Presentación de Raúl Zibechi:
Disminuir la pobreza implica, en el modelo neoliberal que vivimos/sufrimos, incorporar a los pobres como consumidores y, por lo tanto, como rehenes del sistema financiero. ¿Alguien se ha preguntado por qué la banca crece de modo exponencial bajo los gobiernos progresistas? El mantra neoliberal que sucede al “combate a la pobreza” se llama “inclusión financiera”. El nombre es genial, como todo lo que emana del Banco Mundial, principal think tank del progresismo, ya que da a entender que estamos ante una ampliación de derechos, que encubre la profundización del neoliberalismo y el creciente endeudamiento de las familias.
Natalia Sierra Freire
La dominación progresista
El poder como instrumento de dominación
EDICIONES
LA TIERRA
2017
Informe de investigación realizado para la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
Investigadores: Alejandra Delgado y Sebastián Terán.
Primera edición, 2017 - ISBN 978-9942-751-06-5 - Derechos de autor: 051255 © Ediciones La Tierra
Avenida de los Shirys N36-152 Quito, Ecuador Teléfono: (593 2) 256 6036 ediciones_la tierra@yahoo.com
Contenido
Presentación 7
Raúl Zibechi
Introducción 13
1. Reflexiones sobre el poder
como instrumento de dominación 15
Sobre el poder 15
Poder de dominación, poder sobre la vida y la muerte 18
El poder sobre la vida y la muerte política 18
El poder sobre la vida y la muerte social 19
El poder sobre la vida y la muerte biológica 20
El poder sobre la vida y la muerte simbólica 20
Racionalidad jurídica como instrumento de dominación 21 Institucionalización de la humillación como ejercicio
de dominación 30
2. ¿Hacia dónde va la historia de américa latina? 39
Estado como sujeto-supuesto-saber: sus fundamentos 39
Disolución de la transferencia 39
Paréntesis a-histórico 43
Atravesando la fantasía 49
Estado, gobierno y fetiche 55 3. Gobiernos progresistas:
un nuevo patrón de poder para américa latina 65
Contexto para un nuevo momento del estado 65
El péndulo entre liberalismo y estatismo 66
Modalidades del estado en los progresismos de américa latina 78
Tras las pistas del nuevo frankenstein 79
La re-primarización de la economía 81
Los rasgos keynesianos 95
Los rasgos totalitarios estalinistas-fascistas 105
Recogiendo la peor herencia del estalinismo 118
4. La realpolitik y la recolonización de la conciencia social 125
Construcción ideológica de la realidad y la construcción
del sujeto 125
La era pos ideológica 125
Realpolitik 133
La realpolitik, ejercicio político del gobierno de
la revolución ciudadana 139
Resignificando la colonización ideológica 145
Los discursos del poder: un ensayo de dominación para el subcontinente 148 La irracionalidad discursiva, la dominación del amo oligárquico
autoritario 148
El discurso académico, la dominación del amo universitario:
el experto 150
Una mezcla efectiva: la articulación del discurso del amo
y del discurso universitario 152
El discurso de culpa y arrepentimiento, la dominación
del ex militante de izquierda 157
Desenredando la trampa 161
Cinismo político: instrumentalización y tecnocracia
para el “progreso” 165
La revolución ciudadana, el último proyecto colonizador 168
5. A modo de conclusiones 173
El estado en latinoamérica y otras posibilidades 173
Ética radical del compromiso 182
Bibliografía 183
La autora 187
Presentación
El ciclo progresista que comienza a cerrarse con la caída de los precios de las materias primas y la reactivación de los movimientos sociales, deja unas cuantas preguntas flotando en el aire. ¿Qué queda del “socialismo del siglo XXI”? ¿Qué de los avances en materia social, cuando la crisis económica amenaza barrerlos? Responderlas supone, por un lado, hacer balance de un período de promesas de transformaciones políticas y sociales relativamente profundas. Pero, a la vez, discernir ante qué tipo de cambios estamos, lo que supone navegar a contracorriente de los discursos oficialistas para desentrañar los aspectos centrales de estos procesos.
Lo primero que salta a la vista, es que no estamos ante revoluciones sino ante triunfos electorales en ancas de movilizaciones sociales consistentes, que buscan mejorar el estado de cosas pero sin romper el orden establecido. Revolución es otra cosa. Consiste en la derrota de la clase capitalista dominante y de las instituciones políticas sobre las que sostiene su poder. En esa misma dirección, influidos por la revolución francesa, Marx y Engels sostuvieron que toda revolución disuelve o destruye el viejo poder, el ancien regime.
Resulta tedioso y hasta molesto tener que detenerse en estos asuntos, que deberían estar incorporados al sentido común de las izquierdas. Sin embargo, la fenomenal derrota que supuso para el pensamiento crítico la caída del socialismo real y el triunfo del neoliberalismo, hacen necesario volver sobre cuestiones que parecían zanjadas. No puede considerarse revolución lo que deja intactos los poderes estatales, que son poderes de clase, algo que no debería haberse olvidado. No pueden las supuestas revoluciones del siglo XXI dejar intocadas las fuerzas armadas y policiales, los aparatos administrativos y de justicia, o sea la burocracia civil y militar que dan vida y forma a eso que conocemos como Estado.
En segundo lugar, ninguna revolución ha colgado entre sus hazañas el haber mejorado la situación de los más pobres. No se hicieron revoluciones para bajar en “N” puntos los índices de pobreza. Revísense los debates en el seno de la revolución cubana, y se podrá constatar que los temas eran otros, mucho más serios y profundos: se discutía si la ley de valor opera en el socialismo, entendido como tránsito del capitalismo al comunismo. Ni qué hablar de los debates en la revolución rusa y durante la revolución cultural china.
¿De dónde viene esta fijación progresista por bajar la pobreza, entendida como su principal logro? Si se busca la inspiración intelectual y política, ella viene del “combate a la pobreza” pergeñado por el Banco Mundial como forma de aislar a los revolucionarios, lección aprendida por el imperio luego de la derrota en Vietnam. De ese modo, la preocupación por la concentración de la riqueza –hoy más concentrada que nunca– se trasmuta en políticas para disminuir algunos puntos la pobreza.
Pero disminuir la pobreza implica, en el modelo neoliberal que vivimos/sufrimos, incorporar a los pobres como consumidores y, por lo tanto, como rehenes del sistema financiero. ¿Alguien se ha preguntado por qué la banca crece de modo exponencial bajo los gobiernos progresistas? El mantra neoliberal que sucede al “combate a la pobreza” se llama “inclusión financiera”. El nombre es genial, como todo lo que emana del Banco Mundial, principal think tank del progresismo, ya que da a entender que estamos ante una ampliación de derechos, que encubre la profundización del neoliberalismo y el creciente endeudamiento de las familias.
En 2013 un informe del Banco Mundial establecía que el objetivo es llegar a los “no bancarizados”, con el argumento de que “las poblaciones de ingreso bajo son las que más se benefician de innovaciones tecnológicas como los pagos a través de teléfonos celulares, la banca móvil, y la identificación de los prestatarios mediante la verificación de las huellas digitales y el escaneo del iris”.2 La banca pretende eliminar el dinero fresco o llevar su uso al mínimo. Pero presenta sus planes de bancarización tarjetización como si fuera un beneficio para las personas, mientras los no bancarizados serían casi como los excluidos.
Lo interesante, y espantoso, es que el progresismo se ha subido al carro del Banco Mundial con el mismo entusiasmo que lo hizo con el combate a la pobreza. Los resultados están siendo pésimos. En Brasil, en 2001, el crédito representaba el 22% del PIB, y en 2014 superaba el 58%. Entre los más pobres, casi se duplicaron los que accedieron a tarjetas de crédito y cuentas corrientes. De ese modo, mientras el salario creció un 80% entre
2001 y 2015, el crédito individual aumentó un 140%.3
2. En ‹http://www.bancomundial.org/es/news/feature/2013/11/11/New World-Bank-Group-Report-Charts-Road-Map-for-Financial-Inclusion› (Consulta, 12(2/2016).
3. Lena Lavinas, “La financierización de la política social: el caso brasileño”, en ‹http://www.sinpermiso.info/textos/la-financierizacion-de-la-politica- social-el-caso-brasileno› (Consulta, 22/12/2015).
Si la banca consiguiera sus objetivos, desaparecería la cultura popular, los mercados, la venta informal, todos los espacios donde los de abajo se encuentran y hacen su vida, donde las mujeres reproducen la vida colectiva. A través de la inclusión financiera los gobiernos potenciaron el consumo de masas y de esa manera, como señala la economista brasileña Lena Lavinas, consiguen “vencer la barrera de la heterogeniedad social que frenaba en América Latina la expansión de la sociedad de mercado”. Para los sectores populares, supuestos beneficiarios de las políticas sociales, se trata de un retroceso, ya que el ciclo progresista los endeudó y los hizo más frágiles y dependientes. En 2015 el endeudamiento de las familias con el sistema financiero comprometía el 48% de sus ingresos, frente al 22% en 2006. Eso explica las enormes ganancias de la banca brasileña.
El trabajo que presenta Natalia Sierra tiene estrecha relación con lo anterior. Consigue develar las realidades que hay detrás de los discursos, quiénes son los beneficiarios y los perdedores en estos procesos que define como “procesos modernizadores-racionalizadores inherentes a la expansión del capitalismo”; de qué se trata el proyecto en marcha para “fortalecer y expandir el Estado”; y las consecuencias políticas y económicas de este ciclo.
El trabajo combina múltiples miradas, y es esa una de sus mayores riquezas: la visión general con la observación micro, remontando desde las pequeñas cuestiones de la vida cotidiana hasta los macroprocesos nacionales y regionales; desde el análisis económico hasta el cultural; desde los cambios legales hasta los vinculados a los modos de gobernar, y así, para ofrecernos una visión abarcativa del progresismo, con particular empeño en el caso del Ecuador.
Presentación 11
Desfilan ante el lector una serie de observaciones que le permiten hacerse una idea cabal de lo que denomina, desde el título, como “dominación progresista”. Porque hay que entender el correísmo, y los demás gobiernos, como dispositivos de dominación de viejo-nuevo tipo. Denomina, por ejemplo, como “gobierno indecente” aquel que “institucionaliza la humillación pública de los ciudadanos, a través de la ley o la tarima estatal”. Al punto de convertir la humillación en “instrumento de dominación del poder gubernamental”, que tiende a “convertirse en un espectáculo mediático, que expone al humillado-dominado a la mirada masiva de la sociedad”.
Y lo muestra con ejemplos claros y sistematizados en cuadros en los que sintetiza lo que denuncia y analiza.
Pero descarta que esas actitudes sean desviaciones del personaje central, o abusos puntuales, que lo son sin duda, para atribuirlas con entera razón a los procesos modernizadores que, necesariamente, “conllevan un alto nivel de violencia que sufren directamente los seres humanos, cuyas vidas culturales, simbólicas, políticas, económicas e incluso biológicas son sacrificadas en nombre del desarrollo capitalista”, según desgrana Sierra.
El telón de fondo es el fortalecimiento del Estado con el objetivo de disciplinar la vida de la gente común y, elemento decisivo, “consolidar la colonización de los mundos de la vida alternos, e integrarlos a la demanda del mercado mundial”. Dramático es que esto se haga en nombre del socialismo y de la revolución. Peor aun, como destaca Sierra, es que el objeto de esta micropolítica del control sea “la normalización de ciertas relaciones que antes causaban conflicto y tensiones sociales” para lubricar el camino de la acumulación de capital en nombre del desarrollo.
Porque esas relaciones que el progresismo intenta normalizar, son precisamente aquellas que permitieron la rebelión de la sociedad, su capacidad para destituir gobiernos antipopulares, o sea “relaciones de vida no mercantiles, como la reciprocidad, la solidaridad y la cooperación”. Es uno de los objetivos más temibles del progresismo: porque si realmente consigue homogeneizar nuestros diversos modos de vida, habrá alfombrado como ningún otro proceso anterior el camino de la dominación.
Para desmontar las dominaciones y las explotaciones, el primer paso es visibilizarlas. De ese modo trabajaron los primeros socialistas hace ya dos siglos. Un camino similar transitaron las feministas respecto al patriarcado y los pueblos indios en relación al neocolonialismo. Mostrar los mecanismos de la dominación, los materiales y las tecnologías con las cuales está ensamblada, es un aporte inapreciable en el empeño emancipatorio, y forma parte del mismo con similar intensidad que los levantamientos que los sepultan.
Por eso, este libro de Natalia Sierra es una lectura obligada y un aporte imprescindible para quienes pensamos que sigue siendo necesario resistir y luchar contra los nuevos modos de dominación y los caudillos que los encarnan.
Raúl Zibechi
Montevideo, febrero de 2016
Introducción
L
a complejidad de las sociedades actuales, la emergencia de conflictos alrededor de malestares sociales, la multiplicidad de formas a través de las cuales
las personas se distancian unas de otras y de sus proyectos colectivos, nos enfrenta a la necesidad de pensar y cuestionar los fundamentos sobre los cuales afirmamos la institucionalidad social y política que sostiene nuestra vida individual y colectiva.
Sería arriesgado pensar que el subcontinente y su conflictividad deben ser entendidos a partir de la pura casuística de los apremios coyunturales derivados del quehacer de los gobiernos de turno, antes bien, deben ser entendidos y analizados desde las mismas bases de su configuración, desde su narración ambigua que fluctúa entre el encubrimiento y el descubrimiento, y que se manifiesta en la racionalización de su aparecer como proyecto de la modernidad capitalista.
Con el propósito fundamental de contribuir a estas reflexiones, este texto busca analizar la Revolución Ciudadana y los gobiernos progresistas, en tanto que racionalidad social, jurídica, política y simbólica que ha generado una práctica discursiva en el país y en el subcontinente. Para ello, y sobre la base del análisis sociológico desde la teoría política y la teoría crítica, se trabajan cuatro apartados que articulan, profundizan y confrontan una serie de artículos trabajados en los dos últimos
años. Algunos de estos artículos han sido publicados en medios virtuales, y el resultado de las discusiones colectivas generadas en torno a su análisis se han sistematizado y ampliado como parte de este trabajo.
En el primer apartado se aborda el poder como instrumento de dominación, a través de una aproximación a su significado y a sus manifestaciones como praxis social. A lo largo del capítulo se entiende a dicha praxis, como la delimitación del poder-crear, que constriñe las posibilidades de los sujetos en el mundo de las relaciones intersubjetivas.
En el segundo capítulo, se problematiza los fundamentos del Estado y su afirmación como orden simbólico dominante, que entra en tensión con la posibilidad de generar otro relato histórico que rompa con la tradición colonizadora predominante en América Latina.
El tercer capítulo presenta la tesis central de este texto. Se trata de fundamentar el surgimiento de un Estado Frankenstein, en el que se entretejen rasgos keynesianos, rasgos totalitarios estalinistas-fascistas y cierta herencia del estalinismo.
El cuarto capítulo analiza la Realpolitik y su aparecimiento en el ejercicio político de la revolución Ciudadana. Finalmente, y a manera de conclusiones se expone la ética radical del compromiso como posibilidades de los estados latinoamericanas.
Uno
Reflexiones sobre el poder
como instrumento de dominación
Sobre el poder
a reflexión propuesta tomará como antecedente una breve aproximación al significado del poder, tanto como concepto, cuanto como praxis social.
El poder, en su significación más amplia, es la capacidad humana de crear mundo en su doble dimensión simbólica-material. Esta capacidad creadora de mundo supone libertad, en cuanto solo un ser libre tiene voluntad de imaginar e inventar su mundo. Así, entonces, el poder es un poder-hacer-crear mundo en libertad, lo que no quiere decir que tengamos la libertad de decidir no crear mundo, pues sin él no es posible la existencia humana. El poder-crear mundo es un poder siempre colectivo, en la medida en que tal tarea exige ponerse-en-común, asociarse, aliarse, vale decir: ponerse junto y en relación con el otro. De esta forma, la apertura de mundo es apertura de lo social.
Ahora bien, esta capacidad humana, su poder, puede transformarse en instrumento de dominación y devenir en poder de dominación. La dominación, por su parte, dice del control que un grupo tiene frente a otros grupos, un país frente a otros países, una nación frente a otras naciones y nacionalidades, un Estado frente a otros estados, un Estado y un gobierno frente a los ciudadanos, un individuo frente a otro individuo o individuos, el Hombre frente a la Naturaleza.
El control busca el sometimiento y obediencia del sujeto controlado, sujeto de la dominación, sujeto sujetado al poder de dominación, sea esta legal, tradicional o carismática, según señala Weber. En atención a lo planteado, el poder de dominación debilita la puesta en común para construir mundo y, por lo tanto, la alianza social, esto es, lo social.
Tanto el poder como capacidad humana de crear mundo posible y posibilitante de la apuesta en común, cuanto el poder como instrumento de dominación sobre lo otro, instituyen un tipo de relación social. La relación que se instaura con el poder-crear mundo es una relación que se abre a su propio movimiento, es decir una relación que estructura relaciones humanas cada vez más amplias y diversas. Al contrario, la relación que se instaura con el poder-dominar se cierra a su posibilidad y cosifica la relación humana en una estructura de dominación, que paraliza la imaginación que inventa y construye mundo. La primera fecunda la apuesta en común, la segunda destruye lo común.
El núcleo articulador del poder de dominación es la propia dominación, es decir el poder de dominación se alimenta de la dominación, lo cual le hace un poder de acumulación de dominación. En otras palabra, mientras más ejercicio de la dominación, mientras más sujetos sujetados al poder de dominación, más voluntad de dominación. De hecho, tanto el sujeto sobre quien se ejerce la dominación, cuanto el sujeto que la ejerce son dominados por el poder de dominación. Esto explica la profunda enajenación humana que provoca el poder como instrumento de dominación, pues el ser humano queda atrapado en la lógica del dominio que ya está hecho estructura de control y sometimiento del otro; otro que no es más que el ser humano frente a la dominación. La co-
sificación del poder humano de creación de mundo, en su instrumentalización como dominación, termina por debilitar lo humano del humano y fortalecer lo inhumano de lo humano.1
El poder de dominación y su acumulación, es decir esta instrumentalización del poder para el control y sometimiento del otro, puede ser vista a dos niveles: 1. a nivel del ser social y 2. a nivel del ser individual. En el primer caso se puede observar el poder de dominación que la especie humana ha acumulado y ha ejercido sobre el resto de la naturaleza (otro primero); el que una civilización como la occidental ha ejercido sobre el resto de civilizaciones y pueblos no occidentales; el que un Estado (norteamericano) ha ejercido sobre otros estados; el que una nación (blanco-mestiza) ha ejercido sobre otras nacionalidades; el que un gobierno (liberal-burgués) ha ejercido sobre otras formas de gobierno; el que un gobierno ejerce sobre los ciudadanos, sobre los pueblos, sobre las personas. En el segundo caso se puede observar la dominación que los padres ejercen sobre los hijos e hijas; la que el hombre(s) ha ejercido sobre la mujer(es); la que el capitalista ejerce sobre los obreros y campesinos; la que el blanco(s) ha ejercido sobre los culturalmente distintos; la que los heterosexuales han ejercido sobre los otros diversos sexuales; la que los adultos han ejercido sobre los jóvenes, niños y viejos, etcétera.
El poder de dominación es, entonces, una estructura de sometimiento que doblega a todos los sujetos que quedan atrapados en ella. Aquellos que son atrapados como sujetos dominados van a sufrir la dominación como explotación, opresión, despojo, humillación. Aquellos que
1. Lo humano comprende dos dimensiones: 1. lo humano y 2. lo inhumano. Cuando se dice lo humano de lo humano, se afirma la dimensión de humanización de lo humano.
son atrapados como sujetos dominantes, mientras cumplan la función de dominadores, van a acumular tanto poder que terminarán decidiendo sobre la vida y la muerte de los otros. Así, el dominador será el que decida quien vive y quien muere, sea en el nivel biológico, político, social y simbólico de su existencia.
En la historia humana han existido poderosos (encarnaciones humanas del poder de dominación) que no solo han administrado la vida de los dominados, sino que han tenido el derecho sobre la vida y la muerte socio-simbólica de los dominados. Entre estas encarnaciones del poder de dominación se puede ubicar al gobierno de Alianza País.
Poder de dominación, poder sobre la vida y la muerte
El Poder sobre la vida y la muerte política
Hay poderosos que deciden sobre la vida y la muerte política de los dominados, son los que deciden quienes tienen derecho a participar de la construcción del mundo común y quienes no. El dominador político impone el horizonte de sentido que cree que debe guiar el destino de los dominados (llámese progreso, desarrollo, modernización), haciendo caso omiso a las opiniones de aceptación o rechazo que los dominados puedan tener respecto del paradigma civilizatorio impuesto. Por lo general, mientras más concentrado está el poder de dominación política, más sujetos políticos autónomos son liquidados, el asesinato político de los sujeto disidentes se convierte en una práctica sistemática, una política de Estado. Así, el exterminio político de los sujetos divergentes es la base de la consolidación y el mantenimiento del poder de dominación política que busca la paz de la masa despolitizada. Queda así establecido quien habla y quien no habla, que es opinión y que no, que es noticia y que no, que discurso es legítimo y cual no, quien tiene derecho a opinar y quién no. Lo cierto es que, en términos generales, la sociedad es silenciada, excepto el pequeño círculo que compone la cohorte del poderoso, el mismo que tiene como función repetir, comentar y legitimar las decisiones tomadas desde el poder de dominación política.
El poder sobre la vida y la muerte social
Así también, los poderosos que tiene derecho sobre la vida y la muerte social de los dominados, son los que administran la existencia social de los individuos y grupos sometidos. El poderoso tiene el derecho de decidir y administrar cómo se va a vivir, qué es lo que se necesita para la existencia, es quien tiene el derecho de imponer la política económica (capitalismo, extractivismo, industralización); la política social (qué tipo de salud, de educación, de vivienda, que tipo de ciudad, que tipo de transporte, etc.); la política cultural (qué formas culturales valen y cuáles no, qué lenguas son importantes y cuáles no, qué costumbre sirven y cuáles no, qué saberes son los legítimos y cuáles no, cuál es la educación de excelencia y calidad y cuál no, etc.) sin tomar en cuenta la opinión de los dominados. Más aun, cuando la concentración del poder de dominación social se radicaliza, el poderoso tiene derecho a decidir e imponer cuáles son las formas sexuales legítimas, cuáles son las relaciones de género legítimas, quiénes tienen derecho a casarse y quiénes no, cuáles pueblos y nacionalidades son legítimas y tienen derecho a existir social y culturalmente y cuáles no. La vida social, así controlada, deviene en una gran fábrica que produce autómatas funcionales a la reproducción del sistema social imperante, pequeñas piezas de la gran maquinaria social.
El poder sobre la vida y la muerte biológica
Cuando el dominado se resiste a la dominación y busca desujetarse del poder que lo somete, el poderoso frente al peligro de no poder sobre el otro, asume el derecho sobre la vida del dominado y decide su muerte biológica. La historia del poder está llena de ejemplos del derecho que los poderosos se adjudican para terminar con la vida de los otros (fascismo, nazismo, dictaduras militares, estalinismo, paramilitarismo, machismo, etcétera). El asesinato del dominado se produce cuando este ha dejado subjetivamente de ser dominado:
Matar no es dominar sino aniquilar, renunciar absolutamente a la comprehensión. El homicidio ejerce un poder sobre aquello que se escapa al poder (…) Yo solo puedo querer matar a un ser absolutamente independiente, a aquel que sobrepasa infinitamente mis poderes y que por ello no se opone a ellos, sino que paraliza el poder mismo de poder (Levinas 1977, 212).
El poder sobre la vida y la muerte simbólica
El derecho que el poder de dominación ejecuta para terminar con la vida simbólica de los individuos es, quizá, el de mayor violencia. Es mucho más difícil sostener la existencia biológica después de haber sino aniquilado simbólicamente. Los “muertos vivos” son “desechos humanos”, por expulsión o exclusión, confinados a hospitales psiquiátricos, cárceles, campos de concentración, campos para refugiados, centro de reclusión de inmigrantes “ilegales”, reservas indígenas, apartheid, destierro, humillación, insulto, descalificación pública sistemática, etcétera. El verdadero aniquilamiento del ser humano está precedido por su destrucción simbólica, en razón de que es despojado de su investidura humana que le otorga un lugar en lo social.
Como se anunció en líneas anteriores, estas cuatro formas de poder de dominación, en distintos niveles, son observables en la manera en que, desde sus inicios, ha gobernado el movimiento Alianza País (AP). Existen sin embargo dos formas de dominación que caracterizan la dominación correísta, las mismas que se discuten a continuación.
Racionalidad Jurídica como instrumento de dominación
Uno de los mecanismos de dominación implementados por el gobierno de AP es lo que se puede denominar el totalitarismo de la racionalidad jurídica. Lo que se ha operado en estos años de revolución ciudadana es la instrumentalización del aparato jurídico como mecanismo de control penal de la sociedad, algo que es inmanente a la lógica de un Estado absolutista de inicios de la modernidad. De hecho, según Thomas Hobbes, no se trata de legislar a favor del Estado, sino que el Estado está por fuera del marco legal creado por el poder soberano para la ciudadanía. Así, para el autor, una
…opinión repugnante a la naturaleza de un Estado es que quien tiene el poder soberano esté sujeto a las leyes civiles. Es cierto que los soberanos están sujetos, todos ellos, a las leyes de naturaleza, porque tales leyes son divinas y no pueden ser abrogadas por ningún hombre o Estado. Pero, el soberano no está sujeto a leyes formuladas por él mismo, es decir, por el Estado, porque estar sujeto a las leyes es estar sujeto al Estado, es decir, al representante soberano, que es él mismo; lo cual no es sujeción, sino libertad de las leyes… (Hobbes T. 2015, 132).
Entonces, se deduce que el poder judicial, como el otro procedimental de la ley, administra la justicia en defensa del Estado, el gobierno y sus altos funcionarios en contra de la ciudadanía.
Al constituir el soberano una sociedad civil, es él quien dictamina una ley positiva sustentada racionalmente y que dará coto a estados de naturaleza, por lo que no puede estar sujeto a dicho marco jurídico. Quien infrinja estas leyes, es decir el pacto que permite la existencia de la república, será sancionado de acuerdo al criterio y conveniencia del soberano, su reproducción estructural y defensa. Por lo que la ley y la administración de la justicia, más allá de suponer, en la retórica, la encarnación de la voluntad general guiada por una racionalidad científica, sirven para preservar un statu quo y castigar a sus infractores o detractores.
Cuando se piensa la coyuntura nacional desde estas nociones del Estado, se comprende que las estructuras básicas de dominio y control absolutistas de los inicios del estado capitalista moderno se mantienen y afianzan en estos últimos años de progresismo en el país. Dicho de otro modo, la justicia abiertamente sirve para criminalizar al dominado y proteger al dominador, pues se identifica a la Razón Jurídica con Verdad Política y a esta última con Revolución Ciudadana.
Al parecer, la justicia en el Ecuador tiene como objetivo primero defender los derechos del Estado (tanto en la persona jurídica de las empresas cuanto en la persona natural de sus funcionarios), frente a la amenaza que los ciudadanos representan para los intereses del poder político aliado del poder económico.
En estos años del gobierno de Alianza País, a partir del nuevo marco constitucional, se han elaborado leyes, normas y reglamentos que se operacionalizan con el fin de vigilar, controlar, perseguir y castigar a los ciudadanos, es decir para dominar a la población. Al ciudadano por su parte, en base de reglamentos y decretos (como el 016) se lo aísla, se lo atomiza, dejándolo huérfano de organización social y/o política para que quede a merced del poder del Estado. Así, el ciudadano en indefensión total se enfrenta al Gran Otro procedimental jurídico que lo domina.
Este ha sido el caso de Bonil, Cléver Jiménez, Juan Carlos Calderón, Cristian Zurita, Mery Zamora, Fernando Villavicencio, Carlos Figueroa, Pepe Acacho, Carlos Pérez, Javier Ramírez, los diez ciudadanos apresados en Luluncoto, los estudiantes del Central Técnico, los miembros de Fundación Pachamama, entre tantos otros.
La justicia identificada con la opresión configura lo que se puede denominar el terror de la razón jurídica, un particular poder de dominación que está siendo ensayado en nombre del progreso y la modernización capitalista encubierta en la promesa del Buen Vivir.
La razón jurídica ha sido retomada por el gobierno como una eficaz forma de control político. La identificación entre justicia y opresión conlleva la supremacía de la dominación sobre la justicia, hasta el punto de convertir a la última en instrumento de la primera. Así, las luchas o actos de resistencia a la dominación, portadores de valor ético otorgado por la justicia histórica, terminan siendo “delitos” que deben ser penalizados y castigados.
El aparato de justicia ha sido convertido en una dependencia de la presidencia de la república para castigar a todos aquellos que el gobierno, en la figura del presidente, consideran enemigos de la “Revolución”. Ante los ojos del dominador siempre se es culpable; culpable de no apoyar la revolución, culpable de atentar contra el gobierno o el Estado, culpable de atentar contra la honra del presidente, culpable de conspirar contra la paz, culpable de terrorismo, culpable de rebelión, culpable de no ser culpable (Zizek 2011). En esta conversión de la justicia en opresión, la democracia termina siendo el mejor sistema de dominación.
Esta lógica de dominación, que convierte a la violación de los derechos humanos en aplicación de la justicia, fue espectacularmente mostrada al mundo por el Estado norteamericano cuando cínicamente convirtió a los crímenes contra la humanidad perpetrados en la intervención militar a Irak en defensa de la paz y la libertad. Como es ya conocido
…la administración Bush bautizó su cruzada antiterrorista como “operación Justicia infinita”, título ofensivo tanto para musulmanes como para cristianos. El mensaje implícito era que los talibanes eran infinitamente culpables y Estados Unidos infinitamente inocente, y que la “justicia infinita” contra aquellos sería una venganza sin límite (Stam 2003).
En la cita queda claro que la justicia, usada como instrumento de dominación, se trasmuta en venganza, así el poder que instrumentaliza la justicia para su propósito de dominación es un poder vengativo, que se activa a partir del odio y el resentimiento que el sujeto que lo detenta experimenta frente a quienes se oponen a su poder-dominación. La idea propuesta se la puede observar en declaraciones hechas por el primer funcionario del estado ecuatoriano como aquella hecha en relación al caricaturista Bonil:
Los ecuatorianos debemos rechazar las mentiras y a los mentirosos, sobre todo si esos mentirosos son cobardes disfrazados de jocosos caricaturistas. Odiadores del gobierno disfrazados de jocosos caricaturistas (CNN en español).
Declaraciones que son premisas para enjuiciar, sancionar al ciudadano que ha violado los derechos del Estado.
La instrumentalización del aparato jurídico como dispositivo de dominación ha convertido la excepción de la norma en norma. Si la excepción de la norma supone que un individuo es excluido de la regla general, lo cual lo deja sin garantías y por lo tanto lo convierte en humano sacrificable; cuando la excepción se ha convertido en la norma son la mayoría de personas las que quedan en la indefensión y terminan por ser culpabilizados, criminalizados y condenados; han sido excluidos de toda garantía. Ahora bien, esta exclusión resulta inherente a la lógica del Estado y su instrumentalización jurídica, puesto que su discurso sobre la ley como encarnación de la voluntad general, sirve únicamente para legitimar la sanción y criminalización de sujetos y relaciones divergentes. A este respecto, Hobbes plantea que
La ley se hace por el poder soberano, y todo cuanto hace dicho poder está garantizado y es propio de cada uno de los habitantes del pueblo; y lo que cada uno quiere tener como tal, nadie puede decir que sea injusto. Ocurre con las leyes de un Estado lo mismo que con las reglas de un juego: lo que los jugadores convienen entre sí no es injusto para ninguno de ellos. Una buena ley es aquello que resulta necesario y, por añadidura, evidente para el bien del pueblo (Hobbes T. 2015, 140).
Este razonamiento conduce a suponer que, dado que los procesos electorales constituyen un referente democrático y que los vencedores han obtenido un “respaldo mayoritario”, es preciso aceptar y tolerar las leyes que intentan limitar la organización social, las expresiones sociales y culturales diversas, en aras de una adecuación de la realidad nacional para el mercado global. De esta forma, la sociedad termina siendo criminalizada, todos se convierten en sospechosos de traición, de terrorismo, de rebelión, todos son objeto del Nuevo Código Integral Penal. La norma que garantiza la vida social de toda persona es suspendida cuando el poder jurídico es un
instrumento de dominación.
Cuadro 1. Aparato jurídico como dispositivo2
Persona Caso descripción Proceso Fecha de Inicio
Clever Jiménez • Injurias al Presidente de la República Rafael Correa Delgado
• Acusación de hackeo de cuentas de correo electrónico de personas de Alianza País. ○ Pago de una suma de 140 mil dólares para indemnización del Presidente por injurias y maltrato.
○ Apertura de las investigaciones para nuevo juicio político por hackeo de cuentas del gobierno oficialista. 2014
2015
Fernando Villavicencio • Injurias al Presidente de la República Rafael Correa Delgado.
• Acusación de hackeo de cuentas de correo electrónico de personas de Alianza País. ○ Juez nacional Luis Enrique prescribe la pena de un año de
prisión por injurias al Presidente.
○ Pago de una suma de 140 mil dólares para indemnización del Presidente por injurias y maltrato.
○ Apertura de las investigaciones para nuevo juicio político por hackeo de cuentas del gobierno oficialista. Inicios de
2014
2015
Carlos Figueroa • Médico y activista acusado por injurias al presidente.
• Enero del 2015 presidente de la República denuncia nuevamente al perseguido político por “reincidencia”
• Versiones diferente a las del gobierno
oficialista en el caso del “30 S” ○ Seis meses de prisión Caso del 30 Sep. 2010
Inicios de 2014 por injurias. Año 2015 por reincidencias.
Persona Caso descripción Proceso Fecha de Inicio
Pepe Luis Acacho • Defensor de los derechos de os pueblos indígenas.
• Denuncia al gobierno de querer privatizar el agua.
• Acusado de terrorista por parte del gobierno. ○ En febrero del 2011 es detenido y acusado de sabotaje y terrorismo.
○ Detenido en un operativo combinado entre la policía y el ejército de Macas, trasladado con fuertes medidas de seguridad a la ciudad de Quito a la cárcel de máxima seguridad. Inicios de
2011
Francisco Endara • 30 de Septiembre
• Activista que pide la libre expresión en el Ecuador. ○ Perseguido y calumniado desde el canal de gobierno Ecuador Tv.
○ Detenido el 27 de enero por aparente vinculación con la toma violenta de las instalaciones de la televisora estatal Ecuador TV. 2011
Coronel
Galo
Monteverde • 30 de Septiembre
• Toma violenta de las instalaciones de Ecuador tv.
• Acusación de sabotaje y terrorismo. ○ Sin juicio establecido pero petición de 8 a
12 años de reclusión. 2010 desde el 30 de septiembre.
Pablo Guerrero • 30 de Septiembre.
• Toma violenta de las instalaciones de
Ecuador TV ○ Denuncia por golpe de Estado el 30 de septiembre de 2010
○ Recibe asilo político por parte de la
República Checa. A partir del 30 de septiembre de 2010 hasta julio de 2012 cuando recibe asilo político exterior.
Pablo
Chambers • Lectura de contratos
“Hermano del Presidente”
• Conformación de veeduría ciudadana que investigó los contratos entre las empresas relacionadas con Fabricio Correa y el Estado. ○ Amenaza constante por parte del gobierno al tener resultados de la veeduría poco favorables para ellos. Enero de 2011
2. Para la elaboración del presente cuadro se ha tomado como referencia, investigación bibliográfica, hemerográfica y audiovisual.
Coronel
Patricio
Haro • Caso de 30 septiembre.
• Pretender alterar el orden social, el orden público y herir el honor nacional. ○ Declarado culpable por parte del tribunal segundo de garantías penales de Pichincha.
○ Sentenciado por un supuesto delito contra la seguridad interna del Estado 2010
Gerardo
Portilla • Lectura de contratos
“Hermano del Presidente”
• Conformación de veeduría ciudadana que investigó los contratos entre las empresas relacionadas con Fabricio Correa y el Estado. ○ Amenaza constante por parte del gobierno al tener resultados de la veeduría poco favorables para ellos. Enero de 2011
Néstor
Marroquín • Denuncia varias irregularidades en la emisión de cédulas de ciudadanía en especial el otorgamiento a miembros de las FARC-EP. ○ Condena 3 años de prisión correccional emitida el 30 de mayo de 2011.
○ Libertad obtenida tras 23 meses de prisión el 9 de enero de 2013. A partir del 30 de septiembre de 2010.
Hugo Loza • Caso petrolero Palo Azul
• Caso del 30 de septiembre
• Denuncia pacto perverso entre el gobierno de Rafael
Correa, el Fiscal
Chiriboga y Lucy Blacio en contra del Estado por la nulidad del caso Palo Azul. ○ Amenazas por parte del gobierno de Rafael Correa Delgado. Año 2012
Mauricio
Alarcón
Salvador • Caso fundamedios ○ Medidas gubernamentales de disolver fundamedios, organización de la sociedad civil dedicada a la promoción de la libertad de expresión y libertad de medios en el país.
○ SECOM notifica a fundamedios su procedimiento de disolución por difundir mensajes con tintes políticos. 2015
Persona Caso descripción Proceso Fecha de Inicio
Diego Vallejo • Denuncia de casos de corrupción en el actual régimen de gobierno. ○ Pena de un año de prisión por asociación ilícita y tenencia ilegal de armas. Detenido el 29 de junio de 2012.
Fernando Balda • Atentar contra la seguridad del Estado.
• Estado lo denuncia por supuesta central de espionaje del gobierno. ○ Pena por delito de injuria.
○ Condena de un año y diez meses Año 2013
Mery Zamora • Participación en la revuelta policial del 30 de septiembre de 2010. ○ Declaratoria de inocencia por supuesta participación en revuelta policial.
○ 27 de mayo de 2014 es acusada de rebelión y sabotaje por haber incitado a los alumnos de un Colegio de Guayaquil. Desde
el 30 de septiembre de 2010, reactivando el proceso penal en 2014 por nuevas acusaciones.
Paúl
Jácome • Implicación en el caso del 30 de Septiembre ○ Cárcel de un año por implicación en el caso del 30 de septiembre. Inicios de 2014.
Xavier Cajilema • Implicación en el caso del 30 de Septiembre ○ Cárcel de un año por implicación en el caso del 30 de septiembre. Inicios de
2014
Edwin Lasluisa • Cárcel de un año por implicación en el caso del 30 de septiembre. ○ Cárcel de un año por implicación en el caso del 30 de septiembre. Inicios de
2014
Caso
Luluncoto • Juicios contra 10 personas por supuestamente atentar contra la seguridad del Estado.
- Abigail Heras
- Ana Campaña - Víctor Vinueza - Pablo Castro
- Fauda Tapia
- Héctor Estupiñan
- Santiago Gallegos
- Royce Gómez
- Luis Merchán
- César Zambrano. ○ Captura por colocar bombas panfletarias que detonaron en Guayaquil, Quito y Cuenca.
○ Un año de prisión 2012
En junio de 2016, los jueces de la Sala Penal de la Corte Nacional de Justicia en audiencia de casación resolvieron declarar extinta la pena.
Persona Caso descripción Proceso Fecha de Inicio
Los 26 de Saraguro • Participación en protestas el 17 de agosto de 2015.
• Denuncia de los detenidos al ser capturados después de haber sido violentados sus domicilios. ○ Detenidos por protestas en Saraguro provincia de Loja.
○ Prevención preventiva de 30 días. Agosto 2015
Xavier Bonilla • Censurado por caricaturas políticas
• Hostigamiento” y censura que presuntamente sufren periodistas y cibernautas por parte del gobierno de Rafael Correa. ○ Perseguimiento y burla continua por parte del gobierno ecuatoriano al caricaturista.
○ Proceso de
desvalorización del mismo. Desde comienzos de 2013 con la nueva ley de comunicación.
Institucionalización de la humillación como ejercicio de dominación
Avishai Margarit sostiene que: “…una sociedad decente es aquella cuyas instituciones no humillan a las personas” (Avishai, 1995, 32). Si se acepta esta premisa, se puede afirmar que cuando un gobierno instrumentaliza la institución de la justicia (instituida para garantizar a cada ser humano lo que como miembro de una sociedad le corresponde como derecho) para oprimir a los ciudadanos, es un gobierno indecente que está pervirtiendo una sociedad que busca ser correcta o decente. Hay que recordar que una de las demandas más importantes de las movilizaciones populares, de fines del siglo pasado y comienzos de este, fue abrir la discusión sobre el Sumak Kawsay, cuyo planteamiento básico es la construcción de una sociedad correcta, una sociedad digna, una sociedad justa.
Un gobierno indecente es aquel que institucionaliza la humillación pública de los ciudadanos, a través de la ley o la tarima Estatal.
Que el señor Jaime Guevara es malcriado y mentiroso; que puede tener militancias de izquierda equivocadas; miopes, virulentas y torpes; que además es anarco, virulento y agresivo; que más aun tiene una enfermedad irreversible, cisticercosis, que provoca en él virulencia extrema y ataques epilépticos desde hace décadas, especialmente cuando tiene accesos de rabia e indignación contra quien no piense como él; que estos ataques lo llevan a tener la mirada perdida, incapacidad de vocalizar palabras, dificultad para expresarse y para mantener el equilibrio, todo lo cual lo hace parecer como borracho y bajo efectos de la droga, más aun cuando apesta a alcohol seguramente por medicinas que toma; pero de acuerdo a personas que lo conocen y a sus propias declaraciones, no es borracho ni drogadicto (El Universo 2015).
El irrespeto a los seres humanos es inherente a la lógica de la dominación, en la medida en que muestra el rechazo del poder a formas de pensamiento y acción diferentes a las establecidas por él. La estrategia de la humillación, usada por el dominador en contra de aquellos que disienten políticamente, apela a determinadas condiciones de la existencia de las personas que van a ser humilladas-dominadas. La edad avanzada, las discapacidades, la fealdad, la estatura, la contextura corporal pueden dar motivos al dominador para humillar (Avishai 1995, 33). Ejemplo de esta lógica de la humillación son aquellas expresiones que se hicieron tristemente célebres en el país: “gordita horrorosa”, “coloraditas plásticas”, “enano latin lover”, etc. Así también, el dominador apela a condiciones políticas o étnicas del sujeto de su dominación para convertirlo en objeto de humillación, como por ejemplo: “izquierda infantil” o “boba”, “políticos primitivos”, “emplumados”, etcétera.
La humillación como instrumento de dominación del poder gubernamental es de carácter público y tiende cada vez más a convertirse en un espectáculo mediático, que expone al humillado-dominado a la mirada masiva de la sociedad. A partir de este mecanismo, el poder busca reducir al dominado a un objeto-espectáculo del goce perverso de una población convertida en masa a-crítica. Al mismo tiempo, este mecanismo es una forma de pedagogía del poder por la cual se enseña públicamente a la sociedad, lo que sucede si algún miembro, individual o colectivo, perteneciente a esta se atreve a contradecir las órdenes del poderoso. En el contexto del debate sobre la despenalización del aborto por violación, tres asambleístas de Alianza País “osaron” discrepar con el poder ejecutivo –léase Rafael Correa–. El castigo no se hizo esperar, de manera inmediata fueron reprendidas públicamente y obligadas a retirar sus planteamientos –frente a la manera de votar el artículo referido a la despenalización del aborto– y a pedir perdón. No satisfecho con este castigo, el poder decidió condenarlas al silencio y obligarlas a aceptar públicamente el castigo, en otras palabras a aceptar públicamente su humillación.
En el caso expuesto, en las líneas anteriores, se puede observar cómo el mecanismo de dominación basado en la humillación pública busca generar la aceptación de la víctima, con lo cual la dominación y su violencia aparecen como legítimas. Cuando la víctima acepta su condición de víctima, es decir acepta su culpabilidad –pues la culpa es el reverso funcional de la victimización–, admite y reconoce el poder de dominación como válido, con lo cual acepta su condición de dominado. De esta manera, la dominación está consolidada. Es importante anotar que el poder de dominación gubernamental es patriarcal, y en el caso particular que se analiza, es machista. La humillación pública de las tres asambleístas de AP, además de las características anotadas, es profundamente machista. Tómese en cuenta que el que oficia el castigo es el Presidente, un hombre, que castiga a las mujeres asambleístas sobre la base de acusarlas de “traición”, de engaño, de deslealtad, en relación a un tema cuyo debate, además, el presidente lo coloca en el marco de la moral patriarcal.
El que las asambleístas hayan aceptado el castigo y la humillación pública dice de su incapacidad de exigir que se les respete, a pesar de que son conscientes de su derecho a la libertad de expresión. Este comportamiento afirma la estrategia pedagógica del poder que busca educar a la población para que acepte la humillación, es decir acepte la violación de su dignidad como algo legítimo. La idea es privar a la víctima de su justa indignación contra el poder que la está maltratando. “Lo mínimo que se espera de una víctima es que se rebele contra el daño que se le causa y contra quien se lo causa” (Avishai 1995, 35). Al contrario de esto, las asambleístas, en un acto de auto humillación, consienten la violencia que se ejerce contra ellas, reconocen el castigo como algo merecido y afirman la culpabilidad señalada por el poderoso.
Quizá en la lógica del poder que se desarrolla al interior de AP, al estilo estalinista, se es más culpable si no se acepta que se es culpable. La lógica sería, hay que aceptar la culpa en nombre del proyecto a pesar de saber de su inocencia, pues es necesario sacrificarse por los altos valores de la “revolución”. O quizás la razón no sea tan política, sino más bien personal: no poner en peligro el lugar dentro de AP, el lugar otorgado por el señor presidente. Sea cual fuere la razón de esta aceptación, lo que queda claro es el funcionamiento del mecanismo de la humillación pública como estrategia de sumisión.
La humillación, como mecanismo de dominación, es propia de gobiernos que transgreden los derechos de los gobernados, en otras palabras, que irrespeta a los mandantes. No hay muestra más clara de humillación que la ejercida por la dominación estatal-gubernamental cuando viola los derechos, ante todo aquellos que protegen la dignidad humana. El gobierno de la revolución ciudadana, más allá de su retórica revolucionaria, ha implementado una política sistemática de violación de derechos. La permanente violación de los derechos de la naturaleza establecidos en la Constitución del 2008: ampliación de la frontera petrolera, reforma a la ley minera, explotación en el Yasuní, etcétera; la violación a los derechos laborales de los servidores públicos: renuncias obligatorias, jubilaciones anticipadas, incremento de requerimientos laborables, inestabilidad contractual, etcétera; violación a la libertad de asociación –decreto 106–, caso Luluncoto, caso Fundación Pachamama; violación a la libertad de opinión, comunicación y expresión –Ley de Comunicación–, sanción y juicios a periodistas, sanción a medios de comunicación, etcétera; violación al derecho a la resistencia –nuevo Código Integral Penal–, criminalización de la protesta social, persecución a dirigentes sociales, etcétera. Todas estas formas de violación de los derechos no son otra cosa que formas de humillación a la vida humana. Los gobiernos que no cumplen con su obligación de garantizar el respeto a los derechos de las personas actúan de manera humillante. Peor aun son los gobiernos que se autodefinen como garantistas de derechos e irrespetan los mismos, pues no solo que humillan por irrespetarlos, sino por engañar a la sociedad y hacen de ella una sociedad indecente, una sociedad que acepta la humillación (Avishai 1995, 36).
La humillación pública busca que el dominado se sienta un ser desgraciado, avergonzado y deshonrado frente a la mirada de la sociedad a la cual pertenece. Sin duda la humillación lesiona la dignidad del ser humano, razón por la que constituye la más abyecta forma de dominación.
Cuadro 2. La humillación como mecanismo de dominación3
CALIFICATIVO FECHA CONTEXTO PERSONA/ S
Alcalde de 20 cuadras 09 marzo
2009 Refiriéndose a las lluvias constantes que han afectado a la ciudad y la poca intervención de la alcaldía de 16 años de administración socialcristiana. Jaime Nebot
Rebelión de los Pitufos 2 de mayo del 2008 Refiriéndose a varios periodistas que, según dice, tratan de desestabilizar el régimen de gobierno. Para el Presidente de la República lo que en verdad hacen es poner en evidencia sus odios y resentimientos. Jorge Ortiz
Emilio Palacios
Carlos Vera
Momias Cocteleras 1 de diciembre de 2007 Refiriéndose e los diplomáticos que a su juicio no se interesan por el bienestar del país, sino solo se dedican a la etiqueta y al protocolo en las reuniones del exterior. Diplomáticos
Caretuco 16 de septiembre de 2007 Hablando de un ex presidente
que busca nuevamente entrar a las filas de la política Lucio
Gutiérrez
Tirapiedras 21 de marzo de 2015. Enlace ciudadano
416 Se refiere a dos asambleístas de la oposición. Lourdes
TibánPepe Acacho Todo aquel que se opone a su gobierno.
Gordita horrorosa 30 de junio de 2007 La periodista se refirió a Rafael Correa como quien no responde lo que no le gusta que le pregunten. El Presidente responde con este calificativo a la periodista. Sandra Ochoa
Bestias Salvajes 5 de julio de
2007 Después del insulto de “Gordita horrorosa” el Presidente de la República señaló a la prensa que se refería a ellos con este insulto por no ser profesionales. Prensa
3. Para la elaboración del presente cuadro se ha tomado como referencia, investigación bibliográfica y audiovisual de los siguientes enlaces: ‹http://enlaceciudadano.gob.ec/›, ‹http://otra-educacion.blogspot.com/2013/10/ perlas-presidenciales.html› y ‹http://especiales.elcomercio.com›.
CALIFICATIVO FECHA CONTEXTO PERSONA/ S
Cloaca con Antenas 29 de Agosto de 2009 Habla de un medio de comunicación calificado como de oposición y que a juicio del presidente de la República solo rompe el reglamento y la ley de radiodifusión. Jorge Ortiz Teleamazonas
Pelagatos 18 de febrero de 2012. Enlace 259 Se refiere a la marcha indígena en la que según su percepción fueron muy pocas personas. Indígenas
Vagos 17 de agosto de 2013 Correa reta a los grupos opositores a reunir firmas para la consulta sobre el Yasuní. Movimientos en contra de la explotación del Yasuní
Siki Ñawi (cara de rabo) 28 de agosto de 2013 Se refiere al Presidente de la
ECUARUNARI, diciendo que ni siquiera es indígena y habla en nombre de ellos. Carlos Pérez Guartambel
La cabeza no les da, propones cosas absurdas 28 de diciembre de 2013.Enlace ciudadano 354 Se refiere al tema de derechos sexuales, en el cual señala que no va a permitir que “los hombres parezcan mujeres y las mujeres hombres.” Grupos feministas “extremos” y “fundamentalistas.”
Los grupos no contactados del Ecuador: Los Tagaeri, los Taromenanes y los usuarios de movistar (broma) Enero 2014 Cuenta de twitter El Presidente de la República se queja del servicio de movistar por medio de una burla a pueblos no contactados. Burla a pueblos no contactados habitantes en la Amazonía ecuatoriana.
Pelucones Varias fechas Enlaces varios Se refiere a aquella parte de la ciudadanía “ricachona”. Ciudadanía
Banqueros oportunistas de derecha 19 de marzo de 2015 Referencia a personas con inclinación política de derecha, antes banqueros. Guillermo Lasso.
Médicos Pelucones 27 de enero de 2014 Concen-
tración en la Plaza Grande En un ambiente de concentración política para contrarrestar la marcha de médicos en Quito se refiere a un sector de médicos que no están de acuerdo con el Régimen y que según él son manipulados constantemente. Médicos del Hospital Metropolitano
CALIFICATIVO FECHA CONTEXTO PERSONA/ S
Enano psicópata 23 de agosto de 2014 Enlace ciudadano 387 Refiriéndose a la fuga de un ex político y periodista Emilio Palacio
“Rechacen a los noveleros que con la panza bien llena les dicen a los demás muéranse de hambre”. 5 de abril de 2014 Enlace ciudadano
368 Se refiere a un colectivo que se opone a la explotación petrolera en la zona ITT. Yasunidos
Pobre señora
“Ustedes conocen a esta señora guapa, rubia, ojos claros, nombre extranjero (…) ella no representa a las guayaquileñas.” 7 de
diciembre de
2014 Se refiere a la Vicealcaldesa de Guayaquil la cual no considera como una representante de las mujeres de Guayaquil por su aspecto físico y sus comentarios. Doménica Tabacchi
Dos
¿Hacia dónde va la
Historia de América Latina?
Estado como sujeto-supuesto-saber: sus fundamentos
Disolución de la Transferencia
n términos generales la historia se presenta para el pueblo como la narración de un sujeto trascendental, sujeto supuesto de saber poseedor del “secreto”,
aquel que conoce la clave que descifra el destino del pueblo; este “falso reconocimiento” es lo que los psicoanalistas llaman transferencia. La angustia frente a un destino incierto que hace evidente nuestra indigencia como especie hace que depositemos en Otro el saber sobre el destino de la humanidad. Ese Otro es una entidad suprahistórica, llámese espíritu absoluto, Dios, razón o fuerzas productivas, que mueve los hilos de la historia de la cual el individuo integrante de un pueblo y el pueblo mismo quedan excluidos. De manera arbitraria diremos que hay dos épocas históricas en América Latina, dos narraciones: a). una que comprende el tiempo que va desde la llegada de los conquistadores hasta el fin de la colonia española o portuguesa y, b). aquella que se abre desde el nacimiento de la República hasta nuestros días.
Tanto la primera época histórica como la última son narraciones hechas por ese sujeto trascendental poseedor de la clave que descifra el destino de los pueblos de la América Latina. En la época de la colonia el sujeto trascendental supuesto de saber que contaba nuestra historia era Dios, a través de sus representantes en la tierra: La Corona real en alianza con la Iglesia católica. La República tiene a la Razón como el Sujeto trascendental que narra la historia del continente por medio del Estado oligárquico burgués y sus distintos gobiernos y gobernantes. Está claro que estos dos sujetos trascendentales supuestos de saber articulan una continuidad histórica, una continuidad narrativa que tienen como fundamento la dominación, y por lo tanto logra la continuidad de la dominación como “destino necesario” de los pueblos de Latinoamérica.
Entre la primera época histórica y la segunda, ambas narradas y construidas desde el discurso del vencedor como diría Benjamín, hay un quiebre, digamos una borradura en el texto narrativo, en palabras de Zizek: la “…intrusión de un cierto Real no simbolizado” (Zizek 1991, 94) . Eso y no otra cosa fue la revuelta popular que posteriormente recibió el nombre de Revolución de la Independencia, y eso, y no otra cosa, son todas las revueltas populares que tuvieron lugar en el continente en la época colonial y en la republicana hasta nuestros días. Estallidos de lucha popular que no son sino el síntoma, es decir el retorno de la historia reprimida de Latinoamérica, retorno de todas las luchas populares sofocadas, de todo lo que pudo ser y no fue, de los intentos “prematuros” y “fallidos” que fueron integrados al relato de la historia hegemónica desde el discurso dominante o simplemente olvidados y así reprimidos.
Las violentas revueltas populares de cada ciclo histórico son al principio experimentadas como un trauma contingente, por ejemplo en 1492 la rebelión del cacique Caonabo y su esposa Anacaona, las revueltas de TecumUman y sus diez mil guerreros, la revuelta de Rumiñahui, la revueltas de Sepé Tiarajú en Brasil, la rebelión de Tupac Amaru a finales del siglo XVIII en el Cusco, la revuelta de 1761 encabezada por Jacinto Canek en Yucatán, las revueltas populares de Zapata, Alfaro, Sandino, Martí, el Caracazo del 98 en Venezuela, el levantamiento indígena del 90 en Ecuador (Lucas 1992, 6). Todos estos procesos se vivieron como ese Real no simbolizado y reprimido por la narración oficial, cuyo retorno a lo largo de la historia provoca borraduras en su texto narrativo. Aparecimiento del síntoma que fue interpretado por el mismo sujeto trascendental que ha venido descifrando nuestro destino, interpretado e integrado a la misma totalidad narrativa de siempre.
Sin embargo, lo reprimido que retorna en cada levantamiento popular, que borra el texto histórico una otra y otra vez, hace que el pueblo, en un momento, se dé cuenta que la historia-narración de ese sujeto transcendental supuesto poseedor del saber sobre su destino, no está escrita de antemano, sino que se hace con cada uno de sus actos, en sus intentos fallidos y prematuros. Se da cuenta de que no hay un sujeto trascendental llamado Dios, Razón o Progreso que tenga el secreto para descifrar el curso de su destino, y que tampoco hay grandes e importantes individuos que se hayan iniciado en el secreto de la historia. Se da cuenta, como diría Zizek, de su error de perspectiva que le mantuvo esperando por más de 500 años que ese sujeto trascendental supuesto de saber le revele el secreto para descifrar su destino como pueblo; es decir, parafraseando a Zizek, sitúo la historia como narración del sujeto trascendental, hecha por los dominadores, como una vía para la revelación final del “secreto” (Zizek, 1991), pero el secreto ya se revela en la propia narración, diremos en la propia historia: en la medida en que la historia como narración del sujeto trascendental capta el deseo del pueblo, en tanto que el pueblo esta absorto por la narración de este sujeto supuesto de saber y está dispuesto a actuar según el relato se lo indique, el relato que parece guardar las claves de su destino.
Cuando el pueblo se da cuenta que el secreto de la historia-narración reside en su propio deseo, en el hecho de que la narración de los vencedores ha sabido tomar en cuenta su deseo, ese que irrumpe en sus revueltas populares, e integrarlo en el orden simbólico dominante para construir retroactivamente los hechos históricos donde él queda excluido; ese instante corresponde a la disolución de la transferencia. Para fines del siglo XX la radicalidad de la política económica neoliberal alimentó el crecimiento de la pobreza, la exclusión y la expulsión social, proceso que tensionó el antagonismo social provocando la repetición de revueltas populares en todo el sub-continente, diremos que se da una especie de concentración de la repetición de la intrusión de lo Real no simbolizado que disuelve la transferencia. En otras palabras, para finales del siglo XX los pueblos de América Latina parecen darse cuenta que la historia no es la narración de un sujeto trascendental supuesto de saber que contiene el secreto sobre nuestro destino, sino que el secreto reside en nuestro propio deseo, en el hecho de que el narrador sabe cómo tomar en cuenta nuestro deseo. Es en ese instante que el pueblo estalla en violencia y sale de la transferencia, la historia-narración se suspende y se abre un paréntesis a-histórico, una borradura en el texto de la modernidad capitalista que encausaba el destino de América Latina.
La lucha de las cacerolas en Argentina, el llamado Caracazo en Venezuela, los levantamientos indígeno-populares en el Ecuador, la guerra del gas y del agua en Bolivia, entre tantos otros ejemplos, desmontaron la ficción imaginaria de la democracia liberal oligárquica que se sostenía en nuestros países desde la vuelta a la democracia, luego de varios años de dictaduras militares.
El desenmascaramiento de la insustancialidad del discurso oficial debilitó al extremo la institucionalidad política hegemónica, al tiempo que arrinconó y deslegitimó el poder de la ya gastada oligarquía neoliberal que se había apoderado del Estado Nacional en alianza con las transnacionales. Las grandes mayorías del pueblo dejaron de creer en el relato de la democracia representativa, en el papel del Estado, y específicamente del Gobierno, como expresión del interés general de la sociedad. Esta pérdida de fe en la institución política tensionó la lucha de clases en el subcontinente, suspendió la historia-narración oficial y abrió un escenario de conflicto, donde no hay sujeto supuesto de saber, ni grandes individuos que dirigen la historia.
Paréntesis a-histórico
Disuelta la transferencia, la historia es un punto de condensación de la lucha política de clases. Esto es, la lucha por definir quién (qué clase social) va a organizar la nueva ficción simbólica, la nueva narración histórica que se efectivice en relaciones económicas, políticas sociales y que instauren una institucionalidad que permita la reorganización del orden político. Son estos momentos donde la historia se revela abierta a todos y cada uno de los hombres, a las masas, a las clases y las naciones como un escenario de juego-confrontación donde cada uno de estos participa, tiene su papel y nada lo pueda excluir. Es en este gran escenario donde los indios, los negros, lo excluidos, los subalternos y revolucionarios, al igual que los capitalistas, burgueses, pequeño-burgueses y oligarcas, tienen su lugar en el tablero donde la historia ya no es una narración, sino un juego-confrontación. El conjunto de relaciones entre los hombres se ha transformado en confrontación política, en la medida en que las clases dominadas, por efecto del enfrentamiento de su acción (revueltas populares) con la acción de los dominadores, han podido descoserse de la narración dominante, suspender la transferencia y romper, desde la borradura del texto hegemónico, la totalidad ideológica dominante. En otras palabras diremos que el subalterno, al enfrentar su acto con el acto del otro, sabe que el otro no es el sujeto que sabe su destino, sabe que el otro es el enemigo, así como sabe quién es él mismo, el subalterno, el excluido de la historia-narración del otro dominante.
De este modo, la historia deviene en un escenario complejo, escenario de los distintos y antagónicos intereses sociales en juego. Intereses de la vieja oligarquía y burguesía que ha permanecido en el poder desde hace más de doscientos años, intereses de los grupos de poder transnacional ligados a la hegemonía norteamericana, intereses de los nuevos sectores de la naciente burguesía nacional y a aquellos grupos burgueses no articulados al polo norteamericano, sino al surgimiento de nuevos polos del capital mundial, intereses de los diversos sectores subalternos que pugnan por romper las viejas instituciones de poder de las clases dominantes nacionales y globales.
Es en este escenario donde surgen grupos e individuos que van a cumplir ciertos papeles históricos, estoy pensado en el caso de los movimientos y organizaciones sociales como el movimiento indígena en Ecuador o Bolivia, el Movimiento Sin Tierra de Brasil, el Ejército Zapatista de liberación en México, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, el movimiento de los piqueteros en la Argentina, los movimientos ciudadanos, los movimientos ecologistas, los movimientos de mujeres, etcétera, o, a nivel de individuos, Hugo Chávez, Evo Morales, el mismo Álvaro Uribe del lado de la derecha conservadora pro-imperialista, Ignacio Lula da Silva, Cristina Fernández, etcétera. Todos estos sujetos y otros van a cumplir su papel histórico con arreglo a sus conocimientos y a su saber respecto de sí mismos y del otro u otros; saberes y conocimientos que se corresponden a distintos campos ideológicos enfrentados que hacen imposible una sola narración, una historia. Así, el escenario abierto por la ruptura de la totalidad narrativa es absolutamente incierto, no hay cálculo ni previsión que asegure a ninguno de los sujetos políticos en conflicto la victoria, basta mirar a Colombia como uno de los puntos de conflicto más agudos en el escenario regional. No hay aquí sujeto trascendental que pueda saber el destino final de este escenario de conflicto.
Un escenario de confrontación, supone sujetos políticos estructurados de otro modo que como partes de una totalidad narrativa. Los sujetos enfrentados no se oponen dentro de una totalidad narrativa abarcable, se niegan a pertenecer a una totalidad, rechazan el punto de convergencia, porque no lo hay, rechazan la ley, porque no tiene autoridad performativa. Cada sujeto político se afirma en su sí pues no existe la totalidad narrativa que le otorgaba su identidad dentro de la misma. En el caso de América Latina hay todavía la puja de los grupos dominantes por re articular la vieja totalidad narrativa y esta acción es justamente su papel dentro del escenario de confrontación, estoy hablando del bombardeo mediático de discursos como el del terrorismo y antiterrorismo que buscan sostener la ficción de la totalidad armónica agredida por ese otro indeseable que ataca desde fuera, o el discurso de los ciudadanos, categoría política que como se sabe es una forma de invisibilizar la contradicción de clases y construir la supuesta armonía social. Por el otro lado, la acción de los subalternos busca desmontar la narración hegemónica, es decir, impedir la reconstitución de la totalidad narrativa en la cual su voz dejó de existir.
En este escenario el sujeto político corre el riesgo de su propia desaparición como actor en el tablero del juego, ya que ningún cálculo táctico ni estratégico, garantiza la victoria sobre los otros adversarios políticos, ningún cálculo decide el resultado de la confrontación.4 En esta situación se mantiene una tensión entre la confianza que cada sujeto político tiene en sus propias posibilidades y el riesgo absoluto de su propia aniquilación política. La historia como suspensión narrativa nunca está determinada antes de que devenga narración, el curso y el resultado de la confrontación están contenidos en la confrontación misma y en la voz que interrumpa dicha confrontación, para empezar el relato que reconstruya retroactivamente dicha suspensión, digamos simbolice lo real.
La confrontación supone la trascendencia política del antagonista. La falta de totalidad narrativa da paso a una relación de sujetos políticos separados que se buscan para trascenderse políticamente y es al interior de esta dinámica que se da la relación de violencia política entre los adversarios. La estructura interna de la violencia de sujetos políticos separados está dada por el hecho de que cada sujeto es a la vez apresable e inapresable por
4. Esto es lo que observamos en el conflicto colombiano, las mejores estrategia y cálculos político de Uribe con su apoyo norteamericano no aseguraron su victoria política ni militar sobre las FARC, ni viceversa; lo mismo sucede cuando pensamos en el destino de la Unión Latinoamericana, es difícil saber cuál va a ser su orientación.
la acción del otro sujeto. Es esta ambigüedad lo que conlleva a la incertidumbre, la incalculabilidad y en consecuencia a la apertura y falta de conclusión en la historia como paréntesis que abre el escenario de juego político.
Por último, la ruptura de la totalidad narrativa abre otra relación del pasado, el presente y el futuro, estos tres
momentos normalmente articulados en una cadena narrativa lineal, se condensan y abre el por-venir; el por-venir es siempre apuesta y riesgo, certeza y ambigüedad. El no tiempo de la condensación de pasado presente y futuro, parafraseando a Levinas, se podría entender como: la noche del murmullo anónimo del hay, de la promesa de un aun-no, posibilidad de lo que no-es. El tiempo condensado abre el deseo de otro mundo, es el tiempo donde se produce lo que va más allá de lo posible. Lo más allá de lo posible está dado por la inexistencia de escritura, por esa ausencia de narración que siendo la llamada del ser-para la muerte es al mismo tiempo una modalidad del ser contra la muerte; siendo el vértigo del ser para la muerte es una …retirada frente a la muerte en el seno mismo de su cercanía inexorable (Levinas 1977, 237). En este tiempo de suspensión temporal, tiempo de confrontación y de guerra, la muerte, como borradura definitiva de la historia, como desaparición de texto social, se aproxima a los sujetos políticos enfrentados que, siendo hijos de ella, se alejan de ella en el aun-no del más allá de la posibilidad. Desde esta perspectiva, es en la condensación del tiempo que el tiempo que separa al sujeto de su muerte se realiza, en tanto que cada sujeto político enfrentado al otro busca retirarse de su muerte política, busca ir más allá del tiempo suspendido, busca ir a ese otro mundo que se abre como promesa futura o pasada.
El tiempo condensado es de otra parte una discontinuidad temporal desde donde se puede mantener una distancia con la ideología, justamente porque la suspensión temporal de la cadena pasado-presente-futuro provoca un vacío narrativo que no puede ser ocupado por ningún discurso (convergente) definido positivamente, es decir convertido en soporte de la restauración de la totalidad narrativa en la que encuentran existencia común los sujetos políticos enfrentados. El enfrentamiento es en sí mismo una relación de violencia que amenaza la vida política de los sujetos confrontados, los mismos que desconocen el momento y el lugar exacto donde la muerte les puede sorprender, es así, la incertidumbre de su destino político lo que provoca el miedo que les obliga a retirarse de algún nexo consensuado que pueda aproximarles al otro que está contra mí. Entre estos sujetos enfrentados no hay puntos en común, no hay discursos compartidos, pero tampoco hay discursos propios, en sí mismos “verdaderos” que puedan definirse positivamente, ya que ningún discurso está inscrito en la naturaleza de este escenario de conflicto, pues él mismo es la negación de lo “necesario” que sostiene una totalidad narrativa. Cuál de los discursos, dentro de esta confrontación política, logre romper el silencio narrativo propio de esta confrontación dependerá de la lucha por la hegemonía discursiva desestructurante o estructurante de la narración anterior. Es importante tener en claro que el resultado de la lucha por la hegemonía discursiva, como sostiene Zizek no se encuentra predeterminado ni garantizado por ninguna necesidad subyacente o alianza natural (Zizek 2003, 20). Ahora bien, cuando la voz irrumpa el silencio desaparecerá, es decir la confrontación terminará, y se iniciará una nueva narración, digamos una nueva totalidad histórica o a su vez se reiniciara la reescritura de la misma narración que fue suspendida, es decir la repetición de la historia pasada. Lo que nunca se sabe, dentro del escenario de conflicto, es cuál va a ser la narración y quién el narrador.
Atravesando la fantasía
Según dice Zizek, disolver la transferencia no es lo mismo que atravesar la fantasía ideológica, lo segundo implica que el pueblo se dé cuenta que solo creyendo en la trascendentalidad de la historia, digamos en su necesidad, la historia cumple su cometido.
Como se dijo en la parte primera de esta reflexión, los sectores populares de América Latina estaban atrapados en una relación de transferencia por la cual suponían que la historia era la narración de un sujeto trascendental supuesto de saber que se encarnaba en el Estado, el gobierno y en consecuencia en las clases dominantes, apoderadas de estas instancias políticas. En varias ocasiones de esta larga historia de transferencia, como ya se dijo, el pueblo estalló en violentas insurreccione populares que era la forma de decir que no creen más en el supuesto saber que las clases dominante tienen sobre su destino. La insurrección popular es una manera de decir: No hay ningún secreto sobre nuestro destino, lo que ustedes hacen es dominarnos, manipularnos para que hagamos lo que ustedes quieren que hagamos a propósito de seguir esperando la revelación del secreto que no existe. Ahora bien, es en ese momento de insurrección en el cual el pueblo ya dice, sin saberlo, el contenido del secreto: que su destino es ser la clase dominada explotada y engañada por haberse cosido a la narración del dominador, por esperar un secreto que no existe.
Desde esta misma perspectiva, y siguiendo las reflexiones de Zizek, diremos que en el mismo momento en que la clase dominante va articulando su texto narrativo va revelando al pueblo, que la escucha, el secreto que este busca, es decir el contenido de su destino, que no es otro que el ser dominado por el narrador, ser la clase dominada por la narración del dominador. Un destino narrado por la clase dominante y actuado por el pueblo. Es así que, por medio del engaño la clase dominante (encarnaciones de ese sujeto supuesto de saber) han mantenido su palabra, esto es: han enseñado al pueblo el secreto sobre su destino. La revelación del secreto no se encuentra al final de la historia-narración, sino que se abre a lo largo de la misma narración. .
Pero, ¿qué significa ser dominado por el narrador?
El secreto fascinante que ha llevado al pueblo a seguir con atención la historia-narración de la clase dominante, que implica no solo oír, sino actuar en atención a dicho texto,
es precisamente el objet petit a lacaniano, el objeto quimérico de la fantasía, el objeto causa de nuestro deseo (saber, conocer nuestro destino y más aun creer que tenemos un destino), y al mismo –esta es la paradoja– propuesto retroactivamente por este deseo; cuando atravesamos la fantasía tenemos la vivencia de cómo esta fantasía-objeto (el secreto) solo materializa el vacío de nuestro deseo (Zizek 1991, 91).
El deseo de la fantasía-objeto, esto es: el deseo que nos provoca el descubrimiento del secreto, el descubrimiento de nuestro destino como pueblo, solo existe después de que se ha establecido como secreto, es decir que el secreto sobre nuestro destino que mueve nuestro deseo solo materializa el vacío de nuestro deseo. Llenar el vacío de nuestro deseo por el objeto-deseo, es decir, por el descubrimiento de un destino que no existe. Antes de que nuestro destino sea un secreto que desconocemos, esto es, antes de que se nos haya excluido del conocimiento sobre nuestro destino y que por conocerlo tengamos que hacer todo lo que la clase dominante, “supuesto sujeto poseedor del secreto”, nos pidan que hagamos para acceder a dicho conocimiento, no había deseo por conocerlo, no había destino que descubrir.
Siguiendo nuestro orden argumentativo, vamos a releer la historia-narración de América Latina de esta manera: el desembarque europeo en este continente suspendió la historia-narración indígena prehispánica y abrió un período de silencio narrativo que se acaba con la conquista, es decir, con la victoria de los europeos. La conquista es, así, la voz europea que irrumpe en el silencio y empieza a formar la totalidad narrativa llamada historia de América Latina, sobre la base de forcluir lo indígena. Así, el conquistador se convierte en ese sujeto supuesto de saber, en el poseedor del conocimiento sobre el destino de los pueblos conquistados. La borradura de la historia-narración prehispánica arrojó a los habitantes indígenas a una aguda crisis de su existencia social; enfrentados a la muerte simbólica e incluso física entraron en una relación de transferencia con el conquistador que les devolvió contenido a su existencia al interior de una totalidad narrativa articulada por la voz del blanco. Desde esa época la voz ha sido la misma, el relato el mismo, el sujeto supuesto de saber el mismo y el objeto causa de nuestro deseo el mismo: saber cuál es nuestro destino escrito desde siempre.
Buscando la revelación del contenido de ese destino hemos hecho todo lo que se nos ha pedido: En la colonia nos hicimos cristianos, ese era la manera de pagar la revelación del secreto; a partir de la instauración de la república empezamos a hacernos ciudadanos, desde ahí vamos a la urnas a entregar nuestro voto, tributo para saber el secreto; hemos entregado la riqueza de nuestro trabajo, la riqueza de nuestra tierra, renunciamos a nuestra cultura; hemos venido renunciado y renunciado como pago a la revelación del secreto y nada. La narración que contenía el conocimiento de nuestro destino se hacía larga y más larga y no llegaba el final, que suponíamos era el momento de la revelación total. Para fines del siglo XX, después de quinientos años de este cuento interminable nos dimos cuenta, como en otras ocasiones, que ese sujeto supuesto de saber, llámese Iglesia-sacerdote-corona, llámese terrateniente- burgués-oligarca-mercado, llámese ciudadano-presidente-estadorazón-progreso-democracia-modernidad, en resumen Capitalismo no posee el secreto simplemente porque no hay secreto. No tenemos escrito ningún destino y eso fue exactamente lo que nos estaba diciendo ese sujeto supuesto de saber a lo largo de su fastidiosa narración. Como ya dijimos anteriormente, varias veces dejamos de creer en la narración de ese sujeto supuesto de saber, y la transferencia fue suspendida, el problema es que no supimos atravesar la fantasía. Suspendida la transferencia y sin atravesar la fantasía lo que hicimos es volver a la relación de transferencia con las clases dominantes, volver a creer que son ellas las que poseen el conocimiento de nuestro destino. De esta manera, la misma voz narrativa se ha perpetuado durante estos quinientos años.
Lo que no nos hemos dado cuenta durante estos largos años es que mientras la clase dominante narraba, es decir hacían la historia, el secreto de nuestro destino, que nosotros suponíamos se abriría al final del relato, estaban escribiendo nuestro destino. Ahora bien, la escritura de ese destino se hace con cada acto nuestro, con cada renuncia, con cada tributo que pagábamos por conocer el final del cuento. Ese era nuestro destino: irlo haciendo, pues no había sido escrito, no había ningún texto para narrar, no había destino y por lo tanto no había claves de desciframiento, ni secreto. Nuestro destino se per-formaba en el instante en que la voz del narrador se materializaba en nuestros actos, en nuestras múltiples renuncias que eran el pago para que se nos revele el secreto. Nos estaban diciendo que no hay destino pre- fijado para un pueblo, que en cada movimiento, en cada acto vamos haciendo nuestro destino, que fuera de la narración no existimos. El problema es entonces quién narra, de quién es la voz, con quién hacemos la relación de transferencia. Lo que nos muestran es que antes de la voz siempre está el silencio que permite poner otra voz y otra narración que materialice el vacío de nuestro deseo, que materialice la ausencia de destino. Nos están diciendo que necesitamos un destino, es decir una voz que cuente e invente un destino, un sujeto supuesto de saber que contenga la clave de desciframiento de nuestro destino que no existe antes de inventarlo. Nos están diciendo que ellos han sabido tomar en cuenta nuestro deseo, esto es inventar un destino y una clave de su desciframiento que de sentido a nuestra vida como pueblo.
Entendido esto es claro que la posibilidad de que como pueblo podamos construir un yo-imaginario (tener narración, tener historia) se da sobre la base del falso reconocimiento de nuestras propias condiciones. Es necesario creer que nuestro destino está escrito desde siempre y que hay un sujeto supuesto de saber que conoce las claves de su desciframiento, de lo contrario perdemos la substancia como pueblo, nuestra congruencia ontológica, digamos histórica. En tanto que pueblo somos el efecto del falso reconocimiento, abolirlo significaría abolir la substancia que se supone se oculta detrás del falso reconocimiento, pues detrás de la forma de la narración no hay nada, no hay destino. La narración es la que per-forma el destino del pueblo, es decir su historia, entonces el asunto es cuál es la narración y cuál es la voz que narra.
Habíamos dicho que, parece ser que el subcontinente se encuentra en ese paréntesis a-histórico donde la narración se suspende y el silencio del tiempo condensado nos atrapa. Podría ser que este momento de silencio que vivimos vuelva a desaparecer por la irrupción de la misma voz que ha narrado la historia de latinoamérica desde la conquista; la eterna voz del vencedor convertido en sujeto supuesto de saber y que, como otras veces a lo largo de esta historia, se repite un texto capitalista ya arrugado, se repita la misma narración vieja reciclando y reciclando contenidos gastados. De hecho, hay varios intentos de que este silencio se resuelva de esa manera, se oyen discursos que reutilizan viejos conceptos (ciudadanía, patria, estado, individuo, democracia, razón, etc.), de viejas promesas (modernización, progreso, industrialización, desarrollo, tecnologización, etc.). La misma voz y el mismo narrador con su misma narración pugnan por imponerse nuevamente como sujeto supuesto de saber y su lucha es total para lograr su objetivo. Por otro lado, se oyen susurros que parecen traer otras voces distintas a las mismas de siempre, con otro texto, otra narración más allá de la narración capitalista. La voz misma y la voz otra se confrontan y, como dijimos, nadie puede saber cómo se resuelva dicho enfrentamiento. Lo único cierto es que cada contendor, cada jugador busca por todos los medios posibles irrumpir con su voz en el silencio y empezar a narrar.
Después de atravesar la fantasía, la lucha es desde este lado de la orilla, desde el lado de los excluidos y expulsados para irrumpir con nuestra voz e ir hacia la construcción de otro relato histórico, otra historia-narración que integre los anteriores intentos fallidos y prematuros, anteriores insurrecciones, que integre lo real dentro un nuevo campo simbólico, dentro de una nueva red simbólica, y que hagan de estos parte de esa necesidad histórica de liberación y emancipación humana. Para que las anteriores insurrecciones se vuelvan parte de la necesidad histórica del pueblo (parte de su destino) es importante establecer una nueva relación de transferencia, esto es construir otra encarnación del sujeto supuesto de saber, lo que algún día fue el proletariado, como sujeto histórico de la revolución.
Es necesario inventar un destino otro, inventar la necesidad de nuestra otra manera de estar en el mundo a partir de inventar otra clave de desciframiento que haga que en la necesidad de su aprehensión vayamos haciendo una historia diferente en la cual no haya lugar a tanto dolor humano y natural. Si no hacemos esto tendremos una revolución sin revolución que nos obligue a seguir escuchando la voz del mismo.
Estado, gobierno y fetiche
Es claro que la revolución ciudadana expresa un violento proceso de modernización capitalista, lo que no queda claro es la razón que explica la desmovilización social ante semejante violencia modernizadora.
Es un hecho ya reconocido que el objetivo del proyecto de la revolución ciudadana no es otro que modernizar el capitalismo, en función de las actuales exigencias de la acumulación de capital. En relación a esta constatación se ha investigado y debatido bastante, sin con esto querer decir que tal debate se haya agotado. Sin embargo, es necesario pensar las razones que explican la aceptación de los ecuatorianos y las ecuatorianas frente al proyecto de la revolución ciudadana, a pesar de vivir y padecer la violencia de la modernización capitalista que el gobierno lleva adelante.
Sin duda, los procesos modernizadores-racionalizadores inherentes a la expansión del capitalismo, conllevan un alto nivel de violencia que sufren directamente los seres humanos, cuyas vidas culturales, simbólicas, políticas, económicas e incluso biológicas son sacrificadas en nombre del desarrollo capitalista. Esta violencia se explica en cuanto el capitalismo es una economía que se sostiene en y por la acumulación de capital –posible en la aceleración del proceso productivo y la ampliación del marco mercantil– lo que supone explotación del trabajo humano, destrucción de la naturaleza, pérdida de los tejidos comunitarios, debilitamiento de las alianzas sociales, individualismo narcisista, opresión cultural, exclusión y expulsión social y simbólica, etcétera.
Los procesos de racionalización capitalista que posibilitan el desarrollo y progreso moderno, implican la expansión colonizadora de la razón económica sobre el mundo de la vida. La razón capitalista, razón instrumental, puesta en marcha desde el gobierno del Estado, invade los mundos de la vida despojándoles de su significado y oprimiendo su posibilidad humanizante. La violencia de esta racionalización modernizadora y su gobierno es más evidente cuando se los ejecuta de manera autoritaria en sociedades agrarias, en las cuales el mundo de la vida contiene y envuelve las relaciones económicas. En otras palabras el mundo de vida agrario no ha sido despojado de su significación humanizadora en la medida en que permite la experiencia total de la vida, no solo humana sino la que a esta la acoge. Lo que la racionalización capitalista destruye son los tejidos comunitarios y sociales que forma el mundo vital, en el cual las relaciones económicas, jurídicas, políticas e ideológicas –sistema social– no son ajenas ni extrañas a la vida cotidiana de los individuos.
Esta expansión del capital, el mercado y el Estado, para conquistar esos resquicios de vida que siguen resistiendo frente a su colonización, es posible gracias al gobierno. Desde la mirada de Michel Foucault, plantearse al gobierno como problema de conocimiento en la temática del Estado, representa una ruptura con la noción de soberanía y ley expuesta anteriormente con Hobbes; ya que esta última iguala soberanía con ley y el objetivo del Estado es la obediencia a estas por parte de los súbditos para conservar la paz, la seguridad y la propiedad.
Por su parte, gobierno se ocupa de
…una especie de compuesto constituido por los hombres y las cosas. Es decir, que las cosas de las que el gobierno debe hacerse cargo son los hombres, pero en sus relaciones, en sus vínculos, sus imbricaciones con esas cosas que son las riquezas, los recursos, las provisiones, el territorio, por supuesto, en sus fronteras, con sus condiciones, su clima, su aridez, su fertilidad; son los hombres en sus relaciones con esas diferentes cosas que son los usos, las costumbres, los hábitos, las maneras de hacer o de pensar, y, finalmente, son los hombres en sus relaciones también con esas otras cosas que pueden ser los accidentes o las desgracias, como el hambre, las epidemias o la muerte (Foucault Michel en Rodríguez y Giorgi 2007, 98).
Así, el gobierno no solo se ocupa hacer obedecer la ley a sus súbditos, sino que se encarga de encausar las relaciones sociales, económicas y políticas, hacia un fin conveniente. El poder penetra en la vida cotidiana y en las formas de producción y reproducción de la misma, de manera que se genere una obediencia a la ley, sino un control y un disciplinamiento de los sujetos para que los mismos se sometan a esa dinámica social. Así se comprende que la concepción hobbesiana, aunque presente en el gobierno de Alianza País, no es la más adecuada para llevar a cabo los procesos de modernización colonizadora.; y, más bien, se comprende que bajo esta lógica del gobierno de Foucault, es posible la conquista de los mundos de vida pre modernos para darles su lugar dentro de la economía global.
Desde otra perspectiva, se puede decir que la racionalización capitalista –modernización– en su proceso de desmitificación destruye la magia que hace del mundo un rincón donde lo humano se hospeda. De esta manera, el humano moderno, sujeto racionalizado, se queda huérfano de mundo, expuesto a la violencia de la razón capitalista –en su dimensión económica, política, jurídica e ideológica–. En otras palabras, las estructuras sociales invaden el mundo de la vida y en lugar de alimentarlo y fortalecerlo, amenazan con destruirlo dejando al ser humano sin hogar.
En América Latina los mundos de la vida en las comunidades agrarias, pese a la colonización europea y posteriormente norteamericana, se han mantenido, resistieron a la embestida del sistema colonial. En el Ecuador, la permanencia de los mundos de vida agrario-andinos ha sido lo que nos ha permitido guarecernos de la embestida capitalista, al mismo tiempo que poner resistencia a la misma. En las dos décadas de aplicación del neoliberalismo (años 80 y 90 del siglo pasado), las políticas económicas y sociales del Consenso de Washington que pusieron en riesgo los mundos de la vida, al final por la propia resistencia nacida de ellos no lograron destruirlos. La amenaza de nuestra muerte social e incluso biológica por la devastación neoliberal (flexibilización laboral, recorte en el gasto social, privatización de los bienes públicos, saqueo de recursos naturales, etc.), fue experimentada por la mayoría de la población afectada como el retorno permanente de esa muerte cultural reprimida en el medio siglo de colonización modernizadora (síntoma). Dicho de otra manera, la aplicación de cada política neoliberal se la experimentaba como el retorno de la muerte cultural (síntoma reprimido) que nuestros pueblos han sufrido desde su nacimiento de pueblos colonizados. A pesar de los argumentos de los gobiernos neoliberales que buscaban explicar la devastación como necesaria para la economía nacional el trauma de ser pueblos colonizados retornaba en el síntoma. La experiencia de enfrentarnos con la muerte (conquista y colonización) una y otra vez en su retorno sintomático fue lo que provoco los estallidos de resistencia y lucha que en los 90 y en los primeros años del 2000 defenestraron tres presidentes e impidieron la aplicación total del neoliberalismo en el país.
Ahora, si bien el proyecto neoliberal en los 90 y primera década del 2000 fue impedido por la diversidad cultural y sus organizaciones sociales en el país; la necesidad de implantar sus políticas y continuar con la modernización del país y la región, es imperante para el capitalismo global. De ahí que el proyecto de la revolución ciudadana, aunque bajo la retórica de izquierda y recogiendo las demandas históricas de las organizaciones sociales –lo cual le ha valido la legitimidad dentro de parte de la población nacional–, en sus políticas concretas expresa la intención de fortalecer y expandir el Estado, con la aparente intención de establecer un disciplinamiento de las condiciones de vida culturales, económicas y políticas, para lograr la normalización de ciertas relaciones que antes causaban conflicto y tensiones sociales, para ahora –nuevamente– entrar en la senda del crecimiento económico y el progreso que ya fue trazado por Occidente. Es por esto que resulta pertinente la noción de gobierno para dar cuenta de este proceso de modernización actual:
El gobierno es definido …como una manera recta de disponer de las cosas para conducirlas no a la forma de ‘bien común’… sino precisamente a un ‘fin conveniente’ para cada una de las cosas que hay que gobernar. Lo que implica, de entrada, una pluralidad de metas específicas: por ejemplo, el gobierno tendrá que actuar de modo que se produzca la mayor riqueza posible, que se proporcionen a la gente recursos suficientes… el gobierno… tendrá que hacer que la población pueda multiplicarse…Y, para lograr esas diferentes finalidades, dispondrá de cosas… Lo que en efecto, permitía a la soberanía alcanzar su fin, la obediencia a las leyes, era la ley misma; ley y soberanía se confundían absolutamente con otra. Por el contrario, aquí no se trata de imponer una ley a los hombres, se trata de disponer de las cosas, es decir, de utilizar tácticas más que leyes, o, como mucho, de utilizar al máximo leyes como tácticas; hacer de modo que, por ciertos medios, tal o cual fin se pueda alcanzar (Foucault Michel en Rodríguez y Giorgi 2007, 201).
A partir de la configuración de un nuevo marco legal, el cual suponía principios y derechos de avanzada y hasta revolucionarios, así como con la expedición constante de nuevas leyes por parte del Ejecutivo y la Asamblea Nacional –ambos poderes controlados por Alianza País–, acompañados de un ataque mediático oficialista permanente, permiten que el Ecuador vaya entrando de manera más adecuada en la dinámica del capital global y, es más, con legitimidad y el beneplácito de sus pueblos. Se están generando las condiciones sociales y legales adecuadas para que el gran capital se afinque en este territorio que antes resultaba ingobernable; se está criminalizando y sancionando a quien disienta respecto al “modelo de desarrollo”; y bajo la idea de la recuperación y fortalecimiento del Estado, se permite que el mismo concentre más poderes para ejercer controles de manera más sutil y efectiva dentro de la población, lo cual también responde a ciertos mecanismos discursivos y simbólicos.
La violencia de la modernización capitalista neoliberal, de las dos últimas década del siglo XX, careció del mecanismo fetichista por el cual la imposición pragmática del capitalismo (extractivismo, modernización colonial, corrupción estructural) sobre la sociedad y su vida política cultural no contó con un objeto (fetiche) que encarne la mentira del bienestar moderno, por el cual se puede soportar y sostener la insoportable verdad: la destrucción violenta de los mundo de la vida y su consecuente la orfandad humana. El cinismo pos político y pos ideológico del neoliberalismo era evidente, lo cual provocó en la población rechazo, el mismo que se expresó en movilizaciones sociales que mostraban claramente la no aceptación de la violencia capitalista.
Con esta experiencia, el gobierno de la revolución ciudadana, al igual que otros en América Latina, ha llevado adelante su proyecto modernizador, igual o más violento que el ejecutado por el neoliberalismo, gracias al mecanismo de la fetichización.
…el fetiche es la encarnación de la mentira que nos permite sostener la insoportable verdad. Tomemos el caso de la muerte de una persona amada: en el caso de un síntoma, “reprimo” esta muerte, trato de no pensar en ella, pero el trauma retorna en el síntoma, por el contrario, en el caso del fetiche, acepto completa y “racionalmente” esa muerte, pero me aferro al fetiche, a cierto elemento que encarna para mí el repudio de esa muerte (Zizek 2011, 304).
Los procesos de modernización capitalista, y más aun los conservadores, suponen la muerte violenta del mundo de la vida, esto es, la muerte de ese rincón del mundo con-sagrado al recogimiento humano y a su permanente religare colectivo y comunitario. Lo que va muriendo son los tejidos comunitarios, las relaciones sociales (políticas, económica, jurídicas) y las formas culturales inherente al mundo de la vida agrario, sostenido en y por los pueblos ancestrales. Es este mundo de la vida, que viene muriendo desde la época de la conquista y que no termina de morir pese a todos los intentos modernizadores que se han ejecutado a lo largo de esta historia. Es este mundo de la vida el que una vez más, a nombre, hoy, de la revolución ciudadana busca ser liquidado poniendo fin a esta larga agonía, por medio del mecanismo fetichista. El gobierno de la revolución ciudadana ha mejorado la estrategia fetichista –también observable en las modernizaciones garcianas y de las dictaduras militares–, en base a una estrategia de recolonización ideológica radicalizada por el manejo mass mediático.
Los golpes mortales que el gobierno actual ha dado en contra del mundo de vida –destrucción del mundo agrario (extractivismo radicalizado, ley minera, ley de agua, ley de tierras), destrucción de las organizaciones y movimientos sociales (criminalización de la protesta social), control autoritario estatal (COIP, ley de comunicación, decreto 016), destrucción de la economía nacional, (endeudamiento externo, TLC con la Comunidad Europea, nuevo código laboral, corrupción institucionalizada, eliminación de subsidios: gas, electricidad), control y destrucción de la comunidad universitaria (reforma universitaria con visión mercantil), etcétera– son aceptados completa y “racionalmente” por la mayoría de la población, gracias a que esta se aferra al fetiche de la modernización, es decir a cierto elemento que encarna la muerte que dicho proceso supone. El mejor ejemplo de este objeto insignificante y estúpido al cual nos aferramos y a nombre del cual aceptamos la destrucción de nuestro mundo de la vida son las carreteras, signo del progreso moderno.
Entre otros fetiches han sido las carreteras, el primer fetiche posicionado por el mismo gobierno. Tomando con mucho cuidado, para las carreteras como fetiche se puede decir lo que Marx sobre el fetichismo de la mercancía y su fetiche: “A primera vista una mercancía parece algo tremendamente obvio y trivial, pero su análisis pone de manifiesto que es una cosa muy extraña, llena de sutilezas metafísicas y filigranas teológicas” (Foucault Michel en Rodríguez y Giorgi 2007, 306). Como acertadamente pudo observar una editorialista del país: “El mensaje (fetichista) a la gente es claro: Mirar a otro lado, para no tener problemas y solo exclamar: ¡Ya tenemos carreteras!”. Dicho de otra manera, mientras la mayoría de los ecuatorianos estemos aferrados a las carreteras-fetiche aceptaremos que destruyan nuestros mundos de la vida conociendo la realidad de lo que se está haciendo.
Lo complejo de este mecanismo de dominación es que:
El fetichismo no actúa en el nivel de la mistificación y el conocimiento distorsionado: lo que en el fetiche se encuentra literalmente desfasado, transferido a él, no es el conocimiento, sino la ilusión misma, la creencia amenazada por el conocimiento. Lejos de impedir este conocimiento “realista” de cómo son las cosas, el fetiche es, por el contrario, el medio que permite al sujeto aceptar ese conocimiento sin pagar por él el elevado precio que exige (Foucault Michel en Rodríguez y Giorgi 2007, 308).
En atención a lo citado, el gran problema que afrontamos es el hecho de que la población que apoya al gobierno de la revolución ciudadana conoce las implicaciones destructivas que el proyecto gubernamental tiene sobre su vida individual y sobre la vida social, y pese a ello las acepta sin remordimiento, sin sufrimiento, sin criticidad, gracias a que se encuentran aferrados a las carreteras, donde se materializa la ilusión del progreso y desarrollo moderno. Lo complejo del mecanismo fetichista de dominación es que configura una población cínica, en el sentido extramoral del término, en la medida en que las carreteras, además de materializar la ilusión, son la encarnación del repudio que tenemos al conocimiento sobre la destrucción de nuestros mundos vitales, del rechazo a aceptar lo que subjetivamente se sabe (Foucault Michel en Rodríguez y Giorgi 2007, 306). Lo que se intenta decir es que fetichismo expresa el mecanismo por el cual evitamos las consecuencias que tiene conocer que nos están destruyendo la vida, asumiendo una posición cínica frente al mismo. Acaso no es esta actitud cínica la respuesta de la mayoría de los ecuatorianos frente a decisiones gubernamentales como la de explotar del Yasuní, la de empeñar la mitad de la reserva nacional a la codicia de un vulgar chulquero norteamericano, de entregar los bienes naturales a la voracidad de las empresas chinas, de firmar un TLC con claras desventajas para la economía nacional, etcétera. Al pragmatismo cínico de la política de gobierno la población responde con el cándido cinismo del fetiche.
Tres
Gobiernos progresistas: un nuevo patrón de poder para América Latina
Contexto para un nuevo momento del Estado
on el desplome del socialismo real, el capitalismo occidental se extendió por el planeta como el gran triunfador del largo periodo de la guerra fría, el gran triunfador del siglo XX. Ante la desaparición de su enemigo comunista, utilizado durante un siglo como chivo expiatorio para ocultar sus contradicciones internas, la victoria política del occidente capitalista comenzó a tener serios problemas para mantenerse sin que su inconsistencia salga a flote. Ya no había a quien acusar de los males del sistema, ya se había terminado el comunismo que acechaba la tranquilidad del desarrollo capitalista, no había donde justificar sus crisis sociales, económicas, políticas e incluso culturales, ya no había como justificar su salvaje política internacional.
Al parecer no resultó tan buena la desaparición del bloque socialista para el occidente capitalista. De hecho, la guerra fría fue un buen periodo para la consolidación de la hegemonía norteamericana en el planeta. Desaparecido el socialismo real, las luchas de resistencia en red emergían y se radicalizaba en el seno mismo del mundo industrializado. Resistencias múltiples y diversas frente al proceso de globalización capitalista neoliberal, que dejaban visible la inconsistencia o contradicción del sistema triunfante. En latinoamérica las luchas de resistencia al neoliberalismo generaron la formación de movimientos sociales de la fuerza del movimiento indígena en Ecuador, de los zapatistas en México, de los sin tierra en Brasil, de los piqueteros en Argentina, entre otros muchos que se desplegaban por todo el subcontinente. Abierto el desequilibrio del sistema que pone en duda la hegemonía capitalista norteamericana fue necesario construir otro enemigo. Así, doce años después del derrumbe del muro de Berlín en 1989, se derrumbaron las torres gemelas con lo cual quedó establecido el nuevo enemigo de occidente, el terrorismo árabe-musulmán y el narco-terrorismo latinoamericano.
La invención de este nuevo chivo expiatorio no tuvo la fuerza del comunismo y pronto se desgastó, todo el cuento del terrorismo no consiguió justificar en la conciencia mundial las intervenciones genocidas de los aliados, ni la depredación de la expansión capitalista. El movimiento antiglobalizador no pudo ser detenido con la ofensiva antiterrorista del estado norteamericano. La búsqueda de una sociedad distinta seguía latiendo en la conciencia social mundial y particularmente en la de América latina, donde se desarrollaba un proceso de politización crítica de los sectores sociales.
El péndulo entre liberalismo y estatismo
Después de las guerras de independencia, América latina quedó bajo el control económico y político de Inglaterra y Estados Unidos. Esta dependencia significó la formación de débiles y parasitarios estados nacionales que respondían a los intereses del capitalismo central en perjuicio de los intereses de los recientemente formados países latinoamericanos. Los fragmentados y débiles estados del subcontinente fueron desde el inicio de su vida administrados por caudillos y dictadores que trabajaban bajo las políticas emanadas primero por Inglaterra y luego por Estados Unidos.
Desde su nacimiento los estados latinoamericanos estuvieron marcados por la dependencia económica, la inestabilidad política y el fracaso constante de las constituciones. En las primeras épocas los administradores del estado fueron jefes militares de la guerra de la independencia que pronto se convirtieron en caudillos de un pueblo con poca conciencia política, lógica que marcó el futuro político de América latina. Cabe aclarar que estos caudillos de distintos rostros y con distintos discursos operaron y operan bajo los dictámenes del capitalismo. Ya para el siglo XX, los primeros caudillos dieron paso a los dictadores, la diferencia entre uno y otro radica en que los primeros son elegidos por las masas populares, mientras que los segundos asumen el poder con la fuerza militar.
Haciendo un corte histórico, en la década de los 50 y 60 del siglo XX se desarrolla un proyecto de sustitución de importaciones llevada adelante por gobiernos de corte nacionalista, básicamente en México, Argentina y Brasil y en menor medida en el resto de América latina. En este periodo se intentó pasar de un capitalismo agrario feudalizado a un capitalismo moderno, se hicieron algunas reformas estructurales que fortalecieron el modelo de sustitución de importaciones, el mercado nacional y la identidad nacional. Así, también, se fortalecieron los partidos socialdemócratas y los partidos de izquierda que hicieron una alianza con las élites empresariales nacionales en función de la modernización económica, la reforma agraria y cierta autonomía del imperialismo norteamericano (Sader,10). La clase obrera y sus organizaciones se fortalecieron y adquirieron mayor presencia en la política nacional. Sin lugar a dudas este fue una época de ascenso de la conciencia social crítica. Al final el programa de modernización en dependencia fracasó y se hacía necesario la aplicación de la nueva política neoliberal en remplazo del keynesianismo latinoamericano. Como la conciencia social había avanzado junto a formas de resistencia y lucha popular la aplicación del nuevo modelo económico necesitaba despejar el camino, desarmando la disidencia política del pueblo. Así vino la época de las dictaduras militares: “Los golpes militares chileno y uruguayo fueron ejecutados en el año que marcó la transición de un largo ciclo expansivo a uno recesivo desencadenado por la crisis del petróleo de 1973” (Sader, 10)
Las dictaduras de Centro América y del Cono Sur (Brasil, Uruguay, Chile, Argentina, Paraguay) marcaron un profundo retroceso tanto en los procesos de modernización vía sustitución de importaciones, cuanto en el ascenso de la conciencia social. La violencia terrorista del Estado que aplicaron las dictaduras provocó una regresión de la organización y la lucha social que dejaba libre paso a la política neoliberal, el mejor ejemplo de esto fue Chile en la era de Pinochet, quien fue el primero en aplicar la doctrina emanada por el consenso de Washington.
Con el camino despejado se abre el periodo de los gobiernos “democráticamente” neoliberales.
La aplicación de las directrices económicas del neoliberalismo en América latina, que se pusieron en marcha con el retorno a la democracia, tropezó desde su inicio con un proceso sostenido de resistencia popular. La fuerza de la oposición al denominado ajuste estructural se experimentó en la década de los 80 y 90 del siglo XX. Levantamientos populares (campesinos y urbanos) se dejaron sentir por todo el subcontinente. En el caso particular de Ecuador, esas movilizaciones antineoliberales tuvo como principal sujeto de dirección política al movimiento indígena y a sus organizaciones.
La confrontación llegó a su punto más alto en: la irrupción de los zapatistas en el contexto, no solo Mexicano, sino latinoamericano; la importante presencia del Movimiento de los Sin tierra en Brasil y en el subcontinente; el proyecto del movimiento indígena en todo el continente con la dirección política de la CONAIE del Ecuador. Por otro lado, las fuertes movilizaciones sociales que pusieron en jaque al sistema político dominante como fueron el Caracazo en Venezuela en 1989, el Argentinazo en Argentina en 2001, los levantamientos indígenas y populares de toda la década de los 90 hasta mediados de la primera década del siglo XXI en Ecuador. Movilizaciones que defenestraron presidentes y deslegitimaron la política neoliberal impulsada desde los estados nacionales, cuyos gobiernos seguían las directrices del consenso de Washington.
Durante la segunda mitad de la década de 1980 hasta mediados de la del 2000 las organizaciones populares de toda América latina habían configurado un claro programa político, cuyas demandas fundamentales se articulaban en contra de la aplicación de la política neoliberal que estaba causando la profundización de los procesos de empobrecimiento y miseria en todo el subcontinente. Con las diferencias de cada país y de cada pueblo, de cada proceso, se compartía las afectaciones que los pueblos de América Latina estaban sufriendo debido a la aplicación de los programas de ajuste estructural dentro del que se puede citar: las políticas de privatización, los acuerdos de libre comercio, el Plan Puebla y el Plan Colombia
Con estos antecedentes se puede entender que los llamados gobiernos progresista que hoy dirigen la mayoría de estados nacionales de América del Sur, hayan logrado obtener la dirección del poder político de sus respectivos países.
Chávez en Venezuela, Evo en Bolivia, Lula en Brasil, los Kirchner en Argentina, Álvaro Colón en Guatemala, Mauricio Funes en El Salvador, Lugo en Paraguay, Correa en Ecuador, Ortega en Nicaragua, Mujica en el Uruguay, todos ellos ganaron las elecciones en razón que con las diferencias propias de cada proceso acoge en su discurso de campaña las demandas del programa político de los sectores populares organizados desde la izquierda. Su ofrecimiento de acabar con la época neoliberal, es quizás lo que mejor explica el triunfo de estos proyectos “progresistas”, tomando en cuenta que el deseo de cambio del pueblo tenía como núcleo articulador poner fin a los intentos de aplicación de la política neoliberal.
Acabar con la política neoliberal exigía recuperar y fortalecer el Estado que había sido reducido por los gobiernos anteriores. Se necesitaba, decían y aun sostienen, un estado fuerte para que asuma el control y vigilancia de la economía.
Propuesta que ha sido vista como un signo claro del fin del neoliberalismo. Confusión curiosa esta, cuando hace casi medio siglo atrás los teóricos del neoliberalismo alemán planteaban como presupuesto del mismo que: …el Estado debe dominar el devenir económico (Bohm, Franz, citado por Foucault, Michel 2007, 162).
El Estado neoliberal tiene que saber-intervenir en todos los aspectos de la vida, en función de los intereses de la reproducción de la economía mercantil capitalista. Desde este enfoque, el saber intervenir es un asunto de gobierno, un tipo de dirección política de la sociedad que busca su total mercantilización. Un asunto de gobierno que los gobiernos progresistas lo ha llevado bastante bien en estos años que está al frente del Estado.
Como se conoce, la compleja y heterogénea estructuración de las sociedades latinoamericanas, ha permitido que formas de vida alternas al mundo capitalista sobrevivan y se conserven en los márgenes del sistema. Son estas formas justamente la riqueza que se expresa en el carácter plurinacional e intercultural que ahora cualifica los estados de Ecuador y Bolivia; y son estas formas de vida las que nos han permitido pensar en un proyecto de vida distinto llamado Sumak kawsay.
Sin embargo, más allá de la retórica de izquierda de estos gobiernos y de la letra muerta en la que está convirtiendo las nuevas constituciones que se elaboraron en algunos países como Venezuela, Bolivia y Ecuador, los mundos de la vida agrarios, que han subsistido en América Latina y sobre todo en la región andina, son disfuncionales en la nueva articulación internacional del capital. En razón de esto deben ser negados e integrados de forma plena a la economía mercantil capitalista y este parece ser el objetivo central de estos gobiernos progresistas.
En función de este objetivo se requiere consolidar la colonización de los mundos de la vida alternos, e integrarlos a la demanda del mercado mundial. Gobiernos que puedan intervenir en el seno de la población para desarticular las relaciones de vida no mercantiles, como la reciprocidad, la solidaridad y la cooperación. Desmontadas sus lógicas productivas propias, los campesinos se ven obligados a migrar y entrar en la dinámica competitiva del mercado.
Este violento y sostenido proceso de intervención se da en base a programas de cambio en las técnicas productivas agrícolas, capacitación y financiamiento técnico de agricultores; modificación del marco jurídico –ley de aguas, ley de tierras, ley de soberanía alimentaria, mandato agrario –; modificación de la distribución y extensión de los suelos y del carácter del uso de las tierras, se trata de un ordenamiento territorial que define dónde intervenir.
Junto a estos programas de orden técnico-jurídico, se aplica una política social que apoye todo este proceso colonizador.
Hay que observar que una de las políticas fuertes en el área social ha sido los subsidios en bonos de pobreza con los cuales se ha sostenido la popularidad de estos gobiernos, en los sectores más empobrecidos de los países.
El bono de Desarrollo Humano o subsidio de la pobreza se enmarca en lo que se llama el “impuesto negativo”, el mismo que según dicen: “responde a la necesidad de: para ser eficaz en lo social sin ser perturbadora en lo económico, una prestación social jamás debe presentarse, en la medida de lo posible, como un consumo colectivo” (Bohm, Franz, citado por Foucault, Michel 2007, 243). Digamos que se debe tratar de sustituir los financiamiento globales como la inversión en salud, educación, cultura,) por un subsidio en dinero contante y sonante (Ibíd.), que asegure recursos complementarios solo a quienes están bajo el nivel de la línea de pobreza. Se establece de esta manera una línea divisoria entre los asistidos y los no asistidos, propia del asistencialismo humanitario que no corresponde con la idea moderna de los derechos humanos.
Mediante el impuesto negativo se logra que los más empobrecidos tengan asegurado un nivel de consumo con frustraciones suficientes que les mantengan conectados a la lógica del trabajo asalariado que siempre debe estar presente como meta, aunque esta solo sea ideológica. Está más que claro que esta política busca atenuar los efectos negativos de las contradicciones sociales y evitar el conflicto. Es decir, los subsidios de la pobreza no buscan resolver las causas del empobrecimiento sino atenuar sus efectos. Este tipo de políticas es totalmente contrario a la redistribución de la riqueza en el planteamiento socialista, lo que muestra la inconsistencia del discurso de izquierda con el cual manipulan estos gobiernos.
La política social en general aplicada por estos gobiernos muestra la clara intervención del Estado en la sociedad desde una perspectiva puramente técnica …de oferta de bienes y servicios sociales a un grupo de ‘beneficiarios’ (Ibíd.), propia de una práctica gubernamental que hace de la sociedad su blanco y objetivo para garantizar el desarrollo mercantil. Un gobierno que en definitiva quiere garantizar que el mercado sea posible en una sociedad agraria con profundas raíces comunitarias. La política social pasa a ser un instrumento de formación del mercado, perdiendo su carácter político de justicia social.
En otras palabras, la cuestión social transformada en el tema crucial, lleva el principio de la demanda mercantil a la esfera pública, lo transforma en instancia resolutiva bajo la forma consolidada de gerenciamiento social y práctica administrativa (Ibíd.).
***
Como primera conclusión se puede afirmar que estos mal llamados gobiernos progresistas de América Latina están poniendo en marcha un programa de racionalización de la vida que empieza por la racionalización económica. Programa que se enmarca en la idea de Vitalpolitiklo, “la política de la Vida” que, según Foucault, fue trabajada por Rüstow (Bohm, Franz, citado por Foucault, Michel 2007, 185).
Rüstow define así esta Vitalpolitik:
Una política de la vida que no esté esencialmente orientada, como la política social tradicional, hacia el aumento de los salarios y la reducción del tiempo de trabajo, sino que tome conciencia de la situación vital del conjunto del trabajador, su situación real, concreta, de la mañana a la noche y de la noche a la mañana; la higiene material y moral la sensación de limpieza, el sentimiento de integración social, etc., son a su juicio tan importantes como el salario y el tiempo de trabajo (Ibíd.).
De hecho, este proyecto no es nuevo, se lo viene aplicando desde el regreso a la democracia, por todos los gobiernos que se han sucedido, unos con mejores resultados que otros. Sin embargo, parece ser que los actuales gobiernos son los que mejor ha aplicado esta política, sin lugar a dudas son gobiernos que cuenta con la tecnocracia necesaria para llevar adelante su objetivo. Tecnocracia que viene formándose desde la época neoliberal y que participó en todos los programas de desarrollo llevados adelante por la cooperación internacional. No hay que ser muy suspicaz para saber que cuando se inicia la época de la aplicación del discurso del desarrollo, a través de sus programas, se inicia la colonización del Mundo de la Vida, sobre todo del andino-indígena-agrario.
Podríamos hacer una lista de funcionarios que estuvieron trabajando para la cooperación internacional y que se formaron como buenos tecnócratas al servicio de la Vitalpolitik, de la colonización y administración de la vida. Muchos de los funcionarios de estos gobiernos conocieron muy de cerca a las comunidades y organizaciones indígenas y populares, pues trabajaron sobre ellas con los programas de la cooperación internacional.5 Pasaron de ser cuadros de las ONG para el desarrollo a ser cuadros del estado, lo que indica el proceso por el cual la política de la vida los colonizó a ellos mismos.
El fin último de esta colonización es: “construir una trama social en la que las unidades básicas tengan precisamente la forma de la empresa” (Foucault 186). Un ejemplo de esto son todos los programas del Ministerio Coordinador de la Producción, el Empleo y la Competitividad, así como los programas del Ministerio de Agricultura, del MIDUVI y sobre todo que busca el Plan Nacional de Desarrollo presentado por la SENPLADES sobre la base de los nodos de producción. “Se trata de hacer del mercado, de la competencia, y por consiguiente de la empresa lo que podríamos llamar el poder informante de la sociedad” (Foucault, 186).
Las leyes que se redactan e imponen están destinadas a garantizar un marco jurídico de control del mundo de la vida, con lo cual se garantiza la aplicación del modelo económico articulado a las demandas del capital internacional. “Sociedad de empresa y sociedad judicial, sociedad ajustada a la empresa y sociedad enmarcada por una multiplicidad de instituciones judiciales, son las dos caras de un mismo fenómeno” (Foucault, 187).
Una segunda conclusión dice que estos programas de gobierno buscan transformar a las personas en sujetos económicos: desmontados los Mundos de la Vida alternos al mercado, es decir desmontadas las relaciones que constituían la comunidad agraria, principalmente la de reciprocidad, las personas quedan huérfanas de mundo
5. Es justo aclarar que algunas de las ONG de izquierda han trabajado al servicio de la organización política de los campesinos e indígenas tratando de cuidar los lazos sociales que sostenían su Mundo de la Vida en un intento claro de sostener espacios de resistencia y lucha.
y son absolutamente susceptibles de ser atrapadas en las relaciones mercantiles.
Convertidas en sujetos económicos de elecciones individuales, atomísticas y libres pierden las condiciones sociales para resistir la avanzada del capitalismo y defender sus mundos de vida, sus comunidades de vida. Es eminentemente gobernable sumisión
El sujeto económico del interés elige siempre en referencia a sí mismo de forma pragmática, calculada y racionalizada en atención a su yo, por sobre la relación con el otro. Esto explica por que razón ciertos miembros de comunidades campesinas o indígenas que han sido intervenidas buscan desarrollarse como accionistas individuales de empresas privadas, o como ciertas comunidades indígenas se han dividido entre empresarios textiles que explotan a otros indígenas que ha sido empobrecidos.
Otra política de intervención ya muy conocida es la capacitación técnica y académica de ciertos miembros de la comunidad que luego de pasar el proceso se separan de su base común y pasan de ser miembros de la comunidad de empresarios, técnicos, representantes políticos, dentro del sistema de la institución estatal burguesa, etc. Sujetos sumisos que sirven de ventrílocuos para garantizar la dominación y el control sobre el resto de la comunidad. Sujetos que ya no obedecen el mandato comunitario sino su interés personal y en este sentido pasan a formar parte de la lógica dominante.
Así mismo se ha podido observar la transformación de muchos dirigentes políticos de los movimientos sociales y la izquierda en líderes y técnicos. Es fácil darse cuenta que el dirigente político sea de una comunidad indígena, campesina o de un sindicato de trabajadores, es una persona que se ha formado en la lucha de su pueblo y está ligada a los intereses comunitarios, ya que sus propio interés se realiza en ellos. De pronto el trabajo de las ONG, y ahora el gobierno con la misma lógica, hicieron que estos dirigentes vayan desapareciendo y sean reemplazados por los líderes inventados en los talleres de capacitación o por las becas académicas de la cooperación internacional. En este sentido no debe resultarnos extraño oír que ciertos sectores del movimiento indígena y campesino se sumen a la titulocracia y desconozcan a los dirigentes históricos.
Todas estas maniobras buscan producir un homo economicus, es decir un hombre que se mueva y obedezca únicamente a su interés, un individuo desenganchado de la comunidad. Es decir, todo lo contrario de lo que ha primado en estas formas de vida alterna, de la vida en comunidad donde se ha ido formando a lo largo de toda nuestra historia una cultura de la resistencia y la lucha que ha mantenido la dignidad de estos pueblos.
Una tercera conclusión es que toda esta estrategia económica pasa por: “ajustar el ejercicio global del poder político a los principios de una economía de mercado” (Foucault 157). Estos gobiernos parecen estar experimentando la forma de proyectar en un estilo de gobierno los principios formales de la economía de mercado, de allí que ciertas políticas que toma respecto a la población tengan formas totalitarias de poder. Un totalitarismo político que expresa el totalitarismo económico del mercantilismo capitalista, que bien se puede rastrear en:
a. Una voluntad de control sobre las expresiones populares y sus organizaciones sociales y políticas, forma política llamada neo-institucionalismo.
b. La forma autoritaria en que se redactan y se aprueban las leyes.
c. En el tipo de programas económicos y sociales que se están implementando, en función de colonizar el mundo de la vida.
La política gubernamental que se aplica tiene el claro objetivo de despejar el camino para la implementación de la nueva ola extractiva que el capital internacional demanda de nuestros países. Estos gobiernos se encuentran creando las condiciones estructurales para la explotación de minerales y la inmersión a las exigencias del mercado minero y petrolero.
Gobiernos que ponen en marcha un programa de intervención total sobre el mundo de vida agrario, que busca desarticular sus formas de reproducción económica asentadas en relaciones de reciprocidad, solidaridad y cooperación, y obligar de esta manera a la población campesina entre en la lógica del mercado, vía promoción del principio de la competitividad. Gobiernos que garantizan que la estructura formal de la competencia tenga expresión cierta en la realidad social.
En definitiva estos gobiernos están construyendo un Estado que:
…se constituye en la fuerza política de intervención que garantiza el aparecimiento y consolidación de la competitividad, principio articulador del mercado. Se observa así: …una suerte de superposición completa de la política gubernamental y de los mecanismos de mercado ajustados a la competencia (Foucault, 154).
Modalidades del Estado en los progresismos de América Latina
El Estado que se construye y fortalece con los llamados gobiernos progresistas es un Estado que se construye a partir del ensamblaje de patrones políticos de varios modelos estatales capitalistas, experimento monstruoso, carente de sentido humano, que intenta rivalizar con el poder humanizante de lo humano. Una entidad fabricada artificialmente de partes ensambladas, del Estado Neoliberal (en lo económico), del Estado Keynesiano (en los social), del Estado Soviético y del Estado Fascista (en lo político ideológico). Para intentar comprender la formación del Estado que se ensaya en América Latina, intentaré establecer las estrategias de poder que corresponden a cada uno de los estados que lo fundamentan. Es pertinente aclarar que muchas de los dispositivos políticos del Estado analizado tienen un origen en dos o tres de los estados de base y otra aclaración importante es el hecho de que el Estado no es solo un patrón de poder político, sino que expresa un patrón de poder económico, social y, claro está, de poder ideológico. A continuación paso a detallar las características de este monstruo artificial, en atención a las partes de los estados de las cuales está compuesto.
Tras las pistas del nuevo Frankenstein
El famélico Estado Neoliberal ya no era capaz de asegurar la acumulación en la región, no solo porque el nuevo esquema de acumulación por desposesión necesita un estado que amplíe el marco mercantil a todas las esferas de la vida social, sino porque un estado esquelético no cuenta con un patrón de poder capaz de detener la lucha social que se abrió en América Latina en las últimas décadas del siglo XX. Sin embargo de esto, hay muchos dispositivos neoliberales que se han incorporado al proyecto económico del nuevo Estado.
La Apertura comercial, “propia de la globalización neoliberal” orquestada desde Washington, sigue ejecutándose por los gobiernos “progresistas”. El gobierno ecuatoriano acaba de comprometer el TLC con Europa, con sus mejores representantes económicos: la Alemania de Merkel, la Francia de Hollande y la Rusia de Putin. Como el pueblo ecuatoriano bien conoce, la aplicación de medidas aperturistas no implica una libre y abierta competencia de las partes, pues el poder monopólico u oligopólico sea en la producción o el consumo de los centros económicos no lo permite. Ya conocemos de sobra el chantaje utilizado por los EUA del repetido cierre de su enorme mercado como arma para forzarnos a cumplir sus demandas (Harvey, 109). Un claro ejemplo de las consecuencias de esta asimétrica relación comercial en nuestro país son los chantajes ligados a la ATPDEA. Acuerdo comercial que nos ha obligado a asumir la política norteamericana contra el narcotráfico y el terrorismo, que bien sabemos las implicaciones que tiene en relación al control de la lucha social, malintencionadamente, calificada como narcoterrorismo o terrorismo. Pese a esto, en la última gira presidencial el presidente Rafael Correa dijo textualmente a Putin “ustedes tienen tecnología, nosotros tenemos recursos naturales” y a Hollande “ustedes tienen el saber, nosotros todo el petróleo que quieran.” Literalmente ofreció el país como país-recurso natural.
La lógica de los tratados de libre comercio con los centros del poder capitalista supone además la obligatoriedad de nuestros países de dar garantías jurídicas a los inversionistas, lo que, dejándonos de eufemismos, significa que el estado ecuatoriano a través de su gobierno tiene que generar un marco legal absolutamente beneficioso para las compañías extranjeras. Un marco legal “confiable” para las transnacionales no es otra cosa que garantizar sus negocios y ganancias en nuestros territorios, como se hizo durante todo el periodo llamado, por los gobiernos progresistas, larga noche neoliberal. Ahora bien, garantizar los negocios y las ganancias de las corporaciones capitalistas requiere disciplinar y controlar a la población para que no genere inseguridad social ni jurídica, es decir limitar sus derechos humanos en beneficio de los intereses de las mega empresas. Restringir derechos laborales, limitar derechos civiles como la libre asociación y reunión, la huelga, el cierre de vías, las marchas, es decir todo acto que el pueblo asuma como forma de protesta para resistir los embates del capital, pues será considerado conspiración “terrorista” y en el mejor de los casos atentados contra la seguridad del Estado. Se limitan los derechos territoriales de los pueblos indígenas o ancestrales si su existencia genera inseguridad jurídica para las empresas, o representa pérdidas en sus ganancias. América latina desde hace más de tres décadas de gobiernos neoliberales y progresistas conoce las implicaciones de la criminalización de la lucha social como mecanismo de disciplinamiento y control que asegura la reproducción y acumulación de capital.
Los gobiernos progresistas quieren confundir al pueblo con un discurso antinorteamericano, como si no supiésemos que el capitalismo es mundial y que en su depredación no importa la bandera con la que se enmascara. No existe diferencia si el tratado de libre comercio es con EUA, con la comunidad europea o con el capitalismo asiático, las consecuencia para los pueblos latinoamericanos son igual de nefastas.
La re-primarización de la economía
Sin excepción, todos los gobiernos autodenominados progresistas han establecido contratos de larga duración y a gran escala con transnacionales dedicadas al negocio de la extracción de recursos naturales. Los términos de los acuerdos no son diferentes a los establecidos por los gobiernos neoliberales, de hecho el Ecuador acaba
Descripción Diseño Metas/ Consideraciones
importantes
TLC-Unión Europea Ecuador se suma al tratado de libre comercio multipartito. Generar para el 2016 un mercado comunitario para las exportaciones ecuatorianas.
Ecuador finalizará su participación en el Sistema General de Preferencias (SGP).
Transacción de oro con Goldman Sachs. Realizar una inversión de oro para que este no pierda valor por la caída del precio del oro.
Lograr un crédito de 400 millones para que el gobierno ecuatoriano lo utilice. Generar un rendimiento de 0.85% anual del oro hasta febrero del 2007 y que puede subir a 1.05% si se da una subida extraordinaria del precio mundial del oro.
Deuda externa China. Deuda externa creció un 31.6% entre noviembre de 2013 a noviembre de 2014. Diversificación de las fuentes de financiamiento y reducción de la dependencia del endeudamiento chino.
Déficit presupuestario estatal ecuatoriano de $5.368 millones.
Deutsche Bank. Préstamo ante la venta de bonos del país. Préstamos en dos partes dentro del presupuesto ejecutado según el Ministerio de Finanzas.
Mantener flujo de caja normal, para esto se buscaron fuentes alternativas de financiamiento.
Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) Financiamiento del plan anual de inversiones. Lograr un préstamo con un interés inferior al 2% y a 10 años plazo.
Acuerdo de complementación económica entre la República de Chile y República del Ecuador. Estrechar lazos especiales de amistad y cooperación entre estos países. Intensificar las relaciones económicas entre las partes.
Facilitar la circulación transfronteriza de mercancías y servicios.
Mejorar las condiciones de competencia entre las partes.
Aumentar la inversión en dichos territorios.
Cuadro 3. Apertura comercial6
6. El cuadro contiene información hasta 2015. Para la elaboración del presente cuadro se ha tomado como referencia, investigación bibliográfica y audiovisual de las siguientes fuentes:
- Ministerio coordinador Desarrollo Social, Infancia Plena de 0 a 5 años; febrero 2014.
- SENPLADES, Resumen Ejecutivo ¿Quién se beneficia del Gasto Social en el Ecuador?
Inversión/Tiempo Actores
Tiempo indefinido de la duración del convenio. Unión Europea.
Gobierno ecuatoriano.
Transacción de 466000 onzas por un derivado crediticio.
Crédito deberá pagar una tasa de 4.3% de interés anual. Gobierno ecuatoriano.
Banco Goldman Sachs.
Crédito con China por $7.526 millones.
40% del PIB invertido en pagar la deuda con diferentes países. Crédito de 500 millones de dólares para el financiamiento del programa de cocinas de inducción. China
Banco de Desarrollo de China.
Gobierno ecuatoriano.
Préstamo de $88 millones para la compra de radares. Deutsche Bank AG.
Banco Europeo de inversiones.
Gobierno ecuatoriano.
Crédito por $800 millones. Banco Interamericano de Desarrollo. Gobierno ecuatoriano.
Tiempo indefinido de acuerdo a partir del 29 de enero de 2010. Gobierno Chile.
Gobierno Ecuador.
- Ministerio de Inclusión Económica u social; Informe-Presentación: Red de Protección Solidaria, 2012
- ENAMI ; Informe de Gestión Empresa Nacional Minera, 2014
- Sacher William y Acosta Alberto, La minería a Gran escala en Ecuador: Análisis y datos estadísticos de la minería industrial en el Ecuador.
Descripción Diseño Metas/ Consideraciones importantes
Acuerdo Nrp.59 con el cual la República Federativa del Brasil otorga preferencias arancelarias a la República de Ecuador. Proyecto de liberación comercial para aplicarse en los productos originarios y procedentes de los territorios de las partes. Aumentar la exportación de algunos productos originarios del país. Entablar una balanza comercial estable entre Brasil y Ecuador manteniendo la tendencia de exportación e importación hasta ahora mantenidas.
Complementación económica Nro.46 entre la República de Ecuador y la
República de Cuba. Proyecto de mejoramiento de las condiciones de cooperación económica entre las partes. Profundizar al 100% las preferencias que constan con 50% actualmente. Ecuador al igual que Cuba deja abierto al 100% la entrada del y salida de bienes y servicios.
Acuerdo de cooperación entre Gobierno de la República de Venezuela y República del Ecuador. Acuerdo bilateral de cooperación comercial para fortalecer la complementariedad económica entre
Ecuador y Venezuela. Establecer reglas propias para la libre circulación de bienes y servicios entre los dos países. Favorecer inversiones conjuntas, fluidas y avanzar en el comercio justo.
Acuerdo comercial entre el gobierno de la República del Ecuador y el Gobierno de la República Islámica de Irán. Firma del tratado que favorece relaciones comerciales entre los dos países.
Otorgar facilidades para el intercambio de productos básicos/ bienes provenientes de sus territorios.
Promoción del comercio justo y garantizar la sostenibilidad de las capacidades comerciales de pequeños, medianos y grandes productores. Interés en sectores agrícola, artesanías y adquisición de métodos de producción sostenible. Requerimiento de frutos tropicales y flores para el mercado externo. Vigencia desde el año 2012 para crear relaciones económicas ilimitadas.
Gestión de alianzas estratégicas, prestación de asistencia mutua para el desarrollo tecnológico y el mejoramiento de la productividad e intercambio de prácticas sobre el cumplimiento de normas técnicas y medidas sanitarias y fitosanitarias.
Sitios Web
- ‹http://www.telegrafo.com.ec/economia/item/ecuador-invierte-anualmente-484-millones-en-el-bono-de-desarrollo-humano-bdh.html›.
- ‹http://www.telegrafo.com.ec/opinion/columnistas/item/bono-de-desarrollo-humano-para-adultos-mayores.html›.
Inversión/Tiempo Actores
Aplicación desde 16 de febrero del 2011. República del Ecuador.
República del Brasil.
Empresas Privadas.
Multinacionales.
Aplicación desde el 25 de enero del 2011 por tiempo indefinido. Gobierno Ecuador. Gobierno Cuba.
Aplicación a partir del 02 de diciembre de 2010 por cinco años. Gobierno Venezuela. Gobierno Ecuador.
Periodo de aprobación en la
Asamblea Nacional Constituyente. República del Ecuador.
República islámica de Irán.
- ‹http://www.inclusion.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2012/08/26-de-julio. pdf›.
Descripción Diseño Metas/ Consideraciones importantes
Acuerdo de cooperación técnica entre la República Federativa de Brasil y el Gobierno de la República del Ecuador para la implementación de la televisión Terrestre en Ecuador. Conformar acuerdos bilaterales para la creación del proyecto de televisión digital terrestre en el Ecuador. Brindar apoyo técnico por parte de Brasil para la implementación de la Televisión Digital Terrestre en el Ecuador.
Generar agencias de cooperación técnica de fondos y de programas regionales e internacionales.
Cooperación en comercio e inversiones entre el Gobierno de la República del Ecuador y la República de Indonesia. Incentivar las relaciones económicas entre los dos países, intentando recuperar el tiempo perdido sin acuerdos bilaterales, según el Ministerio de Relaciones exteriores. Lograr una gran inversión desde Indonesia que mejore las condiciones de exportaciones en un mercado exterior.
Interés por parte del Gobierno de Indonesia en invertir en zonas de turismo dentro del país.
Nuevas bases de explotación de recursos naturales para exportación con capital exterior.
Acuerdo de cooperación técnica entre la República del Ecuador y el Gobierno del
Estado de Catar. Facilitar la exportación e importación de sus productos industriales, agrícolas y de servicio así como materias primas. Movimiento mutuo de bienes y prestación de servicios entre los dos países.
Fomentar entre los gobiernos y las instituciones privadas para la
creación de proyectos técnicos y económicos
Acuerdo de cooperación económica entre la República del Ecuador y la República de la India. Fortalecer y desarrollar la cooperación entre India y Ecuador en ámbitos de comercio e inversión. Promover la cooperación en los sectores prioritarios como: comercio, inversión, infraestructura, energía, transporte, biotecnología, contratación y servicios de ingeniería, transferencia de tecnología y diversificación del comercio bilateral.
- ‹www.desarrollosocial.gob.ec›. ‹www.vicepresidencia.gob.ec›. ‹www.informatecuador.com›. de hacer una reforma a la ley minera que contradice muchas de las normativas más avanzadas de la Constitución del 2008 en cuanto a limitar las ganancias de las empresas, los derechos de la naturaleza, los derechos colectivos, etcétera.
Igual que lo hacían los gobiernos neoliberales, los autodenominados gobiernos progresistas, no consultan a
Inversión/Tiempo Actores
Implementación a partir de 11 junio 2011 con vigencia de dos años renovables automáticamente. En la actualidad el proyecto se encuentra vigente República Federativa de Brasil.
Secretaria de telecomunicación Brasil.
Gobierno ecuatoriano.
Aplicación desde el 23 de junio de 2012 por tiempo indefinido. Gobierno ecuatoriano.
Gobierno de la República de Indonesia.
Monto de ganancias e inversión no definida.
Tiempo de convenio de 5 años y posteriormente tiempo indefinido a menos de que una de las dos partes quiera terminar el convenio. Gobierno Ecuatoriano.
Gobierno Catar.
Instituciones privadas (empresas de producción).
Firma del convenio 19 de abril de 2013. República de la India.
República de Ecuador.
Sector privado.
las comunidades y pueblos cuyos territorios son afectados por la explotación y los niveles de redistribución de la riqueza obtenida son casi nulos. “La renta de las élites del sector agrario en Bolivia, Argentina, Uruguay, Brasil y Ecuador es varios cientos de veces más alta que la de la inmensa mayoría de los productores que trabajan en una agricultura de subsistencia y la de los campesinos y
de los jornaleros rurales, muchos de los cuales siguen sometidos a atroces condiciones de vida y de trabajo” (Petras 2012, 1). Tampoco se observan los daños ambientales que la actividad extractiva conlleva y que de hecho afecta a la calidad de vida de las comunidades.
En el Ecuador, Alianza País viene prometiendo un cambio en la matriz productiva, sin embargo después de siete años de gobierno la economía depende cada vez más de la actividad primario exportadora petrolera y ahora minera. La matriz productiva sigue siendo la misma de toda la historia de este país, lo cual significa que la dependencia al gran capital transnacional no solo que continúa sino que se afianza. De hecho, el fortalecimiento del Estado ha servido para llevar adelante los acuerdos comerciales con el capital extranjero estatal y privado y generar políticas “que vinculan el desarrollo a la concentración y centralización del capital y al fortalecimiento del poder ejecutivo” (Petras 2012, 1).
Las prácticas de corrupción en el uso de los recursos públicos y las formas en las que se llevan a cabo no son diferentes de las aplicadas en el estado neoliberal. Este hecho no es un asunto de ética y menos de moral, sino un rasgo estructural de la economía capitalista en su forma neoliberal. Las grandes y “pequeñas” cantidades de capital que son apropiadas de forma fraudulenta de las arcas del estado son una entre otras estrategias para hacer circular el capital sobreacumulado. No es un secreto la existencia de los paraísos fiscales, lugares encriptados donde va a parar el capital saqueado que se transforma en capital de inversión; tampoco es un secreto el hecho de que una cantidad importante de los presupuestos estatales anuales terminan en manos privadas que en muchos casos devienen en pequeños y grandes capitalistas. Son formas ilícitas, pero institucionalizadas, de absorber excedentes. Acaso esta fuga y libre circulación de capitales no es parte de la tesis neoliberal de la liberalización del mercado y el comercio mundial, tesis defendida por el FMI, el Banco Mundial y la OMC tan criticados y cuestionados por los gobiernos progresistas de los fortalecidos estados sudamericanos.
Tómese en cuenta que la fuga de capitales mal habidos es una forma de evadir la recaudación fiscal tan apoyada por la política de un Estado fuerte, de un Estado de corte keynesiano y desarrollista. Queda clara la contradicción entre el discurso de estos gobiernos y sus políticas efectivas: Por un lado, ponen en marcha una fuerte política de recaudación fiscal para todos los ciudadanos, argumentada en un proceso de modernización y racionalización social, y, por otro lado, mantienen la corrupción institucionalizada de fuga de capitales, que es un manera de seguir transfiriendo valor en función de la circulación de capital.
Los escándalos de corrupción de los gobiernos progresistas igualan o superan a los acontecidos en los gobiernos neoliberales. Hay quienes hablan de una convivencia entre progresismo y corrupción (Valenti, 2), afirmación que parece comprobarse tomando en cuenta las denuncias de enriquecimiento ilícito con uso de recursos públicos, formación de nuevos capitales ligados a funcionarios públicos de alto rango, negocios turbios, licitaciones manipuladas, concesionarios que amasan grandes fortunas, sobreprecios en las obras estatales, recursos públicos malgastados y desviados, etc. A manera de los mejores ejemplos de esto podemos hacer una conexión entre Menem y Gutiérrez representantes de los gobiernos neoliberales y los Kirchner y Correa de los gobiernos progresistas. Las mismas acusaciones de corrupción que se hicieron a los gobiernos neoliberales de
Descripción Diseño Metas/ Consideraciones importantes
Refinería del Pacífico. Proyecto emblemático del gobierno actual. Refinamiento de 300.000 barriles de crudo por día.
Alcanzar soberanía energética.
Subsidiaria Río Napo. Provincia de Orellana. Aumento de la producción de Sacha.
Pasar de la producción de 171 645 a 216 861 barriles de petróleo por día. Perforación hasta el momento de 51 pozos.
Refinería Shushufindi Mejoramiento de la planta ya existente desde 1987. Aprovechar el gas extraído de los campos explotados.
Procesamiento de gas en la planta natural.
Refinería Esmeraldas. Ampliar los niveles de procesamiento de crudo. Aprovechar el gas extraído de los campos explotados.
Procesamiento de gas en la planta natural.
Refinería La Libertad. Ubicado en la provincia del Guayas, cantón La Libertad. Aprovechar el gas extraído de los campos explotados.
Procesamiento de gas en la planta natural.
Petroamazonas
19 Bloques Petroleros.
85 campos de explotación.
1.208 pozos petroleros. Nuevos planes estratégicos para los pozos Palo Azul Norte 51, Shushufindi 169 y Coca K-25. Producir alrededor de 327.285 barriles diarios de petróleo. Extraer crudo desde más pozos a la vez.
Incorporación de nuevas técnicas que permitan lograr una producción sostenida.
Exploración y producción de Hidrocarburos de los campos Apaika y Nenke del Bloque
31 Exploración. Nivel de Estudios estratégicos. Producir aproximadamente 30.000 barriles de petróleo por día.
Cuadro 4. Re-primarización de la economía7
7. Para la elaboración del presente cuadro se ha tomado como referencia, investigación bibliográfica y audiovisual de las siguientes fuentes:
- Ministerio coordinador Desarrollo Social, Infancia Plena de 0 a 5 años; febrero 2014.
- SENPLADES, Resumen Ejecutivo ¿Quién se beneficia del Gasto Social en el Ecuador?
- Ministerio de Inclusión Económica u social; Informe-Presentación: Red de Protección Solidaria, 2012
- ENAMI ; Informe de Gestión Empresa Nacional Minera, 2014
- Sacher William y Acosta Alberto, La minería a Gran escala en Ecuador: Análisis y datos estadísticos de la minería industrial en el Ecuador
Sitios Web
- http://www.telegrafo.com.ec/economia/item/ecuador-invierte-anualmente-484-millones-en-el-bono-de-desarrollo-humano-bdh.html
Inversión/Tiempo Actores
10 262 millones de dólares.
Plazo de ejecución de 4 años. Ecuador y Venezuela.
4.182.956 miles de dólares.
Tiempo indefinido de intervención. EP Petroecuador.
Petróleos de Venezuela.
Tiempo indefinido de funcionamiento Refinería Amazonas.
Planta de Gas licuado de Petróleo.
Sin datos -Petroecuador
Sin datos. Petroecuador.
Inversión promedio de 500 millones de dólares. Petroecuador.
Petroamazonas.
500 millones de dólares
3 años Petroamazonas.
- http://www.telegrafo.com.ec/opinion/columnistas/item/bono-de-desarrollo-humano-para-adultos-mayores.html
- http://www.inclusion.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2012/08/26-de-julio.pdf
- www.desarrollosocial.gob.ec / www.vicepresidencia.gob.ec / www.informatecuador.com
Descripción Diseño Metas/ Consideraciones importantes
Exploración y producción del
Bloque Charpa. Exploración y desarrollo de estructuras no perforadas en el sector oriental del país. Provincia de Sucumbíos. Utilizar pozos en producción y prospectos no desarrollados. Apertura de nuevos campos petroleros.
Exploración y producción del
Bloque Lago Agrio. Provincia de Sucumbíos. Desarrollo del campo Lago Agrio Lograr incrementar en 40 MM las reservas de hidrocarburos.
Exploración y Producción del Suroriente ecuatoriano. Provincias de Morona Santiago, Pastaza, parte de Napo.
Apertura de nuevos bloques. Desarrollo de 21 bloques.
Posibilidad de encontrar 690 millones de barriles (mmbls)
Exploración y
Producción del Bloque 01-Campo Pacoa. Provincia de Santa Elena.
Proyecto de exploración. Encontrar pozos petroleros en las 400,000 hectáreas que tiene el denominado Bloque 01.
Exploración y producción del bloque 05-Cuenca Progreso. Provincia del Guayas.
Proyecto de exploración. Generar una producción de 221 millones de barriles de petróleos.
Exploración Costa
afuera Hidratos de
metano Proyecto de exploración. Ratificar la existencia de hidratos de gas para un desarrollo adecuado de su explotación.
Generación de energía.
Poliducto
Pascuales-Cuenca. Construcción de 210 km de poliducto para el transporte de crudo. Desarrollo de estaciones intermedias de transporte de crudo.
Mejorar las condiciones y la velocidad del transporte de crudo.
Proyecto IshpingoTambococha-
Tiputini (ITT) Región Napo.
10 kilómetros cuadrados (1000 ha) serán utilizados en la explotación.
Toda la actividad extractiva ocupará 16.8 hectáreas del Parque Nacional Yasuní. Generar nuevas fuentes de recursos dentro de la explotación petrolera.Generar aproximadamente 600 millones de dólares anuales durante treinta años.
Desarrollo del proyecto en dos fases: la primera en el desarrollo del campo Tiputini y la segunda la producción del Tambococha.
Inversión/Tiempo Actores
Inversión indeterminada Secretaría de Hidrocarburos.
Empresas privadas para consultorías.
Inversión indeterminada. Tiempo aproximado de estudio 2 años. EP Petroecuador.
Inversión Indeterminada.
Estudios empezados en 2012. Secretaría de Hidrocarburos.
Costo indeterminado
Estudio empezado en 2012 EP Petroecuador.
Costo indeterminado.
Estudio empezado 2013 EP Petroecuador.
Costo indeterminado
Estudio empezado en 2012 EP Petroecuador.
280 000 millones de dólares.
Construcción empezada en 2012. EP Petroecuador.
Inicio 15 Agosto 2013.
Costo de 5.500 millones en las próximos 5 años. Petroamazonas
Menem y Gutiérrez se han hecho a los gobiernos progresistas de Correa y los Kirchner. Igual o peor que el neoliberalismo, el progresismo manipula el aparato judicial y se asegura de que toda denuncia que comprometa su poder se desvanezca. El parlamento es maniatado e inducido a hacer una serie de reformas al sistema judicial e incluso a la constitución para proteger los negocios gubernamentales y garantizar mayor impunidad.
Es fundamental anotar que la corrupción en la institución estatal es una de las principales actividades del poder gubernamental, es un sistema integral e integrado que atraviesa toda la estructura.
La corrupción no es una desviación del poder, sino parte esencial del propio poder y de la relación entre gobernantes, empresarios de asalto y conveniencia, financieras, transportadores, bancos, paraísos fiscales, empresas truchas (Petras 2012, 3).
Como ya se anotó, la corrupción es inherente a la estructura de acumulación de capital, quizá lo novedoso de los gobiernos progresistas es que tienen una capacidad, que no tenían los gobiernos neoliberales, de sepultar en el cinismo la inmoralidad más obscena de cualquier sensibilidad social. “Nadie puede creer en serio y defender sin disponer de una extraordinaria cara de hierro que se puede hablar de progresismo y hasta de izquierda y vivir sentados en una montaña de escándalos permanentes de estas dimensiones” (Petras 2012, 3). Esta innovación progresista en la lógica de la corrupción estatal tiene nefastas consecuencias en la conciencia social. El cinismo genera en la población una actitud pasiva frente a la corrupción, la misma que es asumida como parte de la política real, así se establece la naturalización de la lógica depredadora de la acumulación de capital y la decadencia y resignación de la sociedad frente a ella.
Ahora bien, más allá de esta normalización de la co rrupción por parte de los progresismos latinoamericanos, hay que comprender que el abuso de fondos públicos por parte del gobierno es algo que resulta implícito de la lógica misma del Estado. A pesar de que culturalmente el capitalismo actual vuelva indolentes a los sujetos, y de que económicamente este es un sistema mafioso, el Estado ejerce un poder de dominio sobre la población que le permite institucionalizar la corrupción:
…una de las claves […] del «Estado» en general: los gastos tienen primacía sobre los ingresos. El hombre aislado en la sociedad, especialmente el hombre burgués aislado, en el curso del desarrollo, se ve obligado a aceptar como costumbre y como necesidad el criterio de que tiene que ajustar estrictamente sus gastos a sus ingresos. En el presupuesto de la sociedad, en cambio, los gastos constituyen el punto de referencia y de ellos dependen los ingresos, especialmente los ingresos que se obtienen de los miembros aislados de la sociedad en razón del monopolio fiscal (Elías, 440).
La corrupción, entonces, es resultado no sólo de una práctica política de neoliberales y progresistas, o de una economía que despoja de valor y lo concentra en sus grupos de poder, sino que es permitida por el mismo poder central que se supone encarna la voluntad genera: el Estado.