A falta de cualquier veleidad de cambio pol?tico, a Macron solo le queda ese tacticismo y una deriva autoritaria que tiene un gran campo por delante, v?a la reedici?n del Napole?n le petit de Victor Hugo.
24-01-2019
Francia
Macron en su torre de marfil
Rafael Poch de Feliu
Contexto
A falta de respuestas contra la protesta social, el Presidente franc?s lanza una nueva campa?a electoral que bautiza como ?gran debate?, con la represi?n como incierta soluci?n ?ltima.
En Francia todo transcurre seg?n lo previsto. En su mensaje a la naci?n de fin de a?o y con el show del ?grand debat? organizado, Macron y sus aliados pol?ticos y medi?ticos, confirman su impotencia y su incapacidad para entender la situaci?n.
Desde hace diez semanas, el movimiento nacional republicano de protesta en pro de una mayor equidad, contra la injusticia y la degradaci?n de la vida -eso es lo que son los gilets jaunes ? pide un cambio de pol?tica. El Presidente responde al clamor ?Macron dimisi?n? reivindicando a fin de a?o los ?logros? de su mandato entre los que incluye sin la menor verg?enza, la ?acci?n para erradicar la gran pobreza?, la ?reforma del subsidio de paro y del sistema de pensiones? y la ?mejora de nuestros hospitales?. Confirma que no habr? cambio (?No vamos a deshacer lo que se ha realizado en dieciocho meses?) y tiene la desverg?enza de advertir a los ciudadanos que no olviden que, ?no se construye nada sobre las mentiras?. Cada vez que abre la boca, aumenta el agravio.
Despu?s de especular sobre el desinflamiento del movimiento, el corrupto complejo medi?tico recrudece su virulenta campa?a. En su editorial del 24 de diciembre Le Monde denunciaba, ?las violencias y actos antisemitas? de los gilets jaunes y apelaba a, ?movilizar a partidos y sindicatos? contra ellos. Desde France-Info se ha llamado a prohibir las manifestaciones. Desde Radio Classique el ex ministro Luc Ferry anima a usar ?el cuarto ej?rcito del mundo? contra el movimiento y a los polic?as agredidos a hacer uso de sus armas contra los manifestantes. Le Parisien encuentra las ?convergencias? de la izquierda con el Frente Nacional en el movimiento y comentaristas estrella como Christophe Barbier llaman simplemente a la ?detenci?n de sus l?deres?? No es de extra?ar que los medios sean objeto de una creciente inquina popular que, simplemente, reconoce a sus enemigos entre los perros guardianes del (regresivo) orden establecido.
Manifestarse en Francia se ha convertido en algo verdaderamente peligroso y arriesgado. La actuaci?n de la polic?a, de una violencia inusitada y que deja un balance de decenas de heridos y mutilados, no es objeto de informe ni mucho menos denuncia en los medios. Quien no participa directamente, no sabe de qu? se trata. Pese a ello, el nivel de movilizaci?n, sin ser masivo, se mantiene. No presenta signos de agotamiento. Parece haber llegado para quedarse. Que la ola se convierta en inundaci?n puede depender de circunstancias fortuitas, de chispas de indignaci?n imprevisibles a las que la situaci?n est? enteramente abierta.
En este contexto Macron ha lanzado una fren?tica campa?a de imagen. Lo que llama ?gran debate? es una especie de campa?a electoral y de imagen, con grandes reuniones con alcaldes, estrictamente organizadas desde arriba por el ministerio del interior y los prefectos, con varias sesiones maratonianas y televisadas en diversos puntos de Francia, dise?adas para lucir al personaje, complicar toda cr?tica, y siempre rodeadas de impresionantes despliegues policiales para impedir todo contacto, protesta o acceso de los gilets jaunes . El testimonio del alcalde Ren? Revol define este show como una campa?a electoral a cuenta del contribuyente. Con ella Macron espera concentrar el voto de la derecha de cara a las elecciones europeas.
En pol?tica exterior, otro show: la firma, el martes, de un fantasmag?rico acuerdo con Merkel que incluye el compromiso franc?s de ?admitir a Alemania como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU? y hacer de ello una ?prioridad? de su diplomacia, sin que nada de todo ello haya sido debatido siquiera por la Asamblea Nacional? Pero todo eso no cambia lo esencial: meras t?cticas para ir tirando que evidencian la ausencia de estrategia.
A falta de cualquier veleidad de cambio pol?tico, a Macron solo le queda ese tacticismo y una deriva autoritaria que tiene un gran campo por delante, v?a la reedici?n del Napole?n le petit de Victor Hugo.
Seg?n el diagn?stico del soci?logo Laurent Mucchielli, la irritaci?n y el enfado de los gilets jaunes tiene que ver con ?una evoluci?n a la vez econ?mica (el retroceso o estancamiento de la capacidad adquisitiva), social (el aumento de las desigualdades, las dificultades de vivienda, de acceso a la universidad y la desaparici?n de los servicios p?blicos de proximidad), territorial (el desclasamiento real o as? percibido de los habitantes de las periferias urbanas y de los rurales) y pol?tico?.
El macronismo no tiene respuestas a eso, ni voluntad alguna de cambio. Por eso, si el movimiento se mantiene -y nada hace pensar en lo contrario- lo ?nico que le queda es una represi?n de resultado m?s que incierto.
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Fuente: https://rafaelpoch.com/2019/01/23/macron-en-su-torre-de-marfil/