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Los militares rechazan la base militar de EEUU que quiere Bolsonaro

Ra?l Zibechi :: 09.01.19

No hab?a transcurrido ni una semana desde que asumi? el cargo de presidente, cuando Bolsonaro tuvo su primer enfrentamiento directo con los altos mandos militares, que frenaron su deseo de entregar territorio brasile?o para que EEUU instale una base militar. El presidente desliz? esa posibilidad en la primera entrevista concedida, el 3 de enero.

09/01/2019 :: BRASIL
Los militares rechazan la base militar de EEUU que quiere Bolsonaro
x Ra?l Zibechi
Publicado por La Haine

Las fuerzas domesticadoras del impulso ultraderechista del gabinete Bolsonaro est?n actuando en muchos m?s frentes de los previstos

No hab?a transcurrido ni una semana desde que asumi? el cargo de presidente, cuando Bolsonaro tuvo su primer enfrentamiento directo con los altos mandos militares, que frenaron su deseo de entregar territorio brasile?o para que EEUU instale una base militar. El presidente desliz? esa posibilidad en la primera entrevista concedida, el 3 de enero.

De inmediato tres oficiales superiores hablaron con el diario O Estado de Sao Paulo, cercano a las fuerzas armadas, para afirmar que una base de EEUU en Brasil es “innecesaria e inoportuna” y que la idea del presidente no se corresponde con “la pol?tica nacional de Defensa”. M?s a?n, uno de los oficiales dijo al diario que la presencia de tropas extranjeras solo se justifica “cuando hay riesgo de agresi?n externa sin capacidad de reacci?n, que pueda colocar en peligro la integridad de la naci?n”.

El art?culo recuerda que en 1945 los presidentes Getulio Vargas y Franklin Roosvelt firmaron un acuerdo para que la fuerza a?rea de EEUU abandonara la base de Parnamirim, en Rio Grande do Norte, donde operaban aeronaves estadounidenses, de todos los tipos, para trasladar tropas para el frente de ?frica en el marco de la Segunda Guerra Mundial. La base estaba en el sitio m?s cercano al continente africano, por lo que se consideraba de inter?s estrat?gico. Aunque la Casa Blanca deseaba en aquel momento extender por 50 a?os el uso de la base (rebautizada Base A?rea de Natal), “la reci?n creada Fuerza A?rea Brasile?a ten?a planes propios” y nunca se volvi? a hablar de una base extranjera en Brasil.

En paralelo, en la reuni?n del grupo de Lima el 4 de enero, el canciller Ernesto Ara?jo, reafirm? la posibilidad de instalar una base del Pent?gono, como parte de una “agenda m?s amplia” de Brasil con EEUU. “Tenemos todo el inter?s en aumentar la cooperaci?n con EEUU en todas las ?reas”, dijo el canciller, al adelantar que ser?a parte de la agenda a tratar en un encuentro entre Bolsonaro y Donald Trump el pr?ximo marzo.

Pero el presidente volvi? a repetir el mismo guion cuando recibi? al secretario de Estado Mike Pompeo, en el Palacio de Planalto (sede del Gobierno) en Brasilia. El mismo d?a, 4 de enero, el Ministerio de Defensa aseguraba que “no tiene conocimiento de ninguna tratativa en ese sentido y que no abord? el tema con el presidente”. M?s a?n, seg?n O Estado de Sao Paulo, “oficiales de las Fuerzas Armadas consultados reaccionaron con sorpresa a la declaraci?n del presidente”.

En el seno del Gobierno se est? produciendo una disputa abierta, nada diplom?tica ni medida, entre los dos sectores que componen su base de apoyo: los militares nacionalistas y los economistas de la Escuela de Chicago que defienden el modelo neoliberal a ultranza. Era evidente que esa disputa marcar?a las caracter?sticas principales de la nueva Administraci?n. Lo que era impensable son dos cuestiones centrales: que saliera tan pronto a la luz (apenas tres d?as despu?s de asumir) y que los debates se ventilaran en los medios, sin el recato que exigen los buenos modales gubernamentales.

Pero hubo otro hecho menos visible, pero no menos profundo, que revela la enorme fractura existente en las altas esferas. Fue la transmisi?n del mando de los cancilleres, donde la poderosa burocracia de Itamaraty marca su presencia y pone l?mites a quienes quieren salir del libreto, con similar potencia con que lo hacen las Fuerzas Armadas.

Sucedi? el 2 de enero cuando el excanciller Aloysio Nunes Ferreira, del Partido Socialdem?crata, traspas? el cargo: “Hizo un largo discurso en defensa de las mejores tradiciones de la diplomacia brasile?a y fue calurosa y largamente aplaudido por los diplom?ticos presentes, mucho m?s que el nuevo ministro Ernesto Ara?jo.

Mientras el canciller cesante enfatiz? en la necesidad de mantener el multilateralismo y el pragmatismo, Ara?jo critic? la globalizaci?n y mostr? un claro alineamiento con EEUU, Israel, Italia, Hungr?a y Polonia.

El diario Correio Brasiliense, alineado con las Fuerzas Armadas, titul? la cobertura “Ruptura sin diplomacia”, destacando que es “muy raro” que un ministro que asume sea mucho menos aplaudido que el que sale. El diario critica con dureza el nuevo alineamiento internacional, asegurando que “el problema de la nueva pol?tica exterior no es la sinton?a con el discurso de Bolsonaro, sino la necesidad de posicionarse estrat?gicamente en relaci?n al comercio exterior, la pol?tica nacional de defensa y la relaci?n con los vecinos, en un mundo en el cual el eje del comercio mundial se traslad? del Atl?ntico al Pac?fico. Brasil no puede entrar de cabeza en la guerra comercial de EEUU contra China, que se convirti? en nuestro mayor socio comercial, sin ganar nada a cambio”.

Para empeorar las cosas, el nuevo Gobierno emiti? una medida provisoria que altera el r?gimen jur?dico de los funcionarios del Servicio Exterior Brasile?o, abriendo espacio para que los no diplom?ticos puedan ejercer cargos de jefaturas. El Servicio Exterior de Itamaraty es sumamente celoso de sus tradiciones y de su proverbial profesionalidad.

Por lo que puede observarse de los primeros d?as del Gobierno de Bolsonaro, hay varias fuerzas que est?n tendiendo a limitar su alineamiento autom?tico con la Casa Blanca y su veneraci?n a Trump. Los militares son la principal fuerza en esa direcci?n, ya que desde hace m?s de medio siglo se muestran muy celosos de la soberan?a del pa?s. En modo alguno van a aceptar la instalaci?n de una base militar extranjera, como tampoco van a negociar cualquier tratado sobre el uso de la base de cohetes de Alc?ntara.

En un reciente art?culo el expresidente Fernando Henrique Cardoso advierte al nuevo mandatario que no ser?a oportuno tomar partido por EEUU en la guerra comercial con China. “Es por lo menos anacr?nico pensar que la competencia por el poder y la influencia en el sistema internacional se dar? entre gladiadores comunistas y capitalistas, cruzados de la fe cristiana contra cosmopolitas sin fe ni patria”.

Las fuerzas domesticadoras del impulso ideol?gico ultraderechista del gabinete de Bolsonaro, est?n actuando en muchos m?s frentes de los previstos, en un abanico que incluye militares y diplom?ticos, pasando por los grandes medios y los pol?ticos m?s prestigiosos.

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