Maduro lleva cinco a?os seguidos prometiendo exactamente lo mismo: un cambio, y demandando m?s poder para tener la capacidad de hacer ?m?s cosas por el pueblo?.
Pablo Stefanoni, que a?n no se sabe si es periodista veleta (apunta al sentido del viento) o si ha madurado con los fracasos del progresismo latinoamericano, al estilo de Oyantay Itzam? de Guatemala y tantos otros que adoraban a Lula, Evo Morales, Maduro, Correa, Ortega, etc. y hoy d?a son severos cr?ticos de esos pr?ceres, esta vez entrevista al economista Manuel Sutherland, y lo hace destacando elementos que hacen crisis en ese pa?s, o sea, Stefanoni ya no parece estar defendiendo a los progresistas como hac?a por ejemplo en Le Monde Diplomatique filial chilena -antro del viejo reformismo obrero travestido hoy de reformismo peque?o-burgu?s- (ver: https://www.lemondediplomatique.cl/Revolucion-democratica-en-Bolivia.html ).
?A d?nde va Venezuela? (si es que va a alguna parte)
Entrevista con Manuel Sutherland
Pablo Stefanoni
Nueva Sociedad
Como en la Cuba del ?Periodo Especial?, la oposici?n venezolana, fuertemente dividida, espera un desmoronamiento del poder que nunca llega, mientras el gobierno sigue denunciando conspiraciones externas y muchos venezolanos votan con los pies y abandonan el pa?s. El economista Manuel Sutherland explica la situaci?n en di?logo con Nueva Sociedad.
Nueva Sociedad, 17 de enero, 2019.- La reciente asunci?n de Nicol?s Maduro para un segundo mandato de seis a?os volvi? a poner el foco en Venezuela y su crisis. Con la Asamblea Nacional en manos de la oposici?n y declarada en ?desacato?, el presidente jur? ante una Asamblea Constituyente que, m?s que redactar una Constituci?n, act?a como una suerte de supragobierno.
Entretanto, el escalamiento de la crisis no ha logrado fortalecer a la oposici?n que, con un nuevo l?der de la Asamblea Nacional, busca renacer de su fragmentaci?n y sus cenizas. El economista Manuel Sutherland brinda algunas claves de lectura de la coyuntura venezolana, con una mirada m?s amplia sobre una Revoluci?n Bolivariana que ya est? por cumplir dos d?cadas.
- Nicol?s Maduro propuso en su asunci?n ?un nuevo comienzo?. Dado que el chavismo ya lleva dos d?cadas en el poder, ?qu? significado tiene eso?
En el acto de asunci?n de Nicol?s Maduro escuchamos una promesa que nos retumba en los o?dos. El presidente prometi?, en efecto, un ?nuevo comienzo?, y adorn? sus ofrendas con frases como: ?ahora s??, ?esta vez s??. Dichas frases podr?an dar la esperanza a millones de sus seguidores sobre la posibilidad de pol?ticas de cambio estructural, que permitir?an de alg?n modo elevar el precario nivel de vida que sufre la poblaci?n. Sin embargo, Maduro lleva cinco a?os seguidos prometiendo exactamente lo mismo: un cambio, y demandando m?s poder para tener la capacidad de hacer ?m?s cosas por el pueblo?. En plena hiperinflaci?n, Maduro sigue prometiendo que ?esta vez s? va a controlar los precios? y que tratar? con ?mano dura? a quienes se atrevan a incrementarlos m?s all? de unas listas de precios regulados que son b?sicamente el hazmerre?r de la poblaci?n. Cada a?o que promete que ?esta vez s?? va a derrotar a la fementida ?guerra econ?mica?, la gente no hace m?s que mirar hacia el suelo y suspirar. Las promesas mueren inmediatamente despu?s de nacer. La sonrisa con sorna de algunos de sus adl?teres en el acto de asunci?n de Maduro al o?rlo prometer fue de real antolog?a.
Los millones de bombas y el genocidio perpetrado por los nazis en Polonia causaron una ca?da de 44% del PIB (1939-1943). La ca?da del PIB en Venezuela ronda el 50% en los ?ltimos cinco a?os, un r?cord absoluto para el continente
Pero mientras tanto el quinquenio 2014-2018 se caracteriz? por cinco ca?das sucesivas en el PIB, algo nunca antes visto en nuestra econom?a. Los millones de bombas y el genocidio perpetrado por los nazis en Polonia causaron una ca?da de 44% del PIB (1939-1943). La ca?da del PIB en Venezuela ronda el 50% en los ?ltimos cinco a?os, un r?cord absoluto para el continente, una tragedia sin parang?n. Para los a?os 2017 y 2018, se vio el agravamiento de la crisis con el penoso protagonismo de una hiperinflaci?n que ha roto varias marcas hist?ricas en el mundo. La hiperinflaci?n en Venezuela ya lleva alrededor de 14 meses consecutivos y se erige como la octava hiperinflaci?n m?s larga de la historia.
- Las preguntas del mill?n: ?por qu? la cat?strofe econ?mica no parece erosionar el poder del gobierno como imaginaba la oposici?n? ?Por qu? los sectores populares no bajan de los cerros? ?O bajan para migrar?
De manera similar a la oposici?n cubana en pleno ?Per?odo Especial?, despu?s del derrumbe de la Uni?n Sovi?tica y los gobiernos de Europa oriental, los m?s connotados l?deres opositores venezolanos esperan que una voraz crisis econ?mica obligue a la gente a salir a la calle y a hacer una ?revuelta de hambre? que barra con el gobierno de alguna forma. En el exilio, presa o muy lejos de las bases empobrecidas de la naci?n, la mayor?a de la elite opositora aspira a un desmoronamiento del presunto castillo de naipes bolivariano. Cuando ello no ocurre, conf?a en que el tiempo har? que las cosas empeoren y provoquen al fin la ansiada rebeli?n. Lo que parecen no entender, aunque lo dicen todo el tiempo, es que el gobierno de alguna forma desarrolla un plan muy amplio de d?divas, prebendas y asistencias sociales masivas que contienen de manera relativamente efectiva a la poblaci?n m?s abiertamente empobrecida. De tal forma, el gobierno atiende a los sectores de las barriadas con bolsas de comida (mediante los llamados Comit?s Locales de Abastecimiento y Producci?n, CLAP), dinero en efectivo en sus cuentas (Bonos de la Patria), servicios de electricidad, agua, aseo, transporte p?blico ampliamente subsidiado, gasolina casi gratuita. Ni hablar de sus pol?ticas muy permisivas con la delincuencia barrial, el tr?fico de drogas, el comercio de bienes subsidiados y el contrabando. El gobierno entrega infinidad de mercanc?as a precios muy bajos, que son revendidas en el mercado negro con enormes m?rgenes de beneficio. As? las cosas, a trav?s de empleados del gobierno, se obtienen ilegalmente beneficios que pueden ir desde una casa o un auto hasta unos 500 gramos de carne de cerdo. Con muy poco dinero el gobierno desarroll? una red pol?tica clientelar de gran magnitud, que logr? profundizar un proceso de lumpenizaci?n social de amplios sectores de la poblaci?n. Todo ello contiene el estallido de las capas m?s empobrecidas de la sociedad.
Con muy poco dinero el gobierno desarroll? una red pol?tica clientelar de gran magnitud, que logr? profundizar un proceso de lumpenizaci?n social de amplios sectores de la poblaci?n.
Aunque la emigraci?n de venezolanos de las capas m?s pobres lleva al menos tres a?os, no es lo m?s com?n en las barriadas. Las formas de conseguir dinero de manera subrepticia o abiertamente ilegal son muchas, lo que generalmente desestimula una emigraci?n a?n mayor. Y cabe destacar que la oposici?n no tiene pr?cticamente ning?n trabajo pol?tico en las barriadas. Aparte de ser peligroso hacer pol?tica en contra del gobierno en muchas zonas populares, la oposici?n ha abandonado por completo la tarea de organizar a esas bases sociales que, desgraciadamente, se van con quienes tienen los recursos a la mano para ?resolver? problemas cotidianos. Dicho m?sculo solo lo tienen organizaciones estatales o delincuenciales. Por ende, las barriadas populares est?n totalmente desconectadas de la pol?tica opositora que ha encontrado su nicho en Twitter.
- Esa oposici?n no logra hasta ahora resultados en la calle, ni en las urnas, ni en las instituciones que conquista, ?qu? podr?a hacer entonces?
El gobierno ha sido tremendamente exitoso en colocar el mote de ?fracasada? a la oposici?n. De tal forma, ha venido proyectando entre sus l?deres una sensaci?n de derrota y frustraci?n. A pesar de su enorme e inusitado ?xito electoral en 2015, cuando obtiene la mayor?a en la Asamblea Nacional, el bloque opositor se ha ido desintegrando con extrema velocidad. En plena desbandada, han deshecho la Mesa de Unidad Democr?tica (MUD) y se han dedicado a usar las redes sociales para atacarse entre s? de la manera m?s chocarrera posible. En ese tortuoso devenir, la oposici?n ha optado por presentar todo proceso electoral como fraudulento, con raz?n, pero con una postura derrotista que ni siquiera le permite pelear por defender los votos.
A partir de ello se ha desarrollado una pol?tica de abstenci?n que ha logrado despolitizar a?n m?s a las bases opositoras. La oposici?n se ha abstenido sucesivamente y se ha alejado de manera poco astuta de ?mbitos pol?ticamente ?tiles para sus fines, lo que la ha debilitado de manera dram?tica, hasta el punto de parecer formalmente disuelta. En ese contexto, han emergido al primer plano sus querubines m?s extremistas y, por ende, m?s antipol?ticos. A pesar de que estos ?ltimos son muy buenos para encender las redes sociales y atraer el entusiasmo de quienes no hacen pol?tica real, en la pr?ctica tienden a ser los menos inteligentes y h?biles en el arte de construir alianzas y consensos. Todo esto hace a la oposici?n a?n m?s inoperativa y est?ril. El tiempo parece indicar que no le queda otra opci?n que tratar de reimpulsar un proceso de articulaci?n pol?tica cada vez m?s complicado. Cuando se requiere hacer m?s trabajo de hormiga, decide apelar a una diatriba maximalista: enfrentar al llamado gobierno ?usurpador? desde una absoluta desventaja y esperando que llegue un milagro desde Estados Unidos. o desaparecer a la luz de sus propias promesas irrealizables.
- Ahora el pa?s tiene casi dos presidentes, si tomamos en serio la proclama, a?n confusa, de la Asamblea Nacional.
La oposici?n venezolana llevaba meses diciendo que Maduro dejar?a de ser presidente leg?timo luego del 10 de enero. Hab?an desconocido la elecci?n del 20 de mayo de 2018 ?en la que solo particip? el ex-gobernador Henry Falc?n? y, por ende, Maduro iba a convertirse en un ?usurpador?. Entonces comenzaron a discutir qu? hacer el 10 de enero. Las corrientes m?s moderadas dijeron que nada nuevo iba a pasar. Las m?s radicales auguraban el advenimiento de los marines y los paramilitares colombianos en aras de ?liberar? el pa?s.
Pero el 10 de enero pas? sin sobresaltos en cuanto a protestas o posibles enfrentamientos en la calle. La nota la dio el joven presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaid?, quien con cierta timidez ofreci? una concurrida rueda de prensa en la que, de una manera sorprendente, dio el paso de desconocer a Maduro como presidente de la Rep?blica y asegur? estar listo para asumir la Presidencia interina del pa?s, ante lo que la oposici?n considera como una usurpaci?n de funciones por parte de Maduro. Acto seguido, calific? la asunci?n de Maduro como nula y llam? a las Fuerzas Armadas y a la comunidad internacional a actuar ante lo que denomin? un fraude electoral.
En la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Caracas, Guaid? habl? en un acto que concentr? a unas 3.000 personas y donde estuvo a punto de autoproclamarse presidente de la naci?n, pero no lo hizo del todo. Blandiendo el art?culo 233 de la Constituci?n, aleg? que si el presidente electo no llegaba a asumir sus funciones, el presidente de la Asamblea Nacional quedar?a como encargado para dicha labor. Guaid? dijo que se est? preparando una Ley de la Transici?n y una posible amnist?a general para los militares que se plieguen al nuevo gobierno de transici?n que en 30 d?as convocar?a a nuevas elecciones generales. Guaid?, del partido Voluntad Popular, insisti? en que requiere un apoyo popular masivo en las calles y un soporte s?lido de la comunidad internacional para hacer realidad sus proclamas. Hacia el final de su discurso, dijo que asumir?a ?las competencias para una encargadur?a de la Presidencia de la Rep?blica?, en el marco de una propuesta confusa y cargada de supuestos poco claros. La forma es?pica de su perorata parece deberse al imperativo de evitar que las fuerzas de seguridad del gobierno lo encarcelen por protagonizar un golpe de Estado.
- ?Y c?mo reaccion? el gobierno?
La soflama de Guaid? deja muchos cabos sueltos. Lo que s? es cierto es que la Organizaci?n de Estados Americanos (OEA) y los gobiernos de Brasil y Estados Unidos pasaron inmediatamente a reconocerlo como presidente leg?timo. El Tribunal Supremo de Justicia (en el exilio) emiti? un comunicado de respaldo a Guaid? y lo exhort? a que se juramente de una vez como presidente.
Ante esta situaci?n, Maduro activ? el ej?rcito de propaganda de redes sociales del gobierno y salieron 1.000 burlas y guasas contra el ?presidente de Twitter?, por decir lo m?s decoroso. La oposici?n que dirige el plan que Guaid? protagoniza espera exactamente que el gobierno reaccione para ver si puede patear el tablero, sacudir de alguna manera el terreno y obligar a los militares o a la ?comunidad internacional? (especialmente Estados Unidos y consortes) a ejercer alguna acci?n m?s decidida. Entre tanto, los gobiernos de China y Rusia salieron r?pidamente a confirmar a Maduro como presidente y a asegurarle apoyo ante cualquier ?injerencia externa?.
La Asamblea Nacional busca generar una especie de ?doble poder? o dualidad gubernamental. De manera abierta, discuten que si Washington y sus aliados ?como el Grupo de Lima? reconocen plenamente al ?nuevo presidente?, este podr?a de una vez tomar posesi?n de activos de la naci?n en el extranjero (como sucedi? en el caso de la invasi?n a Libia) incluyendo el cobro de facturas, fondos estatales y empresas como la enorme petrolera CITGO situada en Estados Unidos, que es una potente fuente de generaci?n de divisas. Obviamente, eso incluir?a el oro que el Banco de Inglaterra no quiere devolver a la naci?n y otros bienes congelados como producto de las sanciones impuestas al pa?s. Los fondos que pueda recoger ir?an para ?ayuda humanitaria?, aunque en realidad ser?an para pagar una milicia nacional para combatir al gobierno.
Lo m?s probable es que el gobierno no disuelva la Asamblea Nacional, que declarada en ?desacato?, no tiene ning?n poder real en el pa?s.
Lo m?s probable es que el gobierno no disuelva la Asamblea Nacional, que declarada en ?desacato?, no tiene ning?n poder real en el pa?s. Es factible que se amenace con la c?rcel a Guaid? y de alguna manera se lo ?incentive? a huir a Brasil o a Colombia para conformar un gobierno en el exilio al estilo del ya conocido Tribunal Supremo de Justicia venezolano que sesiona en Colombia y que ya ha destituido a Maduro varias veces. La efectividad de un gobierno criollo en el exilio parece ser nula y entra a formar parte de los chistes sobre la ineficacia pol?tica vern?cula. La acci?n inmediata propuesta por la Asamblea Nacional fue la convocatoria a una gran marcha insurreccional el 23 de enero, fecha hist?rica de la lucha por la democracia en el pa?s. Nada m?s. Hay un fuerte rumor de que se llevan a cabo negociaciones secretas entre la oposici?n y el gobierno para lograr acuerdos mutuos de cooperaci?n en caso de que la situaci?n empeore. Los pr?ximos d?as ser?n de enorme tensi?n.
Las dudas que surgieron inmediatamente despu?s del cabildo abierto que organiz? el l?der opositor son gigantescas. La primera es por qu? Guaid? no se envisti? como presidente de la Rep?blica en la misma Asamblea Nacional. Si jur?dicamente lo asiste el art?culo 233 de la Constituci?n, en ese caso deber?a ser proclamado en solemne acto en el Parlamento. Este deber?a haber redactado una ?Ley de Transici?n?, declarar usurpaci?n o vacancia en el Poder Ejecutivo y nombrarlo de una vez, que es lo que clama el ala radical de la oposici?n interna y externa. Pero en los ?cabildos? que ha hecho ni siquiera asume de manera informal la Presidencia.
El sector m?s duro de la oposici?n est? ya atac?ndolo y tach?ndolo de ?blandengue? y ?lerdo?. Le reprochan no asumir la Presidencia y lo acusan incluso de ?omisi?n administrativa? y de evadir su responsabilidad concreta, adem?s de defraudar a las personas que ten?an una esperanza firme en ?l. M?s a?n, se escandalizan de o?rlo llamar a los militares para que estos le den la Presidencia, cuando en su interpretaci?n de la ley ?l deber?a dar las ?rdenes a los militares y estos obedecer. Ofrecer ese arbitrio a las Fuerzas Armadas parece un retroceso hist?rico sin precedentes. El llamado a hacer m?s ?cabildos? les suena a muchos como un gesto t?mido, apocado e incluso cobarde. Los m?s encarnizadamente antichavistas creen que est? ?escurriendo el bulto? porque que teme ir preso. Les parece demasiado lejana la convocatoria a la marcha del 23 de enero y ven c?mo la expectativa de conflicto inmediato se va desinflando. Fue llamativo que tres de los cuatros partidos pol?ticos de oposici?n m?s importantes no estuvieran en el cabildo caraque?o. En efecto, Acci?n Democr?tica (AD), Primero Justicia (PJ), Un Nuevo Tiempo (UNT) y otras organizaciones no asistieron o mandaron a funcionarios de menor rango. No participaron y no han hecho nada para impulsar leyes que envistan con la banda presidencial a Guaid?.
Y el domingo 13 pas? algo incre?ble. El Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), intercept? el carro donde viajaba Guaid? y lo captur? a plena luz del d?a. En pocos minutos, las redes sociales explotaban con la noticia del ?secuestro? del ?presidente Guaid??. A los pocos minutos de esta acci?n, que pudo ser filmada por un aficionado, el SEBIN tambi?n apres? a dos periodistas de medios de comunicaci?n de Estados Unidos y Colombia. En plena elucubraci?n del paradero del Guaid?, se publicaron noticias de su liberaci?n que se?alaban que ya iba en camino al ?cabildo? en Vargas, como lo ten?a planeado.
Poco tiempo despu?s, el gobierno sali? a decir que la operaci?n del SEBIN hab?a sido ?irregular? y que hubo una especie de ?infiltraci?n? u actuaci?n independiente de un funcionario que tom? esa iniciativa saltando a la autoridad y con la oscura intenci?n de dejar en entredicho a la gesti?n del gobierno. Toda la culpa parece ser del comisario Hildemaro Rodr?guez, a quien se le han descubierto ?nexos conspirativos con la ultraderecha? y que luego de acometer esa acci?n fue puesto a la orden de la Fiscal?a n?mero 126 de Caracas. As? las cosas, el gobierno parece haber quedado en un rid?culo hist?rico, que podr?a evidenciar una importante fractura interna y una gran descoordinaci?n, m?s propia de una vecindad arruinada que de un gobierno formal. Es evidente que a Maduro no le conven?a apresar a Guaid? y obviamente alguna tecla se movi? para, de alguna manera, dejar en rid?culo al gobierno o quiz?s intentar precipitar hechos de violencia al impulsar una agresi?n grave al presidente del Parlamento. Todo ello entra en el campo de lo posible en un escenario enrarecido.
- ?Qu? pas? con la llamada ?izquierda cr?tica??
Quiz?s la v?ctima m?s sufrida del proceso bolivariano ha sido la denominada ?izquierda cr?tica?. Ch?vez en 2007 prometi? convertir en ?polvo c?smico? a las bases de apoyo del proceso que no se adhirieran al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que reci?n estaba creando. En este caso, esa promesa se cumpli? a cabalidad. La ?izquierda cr?tica? que en masa apoy? al chavismo en los primeros a?os, y que poco a poco se ha ido distanciando del proceso, ha desaparecido casi por completo. Tras a?os de fallido entrismo en las filas de la mediana burocracia y del partido con el objetivo de izquierdizar ?desde adentro? un proceso fundamentalmente dirigido por militares, ha optado por emigrar, pasarse a las filas de la derecha decimon?nica o simplemente mimetizarse en el gobierno con el repetido argumento de ?no hacerle el juego a la derecha?.
La ?izquierda cr?tica? que en masa apoy? al chavismo en los primeros a?os, y que poco a poco se ha ido distanciando del proceso, ha desaparecido casi por completo.
La extrema dependencia de la poblaci?n respecto al Estado tambi?n ha alcanzado a esta izquierda dispersa, que en muchos casos expresa el miedo a confrontar al gobierno por el temor de perder el empleo o una m?nima prebenda adquirida. El n?mero de quienes han resistido, m?s los despidos, la represi?n y la pobreza, es demasiado peque?o para hacerle sombra al gobierno. Los sindicatos, centros universitarios y gremios est?n desapareciendo por completo al desvanecerse la producci?n en todos los ?mbitos y haberse trasformado la emigraci?n en el sino de millones de j?venes. Otra parte de la izquierda cr?tica de Maduro carga el lastre ideol?gico de reivindicar a Ch?vez y tratar de contraponer a ambos gobiernos, cosa que pareciera ser un gancho para atraer a las amplias bases chavistas descontentas, pero que al final resulta confuso y contradictorio para la mayor?a de la poblaci?n que no encuentra referentes pol?ticos consolidados.
- ?Por qu? la izquierda latinoamericana est? en una suerte de negacionismo hacia Venezuela?
La izquierda latinoamericana en general ha ?vivido? del chavismo, es decir, infinidad de referentes de izquierda han desfilado por el pa?s recibiendo jugosos vi?ticos, entrevistas y asesor?as. Centenares de l?deres de peque?os partidos y organizaciones han recibido generosa ayuda del gobierno bolivariano, en muchos casos desde las embajadas. Esa izquierda est? en deuda con el gobierno y le cuesta separarse a estas alturas de un r?gimen al que aplaudieron y defendieron a rabiar, aun si saber muy bien c?mo funcionaba en realidad, ya que los pocos viajes realizados fueron cuidadosos tours pol?ticos que reflejaban una realidad acomodada a la vista de quienes, con toda fe, buscaban creer en una luz al final del t?nel frente al neoliberalismo o la derecha internacional. A ellos les cuesta mucho dar una opini?n distinta de la que dieron antes, para no recibir acusaciones de ?incoherentes? o de ?traidores?. Divorciarse de otro proceso, como fue con la URSS, tiene un costo elevado.
Esa izquierda est? en deuda con el gobierno y le cuesta separarse a estas alturas de un r?gimen al que aplaudieron y defendieron a rabiar, aun si saber muy bien c?mo funcionaba en realidad
Por otra parte, una gran porci?n de la izquierda de Am?rica Latina trata honestamente de distanciarse de sus gobiernos de la derecha o de las cr?ticas al proceso bolivariano de las canciller?as de Mauricio Macri, Jair Bolsonaro o Iv?n Duque. En ese devenir se pierden los an?lisis concretos de la realidad concreta, sin tantos apasionamientos y sesgos ideol?gicos. De esta forma, patinan tratando de justificar honestamente pol?ticas claramente err?neas y con consecuencias catastr?ficas para la clase obrera y el pueblo venezolanos, quienes a la saz?n deber?an ser el centro de su solidaridad. Como un avestruz, se niegan a ver los hechos m?s evidentes y se reemplaza el an?lisis por delirios ?geopol?ticos?.
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Fuente: Publicado por la revista Nueva Sociedad: http://nuso.org/articulo/donde-va-venezuela-si-es-que-va-alguna-parte/