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Una movilización de unas 150 mil personas conmovió ayer el centro de la Ciudad de México al llevarse a cabo una protesta contra las reformas fiscales y la parcial privatización del sector energético que propuso, en un paquete de leyes al Parlamento, el presidente Vicente Fox. Mientras se desarrollaba la marcha, la Cámara de Diputados comenzaba a debatir las iniciativas gubernamentales.
Las proyectos que generan irritación en gran parte de la población mexicana, están referidos a la aplicación generalizada del impuesto al valor agregado (IVA) a los alimentos, medicinas y libros, que permanecían exentos de esta tasa.
Además, el gobierno de Fox pretende que se concreten inversiones privadas nacionales y del exterior para la generación de electricidad. También, el clima social se fue enrareciendo por la caída en los últimos días del peso mexicano en su cotización con respecto al dólar, lo que podría provocar el encarecimiento de la canasta familiar.
Las principales organizaciones gremiales y agrarias de México fueron las convocantes a la marcha. “Esta protesta demuestra cabalmente el grado de irritación que existe en el país frente a un proyecto que quiere imponerse en contra de los intereses populares”, dijo José Durán, uno de los dirigentes del Congreso Agrario Permanente.
Las distintas columnas de manifestantes se reunieron en cuatro puntos diversos de la ciudad para marchar rumbo al Zócalo, la principal plaza de la capital, adonde llegaron a media tarde.
El gobierno asegura que las reformas permitirían obtener más recursos para orientarlos a programas sociales y a la generación de empleos.
Si bien el secretario de Gobierno mexicano, Santiago Creel, dijo que se tomarían en cuenta las consignas contrarias de la protesta, hasta el momento, el presidente, Vicente Fox, se mantuvo firme en la defensa de sus propuestas a pesar del rechazo de diversos grupos y sectores políticos, incluidos los partidos de oposición en el Congreso.
La escasa aceptación de las reformas, particularmente las que apuntan a la generalización del IVA, ha provocado incluso la división dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ahora es oposición después de ser derrotado en las elecciones de 2000. El voto del PRI resulta indispensable para que tenga éxito cualquier proyecto de ley o reforma en el Parlamento.