Aquí hemos implementado un nuevo modelo de gobernanza. Nos estamos autogobernando sin sultanes, soberanía u opresión. Girê Spî queda en la región norte de Siria y fue liberada del Estado Islámico por los destacamentos de defensa popular del confederalismo democrático
“Venid a ver por vuestros propios ojos cómo nos autogobernamos en Girê Spi”
El co-presidente del Consejo Ejecutivo del cantón de Girê Spî ha invitado a todos los periodistas a que vayan y vean por ellos mismos los desarrollos en el lugar.
ANF - BERÎTAN SARYA/HEYSEM MİSLİM GIRÊ SPÎ
viernes, 9 nov 2018, 10:00
Hemid al-Abid es un ciudadano que fue forzado a abandonar Girê Spî hace alrededor de un año cuando los mercenarios del Daesh (ISIS) ocuparan la zona.
En junio de 2015, las YPG y las YPJ liberaron la ciudad y al-Abid pudo regresar. Al-Abid ha participado en la reconstrucción tanto de la ciudad como de la vida tras la liberación, y ahora es el nuevo co-presidente del Consejo Ejecutivo del cantón.
Hablando con ANF, al-Abid ha dicho que Erdogan tenía miedo del ambiente democrático establecido en Girê Spî porque no quiere democracia en la región. “Actualmente”, ha dicho, “en las zonas ocupadas por el Estado turco como Afrin, al-Bab, Jarablus y Azaz, hay violaciones y saqueos. En las regiones que nosotros gobernamos no existe tal cosa. Aquí la gente experimenta la democracia, que es lo que el presidente turco teme y por lo que está tratando de ocupar estas regiones una y otra vez”.
Al-Abid ha apuntado que Girê Spî no ha vivido en paz como hoy durante un largo período de tiempo y que no ha sido gobernado por un sistema basado en la propia gente en toda su historia.
“Todo el mundo sabe”, ha dicho al-Abid, “que el régimen de Baaz era un régimen soberano. Y el robo y el soborno eran comunes en todas las instituciones estatales. Había desigualdad. Las fuerzas de inteligencia y de seguridad establecieron un control total sobre la población”.
Al mismo tiempo, al-Abid añade, “había pobreza y falta de educación en zonas como Raqqa, Deir ez-Zor, Hesekê, Girê Spî. En otras palabras, no había preocupación ni inversión en nuestra región”.
Al-Abid dice que fue por este funcionamiento antidemocrático y desigual del régimen, y por la presión ejercida contra la población por los servicios de inteligencia, que la comunidad se rebeló. “Rápidamente”, comenta, “los grupos del Ejército Libre Sirio (FSA, por sus siglas en inglés) se movilizaron para ocupar el vacío dejado por el régimen. Turquía también participó activamente en este proceso”.
Como resultado, dice al-Abid, “la gente se rebeló contra el régimen. La gente odiaba todas las instituciones debido a la opresión, la desigualdad y los enfoques antidemocráticos que ejercían. Turquía vio y aprovechó esta oportunidad e intervino en el proceso. Turquía proporcionó armas que el régimen dio a la gente”.
Como resultado de la intervención de Turquía, 105 unidades del FSA fueron establecidas en Girê Spî. “Turquía les abrió las puerta. Cada uno de esos grupos controlaba el paso fronterizo durante dos horas. Forzaron a la gente a pagar “impuestos”. Las máquinas de las fábricas de Girê Spî y Siria, los productos de la agricultura, fueron enviados a Turquía”.
Por un corto periodo de tiempo, dice al-Abid, “los grupos islamistas penetraron en los grupos armados, liderados especialmente por Ahrar al-Sham y Ketaib Faruk. El Frente de Al-Nursa también estuvo en el campo”.
Entonces, el nombre de Daesh entró en escena. “Todos esos otros grupos se desvanecieron”, dice al-Abid, “la mayoría de ellos se unieron al Daesh, y al final, básicamente, se quedó sólo el Daesh. A lo largo del periodo del Daesh los puestos fronterizos con Turquía se abrieron. Previamente, hubo enfrentamientos entre los grupos del FSA. Pero no hubo conflictos entre esos grupos en los tiempos del Daesh porque estaban dentro del Daesh”.
Al-Abid comenta que en 2013, después de una orden emitida por Turquía, el Daesh, el Frente de Al-Nursa y mercenarios como Ahrar al-Sham y otros 21 grupos empezaron el proceso de ataques contra los kurdos en Shehba, Manbij, Raqqa y Girê Spî.
“Entonces, el Daesh quería que la guerra se librara entre árabes y kurdos. Algunos fueron persuadidos por este juego. Pero la gente de la región no cayó en él. Por ejemplo, cuando Ahrar al-Sham y Daesh sacaron a los kurdos de Girê Spî, los kurdos confiaron sus bienes a los árabes”.
Entonces, los mercenarios atacaron Kobanê. “La propuesta principal de este ataque contra Kobanê”, insiste al-Abid, “era generar una guerra entre árabes y kurdos. Pero en Kobanê fallaron. Lo que ahora estamos presenciando no es más que una continuación de la amenaza del Estado de Turquía, esta vez en forma de ataques contra Girê Spî. Quieren provocar un ataque entre los árabes y los kurdos”.
Al-Abid ha subrayado una vez más cómo durante el tiempo del FSA y el Daesh Turquía jugó un importante papel, dando órdenes a los mercenarios, echando mano de las armas a su disposición y manteniendo sus fronteras abiertas todo el tiempo para el cruce de los mercenarios.
Al-Abid no alberga dudas sobre que los ataques llevados a cabo las últimas semanas por Turquía buscaban salvar al Daesh o lo que queda de él.
“El final del Daesh”, ha dicho al-Abid, “supondrá que Erdogan ya no podrá echar mano en la región. Ese es el motivo por el que amenaza la zona. Porque ya no podrá obtener ningún tipo de interés de ella. Turquía tiene mucho miedo de las organizaciones y las fuerzas democráticas que hemos establecido aquí. Ellos no quieren democracia en la región”.
Para acabar, al-Abid ha invitado a todos los periodistas a que vayan a ver por ellos mismos los desarrollos en Girê Spî.
“Caminad alrededor de Girê Spî”, ha dicho, “ved por vuestros propios ojos cuántas carreteras, escuelas y servicios hemos puesto en marcha. Aquí hemos implementado un nuevo modelo de gobernanza. Nos estamos autogobernando sin sultanes, soberanía u opresión. Espero que esta forma de gobernanza sea tomada como modelo en Oriente Medio y todos los Estados árabes, y que la gente de la región pueda autogobernarse”.