Clajadep :: Red de divulgación e intercambios sobre autonomía y poder popular

Imprimir

Chalecos amarillos, síntoma de crisis social

Gara :: 03.12.18

Aunque la subida del precio de los carburantes haya sido el detonante del movimiento de los «chalecos amarillos», las raíces de la indignación social que sacude al Estado francés son más profundas. Las escenas de enfrentamientos, pillajes y destrucción que este fin de semana se han producido en París han conmocionado a una sociedad con líneas de fractura que vienen larvándose desde hace tiempo. Es cierto que sectores de extrema izquierda y de extrema derecha, en teoría antagónicos, han confluido en la protesta, y que ciertos ataques han sido obra de elementos ajenos a la mayoría de los «chalecos amarillos» corrientes. Las bases de esa convergencia hay que buscarlas tanto en el porqué como en el contra qué. El análisis va más allá del precio del carburante o de ir contra Emmanuel Macron, sus decisiones políticas y económicas.

«CHALECOS AMARILLOS», SÍNTOMA DE CRISIS SOCIAL
2018/12/03
Gara

Aunque la subida del precio de los carburantes haya sido el detonante del movimiento de los «chalecos amarillos», las raíces de la indignación social que sacude al Estado francés son más profundas. Las escenas de enfrentamientos, pillajes y destrucción que este fin de semana se han producido en París han conmocionado a una sociedad con líneas de fractura que vienen larvándose desde hace tiempo. Es cierto que sectores de extrema izquierda y de extrema derecha, en teoría antagónicos, han confluido en la protesta, y que ciertos ataques han sido obra de elementos ajenos a la mayoría de los «chalecos amarillos» corrientes. Las bases de esa convergencia hay que buscarlas tanto en el porqué como en el contra qué. El análisis va más allá del precio del carburante o de ir contra Emmanuel Macron, sus decisiones políticas y económicas.

La ola de indignación social que ha hecho resurgir la posibilidad de una larga, e incluso violenta, contestación al poder, como ya ocurriera hace cincuenta años en el mismo París, es el resultado de una profunda fractura social. Es el precio a pagar de la adaptación a un modelo económico que no solo ha debilitado a la clase obrera, sino a la sociedad en su conjunto. Viene de un confinamiento económico y cultural de las clases populares, de una nueva geografía social: la riqueza y el empleo se concentran en las grandes ciudades globalizadas, y las regiones periféricas, las zonas desindustrializadas, rurales, y los pueblos son cada día menos dinámicos De un modelo de economía globalizada incapaz de crear y nutrir a una sociedad coherente, de integrar a la mayoría incluso cuando crea riqueza, pues esta solo beneficia a los que ya son ricos.

Los «chalecos amarillos», con todas sus contradicciones, en términos de representación cultural han dado visibilidad a esa mayoría relegada. Merecen ser respetados, atender las causas de su irrupción. Han dejado una lección básica: no hay sistema que aguante, si es incapaz de integrar y atender a la mayoría de sus ciudadanos.


https://clajadep.lahaine.org