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Los drusos, bajo presión en Siria e Israel

Espectador :: 08.08.18

Dispersos en varios países de la región, los drusos constituyen uno de los principales grupos minoritarios de Medio Oriente. Estos días se enfrentan a crecientes desafíos.

Población total 1.000.000 a 2.500.000
Idioma Árabe, hebreo
Religión drusismo

Los drusos (en árabe: durūzī دروزي, plural: durūz دروز) son una minoría religiosa que habita, principalmente, en Siria, el Líbano, Jordania e Israel. Existen pequeñas comunidades de emigrantes drusos en otros países. Hablan el árabe y el idioma del país donde residen. Existe alrededor de un millón de drusos en el mundo, la gran mayoría de los cuales residen en el Oriente Próximo.

Los drusos se llaman a sí mismos Ahl al-Tawhīd ‘gente de un solo Dios’ (monoteístas). Se discute cuál es el origen del nombre «druso», que se suele atribuir al ismailita Muhammad al-Darazi, muerto en 1021, uno de los primeros profetas de la religión, considerado un hereje por los drusos actuales.

Su origen se encuentra a finales del siglo X y principios del XI cuando algunos de sus seguidores consideraron al califa fatimí Al-Hakim como una manifestación de Dios, lo que los apartó de los otros ismailíes. El fundador de la religión fue el persa Hamza ibn Ali ibn Ahmad.

La religión, monoteísta, acepta la legitimidad de los profetas de las tradiciones griega, judeocristiana e islámica, incorpora elementos gnósticos, y según algunas fuentes,[cita requerida] creen en la reencarnación. Los drusos mantienen en secreto buena parte de los detalles de su fe (practicando la taqiyya, tomada del islam chií), no aceptan conversiones y desaconsejan firmemente el paso de una religión a otra. Esto se debe en parte a motivos históricos, ya que los drusos fueron violentamente perseguidos durante siglos por otras comunidades religiosas.

Los drusos creen en un único Dios. Son monoteístas y su teología tiene una visión neoplatónica sobre cómo interacciona Dios con el mundo, similar al gnosticismo y a otras vertientes esotéricas.

La sociedad cuenta con una estructura dualista dividida entre los intelectuales (`uqqal, عقال), hombres y mujeres familiares con la doctrina religiosa. Los hombres `uqqal llevan bigote, se afeitan la cabeza y llevan ropa negra con un turbante blanco. El otro grupo (ŷuhhal, جهال), reciben apoyo espiritual de los intelectuales y no tienen acceso a la literatura sagrada secreta drusa. Entre un 10% y un 15% de los drusos son intelectuales `uqqal. el resto son ŷuhhal que cuentan solamente con conocimientos básicos de la religión. Se considera que las mujeres son especialmente adecuadas para ser `uqqal, y aceptan que son espiritualmente iguales a los hombres[cita requerida], una creencia que contrasta notablemente con las comunidades musulmanas en las que se enmarcan los drusos. Las mujeres drusas que son `uqqal pueden optar por vestir un mandīl (un velo blanco transparente), especialmente en presencia de figuras religiosas.
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Los drusos, bajo presión en Siria e Israel
Publicado el miércoles 08 de agosto del 2018 a las 8:13 hs

Dispersos en varios países de la región, los drusos constituyen uno de los principales grupos minoritarios de Medio Oriente. Estos días se enfrentan a crecientes desafíos.

Es un cruel video tomado en algún lugar del sur de Siria: “Mi destino se debe a las negociaciones fallidas entre el ‘Estado Islámico’ y los drusos”, explica Muhannad Abu Ammar, de 19 años. “Espero que las demandas de mis secuestradores se cumplan, para que mi destino no sea también el de otras personas”.

El joven druso ya no podía cambiar su destino: sus asesinos, de las filas de la organización terrorista “Estado Islámico” (EI), supuestamente lo assinaron poco después de haber dicho estas palabras. La foto fue enviada a sus familiares junto con otro vídeo que muestra el cuerpo de este druso sirio decapitado.

El vídeo ahora conocido resulta devastador para los familiares de los otros rehenes que el EI tiene en sus manos. El 25 de julio, terroristas del EI allanaron Al-Shabki, cerca de la ciudad de Al-Suweida, en el sur de Siria, y mataron a unas 250 personas. Los habitantes de la localidad pelearon con todo lo que pudieron, pero no lograron evitar que 36 residentes, en su mayoría mujeres y niños, fueran tomados como rehenes. Poco después, los terroristas lanzaron un vídeo que mostraba a una de ellas. La mujer explicó que el EI podría matar a todo el grupo.

Los vídeos recientemente publicados por Muhannad Abu Ammar son una indicación de que, desde la perspectiva del EI, las negociaciones han fracasado.

Minoría en tres países

La estrategia fallida de la siria drusa de mantenerse al margen de la guerra en Siria, en la medida de lo posible, también ha fracasado. Pese a que antes del estallido de la guerra civil los drusos desempeñaron un papel muy importante en el ejército sirio, siempre evitaron posicionarse con claridad política.

La cuestión es que aunque están en Siria, así como en el Líbano y en Israel, representan sólo una pequeña parte de la población. De los casi 21 millones de sirios (cifra anterior a la guerra), 700.000 son comunidad drusa, lo que equivale a aproximadamente un 3,5 por ciento. En Líbano representan entre el cuatro y el cinco por ciento de los ciudadanos; en Israel ni siquiera alcanzan el dos por ciento. Algunos drusos también viven en Jordania.

La precaución es, por tanto, su política. En Líbano tienen derecho a la autonomía administrativa y a sus propias leyes de estatus personal, y se integran como parte del Estado, aunque se diferencien de los sunitas, los chiítas y los cristianos por no pertenecer a los grandes grupos políticos y religiosos del país. Sin embargo, “la discrepancia entre su patrimonio histórico y la realidad política del presente causa una inmensa decepción y una sensación de opresión”, según escribe el abogado Abbas Halabi en su libro sobre la historia de los drusos.

En Siria, los drusos tuvieron una influencia política importante, con la llegada del partido Baath al poder en 1963, pero fueron excluidos gradualmente de las posiciones de poder. Al principio, aprendieron a organizarse con los poderosos chiítas del país. Esta posición les generó una política comparativamente restringida, durante la guerra. Cada vez estaba más claro en qué devendrían las relaciones con los yihadistas, como el Frente Al Nusra y el EI. Estas tensiones han terminado ahora con la vida del joven Muhannad Abu Ammar.

En Israel, también bajo presión

Los drusos se entienden a ellos mismos con base a muchas influencias religiosas como una denominación independiente. Como musulmanes, no se ven. Esta autocomprensión ha facilitado enormemente su integración en Israel, pero particularmente en los últimos días, los drusos israelíes han expresado claras preocupaciones y desagrado. Se oponen a la nueva ley de nacionalidad israelí, que define a Israel como un estado exclusivamente judío. Se sienten marginados a raíz de esta norma.

El druso de 23 años Shady Zeidan causó sensación. Hace unos días, anunció públicamente su renuncia al ejército israelí y citó como causa a la nueva ley. “Soy ciudadano como cualquier otro, le he dado todo al Estado y ahora me siento como un ciudadano de segunda clase”, dijo. “No estoy listo para eso, decido dejar de servir al país”. Hasta ahora, siempre se había mantenido orgulloso y a la sombra de la bandera israelí. Él también cantaba el himno. “Pero ahora, por primera vez, me niego a saludar a la bandera y cantar el himno”. Así como Zeidan, muchos otros drusos israelíes se expresaron.

“Los drusos merecen algo mejor”

Su declaración desencadenó la discusión pública. Muchos israelíes expresaron su simpatía por los drusos anteriormente leales. “Los drusos se merecen algo mejor”, dijo en el periódico liberal israelí Haaretz. “Todos nos merecemos algo mejor. No podemos callar. Deberíamos unirnos todos a la lucha de los drusos y rechazar la nueva ley de nacionalidad.”

El ejército respondió rápidamente a las declaraciones del joven druso. “Declaramos que la responsabilidad conjunta y la hermandad de los soldados hacia nuestros hermanos drusos, beduinos y otras minorías permanecerán en el futuro”, expresó el jefe del Estado mayor de las Fuerzas Armadas israelíes, Gadi Eizenkot. “Confíen en nosotros, lucharemos por ustedes”, dijo, dirigiéndose a las minorías.

Presionados por la ley de nacionalidad de Israel, amenazados de muerte en Siria, los drusos se enfrentana situaciones difíciles en ambos países. En uno y otro se enfrentan a la tarea de redefinir su relación con los Estados en los que viven.DW

Autor: Kersten Knipp (PANA/EAL)


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