Habla uno de los oficiales de confianza de Chávez
Ni Plan Ni República
Por: Clíver Antonio Alcalá Cordones | Jueves, 17/05/2018
Aporrea
El Plan República fue concebido como una misión militar que tenía como propósito garantizar la democracia, asegurando que cada persona que tuviese derecho al voto, lo ejerciera libremente, sin coacción que implicara que la decisión libre del venezolano que debía votar, se viera obstaculizada o dirigida a empujar una opción distinta a la que naciera de su conciencia. Ese era el objetivo esencial, lo que obligaba a entrenar para esa misión a los efectivos, cualquiera que fuera su rango, en las tareas de ocupación de los espacios donde tendría que llevarse a efecto el acto del sufragio, el traslado del material que se utilizaría y todos los pasos que produjeran en nosotros la satisfacción de expresar: Misión cumplida.
Oficiales generales y Oficiales superiores tenían la responsabilidad de educar y entrenar a todos los participantes, en materias que iban, desde el conocimiento de la Constitución y las leyes, hasta los cronogramas que debían cumplirse en cuanto al transporte a los centros cercanos y aun lejanos, pasando por la logística en cuanto a hidratación, alimentación y situaciones no previstas. Realmente era un ejercicio pedagógico del que guardo los mejores recuerdos.
Siempre se comentó que durante las votaciones se sucedían triquiñuelas, trampas que un partido le hacía al otro, de las influencias indebidas que intentaban incidir en los miembros de mesa, de suplantaciones de identidad, y de resultados que podrían no ser fiel reflejo de la realidad.
Ahora bien, esas circunstancias mayores o menores, no son nada comparables con los últimos comicios que se han efectuado en Venezuela, y que involucran a la Fuerza Armada en la misma línea de actuación de un Consejo Nacional Electoral en el que nadie cree, un Tribunal Supremo de Justicia de dudosa honorabilidad, de un Fiscal General de la República que usurpa descaradamente un cargo del que la titular fue despojada, sin que se cumpliesen los requerimientos dispuestos en la Constitución, del candidato Maduro Moros que ha levantado su campaña ofreciendo comida, alimentos, apartamentos, artículos eléctricos y hasta vehículos, si demuestran con un carnet llamado de la patria, que han votado por él.
Estos hechos colocan a nuestra Fuerza Armada, en una situación muy comprometida. Es verdad que en el pasado pudo haber trampillas pero nunca se asoció a nuestros efectivos en actos de complicidad en esos hechos. Hoy las noticias que nos llegan son muy dolorosas para quienes nos formamos en una institución en la cual el decoro, la decencia y el honor eran valores inalterables. La Fuerza Armada peca por omisión, cuando observa impasible que una pandilla de malandrines, amedrenta a quienes tienen una preferencia distinta a la que ellos profesan. Peca cuando, incluso en muchos casos participa directamente en la reyerta, aúpa a los agresores, y con sus armas los protegen.
Se desvirtúa nuestra actividad militar cuando efectivos de alto rango aparecen por los medios de comunicación, en tono amenazante, e inclinados abiertamente por la opción electoral del Sr. Maduro Moros. De hecho se exhiben en traje de campaña y le rinden honores, no como Presidente de la República sino como candidato y, de este modo, ofrecen un espectáculo indigno que desnaturaliza la misión que la Constitución nos impone. Se ha llegado al colmo, por parte del General Padrino López, de amenazar a quienes prefieren abstenerse de asistir al acto electoral, contraviniendo lo dispuesto en la Carta Magna de que el voto es un derecho que se ejerce o no se ejerce, pero no es una obligación como lo establecía, la Constitución pasada.
No se puede pasar por alto, que el primero de mayo se dieron en el país ascensos masivos a diferentes grados militares de milicia, con el detalle de que los ascendidos son políticos de alcaldías y gobernaciones del PSUV. Esto revela la necesidad de funcionarios militares sin ninguna experiencia, pero que obedecen órdenes, para que sean efectivos del plan república. ¿Es que bajo esta circunstancia no se puede presumir deformación en el acto del sufragio y en consecuencia un fraude?. Además, se miente cuando el Ministro Padrino informa el despliegue de 300.000 efectivos, cuando sólo cuenta con un número de 100.000 activos.
Mi condición militar me impide hacer silencio cuando veo ante mis ojos una deformación de la actividad para la cual fui formado. Espero que la re-militarización de nuestra Fuerza Armada no demore, porque lentamente la República se hace más vulnerable. De estas duras consideraciones, eximo a la juventud militar que aún guarda la mística para alcanzar los objetivos impuestos por una misión. Lamento que se nos vea igual que, a las autoridades electorales, tribunalicias, fiscales, contraloras, y de este tipo, que todo venezolano que se respete las observa como cómplices de la ruina moral que vive Venezuela. Por estas razones, estoy en el convencimiento de que las faenas militares que se llevan a cabo por estos días, no tienen nada de Plan y menos de República.
MAY GRAL. CLIVER A. ALCALA CORDONES
C.I. 6.097.211