entrado ahora dirigentes como los exdiputados Mireia Boya, Eulàlia Reguant, Albert Botran, Joan Garriga o Mireia Vehí. Además, estará en el mismo el concejal de Girona Lluc Salellas, hermano del exdiputado Benet Salellas. El secretariado, que es el órgano máximo de dirección y el que coordina la gestión política, consta de quince miembros. Había dos candidaturas colectivas, cercanas a Endavant y a Poble Lliure, mientras que cuatro candidatos se presentaban de manera individual. La candidatura de Endavant obtuvo el 56% de los votos, mientras que la de Poble Lliure se quedó con el 41%.

Benet Salellas, diputado de la CUP en la última legislatura, durante el mítin. (D.B.)
Benet Salellas, diputado de la CUP en la última legislatura, durante el mítin. (D.B.)
En la hoja de ruta que tiene la candidatura ganadora (en la que se encuadran Reguant, Vehí y Garriga y que tiene como suplente a Benet Salellas) se advierte que “la situación generada a partir de la respuesta represiva del Estado español a la Declaración del 27 de octubre [la declaración de independencia aprobada en el Parlament], así como el repliegue estratégico de buena parte del campo republicano a partir de entonces dibuja un escenario de grandes dificultades para los próximos tiempos al conjunto de los Països Catalanas. El nacionalismo español actúa cada vez con menos complejos, al tiempo que despliega el programa económico de la Troika con poca oposición”.

Ello, unido al bajón electoral de la CUP (pasó de 10 a 4 diputados) hace prever un drástico cambio de estrategia. “Después de una legislatura muy intensa, la propuesta política que presentamos pasa por poder encarar esta etapa con unas prioridades muy claras: el municipalismo, la construcción de la unidad popular, poner los feminismos (teóricos y prácticos) en el centro de la organización y asumir la ‘ratzia’ represiva que ya se está desplegando contra el pueblo catalán”. Y no solo eso: “También hay la voluntad de desplazar del Parlament el centro de la actividad política de la organización”. Y luego subraya: “Hemos de hacer una apuesta explícita para no centrar todos nuestros esfuerzos y energías en el Parlament y en la política en clave autonómica, sino por relocalizar los esfuerzos de la CUP en el ámbito municipal. A 18 meses de la celebración de las elecciones municipales, es preciso hacer una apuesta clara para retornar el municipalismo al centro de la práctica política de la CUP”.

La CUP propone “el impulso de un municipalismo de ruptura con el horizonte de las elecciones municipales del 2019 y una institucionalización”

Eso implica que la CUP, en línea con su tradición, se volcará en las municipales del año que viene. “Hemos de apostar y centrar la mayor parte de nuestros esfuerzos en articular una propuesta de municipalismo rupturista y de liberación, basado en un proyecto de soberanía real de las clases populares y parte integral de las redes de contrapoder popular que se han de integrar en el proyecto de Unidad Popular”. Por eso, proponen “el impulso de un municipalismo de ruptura con el horizonte de las elecciones municipales del 2019 y el desarrollo de una institucionalización propia en el conjunto de los Països Catalans sobre la base del despliegue de soberanías como paradigmas del proyecto político de la izquierda independentista”.

Sus principales líneas de acción del futuro pasan por varios ejes. El primero es el compromiso de desplegar su proyecto y, para ello, parte del eje de que “la República Catalana sólo será viable si atacamos de raíz a los poderes económicos políticos de nuestra casa y sus vinculaciones e intereses compartidos con el conglomerado de intereses, políticos y económicos, que conforman y alimentan los estados español y francés, así como la UE y todo el conglomerado institucional, económico y militar europeo”.

Abrir frentes al Gobierno español
Ante ello, trabajarán para forzar “la nacionalización de sectores estratégicos, la creación de una banca pública y la expropiación de los sectores productivos estratégicos”. “Nuestra práctica política ha de poder combinar este marco estratégico con decisiones de cariz táctico y a corto plazo en los próximos meses”, advierte su hoja de ruta.

“Hemos asumido una estrategia de unilateralidad y desobediencia institucional tanto en los Ayuntamientos como en el Parlament”

El segundo punto del plan de trabajo es construir “municipalismo de liberación”, es decir, hacer la revolución desde los ayuntamientos. Por ello, abogan por “seguir trabajando para consolidar el municipalismo como herramienta de ruptura que huya de dinámicas de mera gestión municipal”. El tercer punto hace referencia al internacionalización del conflicto catalán, divulgando “la vulneración de los derechos humanos por parte del estado español, el alto nivel de autoritarismo del Gobierno español y la connivencia del Estado con las fuerzas de extrema derecha en la calle”. Para ello, proponen reforzar alianzas con otras fuerzas del resto de España para “abrirle diferentes frentes al Gobierno español, descongestionar la presión policial y represiva en Cataluña y reforzar las alianzas para romper el Régimen del 78”.

Las tácticas antirepresivas son otro de los puntos a desarrollar. “En el escenario actual, con el Estado español actuando en clave de venganza, y dado que hemos asumido una estrategia de unilateralidad y desobediencia institucional tanto en los ayuntamientos como en el Parlament, el coste represivo se prevé alto y con posibles consecuencias directas hacia nuestra organización y nuestra gente”.

Los independentistas lanzan una estrategia internacional para doblegar España
ANTONIO FERNÁNDEZ
El plan estaba previsto que entrara en la última fase del ‘procés’ desde antes del referéndum del 1 de octubre y consistía en armar revuelo y que España fuese reprendida por otro país
Así pues, juntamente con Alerta Solidaria, la CUP “habrá de tener un papel activo en la dinamización y acompañamiento de las personas y colectivos afectados”. Y ha de trabajar esencialmente en varios puntos: “Formación en desobediencia civil pacífica, abordaje de los miedos y las angustias, consolidación de redes de respuesta en caso de represión, formación en derechos básicos en casos de detención, etcétera”. En este sentido, también “será importante trabajar para exponer y hacer visible el aparato del Estado español como una maquinaria que combina partidos políticos, gobierno, oposición, judicatura, extrema derecha, monarquía y Ejército entre otros. Concretamente, a partir de materiales que de forma pedagógica expliquen con detalle este aparato y que recojan datos concretos de las consecuencias políticas de este”.

Otro de los puntos en los que trabajará la organización es el del despliegue de los “Decretos de la Dignidad”. En este punto, destaca que “la principal función de la CUP en este contexto sería velar por que el Parlament avance en esta dirección e intensificar el trabajo en las calles, en los centros de salud, de enseñanza y de trabajo, así como con todo el tejido municipal y popular del país para ampliar los apoyos a las propuestas recogida en estos Decretos de la Dignidad”.


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