Carece de sentido seguir criticando la situación presente: hablemos más bien de cómo salir de ella. El estadounidense Murray Bookchin, fallecido en 2006, es una de las figuras más relevantes de la ecología social. También es el “fundador” del municipalismo libertario (o comunalismo). Rechazando por igual tanto el mito de la gran revolución como el de que “cada uno haga su parte”, este proyecto de vocación revolucionaria y ecologista aspira a superar el marxismo y el anarquismo, reconfigurando la sociedad de abajo a arriba, comuna por comuna, a través de la democracia directa
OCT 12
Murray Bookchin: Un repaso a su obra a través de 26 conceptos
El abecedario de Murray Bookchin
Un repaso de la obra de Murray Bookchin a través de 26 conceptos
REVUE BALLAST
Conocemos los estragos que el modo de producción capitalista y el productivismo causan en los ecosistemas: adificicación de los océanos, devastación de la biodiversidad del suelo, sexta extinción masiva, subida del nivel del mar, etc. Conocemos también las derrotas del siglo pasado en la resistencia al capitalismo: debacle mundial del comunismo de Estado, fracaso de las revueltas anarquistas, imposición definitiva del reformismo social. Carece de sentido seguir criticando la situación presente: hablemos más bien de cómo salir de ella. El estadounidense Murray Bookchin, fallecido en 2006, es una de las figuras más relevantes de la ecología social. También es el “fundador” del municipalismo libertario (o comunalismo). Rechazando por igual tanto el mito de la gran revolución como el de que “cada uno haga su parte”, este proyecto de vocación revolucionaria y ecologista aspira a superar el marxismo y el anarquismo, reconfigurando la sociedad de abajo a arriba, comuna por comuna, a través de la democracia directa. Hacemos un repaso a su obra con 26 reflexiones a la contra.
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Alienación: «La vida urbana en la metrópolis moderna vive una situación de anonimato, de atomización social y de aislamiento espiritual que prácticamente no tiene precedente en la historia humana. Hoy en día, la alienación humana es casi total. En el espacio urbano, las prácticas de cooperación, de ayuda mutua, de simple hospitalidad y de decencia se han reducido de manera alarmante».
Our Synthetic Environment (1962)
Por sus orígenes jerárquicos y patriarcales, la tradición occidental carece de empatía hacia los seres no humanos, así como hacia los individuos humanos.
Animales: «Nuestra violación de la naturaleza tiene raíces psíquicas muy profundas, que derivan en última instancia de un odio vengativo hacia las exigencias personales de vivir por parte de otros seres humanos. Por sus orígenes jerárquicos y patriarcales, la tradición occidental carece de empatía hacia los seres no humanos, así como hacia los individuos humanos. La huella de la historia es un montón de escombros, donde los cascotes de las ciudades, mezclados con maquinarias rotas y fragmentos de cuerpos esparcidos confusamente en una extensión de ruinas, constituyen el verdadero templo de la civilización. Lo menos que se puede decir es que los animales, en este panorama ruinoso, apenas reciben atención. Les vemos fundamentalmente como los fracasos de la evolución, de la que nosotros somos, sin duda, el apogeo. Les vemos como los desechos del progreso, como bienes que no existen más que para ser utilizados, a menudo con una crueldad monstruosa, para satisfacer nuestros fines más triviales».
The radicalisation of nature, ( 1984)
Crecimiento: «En las generaciones pasadas, hemos dado por hecho la noción de crecimiento hasta tal punto que se ha fijado en nuestra consciencia, de la misma manera que lo hemos hecho, por ejemplo, con la propiedad, que se nos aparece como sagrada. El crecimiento es casi sinónimo de la economía de mercado que prevalece hoy en día. Este hecho tiene su expresión en la máxima “crece o muere”. Vivimos en un mundo competitivo en el que la rivalidad es una ley de la vida económica, la ganancia un deseo tanto personal como social, el límite y la contención algo arcaico, y la comodidad un sustituto del medio tradicional para establecer relaciones económicas, como era el don».
Death of a Small Planet, The Progressive (agosto 1989 )
Delegar: «Un pueblo cuya única función política es elegir delegados no es para nada un pueblo, sino una masa, una aglomeración de mónadas. La política, a diferencia de lo social y estatal, implica la recorporalización de las masas en asambleas generosamente articuladas, para formar un cuerpo político reunido en un foro, de racionalidad compartida, de libre expresión y de formas de toma de decisiones radicalmente democráticas».
The Politics of Social Ecology: Libertarian Municipalis m (1997)
Haríamos bien en preguntarnos si todos los peligros ligados a la exposición de débiles dosis de radiación han sido estudiados, y si no hemos sopesado todas las alternativas a la energía nuclear
Energía nuclear: «Si las pruebas de armas nucleares terminaran definitivamente, todavía confrontaríamos los peligros de larga duración creados por el uso pacífico de la energía nuclear. A diferencia de las débiles cantidades de energía que el ser humano necesitaba antes de 1940, la industria de la energía nuclear produce millones de curios de residuos cada año. […] Antes de crear nuevos centros de radioactividad y de añadirlos a los problemas actuales para tratar los residuos, haríamos bien en preguntarnos si todos los peligros ligados a la exposición de débiles dosis de radiación han sido estudiados, y si no hemos sopesado todas las alternativas a la energía nuclear».
Our Synthetic Environment (1962)
Estado: «Cuando digo que debemos democratizar la república, me refiero a que debemos preservar los elementos democráticos que el pueblo ha conquistado en el pasado. Al mismo tiempo, debemos ir más lejos e intentar radicalizarlos y ampliarlos, en oposición al Estado y a todos los elementos del Estado que han invadido la vida. […] Pero aparte de esos poderosos elementos estatales presentes en la vida civil, también hay elementos democráticos, o vestigios de elementos democráticos, los cuales hay que extender y radicalizar. Esta radicalización, a mi entender, es el único medio del que dispone el movimiento municipalista libertario para desarrollar un poder paralelo dirigido contra el Estado. […] Estos dos procesos juntos forman parte de un fenómeno más amplio que consiste a tratar de confrontar el Estado con un poder popular suficientemente extenso como para poder finalmente acabar con él y reemplazarlo por una sociedad comunista libertaria».
Entrevista con Janet Biehl (12 de noviembre de 1996)
Fábrica: «La fábrica no ha servido precisamente para “disciplinar”, “unir” y “organizar” al proletariado capacitándolo para el cambio revolucionario, sino para esclavizarle en los hábitos de la subordinación, la obediencia y la penosa robotización descerebrada. El proletariado, al igual que todos los sectores oprimidos de la sociedad, vuelve a la vida cuando se despoja de sus hábitos industriales y entra en la actividad libre y espontánea de comunizar, esto es, el proceso vital que da significado a la palabra “comunidad”».
Libertarian Municipalism: An Overview (1991)
Guardia civil: «Un verdadero civismo que aspire a crear una política auténtica, una ciudadanía autonomizada y una economía municipalizada sería un proyecto vulnerable si no llegara a sustituir la policía y el ejército profesional por una milicia popular, más concretamente, una Guardia Civil compuesta de patrullas rotatorias, con una finalidad policial, y contingentes militares entrenados para responder a las amenazas del exterior. La democracia griega no habría sobrevivido a los reiterados ataques de la aristocracia griega sin su milicia de ciudadanos hoplitas, esos soldados rasos capaces de responder a la llamada a las armas con sus propias armas y comandantes elegidos».
Libertarian municipalism : the new municipal agenda, From urbanization to cities, Cassel (1995)
Intelecto: «El paso a una nueva sociedad no será a través de una explosión repentina, sin un largo periodo de preparación intelectual y moral. Hay que educar el mundo tan completamente como sea posible, si lo que queremos es que la gente cambie su vida por sí misma y no se contente con que lo hagan élites cooptadas, que terminarán siendo oligarcas sin otro interés que el suyo propio. […] Los movimientos radicales no pueden permitirse lanzarse irreflexivamente a la acción por la acción».
Remaking society (1989)
Cada vez que una lucha se lleve a cabo, surgirán líderes. ¿Conduce necesariamente la existencia de los líderes a la creación de jerarquías?
Jerarquía: «Cada vez que una lucha se lleve a cabo, surgirán líderes. ¿Conduce necesariamente la existencia de los líderes a la creación de jerarquías? ¡En absoluto! La palabra “líder” no debería darnos miedo hasta el punto de no reconocer que ciertos individuos tienen más experiencia, fuerza de carácter, etc., que otros. […] Tengo muchos problemas con los anarquistas que rechazan completamente toda dirección. […] Es trágico que los términos “vanguardia” y “líder” hayan sido desacreditados por la Nueva Izquierda durante los años 60, como reacción al estalinismo y el leninismo. En muchas revoluciones, los líderes han sido enormemente importantes. Dirigentes y organizaciones decididas han llevado adelante las revoluciones y, a falta de ese tipo de personas, las revoluciones han fracasado».
Entrevista con Janet Biehl (12 de noviembre de 1996)
Juego: «Por un lado, una tendencia anti-ilustrada se extiende [en el interior de los movimientos ecologistas] como una llaga espiritual a lo largo de Estados Unidos y Europa, aspirando volver a la irracionalidad, al misticismo, a una religión pagana en nombre del retorno a la naturaleza. Cultos a la diosa, tradiciones paleolíticas (o, en rigor, neolíticas), rituales ecológicos que en el mejor de los casos no son más que un vudú comparable al vudú económico de la era Reagan, echan raíces en los dos continentes, en nombre de la nueva espiritualidad. […] Los problemas ecológicos están totalmente disociados de su contexto y reducidos a un juego místico de fuerzas naturales, frecuentemente acompañados de resabios racistas y fascistas.»
Remaking society (1989)
Kurdos: «Me alegro de que Öcalan [cofundador encarcelado del PKK] encuentre de ayuda mis ideas sobre el municipalismo libertario, para pensar en un futuro cuerpo político kurdo. No tengo la posibilidad de mantener un diálogo teórico con Öcalan como quisiera. Mi esperanza es que el pueblo kurdo pueda un día establecer una sociedad libre y racional que les permita prosperar nuevamente. Tienen la suerte de de poder contar con un dirigente del talento de Öcalan, para guiarles».
Correo electrónico (2004, traducido por Ballast)
Latencia: «El desarrollo de la ciudadanía debe volverse un arte y no simplemente una forma de educación y un arte creador en el sentido estético, que apele al deseo profundamente humano de autorrealización al interior de una comunidad política llena de sentido. Esto ha de ser un arte personal gracias al cual cada ciudadano sea plenamente consciente de que su comunidad confía su destino a su probidad moral y a su racionalidad. Si la autoridad ideológica del estatismo reposa sobre la convicción de que el ciudadano es un ser incompetente, de algún modo infantil y poco digno de confianza, la concepción municipalista de la ciudadanía reposa sobre la convicción totalmente contraria. Cada ciudadano debería ser considerado como competente para participar directamente en los “asuntos de Estado” y, sobre todo, lo que es más importante, debería ser animado a hacerlo. Habría que facilitar todos los medios destinados a favorecer una completa participación, entendida como proceso pedagógico y ético que transforma la capacidad latente de los ciudadanos en una realidad efectiva».
From Urbanization to Cities, Cassell (1995)
Marxismo: «La clase obrera actual se ha industrializado completamente, en vez de haberse radicalizado, como esperaban piadosamente los socialistas y anarcosindicalistas. […] No hemos de asistir únicamente al fracaso de la clase obrera como agente histórico del cambio revolucionario, sino también a su transformación en un producto fabricado por el capitalismo en el curso de su propia evolución. […] Esto nos lleva a referirnos a las terribles lagunas del modelo de cambio social introducido por Marx en el proyecto revolucionario que ha atravesado los cien últimos años, proyecto que fue implícitamente aceptado por los radicales no-marxistas. […] La bandera roja del marxismo cubre hoy el ataúd de los mitos que celebraban la centralización económica y política, la racionalización de la industria, la teoría simplista del progreso lineal y posiciones intrínsecamente antiecológicas».
Remaking society (1989)
Mujeres: «Mucho antes de la aparición de la sociedad burguesa, el racionalismo griego había legitimado el estatus de las mujeres, que hacía de ellas prácticamente bienes muebles, y la moral hebraica había puesto en manos de Abraham el poder de matar a Isaac. Esta reducción de lo humano a objeto, ya sea como esclavo, mujer o niño, encuentra su paralelismo en el poder de Noé de nombrar los animales y dominarlos, de poner al servicio del hombre el mundo viviente. De este modo, nacidos de dos fuentes esenciales de la civilización occidental, el helenismo y el judaísmo, los poderes prometeicos del macho fueron reunidos en una ideología de racionalidad represiva y moral jerárquica. La mujer “se volvió encarnación de la función biológica, imagen de la naturaleza”, como escribían Horkheimer y Adorno, “y su sometimiento ha constituido la honra de esta civilización”».
Toward an ecological society (1980)
Ojos: «Aun así, el hecho más duro que debe enfrentarse es que este sistema tiene que ser deshecho y reemplazado por una sociedad que restablezca el balance entre la sociedad humana y la naturaleza, una sociedad ecológica que debe primero comenzar por remover la venda de los ojos de la Justicia, y reemplazar la desigualdad de los iguales por la igualdad de los desiguales. En otros escritos he denominado a tal sociedad como una sociedad ecológica anarco–omunista; en mi próximo libro es descrita como “ecotopía”. Ustedes son bienvenidos a llamarla como más les plazca».
Toward an ecological society (1980)
Óxido de carbono: «Desde la Revolución Industrial, la masa total de óxido de carbono contenida en la atmósfera se ha incrementado un 25%. Existen sólidas razones teóricas para sostener que esta capa cada vez más espesa de óxido de carbono, impidiendo la dispersión de radiación térmica de la tierra, va a producir formas de perturbación atmosférica cada vez más peligrosas, y amenaza, con el tiempo, con provocar la fusión de los casquetes polares y la inmersión de grandes extensiones de la tierra. Por muy lejano en el tiempo que pueda parecer este diluvio, la modificación de la proporción de óxido de carbono con relación a otros gases de la atmósfera es una señal alarmante del impacto que el ser humano puede haber causado en los equilibrios naturales. […] Lo realmente importante es que el ser humano está deshaciendo el trabajo de la evolución de la vida»
Toward an ecological society (1980)
Pregunta: «Los anarquistas conciben el poder como un mal esencialmente maléfico que ha de ser destruido. Proudhon, por ejemplo, afirmó que él dividiría y subdividiría el poder hasta que dejara de existir. Proudhon aspiró, quizás, a que el gobierno fuese reducido a una entidad mínima en su relación de autoridad sobre el individuo, pero su posicionamiento perpetúa la ilusión de que el poder puede realmente dejar de existir: una noción tan absurda como afirmar que la gravedad pudiese ser abolida. […] El poder que no está en las manos de las masas inevitablemente va a parar a las manos de sus opresores. No hay armario donde el poder pueda guardarse, ni hechizo que pueda evaporarlo, ni reino sobrehumano donde pueda ser enviado — y, desde luego, ninguna ideología simplista podrá hacerlo desaparecer con encantamientos morales y místicos. […] A riesgo de repetirme, permitidme subrayar que la cuestión verdaderamente pertinente a la que el anarquismo hace frente no es la de dudar sobre la existencia del poder, sino si el poder estará en manos de una élite o en manos del pueblo — y si tendrá una forma que corresponda a los ideales libertarios más avanzados o si será puesto al servicio de la reacción. […] Los revolucionarios sociales, lejos de apartar de su campo de visión el problema del poder, deben preguntarse cómo darle una forma institucional concreta de emancipación».
Communalism, n° 2 (noviembre 2002)
El municipalismo libertario se propone redefinir la política para incluir una democracia comunal directa, con voluntad de extenderla gradualmente bajo formas confederales, previendo asimismo un acercamiento diferente a la economía.
Propiedad: «Hemos llegado así, repentinamente, a la idea de una economía municipal que se propone discutir de forma innovadora el aura mística que envuelve la propiedad de firmas y la propiedad nacionalizada. Me refiero a la municipalización de la propiedad, en oposición a su privatización o su nacionalización. El municipalismo libertario se propone redefinir la política para incluir una democracia comunal directa, con voluntad de extenderla gradualmente bajo formas confederales, previendo asimismo un acercamiento diferente a la economía. El municipalismo libertario propone que la tierra y las empresas se sometan cada vez más a la disposición de la comunidad, o, más concretamente, a la disposición de la ciudadanía en sus asambleas libres y de sus diputados en los consejos confederales».
From Urbanization to Cities (1995)
Resultados: «Uno de mis problemas es que la gente quiere resultados inmediatos o rápidos, es una de las principales taras de la generación de posguerra. La revuelta de los años sesenta, pese a la generosidad de sus ideas, se ha hundido, entre otras razones porque los jóvenes radicales exigían una satisfacción inmediata y éxitos sensacionales. Si la gente cree hoy en día que la política es como una máquina distribuidora que nos da una chocolatina cuando introducimos una moneda, entonces les recomendaría regresar a la vida privada».
Entrevista con Janet Biehl (12 de noviembre de 1996)
Siglo XX: «Sin embargo, en 1963, cuando escribía Ecology and revolutionary thought, recuerdo haber señalado el efecto invernadero y sus consecuencias, previstas para dentro de unos siglos, sobre los casquetes polares, las perturbaciones en los ciclos hídricos, del nitrógeno, del carbono y el oxígeno (que reunía bajo la fórmula de “ciclos bio-geo-químicos”). Asimismo, señalaba los peligros del desequilibrio biológico y climático del planeta, la polución peligrosa del medio ambiente, desde el suelo hasta los alimentos que comemos; en fin, el empobrecimiento de la biosfera, que podría terminar produciendo, invirtiendo las leyes de la evolución, un mundo de menor complejidad, inadaptado a los mamíferos, a los vertebrados, en resumen, a toda forma de vida conocida. Nunca habría pensado, hace tan sólo veinte años, que cuando hablaba de siglos se trataba del siglo XX y comienzos del siglo XXI, que mañana era hoy y que la polución, calificada de peligrosa, nos conducía ya a la catástrofe».
Anarchism : 1984 and beyond (1985)
Sistema: «Cuestionar tal sistema [capitalista] con relación a sus valores, tratar de asustarle mostrándole las consecuencias del crecimiento, es reprocharle lo que constituye su mismo metabolismo. Sería más eficaz convencer a una planta de renunciar a la fotosíntesis que pedir a la economía burguesa renunciar a la acumulación de capital. Además, ¿a quién nos dirigiríamos? La acumulación no está determinada por la buena o mala voluntad del burgués en cuanto individuo, sino por la relación mercantil misma que Marx designó tan acertadamente como la unidad básica de la economía burguesa. No es la perversidad del burgués lo que suscita la producción por la producción, sino el mismo nexo del mercado que dirige y al cual sucumbe. Apelar a sus intereses humanos sobre los económicos, es ignorar el hecho bruto de que su propia autoridad es una función de su ser material.».
Toward an ecological society (1980)
Tecnología: «Tal ecocomunidad puede aliviar la separación entre la ciudad y el campo, entre la mente y el cuerpo, al fusionar el trabajo intelectual con el físico, la industria con la agricultura, en una rotación o diversificación de las tareas vocacionales. Una eco-comunidad podría ser sostenida por una nueva clase de tecnología —o ecotecnología— compuesta de maquinaria flexible y versátil cuyas aplicaciones productivas garanticen la durabilidad y la calidad, no siendo programadas para la obsolescencia ni para producir una cantidad absurda de baratijas y entrar en la rápida circulación de mercancías básicas. Déjenme enfatizar aquí que no estoy abogando por el abandono de la tecnología y el retorno a la recolección de alimentos del paleolítico».
Toward an ecological society (1980)
George W. Bush: «Antes de la guerra [del Golfo], George Bush era considerado como un blandengue por sus conciudadanos. Ahora mismo es un héroe. Pero Estados Unidos va a encontrarse inmediatamente con verdaderos problemas internos frente a los que Bush será impotente. La crisis de la sociedad estadounidense va a continuar, con la decrepitud de las ciudades, los desgarros sociales, y el resto de cosas que se saben. También esto es lo que comienza a producirse en Europa».
Entrevista publicada en Le Monde el 19 de marzo de 1991.
Verdes: «No veo ningún interés en formar un partido como Los Verdes, que presenta a Ralph Nader como candidato [candidato ecologista a la presidencia de Estados Unidos en 1996 y en 2000]. Pese a su radicalismo aparente, quiere actuar completamente al interior del sistema existente. En cuanto a mí, propongo desarrollar soluciones radicalmente diferentes del sistema actual. Propongo establecer una cultura política separada, modos de organización y transformación, a la vez políticos y económicos, no solamente en el Estado de Delaware, sino en la totalidad de Estados Unidos, de Canadá o de cualquier otro país. Mientras, aquellos que operan en el marco social actual no aspiran más que a moderar el Estado, darle un rostro humano».
Entrevista con Janet Biehl (12 de noviembre de 1996)
Weimar: «Cada compromiso, sobre todo aquel basado en la política del mal menor, conduce invariablemente a los mayores males. Fue por una serie de males menores ofrecidos a los alemanes durante la república de Weimar que Hitler accedió al poder. Hindenburg, el último de los males menores, fue elegido presidente en 1932, y nombró canciller a Hitler en 1933, regalando Alemania al fascismo, mientras que los socialdemócratas continuaban votando por un mal menor tras otro, hasta que recibieron el peor de todos».
Entrevista con Janet Biehl (12 de noviembre de 1996)
Zola: «La emergencia del capitalismo inglés en el siglo XVIII y su generalización en el siglo XIX transformaron radicalmente todas estas perspectivas. Por primera vez, la competencia era vista como algo “saludable”, el comercio como un acto de “libertad”, la acumulación como una prueba de “economía”, y el egoísmo era presentado como la prueba de que, bajo el interés personal, una “mano invisible” trabajaba por el interés general. Estas nociones de “sana rivalidad”, de “libertad”, de “economía” y de” interés general” servían a justificar una expansión ilimitada y un saqueo deliberado, no solamente de la naturaleza, sino también de los hombres. Las class proletarias, en Inglaterra, sufrieron tanto en la revolución industrial como las manadas de bisontes exterminados en las praderas americanas. Los valores humanos y las comunidades no fueron menos pervertidas que los ecosistemas animales y vegetales saqueados en los bosques primitivos de África y América del Sur. Hablar únicamente de depredación cometida por la humanidad sobre la naturaleza es minimizar las fechorías cometidas por el ser humano contra el ser humano, que han sido descritas en las novelas de Dickens y Zola. El capitalismo ha dividido la especie humana tan brutal y profundamente que ha separado la sociedad y la naturaleza».
Remaking society (1989)