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Analizando al movimiento zapatista desde la resistencia kurda ante los ataques de los estados

ANF Kurdist?n :: 06.01.19

En los ?ltimos a?os los zapatistas han dejado de recibir la importante atenci?n que les dedican los medios de comunicaci?n. Pero esto no significa que su trabajo comunitario haya dejado de existir. La realidad es que sus pr?cticas de autonom?a no son un buen “ejemplo” para las ?lites que gobiernan en el ?mbito pol?tico, econ?mico e ideol?gico. Del mismo modo, no son del agrado de gran parte de la izquierda latinoamericana tradicional, demasiado apegada a la estrategia cl?sica de “tomar el poder”.

El movimiento zapatista celebra su 25? aniversario
Este mes de enero, el movimiento zapatista acaba de celebrar oficialmente su 25? aniversario. Todav?a contin?an construyendo su realidad e innovando en sus pr?cticas en las monta?as de Chiapas.

ANF NEWS DESK domingo, 6 ene 2019, 09:30
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Cuando el amanecer del 1 de enero anunci? el comienzo de 1994 varias grandes columnas de guerrilleros, hombres y mujeres, hicieron su entrada en varios pueblos y ciudades del estado de Chiapas, al sur de M?xico.

Aunque sus rostros estaban cubiertos de bufandas y pasamonta?as, no fue dif?cil darse cuenta de que los componentes de este peculiar ej?rcito insurgente eran ind?genas.

Ese mismo d?a M?xico inici? el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canad?, que seg?n el Gobierno y las ?lites de poder, debe llevar al pa?s a la prosperidad y convertirlo en un pa?s “desarrollado y moderno”.

Al mismo tiempo, los mexicanos y el mundo vieron con asombro la aparici?n, desde la niebla de las selvas y las zonas monta?osas, de una naci?n ind?gena, siempre olvidada y humillada, que se hab?a llamado a s? misma Ej?rcito Zapatista de Liberaci?n Nacional (EZLN).

La peculiaridad del “movimiento zapatista” fue que la insurgencia armada por primera vez no ten?a la intenci?n de tomar el poder, ni de librar una guerra de guerrillas tradicional. Lo que quer?a hacer era enviar sus mensajes al mundo, concienciar a la sociedad de la existencia de esta “naci?n olvidada” a lo largo de la historia. Una naci?n que sigue viviendo en condiciones de pobreza y abandono, pero que tambi?n conserva su orgullo, sus culturas y sus lenguas.

Varios fueron los aportes zapatistas en el ?mbito pol?tico y social: una pr?ctica de democracia directa y participativa basada en las tradiciones ind?genas. El papel dirigente y ejecutivo de las mujeres en la vida y el funcionamiento de las comunidades. El uso de la red y de los medios de comunicaci?n como un altavoz poderoso y eficaz para difundir sus reivindicaciones, sus realidades y promover la solidaridad en torno a ellas.

A lo largo de los a?os los zapatistas decidieron unilateralmente dejar de usar las armas, apeg?ndose a los ?nicos mecanismos de autodefensa, y pasar a una etapa de transformaci?n de una realidad cercana a ellos, construyendo desde abajo sobre la base de un criterio de “autonom?a” pol?tica, administrativa y social, y en esa direcci?n poner en pr?ctica proyectos productivos comunitarios, as? como planes educativos y de salud, todo ello acompa?ado de un profundo respeto a su diverso y exuberante entorno natural.

Pol?ticamente, los zapatistas han expresado en numerosas ocasiones que no creen en los canales electorales tradicionales, por lo que sus acciones tienen que ver con los movimientos sociales, y especialmente con las realidades de las comunidades originarias, de las que fueron fundadores y formaron parte del Congreso Nacional Ind?gena de M?xico.

En los ?ltimos a?os los zapatistas han dejado de recibir la importante atenci?n que les dedican los medios de comunicaci?n. Pero esto no significa que su trabajo comunitario haya dejado de existir. La realidad es que sus pr?cticas de autonom?a no son un buen “ejemplo” para las ?lites que gobiernan en el ?mbito pol?tico, econ?mico e ideol?gico. Del mismo modo, no son del agrado de gran parte de la izquierda latinoamericana tradicional, demasiado apegada a la estrategia cl?sica de “tomar el poder”.

Como parte de este ?ltimo comentario, tambi?n podemos registrar al nuevo Presidente de M?xico, Antonio Manuel L?pez Obrador (AMLO), y a su Movimiento de Renovaci?n Nacional (Morena), que por primera vez ostenta el Gobierno del Estado de Chiapas.

AMLO tiene entre sus propuestas dos grandes planes para la regi?n, que son un ambicioso programa de desarrollo (que incluir?a las zonas fronterizas de Guatemala, Honduras y El Salvador). Y el llamado tren maya, para abrir la puerta a un turismo masivo al territorio donde se desarroll? la impresionante cultura maya, de la cual, por cierto, los ind?genas zapatistas son descendientes directos.

Estos dos megaproyectos tendr?n una fuerte repercusi?n en toda la zona: Una presencia creciente e intervenci?n directa del Estado. Fuertes inversiones inducidas en infraestructura que afectar?an enormemente el medio ambiente y generar?an un creciente inter?s por parte de los terratenientes locales por usurpar tierras ind?genas “no colonizadas”, lo que l?gicamente aumentar?a su valor. O la promoci?n de un modelo tur?stico que vaya acompa?ado de un alto consumo de servicios y recursos naturales y que tenga una probada capacidad para provocar fuertes deformaciones sociales.

Las relaciones pol?ticas entre los zapatistas y AMLO nunca han sido buenas, por lo que los planes del Presidente ser?n un nuevo y dif?cil desaf?o para el futuro inmediato.

En cualquier caso, este mes de enero, el movimiento zapatista acaba de celebrar oficialmente su 25? aniversario. Todav?a contin?an construyendo su realidad e innovando en sus pr?cticas en las monta?as de Chiapas.


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