Clajadep :: Red de divulgación e intercambios sobre autonomía y poder popular

Imprimir

Amazonía: Encrucijada civilizatoria. Tensiones territoriales en curso

Carlos Walter Porto Gonçalves :: 08.05.18

El libro de Carlos Walter Porto-Gonçalves nos muestra este proceso de renuncia a la soberanía, de parte de los estados de unasur, con gran claridad e inobjetable evidencia empírica. Particularmente reveladores son los trece mapas de diversos aspectos de la transformación socio-geográfica de la Amazonía, que hablan por sí mismos del proceso de penetración caminera y fluvial, la tala indiscriminada y masiva de árboles, el aumento de riesgos ambientales y la ávida penetración de empresas petroleras y mineras.

La lucha de los pueblos ancestrales de la Amazonía es plenamente actual porque enlaza aspiraciones y sentidos del tiempo diversos y coetáneos, dejando a la zaga siglos de concepciones coloniales sobre este espacio, agudizadas en la fase neoliberal con el proyecto iirsa del Banco Mundial y prolongadas de manera más intensa y agresiva desde 2010 bajo iniciativa del Brasil.

Prólogo de Silvia Rivera Cusicanqui

Amazonía: encrucijada civilizatoria Tensiones territoriales en curso
Carlos Walter Porto Gonçalves

“Nuestra lucha es política y epistémica”. Luis Macas/Catherine Walsh

“Salgo a caminar por la cintura cósmica del sur piso en la región más vegetal del viento y de la luz siento al caminar toda la piel de América en mi piel y anda en mi sangre un río que libera en mi voz su caudal…”. Canción con todos (Poema de Armando Tejada Gómez, música de Cesar Isella).

“Hoy es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”. Federic Jameson

Índice
Prólogo ……………………………………………………………………. 9
Resumen …………………………………………………………………… 19
i. Introducción …………………………………………………………… 21
ii. De las relaciones de poder y de las visiones sobre la Amazonía ………………………………………………………. 27 ii.1 - De las visiones sobre la Amazonía …………………… 27 ii.2 - De las relaciones de poder y la geografía política interna ……………………………………………… 32
iii. Para comprender la complejidad socio-metabólica amazónica ………………………………………… 37
iv. Amazonía, la gran transformación socio-metabólica en curso ……………………………………………………………………. 43
v. La Amazonía y las (des)integraciones en disputa ……….. 51
vi. Los megaproyectos de infraestructura (carreteras / hidrovías y energía) ………………………………….. 65
8 amazonía: encrucijada civilizatoria
vi.1 - Las carreteras / hidrovías ………………………………. 65 vi.2 - Los megaproyectos de infraestructura: hidroeléctricas ………………………………………………. 74 vi.3 - Los megaproyectos de infraestructura: las tensiones territoriales en la explotación de petróleo y gas …………………………………………… 79 vi.4 - Los megraproyectos: la minería y el dinamismo de los capitalistas privados ……………………………… 84
vii. De conflictos y de r-existencias ……………………………… 89
viii. Amazonía: en el pasado había un futuro, y en el presente ¿hay futuro? ……………………………………….. 97
Bibliografía ……………………………………………………………….. 117

Este libro llega a nosotros como un relámpago de revelación sobre el presente que vivimos, en que se despliega una crisis social y ambiental de grandes alcances. En estos momentos, el parlamento boliviano ha aprobado una ley que permitirá liquidar al parque nacional y territorio indígena del Isiboro Sécure, tipnis, cuyos pobladores se hallan movilizados y en emergencia, junto a otros sectores sociales a escala nacional. Pero la movilización indígena del tipnis sólo superficialmente se centra en una abstracción como la ley - la ley 180. Lxs compañerxs del tipnis exigen y demandan el cumplimiento no sólo de esta ley sino de la propia Constitución Política del Estado Plurinacional. Pero al lanzar su llamado a la resistencia y a la lucha, nos muestran ante todo otra ética, otra visión del mundo, otros modos de realizar el buen vivir y el bienestar común. El fondo de su accionar es el compromiso de sus comunidades, es decir un compromiso colectivo, que emana sobre todo de las mujeres, por reproducir su modo de vida y proteger su Casa Grande de la ambición foránea y de la ávida persecución de ganancias y de dinero. Sin embargo, el tipnis no sólo beneficia a sus habitantes sino también a los habitantes vallu
Prólogo Amazonía, encrucijada civilizatoria. Tensiones territoriales en curso
Silvia Rivera Cusicanqui Colectiva Ch´ixi La Paz - Bolivia
10 amazonía: encrucijada civilizatoria
nos y altiplánicos, a las poblaciones urbanas, y a la región entera subcontinental, pues produce el oxígeno y la evapotranspiración necesarias para que todas y todos podamos gozar de un régimen de lluvias estable y predecible, de agua potable en las ciudades y pueblos, a la par que la selva absorbe –cada vez con mayor dificultad– el co2 que producimos. Ambos modos de vida y sus formas intermedias –el urbano, el selvático y el rural andino– no sólo se complementan, sino que participan de igual modo en las batallas políticas y de conocimiento que constituyen nuestro tejido social moderno, como sociedad y como nación. Oponer estos dos modos de vida, entrelazados por las lluvias, el aire y la absorción de gases tóxicos, es no sólo un acto de ceguera antropocéntrica, sino también un acto de traición a la patria, pues sobre el tipnis se impondrá desde ahora el interés privado de capitalismos depredadores de diversa escala, y no la soberanía nacional. El libro de Carlos Walter Porto-Gonçalves nos muestra este proceso de renuncia a la soberanía, de parte de los estados de unasur, con gran claridad e inobjetable evidencia empírica. Particularmente reveladores son los trece mapas de diversos aspectos de la transformación socio-geográfica de la Amazonía, que hablan por sí mismos del proceso de penetración caminera y fluvial, la tala indiscriminada y masiva de árboles, el aumento de riesgos ambientales y la ávida penetración de empresas petroleras y mineras.
La lucha de los pueblos ancestrales de la Amazonía es plenamente actual porque enlaza aspiraciones y sentidos del tiempo diversos y coetáneos, dejando a la zaga siglos de concepciones coloniales sobre este espacio, agudizadas en la fase neoliberal con el proyecto iirsa1 del Banco Mundial y prolongadas de manera más intensa y agresiva desde 2010 bajo iniciativa del Brasil. Y éste es, precisamente, el significado de las marchas que partieron de las selvas y llanos orientales hacia la sede altiplánica del Estado, en cuya octava versión las poblaciones que habitan el tipnis lograron el reconocimiento de sus territorios a través de una confusa ley –la
1 Iniciativa de Integración Regional de Sur América, ver infra.
prólogo 11
ley 180– que hoy ha sido sustituida por otra aún más confusa y mentirosa, la Ley 226 de Protección, desarrollo integral y sustentable que, lejos de proteger al parque, autoriza su destrucción.
Es necesario enfatizar que la ancestralidad del modo de vida indígena de la Amazonía y de lxs amazónidxs, como les llama Carlos Walter Porto-Gonçalves2, no ha impedido la generación de múltiples iniciativas histórico-políticas de corte democrático y ciudadano –las 9 marchas por el territorio y la dignidad protagonizadas por estos pueblos entre 1990 y 2012– que lograron interpelar a todos los estratos de la sociedad. Sus demandas suscitaron un diálogo crítico nacional –particularmente entre la gente joven– que cuestiona de raíz los modelos de desarrollo vigentes desde el siglo pasado, exacerbados con las reformas estructurales neoliberales de los años 1990. Es por ello que el conflicto del tipnis representa hoy un centro neurálgico de definiciones de la crisis neoliberal iniciada en los años 2000, pues esa crisis no ha terminado, y se diría más bien que acaba de recomenzar.
Pese a sus altibajos y derrotas, las movilizaciones indígenas de la Amazonía han dejado una huella perdurable en nuestras sociedades. La preocupación medioambiental ha encarnado en los más diversos sectores, pues todxs sufrimos, y hemos sufrido de una u otra manera, los efectos del cambio climático, que los gobiernos progresistas quieren, paradójicamente, paliar con más cambio climático. Un conocimiento importante que nos comparte Porto-Gonçalves es que la comprensión de la ecología de la selva amazónica es una clave para enfrentar esta crisis. Demuestra el autor que las territorialidades reclamadas por los pueblos indígenas de la región amazónica, se han forjado en un proceso permanente de resistencia, resiliencia y autopoiesis, como comunidades humanas y no humanas, que crearon, a lo largo de milenios, formas
2 Éste es uno de los felices neologismos de este libro, a la vez erudito, pedagógico y creativo. Otro ejemplo es llamar eeuurocentrismo a la coalición de poderes moderno-coloniales, y eeuuropa a ese espacio-tiempo y modo de vida.
12 amazonía: encrucijada civilizatoria
sostenibles de con-vivir y co-realizar el metabolismo sui-generis de uno de los mundos selváticos más extensos y complejos del planeta.
El trabajo de Carlos Walter Porto-Gonçalves expone detalladamente este contexto macro-geográfico necesario para entender el conflicto del tipnis, y nos muestra la magnitud continental de las amenazas que se ciernen sobre la Amazonía, región compartida por cinco países, cuyo devenir afecta la supervivencia del planeta entero. El autor ha estudiado desde hace décadas las configuraciones sociopolíticas y las luchas de resistencia territorial en la región amazónica de su país, y ha formado, en la Universidad Fluminense de Río de Janeiro, a varias generaciones de geógrafxs críticxs que han continuado estudiando los problemas socio-ambientales de sus respectivas regiones3. Destaca su trabajo de investigación y acompañamiento a las luchas de los siringueros en el noreste del Brasil por un modelo de reservas extractivistas que permitiera un uso sustentable de los recursos del bosque y la producción de un modo de vida comunitario, con aportes indígenas, mestizos y afro4.
El alcance del trabajo que presentamos atañe a toda la región amazónica, y muestra los impactos de la reconfiguración geográfica en curso. Mediante un detallado estudio de diversos procesos de circulación e intercambio de energías entre grupos humanos y su hábitat selvático, podemos ver la complejidad socio-metabólica amazónica y la gran transformación que se está operando aquí
3 Ver, por ejemplo, la tesis doctoral de Milson Betancourt (2015) y los videos en youtube sobre sus tres casos de estudio en Bolivia, Perú y Colombia. Disponible en: https://www.youtube.com/channel/UCfsbCnaqUPC7BmVN_ GcAelA 4 Ver al respecto su libro Geo-Grafías (2001), donde realiza un profundo análisis de las disputas territoriales y la historia de la explotación siringuera, que después de la crisis del mercado internacional de la goma elástica, continuó abasteciendo el mercado interno brasilero y permitió la subsistencia de singulares coaliciones indígenas-campesinas-siringueras para la producción sostenible de goma y castaña, sin destruir el ecosistema selvático. Recordemos el asesinato, en 1988, de su extraordinario dirigente, el trabajador e ideólogo Chico Mendes.
prólogo 13
por obra de los intereses corporativos del capitalismo mundial. La preeminencia del capital chino en estos emprendimientos, tanto como la complicidad y co-responsabilidad de los estados –sean estos neoliberales o neopopulistas– surgen ubicuamente en todos los capítulos de la sección dedicada a los Megaproyectos de la iirsa. El origen del iirsa fue un plan internacional de vasto alcance lanzado por el bid y el Banco Mundial, que no era sino la culminación, junto al alca5, de las reformas estructurales agresivamente impuestas a través del mal llamado consenso de Washington. Los proyectos iirsa que se ocupan de la construcción de carreteras, represas e instalaciones hidroeléctricas, y de la exploración y explotación de hidrocarburos, muestran la directa participación del capital estatal en alianza con el transnacional –principalmente chino y brasilero– mientras que en el último acápite, dedicado a la minería, el autor destaca el dinamismo del sector privado y de los emprendimientos ilegales de pequeña y mediana escala. Todo ello muestra que estamos ante un ominoso futuro de avasallamiento y liquidación física de los bosques de la región amazónica y de exterminio de sus pobladores.
La prensa y la ciencia de nuestros países parecen soslayar por completo la magnitud de estos procesos ecocidas y genocidas, iniciados décadas atrás de la mano de dictaduras militares, y exacerbados por la ávida prosecución de riqueza y valor de cambio de los capitalismos de nuevo cuño, vale decir las transnacionales del sur –los llamados brics6. De ahí la importancia de este libro, cuyo meollo consiste en una exposición pormenorizada de los proyectos incubados en las últimas décadas por los poderes mundiales enfocados en esta región, antes marginal, hoy vista como reserva a ser depredada a toda velocidad.
He ahí el origen de la carretera por el tipnis, que forma parte del mismo impulso modernista y del mismo imaginario
5 Área de Libre Comercio de las Américas. 6 Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
14 amazonía: encrucijada civilizatoria
colonial que alimenta todas las acciones de los gobiernos llamados progresistas en América del Sur. Porto-Gonçalves no deja de mencionar que el mismo esquema se repite con el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua y su proyectado canal bioceánico, cuya construcción ha sido entregada a una empresa china. Añadiríamos que este emprendimiento de la izquierda ex sandinista ha sido resistido por al menos 82 marchas indígenas duramente reprimidas. Concentrándose en otros ejemplos, principalmente de Brasil, Perú y Colombia, el autor expone cómo se ejerce la represión y la violencia en el contexto de relaciones de poder altamente desiguales, con el fin de crear las condiciones para la puesta en marcha de este saqueo organizado e insensato llamado iirsa. Los megaproyectos que lo componen arrancaron el año 2000 y se enfocaron en la construcción de carreteras, hidrovías y represas hidroeléctricas, con la ampliación concomitante de las inversiones privadas en la explotación de madera, hidrocarburos y minerales. El conjunto de proyectos fue asumido el año 2010 por unasur –es decir, por los gobiernos izquierdistas de Venezuela, Ecuador y Bolivia y Brasil– en continuidad directa con los esquemas neoliberales que supuestamente estos gobiernos buscaban superar7. En el caso de las hidroeléctricas, el autor muestra el funcionamiento de lo que Zibechi llama subimperialismo brasilero. La soberanía nacional queda en el desván del olvido estatal si nos enteramos que en el año 2012 el Ministerio de Minas y Energía del Brasil “estimó el potencial hidroeléctrico de los países vecinos, con vistas a la exportación de excedentes al Brasil. 180.000 mw al Perú, 20.3000 a Bolivia y 8.000 mw a la Guayana Francesa”. He ahí el origen de las represas de El Bala, Chepete y Rositas, que se publicitan como actos de autoafirmación soberana en materia de energía.
7 Al respecto, el investigador Mauro señala claramente que “La alianza de Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (iirsa) es una apuesta, hija de la globalización, para estructurar la región de acuerdo a un plan. Esta iniciativa avalada en el 2000 por los doce Estados nucleados en la unasur es la segunda parte del Consenso de Washington de 1989”.
prólogo 15
En Bolivia, la marcha al norte y la conquista de la selva habían sido esbozadas ya por el mnr en los años 1950, y haciendo un salto al presente, esta continuidad es silenciada, lo mismo que la continuidad neoliberal, para disfrazar con nuevos ropajes discursivos la misma forma vieja y colonial de esquilmar los territorios amazónicos y a la gente que los habita. Porto-Gonçalves identifica una a una las continuidades coloniales y modernistas de los nuevos discursos que surgieron al calor del desarrollismo extractivista de la última década, particularmente durante el auge de los gobiernos progresistas. Se sigue viendo a la región amazónica como en el siglo xix, espacio vacío o territorio de colonias, transformado luego en zonas de colonización, y finalmente en territorios indígenas y parques nacionales acotados, que hoy están siendo entregados al interés privado. La Amazonía fue pensada también, desde los años 1950, como zona de escape a la presión demográfica y al minifundio en las tierras altas –proyectos de colonización dirigida de la Alianza para el Progreso– o como eje de desarrollo e integración orienteoccidente. Hoy la invasión cocalera por el polígono 7 del tipnis ya no es la colonización de antaño, producto del desborde de la pobreza rural en el altiplano y valles, sino la agresiva incursión del capital empresarial cocalero, aclimatado ya a las tierras bajas, cuyos negocios participan, en connivencia con el estamento militar, del esquema capitalista depredador e ilegal que está siendo implantado en el tipnis. Finalmente, la mirada colonial sobre la Amazonía se expresa en la creencia multicentenaria de que se trata de un territorio de inagotable e inmensa riqueza, cuya explotación acelerada le otorgará al estado una cuantiosa renta para compensar los desastres ambientales y sociales que todo este esquema provoca.
Qué despilfarro entonces que el Vicepresidente García Linera haya intentado negar, en su libro Geopolítica de la Amazonía (2012), que la carretera por el tipnis sea parte de los ejes y corredores del iirsa. Tampoco la Oberbreht y la oas son parte ya de los actores que se disputan este territorio. Pero la conexión entre la carretera y el esquema global del iirsa se ha hecho por demás diáfana en los discursos del 6 de agosto de este año, pronunciados por el
16 amazonía: encrucijada civilizatoria

Vicepresidente y el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, y en la aprobación de la ley 226 que liquida los aspectos protectores de la ley 180. Bástenos relacionar la diatriba falsificadora y tendenciosa del vicepresidente contra los movimientos ecologistas indígenas –justificación para invadir el tipnis– con el anuncio de la construcción de un corredor bioceánico, cuyo trazo, anunció triunfalmente Evo Morales, finalmente fue corregido y pasará ahora por el norte de Bolivia. Estos dos discursos, acoplados entre sí por la retórica del desarrollo, resultan la evidencia más clara de que la carretera por el tipnis hace parte de un esquema regional guiado por el interés de los poderes y los capitales mundiales, que imponen, como indica Porto-Gonçalves, “una división territorial del trabajo en una geografía desigual de beneficios para unos pocos y expoliaciones para las periferias y para la gente subalternizada de toda la región”.
Pese a la magnitud y a la escala de los capitales invertidos –en la región amazónica operan 71 empresas petroleras y hay más de 1 millón de km2 en exploración, se ha proyectado la construcción de 246 hidroeléctricas8, y las explotaciones mineras cubren un área de 1.6 millones de km2–, el autor destaca al final de su libro, que este proceso ha abierto un nuevo ciclo de conflictos y de luchas, cuya intensidad y legitimidad no harán más que crecer. Las persistentes y duramente reprimidas movilizaciones de los pueblos indígenas amazónicos en las últimas décadas están llegando a un punto de inflexión que permitirá, al menos eso es lo que deseamos, que la sociedad entera se involucre en el debate y asuma el desafío planteado por las movilizaciones del tipnis. Asumir este desafío significa pensar y actuar colectivamente, como comunidad política nacional, para hacer posible otra relación con la selva. Escuchemos lo que dice el autor para vislumbrar sus implicaciones epistémicas y políticas.
8 De las cuales 5 estarían en Bolivia.
prólogo 17
“No se va a salvar la Amazonía, como se acostumbra decir, partiendo de los mismos principios epistémico-políticos que devastaron todo el planeta. La Amazonía no es sólo la selva y el agua, es también la cultura de los pueblos que allí viven y que detentan un enorme patrimonio de conocimientos de la selva y los ríos y otros valores que, en este momento de caos sistémico y de crisis… nos ofrecen como alternativa al conjunto de la sociedad.” (Párrafo 122).

En este ensayo se analiza la compleja y contradictoria dinámica socio-geográfica de la Amazonía, con especial atención en sus múltiples territorialidades de las que emanan diferentes potencialidades para el futuro de la región. Se consideran también las distintas escalas geográficas comprometidas (local, regional, nacional e internacional / global) y las tensiones-contradicciones-conflictos que protagonizan y enfrentan los grupos sociales allí asentados; sobre todo los que derivan de la nueva fase de reconfiguración regional que ocasionan varios megaproyectos de infraestructura que actualmente están en desarrollo.
Resumen

1- El análisis que ofrecemos de la Amazonía se inspira tanto en contribuciones científicas recientes, como en el rico acervo del conocimiento ancestral-histórico de los diferentes pueblos / etnias / nacionalidades / grupos / clases sociales que viven la región.
2- Desde el punto de vista epistemológico, con sus evidentes variables teóricas, conceptuales y metodológicas, son múltiples las posibilidades que se originan del diálogo entre las recientes contribuciones científicas y las matrices de conocimiento ancestral. Recalcamos la necesidad de superar en el análisis de la región: 1) la separación naturaleza-sociedad, 2) la dicotomía entre espaciotiempo, 3) la visión lineal de la historia (evolucionismo) y 4) el etnocentrismo, o más bien, la colonialidad del saber y del poder que aún prevalecen en diversos estudios.
3- La revolución científica (y filosófica) que resulta de las ciencias naturales, en particular de la física, no apunta solamente a la superación de la dicotomía entre espacio y tiempo, sino también de la dicotomía entre objeto y sujeto del conocimiento; esto sobre todo desde que Werner Heisenberg (1901-1976) comenzó a desestructurar los cimientos de la ciencia positivista y del determinismo con su “principio de la indeterminación”. En el campo específico de las ciencias sociales nos inspiran el
i Introducción
22 amazonía: encrucijada civilizatoria
geógrafo Milton Santos con su tesis del “espacio geográfico como acumulación desigual de tiempos” y el historiador Marc Bloch con su tesis de la “contemporaneidad de lo no-coetáneo”. Es interesante observar cómo estas nuevas formulaciones científicas y filosóficas abren puentes de diálogo con múltiples matrices de racionalidad forjadas ancestralmente por diversos pueblos / etnias / nacionalidades que viven en la región.
La antropología y la arqueología registraron otras matrices de conocimiento que se desarrollaron sin dicotomías: hombrenaturaleza, espacio-tiempo y sujeto-objeto, pero muchos de estos saberes-prácticas fueron descalificados –en lo que Boaventura de Sousa Santos llama “epistemicidio”– por no ser científicos y filosóficos, como si estas fueran las únicas formas de conocimiento válidas. Josef Esterman en su libro La filosofía andina, nos muestra cómo pueblos que habitan la extensa cordillera, como los quechuas y los aymaras, no tienen: 1) una palabra para designar una unidad indivisible de la materia en la medida,1 pues para ellos todo es relación y relación de relación; 2) no tienen una palabra para lo que llamamos naturaleza, lo que implica verla a esta separada de los seres humanos, y 3) no tienen palabras para designar espacio o tiempo. Sin embargo, para no encasillarlos por lo que no tienen, identifiquemos algunos equivalentes homeomórficos (Panikar), como los designan los hermeneutas, que nos permiten un diálogo entre matrices tan distintas de conocimiento como en el caso de la palabra-concepto quechua-aymara pacha, que designa el espacio-tiempo y no espacio y tiempo; o Pachamama, que designa la fuente de toda la vida y que se aproxima a la idea griega de physis, que no separa espíritu y materia. Pachamama, entonces, implica el mundo lunar y sublunar, el espíritu y la
1 Sabemos cómo la racionalidad hegemónica que se impuso en Europa (y que Europa impuso al mundo) se funda en lo que Cornelius Castoriadis llamó “lógica identitario-conjuntista” (Castoriadis, 1982), según la que todo se reduce a una unidad indivisible de la materia, sea el átomo en la física, la molécula en la biología o el individuo en las ciencias de la sociedad. En fin, hasta la aparición de la física cuántica, el átomo-individuo reinaba soberano (Porto-Gonçalves, 1989).
introducción 23
materia, en fin, toda la comunidad de la vida en relación, y no lo que nosotros llamamos naturaleza.
4- La Amazonía, por su contexto y coyuntura, nos ofrece la posibilidad de un análisis crítico en pos de caminos y alternativas para superar la encrucijada mediante la que el paradigma del poder y del saber –basado en la idea de “dominación de la naturaleza” (Francis Bacon)– nos condujo al colapso ambiental que hoy vivimos. Y no solo por las funciones que el metabolismo específico de la región cumple en el metabolismo del planeta como un todo, sino también por las múltiples matrices de conocimiento que sus pueblos / etnias / nacionalidades comparten y activan y que nos ofrecen referencias para una relación de convivencia y no de dominación, con las condiciones materiales de la vida (tierra-agua-sol-vida).
5- Existen registros de ocupación humana en la Amazonía de hace más de 17.000 años, como la formación cultural chiribiquete, en la actual Colombia. Cientos de pueblos / etnias / nacionalidades se constituyeron en la región antes de que el bosque ocupara la inmensa área que hoy ocupa, lo que se remonta a hace 12.000 años, cuando la última glaciación redujo a los casquetes glaciares a las posiciones latitudinales y las altitudes que hoy ocupan (ver mapa 1).
Hay que tomar en cuenta que, a diferencia de hoy en día, un inmenso volumen de agua estaba en aquel entonces fuera de circulación, pues los casquetes polares y los glaciares ocupaban áreas más amplias, de manera que aguas en estado sólido permanecían fijadas al suelo. Con el retroceso de las glaciaciones a las posiciones actuales, un volumen más grande de agua pasó a circular y precipitarse en forma de lluvias de modo más concentrado en las regiones ecuatoriales y tropicales, dando de este modo condiciones para la ampliación geográfica del bosque que estaba limitado a algunos refugios en las áreas más húmedas, según nos enseña la teoría de los refugios, de Azis Ab’Saber y Paulo Vanzolini. Desde entonces, es decir, desde hace más de 12.000 años, el ser humano habita y se desarrolla en medio del bosque, tiempo en el que el planeta experimentó cambios climáticos globales (glaciaciones) que posibilitaron las actuales condiciones para la subsistencia de un poderoso torrente de materia y energía (sol, agua, tierra = vida), con
24 amazonía: encrucijada civilizatoria
una enorme disposición de biomasa, condiciones con las cuales los pueblos / etnias / nacionalidades pasaron a desarrollar diversas formas de conocimiento necesarias para comer (caza, recolección, pesca, agricultura), para habitar (arquitectura) y para curarse (medicinas). De tal manera, en la Amazonía no hay solamente un inmenso bosque y una inmensa cuenca hidrográfica, como se piensa comúnmente, sino también un patrimonio desarrollado de conocimientos con (y no contra) esas condiciones de la vida y con los que debemos dialogar.
6- Lo hasta aquí expuesto da pie a un análisis bajo la perspectiva de la geografía de la historia, que nos obliga a ver a la sociedad en su metabolismo bio-geofísico en un espacio-tiempo determinado, en este caso, la región amazónica. Cabe señalar que el espacio-tiempo no es visto aquí tal y como lo concebía Kant (1724-1824) como intuición a priori, sino como espacio-tiempo corporificado, materializado. Desde el Holoceno2, cuando se abre un nuevo tiempo para el planeta tras la última glaciación, la materia viva gana una nueva dinámica material que se configura en una renovada geografía que tiene en la Amazonía al bosque más denso y a la mayor cuenca hidrográfica del planeta, donde múltiples pueblos / etnias / nacionalidades pasaron a convivir y a conformar la región como un complejo geográfico de acumulación de espacio desigual que plantea al mismo tiempo desafíos analíticos y políticos.
Con el tiempo llegamos a comprender lo que pasa en las diferentes escalas –local, regional, nacional, subcontinental y global– en la certeza de que estas son atravesadas y constituidas por relaciones sociales y de poder. Y, más aun, hoy sabemos que el actual metabolismo amazónico solo fue posible por el cambio climático global derivado del retroceso de la última glaciación y que ese mismo metabolismo amazónico es importantísimo para la actual dinámica metabólica global. Sin embargo, la región que hace poco estaba relativamente
2 Holoceno, también conocido como cuaternario, en términos geológicos, corresponde al periodo iniciado aproximadamente hace 11.500 años y que se extiende hasta el presente. El Holoceno empieza con el fin de la última era glacial principal, o Edad del Hielo.
introducción 25
preservada de la dinámica destructiva que caracteriza al sistema capitalista moderno-colonial está sometida, sobre todo en las dos últimas décadas, a un cambio radical en su sistema socio-metabólico que, todo indica, tendrá gravísimas consecuencias para la dinámica metabólica global, de tal manera que si proseguimos en los ritmos de los últimos 40 años, no se podrá evitar un colapso ambiental global.
Y no se trata de retórica apocalíptica, común en el mundo de las ong que viven de las amenazas que propagan; más bien se trata de un pronóstico que se funda no solo en rigurosos análisis científicos, sino también en el diálogo de saberes con otras matrices de racionalidad que nos ofrecen diferentes perspectivas de conocimiento. Esta es la premisa con la que invitamos al lector para que nos acompañe.
Mapa 1*
Áreas semi-áridas com caatinga e flores similares (com cactáceas) Áreas de estepe sub-desérticas (extensões do “Norte”) Áreas estépicas e desérticas frias (extensões das estepes patagônicas) Grande deserto do Atacama Grandes núcleos do cerrado com enclaves de caatinga Núcleos de araucária (andino e brasileiro) (1) Desertos rochosos e desertos costeiros andinos Florestas boreais e temperadas frias e de altitude (2) Glaciares de altitude do setor Sul e das áreas de tundra Florestas tropicais, áreas de refúgio dos morros e brejos de encostas e serras úmidas
Observemos en el mapa que el área correspondiente a la Amazonía actual estaba,
durante la última glaciación, ampliamente dominado por “grandes núcleos
de enclaves de caatinga cerrada” (color marrón).
* Todos los mapas corresponden a RAISG (2012). Amazonía bajo presión. Disponible en: www.raisg.socioambiental.org

II.1 - De las visiones sobre la Amazonía
7- Por ser la Amazonía una región ubicada en una posición periférica dentro de países periféricos en el sistema-mundo capitalista moderno-colonial, se le escapa incluso el poder de hablar sobre sí misma. Por lo tanto prevalecen visiones “sobre” la Amazonía, y no visiones “de” la Amazonía; incluso cuando se habla de percepciones de la Amazonía, no son las percepciones de los amazónidas –principalmente de sus pueblos / etnias / nacionalidades y grupos / clases sociales en situación de subordinación-opresión-explotación.
8- Algunas ideas han sido centrales en la formulación de políticas sobre y para la región, a saber: 1) Amazonía como naturaleza prístina; 2) Amazonía como vacío demográfico; 3) Amazonía como “reserva” y fuente inagotable de recursos; 4) Amazonía como región del futuro.
9- La imagen más conocida de la Amazonía es la de una inmensa cuenca hidrográfica, la más grande del mundo, cubierta de una extensa selva tropical húmeda que abarca un área de aproximadamente ocho millones de km² y cubre un extenso “vacío demográfico”.
ii De las relaciones de poder y de las visiones sobre la Amazonía
28 amazonía: encrucijada civilizatoria
10- Se trata, rigurosamente, de una visión colonial que delimita la formación geo-histórica de la región a partir de la llegada del colonizador –o invasor, para los pueblos de la región–; una percepción que ignora que la zona está habitada desde hace por lo menos 17.000 años. En la Amazonía de Brasil, el registro más antiguo que se conoce es de hace 11.200 años, en la Caverna de la Piedra Pintada, en el municipio de Monte Alegre, en Pará.
11- Esa percepción colonial toma como algo natural el hecho de que en la región predominan cinco lenguas –español, portugués, inglés, francés y holandés–, pero poco se habla de que allí viven cerca de 240 pueblos indígenas que hablan unas 180 lenguas. Poco se habla, también, de que las cinco lenguas remarcadas son coloniales, lo que evidencia que la región fue mundializada hace cinco siglos y que desde ese momento los pueblos experimentan esa invasión colonial. Y aún menos se habla –en medio de los discursos nacionalistas que denuncian la internacionalización de la Amazonía y gritan eslóganes como “la Amazonía es nuestra”– de la larga historia de resistencia de esos pueblos permanentemente olvidados. En fin, como Pablo Gonzáles Casanova denuncia desde hace más de 50 años, se ignora en diferentes esferas el colonialismo interno.
12- Esas visiones subvencionan políticas que silencianinvisibilizan a esos pueblos / etnias / nacionalidades, así como a las comunidades negras quilombolas / palenques y campesinas (ribereños, caucheros, castañeros, etc.) que allí habitan en una larga trayectoria de ocupación de la región y su acervo de conocimientos producido durante 17.000 años.
13- Destaquemos que abordar la naturaleza separadamente de la vida, de la cultura de los pueblos, es un horizonte de sentido ignorado por la mayoría de los pueblos / culturas que habitan la Amazonía. En las prácticas técnico-culturales de los pueblos andino-amazónicos, los campos, bosques, ríos, lagos y lagunas son condiciones de vida con las que tuvieron que existir y con las que desarrollaron haceres / saberes como condiciones materiales de
de las relaciones de poder 29
reproducción / creación de significados para la vida. Así, la idea de una naturaleza intangible recientemente expuesta por el sociólogo Álvaro García Linera, en su condición de vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, no contempla las prácticas de los pueblos que allí habitan que, por el contrario, siempre se conformaron por las condiciones de vida que la región les ofrece y, por lo tanto, jamás trabajaron con la idea de intangibilidad3, de naturaleza intacta.
Considerar a la Amazonía como naturaleza de modo antropocéntrico, como lo hace la tradición eeuurocéntrica según la cual lo modernocolonial se impuso al mundo, autorizando así su dominación –“la dominación de la naturaleza”–, es considerar que la naturaleza existiría al servicio del hombre: antropocentrismo. También evidenciamos que cuando se reafirma el antropocentrismo, se trata en realidad del androcentrismo, pues se habla del hombre y se ignora a la mujer. Y, más aun, no se trata ni siquiera de un hombre genérico, sino del hombre blanco, europeo y burgués quien, al parecer, sí está autorizado a dominar a la naturaleza, incluso a los pueblos que están vinculados a la naturaleza. Es de resaltar que aceptar la idea-fuerza de conocimiento para la “dominación de la naturaleza” (Francis Bacon - 1561-1626) es pensar / actuar en la relación sociedad-naturaleza a partir de una situación de exterioridad y, aún más, con una lógica de guerra / dominación como invoca la tradición falocrática. En fin, es la lógica de la producción que predomina, no la lógica de la reproducción de la vida. No es la lógica de cuidar de la naturaleza, que sería más cercana a una perspectiva femenina, es esa lógica que comanda la tecno-ciencia que se afirma a partir de la centralidad geopolítica y geocultural burguesa europea-estadounidense, eeuurocéntrica.
14- De esta manera, la Amazonía, en la medida en que es vista como naturaleza, ya estaría anticipadamente destinada a ser
3 La idea de intangibilidad fue invocada por el gobierno boliviano en el conflicto del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS), a modo de justificar la intervención en aquella Tierra Comunitaria de Origen (TCO) en nombre de proyectos de desarrollo con el presupuesto de que la naturaleza no podía permanecer sin ser usada, intangible. Con ello se ignora la ancestralidad del intercambio socio-metabólico allí existente.
30 amazonía: encrucijada civilizatoria

dominada por el hombre, por la cultura y, como observamos anteriormente, no por cualquier hombre, ni cualquier cultura. Y es que vivimos bajo el paradigma que separa naturaleza, de un lado, y hombre / cultura, de otro; paradigma que, después de todo, da soporte al sistema mundo-capitalista moderno-colonial-patriarcal en el que un lado es activo –el hombre, varón-blanco-burgués, europeo– y el otro pasivo –la naturaleza, la mujer, el trabajador manual no blanconegro-indígena. Estamos convenientemente preparados para aceptar esta disposición de los entes como si fuera natural. Es la colonialidad del saber y del poder (Edgardo Lander y Aníbal Quijano).
15- La idea de la Amazonía como “vacío demográfico” aun hoy se hace presente en los documentos oficiales de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (iirsa) del Consejo Sudamericano de Infraestructura y Planeamiento (cosiplan)4. Esta idea autoriza su conquista por las culturas no amazónicas, en el entendido de que estaría vacía. Sin gente, la Amazonía es naturaleza, fuente inagotable de recursos que estarían reservados, en el futuro, para otro, situación en la que evidentemente cumpliría el papel de rescatar a nuestras sociedades del atraso y del subdesarrollo. Siendo el futuro, la región y sus gentes, no es el presente y así el ciclo se cierra, pues el vacío demográfico nos dice que no hay nadie presente y por tanto la región, en el futuro, está reservada para otros que vienen de fuera. De esta manera, las ideas de “reserva” y de “vacío demográfico” se muestran evidentemente coloniales.
4 Pronunciamento de Carlos Lessa, en su calidad de presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) –nombrado por el presidente Lula da Silva en 2003–, en el Seminario de Prospección de Proyectos promovido por ese banco conjuntamente con la Corporación Andina de Fomento (CAF): “No sé si la energía de esas plantas será para Manaos, si irá en una u otra dirección, pero estoy absolutamente seguro de que 4,8 mil kilómetros de acuavías -30 millones de hectáreas de tierras en Brasil, Bolivia y Perú abiertas a la producción- representan para la historia del continente un movimiento a pequeña escala de lo que fue la ocupación del viejo oeste del país. Creo que es un gesto, un proyecto que tiene este significado de poner la modernidad sudamericana en la hinterland aún no ocupada” (Lessa apud Carvalho, 2004: 46).
de las relaciones de poder 31
16- Bajo ese “magma de significaciones imaginarias” ( Cornelius Castoriadis) que origina la sociedad capitalista moderno-colonial, corresponde a la Amazonía la condición de estar al servicio de los designios de la acumulación del capital y el desarrollo de sus fuerzas productivas con la función de complementar los “recursos naturales”, como la geopolítica del sistema-mundo capitalista moderno-colonial impone a los continentes / países / regiones / lugares coloniales, sobre todo a los grupos / clases sociales en situación de subordinación en esas escalas diferentes. Ese es el telón de fondo sobre el cual una nueva (¿nueva?) clave de lectura se impone, una vez más, desde finales de los años 60 y, sobre todo, desde los años 70: la clave ecológica.
Esta nueva (¿nueva?) clave de lectura se acerca a las viejas perspectivas conservacionistas con fuertes raíces en eeuu (Sierra Club) que buscan la creación de áreas protegidas (parques nacionales, reservas biológicas, etc.) en función de su valor científico y/o estético, y que tienen en la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (uicn ) a su principal organización internacional que impulsa su transformación en nuevas commoditties de la economía verde, mediante el capital financiero. Esa nueva (¿nueva?) clave de lectura tiene, entonces, uno de sus principales apoyos en los capitales de las nuevas industrias relacionadas a la ingeniería genética y los nuevos materiales. En cierta forma, estos nuevos sectores del capital industrial tienen una relación diferente con las fuentes de materia prima, por la valorización del material genético (biodiversidad, germoplasma), a diferencia de los sectores tradicionales que destruían los bosques para el avance de la ganadería o para cualquier monocultivo. Y no hay que olvidar al capital financiero, con su enorme ambición para inventar mercancías ficticias que solo existen para ampliar la circulación-acumulación de una economía especulativa, como el mercado de carbón y sus bonos y cargas.
17- Esa relación contradictoria entre diferentes sectores de las clases capitalistas y el objeto de trabajo –para unos, lo que importa es el subsuelo para la explotación mineral o la tierra sin nada y con la mayor extensión posible para la agricultura y la ganadería; y para otros, más bien el germoplasma y la diversidad biológica– abrió
32 amazonía: encrucijada civilizatoria
espacio para que grupos sociales, hasta el momento imperceptibles, entrasen a la escena política, como los pueblos indígenas, quilombolas / palenqueros / cimarrones y campesinos / ribereños, entre otros, e incluso para que se establecieran relaciones ambiguas entre estos capitales y algunos de estos grupos / clases sociales. Ese contexto también abrió el espacio para que grupos campesinos y otros, sin dejar sus luchas de resistencia, se reinventen y den paso a lo que algunos autores, como Martínez Allier, llamaron “ecologismo de los pobres”, “ecología popular” y “eco-socialismo”.
De ahí emerge una ecología política con fuerte relación con los movimientos populares en América Latina. En la Amazonía brasileña, el movimiento de los siringueros de Acre rompió con el paradigma que separa hombre y naturaleza al afirmar que en el bosque hay personas y al establecer una aproximación con los pueblos indígenas con la Alianza de los Pueblos del Bosque. Su líder más destacado, Chico Mendes (1944-1988), resignificó ecológicamente un antiguo tema de los movimientos sociales en América Latina, afirmando que la reserva extractivista era la reforma agraria para los siringueros. Grupos / clases sociales del mismo género también se generaron en varios lugares de la Amazonía, como en el conflicto del tipnis, en Bolivia; en Bagua, Perú; en Pastaza, Ecuador; en Putumayo, Colombia, y se están formando en la resistencia contra represas en la Amazonía en varios países de la región. Estas voces que empiezan a escucharse cada vez más, inspiran este ensayo que busca traer esas perspectivas al debate sobre el destino de la Amazonía.
II.2 - De las relaciones de poder y la geografía política interna
18- La inmensa cuenca hidrográfica cubierta por la extensa selva tropical húmeda, que contiene un área de aproximadamente 8 millones de km², incorpora los “fondos territoriales” (Robert Moraes) de ocho países soberanos y una anacrónica colonia política, Guayana, aún bajo dominio político francés. Es necesario
de las relaciones de poder 33
considerar que los Estados territoriales (países) están constituidos por “bloques históricos” de poder (Gramsci, 1985) que conforman sus diversas regiones y sus relaciones y alianzas internas; en este marco, los “fondos territoriales” amazónicos son regiones cuyos bloques históricos de poder mantienen una relación subordinada en la dinámica de las relaciones sociales y de poder que conforman la geografía política interna de los países amazónicos.
19- No podemos dejar de considerar que esos bloques históricos regionales están internamente conformados por relaciones sociales y de poder, en las que podemos identificar grupos / clases sociales situados en posiciones distintas, sea como grupos / clases sociales hegemónicos, o en situación de subalternización en el interior de la misma Amazonía. Es el caso de los campesinos afroi-ndoamazónicos, de las etnias / pueblos / naciones indígenas, de las diversas formaciones campesinas (ribereños, siringueros, balateros, productores de asaí, agricultores migrantes, localizados o en campamentos) y, además, de las poblaciones pobres de las periferias urbanas, la mayoría constituida por los hijos de aquellos grupos / clases sociales.
20- Al analizar la situación de la Amazonía debemos considerar que las ya de por sí complejas relaciones sociales y de poder se agudizaron aún más en los últimos 40 años con la reconfiguración política y geográfica en el sistema mundo-capitalista modernocolonial, y más específicamente en la década de los 90 cuando el capital industrial comenzó a trasladarse a Asia, particularmente a China. En este contexto se abren nuevas posibilidades de relaciones sociales y de poder entre los grupos / clases sociales de diferentes regiones y entre países.
21- El sistema-mundo capitalista moderno colonial vive desde los años 60 una crisis de su paradigma de poder (y de saber), como se desprende del hecho de que grupos / clases sociales tradicionalmente imperceptibles comienzan a hacerse presentes en la escena política: los negros, los indígenas y las mujeres, por
34 amazonía: encrucijada civilizatoria
no mencionar el caso de los trabajadores urbanos y, en particular, de los campesinos que fueron responsables de las grandes revoluciones de inicios del siglo xx, como bien ejemplifican las revoluciones mexicana de 1910 y china de 1949, entre muchas otras.
Uno de los pilares del sistema capitalista moderno-colonial –la idea de dominación de la naturaleza, que funda toda su
racionalidad técnico-científica– empieza a cuestionarse, sobre todo después de Hiroshima y Nagasaki, y por los efectos de la revolución verde y de los productos genéticamente modificados en laboratorios del capital industrial (Porto-Gonçalves, 20075). A finales de los años 60, con la contracultura, nuevos valores emanan de las calles, entre ellos el ecológico, y surge una resignificación con relación a la Amazonía, por su función en la dinámica ecológica planetaria. Sin embargo, desde esa época, también la región comienza a pasar por un radical cambio en sus formas de organización socio-geográfica, con fuertes y graves consecuencias en su metabolismo, porque comienza a transitar sobre y contra ella el viejo paradigma de la extracción destructiva, con la construcción de grandes carreteras, con la expansión de la explotación minera, gas-petrolera, agropecuaria de exportación y maderera.
22- Hasta los años 60 los pueblos de la región se organizaban socio-geográficamente en torno a las llanuras y al bosque, siguiendo el curso de sus ríos y en las márgenes de sus lagos y lagunas; y en el caso de la Amazonía andina, echando mano de las capas ecológicas que el gradiente altimétrico proporciona, sacando provecho de esas condiciones variadas para organizarse con base en la reciprocidad y complementariedad. Pero el nuevo modelo socio-geográfico llegó en esa década con sus carreteras y ferrocarriles, impidiendo a los ríos producir energía (Porto-Gonçalves, 2001) y, con ello, aumentando el potencial de transformación de la materia con sus kilowatts y mega watts. Según Paul Little, en las dos últimas décadas…
5 Porto-Gonçalves, C. W., De Semillas, de Saberes y poderes o de OGM u OLM: en busca de precisión conceptual. disponible en: http://www.ces.uc.pt/bss/ documentos/2007_de_sementes_de_saberes_e_de_poderes.pdf.
de las relaciones de poder 35
“La magnitud de los impactos socioambientales causados por los megaproyectos, es de un orden cualitativamente más alto que en las ondas previas de la expansión de fronteras debido al tamaño y alcance geográfico de los emprendimientos, al número de proyectos que se están construyendo simultáneamente y a la enorme cantidad de capitales inyectados en ellos” (Little, 2013).
Un nuevo parámetro sociogeográfico se instaura con otra dinámica socio-metabólica: “la industrialización de la selva”. Para nosotros se trata de una intervención metabólica, pues pasa a imperar la dinámica de la entropía sobre la dinámica del sol nuestro de cada día, de la autopoiesis y de la neguentropía6, como veremos más adelante.
6 La idea de neguentropía dialoga con la autopoiesis de Maturana y Varela. (Ver pie de página 13).

23- Como vimos en la Introducción, varios pueblos habitan la Amazonía, hace más de diez milenios, en un complejo proceso de co-evolución con un geosistema extremadamente complejo y altamente diversificado biológicamente que dio lugar a una enorme diversidad cultural. Estamos ante lo que William Ballee y Darell Posey llamaron un “bosque cultural tropical húmedo”.
24- La enorme productividad biológica primaria (entre 40 y 70 toneladas de biomasa por hectárea/año) ayuda a entender por qué varios pequeños grupos humanos lograron sobrevivir en la región. José Veríssimo (1857-1916), uno de los intelectuales más especializados en la Amazonía brasileña, subrayó que toda esa riqueza biológica primaria, rescatada por las prácticas culturales de esas poblaciones, fue fundamental para su libertad y r-existencia ante el avance del capitalismo. Por otra parte, esta enorme productividad biológica primaria sería responsable incluso de la ocupación de la región, en la medida en que cada grupo social, incluso pequeño, encontraba condiciones de reproducción material en un nuevo núcleo que se desprendiese de un tronco común, como insinúa Pierre Clastres.
Lo mismo se puede decir de poblaciones esclavizadas que crearon territorios de libertad cimarroneando en los bosques con sus frutos, resinas y hierbas, así como en sus ríos y lagos, con su enorme
iii Para comprender la complejidad socio-metabólica amazónica
38 amazonía: encrucijada civilizatoria

variedad de pescados que ofrecieron condiciones materiales para su libertad en quilombolas, palenques y cumbes. Nos distanciamos, no obstante, de cualquier determinismo naturalista, a la vista de que la enorme productividad biológica primaria se constituye en una condición de posibilidad para esos territorios de libertad que se desarrollaron en plena selva, como se puede observar en Maranhão, Pará y Amapá.
25- Con tantos pueblos / etnias / nacionalidades que r-existen a la expansión capitalista moderno-colonial, nos vemos hoy ante un enorme desafío ético-político, con explícitas implicaciones ecológicas. ¿Cómo garantizar los derechos de esos múltiples pueblos / etnias / nacionalidades consagrados –por ejemplo, en el Convenio 169 de la oit y en la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas– cuando todos los países que ejercen soberanía en la Amazonía ceden ante la demanda productivista-consumista de “recursos naturales” alimentada por la lógica del aumento del capital en busca de lucro que reduce la riqueza a su dimensión cuantitativa abstracta ilimitada?
26- Además, esos diferentes pueblos / etnias / nacionalidades no pueden ser disgregados en un concepto de ciudadanía creado con la idea de individuo que aún administran las democracias que no respetan las diferencias culturales y políticas basadas en comunidades. Anteriormente señalamos que muchos de esos pueblos / etnias / nacionalidades ni siquiera tienen una palabra para representar un individuo. En ese sentido, superamos el “colonialismo interno” (Pablo González Casanova) que ignora las múltiples nacionalidades / pueblos / etnias que habitan el mismo territorio de diferentes estados-sociedades que se consideran a sí mismos(as) como uninacionales y, con ello, promueven el enorme desaprovechamiento de la experiencia humana (Boaventura de Sousa Santos) que son las culturas de esos pueblos / grupos / clases sociales.
27- Según la ciencia convencional, la enorme “productividad biológica primaria” (Leff) se formó con los suelos lateríticos
para comprender la complejidad 39
predominantes en la región que, según esa misma ciencia convencional, serían suelos de baja fertilidad. Es una gran paradoja: el mayor volumen de biomasa por área del mundo, entre 500 y 700 toneladas por hectárea, se habría formado con suelos calificados como de baja fertilidad por la lixiviación a la que están sometidos por el agua abundante que disuelve el calcio, el potasio y el sodio. Sin embargo, la productividad anual del 8 al 10% de este inventario de biomasa implica la media de 40 a 70 toneladas de biomasa por hectárea/año. No hay, en ningún lugar del mundo, una productividad de biomasa por hectárea de esa magnitud.
Una vez más, es fundamental abrir vínculos entre el conocimiento científico convencional y los conocimientos ancestrales históricos, después de todo, esos suelos serían pobres por el proceso de lixiviación que se acentúa cuando el bosque se retira, pues es este el que les proporciona la materia orgánica que da origen al humus que, a su vez, conforma esa enorme biomasa. Siendo así, los suelos de la Amazonía solamente son pobres bajo la perspectiva analítica disyuntiva que controla las ciencias convencionales que separan lo orgánico de lo inorgánico, lo químico de lo biológico, en fin… el suelo del bosque. Una visión no simplista, geo-sistémica, nos mostraría que el suelo-aguasol-fotosíntesis-bosque forma un complejo metabolismo en que el bosque proporciona la materia orgánica que forma el humus que lo sostiene. Siendo así, los suelos de la Amazonía no son ricos ni pobres, son simplemente compatibles con el bosque7. El problema parece estar en la colonialidad del poder y del saber que comanda las prácticas-saberes de aquellos que vienen diseñando las políticas para la región y que desconocen esa dinámica y que, por su mentalidad colonial, se niegan a reconocer que allí habitan pueblos / culturas que conviven con ese complejo metabolismo hace milenios. Así, con sus conceptos previos, más
7 Por otra parte, como nos enseña Karl Polanyi (1886-1964), la naturaleza no tiene escasez. Un área seca es, simplemente, un área seca: esa es su riqueza. Un área húmeda es, simplemente, un área húmeda: esa es su riqueza. El planeta, en su metabolismo en equilibrio inestable, depende de esas diferencias que no solo lo conforman, sino que lo constituyen.
40 amazonía: encrucijada civilizatoria
precisamente con sus preconceptos, promueven anticipadamente una deforestación (¿epistemológica?), en la medida en que ven al bosque como un obstáculo porque quieren a la tierra sin vegetación para hacer sus monocultivos o tener pastos para el ganado. No combaten con el bosque, sino contra el bosque y por eso lo destruyen. Si tomamos al bosque como fuente de vida, el conocimiento ancestral-milenario se muestra, como mínimo, como una fuente de inspiración.
28- Consideremos, además, que esa enorme extensión geográfica de la Amazonía se encuentra, desde tiempos inmemoriales, interconectada a la costa del Pacífico y a los altiplanos andinos a través de lo que John Murra definió como “máximo control de pisos ecológicos”, que dominaba hasta el inicio de la invasión / conquista capitalista moderno-colonial. De esta manera, las “tierras frías”, las “tierras templadas” y las “tierras calientes” ofrecían condiciones diferenciadas de materia / energía para la vida y se manejaban sobre la base de los principios de complementariedad y reciprocidad de las cosmogonías / prácticas de los diferentes pueblos / culturas que allí habitaron / habitan (Josef Estermann).
Así se refuerza la tesis de que las tradiciones indígena-campesinas amazónicas serían, como mínimo, fuentes de inspiración que nos exigen un diálogo con la tradición científica convencional al invitar a una convivencia con el bosque, no contra el bosque; al diálogo de saberes, a la interculturalidad, no al multiculturalismo. Al final, el diálogo entre pueblos y culturas no se da en una carencia de relaciones sociales y de poder y, para que se dé de modo consistente, hay que establecer relaciones sociales y de poder con base en la isonomía, en la igualdad política y con respeto a la autonomía, como propugnan esos pueblos. Para ello es imprescindible superar la colonialidad del saber (y del poder) que, al inferiorizar al otro –condición para colonizarlo, pues al final nadie coloniza a quien es igual– acaba por promover un enorme “desperdicio de experiencia humana” (Boaventura de Sousa Santos).
para comprender la complejidad 41
29- En fin, el complejo metabolismo amazónico tiene un equilibrio sol / fotosíntesis / vegetación / agua / suelo extremadamente delicado y la matriz eeuurocéntrica de conocimiento, a la que colonizan nuestras universidades y nuestro pensamiento, no dispone de tecnologías adecuadas para lidiar con él. Es necesario, sin duda, no desperdiciar la cantidad enorme de conocimientos y los complejos tecnológicos de los pueblos / culturas que habitan la región.

30- Hasta los años 60 todas las incursiones capitalistas moderno-coloniales sobre la Amazonía fueron discontinuas en el espacio y en el tiempo, configurando frentes localizados de expansión / invasión. Hasta ese momento permanecían múltiples prácticas culturales conformadas durante milenios con base en un metabolismo de altísima productividad biológica, sobre todo después del Holoceno –según lo anteriormente analizado– cuando “el río comandaba la vida” (Leandro Tocantins), configurando una ocupación alrededor del “río-várzea-floresta”. Desde que los invasores europeos llegaron a la región, hasta los años 60, predominó lo que los historiadores llamaron el ciclo de las “drogas do sertão” [especies nativas], en el que cientos de productos formaban un modelo de exportaciones donde ningún producto sobrepasaba más del 3% del total exportado, con excepción del corto periodo de 1870-1910/1920 del ciclo gomero (goma/caucho). Desde los años 60, sin embargo, una nueva configuración socio-geográfica comienza a imponerse a contramano de ese parámetro de ocupación histórico-ancestral.
31- En el contexto geopolítico nacional / global de la posguerra, con la descolonización africana y asiática, el nacionalismo se impuso bajo diversas formas incluso en América, continente
iv Amazonía, la gran transformación socio-metabólica en curso
44 amazonía: encrucijada civilizatoria
que había desencadenado sus luchas de liberación nacional a lo largo del siglo xix. La nueva hegemonía mundial estadounidense se constituiría no con la tarea de civilizar y colonizar pueblos y regiones, sino a nombre del desarrollo que pasó a ser la nueva ideología, según destaca Arturo Escobar (Escobar, 1996). Así, a la derecha y a la izquierda del espectro político, el desarrollo se impuso, sea como nacional-desarrollismo, sea como nacionalismo revolucionario y popular. En Brasil, por ejemplo, en 1952, bajo la dirección de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (cepal), se creó el bnde8 con el mismo espíritu del Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (bird). La ideología colonial del desarrollo no solamente dirigió, en los años 50 y 60, el debate alrededor de la superación del subdesarrollo entre países, sino también el debate interno en torno a la idea de superar la desigualdad regional, según Gunnar Myrdal, François Perroux, Celso Furtado y tantos otros. La búsqueda de la superación del subdesarrollo y de la integración nacional pasó a ocupar el imaginario político-ideológico a la derecha y a la izquierda.
32- Luego de la revolución cubana, a partir de 1960, Estados Unidos pasó a poner en práctica una nueva estrategia para América Latina con la Alianza para el Progreso y también en apoyo a la ideología del desarrollo como condición para la superación de la pobreza. Y lo hizo no necesariamente preocupado por los pobres, sino por ver en ellos “el suelo fértil para la divulgación de ideologías espurias”, como se decía en la época y como bien destacó Miriam Limoeiro (“Ideología del desarrollo: Brasil: jk – jq”). La Amazonía era el talón de Aquiles de esa integración no solo por ser frágil, en la época, la integración física de la región a cada país que sobre ella ejerce soberanía, sino por el hecho de significar para los nacionalistas una nueva “hipótesis de guerra” por los desafíos que plantea para la propia soberanía ante la presencia imperialista estadounidense. Se estima que en la Amazonía la dinámica socio-geográfica alrededor de los ríos no se dirige en
8 La letra S recién se añadiría al BNDES en 1982.
amazonía, la gran transformación 45
el sentido de conectarse a los centros geo-económicos y políticos más dinámicos de sus respectivos países; por el contrario, los ríos corren en sentido opuesto a sus capitales y a sus centros geográficos de desarrollo capitalista más dinámicos. De esta manera, la integración de la Amazonía se configura como un desafío de carácter geopolítico externo e interno al mismo tiempo.
33- La logística necesaria para la integración física de la Amazonía a los centros geográficos y políticos más dinámicos de los respectivos países necesitaba la disponibilidad de capitales; pero no solo eso, necesitaba también un proyecto político que fuera de integración nacional en el sentido total de la palabra, es decir, de integrar no solo el espacio geográfico.
34- La reforma agraria, desencadenada por la desigualdad social y política estructural de nuestro continente y que ocasionaba tanta polémica política en los años 50 y 60, en el caso de la Amazonía quedó condicionada por el “colonialismo interno”, porque la región era considerada como área a ser colonizada y así la colonización fue una suerte de antirreforma agraria. Es decir, la integración nacional no exigía integrar social y culturalmente a los pueblos / etnias / nacionalidades a la nación conocida por su pluralidad, lo que no estaba en el horizonte político de las oligarquías tradicionales, ni tampoco de las izquierdas nacionalistas que insistían en no reconocer las tesis de José Carlos Mariátegui disponibles desde los años 20, así como las luchas de los quilombolas / palenques, de los campesinos del bosque y las llanuras y de los pueblos indígenas. En Brasil, se olvidaba incluso de Cabanagem, la mayor masacre de la historia brasileña: se estima en 35 mil muertos, sobre todo de pobres.
35- El Estado, como no podía ser de otra manera, asumió sobre todo en la posguerra, la atribución de ordenador territorial para integrar físicamente la Amazonía. En Brasil comenzó con la federalización de extensos territorios en Amapá, Río Branco (después Roraima), Guaporé (después Rondonia) y con el mantenimiento
46 amazonía: encrucijada civilizatoria
del mismo estatuto político-administrativo en Acre. Sobre este argumento, las izquierdas y las derechas del espectro políticoideológico mantenían perspectivas coloniales y desconocían la gran multiplicidad de pueblos / etnias / nacionalidades y las complejas relaciones sociales y de poder que conforman la Amazonía.
Se excluye el caso peruano, en el cual, en parte, se confirmaron los vaticinios de Mariátegui sobre el necesario protagonismo revolucionario indígena en el mundo andino, pues una reforma agraria radical se hizo bajo el mando del general Velasco Alvarado, que incorporó los derechos colectivos de los pueblos y nacionalidades indígenas a sus territorios (Stepan Varese). En Bolivia, al contrario, el gobierno nacionalista revolucionario que se originó de la Revolución de 1952 no solamente desconoció los territorios comunales de los ayllus aymaras y quechuas, repartiéndolos en pequeñas propiedades campesinas, sino que estimuló la ocupación de los valles de los ríos que bajan de los Andes, unos en dirección a la Amazonía, promoviendo la integración con la “colonización” campesina andina. La lucha por la tierra y la reforma agraria se pensó en la perspectiva de la pequeña propiedad privada ignorando las múltiples territorialidades que ancestral-históricamente se adaptaron en la región donde, eventualmente, no resaltaban las prácticas de uso comunitario de las condiciones de producción / reproducción de la vida.
36- Así, las diferentes reformas agrarias, con excepción de la peruana, se dieron bajo el signo de la colonización, que descalifica a los habitantes amazónidas para quienes deforestar implica matar, porque las tierras de los bosques y de los campos no están deshabitadas. Brasil y Ecuador fueron los países donde el Estado desarrolló las más amplias acciones contra el histórico-ancestral patrón de ocupación socio-geográfico de la Amazonía a lo largo de los ríos-llanuras-bosques, bajo el mando de dictaduras civilmilitares. En Brasil, el nuevo patrón de invasión / ocupación construyó carreteras, abriendo vía a la reproducción ampliada del capital y la consecuente deforestación con la expansión de la explotación maderera, con la ganadería extensiva y con monocultivos en
amazonía, la gran transformación 47
varios latifundios, con la exploración energética (hidroeléctricas, petróleo y gas) y la explotación minera a gran escala, y también estimulando la colonización con migrantes provenientes de todas las regiones brasileñas. En Ecuador, predominó la creación de toda la logística para la explotación petrolera, dejando a la región amazónica prácticamente a merced de las grandes corporaciones transnacionales del sector, en un rentismo de clase colonial / racial conformado contra la Amazonía y sus pueblos.
37- Sobre todo a partir de la década de los 60, la Amazonía pasa a vivir la tensión de territorialidades derivada de dos patrones socio-geográficos en conflicto, a saber: el patrón que se había organizado ancestral-históricamente en torno a los ríos-llanurasbosques y el “máximo control de pisos ecológicos” del mundo andino-amazónico se ve subordinado por otro patrón que pasa a organizarse en torno a las carreteras-tierra firme explorando su suelo y su subsuelo, destruyendo sus bosques y llanuras y represando sus ríos con todos los efectos dañinos que se originan, entre ellos, la contaminación de sus aguas y la caída de la piscicultura, y con ello, de la oferta de proteína en la alimentación de los pueblos.
38- En el caso de Brasil, esta tensión puso en conflicto múltiples territorialidades no solo por el direccionamiento de corrientes de agua a las represas, sino también por la lógica geopolítica de 1) promover la integración este-oeste, interconectando la región noreste del país a la Amazonía con la carretera Transamazónica que corta transversalmente las cuencas hidrográficas de los ríos del margen derecho del Amazonas; 2) impulsar la integración de la Amazonía al centro-sur del país, con la autopista Belém-Brasilia, la primera gran carretera de integración física de la Amazonía, construida en el auge de la ideología desarrollista en el gobierno de Juscelino Kubitscheck (1956-1960), que con su slogan de “50 años en 5”, tuvo en la construcción de Brasilia su clímax.
Desde entonces se elabora una alianza estratégica de grandes empresarios, sobre todo del campo de la ingeniería civil con sus grandes constructoras, y de los militares con su proyecto de
48 amazonía: encrucijada civilizatoria
interconectar todas las capitales de las unidades territoriales de la federación brasileña a Brasilia, lugar donde fue transferida la capital federal en 1960. El entrecruzamiento de Belém-Brasilia con la Transamazónica se modificó en una de las regiones de mayor intensidad de conflictos de Brasil: en el sur y sureste de Pará, en el sur de Maranhão y en el norte de Tocantins. Al final, el nuevo patrón de ocupación se hizo con base en la soberbia colonial, ignorando a la región, a su geografía y a la cultura de sus pueblos / culturas, con base en una geopolítica que ve el espacio pero no ve a su pueblo.
39- La violencia se hizo más fuerte en la Amazonía en nombre de los nuevos colonizadores “héroes de la patria”, a partir del slogan “a Brasil, ámalo o déjalo”, en nombre “del orden y progreso”; después de todo, fue el avance de la civilización contra el salvaje, como un día se hizo contra el infiel, el no cristiano. En la Amazonía, región de la selva y de los salvajes, la violencia se mostró aún más cruel. Matar y desforestar se convirtieron en una misma práctica. “Correria”9 por todas partes. “Era una vez un bosque”, como bien dice el verso de Vital Farias en su canción-poema Saga de la Amazonía10, por otro lado, música preferida de Chico Mendes.
40- Desde entonces, el patrón de adaptación de los asentamientos humanos ancestral-históricamente conformados con los ríos y el bosque y los pisos ecológicos de los contrafuertes andinos de la Amazonía, encuentra dificultades para reproducirse a causa de la penetración de un nuevo patrón de dinámica devastadora de consumo de materia y energía en el espacio-tiempo. Cada nueva carretera en la Amazonía estimula las invasiones del bosque y acelera los procesos de urbanización precaria: ambos fenómenos sirven para incrementar la demanda para la construcción de más
9 “Correría” es como se hizo conocida en la Amazonía brasileña la práctica de ahuyentar –“botar a correr”- a los indios para tomar sus territorios. Chico Mendes me confesó que, aún en la década de 1950, en su infancia, era diversión en los siringales disparar a indios para verlos correr. 10 Disponible en: .
amazonía, la gran transformación 49
carreteras y exigen más agua para consumo humano en espacios concentrados, más energía bajo la forma de kilowatts y mayor consumo de alimentos.
41- La nueva dinámica espacio-temporal de materia y energía pasa a ser comandada, en el tiempo de la globalización, por el oligopolio del capital en el mercado internacional, que exige otro tipo de energía. El tiempo de la competitividad produce una desarticulación espacio-temporal de materiaenergía configurando una subordinación del espacio (y todos sus ciclos bio-geofísicos) al tiempo del reloj abstracto del capital.
Esta nueva dinámica de materia y energía en el espacio-tiempo amazónico, que se inicia en los 60 y 70 se intensifica y complejiza en los años 90, por los intereses más directos del capital y sus políticas neoliberales (“regionalismo abierto”), cuya dinámica productiva se trasferirá a Asia, sobre todo a China, con la sorprendente alianza del Partido Comunista chino con los capitalistas de Wall Street y las grandes corporaciones transnacionales con sede en los países centrales. Desde el momento en que el sistema-mundo capitalista moderno-colonial comenzó, en 1492, presenciamos hoy, por primera vez, el paulatino desplazamiento del centro geográfico de la dinámica de la producción capitalista hacia Asia, sobre todo a China, dejando en segundo plano el Atlántico Norte. Los efectos de este cambio para la Amazonía serán enormes, sobre todo para las etnias / pueblos / nacionalidades y demás grupos / clases sociales amazónicos en situación de subalternización.

42- A lo largo de la década de los 90, los organismos multilaterales (el Banco Interamericano de Desarrollo y el bird), en asociación con gobiernos de diferentes países reconfiguraron las relaciones para América Central, el Caribe y América del Sur. Desde 1994 se aprobaron acuerdos para establecer un nuevo “sistema de normas” (Milton Santos), como el Área de Libre Comercio de las Américas (alca), que sería la base de sustentación para lo que más tarde se configuraría como un nuevo “sistema de objetos”, a saber, el Plan Puebla-Panamá (ppp) y la iirsa. Vicente Fox, por México, y Fernando Henrique Cardoso, por Brasil, aparecieron en 2000 como protagonistas de esa reconfiguración geográfico-política.
Tanto la iirsa como el ppp otorgan forma material (carreteras, represas, hidroeléctricas, puertos, aeropuertos y comunicaciones) al crear las “condiciones generales de producción” necesarias para que los capitalistas operen y realicen sus objetivos privados de lucro.
43- En la misma época, muchas fueron las luchas de resistencia de los movimientos sociales contra las políticas de carácter neoliberal que estaban en curso en el continente, lo que llevaría incluso a que otras fuerzas políticas, que algunos intelectuales llamarían postneoliberales (Emir Sader), llegasen a los gobiernos de varios países,
v La Amazonía y las (des)integraciones en disputa
52 amazonía: encrucijada civilizatoria
empezando con la elección (1998) y la posesión (1999) de Hugo Chávez Frías, en Venezuela. La tradición bolivariana presente en Venezuela sirvió de base para la actualización de la histórica brecha que atraviesa las relaciones de Estados Unidos con/contra América Latina. Los tratados que buscaban el interamericanismo –expresión clave de la diplomacia estadounidense hacia los demás países de América, con el alca como bandera– empezaron, a inicios del nuevo siglo (2000), a ser abiertamente rechazados ya que fueron vistos como la actualización de la Doctrina Monroe y su ambigua expresión “América es para los americanos”.
Con la elección (2002) y la posesión (2002) de Lula da Silva en Brasil, lo que parecía difícil para los gobiernos afines con el neoliberalismo pasó a ser viable, sea cual sea una redirección del papel del Estado; en el caso de Brasil, a través del bndes, que financió a las grandes corporaciones nacionales brasileñas para construir las grandes obras, el “sistema de objetos” (Milton Santos) de la iirsa. Así, un proyecto nacido de las entrañas del neoliberalismo ganó disposiciones financieras para materializarse en gobiernos que se formaron fuera de sus demandas en otro campo político, entre los movimientos sociales provenientes de abajo. La creciente importancia de China en el escenario económico mundial abrió una brecha en las relaciones de los países del continente americano, una situación que no se ofrecía en la geografía política mundial desde el fin de la Guerra Fría. Las oportunidades de negocio con Asia, sobre todo con China, país que es el mayor importador de commoditties del mundo, abrieron espacio para la expansión del capital del agronegocio (soya, maíz, carnes, eucalipto), la explotación minera y las grandes compañías de ingeniería y construcción civil (carreteras, hidroeléctricas, puertos, etc.), fundamentales para la creación de infraestructura para aquellos otros sectores, y con ello para disminuir la dependencia económica, sobre todo comercial, de los países de América al Sur con eeuu. Un cierto antiamericanismo sustituyó ingenuamente el antiimperialismo entre sectores de las izquierdas latinoamericanas, dígase de paso.
la amazonía y las (des)integraciones 53
44- Estamos ante una reconfiguración geográfica profunda regional / continental / global que abre una nueva fase de acumulación de capital y una nueva alianza entre clases y fracciones de clase (sindicalistas ligados a los fondos de pensión, capital financiero, gestores militares y de la diplomacia, empresas de ingeniería y construcción civil, grandes corporaciones capitalistas del agronegocio y de la minería y gestores del Partido Comunista chino).
45- Cabe señalar que por las complicaciones en las áreas / regiones que serán afectadas por las obras de la iirsa surgieron algunos conceptos que fundamentan la nueva gestión territorial con sus ejes de integración y desarrollo (eid), que facilitan así el flujo de mercancías a través de “corredores”. De esta manera “región” no es más el concepto estructurador, y sí más bien los de “ejes” y “corredores”; es decir, el flujo es más importante que el espacio como un todo del que la región es parte. Para ello, se propusieron con la iirsa diez ejes de integración, de los cuales cinco inciden directamente sobre la Amazonía (ver mapa 2).
46- Son enormes las consecuencias prácticas de este nuevo ámbito teórico-conceptual, sobre todo por el cambio de escala. Después de todo, los 10 eid de la iirsa fueron planificados para la integración física a los mercados a escala global y no apuntan a las escalas locales y regionales. Las escalas local, regional e incluso nacional son percibidas como pasajes, “flujo”, “corredor”. No es más la región que se toma como referencia para la integración, sea la Amazonía o cualquier otra. El acceso a la tierra, al agua al subsuelo y sus minerales; al petróleo y al gas es disputado por sectores con poder desigual, pues los eid y sus corredores atraen grandes capitales que usurpan los rendimientos de la tierra, dominan la dinámica espacio-temporal explorando grandes volúmenes de producción, y aún captan localmente sectores relacionados al pequeño comercio y a la especulación inmobiliaria y otras actividades (drogas, prostitución). La llegada de miles de obreros y también
54 amazonía: encrucijada civilizatoria
de trabajadores hace que los precios de las mercancías aumente y ponen el costo de vida en un nivel inalcanzable para los residentes locales. Cuando las obras terminan, el desempleo, la delincuencia y la violencia toman el lugar de las promesas de desarrollo.
Mapa 2
Ejes de la IIRSA.
la amazonía y las (des)integraciones 55
47- Así, en esta nueva reconfiguración, la Amazonía se verá envuelta11 en una dinámica conformada para integrar el subcontinente al mercado global que pasa por una reconfiguración geográfica de gran magnitud. Perderá, por tanto, su singular situación “discontinua” en el espacio y en el tiempo, para quedar –como el resto del mundo– a merced de una acción política estratégica de otra magnitud, debido al volumen de recursos financieros involucrados; y en otra escala pan-amazónica / sudamericana de inserción global con la iirsa con los cinco ejes de integración y desarrollo que atraviesan la región.
48- Si desde los años 60-70 podemos hablar del inicio de la etapa de los megaproyectos en la Amazonía, estamos ahora ante un megaproyecto que estructura varios megaproyectos; un nuevo patrón geográfico que Paul Little denomina “industrialización de la selva” y que provocará enormes consecuencias ecológicas, culturales y políticas no solamente para la región, sino para todo el planeta. Como señala Little…
“Los megaproyectos extractivos y de infraestructura forman parte de otro modo de adaptación humana: la industrialización. Los megaproyectos requieren grandes cantidades de energía, dependen de miles de personas para su construcción, reciben altas cantidades de capital financiero y tecnológico y transforman el paisaje forestal y las corrientes hidrológicas en el lugar donde se ubican. En resumen, los megaproyectos transforman el modo de adaptación al bosque, cambio que resulta ser particularmente brusco en áreas rurales donde las formas tradicionales de adaptación están todavía, vigentes. Históricamente, el proceso de industrialización de una región duraba décadas (por ejemplo, el proceso de industrialización de Inglaterra) y los cambios que provocaba eran internalizados por distintas generaciones de forma gradual y de distintas formas. En el caso de los megaproyectos amazónicos, estamos ante procesos
11 Cabe señalar que la región pasa a ser “(des)involucrada” en la exacta medida en que se rompe la autonomía de los diversos componentes que conforman las diferentes territorialidades de los grupos / clases sociales.
56 amazonía: encrucijada civilizatoria
extremadamente veloces de industrialización en los cuales áreas rurales se transforman en áreas urbanizadas en el lapso de pocos años. La velocidad de la industrialización está acompañada por su aspecto impositivo. No se consulta a los pueblos locales antes de la instalación del megaproyecto sobre la “industrialización” de sus territorios y el cambio en su modo de adaptación. Por eso son procesos forzados de industrialización de la selva. (Little, 2013).
49- El antropólogo estadounidense se refiere en particular a las escalas espaciales y temporales; en realidad, a las escalas espaciotemporales, ya que la materia como tal implica siempre las dos dimensiones al mismo tiempo, como nos enseña la tradición andina quechua-aymara y la física cuántica, cada una a su manera. Aquí están involucradas profundas cuestiones epistémicas y políticas, por ejemplo: 1) la diferencia entre la riqueza y su expresión abstracta cuantitativa, las matemáticas (el dinero); 2) la inseparabilidad entre los mundos de la física y la química, de la biología (de la vida) y de la sociología-antropología-economía… en fin, de la sociedad humana.
Los límites de una ciencia fundamentada como tecnología para la dominación de la naturaleza –como manifestó Francis Bacon–, se notarán de modo radical en la Amazonía con su sumisión a la globalización financiera-industrial.
La industrialización de la que nos habla Paul Little se convirtió en un “sistema industrial mundial”, empezando con la máquina a vapor que desde el siglo xviii hizo admisible, a nivel práctico, el mito de la dominación de la naturaleza, y de esta forma se convertirá en factible la idea de que no existen límites para la acumulación incesante de capital. Pero el mundo de la vida, como nos enseñan los naturalistas chilenos Francisco Varela (1946-2001) y Humberto Maturana (1928), es el mundo de la autopoeisis12, “un sistema capaz
12 Con el concepto de autopoiesis, Maturana y Varela (1973) designan la química de automantenimiento de las células vivas. La autopoiesis sería, entonces, la condición de existencia de los seres vivos en la continua producción de sí mismos.
la amazonía y las (des)integraciones 57
de reproducirse y mantenerse por sí mismo”, una especie de entropía negativa (neguentropía). Según una de las leyes de la termodinámica, la entropía,13 “la energía térmica no puede ser completamente convertida en trabajo”, pues se disipa bajo la forma de calor y la materia aún se desagrega durante el proceso de trabajo en forma de residuos no aprovechables (basura, gases, contaminaciones).
Los efectos (no solo el efecto invernadero) de ese desperdicio de calor y desagregación de la materia no son reversibles, ni tampoco lo es el tiempo, como pensó el antropocentrismo con su concepción de un hombre (en nombre de la especie humana, pero sin consultar a la mujer) que controla, desde fuera, la naturaleza. De este modo, la máxima time is money [el tiempo es dinero] solo tiene sentido si pensamos el tiempo como algo abstracto, como la mente que piensa sin cuerpo, sin materialidad, en fin, que piensa el dinero como si fuera la riqueza, un equivalente general, abstracto, sin especificidad, sin particularidad, sin cualidades; en síntesis, sin lo que define concretamente riqueza que, por definición, nunca es abstracta porque es lo que se utiliza, lo que se disfruta concretamente. Sin embargo, el tiempo, como el espacio, son atributos de la materia, algo concreto, así como la riqueza no es algo abstracto como el dinero, que se disfruta con el cuerpo, como defienden incluso los buenos economistas.
El tiempo que se instaura con la industrialización es un tiempo que tiene sus dimensiones técnicas propias. En tanto, ese tiempo es también más que eso. Se introduce en el proceso de trabajo14
13 “La entropía es una grandeza termodinámica que indica el grado de irreversibilidad de un sistema, encontrándose normalmente asociada a lo que se denomina ‘desorden’ de un sistema termodinámico. De acuerdo con la segunda ley de la termodinámica, el trabajo puede ser convertido completamente en calor y, como tal, en energía térmica. En tanto, según esta misma ley, la energía térmica no puede ser completamente convertida en trabajo. Con la entropía se busca medir la parte de energía que no se puede transformar más en trabajo en procesos termodinámicos a una temperatura dada”. Disponible en: . 14 El trabajo, según los físicos, es la capacidad de transformar la materia.
58 amazonía: encrucijada civilizatoria
un nuevo dinamismo con una nueva fuente de energía15, es decir, introduce la energía fósil, de inicio el carbón y luego el petróleo y el gas. Y lo hace para realizar una voluntad de poder, pero no como una voluntad de poder inherente a la especie humana, como se pregona. En el contexto iluminista europeo norte-occidental del siglo xviii, la burguesía hizo práctica su voluntad de poder transformar la materia para acumular capital. La idea de que el lenguaje matemático es el lenguaje de la naturaleza, como afirma cierto positivismo, solamente se volvió natural en un mundo donde todo pasa a ser cuantificado, como es el mundo de la mercancía (Roberto Bartholo). Nada es natural, por lo tanto, como insiste Karl Polaniy.
Justamente, esa capacidad –que se quiere– sin límites de transformar la materia en un determinado punto del espacio (la fábrica) implica que la materia tenga que estar disponible, venga de donde venga. Así se establece un sistema industrial con la aplicación del mismo principio de la máquina a vapor a los medios de transporte –ferrocarriles y navegación transoceánica. Así, la capacidad de trabajo proporcionada por esta revolución en las relaciones sociales y de poder por medio de la tecnología de la máquina a vapor promoverá una verdadera ruptura metabólica de alcance planetario, porque implica un sistema que impone una división territorial del trabajo en una geografía desigual de los ingresos para pocos y de los rechazos para las periferias y para los subalternizados de todas partes. En este sentido, se observa cada vez más un colapso ambiental para todos, no obstante en un sentido desigual según las clases, el género, las etnias.
Tal vez la gran novedad (en las relaciones sociales y de poder) traída por la revolución, mediante la tecnología industrial y la máquina a vapor, fue la creencia de que se sustituiría como fuentes de energía a las plantas y los animales, seres que mueren y que necesitan atención y cuidados para su reproducción; cuando sabemos que los hombres se preocupan más que nada por la producción. Tal vez tengamos aquí la razón de los mitos que asocian el origen
15 La energía, según los físicos, es la capacidad de realizar trabajo.
la amazonía y las (des)integraciones 59
de la agricultura a la mujer, teniendo en cuenta la paciencia que la agricultura exige, ya que el tiempo de la producción es mayor que el tiempo de trabajo humano, y hay que preocuparse por la semilla de reproducción. En fin, entre el tiempo de trabajo humano y el fruto de ese trabajo está el tiempo de la naturaleza, es decir, de los dioses, ya que ellos se hacen a sí mismos. En la agricultura, la energía del sol, la fotosíntesis, es el trabajo de la naturaleza sin el cual no habría el propio trabajo humano, que necesita de alimento (energía).
Todo llevaba a creer que con el carbón, y luego con el petróleo y el gas, y su uso en una máquina bajo el control (el poder) de un operario, el proceso de trabajo alcanzaría la velocidad e intensidad ideales y sin mayores consecuencias. Todo parecía indicar que, finalmente, ahora sí Prometeo dominaría completamente el fuego, y con ello transformaría la materia a su antojo. Para aquellos que creen que la tecnología implica solamente la relación sociedad-naturaleza, ignorando la naturaleza de la propia sociedad, o sea, sus relaciones sociales y de poder, basta recordar las memorables escenas de Los tiempos modernos de Charles Chaplin, que dejan claro quiénes realmente controlan el ritmo de las máquinas y los efectos sobre aquellos que viven en las fábricas, bajo el yugo del capital; y aparte, hoy sabemos que también hay efectos para los que viven fuera de ellas (contaminación sonora, del aire, del agua, etc.).
De lo que en los albores de la industrialización no teníamos ni idea, pero ahora sí, es que si bien la máquina a vapor proporciona un mayor control (del capital) sobre el proceso de trabajo y, por lo tanto, el aumento de la productividad (más productos en una determinada unidad de tiempo), también, a la vez, produce mucha materia desechada. Y no se trata solo de “externalidades” como se creía al principio, olvidando que el planeta Tierra debe re-trabajar en su metabolismo todo aquello que excreta, todo aquello que agota.
60 amazonía: encrucijada civilizatoria
50- En la Amazonía, la sumisión del metabolismo comandado por el sol nuestro de cada día –la autopoiesis, la neguentropía–, por la voluntad de poder de transformación del capital financiero-industrial globalizado en los días que corren, estableció una ruptura metabólica que no está localizada en el espacio y en el tiempo, y tampoco en una región cualquiera del mundo; por el contrario, en la Amazonía, la mayor extensión continua de bosque del planeta: ocho millones de kilómetros cuadrados; la mayor concentración de biomasa por hectárea del planeta: de 500 a 700 toneladas de biomasa por hectárea, que la constituyen en un enorme “océano verde”, ya que 70% de esa biomasa es agua en una extensión, como se vio, verdaderamente oceánica.
La enorme concentración de energía solar, característica de la banda ecuatorial, provoca una enorme evapotranspiración que redistribuye agua por toda América del Sur, Centroamérica, el Caribe e, incluso, hacia el sur de América del Norte. Toda esa energía fotosintetizada se hace vida-agua y está amenazada, como se verá a lo largo de este estudio (entre otros, con el coeficiente de albedo),16 debido a la imposición de una dinámica energética e hidrológica imprevisibles no solo para la región, sino para el mundo.
51- Estas intervenciones sobre la Amazonía tienen hoy un grado de coordinación pan-amazónica jamás evidenciado antes; un nivel de actuación interestatal propiamente pan-amazónico, una integración hecha por Estados subordinados voluntariamente a la inteligencia de los think tanks estratégicamente atrincherados en instituciones –como el Banco de Compensaciones Internacionales (bci), el bird, la Organización Mundial de Comercio (omc) que comandan el mundo sin tener que rendir cuentas a ciudadanos de cualquier Estado soberano.
Dígase de paso, que en su mayor parte, esos cuadros se han formado
con la firme convicción de que hay un pensamiento universal cuyos
16 Albedo, o coeficiente de reflexión, derivado del término latino albedo (blancura o luz solar reflejada, a partir de albus, blanco), es la reflexión difusa o poder de reflexión de una superficie. Es la razón entre la radiación reflejada por la superficie y la radiación incidente sobre ella. Disponible en:
. Acceso en: 21 de enero. 2017.
la amazonía y las (des)integraciones 61
parámetros por ellos inventados sirven de indicadores que ignoran la diversidad de modos de pensar-actuar-sentir que la humanidad desarrolló. En este escenario, los amazónicos, propiamente dichos, tienen un papel subordinado por su condición de vivir en una región periférica de países periféricos y más olvidados aún, cuando se refiere a los grupos / clases sociales en situación de subalternización.
La magnitud de los impactos sociales y ambientales por este megaproyecto de megaproyectos es de orden cualitativamente superior, debido al tamaño y a la cobertura geográfica de los proyectos, al número de obras que se están construyendo simultáneamente y a la enorme cantidad de capital en ellos inyectado (Little, 2013). Como se ve, una nueva temporalidad socio-metabólica se impone. Se trata de un tiempo que mide abstractamente, matemáticamente, y que admite independientemente la materialidad de las geografías del mundo mundano. Esta nueva dinámica, impuesta por el ritmo / tiempo del capital financiero-industrial, desencadena no solo procesos bio-geofísicos, sino también sociopolíticos y culturales rigurosamente catastróficos cuando subordina, a escala regional amazónica, el metabolismo comandado por el sol nuestro de cada día –la neguentropía, autopoiesis– a la dinámica de materia y energía según los principios de la segunda ley de la termodinámica: la entropía.
52- En 2010, la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) pasó a tomar el control del portafolio de proyectos de la iirsa, con el Consejo Sudamericano de Infraestructura y Planificación. Hay 544 proyectos con un monto de inversiones estimado en 130.000 millones de dólares; de los 31 proyectos prioritarios, 14 se refieren directamente a la Amazonía. Todos son proyectos de energía, transportes y comunicaciones, como represas hidroeléctricas, carreteras, hidrovías, ferrocarriles, canales, puertos, aeropuertos y cables de comunicación. El financiamiento de los megaproyectos de infraestructura proviene principalmente de fuentes públicas, ya sea a través de bancos nacionales de desarrollo, ya sea a través de bancos multilaterales de los cuales los Estados son protagonistas. Estas financiaciones, por lo tanto, recaen en la deuda pública.
62 amazonía: encrucijada civilizatoria
53- Varios de esos megaproyectos involucran acuerdos binacionales, como los de Ecuador y China para el financiamiento y construcción de la represa Coca Codo Sinclair; entre la empresa china Citic Group y Venezuela, para hacer el mapa minero del país y, además, el ambicioso Acuerdo Energético Perú-Brasil que abarca el financiamiento de un conjunto de obras, ya no solo una específica, en la Amazonía andina.
54- De este modo, contradictorios intereses, atravesados por varias estrategias geopolíticas condicionan el futuro de la Amazonía y de sus pueblos, a saber: 1) imperialismo estadounidense con su propuesta del alca, temporalmente suspendido después de mucha movilización social, o aún con los tratados de libre comercio que, de todos modos, buscan inviabilizar la integración sudamericana; 2) unidad latinoamericana, sobre todo sudamericana, impulsada por Brasil (Unasur) que, según algunos autores, como Raúl Zibechi, posee un componente subimperialista; 3) integración impulsada por Venezuela, Bolivia y Ecuador en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (alba); 4) la presencia cada vez mayor de China en la región y 5) las territorialidades indígenas, quilombolas / cimarrones y campesinas que vienen siendo objeto de intensa violencia, por esa integración que integra a los de arriba y desintegra a los de abajo.
55- De esta forma, las poblaciones amazónicas, en sus luchas emancipatorias, están ante nuevos desafíos por el nivel de coordinación pan-amazónica de un modo que jamás se había evidenciado antes. No se puede comprender el destino de la Amazonía, sobre todo de sus habitantes en situación de subalternización, ignorando esas tensiones territoriales que atraviesa la región.
56- Y ante la relevancia que la Amazonía tiene para el colapso ambiental causado por la dinámica de la civilización capitalista de matriz eeuurocéntrica, nuevos y viejos paradigmas y prácticas entran en contradicción, a saber: 1) el viejo paradigma de “extracción destructiva” de saqueo, presa y devastación, de explotación minera,
la amazonía y las (des)integraciones 63
extracción maderera, avance de la ganadería y los monocultivos, y 2) el paradigma ecológico del “bosque en pie” que, a su vez, pone en tensión, por un lado, la vertiente capitalista de la “economía verde” y sus “latifundios genéticos” (que une el capital financiero y de industrias ligadas a la biotecnología y a la ingeniería genética que, a través de grandes ong internacionales, pasan a disputar espacios de los movimientos sociales) y, por otro lado, movimientos que luchan “por la vida, por la dignidad y por el territorio”, conforme a la consigna de las grandes marchas que, en 1990, partieron de la Amazonía boliviana y ecuatoriana hacia las capitales de los respectivos países, o a la consigna: “no hay defensa del bosque sin los pueblos del bosque”, que muestra otra perspectiva del “bosque en pie” al afirmar las “reservas extractivistas” y la “reforma agraria de los caucheros”, como proponía Chico Mendes.


https://clajadep.lahaine.org