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Amazonía: Encrucijada civilizatoria. Tensiones territoriales en curso (Segunda parte)

Carlos Walter Porto Gonçalves :: 08.05.18

La Amazonía ofrece esas fuentes de inspiración por su vigor metabólico y por la riqueza de conocimientos de sus pueblos / etnias / nacionalidades. La actual expansión capitalista pone todo esto en riesgo con su colonialidad. Así, la superación del capitalismo necesita, al mismo tiempo, la superación de la colonialidad que siempre lo acompañó. No olvidemos que la acumulación primitiva siempre fue parte de la acumulación civilizada. Pero, ante el hecho de vivir en un sistema-mundo capitalista moderno-colonial patriarcal con un sistema de poder / saber marcado por la idea de dominación de la naturaleza, ese sistema colocó a la Amazonía como una región periférica de países periféricos. Y por eso sus pueblos / etnias / nacionalidades y clases sociales en situación de subalternización tienen mucho que ofrecer para otro diálogo entre los pueblos / culturas y entre estos y las condiciones metabólicas necesarias para la vida plena. Sin embargo, evidentemente, esa posición de pueblos / etnias / nacionalidades y grupos / clases sociales en situación de subordinación en una región periférica de países periféricos en un sistema-mundo en caos sistémico (Arrighi, Wallerstein) provoca que necesariamente esos grupos / clases sociales no son capaces por sí solos de impedir el colapso ambiental que se plantea en el lugar. La Amazonía no se salvará sola, ni se salvará sin sus pueblos / etnias / nacionalidades y grupos / clases sociales que allí se plasmaron y que allí forjaron escenarios de posibilidad para otros mundos donde se acomoden muchos mundos.

Amazonía: … (Continuación)

VI.1 - Las carreteras / hidrovías
57- Observamos anteriormente que de los 31 proyectos principales del cosiplan-iirsa, 14 están en la Amazonía o vinculados a ella. En todos los casos son proyectos de energía, transportes y comunicaciones. Vimos, también la relevancia que adquieren los conceptos de “eje”, “flujo” y “corredor”, pues indican que su función primordial es servir para reducir el tiempo general de producción, disminuyendo el costo y demora de circulación permitiendo, así, aumentar la productividad social total y, por lo tanto, una mayor rotación del capital y de la producción de la plusvalía social total, garantizando el aumento de la acumulación de capital.
Resalta esta priorización: “someter el espacio al tiempo”, y no a un tiempo cualquiera, sino al tiempo del capital de las grandes corporaciones. Como el espacio no es abstracto, como piensan los economistas, sino geográfico, esta geograficidad se manifiesta como devastación, injusticia ambiental y territorial, violencia y dramas sociales.
58- Las diversas dinámicas socio-geográficas que se desencadenan por la expansión / invasión capitalista de los eid de la iirsa albergan intereses contradictorios dentro de sí mismos, siendo que
vi Los megaproyectos de infraestructura (carreteras / hidrovías y energía)
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estas contradicciones son aún más exacerbadas en los escenarios de superposición entre los diferentes ejes, como en el caso del eid andino, el eid interoceánico central y el eid del Amazonas, como se puede ver en la región de Madre de Dios, en Perú, o en Putumayo, Colombia.
59- La región andino-amazónica es un área especialmente sensible por su extenso gradiente altimétrico, megadiversidad biológica y cultural, y porque concentra a la mayor cantidad de pueblos / etnias / nacionalidades en aislamiento voluntario. Allí se viene acentuando la construcción, la ampliación y rehabilitación de la infraestructura vial, tanto en el sentido longitudinal –como es el caso del eid andino, que conecta Caracas a Quito–, como en el sentido este-oeste, como en los eid del Amazonas, interoceánico central y Brasil-Bolivia-Perú, que posibilitarán interconectar los poblados de la Amazonía con las ciudades costeras donde están los puertos marítimos del Pacífico. Se registró que ancestralmente había una integración regional que establecía “máximo control de pisos ecológicos” (John Murra) con base en la complementariedad y reciprocidad entre los pisos ecológicos y en esa área se desarrollaron pueblos y una civilización que nos legó un enorme acervo de conocimientos arquitectónicos y agronómicos, como se puede ver en Machu Picchu que, como pocos saben, es una ciudad andino-amazónica (ver mapa 3).
Existe una correlación directa entre la construcción de carreteras pavimentadas y la deforestación. En los últimos 30 años más de 70 millones de hectáreas de bosque tropical amazónico fueron derribadas (aproximadamente 9% de la región), principalmente en Brasil, donde se deforestó aproximadamente el 19% de su selva amazónica. Entre 1978 y 2016 el área deforestada aumentó ¡50 veces! Es decir, en los últimos 40 años se deforestó 49 veces más que en toda la historia de la región. ¡Es tenebrosamente asombroso!
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Mapa 3
Carreteras en fase de implantación en la Amazonía.
Observe el lector que el área tradicionalmente continua de bosque comienza a ser fraccionada en bloques de bosque separados por las carreteras. Hasta hace unos 20 años las vías se encontraban a orillas de la región, pero ahora ya no solo avanzan contra la Amazonía, sino que empiezan a fragmentarla, lo que provoca efectos metabólicos de gran alcance. Entre esas grandes carreteras que pasan a fragmentar la región, o mejor, a partir de ellas, surge una miríada de caminos vecinales que hacen avanzar la deforestación en un proceso que parece no tener control y cuyos efectos son a todas luces devastadores en sus múltiples escalas: local, regional, nacional y global.
Algunos países como Ecuador, Perú y Brasil provocaron la deforestación como una forma de asegurar su acceso a la propiedad, transformando de modo decisivo los parámetros de ocupación territorial de la región. En Ecuador, esa expansión benefició sobre todo a las grandes corporaciones petroleras y, más recientemente, a los capitales chinos también del sector
petrolero. En Perú, los grandes capitales de la explotación minera l
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tradicional, sobre todo canadienses, británicos, australianos y estadounidenses, son ahora acompañados también por capitales chinos, todos aprovechándose de la estructura de la iirsa, en gran parte financiada con capitales estatales brasileños. Lo mismo ocurrió en Colombia, donde se observa una combinación contradictoria entre intereses de paramilitares que abren espacio para el avance de la ganadería, monocultivos y minería, por un lado, y la guerrilla que, hasta hace muy poco tiempo, apoyó el avance de campesinos en condiciones de una infraestructura precaria que avanzaba sobre la Amazonía y la cuenca del Orinoco.
Todo indica que una verdadera reforma agraria será la que incorpore la dimensión territorial; es decir, la que enfrente las relaciones de poder y contemple las demandas de los grupos / clases sociales subalternizados, sobre todo de afrocolombianos, indígenas y campesinos, velando por el cumplimiento de las reservas campesinas, los posibles beneficios de toda la inversión en infraestructura y los acuerdos recientes de paz. Cualquier regulación que no contemple todo esto seguirá favoreciendo a aquellos que históricamente tienen el poder y los grandes capitales que ahora aportan a la región. Solamente entre 2000 y 2010 fueron deforestadas 24 millones de hectáreas, con énfasis negativo para Brasil, Colombia, Bolivia y Ecuador. Por otro lado, en este periodo, se registra la situación peculiar de los contrafuertes andino-amazónicos, cuyas condiciones mesológicas son favorables al cultivo de coca y, ante la falta de infraestructura, facilitan que el campesino migrante pueda sobrevivir en esas áreas distantes en propiedades de apenas 1 a 2 hectáreas cultivando hoja de coca. El transporte de pequeños volúmenes de un producto de alto valor por unidad de peso permitió que se establezca una estructura agraria constituida en el minifundio, lo que es inviable con cualquier otro producto. De esta manera, es más necesaria que nunca una reforma agraria que incorpore otros valores como, por ejemplo, la propuesta de los campesinos de la región andino-amazónica de impulsar las reservas campesinas que, en mucho, se asemejarían a las reservas extractivas de los caucheros de la Amazonía brasileña.
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No hay que perder de vista que la explotación de la madera desempeña un papel-clave para desencadenar la deforestación, pues la extracción y la venta de madera atraen negocios altamente lucrativos y abren espacio para otras actividades complementarias, como la cría de ganado o algún monocultivo. En fin, el comercio de madera tiene un papel pionero y dinámico al financiar la apertura de nuevas haciendas, el avance / invasión del bosque y los territorios ocupados tradicionalmente (mapa 4).
Mapa 4
Evolución de la deforestación en la Amazonía (2000-2010).
Los colores rojo y amarillo indican el avance de la deforestación de la mano de las carreteras principales y secundarias, solamente entre 2000 y 2010. La inmensa extensión territorial en negro registra la deforestación desde los años 70, principalmente.
60- Esas fronteras de colonización ignoran la complejidad de la relación suelo-bosque-agua-clima, y por tanto estimulan con sus inadecuadas prácticas los procesos de lateralización, l ixiviación y
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erosión de los suelos. Así expuestos, los suelos pierden su productividad y se genera la expansión desordenada de tierras abandonadas por campesinos que salen en busca de otras. De este modo tenemos la reproducción ampliada de un complejo panorama de violencia y devastación, en el que los pequeños agricultores “amansan” las tierras que poco después pasarán a manos de los grandes propietarios –no siempre por compra– para crear ganado o simplemente como reserva de valor.
61- Según la Comisión Pastoral de Tierra (cpt), desde 2006 en Brasil se registra que las poblaciones tradicionales son las mayores víctimas del progreso agrario / agrícola, pues es en la Amazonía donde están 60% de las localidades donde ocurrieron conflictos. Según el Consejo Indigenista Misionero (cimi), más de 560 líderes indígenas fueron asesinados entre 2005 y 2015 en Brasil. La carretera Transamazónica, por poner un ejemplo, fue construida bajo la consigna de que la Amazonía era una tierra sin gente donde debían ir los trabajadores sin tierra del noreste, y fue así como motivaron a los “colonos” del sur del país a vender sus “colonias” y comprar tierras más baratas en proyectos de colonización oficiales o privados en la Amazonía. Las políticas oficiales de ocupación de tierras en la Amazonía se hacen a título de colonización y en contra de la reforma agraria. Esto no impidió, sin embargo, que cerca del 30% de las tierras ocupadas recientemente en la Amazonía estén en manos de pequeños productores rurales, la mayor parte de ellos provenientes de otras regiones y sin conocimiento del complejo metabolismo ecológico amazónico. Lo mismo se puede decir, en este aspecto, de los grandes propietarios que llegan a la región con la mentalidad de querer la tierra sin cultivo, y no el bosque. El bosque, así como sus contrafuertes andinos, se ve como un obstáculo.
62- Así, hay un proceso complejo con diferentes sentidos prácticos que está llevando a la destrucción del bosque y a la muerte de los ríos (paranás e igarapés [riachuelos, pequeñas corrientes]) y lagos. Algunos sectores de pequeños productores que se instalaron de forma clandestina buscan desarrollar prácticas agroforestales
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prometedoras; es más, según registros, en Brasil la deforestación tiene su principal dinamismo en la “modernización conservadora” (agrobusiness) que exige una dinámica económica basada en la extrema concentración agraria y con monocultivos orientados a la exportación. No es inusual ver a grandes propietarios que operan con tecnologías de punta en sus propiedades en el centro-sur del país, y que a la vez mantienen en la Amazonía grandes propiedades con ganadería extensiva o como tierras para reserva de valor.
63- Como se ve, los ejes de desarrollo de la iirsa son también ejes de conflicto, de deforestación y de caos en los ríos que, en un pasado no muy lejano, “administraron la vida”, como dice la feliz expresión de Leandro Tocantins. Existe una fuerte presión sobre la Amazonía y los pueblos / grupos sociales que desde tiempos inmemoriales plasmaron allí modos de reproducción de la vida con base en la productividad biológica primaria de lo que, después, vendrían a apropiarse diversos grupos campesinos que ahora también son parte de las “nuevas presiones”, como son los casos de las quilombolas y los caucheros, entre otros muchos. Los poderosos grupos / clases sociales que protagonizan el nuevo patrón de expansión socio-geográfica, voraz en sus demandas por materia y energía, están imponiendo dificultades para reconocer las territorialidades comunitarias, hacer la demarcación de las tierras, respetar los derechos de la naturaleza y llevar a la práctica el Convenio de la oit, o la Declaración de los Derechos Indígenas de la onu.
64- La Amazonía meridional, en Bolivia y Brasil, viene siendo incorporada al complejo logístico que da soporte a la dinámica capitalista en el espacio geográfico, con el avance del complejo del agrobusiness de la soya, maíz, caña de azúcar y de la ganadería extensiva, ampliando el llamado “arco de la deforestación” en Brasil, que hoy se prolonga por Beni, en la Amazonía boliviana y por Madre de Dios, en Perú. Todo un complejo de energía (Jirau, Santo Antônio, Cachoeira Esperanza) está siendo construido para dar soporte a la expansión de ese complejo de soya que se articula al puerto de Itacoatiara, en el estado de Amazonas, bajo control de
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las grandes corporaciones transnacionales del agrobusiness que, de ese modo, retroalimentan el proceso de avance de la deforestación.
65- Lo mismo ocurre en la Amazonía occidental con las hidroeléctricas de Tucuruí, Belo Monte, y del río Tapajós-Teles Pires, que ofrecen las condiciones de energía para la exportación de carne, sobre todo en Pará, y para el complejo de exportación de soja en el norte de Mato Grosso. Una nueva carretera, la br 163, sale de Cuiabá hacia Santarém, en la desembocadura del río Tapajós, donde hay un puerto que está bajo el control de la multinacional Cargill. Esta carretera es paralela a Belém-Brasilia y fragmenta el bosque, antes una extensa área continúa. A partir de los bordes de esas carreteras surgen otros caminos vecinales que avanzan conformando el devastador diseño de espina de pez.
Mapa 5
Deforestación: El padrón Espina de Pez de las carreteras vecinales - Rondônia Las áreas deforestadas son las que aparecen en café 17
17 Foto: ESA/VITO. Disponible en: http://revistagalileu.globo.com/Ciencia/ Meio-Ambiente/noticia/2014/10/satelite-europeu-registra-desmatamentoem-rondonia.html. Acceso en: 13 feb. 2017.
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66- Obsérvese que el proyecto geopolítico elaborado por las élites militares, que tuvo como cabeza de puente la ciudad capital de Brasilia, proyectó sobre la Amazonía las primeras carreteras, con la rodovía Belém-Brasilia y la br 364, uniendo Brasilia a Cuiabá, Puerto Viejo y Río Branco. Así, inicialmente, había dos intermediarios de expansión sobre la Amazonía brasileña: uno en la Amazonía oriental, con la carretera Belém-Brasilia, y otro hacia la Amazonía sur-occidental, en el rumbo de Rondônia y Acre. Estos dos grandes ejes fueron, como suele suceder, vías por donde avanzaron el complejo de violencia y devastación con los latifundios de ganado, caña, soya, maíz y otros que generalmente se aprovechan de los caminos abiertos por la explotación de las maderas y carbón vegetal, o de las tierras abandonadas por los pequeños agricultores de los proyectos de colonización oficiales y privados que no conseguían mantenerse y reproducirse social y económicamente. Con el progreso, la explotación de madera y de carbón vegetal acentúan la formación de pasto para el ganado bovino y de paso, la consolidación de un trabajo generalmente análogo a la esclavitud, sobre todo para la llamada “juquira”18.
67- Se registra que una región de aproximadamente 100 metros dentro del bosque, a partir de las tierras que bordean las áreas deforestadas, es una franja de tierra donde la humedad relativa del aire común cae por debajo de 65%, límite por debajo del cual el fuego encuentra condiciones favorables para la autopropagación. Así, la deforestación gana un dinamismo propio a través de las espinas de pez, que son los diseños de las carreteras que desangran el bosque.
68- Otro vector de deforestación y conflicto se viene abriendo en los últimos 15 años con la carretera 174, que interconecta Manaus-Boa Vista, y de ese modo a Brasil con Venezuela. El estrechamiento de las relaciones comerciales capitalistas entre Venezuela y Brasil plantea exigencias logísticas que iirsa busca
18 Rozar, cortar matorrales; derribar matorrales bajos, arbustos o palmeras con ayuda de una hoz.
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contemplar. Venezuela se constituye como uno de los grandes mercados para las carnes brasileñas producidas en la Amazonía.
Los efectos para la Amazonía y sus pueblos no derivan solo del aumento del intercambio comercial entre estos dos países, sino también de la reconfiguración espacial que se está llevando adelante, con amplia presencia de China, para la apertura de un nuevo canal interoceánico Pacífico-Caribe en Nicaragua, bajo control de capitales chinos; y de la construcción del puerto de Mariel en Cuba, proyectos ambos que tienden a ampliar las oportunidades para la expansión del capital del agronegocio y de la minería en la Amazonía. Todo indica que esa nueva configuración geopolítica haya acelerado la aproximación del gobierno estadounidense con Cuba, flexibilizando, al menos momentáneamente, el bloqueo contra la Revolución.
VI.2 - Los megaproyectos de infraestructura: hidroeléctricas
69- La construcción de carreteras / hidrovías / ferrocarriles / puertos tiene por objetivo facilitar la circulación de las mercancías en el espacio geográfico y estimular la aceleración de la producción y la acumulación de capital. La producción de más, es decir, el aumento de la capacidad de transformación de la materia –trabajo para los físicos– exige el aumento de la capacidad de generar energía. La magnitud y la escala de las transformaciones en curso, en la reorganización espacial, serían así imposibles sin el aumento de la oferta de energía; la demanda energética es una función directa del proceso de urbanización en todo el mundo, bajo el impulso de la acumulación de capital. La Amazonía también ha pasado por un intenso proceso de urbanización en los últimos 30 a 40 años y, así, existe una demanda creciente de energía de la propia región, aunque el mayor impulso se da por la integración de la región a los mercados globales.
70- La cuenca amazónica es vista por los gobiernos, empresas, inversionistas y consumidores como una fuente virtualmente
inagotable de recursos hídricos útiles para la producción

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hidroeléctrica, tanto por su aporte actual a los países de la región –hasta tres cuartas partes de la oferta nacional en Perú, Bolivia o Ecuador– como por el aporte futuro de la subregión andino-amazónica, con alto potencial instalable de la selva alta, que servirá sobre todo a la demanda de Brasil, el mayor consumidor de energía entre los países de la región (ver mapa 6).
Mapa 6
Hidroeléctricas por fase de actividad en la Amazonía.
El número de represas hidroeléctricas instaladas en 2013 es prácticamente el mismo de las represas en construcción y ya proyectadas. Observe el lector que el mapa ofrece también el potencial ya identificado para nuevas hidroeléctricas. No olvidemos que la energía es capacidad de trabajo y el trabajo es la capacidad de transformación de la materia. Tomemos en cuenta, sin embargo, que hasta muy recientemente la energía que movía el metabolismo de la Amazonía era básicamente la energía solar y proporcionaba todo el metabolismo neguentrópico del bosque, la autopoiesis de Humberto Maturana y Francisco Varela. Ahora, con ese nuevo metabolismo movido a la energía hidráulica y fósil, es de entropía que estamos hablando. Todo lo que está en amarillo, rojo y lila, en el mapa, es el aumento potencial del actual patrón de acumulación, violencia y devastación.
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71- Hasta 2012 existían en la Amazonía 171 hidroeléctricas en operación o en construcción, de las cuales 120 tenían capacidad de hasta 30 mw, las llamadas pequeñas centrales hidroeléctricas (pch). En los planes energéticos nacionales se prevé, para 2020, la construcción de otras 246 hidroeléctricas, siendo la mayor parte pch (179); es decir, un aumento espectacular del 144% del número total de hidroeléctricas, del 149% de pch y del 131% en grandes hidroeléctricas (uch). Subrayamos el enorme impacto que ello implica en términos de la capacidad de transformación de la materia (trabajo) proporcionada por esa energía.
72- Por el número de represas en la región andino amazónica, se destacan Perú, con 3 uhc y 23 pch; Ecuador, con 7 uhc; Bolivia, con 5 uhc y una pch; además de las represas a lo largo del eid Orinoco-Amazonas (antiguo eid guyanense), que son tres en Venezuela, una en Suriname y una en la anacrónica colonia de Guyana. En Ecuador, por ejemplo, el gobierno está empeñado en la implementación del proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair, a través de un acuerdo binacional con China, esperando revertir así la actual compra de electricidad, en época de sequía, de Colombia y Perú, y con el objetivo de convertirse, más bien, en exportador de energía para estos países a partir de 2016 (Little, 2013). Hay fuertes resistencias a ese proyecto por sus complicaciones técnicas propias y por sus implicaciones socioambientales.
73- Según Finer y Jenkins (2012a, 2012b), de todas las represas planificadas de los países andinos en la cuenca amazónica, 79 están en Perú, 60 en Ecuador, 10 en Bolivia y dos en Colombia. De las 17 clasificadas como “muy grandes” (más de1000 mw), 10 están en Perú, 5 en Ecuador y dos en Bolivia. La mayoría de las represas planificadas están ubicadas en las montañas al pie de los Andes, sin embargo, 21 se sitúan por debajo de los 400 metros sobre el nivel del mar, donde el clima y la vegetación son tropicales y donde un gradiente altímetro da lugar a que se formen los depósitos más grandes.
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74- De esta manera, aumenta la presión en estas cuencas por proyectos de generación hidroeléctrica de media y gran capacidad (más de 100 mw), y también por la transposición de agua a ciudades
de la vertiente del Pacífico, como es el caso ecuatoriano, donde se registran cerca de 30 proyectos hidroeléctricos y otros proyectos multiusos para la transposición de agua potable a ciudades como Quito (hasta el 80%) y para el riego en zonas de producción florícola y agroindustrial. También se registran áreas protegidas que, en el momento de su creación, han reconocido la importancia de los servicios hídricos de los páramos y bosques montañosos de la vertiente amazónica, debiendo distinguirse que los ríos de origen andino vierten sus aguas ricas en sedimentos en las cuencas de Brasil, atravesando las fronteras internacionales, como en el caso de Ecuador, cuyos sistemas hidrográficos amazónicos son transfronterizos con Perú y Colombia (Víctor López / EcoCiencia).
75- La mayor de las uhc proyectadas en Perú es la de Pongo de Manseriche, ubicada en el río Marañón, con una potencia proyectada de 7.550 mw. La hidroeléctrica de mayor porte en operación con implicaciones en la Amazonía, aunque localizada en la cuenca del Orinoco, es la de El Guri, en Venezuela, con una potencia de 10.325 mw. La hidroeléctrica de mayor potencia es la de Belo Monte, Brasil, con 11.233 mw.
76- Debemos considerar, además, la demanda desigual de energía de los diferentes países amazónicos, lo que nos revela una geopolítica con fuertes marcas de un subimperialismo brasileño. Así es como Brasil, por su demanda energética en constante crecimiento y por la disparidad entre su economía en relación a los demás países de la región, pretende presionar en pos de la construcción de hidroeléctricas, además de la búsqueda de otras fuentes de suministro de energía (petróleo y gas), como veremos más adelante. El Ministerio de Minas y Energía de Brasil estimó el potencial hidroeléctrico de los países vecinos, proyectando la proyección de sus excedentes: 180.000 mw en Perú, 20.300 mw en Bolivia y 8.000 mw en la Guayana Francesa (Brasil, mme, 2012, 66-67).
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77- En 2010 el gobierno peruano firmó con Brasil un acuerdo para el suministro de electricidad y para la exportación de excedentes. El acuerdo anticipa la construcción de hidroeléctricas con un potencial de 6.673 mw, volumen que supera todo el
consumo actual de Perú, que es de 5.000 mw, o sea, el 90% de esa
producción será exportada a Brasil. La prensa brasileña informó del acuerdo señalando que se trataba de una “pieza clave en la internacionalización del grupo Eletrobras” (Zibechi,
2012: 221).
78- Las represas de Santo Antônio y de Jirau, en el río Madeira, forman parte de la hidrovía Río Madeira que, según P. Fearnside “permitiría la ejecución de más de 4.000 km de hidrovías en Bolivia”. Los cálculos preliminares para la cantidad de granos (principalmente soya) para ser transportados indican un total de 28 millones de toneladas al año de Mato Grosso y 24 millones de toneladas al año de Bolivia (…)”. Las estimaciones, en el caso de la soya podrían ser exageradas, ya que la zonificación boliviana (Zonigig et al., 1997, citado por Vera-Díaz et al., 2007) indica bajo potencial agrícola en gran parte del área donde los estudios brasileños dicen que hay ocho millones de hectáreas de suelos adecuados. Si hay ocho millones de hectáreas de tierra adecuada en Bolivia y esta área se transforma en soya, los impactos de la hidroeléctrica y la navegación deben incluir la pérdida de áreas de ecosistemas naturales, que representa un total más de 150 veces mayor que la superficie de los depósitos. Aunque no se haya mencionado en el informe, hay que señalar que muchos productores de soya en la Amazonía boliviana hoy son brasileños y es probable que gran parte de la expansión de la soya en el área adicional, que sería abierta a la navegación, también recaiga en manos de brasileños (Fearniside, 2015, 19).
79- El ambicioso plan de expansión energética sobre los ríos de la Amazonía brasileña probablemente redimensionará los emprendimientos de exploración y explotación minera en la región en los próximos años. En el caso de Belo Monte, en Volta Grande del río Xingu, se pone en evidencia los efectos en cadena que provoca la construcción de hidroeléctricas, además de los
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efectos locales. Anticipando la disponibilidad de energía de esa central hidroeléctrica, la empresa canadiense Belo Sun avanza en el proceso de obtención de la licencia ambiental de la mina de oro a cielo abierto, la cual será la mayor empresa minera de Brasil. Si se concede la licencia ambiental, la empresa se instalará a menos de 16 kilómetros de la hidroeléctrica de Belo Monte, que debe abastecer energía continua y barata para la mina a partir de 2017.
80- Existe un mito que debe ser adecuadamente evaluado, y se refiere al hecho de que la energía hidroeléctrica es una energía limpia. Uno de los investigadores más especializados en el tema, P. Fearnside, del Instituto Nacional de Investigación de la Amazonía (inpa), ubicado en Manaus, afirma que en realidad son fuentes importantes de emisión de gases de efecto invernadero, inundación de tierras más fértiles, y de reubicación forzada de comunidades, provocando así interrupción en el tránsito humano, sus territorios y sus territorialidades. También contribuyen a la deforestación de las importantísimas matas de igapó.

VI.3 - Los megaproyectos de infraestructura: las tensiones territoriales en la explotación de petróleo y gas
81- Aunque la matriz energética con combustibles fósiles se encuentra cada vez más cuestionada, sigue siendo la base del sistema urbano-industrial impuesto por las grandes corporaciones globales. No olvidemos que la opción tecnológica que se apoya en esta, es además una opción política que impide el surgimiento de otras fuentes de energía. Se registra que en los últimos 40 años ocurrió el más intenso proceso expropiatorio de toda la historia de la humanidad; desde 2007, la onu registra que la población urbana ultrapasó la población rural, lo que implica una creciente demanda de fósiles (carbón, petróleo y gas). La dependencia tecnológica de los combustibles fósiles presupone que suban o bajen los precios en el oligopolizado mercado y
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que, por tanto, la producción aumente; después de todo, la máquina urbano-industrial no funciona sin esos fósiles. Cada vez más, estas materias primas estratégicas se extraen en situaciones más difíciles (fracking), en las profundidades cada vez mayores, como en las capas de pre-sal, en lo más profundo de los océanos y mares, de la misma forma se encuentra en las regiones más lejanas, como Alaska, el Ártico y la Amazonía, sobre todo en la subregión andino-amazónica.
82- La subregión andina de la Amazonía, por su formación geológica, alberga condiciones particularmente favorables para la existencia de petróleo y gas. Sin embargo, esta subregión, que conforma la totalidad de la Amazonía peruana y ecuatoriana y gran parte de la colombiana, está situada en los contrafuertes orientales de la cordillera andina y distante de los principales puertos y centros urbanos de esos países. La reconfiguración geográfica del centro productivo del sistema-mundo capitalista hacia el Pacífico ya se hace sentir sobre la región: China, en este momento, aparece como principal importador y financiador de los proyectos de extracción de petróleo y gas y, con ello aumenta la presión para que se abran carreteras y se conecte la subregión andino-amazónica al Pacífico y al Caribe colombiano. Esa es la razón de los acuerdos del gobierno colombiano con la guerrilla.
83- La demanda creciente de combustibles fósiles ha encontrado apoyo en diferentes gobiernos de los países amazónicos, por ser una importante fuente de captura de plusvalía mundial en forma de renta. En algunos países, como Ecuador, es la principal fuente de ingresos externos. Sabemos cómo el discurso del combate a la pobreza y al subdesarrollo ha sido levantado para que se intensifique la explotación de las riquezas naturales, sobre todo de aquellas que en la lógica desarrollista hegemónica se presenta como recurso. Según el diccionario, el recurso es un medio para alcanzar un fin; y el fin que se presenta en la ideología como legítimo es el de la lucha contra la pobreza y el subdesarrollo. La “urgencia” del capital que demanda esos “recursos” –la máquina no puede funcionar sin
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combustible– encuentra eco en la urgencia de su explotación para superar la miseria. Así se reproduce la lógica de la dependencia que reproduce el capital, en una punta y, en la otra, la pobreza… esta estructura que en América Latina se mantiene ¡hace más de 500 años! Hasta ahora se considera que es polémico, al menos en Ecuador, que el destino de los petrodólares sean los programas sociales, sea por la prohibición que viene desde los gobiernos neoliberales de usar esos recursos variables en políticas sociales, sea por los enormes subsidios que el gobierno de la “revolución ciudadana” da a la gasolina que, instantáneamente, beneficia a la clase media (Dávalos, 2015).
Mapa 7
Lotes petrolíferos por fase de actividad.
84- El primado del derecho liberal-capitalista que aún guía las relaciones sociales y de poder implica la desterritorialización de las territorialidades comunitarias al tomar el interés nacional con
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una perspectiva colonial que ignora las múltiples etnias / pueblos / nacionalidades que ocupan la Amazonía, en particular su subregión andina donde la mayor parte de las personas se encuentran aisladas voluntariamente. De la misma manera, los gobiernos que se dicen contra las políticas neoliberales han encontrado dificultades para reconocer esas tierras, incluso de hacer valer el Convenio 169 de la oit, del que todos los países son signatarios.
85- En la Amazonía, según la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (raisg), existen 327 lotes petroleros que cubren un área de 1.082.704 km2 (14% de toda superficie amazónica). El 80% de ellos (263) están concentrados en la Amazonía andina, donde se encuentran cerca de la mitad de los pueblos indígenas, incluyendo los no contactados o en aislamiento voluntario. De esos 327 lotes, solo el 25% está actualmente en explotación, lo cual indica el enorme potencial para la expansión de esta actividad, desde la perspectiva de que estos lotes ya están destinados por los Estados a las diferentes empresas. En Ecuador se encuentran más del 60% de todos los bloques petroleros en explotación en toda la cuenca amazónica (25.000 de los 40.000 km²). Perú es el país que presenta el proceso más rápido de expansión de las concesiones petroleras; entre 2004 y 2009, el área de la Amazonía peruana bajo concesiones fue triplicada, cubriendo 659.937 km², es decir, el 84% del total. Colombia también acelera la concesión de lotes para explotación petrolera y licitó 193.414 km² de su Amazonía, un área equivalente al 40% de ese territorio.
86- Al menos 71 empresas petroleras están presentes en la Amazonía, con relevancia de las empresas estatales y las grandes corporaciones tradicionales del sector petrolero. Existe una enorme concentración de capital en el sector, con realce para la Pluspetrol, de Argentina; Petroamazonas ep, de Ecuador; Perenco, de Gran Bretaña y de Francia y la Petroriental de China. Las empresas con mayor extensión en fase de prospección son Petrobras, de Brasil (61.487 km2); Talisman Energy, de Canadá (30.491 km2);
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ogx Petróleo y Gas Ltda., de Brasil (28.744 km2); y Burlington, de Estados Unidos (27.197 km2) (raisg).
87- La explotación de petróleo y gas origina la construcción de carreteras, oleoductos, gasoductos y otras infraestructuras que favorecen el avance del frente agrícola colonial (colonización) que promueve la degradación y la deforestación del bosque, la aparición de enfermedades y el debilitamiento de las formas propias de relación y control social de las comunidades indígenas (sus territorios / sus territorialidades).
88- He aquí la incongruencia impuesta por la colonialidad del saber y del poder del sistema-mundo capitalista hacia la región y sus pueblos: la Amazonía, pese a todo lo expuesto, pasó a ser protagonista en el debate geopolítico mundial por su función ecológica, sobre todo para el equilibrio climático global. Actualmente, se ve como una región que pasa a contribuir fuertemente al recrudecimiento de ese desequilibrio por su producción / exportación de combustibles, que pretende ser cada vez mayor. La máquina urbano-industrial impulsada por la lógica productivista de la acumulación de capital ofrece mercados para comprar petróleo y gas, que aumenta la emisión global de esos gases mientras los sectores de la sociedad civil presionan a los países amazónicos para disminuir la emisión de co², evitando la deforestación. La Amazonía paga un precio alto por no enfrentarse al leitmotiv de ese proceso de devastación que se basa en la idea de dominar la naturaleza y se afirma con la lógica de la acumulación de capital que transforma riqueza en su expresión cuantitativa (dinero) que, como abstracción de la riqueza, no tiene límites. Lo malo de esa contradicción es el avance acelerado de la pérdida de diversidad biológica y cultural y la violencia contra los pueblos, con el saqueo de las poblaciones y los asesinatos, a la vista del rechazo internacional apoyar una de las más creativas formas de defender la riqueza amazónica y de sus pueblos: la propuesta de Yasuní.
84 amazonía: encrucijada civilizatoria
VI.4 - Los megraproyectos: la minería y el dinamismo de los capitalistas privados
89- Como hemos visto en la Introducción, el carácter colonial que domina el imaginario general sobre la Amazonía establece que la región es una enorme reserva de riquezas que nos permitiría, en el futuro, superar miserias y adversidades; en esa misma concepción general, el bosque es visto como un obstáculo para la expansión de la agricultura y la ganadería. Ambas ideas alimentan el mito de la “enorme reserva de riquezas” que necesita ser “invadido” por la tecno-ciencia que, en suma, también contribuye a alimentar esos mitos.
En todos los países que ejercen soberanía sobre la Amazonía, la legislación separa la propiedad del suelo de la propiedad del subsuelo, donde están los minerales, además del petróleo y del gas. En la medida en que aumenta la demanda internacional por minerales, aumenta también la presión de los capitales privados sobre los Estados para obtener las concesiones. También existen movimientos políticos protagonizados por agentes territorialistas, generalmente con ideologías nacionalistas, que buscan conformar empresas estatales para explotar esos recursos apoderándose de una fracción de la plusvalía producida por los trabajadores en todo el mundo en forma de beneficio (mapa 8).
90- Actualmente existen en la Amazonía 52.974 zonas mineras que cubren un área de 1.628.850 km², lo que corresponde al 21% de la superficie de toda la cuenca. Brasil tiene aproximadamente el 80% de esas áreas y Perú, con el 11%, viene en segundo lugar. Guyana es el país con mayor porcentaje de zonas mineras, con el 67,5% de su territorio amazónico, seguido por Brasil con el 27%, y el Suriname con el 18,6%. Bolivia es el país con menor proporción de zonas mineras en su región amazónica, con el 0,8%.
91- Existe una fuerte dependencia de la minería a gran escala, la infraestructura de transporte y, sobre todo, la infraestructura
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energética. Las áreas donde están la mayoría de las zonas mineras en producción / prospección demuestran la perversa sinergia de destrucción y violencia de los complejos logísticos de caminoshidroeléctricas-minería a gran escala dominados por la lógica burguesa-gestorial. Después de todo, la construcción de represas y carreteras pretende viabilizar los proyectos privados mineros y el agrobusiness.
Mapa 8
Zona minera por fase de actividad.
En el mapa se pueden observar las áreas en prospección (en rojo) y las áreas en demanda (en lila), que son, de lejos, mucho más grandes que las que por ahora están en explotación (en azul). Así, la destrucción proyectada no tendría equivalencias en toda la historia de la región, y marcaría un colapso ambiental inminente.
92- Los proyectos mineros se caracterizan por el extenso número de zonas que abarcan –son 52.974–, por estar casi en su totalidad relacionados con capitales privados concentrados en
86 amazonía: encrucijada civilizatoria
algunas pocas corporaciones transnacionales. La mayoría de las zonas de interés minero están en fase de solicitud (50,8% del total) o en prospección (30,8%). El hecho de que el 50,8% esté en fase de solicitud indica el inmenso interés y el potencial de expansión del sector minero en los próximos años, y, con ello, el aumento de la conflictividad se plantea en el horizonte de futuro inmediato. Al final, el acceso al subsuelo solo es posible a través del terreno donde generalmente están las etnias / pueblos / nacionalidades indígenas, refugio de esclavos y diversas comunidades campesinas de la Amazonía.
93- En el Amazonas actualmente hay por lo menos seis grandes fronts mineros que generan fuertes impactos locales y ocasionan conflictos: 1) la región minera de oro de Madre de Dios (Perú); 2) los proyectos Fruta del Norte y Mirador en el sudeste andino-amazónico ecuatoriano, en las provincias Morona Santiago y Zamora Chinchipe; 3) la región de explotación de bauxita operada por la empresa china Bosai, en Guyana; y los otros tres en Brasil: 4) el proyecto Carajás, en Marabá / Parauapebas, en Pará, que se produce arrabio [hierro fundido] entre otros productos, donde opera la empresa Vale; 5) la Mina de Pitinga, en Presidente Figueiredo, en el Amazonas, donde la empresa Taboca extrae estaño y tántalo (materia prima para baterías de celular); 6) el proyecto Juruti, en el municipio del mismo nombre, en Pará, donde la empresa Alcoa explota bauxita.
94- Es paradójico que precisamente los países / sociedades en situación de subalternización en el sistema-mundo capitalista moderno-colonial, como lo son los de América Latina, y justamente los que tienen territorio en la Amazonía, debieron aumentar de modo significativo la explotación de oro después de 2008, a modo de garantizar reservas de valor para momentos de crisis del capital. Se calcula que más de 100 toneladas de mercurio son utilizadas por año por la minería ilegal de oro en la Amazonía (raisg).
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En este panorama, sea por razones estructurales o coyunturales, los efectos crueles y devastadores de la explotación del subsuelo se imponen contra la región y sus pueblos / culturas. Como no podía dejar de ser, existe conflicto por todos lados y con clara inclinación de aumento. Cada vez son mayores las preocupaciones de las comunidades locales por la presencia de mineros y los intereses en sus territorios.

96- Como es lógico, las tensiones territoriales en curso son vividas-sentidas-pensadas por aquellos(as) que las protagonizan de modo diverso y contradictorio; los conflictos son la manifestación práctica, concreta de esas contradicciones. Si quisiéramos buscar otras perspectivas con la región, deberíamos ser capaces de buscar un diálogo verdadero e intercultural con esos grupos / clases sociales, sobre todo con aquellos en situación de subalternización en las asimétricas relaciones sociales y de poder dominante que sienten en la carne y en el cuerpo esas circunstancias de presión y opresión. La región, como ya vimos, no es un vacío de cultura, sino todo lo contrario.
97- El conflicto es el momento en que las contradicciones se muestran en estado práctico y, como tal, es un escenario óptimo para ampliar el conocimiento sobre el mundo, sobre cada situación. En el conflicto, al menos dos visiones se ofrecen sobre un determinado problema, y en el caso de la Amazonía, no es diferente: los grupos/clases sociales en lucha con/contra el patrón socio-geográfico de poder actual, voraz en el consumo de energía, agua y suelo/subsuelo está destruyendo las bases de otro modelo socio-geográfico que extraía su dinamismo de la productividad biológica primaria: suelo / fotosíntesis / bosque / agua.

vii De conflictos y de r-existencias
90 amazonía: encrucijada civilizatoria
Esto no quiere decir que aquí reinase la armonía; al contrario, desde el periodo colonial la dominación sobre los pueblos indígenas y campesinos se hizo sentir de modo violento e incluso en el periodo anterior a la invasión europea, la guerra y la paz eran negociadas con frecuencia entre los pueblos / etnias / nacionalidades que aquí habitaban. Lo que hoy observamos es la disparidad de fuerzas entre los involucrados en las situaciones de conflicto.
98- Como mencionamos anteriormente, los conflictos amplían el conocimiento de la sociedad sobre sus problemas. Varios conflictos recientemente experimentados por las poblaciones amazónicas ampliaron el conocimiento de la sociedad, como un todo, sobre el destino de ese enorme patrimonio que, cada vez más, se ve no solamente como un remanso ecológico, sino también cultural, e incluso teórico-político, por las demandas de los grupos / clases sociales de la zona que nos afectan y nos inquieren. Eso se vislumbró en luchas y conflictos como los de Trinidad (Beni) en 1990, o Cochabamba en 2000, ambos en Bolivia; en el affair del complejo hidroeléctrico de Inambari, en el conflicto de Madre de Dios, en Conga, Bagua y Puno, también en Perú; en las luchas de los caucheros en los años 80 o, recientemente, en Belo Monte, Jirau y Santo Antônio, en Brasil; en Yasuní, en Ecuador; en el Putumayo, en Colombia.
99- El agua, tan abundante en la mayor cuenca hidrográfica del mundo, pasa a ser objeto de intensas disputas, tanto por los elevados volúmenes demandados por la minería como por la contaminación o por el aumento de la turbidez. Y, además, por la importancia de la evapo-transpiración del bosque para los regímenes de lluvias en amplias regiones de América del Sur, del Caribe e incluso de América del Norte.
100- En rechazo a la construcción de hidroeléctricas de Inambari, Perú, se instaló uno de los conflictos socioambientales más intensos de la Amazonía y, por qué no decir, de toda América Latina. El gobierno peruano se vio obligado a dar un paso atrás
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y canceló la autorización de las obras de Inambari. Las protestas contra ese proyecto se dieron tras un largo proceso de crecimiento de la resistencia a la minería en el país y en la región. “45 días de paralización en los que hubo seis muertos y 30 heridos. Los
manifestantes intentaron dos veces tomar el aeropuerto de Juliaca, la principal ciudad del estado (Puno), con 300 mil habitantes. […] La represión causó cinco muertos. En respuesta, la muchedumbre bloqueó la ciudad, quemó la comisaría del pueblo de Azángaro y destrozó bienes de varias transnacionales en Juliaca” (Zibechi).
101- En el caso de esta disputa, es necesario señalar que se trata de un conflicto que involucró a comunidades en lucha por el agua. Juliaca está ubicada en las proximidades de la Laguna Arapa, que forma parte del complejo del lago Titicaca. Este movimiento se atribuyó 1) a la lucha por la vida contra el proyecto hidroeléctrico Inambari; 2) a la explotación minera de Santa Ana contra la empresa canadiense Bear Creek Mining; 3) a la lucha de las comunidades por la limpieza del río Ramis, contaminado por la minería formal e informal; y 4) al rechazo a otros emprendimientos mineros en uno de los estados más pobres de Perú (Raúl Zibechi). En él participaron comunidades aymaras y quechuas, campesinos, trabajadores urbanos, comerciantes, estudiantes y profesionales que contaron con el apoyo de autoridades locales, formando un amplio frente social. El Frente de Defensa de los Recursos Naturales del Sur de Puno fue uno de los principales referentes, pero no el único, ya que se formó de una amplia convergencia en la que participaron organizaciones locales y de base y otras que integran la Confederación Nacional de Comunidades Afectadas por la minería (Conacami).
102- En Cochabamba, el motivo central del conflicto fue la privatización de la empresa administradora del abastecimiento de agua potable, lo que amenazaba con convertir a este elemento en una mercancía. Para el éxito de la resistencia fue fundamental, una vez más, la alianza de campesinos, indígenas, ecologistas y poblaciones urbanas en una lucha que hizo que por primera vez
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una multinacional –en este caso, la estadounidense Bechtell–, fuera expulsada de un país después de haber obtenido una concesión. Podemos decir que este conflicto de Cochabamba es un momento de inflexión en la historia reciente de Bolivia, pues a partir de allí los movimientos sociales adquirieron un protagonismo que llevaría a Evo Morales a la presidencia del país.
103- En Inambari, lo que está en juego son los pongos (pequeños cañadones de ríos) que interconectan diversos pisos y comunidades en los contrafuertes andino-amazónicos, y que al ser casi eliminados por las represas, dejarán de conectar a las comunidades. Todo el complejo hidroeléctrico que se pretende construir producirá más energía que la que actualmente consume Perú, por lo que el remanente se exportará a Brasil, principal financiador del proyecto a través del bndes, que apoya solamente a empresas brasileñas, lo que obligó al Estado peruano a adquirir préstamos a ser pagados con la exportación de energía y minerales. Desde 2005 en Perú crecieron exponencialmente las solicitudes de áreas para explotación de minería, petróleo y gas. La explotación minera requiere un alto consumo de agua, lo que origina conflictos de uso entre las comunidades tradicionales y las empresas mineras, como en Bagua o Conga.
104- Recordemos que esas luchas en torno a ríos y lagunas –desencadenadas por las comunidades directamente afectadas en el consumo de agua para matar la sed, alimentar a sus animales e irrigar sus plantaciones– se dieron con/contra las represas hidroeléctricas y las empresas de minería, cuya existencia paradójicamente solo es posible por la inmensidad del bosque como fuente de agua que sufre evapotranspiración y se presenta en forma de lluvia, como ya lo destacamos. El ciclo hidrológico de la Amazonía pasa, pues, por el bosque, por el agua en estado vivo, por otro estado del agua que no se encuentra debidamente caracterizado como tal que es diferente del líquido, del gaseoso y sólido. La vida de esas comunidades se ve afectada no solo por el uso frecuente de agua por parte de las empresas mineras, como también por las
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represas que, al presionar las aguas, interrumpen el ciclo de vida de los peces y, por lo tanto, afectan negativamente su reproducción y, con ello, la disponibilidad de proteínas alimentarias para las comunidades aguas abajo. Asimismo, el control de las aguas estancadas por las represas altera el proceso de las inundaciones y fugas y, en la Amazonía, son innumerables las especies de peces y otros animales, además de plantas, que dependen del régimen de las aguas para reproducirse. La variación entre las inundaciones y las filtraciones puede alcanzar entre 20 y 30 metros. El torrente de vida río-bosque es profundamente alterado por las represas y es una fuente de deforestación hasta aquí poco destacada. En suma, este no es un tópico menor de una región de tierras o de aguas cualquiera, sino exactamente de un territorio especial de tierras / aguas.
105- Las luchas actuales de los indígenas del tipnis en Bolivia y de los indígenas ecuatorianos, ya sea en Pastaza o en Yasuní, renuevan el debate que se obstruye con la tensión territorial de los dos patrones socio-geográficos que están en desarrollo y que la iirsa potencializa. Tanto en Pastaza como en Yasuní, en el Acre brasileño, como en el tipnis, en Bolivia, los indígenas amazónicos nos revelan que se trata de una lucha que necesita articularse interculturalmente con la toda la sociedad, sobre todo con los grupos / clases sociales que se posicionan a favor de la vida, de la dignidad y de los territorios contra la expansión voraz del capital que demanda materia y energía, ahora atraído por los nuevos “negocios de China”, y de Brasil con la iirsa.
106- En los años 80 los movimientos indígenas y campesinos lograron organizar en torno a sí mismos una aproximación con la agenda de los ambientalistas cuando, por ejemplo, los caucheros brasileños se acercaron a los indígenas y de esa aproximación surgieron la Alianza de los Pueblos del Bosque y la propuesta de Reserva Extractiva en la cual el propio concepto de reserva indica la fuente de inspiración en la lucha indígena. En Colombia se observó lo mismo con el movimiento campesino y su diálogo con la agenda
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de los ambientalistas con la propuesta de Reserva Campesina. En los dos casos, la agenda ecológica, campesina e indígena amazónica dialoga con el asunto de la reforma agraria que, por su esencia en la formación social de nuestra región, debe ser reanudada y tolerada, incorporando el tópico de los territorios / territorialidades y el tema ambiental, lo que en cierto modo se viene realizando con el debate técnico-político sobre los sistemas agroforestales, últimamente presente en las investigaciones de D. Posey y W. Balee.
Por último, la reforma agraria debe pensarse no solamente como lucha por la tierra, sino como una lucha por el territorio, como lucha por la tierra con un sentido para la vida –territorialidad–, más allá de la dimensión simplemente económica, aunque la incluya y también la resignifique19.
107- Es interesante observar que desde finales de los años 80, sobre todo desde 1990, un determinado conjunto de poder se viene constituyendo desde los grupos/clases sociales en situación de subalternización que destacan en la Amazonía. Nos referimos, en particular, a la Alianza de los Pueblos del Bosque, que articuló a campesinos forestales, como los siringueros (Chico Mendes, Osmarino Amancio Rodrigues, Raimundo de Barros, Dercy Telles) y pueblos indígenas (David Kopenawa Yanomami y Ailton Krenak), en Brasil, en las dos grandes marchas que en 1990 partieron de la Amazonía ecuatoriana y boliviana hacia las capitales (Quito y La Paz) con la consigna de lucha por la vida, dignidad y el territorio.
19 Tal vez aquí sea importante recuperar la contribución de Karl Polanyi en su libro La subsistencia del hombre. El mercado, en esa obra, aparece como el lugar de intercambio de la vida material y como práctica históricamente no solo anterior al capitalismo, sino que además es orientada por controles sociales, éticos y morales. Para recuperar el mercado como tal, es necesario, según Polanyi, que la tierra, el trabajo y el dinero pasen a ser subordinados ética y culturalmente a la sociedad, como bien común, tal y como fueron hasta el advenimiento del capitalismo, que subordinó la tierra, el trabajo y el dinero al juego (nada libre) del mercado. Polanyi, a su modo, se aproxima a la idea de “economía moral” elaborada por uno de los más importantes intelectuales-activistas de la tradición marxista, E. P. Thompson.
de conflictos y de r-existencias 95
108- Estos movimientos amazónicos unieron los mundos urbano y no urbano y marcaron un nuevo ciclo de luchas en América Latina; luchas que se fortalecieron a partir de 2000, con la Guerra del Agua en Cochabamba, Bolivia, ciudad ubicada en los altos valles andino-amazónicos, y que actualmente están presentes en Juliaca, Conga y Bagua, en Perú; en el tipnis, en Bolivia; en el Parque Nacional del Yasuní, en Ecuador; en Belo Monte, Jirau y Santo Antonio, y en las luchas del pueblo Munduruku contra las hidroeléctricas en el río Tapajós, en Brasil.
109- Dada la importancia de concretar los megaproyectos que involucran a los diversos eid de iirsa-cosiplan, muchos de los conflictos tienen implicaciones transfronterizas; es el caso de las hidroeléctricas de Santo Antonio y Jirau, en el río Madeira, que no tuvieron una evaluación socio-ambiental transfronteriza. Así, una gran inundación afectó a la región poco después del cierre de las represas, y anegó poblaciones de Brasil y Bolivia.

110- Los países que ejercen soberanía sobre la Amazonía han sido objeto, en los últimos 40 años, de fuertes presiones provenientes de los principales Estados para disminuir la deforestación, evitando así la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera y defendiendo una enorme riqueza en diversidad biológica y su patrimonio genético. Sin embargo, el dinamismo que proviene de esos centros del sistema-mundo capitalista modernocolonial se ha sostenido con la hegemonía cultural de un modo de vida alrededor del american way of life, sobre todo desde que terminó la Segunda Guerra Mundial, con la pax americana. La importancia subjetiva de este modo de vida se apoya y protege en un determinado modo de producción que envuelve las transformaciones metabólicas profundas en todo el planeta, aunque con efectos desiguales en sus distintas geografías. De esta forma, la dinámica geográficamente desigual de los resultados y de los residuos del desarrollo capitalista continúa exigiendo materias primas agrícolas y minerales, petróleo y gas ampliando así la red de transportes y comunicaciones, la producción de energía y, con ello, incentivando el aumento de la violencia y la deforestación y, aún más, contribuyendo a aumentar la emisión de gases de efecto invernadero en el planeta como un todo y en una porción cada vez más intensa en la Amazonía.
viii Amazonía: en el pasado había un futuro, y en el presente ¿hay futuro?
98 amazonía: encrucijada civilizatoria
111- La suerte de la Amazonía está en gran parte condicionada por la posición de la región en el nuevo contexto geoeconómico y político que proviene del desplazamiento del centro geográfico mundial y de la concentración del capital industrial a Asia, sobre todo a China. Esa actitud, por su parte, está particularmente condicionada por el significado geopolítico de Brasil, tanto a escala global como en las escalas subcontinental sudamericana y amazónica. Finalmente, Brasil posee aproximadamente el 60% del área de toda la región amazónica, es el país de máximo movimiento económico capitalista en el subcontinente y, no siendo un país con unión geográfica directa con el Pacífico, se encuentra ante la necesidad de hacer una gran maniobra geopolítica, con toda la logística incluida, en busca de esa fusión; es la razón por la cual protagoniza la Iniciativa de Integración Regional Suramericana (iirsa), continuando desde la posesión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en 2003, el histórico proyecto nacional establecido por los estrategas militares de seguridad de Brasil como potencia regional. Observamos que, de los diez ejes de integración y desarrollo de la iirsa, cinco tienen consecuencias directas sobre la Amazonía.
Mapa 9
Infraestructura: hidroeléctricas, hidrovías, caminos y líneas de transmisión en la Amazonía.
amazonía: en el pasado había un futuro 99
Observamos que la infraestructura ya no se organiza solamente en los márgenes de la Amazonía, sino que avanza promoviendo la fragmentación del bosque y, en el caso de las hidroeléctricas, a través de las represas, concretamente embarga el flujo de las aguas y altera el metabolismo de la reproducción de la fauna acuática, que significa proteína (pescado), fundamental para la alimentación de los pueblos y grupos / clases sociales que viven por las llanuras.
112- La Amazonía no puede ser vista más como una amplia región cubierta de bosque en una gran cuenca hidrográfica. El conjunto de “objetos técnicos”, como llamaba Milton Santos20, de las carreteras, puentes, canales, hidroeléctricas, líneas de transmisión de energía, plantas de explotación minera, de petróleo y gas, da información de las intenciones de los agentes que están generando toda esa logística, a saber: los gestores territorialistas de los Estados y de las grandes corporaciones capitalistas.
El canal del río Amazonas se convierte en un gran eje este-oeste que atraviesa la cordillera de los Andes por los canales, puentes y puertos que facilitan la navegación por el gran río y con carreteras que transponen la cordillera. Se observa que Manaos obtiene un significado aún mejor, no solamente por el parque industrial que le dio la condición de metrópoli, con más de dos millones de habitantes, sino también por ser el centro de una ciudad en el sentido norte-sur, que conecta la br 174 Manaos-Boa Vista-Caracas a la br 319, que conecta Manaos a Porto Velho, en Rondônia, y desde allí al Centro-Sur más dinámico de Brasil desde el punto de vista capitalista. A lo largo de esas dos grandes carreteras, avanza el complejo de explotación de madera y carbón vegetal, de pasto para el ganado, de los monocultivos de caña/soya/maíz con sus efectos destructivos. De esa lateral norte que conecta Manaos a Caracas, a través de las sabanas y atravesando la cuenca del Orinoco, se está proyectando un extenso arco de exploración minera
20 Y el concepto de “objeto técnico” para Milton Santos es necesario. Al final, son los objetos que, a diferencia de los objetos naturales, están impregnados de intencionalidad. Esto provoca que debamos considerar a los agentes que definen esa intencionalidad, tal como estamos haciendo en este análisis.
100 amazonía: encrucijada civilizatoria
a partir de Venezuela y Guyana (excolonia inglesa)21, está avanzando sobre Suriname, con ilimitada presencia de capitales chinos.
No ignoremos 1) que el Canal de Panamá se está ampliando; 2) que un nuevo canal está siendo construido aproximadamente a 600 km al norte, en Nicaragua, con autorización para el funcionamiento de empresas chinas; y 3) que un amplio puerto acaba de ser construido en Mariel, Cuba, por empresas brasileñas para ser base logística de la exportación de commoditties para Asia, sobre todo para China. De esta forma, la extensa isla del Caribe vuelve a tener el papel geopolítico histórico que tuvo desde el primer momento de la constitución del sistema-mundo capitalista moderno-colonial, cuando era la base de las Indias Occidentales del imperio español, cuya extensión alcanzaba hasta las Filipinas22.
Así, sea por la lateral de la Amazonía Oriental –con la carretera Belém-Brasilia y los puertos de Belém, en Pará, de Macapá23, en Amapá y de Itaqui, en Maranhão– sea por la lateral de la Amazonía Sur-Occidental –con las carreteras Cuiabá-Porto Velho, Porto Velho-Manaos, Porto Velho-Rio Branco-Cruzeiro do Sul, en Acre– y con la llamada Carretera del Pacífico, que une Porto Velho con Río Branco, en Brasil, con el puerto de Illo en Perú; por la lateral norte de la Amazonía, con la carretera Manaos-Boa Vista-Caracas, como por la lateral de la Amazonía Sur-Occidental se interconecta todo el complejo del agribusiness de la Meseta Central brasileña, que aún se articula a través de un nuevo front –a Tierra del Medio–, a través de la carretera Cuiabá-Santarém.
Por otro lado, el río Amazonas gana una nueva dimensión no solo por sus puertos tradicionales, como Belém y Manaos24, sino
también por sus ciudades puertos que cambian radicalmente su
21 Ya vimos que Guyana es el país con mayor porcentaje de zonas mineras, con el 67,5% de su territorio amazónico en explotación o en prospección. 22 Recordemos que Filipinas debe ese nombre a la dominación española como homenaje al rey Felipe II (1527-1898). 23 El puerto de Macapá se ha duplicado recientemente en 2015. 24 Manaos, como se sabe, está ubicada en la desembocadura del río Negro, junto al Amazonas.
amazonía: en el pasado había un futuro 101
escala de operación, dejando de ser eslabones intermediarios subregionales de las comunidades ribereñas tradicionales como Santarém, en Pará, e Itacoatiara, en el Amazonas, que ahora operan bajo el control de grandes corporaciones del agribusiness como la Cargill en Santarém y el Grupo Maggi en Itacoatiara.
113- Con toda esa logística, sigue un nuevo parámetro de aumento de capital con una insaciable demanda de materia y energía que integra de forma subordinada la Amazonía a la división internacional del trabajo, en la condición colonial, como región substituidora de materias primas agrícolas, minerales y energética (petróleo, gas e hidroenergía en forma de commoditty). Y todo, insistimos, para alimentar un estilo de vida y un régimen socio-político-cultural eeuucentrado dependiente de la lógica de la centralizacion de capital constituido por la súper-explotación del trabajo / de la naturaleza en las regiones periféricas del sistemamundo, particularmente en las regiones periféricas de los países periféricos como la Amazonía.
Se ha llamado la atención de varios investigadores con el término eeuucentrado25, el lector me permita el neologismo, referido al modelo societario que está sobrepasando la capacidad del planeta con una carga ecológica que nos amenaza a todos, que se realiza de modo colonial, con una geografía desigual de ingresos y residuos.
Mahatma Gandhi ya había advertido al respecto cuando dijo que “para desarrollar Inglaterra fue necesario el planeta entero”; y preguntó: “¿qué será necesario para desarrollar India?”. Se sustituye a India por la carga ecológica de China o de Estados Unidos o de Europa Occidental o de Japón y veremos que, o superamos el capitalismo y su colonialidad, o la afirmación de Federico Jameson en el epígrafe de este ensayo, se confirmará.
25 Con ese neologismo, permítame el lector, procuro ampliar la idea del eurocentrismo también para Estados Unidos cuya “romana” Casa Blanca habla del carácter imperial-colonial inspirado en Roma. De este modo sugiero escribir eeuurocentrismo, eeuurocentrado …
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114- El Estado ha tenido un papel activo en la formación de toda esta logística, tanto en la planificación y en el financiamiento como en la construcción y, aún más, por el acuerdo político de una acción verdaderamente pan-amazónica. Y en este punto la escala geográfica de esa operación revela toda la importancia política y las consecuencias para los destinos de la democracia, sobre todo para los propósitos de los grupos / clases sociales en situación de subalternización. Las escalas no son neutras como las relaciones sociales y el poder que las constituyen, tampoco en relación a los grupos / clases sociales que las componen. Toda esta logística tiene como objetivo aumentar el giro de los capitales y la productividad. Tanto el giro de capitales como la productividad son conceptos temporales, mientras que el giro de capitales se refiere a su dimensión meramente monetaria, más abstracta, la productividad causa una relación material, concreta de unidades de un determinado bien producido en una unidad determinada de tiempo. Como se dice en lenguaje ya popularizado: time is money.
Sin embargo, el dinero es un correspondiente general, abstracto que, a su vez, origina dimensiones tangibles, concretas en la logística del espacio-tiempo con sus metabolismos y temporalidades-territorialidades diversas. Los efectos han sido dramáticos y devastadores para los grupos / clases sociales en situación de subalternización cuya realidad se da en escalas locales y cuya convivencia se da en otras velocidades. Los tiempos flexibles, como decía Milton Santos.
115- El Estado está siendo capturado por la lógica del tiempo de las grandes corporaciones; es un tiempo en el cual se observa al espacio pero no a su geografía y, menos aún, a las geografías de los grupos / clases sociales en situación de subalternización (PortoGonçalves, 2001). La modernidad - colonial del Estado representa el “colonialismo interno” por su alianza con las grandes empresas de construcción civil, de la agroindustria, las petroleras y la mineras, de la economía verde, quienes, por lo tanto, 1) hacen que la legislación medioambiental retroceda; 2) limitan los derechos de
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las etnias / pueblos / nacionalidades, de quilombolas y campesinos; 3) no respetan el Convenio 169 de la oit, del que todos los países de la región, sin excepción, son suscriptores; 4) no respetan las determinaciones de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de la onu de la que también son suscriptores; 5) posponen la reforma agraria, promoviendo la colonización o solapándola; 6) no pudiendo contener el aumento de la violencia, como se observa con los asesinatos y eliminaciones en rápido crecimiento (cpt, 2016); 7) apoyando o aceptando financiamiento de empresas en la creación de unidades de “protección ambiental”, como en la región del río Trombetas, en Pará, donde opera la empresa minera Rio do Norte; 8) admitiendo la ideología del “uso racional del bosque”, casi siempre restringida a la lógica tecnocientífica convencional que está siendo impuesta en el Acre, Brasil, ignorando las matrices tradicionales que nos dieron, por ejemplo, la propuesta de ecologismo popular defendida por Chico Mendes; o en Ecuador, donde el gobierno de Rafael Correa, levantando una retórica contra los ambientalistas, se asocia a la Sustainable Development Solutions Network (sdsn)26, y a Jeffrey Sachs, uno de los máximos
26 La SDSN fue creada por el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, en 2013 para guiar la representación y elaboración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Tiene su cuartel general en el Earth Institute de la Universidad de Columbia, centro de investigaciones dirigido por J. Sachs. Está financiado por empresas transnacionales y su objetivo es la promoción de la perspectiva de Sachs sobre el desarrollo sostenible, apoyada en el libre mercado y en la responsabilidad social corporativa. Sachs se hizo famoso en América Latina como arquitecto de la “terapia del shock” de reformas neoliberales que se instalaron en Bolivia en 1985, y en otros países de América, Europa del Este y en la ex Unión Soviética. Entre 1998 y 1999, Sachs fue asesor económico del presidente ecuatoriano Jamil Mahuad, formulando un ortodoxo programa de ajuste basado en la austeridad fiscal, en las privatizaciones y en la abolición de los subsidios. El resultado fue una crisis política y económica que llevó a la renuncia del entonces presidente en 2000, provocada por un levantamiento indígena apoyado por sectores del ejército. En abril de 2014, Rafael Correa realizó un tour por universidades de Estados Unidos, pasando por Harvard y Yale, incluso, en su programa semanal describió a Sachs como “comprometido, apasionado, está siguiendo con mucho entusiasmo la experiencia ecuatoriana”. En el mismo
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promotores de los ajustes estructurales neoliberales de la deuda que llevaron al empobrecimiento de varios países de América Latina e incluso de Ecuador; 9) aceptando la financiación de la naturaleza con el mercado de carbono de la economía (del capitalismo) verde, como en el caso de la ong-empresa Global Canopy Programme, a través de grandes ong (wwf, edf, ci, uicn).
116- Tanto el Estado como los sectores de la sociedad civil, sobre todo de ong, han dedicado a los pueblos indígenas una atención especial que en el fondo es ambigua y contradictoria. Ha sido común alejarlos de los demás grupos / clases sociales en situación de subordinación; de este modo, se encuentran alejados políticamente y se debilitan. Los indígenas no se liberarán confinados en reservas; por más que eventualmente sea necesario apoyarlos en sus luchas por la división de sus territorios, no hagamos de la necesidad una virtud.
Las amenazas que predominan sobre esos pueblos son las mismas que se extienden sobre las quilombolas afroamazónidas, sobre los campesinos y sobre sus parientes que viven precariamente en las periferias urbanas. Es la misma dinámica del sistema-mundo capitalista moderno-colonial que afecta a todos. La visión colonial de conservar / defender, de crear conservar / proteger, viene limitando las propias reivindicaciones de los pueblos indígenas con la creencia de que, una vez que la integridad territorial esté intacta, estarían protegidos. Hay una agenda política que se viene consagrando que acepta esta premisa de separar / defender tierras indígenas y las áreas de protección natural que, en esencia, no enfrenta las causas que vienen amenazando todas las formas de vida y los grupos / clases sociales en situación de vivir subordinados, pese a que sus efectos también terminan por llegar a todos, sin excepción, aunque de modo desigual, según sus geografías y condición social.
programa, Correa describió el Earth Institute como “uno de los institutos más poderosos sobre todo en términos medioambientales”. (Discurso de Rafael sobre J. Sachs y Earth Institute disponible en , acceso el 12 de abril de 2016).
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117- La protección de áreas de conservación ambiental también sirve para separar a ecologistas de los demás movimientos y grupos sociales, sobre todo por la acción de grandes ong internacionales que operan subvencionando organismos multilaterales y de cooperación internacional que, a su vez, han sido los que subsidian las políticas de los Estados capturados por la lógica de las grandes corporaciones. En Brasil, poco después de la Conferencia de Estocolmo de 1972, cuando se introdujo el portador ecológico en el nuevo orden geopolítico mundial, la dictadura civil-militar (1964-1985) comenzó a crear unidades de preservación ambiental en la Amazonía. Con eso ratificaron la visión colonial que ignora que los pueblos de la región no separaban a la naturaleza de sus usos. La creación de muchas de esas áreas se hizo sobre tierras tradicionalmente ocupadas por pueblos indígenas y afroamazónidas, lo que, en consecuencia, ocasionó una ansiedad entre la agenda de los derechos de los pueblos tradicionales y la agenda de los ecologistas.
118- En los años 90, con el neoliberalismo y la necesidad de un ambientalismo de mercado, esa tensión se volvió a agudizar, con los mercados de carbono y otras formas de capitalización de la naturaleza mediada por grandes ong. No tiene el menor sentido para los pueblos indígenas proteger la naturaleza, a la que siempre tomaron como condición de vida y como parte de sus “comunidades de vida”, concepto que no separa la vida humana de los lagos, lagunas, ríos, glaciares, tierras, plantas, animales, dioses y espíritus, vecinos y parientes.
Se debe descolonizar el pensamiento para abrir otras perspectivas teórico-políticas (y no necesariamente nuevas). En medio de esas contradicciones, las poblaciones amazónicas han sufrido los efectos de las políticas del indigenismo –que ignora el movimiento y la palabra indígena– y de las políticas de “protección” del bosque, así como la presión ejercida por la explotación agrícola, maderera, mineral, de combustibles fósiles y el represamiento de los ríos para hidroeléctricas. Los movimientos sociales, particularmente, se encuentran ante enormes desafíos para superar esas controversias,
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incluso por las divisiones que propone la expansión / invasión del capital en el interior de los propios movimientos.
119- Tal vez el mensaje más grande que emana de esos pueblos sea el de buscar un diálogo intercultural, y por eso se destaca su valor y dignidad de solicitar el reconocimiento preliminar de que, en su diferencia, son respetables y, por lo tanto, más capacitados para el diálogo. De esta forma, la igualdad aparece como una coyuntura política que respeta la diferencia y, a partir de ahí, evidentemente, como una coyuntura para la lucha contra la desigualdad, contra la opresión y la explotación. La interculturalidad provoca salir del aislamiento y, por lo tanto, rechazar todo y cualquier esencialismo27. Tal vez aquí convenga recordar el mandato del movimiento indígena mexicano: “Para todos, todo. Solo para los indígenas, nada”; un principio de la interculturalidad.
120- Las ong que, en un comienzo, en los años 70 y 80, estaban muy cerca de los movimientos sociales luchando por el derecho de concebir beneficios, por justicia social y para “democratizar la democracia” (Boaventura de Sousa Santos), poco a poco comienzan a mostrar que buscan acercarse al mundo empresarial y ya no se posicionan junto a los que protagonizan luchas ni se involucran en conflictos. Muchas ong empiezan a formar parte de la “nueva gobernación” donde el conflicto da lugar al consenso en un contexto, bajo la hegemonía neoliberal, en el que aumenta la criminalidad de los que luchan por derechos sociales, ambientales y culturales28. De organizaciones no gubernamentales, se convierten en organizaciones neo-gubernamentales. Se establece una “con
27 “Para todos, todo. Solamente para los indígenas, nada”, afirman los zapatistas. 28 Y son graves las consecuencias que de allí emanan. Después de todo, ningún régimen democrático puede prescindir del derecho a la oposición, del derecho a que cada uno pueda tomar la iniciativa de una acción. El principio de una acción es la esencia de la política, lo que significa la prerrogativa de tomar la iniciativa, en suma, de ser protagonista. Un verdadero consenso solo es posible si la oposición está colocada como condición de la política. Denegar la oposición es, así, aceptar el statu quo.
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fluencia perversa” (Evelina Dagnino) en la que los discursos de participación popular pierden fundamento y no se habla de reforma agraria, de justicia territorial y ambiental, sino de lucha contra la pobreza, de disminuir los perversos efectos medioambientales con el discurso de la “responsabilidad social y ambiental”, según indican los documentos de las empresas y sus ong.
121- La riqueza del bosque, su biodiversidad, el vasto conocimiento ancestral-histórico y su inmensa riqueza hídrica son ventajas importantes que los movimientos sociales utilizan en sus luchas que están implicadas en múltiples escalas geográficas. De esta forma, el diálogo de la Amazonía / de los amazónidas29 con el mundo adquiere fuerza y
sentido en la exacta medida en que esos niveles de producción / reproducción de la vida –los ciclos hidrológicos, su papel en el equilibrio climático, su diversidad biológica y su elevada productividad biológica primaria– se mantengan junto con los saberes elaborados por los múltiples pueblos / etnias / nacionalidades y grupos / clases sociales que habitan la región en situación de subordinación.
Se trata, por consiguiente, de una lucha epistémica y política, en conformidad con la dichosa expresión de Catherine Walsh y Luis Macas. Hay que superar la colonialidad del saber y del poder para abrir un diálogo intercultural de saberes. “No hay defensa del bosque sin los pueblos del bosque”, nos indicaba Chico Mendes.
122- Los indígenas, los cimarrones / quilombolas / palenqueros30 o los indígenas en aislamiento voluntario o en busca de la Loma Santa, o de las Tierras Sin Mal, o del Vivir Bien brindan experiencias inspiradoras con otras perspectivas de conocimiento que, por lo menos, merecen ser oídas en este momento de crisis del paradigma de poder (y del saber) capitalista moderno-colonial
29 El neologismo “amazónida” es neo en el sentido de que busca dar visibilidad a los pueblos propiamente de la región. 30 Nombres dados en diferentes regiones a los negros que buscaron construir territorios libres, incluso en el interior de las formaciones sociales / territoriales latinoamericanas conformadas en base la esclavitud y servidumbre.
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(Quijano). Finalmente, es con ese paradigma de poder y de saber que la civilización europea coloca en riesgo al planeta y a la humanidad en su diversidad con la interrupción metabólica vertiginosa, sobre todo después de la revolución (en las relaciones sociales y de poder) industrial y su fosilismo. No se salvará la Amazonía, como se suele decir, partiendo de los mismos principios epistémico-políticos que devastaron todo el planeta. La Amazonía no es solamente bosque / agua, es también la cultura de los pueblos que viven allí y que detentan un enorme patrimonio de conocimientos con el bosque / río que son otros valores que se ofrecen en ese momento de “caos sistémico” (Arrighi) crisis del paradigma de poder / de saber moderno-colonial capitalista eurocentrado (Quijano).
123- Cuando observamos el crecimiento frenético de la explotación minera en la última década; el creciente número de lotes recién solicitados, sea para explotación minera, de petróleo o gas; el incremento impetuoso del número de hidroeléctricas y cuando observamos el aumento frenético del número de conflictos y la ampliación vertiginosa de las áreas deforestadas y sus focos de calor (mapa 11), vemos que el futuro llegó modernizando, de modo veloz, el pasado moderno-colonial. Cuando comparamos los mapas de presión acumulada hasta 2010 (mapa 12) con el mapa de las amenazas con base en el número de hidroeléctricas proyectadas y solicitaciones de áreas de exploración de petróleo, gas y minerales, observamos en proyección el espacio del futuro inmediato que reproduce un pasado presente en las vías (hidrovías, carreteras, ferrocarriles) de progreso que son vías de (des)desarrollo de espacios geográficos de altísima dificultad socio-metabólica como las marcas de fuego, las grafías en la tierra (geo-grafías) de la destrucción, de la violencia, protagonizada por el Estado y por las grandes corporaciones. En fin, la territorialización del capital bajo los brazos de los Estados ha sido también la des-territorialización de pueblos / etnias / nacionalidades / campesinidades de grupos sociales que se re-territorializan en situación precaria en las periferias urbanas.
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Mapa 10
Presión acumulada a 2010 en la Amazonía.
Mapa 11
Presión acumulada a 2010 y amenazas futuras. Fuente: RAISG, 2013.
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El lector me permita que le sugiera otra imagen entre los dos mapas anteriores. El primero indica la presión acumulada a 2010 y el segundo proyecta las amenazas que derivan de los diversos proyectos que en este momento están programados. La imagen que sugerimos (mapa 12) es de las islas de calor que, más que cualquier otro indicador, da cuenta de la destrucción que está en curso. En los años 80 tuvimos titulares periodísticos que hablaban de una “Amazonía en llamas”. La imagen de los puntos de calor entre 2000 y 2009 (mapa 13) no es la imagen estereotipada de la Amazonía, de uno u otro incendio o de un árbol cayendo o siendo derribado. No, es una imagen que nos remite concretamente a la ruptura metabólica en desarrollo, que deriva de los procesos de actividades determinadas por el desorden ambiental cuando la entropía se superpone a la neguentropía o a la autopoiesis, a lo que Paulo Little llamó “industrialización del bosque”.
Es una imagen que expresa el crecimiento exponencial de la producción de energía y el aumento de la circulación a través de hidrovías, ferrocarriles y carreteras que transforman la materia, sobre todo fuera de la región, sea de minerales de oro, de hierro, de bauxita, de cobre, manganeso, petróleo y gas, caña, madera, soya, palma, caña de azúcar y ganado. Hay un cambio visible de escala no solo de los volúmenes producidos y exportados, sino también de la escala geográfica, lo que provoca otras consecuencias. Esto porque no se refiere más a un impacto de carácter localizado en el tiempo y en el espacio, sin embargo, en una a escala subcontinental de dimensiones verdaderamente amazónicas, eso causa transformaciones que pretenden caracterizar un momentum de bifurcación, momento constitutivo, como diría el boliviano René Zavaleta Mercado, hacia procesos irreversibles. Punto de mutación, dirían otros.
Estos son enormes volúmenes de co² lanzados en la atmósfera por deforestación o por hidroeléctricas (P. Fearnside), mediante residuos de la explotación de minerales como cobre, oro, bauxita, hierro y manganeso; por los volúmenes de derrames de petróleo,
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por el desorden de las actividades reproductivas la fauna y la flora (con las lógicas consecuencias negativas en la oferta de proteínas al afectar la producción alimentaria); por el desorden en las represas; por la reproducción de los peces aguas abajo, con serias consecuencias en las comunidades costeras aún afectadas por la inundación en sus tierras a orillas de los ríos, normalmente fértiles y que permiten la vida-cultura anfibia de agricultores-pescadores.
No obstante, esos volúmenes que involucran escalas locales, aunque ampliadas en los megaproyectos, nos vemos ahora, como se ve en el mapa 13, ante una interrupción metabólica que amenaza la resiliencia de la Amazonía, cual es la capacidad de aquel sistema de reproducirse ante las presiones a las que está sometido. Lo mismo ocurre con varios pueblos / etnias / nacionalidades / comunidades que empiezan a quedarse sin modos de mantener su forma primordial, concepto elaborado por Zavaleta Mercado para caracterizar la capacidad de reproducirse en un determinado grupo social ante las presiones externas.
Cuando eso ocurre en la Amazonía, estamos hablando de cientos de pueblos y etnias; en una escala geográfica de las dimensiones amazónicas, es decir: 8 millones de km² de bosque, la extensión forestal más grande del mundo, con la concentración más grande de biomasa por hectárea del mundo en una extensión territorial de dimensiones continentales como esta, la mayor cuenca hidrográfica del mundo, la mayor diversidad biológica del planeta… en suma, un metabolismo energético-hidrológico que en una ruptura como está provocará, necesariamente, un desorden ecológico planetario. ¿Cuál será el destino de esa agua que está en estado vivo bajo la forma de bosque? ¿Cuál será el destino de esa energía solar que se metaboliza en bosque y en actividad hidrológica sin el bosque? La pregunta contiene en sí perplejidad ante la crisis institucional que el mundo vive, sobre todo ante la captura del Estado por el capital corporativo que nos lleva a lo que Aníbal Quijano llamó des-nacionalización del Estado, no en el sentido tradicional que la expresión desnacionalización cobró, especialmente, en los años 50, en los términos del desarrollismo
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nacional o incluso del nacionalismo revolucionario, es decir, como sinónimo de extranjerismo, en otras palabras, como dominio del capital extranjero. No, es eso lo que Quijano nos indica sobre un Estado que abandona la Nación, se des-nacionaliza, puesto que era un Estado que, aunque de manera insuficiente, colocaba en el horizonte del ciudadano la idea de que sería insertado e integrado a la sociedad. No, lo que tenemos ahora es un Estado cada vez más capturado corporativamente, donde la subvención prescinde de mercados de masas y vive de economías de alcance, y no de escala, que vive de mercancías ficticias, como el mercado de carbono.
Mapa 12
Focos de calor (2000-2009): El efecto práctico de la nueva dinámica metabólica.
He aquí la imagen del colapso ambiental que proviene del avance del capital en su nueva fase y que nos muestra que existen, por todo lado, focos de calor de incendios. En fin, la entropía sobrepuesta a la neguentropía: devastación.
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124- Los indígenas, así como los afro-amazónicos y los múltiples grupos campesinos que en la región se formaron bebiendo y alimentándose de esas fuentes de saberes ancestrales, sufrieron / sufren en el cuerpo la desterritorialización y de esta forma sienten en carne propia lo que significa la ideología del Estado nacional que los invisibiliza / inviabiliza por la colonialidad del saber y del poder que insiste en reproducirse con otras formas tanto por la derecha como por la izquierda del espectro político. Sin embargo, estos grupos / clases sociales en situación de subalternización aprendieron a moverse hábilmente en ese laberinto conceptualpolítico-práctico. Los años 70 y 80 marcan una inflexión en esos movimientos (véase el Manifiesto Tiahuanaco de 1973) y la Amazonía tiene un lugar especial en esa inflexión31. Es entonces cuando aparece la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (conaie), en Ecuador; la Unión de las Naciones Indígenas (uni), el Consejo Nacional de los Siringueros (cns), el Movimiento de los Afectados por Represas (mar) y el Movimiento de los Sin Tierra (mst), en Brasil; la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente (cidob), en Bolivia; la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (aidesep) y la Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería (Conacami), en Perú entre tantas organizaciones indígenas por todas partes. En ese periodo es cuando surge en la onu el Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indígenas que aportará uno de los documentos más importantes por unir la agenda laboral con los derechos de las poblaciones tradicionales, con el Convenio 169 de la oit, fruto de un complicado e intenso diálogo intercultural. Este documento abre una interesante perspectiva multiterritorial y multiescala al inscribir derechos territoriales en el interior de los Estados soberanos de territorios.
31 Las conferencias de Puebla y Medellín (1968) afirmaron la Teología de la Liberación y la “opción preferencial por los pobres” propició a las CEBs que tendrían gran impacto en la nueva configuración de los movimientos sociales en América Latina / Abya Yala. Es de la década de 1970, por ejemplo, la creación de la CPT y del CIMI, en Brasil.
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125- De esta manera, los fundamentos territoriales de la Amazonía abren otra agenda política a la medida de los Estados nacionales, en gran parte por las posibilidades abiertas en la nueva coyuntura geopolítica mundial que había inscrito el intermediario ecológico como uno de sus temas centrales desde 1972. Particularmente me refiero a las marchas por la Vida, por la Dignidad y el Territorio que partieron de la Amazonía ecuatoriana, de las tierras bajas y de la Amazonía boliviana hacia sus capitales, e introdujeron otro léxico teórico-político con una agenda con temas indisociables: dignidad, territorio y vida. Son otros horizontes de sentido que no son los mismos de la Revolución Francesa –libertad, igualdad y fraternidad– que vienen colonialmente marcando el debate entre los girondinos, a la derecha, y los jacobinos, a la izquierda.
Muchos de esos grupos / clases sociales amazónicos son más que anticapitalistas, son de-coloniales, puesto que son simplemente otros grupos, originando valores / prácticas comunitarias. La Pachamama para ellos no es naturaleza, es Madre Tierra. La naturaleza no es algo separado de cada cual y de cada quien y, por eso, no se desprende, no se vende. Ellos indican que la tierra no les pertenece, ellos pertenecen a la tierra (cacique Seattle). Así, la naturaleza se plantea como una mensajera de derechos, los cuales fueron inscritos en las constituciones de Ecuador y Bolivia y, discutiendo el colonialismo interno, registraron esos Estados como plurinacionales y en Bolivia, aún como Estado Plurinacional Comunitario. La Comuna vuelve a ser un espíritu que recorre el mundo, estableciendo un puente con París, 1871.
126- Por lo tanto, incluso en medio del caos, la Amazonía nos ofrece otros horizontes de sentido de vida por ser: 1) una región que disfruta al máximo de lo que la civilización europea idealiza como “naturaleza”, y 2) “la última frontera” que propone ese modelo civilizatorio eeuurocéntrico ante un profundo dilema ya que, después de todo, esa civilización se afirmó bajo el primado de la “dominación de la naturaleza” (Francis Bacon). ¿Qué será de
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esa civilización cuando no encuentre ante sí ninguna naturaleza para ser dominada, como dijera Goethe? ¿Y qué será cuando en el futuro no exista más ningún primitivo o salvaje (de la selva) para ser civilizado? Tal vez la Amazonía esté llenando ese vacío que exhibe el horizonte de la modernidad por su condición de otra, de naturaleza, y de sus muchos otros pueblos / etnias /
nacionalidades y clases sociales. Esa otredad es su misterio y su fuente de oportunidad. Escuchamos, entonces, lo que nos indican los pueblos en lucha por la vida, por la dignidad y por el territorio; que nos están ofreciendo otro léxico teórico-político donde el Estado no sea solamente nacional, sino plurinacional; que se reconozca que dentro de un mismo territorio de un Estado habitan múltiples territorialidades; donde, más que la lucha por la tierra, que se luche por la tierra como territorio; no más alternativa de desarrollo, sino alternativa al desarrollo; donde se busque la vida en plenitud o sumak kawsay o suma qamaña; donde la naturaleza es portadora de derechos, como se consagra en las nuevas cartas magnas de Bolivia y Ecuador.
127- El futuro de la Amazonía está indisolublemente unido al futuro de la humanidad y del planeta, tal como la expansión / retroceso de su bosque estuvo relacionado al avance / retroceso de las glaciaciones. El equilibrio dinámico del planeta provoca que se tenga clima cálido y clima frío; que se tengan áreas húmedas y áreas secas; que se tengan extensas áreas de aguas, como el hemisferio sur; y que se tengan extensas áreas de tierras, como el hemisferio norte; que se tenga la atmósfera, la litosfera, la hidrosfera y la biosfera; que se cuenten con cordilleras, mesetas y llanuras; todo ello, finalmente, en complementariedad y reciprocidad, tal como sugieren varias cosmogonías ancestrales.
128- Diferentes pueblos y culturas se desarrollaron / diferenciaron utilizando sus diversas circunstancias de posibilidad de vida, inventando así sus culturas. Así como el planeta, la humanidad debe ser percibida en su diferencia, en su diversidad. La dignidad de cada pueblo / cultura es la condición para la verdadera igualdad.
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La Amazonía ofrece esas fuentes de inspiración por su vigor metabólico y por la riqueza de conocimientos de sus pueblos / etnias / nacionalidades. La actual expansión capitalista pone todo esto en riesgo con su colonialidad. Así, la superación del capitalismo necesita, al mismo tiempo, la superación de la colonialidad que siempre lo acompañó. No olvidemos que la acumulación primitiva siempre fue parte de la acumulación civilizada. Pero, ante el hecho de vivir en un sistema-mundo capitalista moderno-colonial patriarcal con un sistema de poder / saber marcado por la idea de dominación de la naturaleza, ese sistema colocó a la Amazonía como una región periférica de países periféricos. Y por eso sus pueblos / etnias / nacionalidades y clases sociales en situación de subalternización tienen mucho que ofrecer para otro diálogo entre los pueblos / culturas y entre estos y las condiciones metabólicas necesarias para la vida plena. Sin embargo, evidentemente, esa posición de pueblos / etnias / nacionalidades y grupos / clases sociales en situación de subordinación en una región periférica de países periféricos en un sistema-mundo en caos sistémico (Arrighi, Wallerstein) provoca que necesariamente esos grupos / clases sociales no son capaces por sí solos de impedir el colapso ambiental que se plantea en el lugar. La Amazonía no se salvará sola, ni se salvará sin sus pueblos / etnias / nacionalidades y grupos / clases sociales que allí se plasmaron y que allí forjaron escenarios de posibilidad para otros mundos donde se acomoden muchos mundos.
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