El caso italiano, en el que dos movimientos considerados populistas, como son la Liga y el M5S han llegado al Gobierno.
“El 49 % de los italianos considera que una democracia funciona mejor sin partidos”
UNA ENTREVISTA DE JON ARTABE - Viernes, 8 de Junio de 2018 - Actualizado a las 06:03h
Jorge del Palacio Martín, Doctor en Ciencia Política.
VITORIA- El caso italiano, en el que dos movimientos considerados populistas, como son la Liga y el M5S han llegado al Gobierno, es analizado por este gernikarra, profesor de Historia de las Ideas Políticas en la Universidad Juan Carlos I y especialista en el sistema político italiano. Para Jorge del Palacio, la crisis económica explica el impulso recibido por los partidos populistas dentro de la Unión Europea.
Las elecciones del 4 de marzo de 2018 han dado como resultado un Gobierno formado por dos partidos populistas, La Liga y el M5S. ¿Cuáles son las causas del éxito del populismo en Italia?
-Bueno, el populismo sabemos que es una ideología que habla de un conflicto permanente entre pueblo y elite. Al menos esa es la definición clásica. Lo que hemos aprendido tras la crisis de 2008 que trae el populismo a Europa es que, además, el populismo trabaja explotando las fracturas existentes en cada sociedad. Por decirlo de otro modo, traduce a la lógica discursiva populista problemas preexistentes. Y en el caso de Italia, la ola de populismo que nace de la crisis encuentra el suelo abonado por un fuerte consenso antipolítico.
¿Qué entendemos por antipolítica?
“Los populismos se dicen más allá del eje izquierda-derecha. Lo consideran artificial y distorsionador de la voluntad popular”
-Básicamente, desconfianza hacia los partidos tradicionales y los políticos profesionales. Un problema que en Italia hunde sus raíces en la crisis política de los años 90, cuando el proceso Mani Pulite condenó a la desaparición por corrupción a los principales partidos que habían gobernado el país desde la posguerra. Berlusconi en el 94 es el primero en explotar este divorcio entre ciudadanía y política. Un pequeño apunte al respecto: en Italia no ha dejado de crecer el número de ciudadanos que cree que una democracia funciona mejor sin partidos. Esa cifra se sitúa hoy, en 2018, en el 49%.
La Liga y el M5S son partidos populistas, ¿pero qué tienen en común?
-Ambos partidos son expresión de una demanda de protección frente a la globalización y sus efectos. Los dos hacen bandera de la rebelión contra las elites políticas a las que acusan de haber secuestrado la soberanía italiana. Es un mensaje muy simple, pero efectivo. La Liga ofrece protección en clave cultural, de ahí su éxito con un discurso duro contra la inmigración y en defensa de lo que considera los valores de Occidente. Y el M5S ofrece protección en clave económica, lo que explica su éxito en el sur de Italia con la promesa de una renta básica de ciudadanía.
¿Encajan estos partidos en las categorías de izquierda y derecha?
-Como punto de partida los populismos se dicen más allá del eje izquierda-derecha. Lo consideran artificial y distorsionador de la voluntad popular. Pero en la práctica pocos partidos populistas pueden esconder una historia o una cultura política previa que les define. Ubicamos a Marine Le Pen en la derecha y a Tsipras en la izquierda sin problemas. Pero el M5S es un movimiento que sí encaja en la categoría de populismo puro: sus votantes se dividen en un 30% que se define de izquierda, un 30% de derecha y un 40% rechaza la definición. De hecho, no debería despistar la promesa de una renta de ciudadanía. Aquí entra la lógica de la competición política. Su crecimiento se ha producido contra el PD de Renzi y eso explica una calculada ambigüedad respecto a muchos temas sensibles para un votante de derechas como el vínculo entre seguridad, inmigración e identidad nacional.
¿Y qué ocurre con la Liga? ¿Ha abandonado su discurso federal y/o independentista?
“En el caso de Italia, la ola de populismo que nace de la crisis encuentra el suelo abonado por un fuerte consenso antipolítico”
-Ciertamente, sí. Con Matteo Salvini se produce una mutación espectacular. El antiguo partido de Umberto Bossi que gritaba Roma ladrona desaparece. Ya no hay alusiones a la independencia de la Padania. El enemigo ya no es Roma, es Bruselas. De hecho, si uno se fija, la alusión al norte ha desaparecido de los símbolos del partido. Salvini intuye en 2013 que la decadencia de Forza Italia y las consecuencias de la crisis económica abren espacio para un partido a imagen y semejanza del Frente Nacional francés. Los resultados le han dado la razón. Salvini tomó un partido deprimido con un consenso del 4% y hoy está por encima de Forza Italia, apuntando al 20%. Además, con un dato interesante que muestra su capacidad de penetración en zonas históricamente dominadas por la izquierda: en ciudades como Bolonia, Módena o Florencia entre el 20% y el 25% de los votantes del PD en 2013 optaron por la Liga en 2018.
¿Podría tener éxito el populismo en un contexto sin crisis?
-Lo tendría complicado. El populismo explota la desafección ciudadana con la democracia y las instituciones. Por eso, a la larga, no produce buena política. Induce un estado de desconfianza. Antes he aludido a la fortaleza del populismo en Italia refiriéndome a la existencia de un robusto consenso antipolítico previo a la crisis. Pero obviamente es la crisis de 2008 la que dispara su éxito. Sobre todo tras la experiencia del gobierno Monti 2011-2013, un gobierno técnico favorable a las medidas de austeridad de la Unión Europea que pone en bandeja el discurso sobre la pérdida de soberanía. 2013 marca el primer éxito electoral del M5S y el inicio del nuevo proyecto lepenista de Salvini para la Liga.
¿El populismo ha llegado a Italia para quedarse?
-Se trata de una pregunta aplicable a toda Europa. Aún no sabemos si el populismo es un fenómeno coyuntural dependiente del contexto de crisis o si se ha convertido en un dato estructural de nuestras democracias. En el sistema político italiano su impronta es muy fuerte. No solo ha obligado al resto de partidos a competir en su terreno, sino que hoy las principales fracturas que explican la posición de los partidos son la división política-antipolítica, europeísmo-soberanismo, que además se solapan.
CURRÍCULUM
Académico. Jorge del Palacio Martín (Gernika, 1981) es profesor de Historia de las Ideas Políticas en la Universidad Juan Carlos I de Madrid. Licenciado en Filosofía por la Universidad de Deusto y Doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Madrid. Su interés académico e investigador se centra en las Ideologías Políticas, la Teoría Política y la Historia Política Contemporánea, con especial atención al sistema política español e italiano.