Mónica Baltodano fue comandante guerrillera de la Revolución Popular Sandinista de 1979, ex miembro de la Dirección Nacional del FSLN y ex ministra del gobierno revolucionario. Dos veces fue diputada a la Asamblea Nacional. También es historiadora y autora de 4 volúmenes de Memorias de la Lucha Sandinista. Hoy integra la Articulación de Movimientos Sociales.
CLACSO – Entrevista a Mónica Baltodano, exguerrillera, revolucionaria y política nicaragüense: “Daniel Ortega está condenado a perder el poder”
4 diciembre, 2018
Pedro Brieger (Director de NODAL)
Mónica Baltodano fue comandante guerrillera de la Revolución Popular Sandinista de 1979, ex miembro de la Dirección Nacional del FSLN y ex ministra del gobierno revolucionario. Dos veces fue diputada a la Asamblea Nacional. También es historiadora y autora de 4 volúmenes de Memorias de la Lucha Sandinista. Hoy integra la Articulación de Movimientos Sociales
¿Por qué participó en CLACSO?
Fui invitada oficialmente por CLACSO como ponente en el Foro “actualidad de las luchas sociales y políticas en América Latina y el Caribe”. También participé en un panel sobre la situación en Nicaragua, desde una mirada de izquierdas. Me parece importante que en un espacio para el pensamiento crítico se pueda conocer lo que está pasando realmente en Nicaragua.
Hace siete meses se desató una grave crisis en Nicaragua. ¿Cómo es la situación hoy?
Ortega está condenado a perder el poder. No tiene futuro. Hoy solo se sostiene en base a una brutal represión. En julio fueron brutalmente derribados tranques y barricadas. La población desarmada fue dispersada a punta de balas de todo tipo de armas de guerra disparadas por grupos combinados de policías y de civiles armados y encapuchados. Paramilitares. Eso incrementó en más de 500 el número de muertos acumulados hasta entonces. Luego realizaron fatídicas “operación limpieza”: persecución implacable y capturas de dirigentes de la resistencia cívica. Eso provocó una estampida de jóvenes, campesinos, dirigentes de organizaciones que se involucraron en la protesta, y de sus familiares. Tenemos más de 40 mil refugiados, la mayoría en Costa Rica. Para un país de 6 millones de habitantes todo esto es muy fuerte.
Las manifestaciones multitudinarias se siguieron realizando, pero entonces vino la dictadura y estableció la prohibición de las marchas, de toda forma de protesta, y lanzaron a los paramilitares, policías y antimotines para desbaratar cualquier actividad, capturando en cada marcha a manifestantes. Hasta que finalmente paralizaron las manifestaciones. Vivimos de facto en Estado de Sitio. Hoy ya no hay marchas. Si te reunís en las calles vas preso. Hay 600 detenidos, más de 400 están ya en juicios acusados de terrorismo y crímenes inimaginables. Se construyen expedientes donde los testigos son los mismos policías y funcionarios estatales. Los nicaragüenses vivimos bajo el terror.
El estado continuado de terror ha provocado una severa crisis económica. Se han cerrado miles de pequeños negocios de turismo y grandes hoteles. La industria turística es la más afectada. La quiebra de negocios ha provocado la pérdida de 400 mil puestos de trabajo, en un país donde la mayoría sobrevive del subempleo. La economía del país decrecerá este año en 5%. Y la situación económica tiende a empeorarse de manera inevitable, con graves consecuencias sociales para los sectores populares.
El gobierno dejó la Mesa de Diálogo a mediados de junio. Ha declarado que el único dialogo es “en la comunidad”. Es decir entre los partidarios del gobierno. No piensa dialogar. Cree que puede sostenerse en el poder a punta del control de las instituciones y de la fuerza bruta. No existe gobierno que pueda sostenerse mucho tiempo bajo esas premisas. Menos en Nicaragua. Sus días están contados.
El presidente Ortega sigue insistiendo que sufre una agresión de una conspiración imperialista. Denuncia injerencia de EE.UU., menciona reuniones de opositores con congresistas norteamericanos, acciones de ONGs. Incluso Ud. fue acusada por un portal pro-gubernamental…
El dictador Ortega ha construido un relato que no tiene ningún asidero en la realidad. La insurrección de abril fue resultado de acumulado de tensiones por el cierre brutal de todos los derechos civiles y políticos a los nicaragüenses. Un acumulado de tensión por sus políticas neoliberales. Todo un pueblo sometido de pies y manos al libre mercado y a los intereses de las transnacionales. Hasta al 18 de abril Ortega tenía las mejores relaciones con los Estados Unidos, como fiel cumplidor de sus políticas: económicas, migratorias, de seguridad nacional -con el pretexto del crimen organizado-. Era el mejor socio funcional de los Estados Unidos en la región.
Cierto que hay sectores de la oposición y toda la vida han existido, empresarios o políticos tradicionales, que venían cabildeando con congresistas demócratas y republicanos denunciando el cierre de espacios para un sector de la oposición. Y como en todo el mundo los Estados Unidos hacen su trabajo de inteligencia, penetración y seguimiento y tratan de difundir su visión del mundo. Toda la vida lo han hecho en todas partes. De ahí a querer atribuirles la autoría de la sublevación popular más grande que hemos conocido en nuestra historia, es un acto cínico que procura esconder la soledad del gobierno y su impotencia.
Ese relato del gobierno es un insulto a la inteligencia del pueblo, a su heroísmo, al coraje de los estudiantes y jóvenes que decidieron ¡basta ya! Nosotros presidimos una ONG – Popol Na – que nunca ha recibido, ni trabajado, con fondos de las agencias gringas. Pero trabajamos en la promoción de la memoria histórica, de la conciencia popular, en formación política, en pensamiento crítico. Y claro eso no les gusta a los tiranos. Que algunos estudiantes se hayan tomado fotos con personajes de la derecha gringa es en todo caso un acto de ingenuidad y falta de experiencia política, pero nada más.
Aunque parezca reiterativo, cómo caracteriza al gobierno de Ortega y Murillo?
Gobierno dictatorial, despótico, y ahora criminal. No están defendiendo ningún proyecto de nación, solo sus riquezas y el poder por el que tiene un apego obsesivo, demencial. Ortega tiene 21 años de estar en el poder. Debería escuchar el consejo que le diera el compañero Mujica: “Hay momentos en que uno tiene que irse´”.
Ud. integra la Articulación de Movimientos Sociales. Explíquenos qué tipo de movimiento es ese
Imagen relacionada
La Articulación de Movimientos Sociales, tiene una connotación popular. Surge a raíz de la sublevación de abril, como un esfuerzo para encontrarse, coordinarse y construir estrategias conjuntas entre distintos movimientos que habían protagonizado resistencias: contra el extractivismo, concesiones mineras a cielo abierto, por la defensa de los derechos de la naturaleza, los derechos de las mujeres, los derechos de los campesinos y su grandiosa lucha contra la concesión canalera, derechos de la niñez y la adolescencia. Derechos de los trabajadores, tan abandonados por la dictadura. Todos nos juntamos y nos mantenemos unidos. Luchando y elaborando propuestas de salida de la crisis, la Ruta para la Democratización, nuestras propuestas post Ortega que son indispensables para garantizar que la caída del régimen abra realmente las compuertas para un cambio más profundo de la realidad. No solo se trata de quitar a Ortega, por criminal y déspota, se trata de cuestionar el modelo económico, político, cultural que nos imponía.
La comunidad internacional de manera unánime ha condenado a Ortega por sus brutales violaciones a los Derechos Humanos de los nicaragüenses. Se anuncian sanciones contra Ortega por parte del gobierno y del Congreso norteamericano. Sin duda esas acciones lo debilitarán. Pero yo estoy convencida que solo la acción decidida de nuestro pueblo puede resolver la crisis. Estamos en contra de injerencias extranjeras., que no resuelven nada y solo agravan los problemas. Nos lo ha enseñado reiteradas veces nuestra propia historia. Para mi nada puede sustituir la verdad histórica de que solo el pueblo salva al pueblo. Con esta filosofía trabajamos y sin duda venceremos.