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País Vasco: el camino hacia la paz
Arnaldo Otegi Mondragon*
La Jornada

El 17 de octubre de 2011 se celebró en el Palacio de Aiete de San Sebastián la Conferencia internacional para la promoción de la resolución del conflicto en el País Vasco. A ella acudieron representantes de todos los partidos políticos del norte y sur de nuestro país, con la salvedad del Partido Popular. En la misma, Kofi Annan, Gro Harlem Brundtland, Jonathan Powell (representando a Tony Blair), Bertie Ahern, Gerry Adams y Pierre Joxe presentaron una hoja de ruta, conocida como la Declaración de Aiete, con el objetivo de alcanzar la resolución integral del conflicto y lograr el establecimiento de una paz justa y duradera en el País Vasco.

Los puntos 1 y 2 de dicha declaración decían literalmente:

“1 . Llamamos a ETA (Euskadi Ta Askatasuna) a hacer una declaración pública de cese definitivo de la actividad armada y solicitar diálogo con los gobiernos de España y Francia para tratar exclusivamente las consecuencias del conflicto.

“2 . Si dicha declaración fuese realizada, instamos a los gobiernos de España y Francia a darle la bienvenida y aceptar iniciar conversaciones para tratar exclusivamente las consecuencias del conflicto.”

Tres días después de la celebración de la citada conferencia, ETA anunció públicamente que daba por concluida su actividad armada y solicitó formalmente la apertura de un espacio de diálogo con el gobierno español para tratar y buscar soluciones a todos los asuntos relativos a las consecuencias del conflicto. Es necesario aclarar que cuando en nuestro contexto se menciona consecuencias del conflicto nos referimos a la situación de presos políticos, exiliados y deportados, desarme y desmovilización, desmilitarización y víctimas.

ETA respondió así con celeridad y positivamente al requerimiento realizado por la comunidad internacional y la mayoría de actores políticos y sociales vascos. Fueron unas jornadas históricas que abrieron de par en par, como nunca antes, las puertas a la posibilidad de alcanzar la paz, anhelo largamente perseguido por nuestro pueblo.

Yo, muy en contra de mi voluntad, seguí todos estos hechos desde mi celda en la prisión de Logroño. Había vuelto a ser encarcelado por el gobierno español en 2009, esta vez acusado y condenado por haber sido una de las personas que lideró el cambio de estrategia en el conjunto del Movimiento de Liberación Nacional Vasco. Paradojas de la vida: me condenaron a seis años y medio de prisión por participar de una decisión que implicaba el abandono de todo tipo de violencia y un firme compromiso hacia medios exclusivamente pacíficos y democráticos. Cosas de la democracia y justicia españolas. No traten de comprenderlo, porque no hay quien lo entienda.

Casi siete años después, el 4 de mayo concretamente, se ha celebrado la segunda conferencia internacional para avanzar en la resolución del conflicto en el País Vasco, esta vez en el Palacio de Arnaga, situado en la pequeña localidad vasca de Kanbo (Cambo-lesBains), en la otra orilla del Bidasoa. La víspera, el 3 de mayo, ETA anunció su disolución en la ciudad suiza de Ginebra, en un acto organizado por el Centro para el Diálogo Humanitario (HD) y por medio de su propio director ejecutivo, David Harland.

En la conferencia ha vuelto a participar una notable representación de la comunidad internacional junto a una nutrida y plural representación también de la mayoría de actores, políticos y sindicales del país. A los representantes de la comunidad internacional que participaron en la conferencia de 2011 se han sumado, con su presencia, Michel Camdessus y el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Otra jornada histórica en el camino hacia una paz justa y duradera. Era hora de hacer balance y apuntar los retos y desafíos pendientes. En su declaración, los representantes de la comunidad internacional indican que “en los casi siete años desde la Declaración de Aiete ha habido avances importantes en respuesta a nuestro llamamiento a la paz en el País Vasco. Hubo llamados en Aiete que no fueron correspondidos. Sugerimos que se desarrollara el diálogo entre el grupo y el gobierno español, y no lo ha habido. Sin embargo, se han producido muchos otros esfuerzos para alcanzar la paz. ETA respondió a nuestro llamamiento publicando una declaración de cese definitivo de todas sus actividades armadas. Desde entonces, ha mantenido su palabra y no ha habido más violencia. El año pasado fue más allá y llevó a cabo su desarme completo. Reconocemos estos pasos históricos y les damos una calurosa bienvenida.

Hoy nos reunimos en el Palacio de Arnaga en Cambo-les-Bains para dar la bienvenida a la declaración final de este grupo. Ayer ETA anunció su decisión de dejar de existir. Es un momento histórico para toda Europa, ya que marca el fin del último grupo armado en el continente. Continúan la misma declaración advirtiendo que aún están por resolver asuntos importantes, como el de los presos y las personas que se encuentran huidas, y hacen falta esfuerzos duraderos para llegar a una total normalización de la vida cotidiana y política en la región (…) Debe haber más esfuerzos para reconocer y asistir a todas las víctimas. Esto requerirá que todas las partes sean honestas sobre el pasado, y hará falta un espíritu de generosidad para curar las heridas y reconstruir una comunidad compartida. Saludamos la reciente declaración de ETA, en la que el grupo reconoce los sufrimientos que ha ocasionado y apoya el trabajo de reconciliación que queda por llevar a cabo. Aún queda mucho por realizar por todas las partes. Hago mías las reflexiones expresadas en la citada declaración.

Qué duda cabe, tal como apuntan los representantes de la comunidad internacional, aún queda mucho por hacer, mucho camino por recorrer. Resulta especialmente urgente buscar una solución a la cuestión de presos, exiliados y deportados. Pensamos que tal como sucedió en Sudáfrica o en Irlanda, las personas que estuvieron presas como consecuencia del conflicto pueden jugar un papel muy importante en la construcción de la paz. ¿Alguien se imagina que la superación de estos conflictos hubiese sido posible sin buscar una solución a la situación de los presos?

Queremos igualmente reconocer a todas aquellas personas que han padecido o siguen padeciendo el sufrimiento ocasionado por el conflicto existente en nuestro país. Sin excluir a nadie. En ese sentido nos mostramos dispuestos a participar y seguir avanzando en todas aquellas iniciativas que contribuyan a ello.

Hoy se abre una nueva era en nuestro país. Queremos agradecer la presencia y el incesante trabajo realizado por los representantes de la comunidad internacional durante todos estos años, sin olvidar a aquellas personalidades de América Latina que se adhirieron a la Declaración de Aiete en el Encuentro Continental por la Paz en el País Vasco, celebrado el 17 de octubre de 2013 en la Ciudad de México.

Hacemos nuestras sus reflexiones en torno a la necesidad de construir una paz sin vencedores ni vencidos y de abordar los necesarios acuerdos políticos para construir un futuro diferente en nuestro pueblo. Agradecer también el trabajo de todas aquellas personas, partidos, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil vascas que con su aportación han contribuido a traer el proceso de resolución hasta aquí.

Queremos igualmente volver a señalar que existía un conflicto político no resuelto antes del nacimiento de ETA y que éste sigue existiendo en la actualidad. Seguimos siendo un pueblo que anhela la libertad. Mantenemos firme nuestro compromiso para, por medio de la libre determinación, construir una república libre e igualitaria que concurra en el concierto internacional contribuyendo a la construcción de un mundo mejor y más justo.

País Vasco, 5 de mayo de 2018

*Coordinador general de Euskal Herria Bildu (EH Bildu)