Una revista como ésta nació exactamente en la época del fin de los mimos y carantoñas del capitalismo de estado donde los autodenominados herederos de Marx a cargo del aparato del estado descubrían que no necesitaban transitar a la sociedad sin clases para insuflar la conciencia del socialismo, que se fue transformando de paso, modo o medio para avanzar a la sociedad de la igualdad, en una gran meta, finalidad u objetivo en si, lo que aniquiló la idea y transformó a los activista, a los formadores y aún comunicadores en meros divulgadores y constructores racionalista de la voluntad de poder.
A los artesanos y consumidores de Punto Final
Una revista como ésta nació exactamente en la época del fin de los mimos y carantoñas del capitalismo de estado donde los autodenominados herederos de Marx a cargo del aparato del estado descubrían que no necesitaban transitar a la sociedad sin clases para insuflar la conciencia del socialismo, que se fue transformando de paso, modo o medio para avanzar a la sociedad de la igualdad, en una gran meta, finalidad u objetivo en si, lo que aniquiló la idea y transformó a los activista, a los formadores y aún comunicadores en meros divulgadores y constructores racionalista de la voluntad de poder.
Con esa formación ideológica sólo se construyeron ejércitos de combatientes buenos para la pelea, como Rambos revolucionarios y poco aptos para la vida cotidiana que consiste en vivir la especie y no sólo en luchar contra la opresión por parte de quienes no tenemos hábito de compartir, sino que somos moldeados por el dios del individualismo, de la competencia, del mercado y la acumulación, por mucho que se organicen conjuntos de ideas y conceptos en la forma de paradigmas, que más bien han servido para subordinar sicológicamente a las sectas.
Los llamados seguidores de Marx son seguidores de esas sectas que asumen tranquila y gozosamente que el “fiel” amigo de Marx, el señor Engels, no diga nunca en vida de Marx que “hay que interpretarlo”, ya que no se la podía con ese atado o manojo de sensibilidades que fue ese rebelde. Fue elegantemente venenoso haber esperado que el susodicho falleciera para decirlo, a sabiendas el patudo que no podría contradecirlo.
Así a Marx se le estudia con alegría especialmente su segunda fase, la fase de la necesidad del estado, que Marx acabó tras su estudio de la Comuna de París, y el estudio de sus textos y cartas después de esa fase, 10 años hasta su fallecimiento.
Analizando los estudios del Che sobre la llegada de la economía soviética a Cuba, todos estos asuntos saltan a la luz, pero la aceptación de ese engendro estalinista de venir a hacerse cargo de la isla evitando así la invasión yanqui, no consiguió ser digerida por el hombre, que si sabía lo del hombre nuevo, que vendría de lo que llamó “socialismo cotidiano”, es decir, vivir las nuevas relaciones, que finalmente nunca llegaron como nunca llegaron a la vieja URSS y se siguió transmitiendo a las nuevas generaciones que el quid del asunto seguía estando en el estado.
Y así se forman las tres generaciones de la izquierda revolucionaria chilena que finalmente dos de ellas son tragadas por su propia dinámica, la democrática, que después entrega al PS y al PPD una enorme legión de personas bastante maleadas y que obviamente sólo algunos saludan a la bandera comprando algún material de lectura que le toque lo sensible y la militar, que ahora continua en extraño romance con las huestes del Frente , el non plus ultra del estalinismo chileno. La tercera parte, digamos la social, ha sido subsumida a los restos de las anteriores, habiendo sido la más importante contribución histórica de la IR en Chile: los cordones y las barricadas de la primera mitad de los 80, que no sólo permitía generar fuerza social, sino algo más importante que no valoran los gurús de la vocación de poder: formas de vida compartida, cotidianeidades comunes, democracia barrial, autogestión, nuevas relaciones humanas, familiares y sociales, etc, en tanto los viejos dedicaban sus esfuerzos a la estructura del futuro ejército glorioso sin hacer ascos a los mismos que en su época se encargaban de asesinar compañeros y amigos entrañables nuestros: los estalinistas que tiene como destino las chambonadas de Maduro y el capitalismo de estado.
La época ha cambiado, los estudiantes y profesionales son atraídos ahora por esos hijitos de papá que se preocupan de los pobres en tanto no se afecten sus condiciones de status, ingreso y poder. Pero lo más importante es que la gente, el pueblo pobre, ya no presta más atención a las movidas o cambios por arriba, sean electorales o armados y ya se dan cuenta que se trata de recetas de cocina, de caminos hechos en las mentes salvadoras que copian el Jesús único camino y que pegando balazos el día del joven combatiente sólo conseguimos que esos barrios voten al Pc, con quien se ha llegado hasta a establecer acuerdos territoriales bajo cuerda.
En todo el planeta crecen y se multiplican las experiencias de construcción de formas de vida y democracia participativa sin gobiernos. No creo que vamos a seguir la visión de mundo sesgada que vende El Siglo, pero debemos reconocer que los compañeros que escriben al el Punto están apegados a la vieja concepción estatista que está perdiendo terreno en tidas partes, por más que el evo haga firmar a zapatero en su apoyo o ustedes mismos hagan panegírico de los gobiernos de Venezuela y Nicaragua como mostrando los “avances” que estamos logrando.
Ya no es posible trabajar las políticas del siglo pasado, menos si se encierran en el objetivo de ganar por la razón o la fuerza los puestos del poder, aunque digamos que es en nombre del pueblo. El ciudadano como medio informativo ha sido más vivo, aunque está claro que se clava a si mismo el puñal suicida, pies quiere hacer creer que las dinámicas autónomas sin partidos debe subordinarse a los partidos, como todavía cantan la canción del movimiento social de Calama, dirigido por el PC, o de las movilizaciones de marzo, una seguidillas de dinámicas organizadas con los amiguitos estalinistas y buena suerte con ello.
Jaime Yovanovic (Profesor J)
unlibre@gmail.com