Una explosión, dos, mientras el presidente Nicolás Maduro hablaba en un acto de aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana. Inmediatamente, la programación de la cadena de radio y televisión que se emitía en ese momento en Venezuela se corta. Eso fue este sábado a las 5.41 de la tarde (11.41 hora peninsular española). Desde ese momento, la versión oficial habla de un atentado contra el mandatario venezolano.
Los que por vergüenza no han podido mostrar tanta fuerza en la defensa de Ortega, hoy pueden gritar a los cuatro vientos que atentaron contra Maduro en los instantes que le temblaba el piso por la crisis económica y por las protestas de diversos gremios, asociaciones y sindicatos de trabajadores que preparaban justamente en estos días actividades apuntando a la Huelga Nacional, que deberá contemplar ahora la nueva situación represiva que se viene, al igual que hizo Erdogan en Turquía.
VERSIONES DISPARES DEL SUCESO
Qué sabemos y qué se ha descartado del atentado contra Nicolás Maduro
En las últimas horas el gobierno venezolano ha confirmado que se han llevado a cabo 6 detenciones, pero existen pocas certezas sobre lo que sucedió el sábado en la Avenida Bolívar de Caracas
El Confidencial
06/08/2018
Una explosión, dos, mientras el presidente Nicolás Maduro hablaba en un acto de aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana. Inmediatamente, la programación de la cadena de radio y televisión que se emitía en ese momento en Venezuela se corta. Eso fue este sábado a las 5.41 de la tarde (11.41 hora peninsular española). Desde ese momento, la versión oficial habla de un atentado contra el mandatario venezolano.
Pero han salido voces a dar otras versiones. En la Venezuela de hoy, donde hay falta de transparencia oficial, miedo a declarar, bulos y donde lo más fantástico puede ser verosímil y lo real increíble, la cautela se vuelve más que nunca una premisa. Esto es lo que, hasta el momento, se sabe del incidente de la Avenida Bolívar.
El gobernante de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció que su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, y la ultraderecha de su país y de Colombia han intentado asesinarle, después
Era un acto que, de modo insual, se hizo en una de las principales vía de Caracas, aquella en la que Hugo Chávez cerró su campaña presidencial de 2012, su último baño de masas. Normalmente, un acto castrense de este tipo se hace en Los Próceres o en algún recinto militar. Con la Guardia Nacional Bolivariana en formación, Maduro casi estaba terminando su discurso. “Hago un llamado a la Venezuela honesta, trabajadora, consciente (…) Ha llegado la hora de la recuperación económica y necesitam…”. En ese instante, y sin acabar la frase, se escucha una fuerte explosión. Todos miran al cielo. En la tarima no solo están Nicolás Maduro y la primera dama, Cilia Flores, sino la plana mayor del Ejército. Algunos maliciosos comentan que no estaba Diosdado Cabello, pero si bien es cierto, había muchos otros voceros del Gobierno que no estaban presentes.
Un dron explota en Venezuela
En VTV, el canal del Estado, el plano cambia y se enfoca a un soldado que en un primer momento mira al frente y luego mueve los ojos con duda. El plano cambia de nuevo y es una toma general de la Avenida Bolívar, con la GNB en formación. Pero de golpe, se escucha una segunda detonación y las filas se rompen. Los guardias salen despavoridos y la cadena de radio y televisión termina de modo abrupto.
En las imágenes captadas por Ruptly se ve qué ocurre en la tarima presidencial mientras VTV cambia de plano. Al ruido de la primera explosión, el círculo de seguridad más cercano a Maduro, lo rodea con placas de kevlar que se despliegan y son antibalas. Un escudo de personas se aglutina delante de él con estas placas y paraguas, al parecer, también del mismo material. En segundos, se llevan al presidente del lugar.
Horas después llegaron las explicaciones. Primero de la mano del vicepresidente de Comunicación, Jorge Rodríguez. Habló mucho más acelerado de lo que suele hacerlo habitualmente. El ministro, psiquiatra de profesión, se caracteriza por ser una persona templada. Es la primera línea de choque discursiva que pone el Gobierno ante cualquier crisis. Si bien no estaba fuera de sí, se notaba más alterado de lo normal. Dio una primera versión de qué había ocurrido –el ataque de los drones–, que se ha mantenido.
Posteriormente llegó el turno del presidente, Nicolás Maduro, vestido con el mismo traje que horas antes. Lo hizo desde el salón Simón Bolívar del Palacio de Miraflores. Sin prensa. Su gesto era serio y su respiración fuerte. Apuntó como culpable al aún presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. Desde el país vecino se apresuraron a negarlo y explicaron, además, que Santos estaba en el bautizo de su nieta.
Efectivos de distintos cuerpos de seguridad custodian y toman evidencias de la explosión ocurrida en Caracas. (EFE)
Efectivos de distintos cuerpos de seguridad custodian y toman evidencias de la explosión ocurrida en Caracas. (EFE)
Los drones
Jorge Rodríguez habló de dos aparatos voladores tipo dron cargados de explosivos que se dirigían a la tarima presidencial para matar a Nicolás Maduro. El ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, añadió después que los aparatos estaban cargados con sendos kilos de C4, un potente explosivo. Explicó que el tipo usado era un DIJ M600.
El portal venezolano Efecto Cocuyo ha detallado que ese dispositivo cuesta alrededor de 6.000 dólares y se usa sobre todo con fines cinematográficos. Cada uno puede soportar 25 kilos de peso a una altura de 2.000 metros sobre el suelo, tiene un área de acción de 3 kilómetros de distancia y alcanza los 150 kilómetros por hora, explican en la web.
Reverol dijo que los artefactos cayeron antes de explotar debido al inhibidor de frecuencia que había en la zona. Eso ocurre en cada acto en el que está presente Casa Militar, es decir, donde Nicolás Maduro interviene.
Efectivos de distintos cuerpos de seguridad custodian y toman evidencias de la explosión. (EFE)
Efectivos de distintos cuerpos de seguridad custodian y toman evidencias de la explosión. (EFE)
La bombona de gas
El sábado, la agencia Associated Press lanzaba una alerta en la que indicaba que fuentes de los bomberos bajo anonimato habían dicho que lo ocurrido era una explosión de una bombona de gas en el edificio Eduardo, en la avenida Este 12, a dos manzanas de la tarima donde Maduro hablaba.
Hubo una explosión en uno de los apartamentos, pero luego se ha sabido que el edificio tiene suministro de gas por tubería, no por bombonas; la explosión fue en el exterior de una de las viviendas. Y, finalmente, un cámara de Telemundo logró captar el momento en el que un segundo dron choca contra la pared del edificio Eduardo causando el estallido y el incendio posterior.
Esta teoría, por tanto, queda descartada.
Los autores del ataque
El grupo autodenominado en redes sociales “Soldados de franela” (de camiseta, en referencia a que son de bajo rango), se ha atribuido el ataque. En un comunicado que la periodista Patricia Poleo leyó desde Miami, explica que la llamada Operación Fénix era para que la Fuerza Armada Bolivariana “se dedique a la defensa del pueblo”. También para que “retome el hilo constitucional”.
Al parecer, están vinculados con Óscar Pérez, el militar que el año pasado atacó un edificio público en Caracas con un helicóptero. Luego se mantuvo escondido hasta que en un operativo, las fuerzas del Estado lo asediaron y mataron.
No han dado más anuncios además de esto ni han querido hablar con la prensa.
Los detenidos
Según Reverol, hay seis personas detenidas por el suceso. Dos de ellos han sido procesados. Indicó que hay varios vehículos incautados y se han allanado varios hoteles de Caracas donde se han recabado distintas evidencias. Además añadió que uno de los detenidos tiene orden de captura desde el incidente del Fuerte de Paramacay, hace justo un año. Otro de ellos fue detenido durante las protestas de 2014 y obtuvo un beneficio procesal.
Al parecer, ninguno de los detenidos tiene más de 30 años y en su mayoría no son de Caracas, sino del interior del país.
Nicolás Maduro, en una imagen del sábado, minutos antes del suceso. (Reuters)
Nicolás Maduro, en una imagen del sábado, minutos antes del suceso. (Reuters)
Lo que no se sabe con certeza o no encaja
A pesar de haber sido numerosas las declaraciones que se han hecho desde el sábado por la tarde, especialmente desde las Fuerzas del Estado, no se sabe con precisión qué ocurrió exactamente con los drones. Se desconoce si estallaron porque alguien los detonó, si realmente perdieron conexión con quien los estuviera manejando y cayeron la suelo. Tampoco si fueron disparados por efectivos de seguridad.
Otra de las cosas que aún no se han comprobado es si había o no material explosivo, qué cantidad y tipo, más allá de la versión oficial del ministro de Interior.
Además, las versiones de los drones no coinciden. Jorge Rodríguez dijo en una entrevista a Sputnik que hubo tres drones que explotaron. Néstor Reverol había asegurado que eran dos. Y sus versiones, además, difieren de dónde estallaron y en qué momento.
También es una incógnita cómo lograron los drones pasar los anillos de seguridad de Casa Militar y de Nicolás Maduro y llegaron al espacio aéreo tan cercano a la tarima presidencial. En 2016 hubo un periodista detenido por volar un dron para grabar la denominada “Toma de Caracas”. Previamente, el Gobierno había prohibido el uso de drones en el país.
Fotograma de un vídeo cedido por VTV del momento en el que la transmisión muestra a los militares formados romper filas. (EFE)
Fotograma de un vídeo cedido por VTV del momento en el que la transmisión muestra a los militares formados romper filas. (EFE)
Lo insólito
Desde que Hugo Chávez llegó al poder y después lo tomara su sucesor, han sido incontables las veces que ambos han hablado de “planes magnicidas”. Pero, sobre todo, desde que Maduro alcanzó la presidencia y con especial fuerza en el último año y medio, ha hablado mucho de golpes de Estado frustrados y en más de una ocasión Maduro se ha dirigido en cadena pidiendo “lealtad”.
Sin embargo, esta ha sido la primera vez que se ve por televisión lo que podría ser un atentado contra la máxima autoridad del país. La primera en la que se percibe tan vulnerable a Nicolás Maduro y sus círculos de seguridad.
El hecho también habla de tres hipótesis que varían según se apunte a un posible autor o a otro. Si es alguien externo al Gobierno, las posiciones extremistas y radicales para sacar a Maduro del poder que hasta ahora solo habían quedado en palabras, llegaron a Venezuela. Si se trata de alguien interno, esto habla del momento de mayor debilidad de Maduro, con un chavismo ampliamente descontento, donde las luchas intestinas se hacen evidentes y violentas. Queda un posible tercer autor: el propio Gobierno, quien podría haberse dado un “autogolpe” al estilo Erdogan para hacer purga política.
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Venezuela vincula a célula rebelde con atentado a Maduro
POR: NOTICIEROS TELEVISA
| FUENTE: NOTICIEROS TELEVISA | DESDE: CARACAS, VENEZUELA | 5 DE AGOSTO DE 2018 22:30 PM CST INTERNACIONALCRIMEN Y SEGURIDAD
El Gobierno de Venezuela vinculó a los restos de la desactivada célula rebelde que dirigía el fallecido expolicía Oscar Pérez con el atentado con explosivos del cual salió ileso el sábado el presidente Nicolás Maduro, cuando el gobernante encabezaba un acto con militares en Caracas.
Hay seis detenidos (…), uno de ellos estuvo involucrado en el asalto (…) del Fuerte Paramacay (…), los que sobrevivieron de esa célula han tratado de asesinar no solo al presidente de la república, sino a los presidentes del resto de los poderes”, dijo el canciller venezolano, Jorge Arreaza, en una reunión con el cuerpo diplomático acreditado en el país.
El asalto al Fuerte Paramacay sucedió el 6 de agosto del año pasado, cuando un grupo de militares rebeldes cargaron con un centenar de fusiles y varios lanzagranadas del cuartel ubicado en el estado de Carabobo (noroeste).
Entonces, el portavoz del grupo, que se identificó como el “capitán Juan Caguaripano”, dijo ser “comandante de la operación David Carabobo” y estar acompañado de oficiales, tropas activas y en reserva de “todos los componentes” de las Fuerzas Armadas y de policías dispuestos a devolver “la libertad” a Venezuela.
Luego, el expolicía Oscar Pérez señaló que Caguaripano formaba parte de su grupo, que pretendía desalojar a Maduro del poder por la fuerza.
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(Twitter @NestorReverol)
Caguaripano fue detenido por las autoridades venezolanas sólo cinco días después del asalto, mientras que Pérez y seis miembros de su célula fallecieron en un enfrentamiento con las autoridades en enero de este año.
Arreaza enfatizó que la célula de Pérez tenía “planes de asesinar” a Maduro y “ocasionar conmoción nacional por distintas vías”.
Y cuando esa célula fue desmantelada, después de horas de negociación y de un inevitable enfrentamiento, algunos gobiernos se solidarizaron con los terroristas y algunos presidentes incluso han dicho que fue una ejecución extrajudicial, fíjense ustedes en las consecuencias”, añadió.
El atentado contra Maduro, que se saldó con siete heridos, ocurrió la tarde del sábado cuando el presidente ofrecía un discurso en el cierre del acto en Caracas por la celebración de los 81 años de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), transmitido en cadena obligatoria de radio y televisión.
La transmisión mostró, antes de cortarse luego de una detonación, a los militares formados rompiendo filas de manera desordenada y cómo evacuaron al ministro de Defensa, Vladimir Padrino.
Para cometer el hecho los “terroristas” usaron drones “diseñados para trabajos industriales” cargados con explosivos, que no hirieron a Maduro porque inhibidores de señales les descontrolaron, según dijo el ministro de Interior, Néstor Reverol.
Por estos hechos, Maduro acusó anoche al saliente presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, así como a la “ultraderecha” de ese país y de Venezuela.
Estos eventos ocurren en medio de la severa crisis económica que padece Venezuela, que se traduce en escasez de todo tipo de productos, hiperinflación y numerosas deficiencias en los servicios públicos.
Por estas razones, en el país se desarrollan a diario decenas de protestas, en demanda de comida, transporte, agua, electricidad y mejores salarios, entre otras exigencias.