La cuestión de qué tipo de ciudad queremos no puede divorciarse de la cuestión de qué tipo de personas queremos ser, qué tipo de relaciones sociales buscamos, qué relaciones con la naturaleza mantenemos, qué estilo de vida deseamos o qué valores estéticos tenemos.
28/12/2018 :: PENSAMIENTO, MUNDO
Ciudades rebeldes, resistencia urbana y capitalismo
x Vince Emanuele / David Harvey
Entrevista con David Harvey :: “El tipo de ciudad en que queremos vivir está ligado al tipo de personas que queremos ser”
Traducimos la primera parte de la entrevista radiofónica realizada por Vince Emanuele a David Harvey con motivo de la publicación de su reciente libro ‘Rebel Cities’. Vince Emanuele , presentador del programa radiofónico Veterans Unplugged 12/03/13
David Harvey es profesor de Antropología y Geografía en el Graduate Center de la City University of New York (CUNY), director del Center for Place, Culture and Politics, y autor de numerosos libros, incluyendo su último ‘Ciudades rebeldes: del derecho a la ciudad a la revolución urbana’. Ha enseñado El Capital de Karl Marx durante 40 años.
En el prefacio de Rebel Cities (Ciudades rebeldes), empiezas describiendo tu experiencia en París durante los ’70: “Edificios gigantes, carreteras, viviendas públicas desalmadas y mercantilización monopolizada sobre las calles amenazando con absorber el viejo París… París desde los ’60 en adelante estaba simplemente en medio de una crisis existencial. El viejo no podía durar. Además, fue también en 1967 cuando Henry Lefebvre escribió su ensayo fundamental “Sobre el derecho a la ciudad”. ¿Puedes hablar sobre este período de los ‘60 y ‘70? ¿Cómo te interesaste por el paisaje urbano? ¿Y cuál fue el ímpetu para escribir Rebel Cities?
En todo el mundo se mira a los ‘60, históricamente, como un período de crisis urbana. En los EEUU, por ejemplo, fue un momento en el que muchas ciudades centrales se incendiaron. Hubo revueltas y casi revoluciones en ciudades como Los Angeles, Detroit y por supuesto después del asesinato del doctor Martin Luther King en 1968, alrededor de 120 ciudades estadounidenses vivieron una inquietud social y acción rebelde más o menos masivas. Menciono esto sobre EEUU, porque lo que estaba en efecto ocurriendo era que la ciudad se estaba modernizando. Se estaba modernizando en base al automóvil; se estaba modernizando en base a las áreas residenciales. La Vieja Ciudad, o lo que había sido el centro político, económico y cultural de la ciudad durante los ‘40 y ‘50, estaba quedándose atrás. Recuerda, estas tendencias estaban teniendo lugar en todo el mundo capitalista avanzado. Así que no era sólo en EEUU. Había serios problemas en Gran Bretaña y Francia, donde un modo de vida más antiguo estaba siendo desmantelado –un modo de vida sobre el que creo que nadie debería ser nostálgico-, pero este antiguo modo de vida estaba siendo desplazado y sustituido por un nuevo modo de vida basado en la comercialización, la propiedad, la especulación con la propiedad, la construcción de carreteras, el automóvil, la suburbanización, y con todos estos cambios vimos un aumento de la desigualdad y la inquietud social.
“En los ‘60, países que cada vez eran más y más opulentos estaban dejando atrás gente que estaba siendo aislada en guetos urbanos y tratada como seres humanos no existentes”Dependiendo de dónde estuvieras en ese momento, éstas eran estrictamente desigualdades de clase o desigualdades de clase centradas en grupos minoritarios específicos. Por ejemplo, obviamente en EEUU era la comunidad afroamericana con base en los centros urbanos, que tenía muy pocas oportunidades de empleo o recursos. Así, el período de los ‘60 fue un momento al que se caracterizó como una crisis urbana. Si vuelves atrás y miras a todas las comisiones que estaban investigando desde los ‘60 qué hacer con la crisis urbana, había programas gubernamentales implementados desde Gran Bretaña a Francia, y en EEUU. De forma similar, todas estaban intentando abordar esta “crisis urbana”. Me pareció un tema fascinante para estudiar y una experiencia traumática para vivir. Sabes, estos países que cada vez eran más y más opulentos estaban dejando atrás gente que estaba siendo aislada en guetos urbanos y tratada como seres humanos no existentes. La crisis de los ‘60 fue crucial, y creo que Lefebvre la entendió bastante bien. Él creía que la gente en esas áreas debería tener voz para decidir cómo deberían ser estas áreas, y qué tipo de proceso de urbanización debería tener lugar. Al mismo tiempo, aquellos que resistían querían dar marcha atrás en la ola de especulación con la propiedad que estaba empezando a absorber las áreas urbanas a lo largo de los países capitalistas industrializados.
En el capítulo 1 escribes: “La cuestión de qué tipo de ciudad queremos no puede divorciarse de la cuestión de qué tipo de personas queremos ser, qué tipo de relaciones sociales buscamos, qué relaciones con la naturaleza mantenemos, qué estilo de vida deseamos o qué valores estéticos tenemos”. Sin embargo, antes de esta idea mencionas explícitamente el contexto neoliberal en el que vivimos. Más adelante en el capítulo, mencionas la Comuna de París como un evento histórico para analizar y que posiblemente nos ayude a conceptualizar a qué se puede parecer el “derecho a la ciudad”. ¿Hay otros ejemplos históricos, incluida la Comuna de París, sobre los que podamos reflexionar? ¿Puedes hablar sobre los desafíos a los que nos enfrentamos, específicamente dentro del contexto neoliberal?
Creo que la propuesta de que el tipo de ciudad que queremos construir debería reflejar nuestros deseos y necesidades personales es una propuesta muy importante. Sabes, nuestro entorno social, cultural, económico, político y urbano es muy importante. ¿Cómo desarrollamos estas actitudes y tendencias? Esto es importante. Así, al vivir en una ciudad como Nueva York, tienes que viajar por la ciudad, transportarte, y tratar con otras personas de una manera muy determinada. Como todo el mundo sabe, los neoyorquinos tienden a ser fríos y bruscos con los demás. Eso no significa que no se ayuden entre sí, pero para tratar con el ajetreo diario, y las cantidades masivas de gente en las calles y en el metro, debes negociar con la ciudad de una manera determinada.
“Las respuestas revolucionarias al entorno urbano tienen muchos precedentes históricos”En la misma línea, vivir en una urbanización privada en las áreas residenciales conduce a determinadas maneras de pensar sobre en qué debería consistir la vida diaria. Y estas cosas evolucionan hacia diferentes actitudes políticas, que a menudo incluye mantener ciertas urbanizaciones privadas y exclusivas, al precio de lo que pase en la periferia. Estas actitudes sociales y políticas son creadas por el tipo de entorno que creamos. Para mí esa es una idea muy importante: las respuestas revolucionarias al entorno urbano tienen muchos precedentes históricos. Por ejemplo, en París en 1871, había un tipo de postura en la que la gente quería un tipo de urbanización diferente; querían diferentes tipos de personas viviendo allí; era una reacción al desarrollo especulativo-consumidor de clase alta que tenía lugar en ese momento. En consecuencia, hubo un levantamiento que exigía diferentes tipos de relaciones: relaciones sociales, relaciones de género y relaciones de clase.
En este sentido, si quieres construir una ciudad donde, digamos, las mujeres se sientan cómodas, por ejemplo, construirías una ciudad muy diferente de las que conocemos. Todas estas cuestiones están ligadas a la cuestión de en qué tipo de ciudad queremos vivir. No podemos divorciarla del tipo de personas que queremos ser; qué tipo de relaciones de género, de clase, etc. Para mí, el proyecto de construir la ciudad de una forma diferente, con una filosofía diferente, con intenciones diferentes, es una idea muy importante. Ocasionalmente esa idea ha sido emprendida en movimientos revolucionarios, como la Comuna de París. Y hay muchos más ejemplos que podríamos citar, como la huelga general en Seattle hacia 1919. El pueblo tomó el control de toda la ciudad, y empezaron a montar estructuras comunitarias. En Buenos Aires en 2001 estaban pasando estas mismas cosas. En El Alto en 2003 hubo otro tipo de erupción. En Francia, hemos visto las áreas suburbanas disolviéndose en revueltas y movimientos revolucionarios durante los últimos 20-30 años. En Gran Bretaña, hemos visto este tipo de revueltas y levantamientos una y otra vez, que son realmente una protesta contra la manera en que se vive la vida diaria. Ahora, los movimientos revolucionarios en áreas urbanas se desarrollan bastante lentamente. No puedes cambiar toda la ciudad en una noche. Lo que vemos, sin embargo, es una transformación en el estilo de la urbanización en el período neoliberal.
Antes, digamos a mediados de los ‘70, la urbanización se caracterizó por muchas de estas protestas; había mucha segregación; y la respuesta a muchas de estas protestas fue efectivamente rediseñar la ciudad de acuerdo a estos principios neoliberales de autosuficiencia, asumir responsabilidad personal, competición, la fragmentación de la ciudad en urbanizaciones privadas y espacios privilegiados. Así que, para mí, el rediseño de la ciudad es un proyecto a largo plazo. Afortunadamente, la gente está obligada a pensar acerca de alguna forma de transformación revolucionaria, que ocurre durante un punto particular en el tiempo, como en Buenos Aires en 2001, donde hubo movimientos que lideraron tomas de fábricas y realizaron asambleas. De hecho, fueron capaces de dictar, de muchas maneras, cómo se iba a organizar la ciudad y empezaron a hacer preguntas serias: ¿Quiénes queremos ser? ¿Cómo debemos relacionarnos con la naturaleza? ¿Qué tipo de urbanización queremos?
La noche del 7 de agosto de 2011 los disturbios se extendrieron del barrio de Tottenham al resto de barrios de Londres y de las principales ciudades del Reino Unido.
¿Puedes hablar de algunos de estos términos? Por ejemplo, ¿puedes tratar la suburbanización como un resultado de “una forma de absorber el producto excedente y así resolver el problema de absorción del excedente de capital”? En otras palabras, ¿por qué han sido vaciadas nuestras ciudades de esta forma concreta? Esta pregunta es particularmente profética para nuestros oyentes locales en la región del rust belt [“el cinturón de óxido”, las antiguas regiones de predominio industrial del Medio Oeste y la costa Este de EEUU], que ha sido completamente devastada durante los últimos 30-40 años. O, por ejemplo, ahora cuesta cerca de 60 dólares aparcar en el centro de Chicago durante el día, mientras las áreas residenciales explotan por la heroína y los barrios de las minorías están plagados de violencia, empobrecimiento y opresión policial. ¿Puedes hablar sobre estos procesos?
De nuevo, éste es un proceso largo, interminable. Permíteme volver a los ‘30 y la Gran Depresión. Veamos: ¿Cómo salimos de la Gran Depresión? ¿Y cuál era el problema durante la Gran Depresión? Uno de los grandes problemas que todo el mundo identificó fue que no había un mercado fuerte. La capacidad productiva estaba ahí. Pero no había cómo absorber los flujos de ganancias, por así decirlo. Así que había un excedente de capital por ahí sin ningún sitio donde ir. Justo a lo largo de los ‘30 hubo intentos frenéticos para encontrar una forma de gastar ese excedente de capital. Tenías cosas como el “Programa de Obras” de Roosevelt. Ya sabes, construir autovías y cosas de ese tipo. Concretamente tratar de absorber el excedente de capital y el excedente de mano de obra que había en el momento.
“La construcción de los barrios residenciales en EEUU fue la manera en que se invirtió el capital excedente una vez terminada la II Guerra Mundial”Pero no se encontró una solución real en los años ‘30 hasta que llegó la II Guerra Mundial. Entonces, todo el excedente fue inmediatamente absorbido en el esfuerzo de guerra –producir municiones y demás-. Así, la II Guerra Mundial, a primera vista, solucionó el problema de la Gran Depresión. Entonces tienes el asunto después de 1945: ¿Qué pasaría cuando la guerra acabara? ¿Qué iba a pasar con todo este capital extra? Bien, entonces tienes la suburbanización de EEUU. Realmente, la construcción de las áreas residenciales, y en este momento era la construcción de áreas residenciales pudientes, se convirtió en la forma en la que se absorbía el capital excedente. Primero construyeron el sistema de autovías; después todo el mundo tenía que tener un automóvil; después la casa de las áreas residenciales se convirtió en una especie de ‘castillo’ para la población de clase obrera. Todo esto tuvo lugar mientras se dejaba atrás a las comunidades empobrecidas de los centros urbanos. Éste fue el patrón de la urbanización que tuvo lugar en los ‘50 y ‘60. Los excedentes, que el capital siempre produce, funcionan en ese sentido: al comienzo del día los capitalistas empiezan con una cierta cantidad de dinero, y al final del día acaban con más dinero. Surge la pregunta: ¿qué hacen con el dinero al final del día? Bueno, tienen que encontrar algún sitio donde invertirlo: de ahí la expansión.
Los capitalistas siempre tienen este problema: ¿dónde está la expansión y las oportunidades para hacer más dinero? Una de las grandes oportunidades de expansión tras la II Guerra Mundial fue la urbanización. Había otras oportunidades tales como el complejo militar-industrial, etc. Pero fue principalmente a través de la suburbanización como se absorbieron los excedentes. Esto creó muchos problemas, tales como la crisis urbana de finales de los ‘60. Entonces tienes una situación en la que el capital en realidad vuelve a las ciudades centrales y en consecuencia reocupa el centro urbano. Se invierte el patrón. Así, cada vez más se expulsa a las comunidades empobrecidas a la periferia mientras que las poblaciones pudientes vuelven al centro de la ciudad. Por ejemplo, en Nueva York, en 1970, podías conseguir un sitio justo en el centro de la ciudad por casi nada porque había un tremendo excedente de propiedad, y nadie quería vivir en la ciudad. Pero todo eso ha cambiado: la ciudad se ha convertido en el centro del consumismo y las finanzas. Como mencionabas, cuesta tanto alojar tu coche como alojar a una persona. Ésta es la transformación que ha ocurrido. En resumen, el proceso de urbanización tiene lugar a lo largo de los ‘40, estirándose hasta los ‘60.
Entonces tiene lugar una reurbanización en el período siguiente a los ‘70. Después de los ‘70, el centro de la ciudad se hace extremadamente acaudalado. De hecho, Manhattan pasó de ser un sitio asequible en los ‘70 a ser, a todos los efectos, una extensa urbanización privada para los extremadamente ricos y poderosos. Mientras tanto, las comunidades empobrecidas, habitualmente minorías, son expulsadas a la periferia de la ciudad. O, en el caso de Nueva York, la gente huyó a pequeñas ciudades en el norte del Estado de Nueva York, o a Pensilvania. El patrón general de urbanización tiene que ver con esta cuestión de dónde encuentras oportunidades rentables para invertir el capital. Como hemos visto, las oportunidades rentables han escaseado en los pasados 15 años, aproximadamente. Durante este tiempo, una enorme cantidad de dinero entró a raudales en el mercado inmobiliario, construcción de viviendas y todo eso. Entonces vimos qué ocurrió en el otoño de 2008, cuando la burbuja inmobiliaria estalló. Así, hay que mirar a la urbanización como un producto de la búsqueda de formas en las que absorber la productividad y producción crecientes de una sociedad capitalista muy dinámica que debe crecer a una tasa del 3% de crecimiento compuesto si quiere sobrevivir. Ésa es para mí la pregunta: ¿Cómo vamos a absorber este 3% de crecimiento compuesto en los próximos años a fin de evitar los dilemas de urbanización/suburbanización del pasado? Es interesante conceptualizar cómo podría hacerse.
Diagonal. Traducción por Eduardo Pérez.
Texto completo en: https://www.lahaine.org/fM4H