Chile gracias a esas izquierdas que han sabido sobrevivir y profitar del paraíso neoliberal que le ha legado el militarismo a la partidocracia y gracias también a la vieja vocación de poder de los grupos llamados de izquierda revolucionaria que en extraña maniobra de prestidigitación política aparecen aliados del estalinismo rodriguista, obligan a un esfuerzo doble y triple de respirar y avanzar a las experiencias autónomos y comunitarias que también todos ellos intentan arrebatarle la autonomía al pueblo mapuche reclutando y penetrando con sus partidos y materializando ideológicas “estrategias de lucha” que ocupan más los medios de información que las formas de vida compartida y autosustentable de ese pueblo, hoy día “entretenido” por las vanguardias chilenas con poco espacio para mostrar lo suyo.