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Ecuador: Moreno, un neoliberal m?s

Alberto Acosta :: 03.02.19

El Ecuador -y en gran medida el propio mundo empobrecido- vive atrapado en el ciclo maldito de la acumulaci?n capitalista perif?rica y dependiente. Similar a tiempos pasados, repetimos el camino: empezamos con el ?boom? de alguna exportaci?n -primaria- que financia a un Estado ?desarrollista? (que, a veces, se autotitula ?revolucionario?), para terminar en el ?eterno retorno neoliberal?.

Moreno, un neoliberal m?s

Alberto Acosta , John Cajas Guijarro
Ecuador Today

Despu?s de todo, no eras m?s que otro ladrillo en la pared?
Pink Floyd, Another Brick in the Wall

El Ecuador -y en gran medida el propio mundo empobrecido- vive atrapado en el ciclo maldito de la acumulaci?n capitalista perif?rica y dependiente. Similar a tiempos pasados, repetimos el camino: empezamos con el ?boom? de alguna exportaci?n -primaria- que financia a un Estado ?desarrollista? (que, a veces, se autotitula ?revolucionario?), para terminar en el ?eterno retorno neoliberal?.

Quiz? el proceso tras el movimiento de estas etapas es el siguiente: en el ?boom?, el Estado intenta modernizar al capitalismo y crea ?bienestar?, exacerbando al m?ximo las contradicciones del capital (pues salarios y ganancias no pueden crecer simult?neamente para siempre sin cambios estructurales permanentes). Luego viene la crisis, donde el Estado ya no es tan ?til al capital y emergen -con creciente fuerza- las demandas de libre mercado y flexibilizaci?n (laboral, financiera, y hasta ambiental) en la desesperaci?n de recuperar los ritmos de acumulaci?n. Tanto esa mayor explotaci?n, pero sobre todo alg?n nuevo ?boom? exportador de materias primas, llevan a un punto en donde -si la tensi?n social no revienta- se reanima la acumulaci?n y otra vez emerge el Estado modernizador (luego de que los sectores populares hayan pagado los costos de la crisis).

As?, mientras muchos pelean hasta el cansancio por ?m?s Estado? o ?m?s mercado?, pocos dicen que Estado y mercado solo son piezas funcionales del capitalismo, una gran m?quina c?clica e inestable, como podemos argumentar incluso te?ricamente. Es m?s, hay evidencia para pensar que el Ecuador est? atrapado en los perversos muros de dicha din?mica c?clica, por cierto complejizada por las m?ltiples patolog?as de la abundancia?

?C?mo derrumbar esos muros, sobre todo en tiempos de crisis? Las ?nicas opciones parecen ser el fortalecimiento del tejido social y una fuerte organizaci?n popular ?desde abajo? y por ?la izquierda?, siempre con la Pacha Mama. Sin embargo, esas opciones fueron duramente debilitadas durante la dominaci?n burguesa corre?sta, especialmente con su represi?n y criminalizaci?n a la protesta social. Ese debilitamiento fue ?til para que, cuando aflor? el inicio del fin del ?boom? desde 2014, el propio gobierno de Rafael Correa retorne al neoliberalismo; regreso que el gobierno de Len?n Moreno lo est? consolidando. As?, m?s all? de las ?viscerales? diferencias entre Correa y Moreno, quien fuera su candidato presidencial en 2017 (a?o en que ambos pasaron del querer al odio en cuesti?n de meses), corre?stas y ?morenistas? est?n unidos por los lazos del esp?ritu neoliberal.

Entendido este contexto, se devela que las acciones del gobierno de Moreno -reiteremos, continuando el proceso iniciado por el corre?smo-, est?n acorde a la renovada ?larga y triste noche neoliberal? que vive el pa?s y gran parte de la regi?n. Todo buscando rescatar al capital de su crisis, cargando el peso a los -debilitados- sectores populares.

Los hechos que ratifican la condici?n neoliberal del ?morenismo? son indiscutibles:

Conformaci?n de un gabinete en donde hasta los ministros son representantes directos de m?ltiples grupos econ?micos, llegando a entregar el manejo econ?mico directamente a quien era presidente del Comit? Empresarial Ecuatoriano.
Concesi?n de millonarios beneficios a los grandes grupos econ?micos, como la remisi?n de deudas tributarias y patronales concedida a mediados de 2018 (similar a lo hecho por el corre?smo en 2015)
Continuidad del proceso privatizador ?arrancado con Correa? usando eufemismos como las ?alianzas p?blico privadas? y la ?monetizaci?n de activos? del Estado.
Ampliaci?n de la flexibilizaci?n laboral (reestablecida por Correa 3), incluso con el potencial despido masivo de funcionarios p?blicos en vez revisar integralmente los salarios de la burocracia dorada y minimizar los efectos sobre el desempleo.
Limitaci?n a las propias instituciones p?blicas cuando han incomodado al gobierno (p.ej. los datos de deterioro laboral que incomodaron al ministro del trabajo y le costaron su puesto al director del Instituto Nacional de Estad?sticas y Censos).
Eliminaci?n ?de golpe? del subsidio a la gasolina s?per, de forma irresponsable (sin publicar estimaci?n alguna del ?efecto sustituci?n? entre gasolinas s?per y extra ni ning?n otro an?lisis t?cnico), dejando de lado cualquier propuesta integral de manejo de subsidios energ?ticos.
Preparaci?n de un agresivo ajuste fiscal que, en vez de apelar al incremento de impuestos a los grandes grupos econ?micos u otra medida redistributiva, contrae a?n m?s la inversi?n p?blica. As?, se abre la puerta a un ajuste proc?clico recesivo, agravado por la rigidez impuesta por la dolarizaci?n, la cual limita las posibilidades de aplicar pol?ticas monetarias contra-c?clicas. Peor a?n, semejante circunstancia se complica por el contexto de una econom?a regional y mundial en desaceleraci?n, en donde emergen nubarrones de una crisis internacional de deuda y de divisas.
Un punto a destacar es el suministro del ajuste a cuentagotas; es decir, el gobierno no se atreve a aplicar un paquetazo tradicional, sino que usa un gradualismo de telenovela, buscando que cada ?cap?tulo? guste especialmente a los organismos multilaterales para que estos concedan nueva deuda externa (luego de todo un primer a?o de gobierno en donde la deuda -cual respirador artificial? creci? a un ritmo de casi mil millones de d?lares mensuales).
Sumisi?n de la pol?tica monetaria a la banca privada del pa?s, tanto al entregar completamente el dinero electr?nico (para que la banca gane como siempre), as? como con el total -y dogm?tico- impedimento de que el Banco Central adquiera t?tulos del Estado o de cualquier otra instituci?n p?blica (herramienta que, si bien el corre?smo la us? irresponsablemente, no deb?a eliminarse, menos en ?poca de crisis y con las limitaciones que la dolarizaci?n impone a las pol?ticas contra-c?clicas).
Consolidaci?n del tratado comercial con la Uni?n Europea, firma del tratado comercial con la Asociaci?n Europea de Libre Comercio (EFTA), ingreso a la Alianza del Pac?fico y enorme inter?s en alcanzar un tratado comercial con Estados Unidos (sin llamar a esos acuerdos como lo que realmente son: tratados de libre comercio -TLC- con aderezos menores). En definitiva la puerta estaba abierta de par en par para que el ?morenismo? alcance este tipo de acuerdos, en especial gracias a que el ?corre?smo? firm? el TLC con la Uni?n Europea (sin siquiera generar una transformaci?n productiva previa que mejore las capacidades locales para competir).
Relativo abandono de la sumisi?n al imperialismo chino (promovida por Correa), para retornar a la sumisi?n al imperialismo norteamericano (af?n a Moreno), incluso con el posible regreso de la influencia militar de EEUU en el pa?s y el debilitamiento de los procesos de integraci?n regional.
Apertura y entreguismo frontal al capital extranjero especialmente con la ?reinstalaci?n? de los Tratados Bilaterales de Inversi?n, que casi siempre terminan perjudicando la posici?n legal del Estado frente al capital transnacional y que est?n prohibidos constitucionalmente, como claramente se establece en el art?culo 422.
Ampliaci?n de la explotaci?n del ITT junto con la continuidad del entreguismo megaminero iniciado por el corre?smo (cayendo de nuevo en la represi?n social).
Si en su momento afirmamos que Correa fue un neo-neoliberal, por usar al gran Estado creado en el ?boom? como herramienta para modernizar el Estado y disciplinar la sociedad, todo los hechos antes se?alados -y muchos que est?n por venir- demuestran algo evidente: Moreno es un neoliberal, un neoliberal ?sensibilizado? que no busca paquetazos globales, sino ajustes gradualistas, incluso presionando al ?di?logo? para legitimar sus medidas econ?micas. Sin embargo, es justo esa legitimaci?n del neoliberalismo ?morenista? lo que se debe evitar. Por eso, ojal? que la historia -y los sectores populares- reconozcan que Moreno, al igual que su antecesor, despu?s de todo no es m?s que otro ladrillo en el gran muro del capital?


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