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Gran ofensiva militar en favelas de Rio con el eterno pretexto que nunca acaba de los narcotraficantes

Agencias :: 25.02.18

Abogados y derechos humanos protestan porque sacan fotos y obstaculizan el libre tránsito de la población. Gobierno prepara medidas de carácter nacional.

Gran ofensiva militar en Río
Abogados critican a las fuerzas de seguridad por tomar fotos y fichar a los ciudadanos.

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AFP, EFE, O GLOBO-GDA
Río de Janeiro
Domingo, 25 Febrero 2018

Una operación de 3.200 militares y un número indeterminado de policías en la violenta zona oeste de Río de Janeiro permitió el viernes detener al presunto asesino de un sargento y decomisar “una gran cantidad de drogas”.

La acción en las favelas de Vila Kennedy, Vila Aliança y Coreia se llevó a cabo exactamente una semana después de que el presidente Michel Temer decretó la intervención del área de seguridad de Río, confiando a los militares la lucha contra el crimen organizado. El mandatario logró el aval de ambas cámaras parlamenntarias para poner en práctica la acción y las medidas.

La ola de violencia que desangra a Río, el año pasado causó 6.731 muertes violentas, entre las que se cuentan las de más de 100 policías y una decena de niños alcanzados por las llamadas “balas perdidas”.

Pero a pesar de la fuerte implicación en primera línea de los militares, se trata aún de un despliegue realizado en el marco del operativo de Garantía de la Ley y el Orden (GLO), que desde julio del año pasado envió a 8.500 militares a Río para apoyar a las fuerzas policiales.

Así y todo, surgió una nueva polémica en torno a la intervención, después que la Defensoría Pública de Rio denunciara que los militares estaban fotografiando a habitantes de las favelas para comprobar si tenían antecedentes.

El presidente de la Comisión de Seguridad Pública de la Orden de Abogados de Brasil, Breno Melaragno, señala que la medida es polémica. “Un agente de seguridad puede solicitar el documento de identidad, pero hacer ese fichaje, con foto y cuestionario, es controvertido. Ocurrió en 2013, durante las manifestaciones, y fue muy polémico. No existe unanimidad desde el punto de vista jurídico”.

Comandos de las Fuerzas Armadas participan de un operativo contra el tráfico de drogas en la zona marginal de Villa Kennedy. Foto: Reuters.
Comandos de las Fuerzas Armadas participan de un operativo contra el tráfico de drogas en la zona marginal de Villa Kennedy. Foto: Reuters.
La acción, los datos y las fotos de los habitantes eran enviados a la Policía Civil para verificar la ficha policial de las personas. Mientras los soldados obtenían las informaciones, los habitantes eran obligados a esperar. De acuerdo con lo que señala Melaragno, el acto de retener a un ciudadano hiere su derecho a moverse con libertad.

“Retener a una persona mientras se hace ese procedimiento es ilegal, aunque resulte una práctica muy común de la Policía”, sostiene el abogado. “Esa medida no está eb el Código Penal, en la Constitución, en las gartías de la ley y el orden ni en el decreto de intervención de Río”.

Detenido.
A su vez, el coordinador del Núcleo de Defensa de los Derechos Humanos de la Defensoría, Daniel Lozoya, considera un exceso ese tipo de abordaje que hacen los militares. De acuerdo con su visión, el cidadano no está obligado a que le tomen fotos para ser enviadas a un banco de datos. “Los militares pueden pedir el documento de identidad, y la persona tiene la obligación de presentarlo. Pero, obligar a que le tomen fotos es ilegal. Es un exceso que cometen los agentes”.

Estima que “los militares pueden, por ejemplo, usar la aplicación Sinesp Cidadão”, en referencia a la aplicación del Ministerio de Justicia que, a través del celular, permite saber si un sospechoso tiene antecedentes delictivos y orden de detención pendiente.

La Unidad de Policía Pacificadora (UPP) de Vila Kennedy informó que en la tarde del viernes fue capturado un sospechoso de la muerte del sargento del Ejército Bruno Albuquerque Cazuca, abatido el martes pasado, aparentemente al resistir a un asalto.

La Secretaría de Seguridad de Río (Seseg) indicó, por su parte, que a lo largo del día fueron detenidas otras 27 personas y que se había decomisado “dos pistolas, cargadores de armas, municiones, doce vehículos, trece motos, ocho radiotransmisores y gran cantidad de drogas”.

Acción.Un miembro de la policía militar en pleno operativo. Foto: AFP.
Acción.Un miembro de la policía militar en pleno operativo. Foto: AFP.
En una calle adyacente a Vila Aliança, sobre la mesa de un puesto de la Policía Militar (PM, que depende de la autoridad de cada Estado) varios agentes efectuaban por la mañana el recuento del material decomisado. Se veían allí cargadores, barras de marihuana prensada, bolsitas de cocaína, bolsas con otras drogas y dos barras de dinamita, comprobó un periodista de la AFP.

La presencia de soldados en tareas que no son solo de apoyo a la Policía parece marcar ya un cambio de modus operandi.

En una entrevista con Radio Bandeirantes, un periodista le preguntó al presidente Temer: “Hoy hubo una ocupación de comunidades de Río de Janeiro por el ejército (…). ¿Entonces está probado que no se trata solo de logística?”. A lo que el mandatario respondió: “No es una ocupación. Se van a hacer inspecciones”.

Esta es la segunda operación realizada en pocos días. El martes pasado, miembros de las Fuerzas Armadas y agentes de los cuerpos policiales brasileños lanzaron una operación contra el crimen organizado y el narcotráfico en la favela Kelsons en la zona norte de Río de Janeiro, cuya seguridad está bajo el control del Ejército desde la semana pasada.

De acuerdo con el Comando Militar del Este, las fuerzas de seguridad tomaron además posiciones en los accesos a las favelas de Salgueiro, en la región metropolitana, así como en las de Chapadao y Pedreira.

Los adversarios acusan al presidente de haber desviado hacia temas de seguridad el foco de la atención pública, ante la imposibilidad de hacer votar la reforma del sistema de las jubilaciones, que hasta la semana pasada era la principal bandera de su gobierno.

Dudas.
La intervención militar fue recibida por la población con la esperanza de poner fin a la espiral de violencia que asuela al estado de Río desde el fin de los Juegos Olímpicos de 2016, pero reaviva el espectro de la dictadura militar que gobernó Brasil de 1964 a 1985 (ver aparte).

El ministro de Defensa, Raul Jungmann, afirmó que los militares podrían proceder, en la búsqueda de criminales, a allanamientos por zona, pero tuvo que moderar sus propósitos tras las críticas procedentes de medios judiciales y de defensores de los derechos humanos.

Pero, el presidente Temer no ha concretado aún el alcance de la intervención en Río ni los límites de actuación del Ejército, que está comandado por el general Walter Souza Braga Netto, quien participó de la coordinación de la seguridad durante los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Aunque la intervención tiene carácter administrativo, Temer admite que las Fuerzas Armadas podrían llegar a enfrentamientos si fueran atacadas. “No sé si habrá enfrentamientos, pero si los hubiera, los militares no se van a dejar matar”, advierte. El mandatario tampoco ha aclarado si la experiencia de Río se extenderá a otros estados del país con mayores índices de violencia, en especial en el norte.

No es la primera vez que las Fuerzas Armadas asumen tareas de GLO en las zonas más violentas del país, pese a que el comandante del Ejército, el general Eduardo Villas Bos, ha expresado sus reservas.

“Me preocupa el constante empleo del Ejército en intervenciones GLO en los estados (…) La seguridad pública precisa ser tratada por los estados con prioridad máxima. Los números de la violencia corroboras mis palabras”, advirtió en su cuenta de una red social, en diciembre.

El dispositivo se completará con la creación, la semana próxima, de un Ministerio Extraordinario de Seguridad Pública.

Apoyo.
Según una encuesta encargada por la Presidencia, la intervención de Río tuvo más de un 83% de aprobación en la población carioca, un porcentaje que contrasta con el exiguo 5% de popularidad del mandatario, que enfrenta varias investigaciones por corrupción.

La intervención “es bienvenida, pero no sirve de nada si no viene con medidas sociales: empleo, salud, educación, transporte, dignidad para el pueblo”, dijo a la AFP Jean-Philippe, un habitante de Vila Kennedy que trabaja como portero.

Varios pobladores interrogados por AFP consideraron que la intervención militar podría servir de freno a la corrupción policial. “Los policías hacen muchos negocios” en las favelas, comentó un inspector de ómnibus de la zona, que prefirió mantener el anonimato.

En junio pasado, un centenar de miembros de la Policía Militar fueron denunciados por cobrar coimas y por vender armas a narcotraficantes.

El presidente destaca que es demanda de sociedad.
El presidente Michel Temer, afirmó que la decisión de intervenir federalmente la seguridad en Río de Janeiro atiende a “una demanda de la sociedad” y negó que esa medida estuviera condicionada por la “agenda electoral” del país, donde el próximo octubre se celebrarán elecciones presidenciales.

Temer “no se vio influenciado por ningún otro factor que no sea atender a una demanda de la sociedad. Esa es la única lógica que motivó” la intervención federal en el estado de Río de Janeiro”, manifestó el portavoz de la Presidencia brasileña, Alexandre Parola, en un pronunciamiento en Brasilia.

El gobernante reiteró que “toda y cualquier decisión” de su Gobierno está “regida exclusivamente por las reales necesidades de encontrar soluciones para los problemas del pueblo brasileño”.

Michel Temer
“No soy ni seré candidato a presidente”
La medida tiene efecto inmediato, pero el Congreso deberá ratificarla. Foto: Reuters
Michel Temer, le salió al paso a diversas conjeturas sobre la posibilidad de que se postule para la Presidencia en las elecciones de octubre próximo y afirmó: “No soy ni seré candidato”.

En una entrevista con Radio Bandeirantes, Temer despejó las dudas que surgieron en los últimos días sobre su posible candidatura y, además de negarlo en forma contundente, declaró que ya se siente “muy feliz” por el hecho de haber ejercido el cargo.

Temer llegó al poder en mayo 2016, cuando en su condición de vicepresidente sustituyó a la entonces mandataria Dilma Rousseff, destituida por el Parlamento debido a irregularidades en el manejo de los presupuestos. Rousseff afirma que fue destituida por un golpe de los sectores de derecha que querían poner fin a la obra del Partido de los Trabajadores en el gobierno.

A pesar de que la popularidad de Temer se sitúa actualmente en un escaso 6 %, el publicista Elsinho Mouco, responsable por la propaganda del Gobierno, anunció que Temer aspiraría a la Presidencia y se ganaría la aceptación de los brasileños tras haber decretado una intervención federal de seguridad en Río


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