En México ya ha quedado completamente transparente y es para una ¡Alerta Nacional! que:
el “Estado del Poder en México es la Guerra”.
Pietro Ameglio
12 mayo 2018 0
Como sociedad civil, ¿nos vamos a quedar contemplando otra guerra político-electoral?
Desinformémonos
En México ya ha quedado completamente transparente y es para una ¡Alerta Nacional! que:
el “Estado del Poder en México es la Guerra”.
Estamos ya en medio de una guerra brutal de los últimos diez años, con un exterminio selectivo y masivo de cientos de miles de muertos, decenas de miles de desaparecidos y desplazados, pero ahora, la clase política, la clase empresarial y el mundo delictivo han optado también -como diría Foucault- por continuar la política en el ámbito de la guerra, abierta, declarada y brutal. Se abre entonces un frente de la guerra política-electoral, que no es otra cosa que el control de los territorios para gigantescos negocios legales e ilegales. No se puede creer el nivel de inhumanidad y codicia de nuestra clase política por no perder sus espacios de poder.
Han sido asesinados en los últimos 110 días 51 personas (91 desde septiembre) vinculadas a cargos de autoridad pública o candidatos de partidos políticos. Precisamente en estos últimos días antes de cerrar este artículo han sido asesinados:
El alcalde del PAN –Alejandro González- de Pacula , Hgo. (3 mayo); el candidato de Morena -Adiel Zermann- a la alcaldía de Tenango del Aire, Edomex. (4 mayo); la candidata a regidora en Chihuahua –Lilia García- por el PRD (6 mayo); el dirigente municipal de Chihuahua, Chih. del PES –Eduardo Aragón- (6 mayo); el alcalde de Coyuca de Catalán y candidato a diputado del PRI en Guerrero –Abel Montúfar- (8 mayo)…Asesinados de todos los partidos políticos, de distintos Estados, con igual impunidad y brutalidad…
Se corrobora muy bien así lo que declaró Mario Rascón, ex_secretario de Organización del PRI en Michoacán: para ganar una elección mis correligionarios pueden hacer lo que sea “hasta matar a un cabrón” (La Jornada, 29-3-18). O lo que apoyó en un retuit que decía “Les hablan”, el ex(?)-periodista Ricardo Alemán, como complemento a otro tuit que hablaba de que “Fanáticos han matado a sus ídolos (Lennon, Versace, Selena), a ver a qué hora chairos”, en clara referencia a atentar contra López Obrador.
El presidente Peña Nieto declaró en esta semana que falló la estrategia de seguridad, “que los logros y resultados alcanzados no han sido suficientes”. La Comisión Nacional de Derechos Humanos/CNDH habla que el Estado “adeuda la verdad sobre 32 mil desaparecidos” y “que el balance en derechos humanos de este gobierno es desfavorable”.
Nos preguntamos: ¿qué más queremos oír? ¿qué más tenemos que ver? ¿qué más tenemos que saber para pensar si vamos a seguir por seis años más en este modelo de guerra que atraviesa todas nuestras vidas? Cuatro de los cinco candidatos claramente han manifestado que no van a mover un ápice en el modelo de “seguridad pública”, al contrario, con la Ley de Seguridad Interior van a intensificar la “paz armada” y la militarización.
Nos parece clara esta imagen caricaturesca: dos personas que están en caída libre cayendo en un precipicio, y una le dice a la otra: “¿Vamos bien?”. Y la otra le contesta: “Sí, vamos muy bien, ¡es un peligro cambiar!”.
Las fuerzas políticas oficialistas y sus aliados disfrazados de opositores, nos han colocado en medio de una situación de “guerra de exterminio selectivo” y “sucia” electoral, donde están buscando polarizar en todas las formas posibles a la sociedad mexicana en dos bandos. La táctica más usada es “Sembrar el terror”: un candidato presidencial dice que hay que cortar las manos a los delincuentes; el ataque brutal e indefensión permanente a los jóvenes (1 de cada 3 desaparecidos desde 2007 es joven entre 15 y 24 años según cifras oficiales), al grado de que los cuerpos incluso son disueltos en ácido; el terror de los spots permitidos -con toda impunidad y complicidad por el INE- donde se habla miserable y directamente del tema del “miedo”; de las comparaciones patéticas con la situación material de Venezuela y sus reelecciones; de que vamos a perder todo lo material que tenemos; de que va a ser arruinada nuestra educación al cancelarse la reforma educativa (¡un fracaso total!)…Finalmente, el tema actual más socorrido al acusar -desde la ignorancia- a la oposición de “populismo”; cualquiera que sabe un mínimo de historia conoce y ha experimentado que la clase política mexicana y el PRIAN son ellos precisamente los maestros mundiales del populismo político y asistencialista, pero eso sí, no en lo económico –como crecimiento de igualdad-, porque para ellos los pobres son carne de cañón y sujetos de expropiación y despojo total, no de un “bienestar social”. A la base de todo está la manipulación, mentiras y descontextualización de la historia, los datos y la falta de memoria sobre el pasado y presente de los candidatos.
Entonces es fundamental que la sociedad mexicana y las fuerzas más progresistas logremos aplicar alguna forma de “judo político” –de “rebote que les afecte”- y revertir totalmente hacia estas fuerzas tan oscuras del poder, tanta impunidad, violencia, mentiras y política de aterrorizamiento. Quisiéramos hacer una sencilla invitación a parte de la “reserva moral” de la sociedad mexicana -que sí la hay- y ha sido muchas veces importante, a actuar al respecto, y todos sumarnos a ella. Esta reserva moral, por un lado son grandes masas en la calle movilizadas, pero por otro lado son líderes sociales, indígenas, campesinos, obreros, universitarios, eclesiales, intelectuales, artísticos, que tienen que expresar con sus cuerpos en la calle -con toda claridad- un Grito de Indignación Moral de “¡Alto a la espiral de guerra sucia político-electoral!”, “Alto a las mentiras y denostaciones”… Igual que tuvimos en los últimos años los Gritos de “¡Ya Basta!”, “¡Estamos hasta la madre!”, “¡#Yo soy 132!”, “¡Fue el Estado en Iguala!”, “¡No al Gasolinazo!”.
Necesitamos ¡ya! un grito con toda claridad de la reserva moral de ¡Alto a la guerra sucia político-electoral! ¡No podemos quedarnos pasmados mirando, contemplando, cómo avanza la impunidad y simulación del INE, del Ejecutivo y de las otras fuerzas políticas de todos los niveles sin ningún control al abuso de este tipo de propagandas! Estar callados, o hacerse los ‘distraídos’ mirando para otro lado, en esta precisa coyuntura nacional es ser cómplice de la guerra y del fraude. El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, aconsejaba con cinismo moralizante, como “un buen papá haría con sus hijos”, hace pocos días que “la visctoria electoral no puede ser a cualquier costo…Jugar al límite o incluso romper las reglas con tal de procurar incidir en el resultado electoral es la mejor manera de generarnos un futuro incierto para la democracia”. Su tarea no es dar “prédicas morales” sino aplicar la ley con firmeza, hacer justicia, como por ejemplo hiceron Televisa, Canal 11 y Milenio al despedir inmediatamente a Ricardo Alemán.
Esto ya es el Fraude, el fraude ya está en curso, justamente empieza con la “normalización de la guerra”, con correr totalmente la “Frontera Moral” de la sociedad mexicana hacia la mentira y el ataque hasta físico impune. Como sociedad civil tenemos que organizarnos en muchas formas empezando por ir al INE y obligarlos a que detengan estas campañas mediáticas de terror, odio y mentiras. Y si no lo hacen ¡Ya! ¡Sacarlos de sus puestos! Por ineptos o corruptos, pero deben saber que ¡No estamos dispuestos a seguir en guerra! Esta acción es completamente noviolenta y significa que el verdadero poder está abajo en la gente, y si quien está delegado a cumplir la voluntad de la gente, no la cumple, entonces –por dignidad o por fuerza- debe irse. Así es la verdadera democracia republicana.
Pero es fundamental que esta acción masiva, sea encabezada por liderazgos con poder social, que “pongan su cuerpo” en el espacio público y mediático con claridad y determinación en su acción noviolenta. Nos cuesta entender cómo jerarcas de universidades, iglesias, intelectuales, artistas…no hayan todavía actuado con más determinación frente a este nuevo frente de guerra que se ha abierto. Y no se vale predicar la “neutralidad” o el “apartidismo” ante el proceso, porque a estas alturas eso es complicidad con la polarización y la guerra.
También urge hacer desplegados, foros y mensajes en redes sociales; apagar la radio u otro medio cada vez que empiezan estos spots belicistas que nos envenenan a todos y todas… La táctica noviolenta del boicot puede ser muy útil para “desnudar la verdad” y a los actores que conspiran por la guerra. Algunas empresas han dado un muy buen ejemplo a seguir al negarse a proyectar un documental sobre el populismo, coyunturalmente hecho y financiado desde el poder (cuyo cinismo llega a acusar de intolerantes a los que lo rechazan).
Como sociedad no podemos “perder la memoria”, y más allá que nuestra sociedad es muy otra desde entonces, no podemos olvidar lo que pasó de febrero a junio del 2006 con la campaña de “Un peligro para México”, y no me refiero sólo al fraude que indudablemente hubo, sino a algo mucho muy peor: la brutal guerra de exterminio masivo y selectivo que ha seguido hasta hoy en todo el país. ¿Vamos a dejar –bajo otras tácticas- que se repita y luego a quejarnos del fraude?
Más allá de quien gane, no podemos permitir que quien gane lo haga con tal nivel de violencia, impunidad y mentira. Es momento de acción, de noviolencia, de detener la mano criminal que quiere que el país siga en guerra, para así expropiar todos los territorios, cuerpos y recursos posibles.
¡Ahora es el momento de actuar pero con determinación, creatividad y radicalidad noviolentas! Empezando por los liderazgos con mayor “poder social”, que son claves en estos momentos porque confrontan al poder y su violencia en forma más fuerte. Cuidando mucho de no aumentar la espiral de la guerra…aunque fuera por “razones justas”. Caeríamos en lo mismo que criticamos. Esta es la verdadera “paz” que necesitamos ahora, mucho más ligada a la justicia, la verdad y la defensa noviolenta de una cultura democrática, que al pacifismo pasivo de la simulación y falsa tolerancia del “no pasa nada, así es la democracia, ellos son los violentos”.