Las enfermeras y enfermeros perdieron el miedo a la constante vigilancia y presión por parte del Gobierno para que no protestaran ni paralizaran sus actividades. El deterioro de la calidad de vida de sus familias pudieron más que el temor a que los calificaran de traidores o saboteadores, o peor a ser despedidos de un empleo con salarios de hambre, donde el costo diario de ir a laborar es mayor a lo que se devenga en una quincena. El resto de los trabajadores de la salud (médicos y demás especialistas, trabajadores de servicios, etc) se fueron sumando en diferentes regiones y ahora es una Lucha Nacional.
De igual forma, los trabajadores universitarios han manifestado su inconformidad con los salarios de hambre que devengan y han rechazado el pírrico aumento que les ofrecen. Los trabajadores de las cementeras, luego de una pausa, volvieron a iniciar acciones de calle para manifestar su protesta ante el incumplimiento de las promesas patronales. Los trabajadores eléctricos están iniciando acciones por su contrato colectivo, cuyo punto de honor es el salario digno. Hasta el Sindicato Bolivariano del Metro, oficialista hasta la médula, ha visto la necesidad de introducir un pliego conflictivo ante la Inspectoría del Trabajo, para denunciar sus condiciones de trabajo, la presión para mantenerse con el deterioro reinante y por el tema salarial. También a estas movilizaciones comienzan a sumarse los trabajadores de CANTV y los trabajadores petroleros, específicamente de los mejoradores de PDVSA en Anzoátegui.
Enfermeras y Trabajadores Universitarios marcan el camino: Unifiquemos las Luchas por un Salario Digno
Por: Unidad Socialista de los Trabajadores (UST) | Viernes, 13/07/2018
Aporrea
Para nadie es un secreto que la hiperinflación es inaguantable, recientemente la Asamblea Nacional determinó que los precios subían a razón del 2,7% diarios y 128,4% mensual. En lo que va de año, la inflación ha superado el 4600%, es decir, 46 veces los precios de inicio de año, y si comparamos los últimos doce meses, tenemos que la inflación ha escalado a la increíble cifra del 46.305%, es decir ¡463 veces los precios del año pasado!
Sin embargo, el salario, a pesar de los aumentos decretados por el Gobierno, ha retrocedido a tal punto, que hoy nuestro poder adquisitivo o capacidad de compra es cientos de veces inferior que la del año pasado. Esta situación la conoce el Gobierno, y no sólo la conoce, sino que es su completa responsabilidad, porque el mismo está más interesado en pagar la deuda externa, en otorgarle dólares y contratos a los empresarios privados nacionales e internacionales, en mantener los privilegios del generalato militar, que en solucionar los problemas de los trabajadores. Lo peor es que, mientras anuncia con bombos y platillos que aumenta el salario mínimo al nivel de un cartón de huevos, les aumenta de manera unilateral el salario a los militares.
Y aunque el salario otorgado a los militares tampoco es suficiente para alcanzar el costo de la canasta básica familiar, ubicada según el CENDAS en más de Bs. 300 millones (se habla de salarios que estarían alcanzando hasta los 240 millones de Bs. según el grado de ubicación en la cadena jerárquica de mando). El problema radica en privilegiar a un sector que está denunciado por la terrible represión a las protestas, fuertemente señalado por la corrupción, especialmente en las fronteras, pero también en los centros, mercados y supermercados de las principales ciudades del país, donde aplican mecanismos de “matraca”, extorsión, cobro de vacunas en dinero y especies a comerciantes y consumidores en las colas, que en muchos casos permiten que ellos vivan cómodamente (principalmente quienes ostentan grados de oficiales).
Todo el mundo sabe que el gobierno privilegia a este sector para mantenerlo contento y lograr así el apoyo que lo mantenga en el poder, apoyo que pierde cada día por parte de los sectores populares, Todos sabemos que Maduro está mandando gracias al apoyo de los militares; incluso, se habla de que los que mandan realmente son
ellos, lo cual explica que, cada vez más, ocupen puestos claves en el Gobierno y en la Administración Pública, aún cuando se muestren ineficientes (el presidente de PDVSA, Gral Manuel Quevedo, quien no conoce del tema petrolero, no ha logrado detener la caída de la producción petrolera, pero se mantiene en el cargo por más tiempo de lo que lo hicieron sus predecesores civiles y del sector). Y, a pesar de la ineficiencia y de la corrupción, se mantienen en los cargos y no son investigados por corrupción sino a nivel de suboficiales.
El problema es que la misma tropa, esa que proviene de los hogares más humildes de Venezuela, y que es utilizada para todo menos para la defensa de nuestro país (como choferes, escoltas, para servicios personales de generales, como caleteros, para cuidar colas o contener manifestaciones), no es favorecida por esos aumentos salariales, sino que es relegada a pasar hambre en los cuarteles.
Es por ello que debemos salir a manifestar nuestro desacuerdo con unos aumentos salariales que son un engaño, que no alcanza para siquiera comer en la semana; así como con unas convenciones colectivas regresivas como la que se firmó en el sector salud que inauguró la modalidad de convenciones colectivas que no otorgaban aumentos salariales, o como la tercera convención colectiva única del sector universitario, cuyo contenido nunca se conoció y se continuaron aplicando los salarios establecidos en la segunda.
Pero luchar cada quien por su lado, en una especie de “sálvese quien pueda”, es algo similar a nuestro padecer diario, donde nos sentimos desamparados y débiles viendo que se nos viene el mundo encima y sentimos que no podemos hacer nada. No tiene porque ser así. Aunque trabajemos en sectores diferentes, tenemos iguales problemas e iguales padecimientos, principalmente en la cuestión salarial. Unidos somos fuertes, unidos podemos luchar para ganar un salario digno, igual a la canasta básica familiar.
¿Y si vuelven a aumentar los precios? Debemos conseguir que, si eso sucede, aumente el salario automáticamente cada mes. O sea, Aumento De Salario Con Indexación Salarial O Escala Móvil De Salarios.
Las enfermeras y enfermeros perdieron el miedo a la constante vigilancia y presión por parte del Gobierno para que no protestaran ni paralizaran sus actividades. El deterioro de la calidad de vida de sus familias pudieron más que el temor a que los calificaran de traidores o saboteadores, o peor a ser despedidos de un empleo con salarios de hambre, donde el costo diario de ir a laborar es mayor a lo que se devenga en una quincena. El resto de los trabajadores de la salud (médicos y demás especialistas, trabajadores de servicios, etc) se fueron sumando en diferentes regiones y ahora es una Lucha Nacional.
De igual forma, los trabajadores universitarios han manifestado su inconformidad con los salarios de hambre que devengan y han rechazado el pírrico aumento que les ofrecen. Los trabajadores de las cementeras, luego de una pausa, volvieron a iniciar acciones de calle para manifestar su protesta ante el incumplimiento de las promesas patronales. Los trabajadores eléctricos están iniciando acciones por su contrato colectivo, cuyo punto de honor es el salario digno. Hasta el Sindicato Bolivariano del Metro, oficialista hasta la médula, ha visto la necesidad de introducir un pliego conflictivo ante la Inspectoría del Trabajo, para denunciar sus condiciones de trabajo, la presión para mantenerse con el deterioro reinante y por el tema salarial. También a estas movilizaciones comienzan a sumarse los trabajadores de CANTV y los trabajadores petroleros, específicamente de los mejoradores de PDVSA en Anzoátegui.
Si cada quien lucha por su lado, el gobierno podrá negociar, marear, engañar y derrotar cada lucha, una a una por separado. Es lo que ha venido haciendo con máscara de solidaridad obrera y de concesiones reivindicativas ofrecidas como extraordinarias, como exitosas, para volver a la cruda realidad de no alcanzar para nada a los pocos meses o semanas (ahora días). Pero si estas luchas se unifican, se mantienen como un todo, los más fuertes podrán ayudar a los más débiles y mostrarán el camino a los demás trabajadores.
Esta lucha será una verdadera prueba a la capacidad de lucha y organización de los trabajadores. Debemos exigir a nuestros dirigentes sindicales que se pongan al frente de la misma, consultando y acatando democráticamente las decisiones de las bases de los trabajadores, en caso contrario, reemplazarlos por dirigentes luchadores y democráticos. Si logramos sin egoísmos y con un verdadero esfuerzo de solidaridad con todos los trabajadores conformar un Movimiento Nacional en Lucha por un Salario Digno, lograremos mucho más que un mejor salario, lograremos reconocimiento y respeto, pues haremos recordar a los patronos y el gobierno que quienes mueven la economía, quienes crean los bienes y servicios, los espacios donde todos se desenvuelven, son los trabajadores.
Sabemos que la economía está mal, nuestras familias padecen todos los días a causa de la crisis económica, pero no somos nosotros quienes debemos pagar los platos rotos de una crisis que no generamos.
Son el Gobierno junto con los empresarios los responsables de la crisis y por lo tanto son ellos quienes deben asumir su responsabilidad. Maduro lleva 4 años en el gobierno y tuvo el descaro de decir que arreglaría la economía si votaban por el, pero ya va mes y medio desde que ganó y no ha hecho nada, pues su compromiso no es con los trabajadores. Ya estamos cansados de la denuncia de una supuesta “guerra económica”, donde extrañamente las víctimas están siempre del lado de los trabajadores y el pueblo pobre.
Y es que la verdadera guerra económica, es el ajuste que Gobierno, empresarios y especuladores descargan sobre los trabajadores y los sectores humildes de la población, quienes son los que padecen por la hiperinflación, los pírricos salarios, la escasez de alimentos y la falta de medicinas, que además constituye un negocio para los que tienen acceso a los dólares y a los negociados con el gobierno. Por eso sabemos que seguirán los paños calientes, mientras bajo cuerda implementan medidas que benefician a los empresarios que favorezcan al Gobierno, tanto a nivel nacional como internacional.
Por eso la experiencia de la lucha unitaria nos terminará de convencer que este no es el gobierno que necesitamos, mucho menos uno de la oposición reaccionaria de los partidos de la ex MUD, sino un gobierno de las organizaciones obreras y populares, que establezca un plan económico de emergencia y recupere la producción y la productividad para los productores directos, es decir, para los mismos trabajadores y pueblo, y no para los que se ufanan de organizar y dirigir la economía y las empresas, pero que lo que hacen es vivir de la explotación de los trabajadores.
¡SALARIO MÍNIMO IGUAL A LA CANASTA BÁSICA!
¡INDEXACIÓN SALARIAL MENSUAL!
¡UNIFICACIÓN NACIONAL DE LAS LUCHAS DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO!
¡SOLIDARIDAD CON LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES DE LA SALUD!
¡SOLIDARIDAD CON LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES UNIVERSITARIOS!
¡SOLIDARIDAD CON LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES CEMENTEROS!
¡SOLIDARIDAD CON LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES ELÉCTRICOS!
¡POR UN GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO!