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Día de acción global en defensa de Hasankeyf y contra la presa de Ilisu

Ecologistas en Acción :: 27.04.18

La organización ecologista denuncia las políticas del gobierno de Turquía, encabezado por Erdogan, y su política belicista contra el pueblo kurdo, que ha sufrido la destrucción parcial del barrio de Sûr en la ciudad de Diyarbakir / Amed y el desplazamiento forzoso de 25.000 personas.
Hasankeyf, con más de 12.000 años de antigüedad, es una de las ciudades habitadas más antiguas de la historia de la humanidad. En las últimas décadas las políticas desarrollistas del Estado turco han impulsado el ‘Proyecto para el Sureste de Anatolia’ (GAP) que implicaba la construcción de 22 presas y 19 centrales hidroeléctricas en la zona del Kurdistán. La faraónica presa de Ilisu, la más emblemática de todas y la que mayores resistencias ha generado, anegará 68 pueblos además de la ciudad de Hasankeyf y supondrá el desplazamiento forzoso de más de 40.000 personas.
El barrio de Sûr, en el casco histórico de la ciudad de Diyarbakir / Amed, viene desarrollando desde 2007 un proceso de autonomía democrática, constituyendo asambleas vecinales para gestionar de forma colectiva su territorio. Esto, sumado al crecimiento de la izquierda kurda y turca, ha provocado una respuesta militar del Estado sobre el barrio, con el bombardeo por tierra y aire que ha causado su destrucción parcial y el desplazamiento de 25.000 personas.

Día de acción global en defensa de Hasankeyf y contra la presa de Ilisu
27/04/2018 |

Con motivo del Día de acción global en defensa de Hasankeyf, Ecologistas en Acción quiere mostrar su solidaridad con el Movimiento de Ecología de Mesopotamia y con su lucha contra la construcción de la presa de Ilisu y en defensa de la ciudad histórica de Hasankeyf.
La organización ecologista denuncia las políticas del gobierno de Turquía, encabezado por Erdogan, y su política belicista contra el pueblo kurdo, que ha sufrido la destrucción parcial del barrio de Sûr en la ciudad de Diyarbakir / Amed y el desplazamiento forzoso de 25.000 personas.
Hasankeyf, con más de 12.000 años de antigüedad, es una de las ciudades habitadas más antiguas de la historia de la humanidad. En las últimas décadas las políticas desarrollistas del Estado turco han impulsado el ‘Proyecto para el Sureste de Anatolia’ (GAP) que implicaba la construcción de 22 presas y 19 centrales hidroeléctricas en la zona del Kurdistán. La faraónica presa de Ilisu, la más emblemática de todas y la que mayores resistencias ha generado, anegará 68 pueblos además de la ciudad de Hasankeyf y supondrá el desplazamiento forzoso de más de 40.000 personas.

El barrio de Sûr, en el casco histórico de la ciudad de Diyarbakir / Amed, viene desarrollando desde 2007 un proceso de autonomía democrática, constituyendo asambleas vecinales para gestionar de forma colectiva su territorio. Esto, sumado al crecimiento de la izquierda kurda y turca, ha provocado una respuesta militar del Estado sobre el barrio, con el bombardeo por tierra y aire que ha causado su destrucción parcial y el desplazamiento de 25.000 personas.

Ambos hechos son inseparables de las políticas contra la vida del Estado turco, cuyo crecimiento económico se fundamenta en la industria militar y la colonización del territorio. Recordemos que es el segundo mayor ejército de la OTAN y el segundo comprador de armas a España.

Además, en el caso de la presa de Ilisu, Ecologistas en Acción denuncia la implicación del BBVA en la financiación de este megaproyecto destructor de vida. El BBVA es propietario del 50 % de Garanti Bank, junto a Akbank. Estos dos bancos son los únicos financiadores del embalse de Ilisu después de que en 2001 el grupo británico Balfour Beatty y el sueco Skanska se retiraran del proyecto por no considerarlo ético desde los puntos de vista social, cultural y ambiental. También se retiró del proyecto en 2009 la austriaca VA Tech Hidro y los gobiernos de Austria, Suiza y Alemania que facilitaban los créditos a la exportación. BBVA, que se jacta de su resposabilidad social corporativa (RSC), no ha tenido reparos en financiar este desastre.

Las grandes infraestructuras juegan un papel estratégico en el capitalismo, profundizan en la destrucción de las culturas populares y las formas de vida no mercantilizadas, colonizan el territorio y aumentan la capacidad de acumular y obtener beneficios al margen de cualquier consideración ecológica. Parar la presa de Ilisu y defender Hasankeyf es una necesidad frente a un sistema global que no reconoce límites.


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