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Los caminos equivocados de las izquierdas nos están llevando al fascismo

Jaime Yovanovic (Profesor J) :: 10.10.18

Algunos compañeros sostienen que no hay errores en las izquierdas, sino más bien la acción maléfica de las derechas y la Cia, sin embargo la historia y los hechos actuales muestran otra realidad.

Los caminos equivocados de las izquierdas nos están llevando al fascismo

Algunos compañeros sostienen que no hay errores en las izquierdas, sino más bien la acción maléfica de las derechas y la Cia, sin embargo la historia y los hechos actuales muestran otra realidad, veamos:

Aunque insuficientes hay algunas autocríticas al comportamiento de las izquierdas alemanas que pavimentaron el camino a la victoria electoral de Hitler y el partido nacional socialista, pero no se tarda mucho en echar tierra encima para esconder lo que verdaderamente sucedió.

También olvidan muchos lo sucedido en el gobierno popular de Salvador Allende donde la izquierda legalista reprimió a los sectores sociales que desarrollaban las formas iniciales del autogobierno de los productores: Cordones industriales y redes de campamentos de los SinTecho o SinCasa en el ámbito urbano, consejos comunales campesinos en los espacios rurales, y redes de intercambio entre ellos como los Almacenes Populares que distribuían en la ciudad los productos del campo.

La izquierda institucional intentó evitar los preparativos del golpe consolidando la disciplina social, por ejemplo las tenebrosas represiones policiales contra campesinos que luchaban por la tierra o de pobladores sin casa que luchaban por el terreno, que no sólo luchaban por un derecho, sino lo que es más importante y se esconde hoy día, organizaban nuevas formas de vivir, o sea, estaban de lleno practicando el cambio social y no jugando a ser más legalistas que el papa.

Después del gobierno militar y ya eliminados los brotes de las construcciones populares, quedó solamente la ideología y el recuerdo heroico del combate y la resistencia, donde la izquierda reformista se derechiza y se alía con los promotores del golpe, el Partido Demócrata Cristiano, en tanto la izquierda revolucionaria se quiebra en fracciones según las tareas, un grupo militarista, otro democrático, de estudiantes, profesionales y derechos humanos, y el tercero el social, ligado a los barrios y las barricadas, sector que fue aniquilado por el peso específico de los intelectuales, profesionales y cuadros orgánicos que traían las experiencias y vicios de la izquierda estatista mundial, reunificándose algunos, otros entrando a partidos reformistas y, lo más trágico, el más importante remanente determina su alianza con los estalinistas del Frente Rodríguez reencausando definitivamente su estrategia hacia el estatismo, la toma del poder y el apoyo a las dictaduras de Ortega, Maduro y Morales, en tanto su grupo poblacional Ukamau, se pliega a la neo pseudo izquierda del Frente Amplio.

La principal experiencia del protagonismo social, la autogestión y los brotes del autogobierno desde abajo, quedaron como cuestiones anecdóticas y puntuales, cuando debía haber sido la matriz estratégica.

Los gobiernos progresistas intentaron administrar los asuntos públicos reforzando el capitalismo, la propiedad privada, el extractivismo y la articulación con el capitalismo globalizado, intentando mostrar los avances en el plano de los avances individuales, la educación superior y el ascenso social de una fuerte y creciente capa media profesional que a la vez haría de base de sustentación material, profesional, tecnológica y electoral de sus partidos y gobiernos.

Esa educación, esa economía y esos encargados de conducir los procesos obviamente asumía una dirección donde sus intereses personales (camuflados en las líneas de gobernanza del partido y estructuras institucionales) eran prioritarios reproduciendo las condiciones y los actos individualistas, de competencia, arribismo y etc. que van reforzando la situación de una clase media, pequeña burguesía, con un apetito progresivo y aspiraciones desmedidas donde la “conciencia política” se empapa de sus jefes envueltos en actos de corrupción, fondos en paraísos fiscales, narcotráfico, etc. todo ello igualito que aquellos a quienes se criticaba y se ponía al otro lado, es decir, la derecha, el enemigo, que siempre hacia o quería hacer lo que ahora los militantes, cuadros y burócratas izquierdistas
hacen ahora sin tapujos.

De allí que ahí ya no es posible diferenciar izquierda de derecha, salvo en el discurso, que se entiendo cada vez más como mentiroso, lo que hace que el pecado sea doble, pues los izquierdistas tienden a mostrase como blancas palomas éticas. De hecho ya no hay referente, lo que queda es el modelo de vida al que se ha llegado, una capa media profesional con el mundo por delante y al que hay que destruir sin conmiseración.

El PT brasilero y su pop-star o chico estrella Lula, dentro de los avatares de sus gobiernos, tuvieron la magnífica idea de subir el valor de los pasajes del transporte, dando origen al llamado tarifazo en que salieron multitudes rugiendo a las calles, contadas en más de 3 millones de personas, lo que disolvió como mantequilla al sol el efecto paternalista del clientelismo de regalar 40 millones de canastas alimenticias mensuales a los pobres del nordeste que hoy día pasaron la cuenta dando la espalda a Haddad.

La sentencia del juez sobre Lula no tuvo la misma fuerza que la sentencia social de esas capas medias atraídas por una ética que resultó ser falsa y que se volcaron en masa a Bolsonaro para proteger y ensanchar el status y nivel de vida alcanzado sobre la base de una economía que nada mejoró para los pobres, salvo 40 millones de canastas de obsequio que luego se hicieron humo.

Esas capas medias sólo podrán ser re-atraídas por las formas e iniciativas de autoorganización y del despliegue de políticas públicas no estatales surgidas desde abajo, de la población y de los cientos de grupos y experiencias autónomas que hacen nata en Brasil, como en Argentina y en todas partes, pues ya no será la tecnología ni el mal llamado desarrollo lo que va a competir con esas capas medias que estarán cada vez más insatisfechas hasta ver correr la sangre, lo que explica la alta votación de la mujer policía que mató un ladrón y su video se transformó en instantes en un trending topic. El ejemplo de vida compartida y comunitaria del buen vivir, es el mejor ejemplo a seguir, así como los autogobiernos, como los kurdos, los zapatistas, los amazónicos, la Alianza Territorial Mapuche y tantos otros.

Jaime Yovanovic (Profesor J)
unlibre@gmail.com


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