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Entre lo posible y lo común (VIII)

Varios autores :: 23.10.18

Última parte del libro “Venezuela desde adentro”
Experiencias de vida y economía en comunas del estado de Lara

ENTRE LO POSIBLE Y LO COMÚN
Experiencias de vida y economía en comunas del estado Lara

María Eugenia Fréitez
Rebeca Gregson
Johanna Marianny Alves
María Claudia Rossell Anit Quintero 

María Eugenia Fréitez (Códigos Libres / Tiuna El Fuerte)
Lic. en Comunicación Social con experiencia en procesos de formación y organización con jóvenes desde el campo de la comunicación-acción popular. Articuladora de procesos políticos desde el Poder Popular y productora de contenidos sobre gestión educativa, cultural y comunitaria. En 2005 funda el colectivo Voces Latentes desde donde desarrolla un trabajo de militancia en cárceles. Desde el 2012 es activista del colectivo Tiuna El Fuerte, forma parte del Grupo de Investigación Juventudes Otras, es co-fundadora de la cooperativa de investigación social Códigos Libres y del Sistema de Intercambio Solidario La Alpargata Solidaria.
Rebeca Gregson (Códigos Libres)
Lic. en Psicología Social con experiencia en sistematización de experiencias comunitarias e institucionales, además de diseñar y facilitar espacios de formación presenciales y virtuales con colectivos organizados y universidades. Miembro fundador del colectivo Voces Latentes, ha desarrollado investigaciones participativas y procesos de formación dentro del Sistema Penal de Adolescentes. Co-participó en la creación de la Coordinación de Sistematización del Proyecto Infocentro.
Johanna Marianny Alves (Códigos Libres)
Lic. en Educación egresada de la Universidad Central de Venezuela. Dedicada a la generación y desarrollo de proyectos participativos, formativos, investigativos y de sistematización de experiencias, vinculados a procesos organizativos populares. Es co-fundadora de Códigos Libres. Ha participado en la creación de líneas y políticas de sistematización de experiencias en instituciones (Fundación Infocentro Venezuela) y organizaciones sociales en Venezuela.
María Claudia Rossell (Códigos Libres / Cultura Senda)
Ingeniera cultural y militante desde la cultura, el arte, la comunicación, la articulación y las otras economías, en la COMUNalización de la vida y el poder en Venezuela y América latina. Activista en la construcción de alternativas para el poder popular como parte de diversas organizaciones socio-culturales, políticas y comunicacionales en Venezuela (ANMCLA / CLIC). Co-fundadora de la plataforma de articulación continental Cultura de Red donde funge, desde 2011 hasta la actualidad, como articuladora de redes y miembro del Consejo Gestor impulsando proyectos colaborativos en el continente. En 2013 co-funda Códigos Libres una Red para pensar y producir conocimiento libre, en común.
Anit Quintero (Códigos Libres)
Lic. en Comunicación Social dedicada a la Comunicación y Educación Popular, y a la sistematización de experiencias comunitarias e institucionales, además de facilitar procesos de formación presenciales y virtuales con colectivos organizados y universidades. Co-participó en la creación de la Coordinación de Sistematización del Proyecto Infocentro.
¡Haz lo posible!, porque intentar lo imposible es quimera, y no intentar lo posible es conservadurismo o cobardía
Enrique Dussel
Comentarios al texto
Belén Cevallos
“El texto retrata dos experiencias de modelo comunal que funcionan en Venezuela, la experiencia de la comuna Capitán Carmelo Mendoza y la experiencia de la Comuna el Eterno Gigante. El manejo autónomo de un territorio, la relación campo –ciudad, y el complejo ejercicio democrático que hace posible armar un tejido donde el poder y el autoritarismo están en permanente cuestionamiento podrían ser claves que estas experiencias tienen, para, en un contexto de crisis, sostener la vida de las personas que habitan en las comunas. El texto puede permitir reflexionar sobre la compleja relación Estado – sociedad autónoma. ¿Cuánto de estas experiencias se logran sostener gracias a las propias fuerzas de la organización social y a pesar del Estado? O ¿Cuánto del trabajo del Estado se refleja en lo que las comunas han logrado?”

Adentrarse en los procesos políticos y económicos que han construido los sectores populares en Venezuela, en tiempos de la llamada “revolución bolivariana”, nos coloca de frente con formas asociativas que han re-tejido el sentido comunitario para desarrollar experiencias colectivas de participación, organización y trabajo en busca de satisfacer necesidades y mejorar las condiciones de vida desde el territorio. A lo largo de los años estas experiencias han impulsado luchas, y se han alimentado de marcos legales específicos, convirtiéndose en instituciones comunales con expresiones muy distintas a lo ancho del territorio nacional. Algunas de éstas, asumidas como sujetos de transformación social y conformadas como comunas, plantean su carácter en lógica de construcción de poder y reconocen sus disputas contra el capital y contra el propio Estado que impulsó su creación.
El Estado venezolano, durante los períodos de gobierno bolivariano, colocó en el centro de su hacer político el impulso a la participación social y a la organización popular, también le otorgó un lugar programático a la economía social y popular y destinó políticas y recursos a que estos procesos se pusieran en marcha, hasta el punto de establecer como horizonte de construcción política la edificación de un Estado Comunal. A dieciocho años de iniciado el proceso bolivariano, a ocho de haber sido creada la Ley Orgánica de las Comunas y la Ley del Sistema Económico Comunal y de haberse creado múltiples planes y proyectos para el impulso de las organizaciones comunales, causa un profundo interés investigativo conocer qué ha pasado con estas experiencias y cuáles son sus condiciones actuales en un contexto de tan acentuada desestabilización política y económica .
En particular, en este artículo compartiremos algunos hallazgos encontrados en el análisis de dos experiencias comunales: la Comuna Capitán Carmelo Mendoza y la Comuna El Gigante Eterno, ubicadas en el estado Lara, y a su vez, su vinculación a un proyecto de articulación comunal denominado Ciudad Comunal Comandante Carache (igualmente en el estado Lara). ¿Cuáles son sus procesos vigentes en cuanto a prácticas de autogestión y autogobierno?, ¿cuáles sus obstáculos y desafíos? Nos preguntamos de modo transversal, ¿pueden ser las experiencias de comunas productivas en Venezuela expresiones de una alternativa política y económica a las lógicas del capital y el Estado, además en el contexto de la actual crisis? ¿Cuáles son algunas de las tensiones presentes en la relación actual entre las organizaciones comunales y el Estado venezolano?
Durante el año 2017, como grupo de trabajo2 y en el marco de la investigación “Comunalizar la vida: las disputas de los comunes y el horizonte por venir”, participamos en el Encuentro para el Intercambio de Experiencias y Conocimientos Kianvin Mock3, que reunió a 15 organizaciones populares de los estados Lara, Mérida y Caracas en el Fundo Carmelo Mendoza (estado Lara), con el objetivo de avanzar en un proceso de articulaciones estratégicas para la creación de tejido productivo y debatir sobre la economía comunal como soporte material que otorgue autonomía económica y política para el autogobierno (Códigos Libres, 2017).
A partir de la participación en este espacio, nos propusimos mirar con mayor profundidad analítica las dos experiencias que dan

transcurso del 2018 la proyecta en 2.349,3%. El gobierno ha orientado su política social hacia “medidas proteccionistas” como el Carnet de la Patria y las bonificaciones, los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), la Tarjeta de las Misiones Socialistas y los aumentos salariales. Sin embargo, estas medidas paliativas no logran contrarrestar los efectos inflacionarios sobre la población.
2 Códigos Libres, una organización social que nace de la mano de Tiuna El Fuerte para la producción creativa de conocimiento a través de la investigación crítica y militante desde la premisa fundamental de que el conocimiento es libre, se construye en común y es la interconexión con otros y otras lo que posibilita que ese conocimiento sea útil, pertinente, contextualizado y transformador.
3 Comunero, militante de la Comuna Ataroa en Barquisimeto, estado Lara, fallecido por motivos de salud en diciembre de 2016.
cuerpo a este artículo y que, a nuestro entender, reunían características que podían dar cuenta de procesos estratégicos sobre el modelo comunal y su vigencia en este momento histórico. Algunas de estas características son: 1) ser experiencias donde se practica la economía social o comunal, con orientación hacia la autogestión y el autogobierno; 2) ocupar un territorio que fue producto de la lucha por la tierra por parte de las campesinas y los campesinos, y su restitución legal por parte del Estado; 3) plantear alternativas de producción y distribución alimentarias; y 4) proponer nuevos esquemas de articulación comunal y de relación entre el campo y la ciudad.
1. Lo económico comunal en Venezuela
Desde iniciado el gobierno bolivariano del presidente Hugo Chávez en 1999, se incorporó en su programa de gobierno la propuesta de construir un nuevo tejido económico que estuviese al servicio de la mayoría del pueblo venezolano y que pudiera hacer frente al carácter monoproductor y rentista de la economía capitalista venezolana (Vargas y Núñez, 2010). Así quedó expresado en el texto constitucional, aprobado en referéndum popular, donde se supedita el régimen económico a la función social de la economía, se propone un nuevo modelo productivo, centrado en la organización colectiva para el trabajo, en la soberanía de los recursos nacionales y se obliga al Estado a promover y proteger a la organización productiva solidaria (Álvarez, 2009). Todo ello enmarcado en la propuesta de un modelo de Estado de derecho y justicia y de una democracia participativa y protagónica.
Esta voluntad gubernamental se expresó en políticas que impulsaron la creación de diversas organizaciones sociales y económicas, comenzando por las cooperativas y derivando en las planteadas dentro del Sistema Económico Comunal . Hoy en día, quien expresa la síntesis de todas estas orientaciones son las comunas , concebidas como las figuras que aglutinan a todas las formas orgánicas del territorio y proponen la puesta en ejercicio de lógicas de autogobierno, de autogestión y co-gestión productiva:
La comuna es una expresión concreta del poder popular a través del autogobierno comunal, la administración y gestión de competencias y servicios y la organización económico-productiva. El autogobierno comunal es la democracia directa. A través de las asambleas de ciudadanos, las comunidades que lo integran ejercen el autogobierno y asumen la planificación, coordinación y ejecución del gobierno comunal. El poder de decisión, antes represado en el burocratismo de gobernaciones y alcaldías, con esta ley es transferido a la comunidad. Las direcciones y decisiones colectivas se convierten así en una verdadera descentralización del poder (Álvarez, 2010: 153).
La Ley Orgánica de las Comunas se aprueba en el año 2010 y junto a un cuerpo más amplio de “Leyes del Poder Popular” refuerza la conformación de nuevas instituciones comunitarias, basadas en un modelo territorializado que propone formas descentralizadas de ejercicio del poder, donde las ciudadanas y los ciudadanos de manera directa asumen responsabilidades sobre los asuntos locales (nueva geometría del poder), a través del reconocimiento de su población, sus necesidades, problemas y potencialidades para planificar y ejecutar proyectos y recursos, y construir sentidos y relaciones comunes para la convivencia y el bienestar individual y colectivo. Uno de los ejes centrales de este modelo, en su dimensión económica, es la apuesta por la propiedad social, la planificación productiva y la inversión social de los excedentes.
El interés de este artículo radica en analizar en su conjunto los procesos económicos que se despliegan sobre un territorio a través de diversas figuras organizativas-productivas que suelen conjugarse dentro de una comuna, éstas pueden ser: cooperativas, empresas de propiedad social (directa o indirecta), unidades de producción familiar, grupos de intercambio solidario, bancos comunales, fundos zamoranos, consejos campesinos, entre otros. El artículo establece las relaciones entre quiénes, qué, dónde y cómo producen estos sujetos colectivos a través de los mecanismos comunales; o cómo las formas, instancias y lógicas comunales se expresan en estas formas económicas. De la misma manera, permite conocer cómo se relacionan con otros sujetos colectivos y productivos, con el Estado a través de sus distintas instituciones y con el mercado.
Es así como en este bloque de contenido expondremos las experiencias orgánicas a partir de las cuales buscamos analizar las prácticas concretas de dos comunas productivas rurales que se reconocen en el ejercicio del autogobierno popular y de la economía comunal. Un análisis que no busca dar respuestas acabadas ni afirmaciones generales sobre lo que ocurre hoy en día en Venezuela en cuanto al “poder comunal” se refiere, sino más bien mostrar una realidad específica y dejar planteadas algunas reflexiones sobre las posibilidades, desafíos y tensiones a las que se enfrentan estas expresiones del chavismo popular .
2. Comuna Capitán Carmelo Mendoza
De actividad económica fundamentalmente agrícola, ubicada en la parroquia Morán del municipio Morán del estado Lara, en el centro-occidente del país, la comuna Capitán Carmelo Mendoza se despliega por un territorio de 152 km2 y con un número estimado de habitantes de 3.500 personas (950 familias). Conformada por 11 consejos comunales , y el Movimiento Fuerza Comunera, la Empresa de Producción Social Pedro Calderas y la Radio Comunitaria Dinira Libertaria. Hace parte de un espacio de agregación político territorial más amplio, junto a otras 8 comunas, el proyecto de Ciudad Comunal Comandante Carache, explicado más adelante.
Sus orígenes se encuentran vinculados a los procesos de organización y agitación cultural que se gestaron desde la radio comunitaria entre los años 2007 y 2008, y a las asambleas generales del eje campesino de la parroquia Morán que se promovieron a partir del reimpulso a la Escuela Técnica Granja Argimiro Gabaldón. Luego, una vez aprobada la ley de comunas, se inició un proceso de mancomunidad para conformar la sala de batalla social8 y, después de año y medio de esfuerzos articuladores, se constituye como comuna en el año 2013.
Actualmente, cuentan con un plan de desarrollo comunal9 20152019 que, a través de un proceso de diagnóstico participativo permitió sistematizar toda la información existente hasta ese momento sobre este territorio comunal. En éste se reconocen tres (3) circuitos de desarrollo interno que les permitió subdividir al territorio para una mayor participación. A su vez, este plan contiene una caracterización histórica, demográfica, ecológica y productiva que permitió

instancias de participación, articulación e integración entre los ciudadanos, ciudadanas y las diversas organizaciones comunitarias, movimientos sociales y populares, que permiten al pueblo organizado ejercer el gobierno comunitario y la gestión directa de las políticas públicas y proyectos orientados a responder a las necesidades, potencialidades y aspiraciones de las comunidades, en la construcción del nuevo modelo de sociedad socialista de igualdad, equidad y justicia social” (artículo 2). Forman parte de las instancias de agregación que conforman una comuna.
8 Las salas de batalla social fueron las instancias impulsadas desde el Ministerio para las Comunas y Protección Social con el propósito de promover la articulación entre los consejos comunales, las misiones sociales y las diversas organizaciones comunitarias de cara a conformar las comunas.
9 De acuerdo con la Ley Orgánica de Comunas: “En cada Comuna se elaborará un Plan Comunal de Desarrollo, bajo la coordinación del Consejo de Planificación Comunal, en el cual se establecerán los proyectos, objetivos, metas, acciones y recursos dirigidos a darle concreción a los lineamientos plasmados en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, el Plan Regional de Desarrollo y los lineamientos del Consejo Federal de Gobierno, tomando en cuenta los patrones de ocupación del territorio, su cultura, historia, economía y ámbito geográfico” (artículo 32).
identificar necesidades y potencialidades y trazar líneas comunes de acción, cuyo eje central es la vocación productiva del territorio, anclada en la producción familiar.
2.1 ¿Cómo funciona su autogobierno?
¿Cómo es eso de autogestionar la vida de los comunes o de la comunidad? ¿Cómo se autogobiernan las comunidades de vida? La autogestión implica al menos dos cuestiones esenciales:
a) superar la distinción entre quien toma las decisiones y quien las ejecuta y b) autonomía decisoria de cada unidad de actividad, es decir, la superación de la interferencia de voluntades ajenas a las colectividades concretas, en la definición y elección de qué hacer (Peixoto de Albuquerque, 2004: 44).
La dinámica política de la Comuna Capitán Carmelo Mendoza se orienta fundamentalmente por las formas asamblearias para el debate de ideas y la toma de decisiones. Sus instituciones se han ido conformando en el tiempo y son cónsonas con las instancias formales establecidas en la Ley Orgánica de Comunas, éstas son: el parlamento comunal, consejo ejecutivo, consejo de economía comunal, consejo de contraloría comunal y el banco comunal .
Sin embargo, de todas estas instancias la que se mantiene en constante trabajo es el parlamento comunal, que suele ser la instancia donde se agrupan para debatir, planificar y tomar decisiones, las voceras y los voceros, productoras y productores, el banco de la comuna y comunidad en general. Sus asambleas –donde se juntan parlamentarios y el resto de vocerías– se realizan cada 20 días y su agenda de discusión siempre tiene presente los temas económicos. Las decisiones se suelen tomar por mayoría, pero se debaten lo más ampliamente posible como para llegar a consensos.
Para operativizar las actividades del día a día creó una sala técnica donde funciona una secretaría operativa y equipos de trabajo organizados en 3 ejes: 1) lo organizativo social; 2) economía y 3) administración, control y seguimiento. Es decir, su arquitectura institucional respeta la elección y ejercicio de vocerías comunales , pero requerían de un espacio articulador entre todas las instancias del autogobierno y con dedicación en trabajo diario de personas que no son vocerías voluntarias sino “servidoras comunales” que reciben un aporte económico y contribuyen a avanzar en procesos de organización de la información, flujos comunicacionales y gestiones administrativas. No son consideradas empleadas, ni están desvinculadas de la lógica comunal y su proceso político y económico.
2.2 Producción y gestión de recursos: el cómo de la autogestión
La geografía de esta comuna, principalmente montañosa y de tierra fértil con múltiples fuentes de agua, favorece los procesos productivos agrícolas. Son pequeños productores y productoras familiares, que históricamente han sembrado en este territorio (la escala de producción oscila entre 1 a 4 hectáreas, a excepción de un par de latifundios de familias adineradas que viven en este espacio comunal), pero que a partir de la movilización comunal comienzan a reconocerse como familias en comunidad y con posibilidades de generar apoyos mutuos a partir de los encadenamientos productivos, la proveeduría de insumos y la reinversión social de los excedentes.
A pesar de su tamaño, esta comuna no cuenta con grandes extensiones de tierra en propiedad social, son más bien predios familiares. En su mayoría, se mantiene la lógica campesina de producción en familia, a pesar de que también existe la figura de los jornaleros o medianeros. Se trata de la producción bajo el control de quienes trabajan las tierras, con conciencia de lo realizado y de sus fines. Esta concepción, contiene la condición de que cada uno de sus integrantes es propietaria o propietario de los medios de producción con lo que se garantiza una simetría de participación. Esto contrastaría con el sentido de las empresas contemporáneas, privadas o estatales; de acuerdo con Castoriadis:
Por lo que respecta, en particular, al trabajo, no se puede discutir seriamente la cuestión presentando a la empresa autogestionada como rigurosamente idéntica a la empresa contemporánea, salvo que le hubiésemos quitado el caparazón jerárquico. En la empresa contemporánea se impone a la gente un trabajo que le resulta ajeno y sobre el cual no puede decir nada (…) en general los trabajadores no manifiestan espontáneamente un entusiasmo desbordante por hacer lo que la dirección quiere que hagan. Y esto ¿por qué? Porque ni su trabajo ni su producto les pertenecen, porque se sienten alienados y explotados, porque no han decidido por sí mismos lo que han de hacer y cómo hacerlo, ni lo que pasará con lo que ya han hecho; en pocas palabras, porque hay un conflicto perpetuo entre los que trabajan y los que dirigen el trabajo de los otros y sacan provecho de él (1974: 5).
Desde la comuna, estos productores y productoras familiares comenzaron un proceso de distribución unificada con apoyo del banco comunal. La producción agrícola actual se puede explicar en tres procesos:
1. Siembra y cosecha: producen alrededor de 600 toneladas mensuales de rubros como cebolla, tomate, repollo, pepino, zanahoria, calabacín, papa, yuca y caraota. Son aproximadamente 600 productores familiares que arriman producción a la comuna, este número es variable de acuerdo al ciclo de producción de cada rubro.
2. Producción de bioinsumos : ante la escasez de agroinsumos dispensados por el Estado y la venta especulativa –cada vez más inexistentes– del sector privado, han avanzado en la producción de sus propios bioinsumos, principalmente: bioles , caldo sulfocalcico y trichoderma .
3. Producción de semillas: esta línea de producción es, en este momento, estratégica para la comuna, porque no existe la venta de semillas por vías formales y los precios a los que se puede acceder para su compra disparan los costos de producción, por lo tanto aumentan el precio de los rubros alimenticios y, en la mayoría de los casos, para los pequeños productores es imposible de comprar sin apoyo crediticio o financiero del Estado.
En este momento buscan importar semillas, principalmente de hortalizas, por vías informales desde Colombia o Brasil. Están trabajando con lo que se puede sembrar recuperando la propia semilla, como la yuca, y están desarrollando un línea de reproducción de semillas de papa nativa, a través de la articulación con los Productores Integrales del Páramo . Es un proyecto incipiente para el que han dedicado seis hectáreas de propiedad comunal y están recibiendo formación, asesoría y orientación de esta organización.
La producción de las semillas es uno de los aspectos claves sobre lo que puede generar la voluntad de integración y participación de las productoras y los productores familiares, es por ello que desde el banco de la comuna se comenzaron a implementar acciones para favorecer su reproducción:
La semilla es un elemento estratégico que tiene que ser central para el banco, lo que estamos haciendo, es decir, “te financio como banco, pero tú me ayudas a garantizar la existencia de esta semilla”, es parte de las condiciones que tenemos que generar para que se sostenga la producción de la comuna (vocero de la Comuna Capitán Carmelo Mendoza).

Para este propósito también han realizado alianzas con el Movimiento por las Semillas del Pueblo que brindarán apoyo para el reconocimiento, manejo y multiplicación de las semillas locales y campesinas. En esta misma línea, la comuna se plantea
cuidar y elevar la producción de papa, yuca y plátano que son alimentos que no pasan por la lógica de importación de su semilla pues hay un mayor manejo de las semillas en el país y corresponden a la canasta básica de nosotros los venezolanos. Esto motiva tanto la producción como el consumo (vocero de la Comuna Capitán Carmelo Mendoza).
2.3 Banco Comunal y procesos articuladores
El banco de la comuna, según la Ley Orgánica de las Comunas,
tiene como objeto garantizar la gestión y administración de los recursos financieros y no financieros que le sean asignados, así como los generados o captados mediante sus operaciones, promoviendo la participación protagónica del pueblo en la construcción del modelo económico socialista, mediante la promoción y apoyo al desarrollo y consolidación de la propiedad social para el fortalecimiento de la soberanía integral del país. El banco de la comuna quedará exceptuado de la regulación prevista en materia de bancos y otras instituciones financieras (artículo 40).
El banco es un órgano administrativo que tiene figura jurídica propia y maneja recursos a través de cuentas abiertas en los bancos del Estado y está constituido por una coordinación administrativa, conformada por tres voceras o voceros electos entre los integrantes de las unidades administrativas financieras de los consejos comunales que conforman la comuna; un comité de aprobación, conformado por cinco voceras o voceros designados por los consejos comunales que formen parte de la comuna; y un comité de seguimiento y control, integrado por tres voceros o voceras: una persona por los consejos comunales de la comuna, otra por las organizaciones socio-productivas de la comuna, y otra designada por el parlamento comunal. Los criterios legales establecen que no deben poseer parentesco hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad entre sí ni con los demás voceros y voceras del banco de la comuna ni del consejo de contraloría comunal.

Todas las designaciones y elecciones se hacen desde las instancias que conforman cada Comuna
En el caso de la Comuna Capitán Carmelo Mendoza, las 11 personas que llevan las vocerías del banco, no asumen sus responsabilidades de forma desvinculada entre las tres comisiones que lo constituyen y las instancias ejecutivas del autogobierno, tal y como interpretan que lo plantea la ley: “lo concebimos como un sistema de gobierno que conjuga el banco y el ejecutivo, es el primer anillo de aprobación y propuesta a la colectividad” (vocero de la Comuna Capitán Carmelo Mendoza). Así, ejercen responsabilidades administrativas-financieras, de gestiones articuladoras y logísticas, y rinden cuentas ante la asamblea del parlamento comunal:
El banco es el órgano financiero de donde emana gran parte del manejo y administración de nuestros activos, desde ahí se administra el uso del camión y de la maquinaria para la producción (máquina Caterpillar D6, unidades de riego) (…) El banco es central como elemento articulador del territorio en los asuntos financieros de los consejos comunales, de las rendiciones, de la ejecución de los presupuestos participativos, las proveedurías para las compras colectivas de semillas. Estamos recién arrancando la idea del cómo financiador de los planes de siembra en articulación con el consejo de economía y el ejecutivo socioproductivo (vocero Comuna Capitán Carmelo Mendoza).
La idea del banco como elemento articulador de la comuna parte del principio de concebir lo productivo como el eje central de sustentación de las lógicas políticas de la comuna, en la medida en que resulta el medio (o los medios) que garantiza la satisfacción de necesidades de la comunidad, ¿de qué manera? Con la reinversión social de los excedentes de la distribución que en el caso de esta comuna se producen a través de dos procesos concretos:
1. Distribución de rubros agrícolas a Transbarca, ente responsable de los Comité Locales de Alimentación y Producción (CLAP)
Este organismo público convocó a diversas comunas productivas del estado Lara, en julio de 2017, para proponerles arrimar su producción a un centro de acopio destinado a la distribución de rubros agrícolas para los CLAP y acordó con los productores y las productoras de las comunas los precios definidos de acuerdo con las estructuras de costos, y el suministro (precios regulados) de algunos insumos, alimentos procesados y repuestos para sus medios de transporte . Una de las reestructuraciones que los mismos productores y productoras han realizado, ante los desequilibrios de la economía actual venezolana, es el aumento en el porcentaje del excedente que por ley debe ser hasta máximo un 30% y ellos estipulan un 50%. Con esta medida en el momento de reinvertir en la producción los montos recibidos de las ventas se logra un equilibrio.
Con Transbarca logramos demostrar que se podía lograr un equilibrio, un centro de acopio que distribuyera de forma organizada el consumo (…) La propuesta era nivelar, lograr un equilibrio con el productor y con el consumidor. Al productor se le ofertaron proveedurías concretas con respecto a demandas automotoras, alimentación e insumos que posibilitaran fijar un precio sobre la producción que no pasara por los grandes centros. (…) El precio se acordó de manera colectiva entre productores. Nunca antes se había logrado llegar a un acuerdo con las políticas de distribución del estado porque ellos trabajan en una estructura de precios que se basa en precios regulados de los insumos, que termina siendo un precio irreal pues los insumos de agropatria no alcanzan para que el producto se desarrolle en su totalidad toda la siembra.
Para que el campesino pueda cubrir los costos de la vida de manera digna hay que hablar de excedentes de la producción el ingreso debe ser muy por encima del 30% (…) nosotros planteamos que debe ser del 50% de excedentes.
La relación de Transbarca no era con cada uno de los productores sino con el colectivo de productores representado por el banco comunal. A su vez dentro de esa negociación justa se fortalecía el banco a través de un fondo para la política social del territorio. Entonces al precio del alimento se le sumaban 200 bolívares que iban a parar en el banco comunal. Un fondo para el desarrollo de la política social del banco en el territorio. En ese tiempo se expresó para gastos funerarios (…) (vocero de la Comuna Capitán Carmelo Mendoza).
Esta experiencia resultó en el acopio y la venta, durante el segundo semestre de 2017, de aproximadamente 1700 toneladas entre papa, zanahoria, pimentón, calabacín y cebolla (rubros característicos de la parte alta del municipio Morán del estado Lara), donde la comuna Capitán Carmelo Mendoza aportó un aproximado de 64 toneladas semanales.
2. Distribución en ferias comunales, a grupos de consumo organizado en las ciudades e intercambio con otras comunas
Esta modalidad de distribución de la producción comunal consiste en la realización de mercados a cielo abierto dentro del territorio comunal, por lo menos una vez al mes; el intercambio o trueque con otras comunas productivas en zonas rurales; y el proceso de articulación con organizaciones de la ciudad que se han venido conformando entre consumidores y consumidoras (con proyección productiva). Así por ejemplo, con el Sistema de Intercambio Solidario Alpargata Solidaria , ubicado en Caracas, se plantea una relación directa productoras/productores-consumidoras/consumidores, se tejen relaciones de confianza y se promueven procesos que permiten, entre otros, la pre-compra de los rubros alimentarios a través de un pago anticipado. Así, avanza un circuito justo (valor/precio/calidad) en beneficio y acuerdo mutuo, en el que productoras/productores y consumidoras/consumidores logran desplazar a quienes integran la intermediación y se construyen otras formas de regulación del mercado por vía de la autogestión. Bajo esta modalidad se ha logrado distribuir un aproximado de doce toneladas mensuales de alimentos.
Además de la reinversión de excedentes en los propios procesos productivos, los excedentes también se dirigen a la política social de desarrollo en el territorio que contempla lo educativo, lo cultural, lo comunicativo:
Ese fondo ha posibilitado apoyar el Festival Chimiro (evento cultural), fortalecer el tema ambiental en el área educativa en el parque nacional Dinira, el tema comunicacional a través de la radio comunitaria, o coordinar con la sala técnica de la Comuna San Juan de Caracas para nuevos diseños de espacios arquitectónicos que fue financiado con ese fondo en el área social. También está el tema de la semilla y proyectos estratégicos con el enlace de Proinpa : capacitación, dotación, etc., todo ha sido articulado desde ese fondo (vocero de la Comuna Capitán Carmelo Mendoza).
En este accionar político y cultural de la comuna también se despliegan procesos vinculados al movimiento feminista con quienes han construido espacios de formación acerca de cómo se reproduce el sistema patriarcal, cómo se vincula la familia a los procesos económicos y se ha desarrollado una ludoteca campesina para los niños, niñas y jóvenes de la comunidad.
Otra línea de acción articuladora se estableció con el Movimiento de Pobladores y Pobladoras , –y el apoyo económico del Ministerio del Poder Popular para Comunas y Movimientos Sociales– para la autoconstrucción de 30 viviendas, aprovechando los materiales de la zona como el adobe.
2.4 Propiedad colectiva y medios de producción
Estos medios y recursos que administra el banco de la comuna, cuyas orientaciones y decisiones sobre qué y cómo se ejecutan pasan por asamblea comunal, son concebidos en propiedad comunal y pasan a ser considerados bienes comunes que deben ser usados para el beneficio de todos según el destino que en colectivo se decidió. Entre estos bienes se cuentan los medios de transporte y trabajo (camión, tractor, herramientas agrícolas, computadoras, equipos radiofónicos, etc.), la tierra y las bienhechurías comunales, por ejemplo, donde se construye el Centro del Poder Comunal Egidio Guédez y, más allá, los bienes naturales del territorio:
Un elemento de lo común que se presenta en diversas formas: la propiedad colectiva sobre las tierras pero que también la propiedad colectiva sobre los medios con los que se produce. Por ejemplo, una de las cosas que nosotros reivindicamos es el uso del agua en muchas zonas, que es el elemento común que une a pequeñas unidades de producción familiar. Entonces, el tema de lo común se expresa sobre los insumos necesarios para poder producir, insumos agrícolas, elementos de mecanización para la producción como el riego (vocero de la Comuna Capitán Carmelo Mendoza).
La gestión de lo comunal, es decir, de los bienes naturales o los medios de producción materiales e inmateriales de la comuna, cuenta con todo un andamiaje jurídico e institucional que posibilita la creación de las propias instituciones comunes, como ya lo hemos expresado. Sin embargo, este modelo, en su diseño y ejecución, mantiene formas de intervención desde el Estado que en algunos casos atropella, limita y dificulta procesos estratégicos del hacer colectivo. Uno de los aspectos centrales donde esta comuna lo identifica es en el manejo de los recursos otorgados al banco comunal o a las empresas de propiedad social, cuyas cuentas bancarias pueden ser manejadas desde el Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales y sus entes adscritos. El control estatal traducido en este mecanismo se presta para acciones arbitrarias o irregulares como les ocurrió con unos recursos asignados que fueron sustraídos sin previa notificación ni posterior explicación directa por parte de la institución.
2.5 Relaciones con el Estado
Como se ha venido explicando, las comunas surgen a partir de un impulso estatal, en este sentido la relación entre éstas y el poder público es una cuerda que tensa y afloja por momentos y voluntades políticas en las distintas escalas del poder constituido. En el caso de esta comuna, la relación con el Estado se ha vivido de múltiples formas: otorgamiento de créditos y subsidios, implementación de políticas sociales, articulación con actores instituciones para actividades políticas, entre otras.
Una de las relaciones vigentes tiene que ver con el despliegue de la política de distribución alimentaria estatal que, como se explicó en párrafos anteriores, se ha focalizado en los CLAP, en un intento de sortear los efectos del acaparamiento, desabastecimiento y contrabando tanto de comida como de medicamentos y productos de higiene personal en el marco de la crisis. La implementación de los CLAP ha tenido resultados diversos en cada territorio; existen lecturas distintas de acuerdo con estas realidades, una de éstas son los posibles atropellos a las instancias organizativas comunales pre-existentes en los territorios, generando una suerte de estructura paralela que puede solapar las dinámicas orgánicas. Uno de los voceros de esta comuna plantea:
En principio, consideramos que la política de los CLAP pensada desde el gobierno atomiza cualquier organización territorial, cualquier articulación, cualquier vínculo que se pueda dar en ámbitos comunales, porque los CLAP no fueron concebidos como una política acorde a esa nueva geometría del poder que se ha ido avanzando. En un momento notábamos que el debate era conformar un CLAP por territorio comunal, cosa que tenía más coherencia porque era coordinado por las propias instancias comunales que conocen y manejan sus objetivos concretos en el tema de distribución y alimentación. Eso era lo correcto, donde lo territorial y lo sectorial que no se solapan una a la otra sino que se marca como una tarea prioritaria dentro del territorio. Pero se asimiló de forma diferente, era igual para el campo y la ciudad; en el campo se generó una política fragmentada. La gente diciendo que está en procesos de articulación mayor y la institución diciendo que se tiene que dividir. En nuestro territorio contamos con once CLAP con los cuales intentamos generar propuestas de articulación ya que cada CLAP es de los once consejos comunales (vocero de la Comuna Capitán Carmelo Mendoza).
De esta manera, además de los alimentos que son abastecidos a través de los CLAP (todos ellos alimentos industrializados) , se hacen compras colectivas (café, carne, entre otros) entre las comunas como una manera de sostener las articulaciones económicas y de garantizar, de manera local, los alimentos. Sin embargo, aun cuando los CLAP deberían ser formas de organización territorial para la producción ha sido complejo que se impulse un plan de siembra comunal desde esa instancia. “Cómo activamos la ‘P’ de Producción de cada CLAP, creemos que es la misma política territorial que la construcción comunal pero con diferentes nombres” (vocero de la Comuna Capitán Carmelo Mendoza).
2.6 Transferencia de recursos y medios de producción
Entre las principales demandas de las comunas al Estado se encuentra la transferencia de competencias, medios, bienes y servicios para la producción y reproducción. Esta línea política que ha estado presente durante todos los períodos de gobierno bolivariano, se refuerza con la Ley Orgánica para la Gestión Comunitaria Competencias, Servicios y otras Atribuciones, aprobada en el año 2012, la cual reconoce el principio de corresponsabilidad y promueve la “gestión comunal” de procesos que eran atribuidos a autoridades públicas municipales, regionales o nacionales, dando mayor fuerza legal-institucional a las figuras de la autogestión y cogestión en el marco de la estructuración de un sistema económico comunal. Desde esta perspectiva, esta ley define la transferencia de competencias como el
proceso mediante el cual las entidades político territoriales restituyen al Pueblo Soberano, a través de las comunidades organizadas y las organizaciones de base del Poder Popular, aquellos servicios, actividades, bienes y recursos que pueden ser asumidos, gestionados y administrados por el pueblo organizado, de acuerdo a lo establecido en el artículo 14 de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno, en concordancia con el artículo 184 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Sin que ello obste para que, por cuenta propia, cualquier entidad político territorial restituya al Pueblo Soberano la gestión y administración de servicios, actividades, bienes y recursos, de acuerdo a lo establecido en el correspondiente Plan Regional de Desarrollo y previa autorización de la Secretaría del Consejo Federal de Gobierno (artículo 5, numeral 3).
Todas estas intenciones programáticas se traducen dentro de la experiencia de esta comuna en la transferencia de recursos a través de un crédito en el marco del Plan de Siembra Comunal del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales en el año 2013; un camión comunal 350 con capacidad de carga de tres toneladas; insumos agrícolas para la producción transferido por el Ministerio del Poder Popular para la Agricultura Urbana y Periurbana en el año 2016; y un crédito para la construcción de 40 viviendas también por parte del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales .
Esta comuna ha venido solicitando la transferencia de espacios que son claves para el fortalecimiento de sus procesos productivos: unos galpones pertenecientes a la Escuela Granja Argimiro Gabaldón en el municipio Morán que sería convertido en un espacio para la cría y reproducción de cochinos y para la cría de gallinas ponedoras. La transferencia de estos espacios fue aprobada vía decreto presidencial en la II Plenaria del Consejo Presidencial del Gobierno Popular con las Comunas, en fecha 15 de agosto de 2015, pero hasta el momento esta decisión no ha sido ejecutada y no hay ningún tipo de comunicación con los equipos gubernamentales responsables. Los consejos presidenciales fueron suspendidos desde ese mismo año, y las formas de relación Estado-organizaciones sociales han ido mutando hacia formas más individualizadas y asistenciales.
La capacidad para “hacer” en lo concreto de las organizaciones comunales –que sería la expresión de su poder en el territorio– depende en gran medida de este proceso de transferencias que no puede ni entenderse ni practicarse cuando el Estado no asume su responsabilidad ni desde la repartición dispersa y desarticulada de recursos, muchas veces realizada desde formas clientelares por la burocracia. Es por ello que esta comuna reivindica la necesidad de que les sean transferidos estos medios para la producción, pero, más allá, la necesidad de un espacio de planificación y acuerdo con el Estado para pensar y decidir sobre los procesos económicos de manera integral, como podrían ser los consejos presidenciales u otras instancias de cogestión que los reconozca como sujetos políticos no sectorizados y como actores económico copartícipes en la planificación de los procesos productivos nacionales.
Con Dussel, a partir de la idea de distribución socialmente planificada de la que habló Marx, podríamos hablar de sistemas económicos futuros como
una regulación compartida con los gobiernos locales y regionales participativos y de la misma comunidad productiva (…) Es una planificación en manos de los productores mismos, en cuanto a la puesta de mercancías en el mercado, que debe articularse con la regulación económica macro que debe organizarse desde el Estado en sus instancias participativas (confirmada como leyes en la instancia representativa y legislativa) (2014: 189).
Si lo que prevalece es el peso del Estado y del mercado en la gestión política y económica, una institucionalidad alternativa que reconoce y promueve la autogestión debería promover nuevos vínculos y formas de gobernanza, superando la distinción entre quien toma las decisiones y quien las ejecuta. Por lo tanto, las instancias de planificación conjunta serían indispensables para que el poder comunal sea efectivo en cuanto a una transformación social.
3. Comuna El Eterno Gigante
Las raíces de esta comuna están sembradas en la lucha por la tierra campesina, a través del Movimiento Socialista Agrario Sin Tierra que se creó en el año 2007, en el estado Lara, con el impulso de las políticas del presidente Hugo Chávez de recuperación de tierras ociosas, con el fin de reactivar su producción de manera organizada y colectiva, bajo la forma de propiedad social.
A partir de su creación iniciaron la ocupación y rescate de las tierras subutilizadas por terratenientes de la zona, amparados en las políticas de la Ley Orgánica de Tierras:
Hablábamos con la gente del Instituto Nacional de Tierras y cuando no se daba –por la vía institucional– la toma y rescate de tierras ociosas, tratábamos de hacerlo nosotros con nuestros propios medios y fuimos conformando veintiún colectivos productores y por ende eliminamos lo que es el patrón. De ese proceso, en el 2009, se constituye el Fundo Zamorano Carmelo Mendoza luego de tomar las tierras del terrateniente Pepi Montes de Oca de la antigua Hacienda La Estancia. Ahí generamos procesos de formación y pusimos esas tierras en función del trabajo colectivo, eliminamos la tercerización de la tierra y comenzamos con los excedentes colectivos (vocero de la Comuna El Eterno Gigante).
De este proceso inicial hicieron parte 27 mujeres y hombres quienes conformaron una incipiente comunidad que dio vida al Fundo Zamorano Carmelo Mendoza, con apoyo del CIARA . En este momento, en el Fundo conviven y trabajan 49 personas que asumen distintas responsabilidades, pero todas saben trabajar la tierra.
El Fundo Carmelo Mendoza posee una superficie de 1022 hectáreas con 7900 mts2 de las cuales sólo 200 hectáreas son aprovechables para la producción porque el resto son zonas bajo régimen especial por reserva ambiental. El Fundo recibió el título de adjudicación de tierras y carta de registro agrario a través del consejo comunal La Estancia de la Comuna Eterno Gigante en el año 2010.
Para la Comuna Eterno Gigante, los consejos comunales tienen importancia vital para el despliegue del autogobierno comunal, así como para adquirir, administrar y distribuir los recursos comunales junto al Fundo Zamorano, siendo organizaciones indivisibles en la práctica política y económica. La comuna está conformada por 674 familias distribuidas en 11 consejos comunales, es principalmente agrícola, productora de café y gran diversidad de rubros alimenticios, uno de sus lemas es “Ahí lo que no se da es porque no se siembra”. Toda su potencia productiva se encuentra proyectada como fortaleza dentro de su Plan de Desarrollo Comunal 2015-2019.
En la comuna, disponen de lo óptimo para sembrar: agua gracias al Río Tocuyo -el más caudaloso y extenso que desemboca en el Mar Caribe venezolano- y cuencas hídricas montañosas. Son pequeñas y pequeños productores familiares o unidades de producción familiar, además del Fundo Zamorano, que es la propiedad social que está dentro del predio de la comuna, donde se trabaja de manera colectiva y autogestionada.
Los 850 productores de la Comuna El Eterno Gigante, 850 campesinos productores, no terratenientes, no grandes productores, sino campesinos productores que en su defecto, aparte del fundo, tienen que si una hectárea o media hectárea en la que producen sino es café cualquier otro rubro, produciendo siempre, con todas las dificultades (vocero de la Comuna El Eterno Gigante).
Dentro del fundo, se creó también la Empresa de Producción Social Carmelo Mendoza, destinada a la producción agrícola y al procesamiento de alimentos, dirigida de manera colectiva por 18 mujeres quienes definen con autonomía la distribución de los ingresos de la producción y reconocen un cambio en sus formas de vida anterior, donde los terratenientes dueños de esas tierras remuneraban el trabajo de las mujeres a la mitad del valor que pagaban a los hombres: “Si un hombre ganaba 50 bolívares diario, la mujer ganaba 30, el trabajo de la mujer no lo valoraban, todo era que la mujer tenía que estar sumisa en su casa, atender a sus hijos, pero nosotros también tenemos que sentirnos que hacemos parte de la producción del territorio venezolano”. Ha significado la integración a la vida política a partir del trabajo:
La mujer del campo no está en la casa nada más, sino que también está en el campo haciendo las políticas dentro del consejo comunal, la planificación comunal del trabajo y se puede constatar el desempeño que ha tenido la mujer en el trabajo, dentro de los espacios del fundo y la comuna (vocera de la Comuna El Eterno Gigante).
3.1 Sujeto, propiedad y gestión comunal
En la práctica, ¿cómo es que se logran articular todas las organizaciones que conforman la comuna para autogestionar la producción y ejercitar el autogobierno?
En esta arquitectura territorial de las instituciones comunales la célula organizativa por comunidad es el consejo comunal. Todo proceso de planificación y toma de decisión va de abajo hacia arriba, desde el consejo comunal hasta las instancias de la comuna. En el caso de la Comuna El Eterno Gigante, las instancias formales de la comuna se encuentran constituidas y activas y se reúnen en una asamblea general donde se discute desde la planificación productiva hasta los temas más asistenciales y logísticos del día a día comunal. Es decir, las voceras y los voceros fueron electos, pero en la operatividad de los espacios de reunión y debate no se juntan por consejos, ni parlamento, sino en asamblea general.
En el caso de esta comuna, el proceso administrativo financiero no está centralizado en el banco comunal, sino que cada consejo comunal administra recursos para la ejecución de actividades y proyectos productivos, así lo expresa un vocero:
El consejo comunal es una de las figuras relevantes pues todos los recursos llegan al consejo comunal. Al facturar se hace por el consejo comunal, los tractores están a nombre del consejo comunal, todo es por el consejo comunal y la política la hacemos nosotros desde ahí. Hemos venido trabajado de manera autogestionada desde hace un tiempo para acá, a pesar de que hemos llevado mucho golpe (…) planificamos el plan de siembra en asamblea de ciudadanos y ciudadanas, así como muchos consejos comunales que se reúnen para el CLAP, el asfalto, u otro tema (vocero de la Comuna El Eterno Gigante).
Así, el autogobierno para estos comuneros sería, entre otras cosas, hacerse sentir como una fuerza transformadora; no un ensayo sino un hecho real en plena construcción:
Es hacernos sentir, que lo que produzcamos nosotros lo distribuyamos nosotros. Que no dependamos de un intermediario o de un ente del gobierno, nosotros hacemos la política comunal del Comandante Chávez, que era un visionario en el tema político, Él, en aquel entonces, quería hasta eliminar las alcaldías y que fueran las comunas las que gestionaran sus espacios y territorios.
El autogobierno comunal es desarrollo endógeno. Hoy nosotros podemos decir que tenemos un autogobierno comunal porque pensamos en colectivo, trabajamos en colectivo y no estamos nada más mirándonos a nosotros sino mirando más allá, hacia el Estado Comunal, no solamente el autogobierno comunal sino el Estado Comunal donde toditas las comunas urbanas, periurbanas y rurales pensáramos el Estado Comunal, hacia dónde vamos y los retos para avanzar, como es no depender de las trasnacionales, auto-abastecernos y auto-financiarnos (vocero de la Comuna El Eterno Gigante).
El ejercicio del gobierno del territorio tiene que ver, a su vez, con el gobierno de sus formas económicas. Cada participante se encuentra articulado a algún trabajo productivo específico, además de ser vocero o vocera, y su remuneración tiene que ver con su capacidad de trabajo, no por jerarquía ni profesionalismo, explica una de las compañeras.
3.2 Planificación productiva
En la alternativa futura, sería posible una regulación planificadora necesaria y suficiente, estratégica, especificada por la participación de una democracia participativa que llega a exigencias mucho más cotidianas y precisas (al mismo tiempo que por auditorías evaluativas en manos de la misma comunidad). Pero al mismo tiempo debe organizarse, para hacer factible el cumplimiento de un sistema nuevo, la autonomía de la empresa y del mercado, supeditados a una regulación que evite sus efectos negativos. La normatividad de la factibilidad (¡debe hacerse lo posible!) exige superar ortodoxias capitalistas en crisis, y los dogmatismos socialistas del siglo XX. Un mercado eficiente, con competencia convergente, regulado estratégica (no en los detalles mínimos de la producción), mínima y suficientemente según los criterios normativos apuntados, motiva a los creadores y soluciona las exigencias cotidianas imposibles de ser planificadas en el largo plazo: es más eficaz (Dussel, 2014)
La planificación es una de esas palabras que constantemente repiten las y los campesinos de esta comuna. Levantar, coordinar y articular el trabajo de este inmenso territorio es una labor que les ha exigido el mayor reto de sus vidas. Planificar para ellos y ellas es lograr sostener la producción del territorio, lograr dar respuestas a las exigencias cotidianas; es llegar a acuerdos y tener conflictos con mucha gente: instituciones estatales, grupos privados y otras organizaciones comunales. Han aprendido a tener un cuaderno en mano “y echar números como locos”; planificaban cada tres meses, pero la situación económica actual ha demandado que se revisen los planes mensuales. Aparte de las vocerías formales por consejos y comités definieron vocerías por rubro y crearon una unidad de mecanización -cuentan con ocho tractores y la mitad de las hectáreas productivas son siembras mecanizadas-.
A pesar de las dificultades en cuanto a la compra de insumos, semillas, y demás tecnologías y maquinarias para la siembra, la comuna y el fundo sostienen su producción agrícola (aunque no en los mismos niveles que años anteriores). La planificación de la siembra y la incorporación de rubros alternativos fuertes que requieren menos insumos -como son maíz y leguminosas, sin abandonar el cultivo de tomate y pimentón- son mecanismos de resistencia a la crisis. A su vez, han sumado experiencia en la producción de cachama, raíces y tubérculos, musáceas y más recientemente conejos, es decir, su planificación productiva se ha ido reconfigurando de acuerdo con las condiciones económicas y según las necesidades de la población de sus comunidades y las comunidades urbanas a las que les distribuyen su producción:
Nosotros entre 2014 y 2015 logramos cosechar en el año 112.000 kilos de pimentón, te estoy hablando de 112 toneladas que no es nada fácil. Ahora en este momento que estamos cosechando pimentón posiblemente lleguemos a 18 ó 20.000 kilos en lo que va del año. Ahorita estamos diversificando rubros, en el 2017 logramos cosechar casi 200.000 kilos de maíz. Nosotros antes no producíamos casi maíz, de muy baja escala y bajo costo, ahora estamos aumentando su producción porque es uno de los rubros que requerimos nosotros y que estamos consumiendo más. En el tema de los granos, muy poco sembrábamos, acuérdate que teníamos un momento de bonanza donde teníamos Mercal y los granos se producían en cualquier espacio y hasta se traían importados de cualquier parte, pero ahora estamos sembrando más. Otra cosa que estamos sembrando ahorita fuertemente es la caña de azúcar, ya nosotros a mitad de año en la planificación nos vamos a montar sobre las 80, 100 hectáreas de caña en el Fundo Carmelo Mendoza porque tenemos una gran demanda de azúcar en el año pero tenemos que estar trayendo azúcar de otros países. Nosotros creemos que teniendo 16 centrales azucareras, que son en este caso 10 del Estado y 6 privados, podemos nosotros mismos procesar y moler el azúcar y no depender de los otros países para garantizar ese consumo(vocero comuna Eterno gigante).
Además de la producción agrícola y de cachamas del fundo –que tuvieron que parar dado los altos costos para su alimento–, se ha comenzado la experiencia de la producción cunícola. En este caso, la iniciativa de comenzar este tipo de producción se gestó en el ámbito institucional, a través del Ministerio del Poder Popular para la Agricultura Urbana que, a través del CIARA, coordina políticas dirigidas a los fundos zamoranos. Pero, la comuna se apropia de este impulso y lo asume como parte de sus líneas de innovación productiva:
Siempre estamos innovando con las experiencias del fundo, tenemos 27 hembras y tres machos, ya vamos a empezar la monta de estos animales para la reproducción. Nosotros planificamos el año pasado que para finales de éste tendremos producción a gran escala en proteína animal, en este caso cunícola y para la distribución a comunas y organizaciones con las que venimos articulando. Esa carne no va para el mercado capitalista (vocero de la Comuna El Eterno Gigante). 3.3 Estructura de costos
La estructura de costos es de los procesos de la planificación productiva más inestables y cambiantes en los últimos tiempos. La fluctuación de precios que hay en el mercado actual es tan rápida que los costos de producción agrícola, como reposición de insumos o mantenimiento de maquinarias, aumentan considerablemente en menos de una semana. Además de las dificultades para obtener los insumos que se usaban de forma tradicional en estos campos. Este es un debate permanente en el seno del fundo, las comunas y los consejos comunales campesinos, pues por un lado se busca la reproducción de la vida desde los principios y las prácticas de una economía justa, y por el otro el mercado presiona a “montarse en la ola especulativa”:
Nosotros para producir un kilo de caraota tenemos que saber cuánto vamos a gastar, por ejemplo en una hectárea, y cuánto es lo que le vamos a colocar al precio del kilo de caraota y cuánto va a ser el excedente de ahí para vivir y volver a sembrar. Años atrás nosotros nos sentábamos cada seis meses a planificar costos porque no había tanta inflación, pero ahora sacamos un costo de producción y ya la semana que viene tenemos otros precios. Ahora nos sentamos cada dos meses (a definir estructura de costos). Para nosotros el sector campesino, el sector comunal, es difícil levantar costos de producción. Uno de los costos fuertes es el tema de la mecanización ¿por qué? Porque el costo de los repuestos para los tractores subieron demasiado. Nosotros trabajamos 160 horas máquina y tenemos que hacerle cambio de aceite. Un litro de aceite se consigue en el mercado en dos millones de bolívares, entonces eso es lo que nos aumenta los costos de producción. Tenemos transporte –que moviliza la producción de los 11 consejos comunales más la del Fundo– para las hortalizas e igual al transporte tenemos que colocarle un precio estimado porque no tenemos un sitio donde podamos hacerle cambio de aceite o mantenimiento a un precio accesible que no sea en el mercado capitalista. Además a veces debemos recurrir a terceros o intermediarios porque el camión que tenemos en la comuna, que es de nuestra propiedad, no se da abasto para distribuir toda la producción (vocero de la Comuna El Eterno Gigante).
3.4 Distribución, condiciones y retos
Desde la concepción de dar vida a otro sistema económico, donde existan otros criterios de regulación de un mercado establecido en relación directa entre productores y consumidores, esta comuna plantea tres cuestiones claves:
1. Distribución a través de ferias y mercados comunales, como las ferias zamoranas donde distribuyen el pimentón y el tomate, cuando se cosechan grandes cantidades. También se distribuye a ferias tomando en consideración las alianzas con otras comunas del estado, requiriendo un trabajo titánico de coordinación y planificación meticulosa con comunas urbanas para garantizar que al momento de la zafra ya se tenga ubicado el destino de todo lo que se produce. Sin embargo, y pese a los grandes esfuerzos, buena parte de la producción va a mercados privados porque se dificulta colocarlo, en su totalidad, en los territorios o espacios organizativos aliados. No sucede así con rubros como las leguminosas y el maíz, que son ampliamente demandados y garantizan su colocación directa en las comunas aliadas.
2. La existencia de centros de recepción y acopio, y de espacios de refrigeración (cavas cuarto), espacios de formación como la Escuela Agraria Ezequiel Zamora, ubicadas en el territorio comunal, exigidas al Estado para ser transferencia a las comunas de la Ciudad Comunal, a través del Instituto Nacional de Desarrollo Rural (INDER), porque son recursos que pueden ser autogestionados de acuerdo a las necesidades y capacidades de estas comunas.
3. Desarrollar procesos de industrialización para procesar la materia prima que producen en tierras comunales. Tal es el caso del procesamiento de la caña de azúcar, uno de los voceros lo expresa en estos términos:
Nosotros en un momento veníamos arrimándole a la Central Pío Tamayo, que es una central del Estado ubicada en El Tocuyo, municipio Morán. Esa central lamentablemente ha estado parada y no hemos podido continuar, así que últimamente le hemos estado arrimando a la Central La Pastora que es privada. El año pasado (2017) arrimamos ahí (…) nosotros en estos momentos estamos a punto de sacar 1000 toneladas de caña de azúcar que están en las tierras del Fundo Zamorano. Si llevamos eso a refinar estamos hablando de 90 a 100 mil kilos de azúcar que van a salir del fundo, pero sabemos que tenemos que ir más allá, es decir, industrializar nuestra materia prima en nuestro fundo, no en uno del Estado o privado, ese es uno de los objetivos que tenemos (Vocero Comuna Eterno Gigante).
En medio de estos procesos y en la coyuntura económica venezolana, las comuneras y los comuneros de El Eterno Gigante consideran que hay que avanzar hacia la creación de monedas comunales, así como fortalecer los procesos de levantamiento de información productiva y de consumo del territorio; promocionar lo que se hace desde las experiencias comunales en sectores más amplios de la sociedad; en esfuerzo conjunto con el Estado mejorar la vialidad para la distribución agrícola; garantizar la construcción progresiva de viviendas dignas para familias campesinas; generar mecanismos de seguridad del territorio y sus habitantes y robustecer la instancia de co-gobierno con capacidad de decisión conjunta real:
Dentro del mismo partido Somos Venezuela existen obstáculos, gente que no cree en los objetivos y que tiene la parcela en la mente, que siempre piensa en lo individual, que son dirigentes del partido, están en instituciones y obstaculizan el trabajo. No quieren que nosotros avancemos hacia el Estado Comunal (vocero de la Comuna El Eterno Gigante).
4. Un sistema económico en una sola comuna no existe: experiencia de articulación para la conformación de la
Ciudad Comunal Comandante Carache
Desde una mirada sobre la economía popular, solidaria o comunal como un sistema autogestionado y co-gestionado, además del accionar colectivo desde valores cooperativos y lógicas democráticas y de la comunidad como actor protagónico de los procesos políticos y productivos, es clave el concepto de territorio:
Podríamos proponer que, mientras las sociedades modernas han separado en la realidad y en el pensamiento los campos político, económico, cultural entre sí, y todos estos del campo ecológico, en la comunidad se mantiene la unidad práctica y simbólica entre estos. Y que, por lo tanto, el territorio, como concepto y como realidad, ha sido diferenciado y fragmentado como resultado del proyecto de la modernidad y el capitalismo mientras que en algunas regiones la persistencia de la comunidad ha resistido total o parcialmente esa tendencia. (…) Si sociedad y comunidad sólo existen cuando hay vida, y la vida depende de la resolución de las necesidades de la población, lo que a su vez requiere de procesos económicos, la relación entre economía, región y territorio pasa a ser clave (Coraggio, 2011: 84).
Reconfigurar el territorio, sus maneras de comprenderlo, habitarlo y gobernarlo es parte constitutiva del modelo comunal. En esta región, animadas por la cercanía territorial, la afinidad política, las necesidades y fortalezas económicas estas comunas apunta a la conformación de una Ciudad Comunal junto a siete comunas más: Luchador del Peñón de los Gayones, Espada de Bolívar, Socialista del siglo XXI, Mi comandante Supremo, Páramo de Cendé, María Gerónima Aguilar y Gregorio Antonio Castillo.
Este esfuerzo de articulación se inicia desde el reconocimiento de la “unidad productiva del pueblo” que implica el desarrollo de un plan autónomo que –sin obviar los procesos y relaciones de la política nacional– se base en las condiciones propias, para avanzar en cualquier escenario, desde el más favorable al de mayor dificultades. Por ello, definen que este plan debe centrarse en las políticas que se puedan sostener desde sus propios esfuerzos y capacidades sociales y productivas, teniendo presentes los aportes gubernamentales, pero asumiendo que superar el rentismo exige el desarrollo de la autonomía, con objetivos claros, sinceros, sin sobredimensionar sus potencialidades, aunque tampoco limitándose. Como señala un vocero: “buscamos superar el voluntarismo a través de planes sostenibles”.
En este sentido, ya vienen trabajando en líneas concretas de un plan de lucha comunal:
• El acceso a la tierra (para la producción en sentido amplio, tanto del hábitat como de la soberanía alimentaria, en la ciudad como en el campo) y a los insumos para la producción.
• Avanzar en un plan de transferencia de medios que apalanquen la producción comunal.
• Construir un sistema comunal de producción, distribución, abastecimiento y consumo para la soberanía y seguridad económica con principios socialistas que integren a la diversidad de las organizaciones socioproductivas (empresas de propiedad social directa, unidades de producción familiar, espacios de intercambio solidarios o cualquier otro, incluyendo a pequeños productores y productoras de los territorios) y que aporte a la resolución de nudos críticos que enfrentan en el ámbito local, regional y nacional.
Uno de los desafíos expuestos en esta red es el intercambio productivo entre espacios rurales y urbanos que afiance los lazos políticos que en algunos casos ya existen y otros que se comenzarían a crear. La estrategia planteada para ello es la organización del consumo, fortalecer los autoconsumos y desarrollar canales de distribución propios, como en efecto ya viene ocurriendo con algunas comunas rurales y grupos de consumidoras y consumidores organizados en zonas urbanas.
De igual manera, se proponen desarrollar la producción comunal en la ciudad, para lo cual comenzaron a realizar un inventario de tierras que están en el territorio de las comunas urbanas, donde ya se practica la siembra o donde comenzarán a practicarla a diversas escalas, desde patios productivos, hasta conucos, huertos, siembra extensiva, entre otras. Este inventario también contiene la infraestructura que facilita la articulación y que contribuye a resolver nudos presentes en la producción, tanto la que tienen las comunas como las que puedan ser declaradas de utilidad pública o transferida al poder popular, como por ejemplo las que sirvan de centros de acopios y distribución o galpones para la producción animal.
La prioridad productiva se encuentra en el tema alimentario, en la necesidad de desmercantilizar los alimentos y elevar los niveles productivos, no para la generación de ganancias lucrativas sino para la satisfacción de necesidades alimentarias de la población que cada día se le hace más difícil acceder a los alimentos por vía del mercado. Este espectro productivo abarcaría la producción de vegetales y verduras, de proteína animal y alimentos procesados. Los primeros diagnósticos sobre potencialidades y necesidades apuntaron a plantearse cómo cerrar sus circuitos productivos, donde apareció la prioridad de las materias primas en cuanto a semillas e insumos y alimento procesado para animales.
Estas líneas de trabajo vendrían de la mano con otra de carácter formativo y comunicacional que permita crear nuevos referentes en relación a la cultura alimentaria para reconfigurar en el tiempo los gustos asociados al consumo que, en el caso venezolano, suelen ser de productos foráneos, industrializados o los producidos por las empresas privadas que históricamente han monopolizado el mercado nacional.
Otra línea de trabajo productivo que se plantean desarrollar es el turismo comunal. Los territorios de algunas de estas comunas son espacios naturales hermosos, con múltiples fuentes acuíferas (ríos y cascadas), con variedad de fauna y flora y un clima frío o templado agradable. Hay comunas que ya lo desarrollan como eje productivo a una pequeña escala, pero desde esta articulación se proponen establecerlo como un corredor turístico y desarrollar estrategias conjuntas para potenciar cada uno de los espacios, desde una visión del turismo que, por una parte, respete los bienes comunes naturales y, por otra, pueda dar cuenta de los procesos políticos organizativos que lo posibilitan sin reproducir una estructura de explotación y acumulación de capital en manos privadas.
Las comuneras y los comuneros explican que para que se consolide la articulación, se deben desarrollar servicios comunes que permitan la resolución práctica de necesidades que todos comparten: comunicación, asistencia legal, centros de acopio, permisos oficiales, servicio de empaquetados, marca colectiva para la distribución, asistencia técnica, formación, entre otros. Para dar respuesta a estas necesidades se plantea la conformación de un equipo de trabajo conformado por integrantes de las distintas experiencias.
Sobre la formación técnica, además de reconocer a las comuneras y los comuneros con conocimientos y experiencias en determinadas áreas, se proponen la alianza con personas cualificadas de otros sectores populares e institucionales, sobre todo para trabajar en tres líneas: 1) sistemas de información productiva y modelos de gestión, 2) estructuras de costos y procesos financieros, y 3) desarrollo agroindustrial.
Las comunas productivas se proponen “entrar al mercado”, o mejor expresado, construirse un lugar donde nunca han estado en competencia con los distribuidores que históricamente han copado el mercado de marcas nacionales y, sobre todo, extranjeras. Pero entran con fines diferenciados y sin olvidar que son comunidad organizada que está solucionando sus necesidades.
En este sentido, desde la perspectiva de las alternativas post capitalistas, Enrique Dussel propone un sentido renovado de la competencia más bien entendida como con-currencia (Konkurens tiene otra etimología que competition):
Sería un “con-currir” o “re-unirse” en el mercado, comprendiendo la contraposición de las mismas (o semejantes) mercancías, primeramente, en su valor de uso y, posteriormente, en su valor de cambio teniendo en cuenta principalmente la afirmación y crecimiento de la vida humana (2014: 212).
Esta apuesta articuladora se estructura formalmente después de que ya en los hechos se practica el intercambio, el trabajo conjunto, el debate, la defensa y la movilización común. Pero, como dicen ellos y ellas, es un proyecto aún. A nuestros ojos, múltiples interrogantes, pues la idea de que se conforme como una ciudad comunal parece más bien una voluntad política de prefigurar el avance del modelo comunal cuando parece haberse estancado el impulso que desde el Estado se dio para la materialización de sus propias instituciones. Más allá de lo que estipula la ley: ¿cómo es una ciudad comunal? ¿Se registra o se decreta una ciudad comunal? ¿Puede existir una ciudad comunal sin ser algunos de sus habitantes comuneros o sin reconocerse en la comuna? ¿Cómo coexistirían las dos institucionalidades, la comunal y la ciudad formal (figura político administrativa existente), objetiva y subjetivamente?
5. ¿Con qué vara medimos la transformación? ¿La medimos?
Dussel (2014) plantea que de un sistema económico alternativo se espera su pretensión de justicia, para ello: a) debe afirmar y hacer crecer cualitativamente la vida de la comunidad (en última instancia de la humanidad); b) debe contar con el consenso de la comunidad respectiva (sea de los miembros trabajadores de la empresa productiva o de los órganos que la participación haya elegido en diversos niveles, desde el local hasta el nacional o internacional); y c) debe ser posible, factible, realizable (según las exigencias de la posibilidad creativa y crítica, y no meramente conservadora o burocrática). También dice que la factibilidad se hace posible por medio de la creación de las instituciones económicas realistas. ¿Son entonces realistas las instituciones económicas de las comunas? ¿Son justas las formas económicas que promueven y producen en sus territorios?
No es un objetivo de este artículo evaluar la gestión económica de las comunas. No estamos midiendo si son eficientes en productividad, si administran bien sus recursos, si cuentan con la cantidad suficiente de personas calificadas para hacer sustentables las experiencias o si planifican todo su año en producción, distribución y reinversión económica. Nuestro interés, en todo caso, fue mostrar algunas de las prácticas y propuestas que surgen en estos dos espacios comunales y conectar sentidos con lecturas acerca de la transformación social. Así, se trata más bien de interpelar por los sentidos de los que depende la vida y reconocer en lo comunal su valor de unidad de lo práctico y lo simbólico, donde se conjuga economía, región y territorio para recrear “comunidades de vida y trabajo” .
Eso pueden significar las comunas o en esa búsqueda pueden perderse también:
El objetivo de las comunas –con las EPS como su corazón productivo– es construir comunidades autogestionadas y sostenibles que estén orientadas hacia sus propias necesidades internas colectivas. Pero este énfasis local no se produce a expensas de consolidar un poder comunal más amplio. En cambio, la legislación comunal apunta hacia la integración de las comunas en una confederación regional y nacional más amplia. El objetivo final es “construir el estado comunal promoviendo, impulsando y desarrollando (…) el ejercicio del autogobierno por las comunidades organizadas” y construir “un sistema de producción, distribución, intercambio y consumo arraigado en la propiedad social” (Ciccarielo-Maher, 2016: 21).
En vista del origen de creación de estas experiencias comunales, el vínculo Estado-organizaciones sociales es muy fuerte y muy complejo. Desde hace años atrás, se viene discutiendo sobre éste vínculo y el desafío que se plantea en cuanto a producir un tipo de relación que no se limite a formular demandas y facilitar soluciones a conflictos sectoriales, sino que potencie las capacidades deliberativas y de producción de alternativas políticas totalizantes, o en otras palabras, que se traduzca en proyectos políticos de transformación social para el conjunto de la sociedad (Martínez y otros, 2015).
Si miramos la realidad venezolana hoy lo que encontramos es una gran colcha de retazos de todos estos procesos comunales que expresan, en mayor o menor escala, una enorme potencia transformadora y la voluntad de miles de sujetas y sujetos encontrados como comunidad disputando formas de reproducir la vida. Y, por otra parte, una política pública fragmentada, reducida en su espectro de incidencia y con un sujeto colectivo desdibujado en su cualidad política.
Mientras se diagnostica un momento de crisis del proceso venezolano, comuneras y comuneros expresan que no es la idea sobre

individualidad abstracta) se colocan los medios de producción en manos de dicha comunidad: son medios de producción comunitarios”. Y es la forma de trabajo como “trabajo vivo”.
lo comunal lo que está en crisis, o el modelo comunal que apenas echaba sus bases. Entonces, ¿qué está en crisis? ¿A dónde fue a parar el “comuna o nada” como horizonte de construcción de este modelo? ¿Dónde reconocer su existencia? Podríamos identificar algunas tensiones presentes.
Durante los últimos dos años de gestión del presidente Maduro ha ido desapareciendo lo comunal dentro del discurso y las acciones políticas del gobierno. Ello ha dejado aún más visibles las contradicciones entre la burocracia partidista y las expresiones del chavismo popular (donde incluiríamos a las comunas que apuestan por la construcción de poder desde los autogobiernos y la autogestión), lo que se ha traducido en limitaciones concretas a la consolidación y el crecimiento de las comunas.
Esta burocracia partidista ha profundizado las prácticas asistenciales y clientelares con los sujetos populares y ha obedecido a una línea de mando que redujo el apoyo económico a las comunas e impidió, por ejemplo, el acceso a divisas para el desarrollo de su capacidad importadora (El Universal, 2014) que venía siendo una demanda de éstas para solventar, sobre todo, el acceso a bienes, insumos y tecnologías para la producción, en un contexto donde son escasos o inaccesibles por su valor especulativo en el mercado. Es decir, por la vía de los hechos fue excluyéndose a las comunas de la agenda productiva nacional. Mientras tanto, se profundizó el apoyo al sector privado a través del otorgamiento de divisas a valor protegido . Una gran parte de estos millones de dólares hoy son parte de un escándalo de corrupción por desviación de fondos, fuga de capitales o sobrefacturación de importaciones.
Estos lineamientos, aguas abajo dentro del aparato estatal, se ha traducido también en sabotaje u obstáculos para la obtención de trámites administrativos, recaudos y permisos oficiales para la gestión económica comunal, la actualización de vocerías de los autogobiernos ante el ministerio competente, o las amenazas o intentos de desalojo de tierras recuperadas por campesinos, entre otras. En este escenario, algunas comunas han decidido avanzar en “acciones tácticas” para la toma de espacios de poder constituido como las alcaldías , en un reintento de “ocupar el estado” para acelerar las transformaciones en los territorios.
No obstante, la prioridad en la agenda comunera –por lo menos de quienes hacen parte de las experiencias expuestas en este trabajo– es el avance y la consolidación de sus procesos productivos como mecanismo de apalancamiento de un sistema de gobierno y de vida con autonomía y soporte material, desde el ejercicio de una democracia directa. Un sistema no compuesto por una o dos comunas, sino por todas las que comparten territorios, principios, potencias y voluntades. Y reciben algunos apoyos institucionales que aún se cuelan, sorteando la lógica subsidiaria y “protectora” que impera en el Estado actual.
La vitalidad de este análisis pasa por el tamiz de valorar las experiencias como posibilidad de construcción de alternativas al capital y al Estado, por reconocer que en su práctica se han cometido errores similares a los del socialismo real del siglo XX, y por reinventar formas de comprender y nombrar. En esta vía, como equipo de trabajo, hemos venido documentando algunas de estas prácticas y las hemos comprendido desde la comunalización del poder (Códigos Libres, 2015), una estrategia de transformación desplegada por los comunes/comunales para disputar el poder constituido y traducir sus potencias en formas de reproducir la vida en los territorios, a través de mecanismos democráticos y procesos económicos emancipadores que construyen una identidad política y cultural que sostiene el sentir y el hacer colectivo como comunidad. Aquí, se funde lo posible en lo común, porque en los ojos comuneros la esperanza es lo último que se pierde.
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