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Con corrupción no hay revolución


Alberto Acosta :: 15.05.18

Ejemplo de esa “corrupción dependiente” es la sumisión tanto de gobiernos neoliberales como progresistas al capital transnacional, antes norteamericano o europeo, y ahora también chino (que “ha salido de compras” por el mundo). Con la ampliación salvaje de los extractivismos -que llevan la corrupción en sus venas -, exigida por el capital transnacional y aceptada por neoliberales y progresistas, vemos una desposesión tal como la entiende David Harvey e incluso una suerte de acumulación originaria global, similar a la que planteó Carlos Marx, en donde corrupción y violencia conviven a flor de piel.


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