“Pero es que nosotros queremos y de hecho interpretamos, el alma popular de nuestro pueblo, expresamos el sentir callado y escondido de nuestras masas campesinas y obreras, de esos hombres de las cumbres y montañas y de los pueblos escondidos sin luz ni agua. Ese pueblo que, aún llevando nombres y apellidos godos y hablando el castellano, no se siente ni se ha sentido nunca hispano, antes por el contrario llevan con orgullo su ascendencia guanche y su repulsa a todo lo que sea godo”.
Es decir, el MPAIAC reivindica lo guanche como elemento originario, matriz identitaria del pueblo canario, para luego señalar, en el mismo documento político, el origen bereber norteafricano de ese guanche, contradiciendo las teorías -en su mayoría pseudocientíficas- que apuntaban interesadamente en otro sentido:
“Los estudios más recientes sobre los guanches han puesto en evidencia el carácter bereber de nuestro pueblo autóctono, cuyo lenguaje fue una rama berberófona de los pueblos del África del Norte”.
Pese a todo, la defensa del elemento identitario guanche/amazigh sigue gozando en las Islas, frente a las políticas culturales coloniales, de un gran interés social. Las huellas de nuestro origen se encuentran por todas partes, ese horizonte cultural amazigh nos proporciona una particularidad que nos permite reafirmarnos en él como elemento originario privilegiado. De esta forma, muchos elementos de la denominada “cultura popular” están directamente conectados con ese mundo ancestral prehispánico, desde el que todavía nos llegan ecos con la suficiente fuerza para alcanzar a interpelarnos.
El 30 de agosto se conmemora el Día de la Bandera amazigh. Una enseña que nació en las Islas Canarias
30 agosto, 2018
La bandera amazigh -azul, verde y amarilla, y con la “Z” amazigh en el centro- nació en las Islas Canarias un 30 de agosto, en 1997, durante la celebración del I Congreso Mundial Amazigh
Las Islas Canarias forman parte del mapa geográfico, histórico, cultural y también político de la Tamazgha
La Tamazgha es una amplia región del norte de África que comprende desde el Archipiélago canario hasta el oasis de Siwa, en Egipto. Siendo esta región donde se ha conformado, a lo largo de los siglos, el mundo cultural amazigh o bereber. Aunque debemos tener en cuenta que en este complejo espacio geográfico del norte de África también se asientan otras colectividades -de origen mayormente exógeno-, produciéndose “mestizajes”, transculturaciones y amplios procesos de aculturación.
El norte de África ha sido testigo de la violenta arribada de diferentes pueblos y civilizaciones a lo largo de la historia, por lo que se han vivido procesos de romanización, arabización o europeización que han influido -con incidencia desigual- en el mundo amazigh. De forma general, la dominación política, unida a la imposición lingüística, cultural y religiosa, propició la invisibilidad y la marginación de las colectividades imazighen, convirtiendo sus territorios culturales y lingüísticos en ínsulas que salpican el mapa norteafricano.
La defensa de la identidad amazigh en Canarias
En Canarias el indigenismo tiene ya una larga tradición. El debate identitario goza de enorme centralidad y la búsqueda de patrones comunes convierten lo indígena -lo guanche/amazigh- en el elemento que adhiere y da consistencia a las particularidades de una comunidad humana que mantiene viva esa demanda de sentido e identidad propios. Aunque eso no quita para que las discordias y debates identitarios sobre lo guanche y su legado afloren cíclicamente.
Indigenismo y política en Canarias: lo canario como amazigh
Las reivindicaciones políticas independentistas que incorporaron a su discurso el elemento identitario guanche tuvieron enorme popularidad en las décadas 70 y 80 del pasado siglo. Especialmente es de destacar la labor político-cultural realizada por el Movimiento por la Autodeterminación y la Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC). En el conocido como Libro blanco del MPAIAC (1970), primer documento político de importancia de la organización, se señala:
“Pero es que nosotros queremos y de hecho interpretamos, el alma popular de nuestro pueblo, expresamos el sentir callado y escondido de nuestras masas campesinas y obreras, de esos hombres de las cumbres y montañas y de los pueblos escondidos sin luz ni agua. Ese pueblo que, aún llevando nombres y apellidos godos y hablando el castellano, no se siente ni se ha sentido nunca hispano, antes por el contrario llevan con orgullo su ascendencia guanche y su repulsa a todo lo que sea godo”¹.
Es decir, el MPAIAC reivindica lo guanche como elemento originario, matriz identitaria del pueblo canario, para luego señalar, en el mismo documento político, el origen bereber norteafricano de ese guanche, contradiciendo las teorías -en su mayoría pseudocientíficas- que apuntaban interesadamente en otro sentido:
“Los estudios más recientes sobre los guanches han puesto en evidencia el carácter bereber de nuestro pueblo autóctono, cuyo lenguaje fue una rama berberófona de los pueblos del África del Norte”².
El debate sobre la pervivencia o el exterminio de los indígenas canarios
Será precisamente esta determinación político-cultural del MPAIAC, que en la práctica supone la transformación de un guanche folkorizado -literario e idealizado- en sujeto-político-revolucionario-vivo, la que obligue a los grandes poderes coloniales a un cambio en el paradigma dominante sobre los indígenas canarios. Este paradigma defendía la pervivencia de los guanches, centrando su discurso identitario en la reivindicación del mestizaje entre guanches y europeos, siendo este el elemento que caracterizaba el “alma” del isleño a modo de fusión poética de horizontes. Sin embargo, el guanche, transmutado en “sujeto político”, que defendía el MPAIAC, cuestiona –a finales de los 70- la soberanía española de las Islas, puesto que el factor identitario –diferenciador- se convirtió en un importante argumento político del grupo independentista ante la antigua Organización para la Unidad Africana (OUA), donde el independentismo canario cosechó grande éxitos diplomáticos. Este guanche-vivo se convierte en un elemento político peligroso, por lo que las fuerzas del coloniaje decretaran, contra todo hecho objetivo, su extinción.
El cambio de paradigma o reacción extincionista, que defiende la extinción de los antiguos canarios, fue bien documentada por el que fuera catedrático de derecho internacional Antonio Pérez Voituriez (1929-2000) en un texto publicado en 1982, que extraemos del libro colectivo Canarias ante el derecho internacional, donde podemos leer:
“Hace una veintena de años se insistía en defender la bondad del conquistador indicando la pervivencia de los aborígenes. A veces hoy, son autores de las mismas tendencias de antaño los que postulan la eliminación de todos los aborígenes”³.
Así las cosas, el enfrentamiento entre los que defienden la pervivencia contra los que señalan el exterminio de los indígenas durante la conquista sigue vivo, adoptando nuevas variantes, dadas las revelaciones de algunos estudios genéticos, parciales, que dan fe de la pervivencia genética indígena en la población canaria actual. Estos estudios genéticos han condicionado el debate y el penúltimo episodio importante se centró más en señalar que se trató de un etnocidio que de un genocidio o exterminio poblacional.
Pese a todo, la defensa del elemento identitario guanche/amazigh sigue gozando en las Islas, frente a las políticas culturales coloniales, de un gran interés social. Las huellas de nuestro origen se encuentran por todas partes, ese horizonte cultural amazigh nos proporciona una particularidad que nos permite reafirmarnos en él como elemento originario privilegiado. De esta forma, muchos elementos de la denominada “cultura popular” están directamente conectados con ese mundo ancestral prehispánico, desde el que todavía nos llegan ecos con la suficiente fuerza para alcanzar a interpelarnos. Aunque eso no supone la negación o el ocultamiento de todos aquellos elementos de raíz exógena que también somos.
De forma general, todo lo que refiere la identidad cultural de una colectividad -en la modernidad capitalista- tiende a la complejidad y a sustanciarse de forma ruinosa, por lo que esas manifestaciones donde algunos elementos son identificados como propiamente indígenas, aunque sea solo parcialmente, no siempre tienen garantizada la traducibilidad simbólica y la conexión consciente en ese “margen cultural” donde se juegan las pertenencias que, por otra parte, siempre será territorio en disputa.
Historia de la bandera amazigh
La bandera amazigh -azul, verde y amarilla, y con la “Z” amazigh en el centro- nació en las Islas Canarias un 30 de agosto, en 1997, durante la celebración del I Congreso Mundial Amazigh. Puesto que, más allá de los intentos de sustraer de la herencia cultural canaria actual el elemento amazigh -sobre el que ya hemos reflexionado-, la realidad es que organizaciones canarias y personas a nivel individual participan activamente en ese mundo, contando con la consideración y el reconocimiento de la comunidad amazigh internacional.
Las Islas son algo más que un eslabón de la larga cadena identitaria en el mundo amazigh. Las Islas Canarias se conforman como territorio simbólico de la amazighidad, lugar de referencia para colectividades que se identifican con elementos que también nosotros entendemos como propios, abriendo esa mirada extrainsular -por situarse fuera del Archipiélago- mayores posibilidades universales a nuestras particulares referencias identitarias. Por esa razón, y muchas otras coyunturas, porque Canarias también es parte de la Tamazgha, fue que se celebró el I Congreso Mundial Amazigh en esta tierra.
En definitiva, tenemos que entender la trascendencia que tiene Canarias en el mundo amazigh, puesto que la bandera que representa todo tipo de reivindicaciones de los imazighen, bandera que vemos ondeando en eventos deportivos, culturales o políticos en toda la Tamazgha y fuera de ella, la bandera que une a multitud de comunidades que reivindican una misma raíz, nació en aquel primer Congreso Mundial Amazigh, celebrado entre los días 27 y 31 de agosto de 1997, en Tafira, Gran Canaria, en las Islas Canarias o Tamazgha insular.
¹El nacionalismo revolucionario de Canarias. La “crisis” colonial de Madrid. Fase actual de nuestra lucha nacional y revolucionaria. Editado por el departamento de INFORMACIÓN y FORMACIÓN POLÍTICA DEL “MPAIAC”, 1970 p. 23.
² Ibidem
³ AA.VV. Canarias ante el derecho internacional. Análisis de los problemas de las Islas a la luz del derecho internacional actual.Circulo de Estudios Sociales de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1982, p. 36.