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Elecciones hoy: Grietas en el estado de bienestar sueco

Página12 :: 08.09.18

Con la caída del Muro de Berlín, el modelo social demócrata sueco brilló como uno de los grandes logros de la izquierda luego del fracaso del llamado “socialismo real”. Junto con otros países escandinavos, Suecia sigue simbolizando hoy un sistema equitativo y libre, que garantiza crecimiento y justicia social. Pero el modelo viene enfrentando problemas que pueden quedar más que expuestos en las elecciones generales que se celebran hoy.

Página12
08 de septiembre de 2018
Entrevista al analista político Vyktor Skyrman a 24 horas de las elecciones

Grietas en el Estado de Bienestar sueco

Junto con otros países escandinavos, Suecia sigue simbolizando hoy un sistema equitativo y libre. Pero el modelo viene enfrentando problemas que pueden quedar más que expuestos en las elecciones generales que se celebran hoy.

Con la caída del Muro de Berlín, el modelo social demócrata sueco brilló como uno de los grandes logros de la izquierda luego del fracaso del llamado “socialismo real”. Junto con otros países escandinavos, Suecia sigue simbolizando hoy un sistema equitativo y libre, que garantiza crecimiento y justicia social. Pero el modelo viene enfrentando problemas que pueden quedar más que expuestos en las elecciones generales que se celebran hoy.

Según los sondeos, la actual coalición de centro izquierda solo recibiría entre un 35 y 40 por ciento de los votos, mientras que los cuatro partidos de derecha se le situarían muy cerca. La sorpresa más inesperada y desagradable es el avance incontrolable de un partido de extrema derecha, que puede llegar a convertirse en la segunda fuerza política del país. PáginaI12 dialogó con el analista político sueco Vyktor Skyrman de la prestigiosa Fundación de centro izquierda, Katalis.

–¿Qué está pasando en Suecia que ha surgido con tanta fuerza un partido xenófobo que lleva el curioso nombre de Demócratas Suecos?

–El sistema sueco es parlamentarista. Los ciudadanos eligen a sus representantes y el parlamento elige al partido o coalición que tenga más escaños para formar gobierno. La actual coalición de centro izquierda formada por social demócratas y verdes gobierna con el apoyo de tres partidos progresistas. Si se confirman los sondeos, esta coalición obtendrá un poco más que la de los cuatro partidos de derecha. El problema es que los “Demócratas suecos”, un partido xenófobo que tiene raíces nazis y que, según algunos analistas, son una suerte de “fascismo soft”, podría conquistar un 20 por ciento de los votos. Esto abre el camino a una posible alianza entre la derecha y los demócratas suecos para formar gobierno que a la vez desplazaría a la coalición de centro izquierda y le daría legitimidad a un partido como los “Demócratas suecos” que podrían ser los que terminen decidiendo quién es el próximo gobierno.

–¿De qué se trata este fascismo soft de los Demócratas Suecos?

–En las elecciones de 2010 los Demócratas suecos cruzaron el umbral del 4% del voto para conseguir representación parlamentaria: obtuvieron 20 escaños. Eran minoritarios. Hoy tienen la posibilidad de dar el gran salto. Tienen una política económica neoliberal, de bajos impuestos y hostilidad a los sindicatos, que combinan con una plataforma fuertemente anti-inmigratoria. En esto son bastante parecidos a Donald Trump.

–Sorprende todo esto porque el Partido Político dominante de la coalición de centroizquierda, los socialdemócratas, fue la fuerza hegemónica de la posguerra y casi siempre obtuvo entre el 40 y el 45% de los votos. Hoy apenas contaría con un 25% de los votos.

–Es parte de un largo proceso histórico. En los 80, igual que en muchas otras partes del mundo, Suecia vivió una liberalización financiera. Esta liberalización condujo a una burbuja inmobiliaria-financiera que explotó con la traumática crisis financiera en 1991. A esto hay que agregarle como clima de época, la caída del Muro de Berlín y la creciente hegemonía del discurso neoliberal, que impuso la llamada “Tercera Vía” de Tony Blair en el Reino Unido, Gerard Schroeder en Alemania y Bill Clinton en Estados Unidos, que era básicamente una versión neoliberal de la social democracia. Como resultado de todo esto, la socialdemocracia sueca formó parte de este “Tercera Vía” y adoptó una política de austeridad fiscal. Hoy pregonan el déficit cero o incluso superávit, algo que, curiosamente, hasta fue criticado por algunos bancos y medios de derecha porque impide la inversión en infraestructura.

–Es decir que la misma social democracia se ató de pies y manos respecto a lo que era su política tradicional.

–Aceptó el credo de que lo privado es bueno, lo estatal malo, con lo que perdió la palanca de la inversión pública y el espacio económico que necesita la política social con la consiguiente pérdida de apoyo en algunos sectores tradicionalmente socialdemócratas. Pero como decía es un fenómeno más amplio porque uno ve hoy el impacto de este viraje en muchos partidos de la izquierda europea. En 2012 en Holanda el partido Laborista obtuvo un 25 por ciento de los votos. El año pasado solo consiguió un seis por ciento. En Grecia Pasok fue del 44 por ciento en 2008 a un cinco en 2015. Los social demócratas en Francia, Alemana, Italia tienen también problemas. No hay una sola causa para explicar esto, pero sí hay un factor común que es que no solo se abandonaron las políticas y la retórica social demócrata sino que directamente se abrazaron recetas neoliberales. En este vacío ideológico, los votantes socialdemócratas están virando a la derecha en Francia, el Reino Unido, Europa del Este.

–Este giro político no se da en el vacío. Me interesa particularmente el caso de Suecia porque fue durante mucho tiempo un ícono de sociedad igualitaria. ¿Era correcta esta visión o estaba sobrevalorada?

–La ilusión de Suecia como “utopia” socialdemócrata tuvo mucho de verdad en los 80. Hoy habría que revisar esa imagen. En los últimos 30 años no ha habido ninguna reforma progresista. Los gobiernos conservadores y social-demócratas redujeron el impuesto a la riqueza, a los ingresos, a la herencia y la propiedad y practicaron desde los 90 el conservadurismo fiscal del déficit cero o del superávit fiscal. Estas políticas tienen un precio. La calidad de los servicios del estado de Bienestar ya no son lo mismo y hay mucha más desigualdad que en otras épocas. La década de los 80 fue la última con pleno empleo. Hoy una creciente parte de la población está desempleada o subempleada. Suecia tiene el fenómeno del uno por ciento capturaba el 20 por ciento la riqueza privada en 1978. En 2006 el porcentaje es el doble: un 40 por ciento. Unas 15 familias controlan el 70 por ciento de las compañías en la bolsa. Y según un cálculo reciente, hay unos cinco mil millones de dólares de evasión impositiva en los paraísos fiscales.

–Como ha ocurrido en otros países, la derecha xenófoba y anti-inmigratoria ha aprovechado esto. Italia, Hungría y Polonia son los casos más extremos en la Unión Europea (UE), pero hay una tendencia presente en casi todos los países. En la mayoría, esta tendencia contiene además una retórica antieuropea que ya produjo frutos: el Reino Unido está a meses de abandonar la UE. En Suecia los Demócratas Suecos proponen un referendo para abandonar la UE. ¿Tienen alguna posibilidad de éxito?

–Por el momento no. Suecia no está en el euro y es muy pro-Unión Europea. De manera que para los Demócratas Suecos no es un tema muy importante de su agenda. Ellos se centran en el tema inmigratorio. A más largo plazo, ¿quién sabe?


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