Boro: “Si voy a la cárcel será por mis ideas políticas, así que iré con la cabeza bien alta”
La Fiscalía rebaja a dos años de cárcel y 18 meses de multa la petición de condena al periodista Boro
La Fiscalía solicita, en sus conclusiones en la vista oral celebrada en Madrid, una pena de dos años de cárcel y 18 meses de multa para Jorge Correa, ‘Boro’, el periodista del medio La Haine acusado de delitos de lesiones y atentado a la autoridad tras la manifestación de Jaque a la Monarquía, en 2014.
El Salto
1018-10-03
Tras la vista oral celebrada este mediodía en el juzgado número 6 de Madrid, la Fiscalía ha cambiado su petición de condena para Jorge Correa, ‘Boro’, el periodista del medio La Haine acusado de delitos de lesiones y atentado a la autoridad. Así, la Fiscalía ahora solicita una pena de dos años de cárcel —por delito de atentado a la autoridad— y 4.860 euros de multa —nueve meses de multa por cada uno de los dos delitos de lesiones de los que estaba acusado—, cuando la petición inicial era de seis años de prisión. La fiscal ha mantenido la responsabilidad civil de 6.200 euros.
En el juicio celebrado hoy, que debía haberse celebrado en abril pero fue pospuesta por indisposición de uno de los policías, han declarado como testigos cinco agentes de la Policía Nacional y varios periodistas. Los hechos por los que se juzga a Boro sucedieron el 29 de marzo de 2014, a la conclusión de una manifestación celebrada en Madrid bajo el lema Jaque a la monarquía. Entonces se produjeron varias cargas policiales, especialmente dirigidas contra algunos periodistas y fotógrafos que habían estado cubriendo la protesta.
Además de las declaraciones, en la vista oral se han aportado como pruebas tres vídeos que demuestran que Boro no agredió a los policías que le acusan de lesiones y atentado. En estos vídeos, grabados ese día por los videoperiodistas Juan Ramón Robles, Jaime Alekos y Luís Álvarez —estos dos últimos también han acudido a la vista oral como testigos— se puede ver a uno de los agentes empujando a la compañera de Boro y, después, al propio Boro, que sale corriendo y es perseguido y abatido por otro agente de policía. También como los agentes de policía cargaron especialmente con los periodistas que cubrían la movilización.
“Me han acusado de atentado a la autoridad pero lo que hubo fue un atentado a la prensa”, ha afirmado Boro al final de la vista oral. El periodista ha apuntado en su última intervención la importancia de que la prensa denuncia los abusos de los funcionarios públicos y ha recordado el apoyo que ha recibido pro parte de asociaciones de periodistas, por el Parlamento de Navarra y por más de 1.500 personas.
El abogado de Boro, Erlantz Ibarrondo, ha pedido la libre absolución del periodista y ha señalado las contradicciones en las declaraciones de los policías, entre lo que han declarado unos y otros en el propio juicio, y también con respecto a lo que anotaron en los atestados del 29 de marzo de 2014. “Los agentes han mentido”, ha reiterado Ibarrondo, quien ha solicitado que se tome testimonio a los agentes para que el juzgado valore si estos han incurrido en un delito de falso testimonio. En sus declaraciones, los agentes han hecho referencia a patadas, cuando en el atestado se referían puñetazos. Además, el agente que abatió a Boro tras que este saliera a la carrera ha afirmado hoy que no recibió de este ningún golpe y que la rotura del empaste dental que ha denunciado como una de sus lesiones se la produjo al caer al suelo cuando abatió al periodista. De los cinco agentes que han ido a prestar declaración, tres han afirmado no poder reconocer en Boro a la persona que habría agredido a los agentes.
Boro: “Si voy a la cárcel será por mis ideas políticas, así que iré con la cabeza bien alta”
El 22 de febrero se produjo el primer juicio derivado de estos hechos tras la denuncia que los periodistas Juan Ramon Robles, Mario Munera, Gabriel Pecot y Rodrigo García pusieron a la Policía por las agresiones y lesiones recibidas, un juicio en el que quedó probado que al menos uno de los agentes había agredido injustificadamente a los periodistas, aunque el tribunal no le condenó por estar el delito prescrito. Aquella tarde los agentes iban sin identificar y, tras la denuncia interpuesta, la Policía obstaculizó su identificación.