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Obispo venezolano escribe carta abierta a Maduro y a la Fuerza Armada Nacional

Aporrea :: 19.02.19

No la hemos le?do para dejarla a nuestros lectores. Aporrea es el medio que publica noticias y opiniones del gobierno y de sus cr?ticos no envueltos con los partidos de derecha ni intervencionistas.

Obispo Mario Moronta escribe carta p?blica y abierta a Nicol?s Maduro y a la Fuerza Armada Nacional

Por: Prensa Di?cesisSC /
Aporrea.org
Lunes, 18/02/2019 08:12 PM

Caracas, 18 de Febrero - A esta redacci?n lleg? una comunicaci?n de la Di?cesis de San Crist?bal, donde env?a una carta p?blica y abierta dirigida a Nicol?s Maduro y a la Fuerza Armada Nacional, por el Obispo de dicha Di?cesis, Mario Moronta. A continuaci?n el contenido de ambas cartas:

CARTA P?BLICA Y ABIERTA DEL OBISPO DE SAN CRIST?BAL A NICOL?S MADURO Y A LA FUERZA ARMADA NACIONAL

San Crist?bal, 17 de febrero del a?o 2019.

SR. NICOLAS MADURO MOROS

Miraflores.

Con mi respetuoso saludo.

Tengo a bien escribirle la presente misiva en mi condici?n de ciudadano venezolano, cristiano cat?lico y pastor de la Iglesia al servicio del Pueblo. Lo hago en pleno uso de mis capacidades y en conciencia delante de Dios, con la libertad que me da el Evangelio de Jesucristo, del cual nunca me he avergonzado.

Hace algunos d?as, atendiendo una fraterna invitaci?n de los Obispos de Ecuador, me pude reunir con ellos en Riobamba. Pocos d?as antes, hab?a tenido la ocasi?n de encontrarme con numerosos hermanos venezolanos que han emigrado al hermano pa?s de Ecuador en b?squeda de mejores condiciones de vida. En Riobamba, se halla el hermoso monte nevado de El Chimborazo, que inspir? un hermoso poema escrito por el Libertador Sim?n Bol?var, bien conocido como “MI DELIRIO SOBRE EL CHIMBORAZO”. Le transcribo un trozo importante del mencionado poema y muy diciente para los tiempos que hoy vivimos en Venezuela: “OBSERVA, APRENDE, CONSERVA EN TU MENTE LO QUE HAS VISTO, DIBUJA A LOS OJOS DE TUS SEMEJANTES EL CUADRO DEL UNIVERSO MORAL; NO ESCONDAS LOS SECRETOS QUE EL CIELO TE HA REVELADO: DI LA VERDAD A LOS HOMBRES”.

Motivado por este pensamiento del Libertador, hoy le escribo y hablo con la verdad en la mano, la misma Verdad que nos hace libres, seg?n nos ense?a el Evangelio de San Juan (Jn 8,32), pues “para ser libres nos liber? Cristo” (Gal 5,1). Es necesario enfatizar que debemos entendernos con la verdad verdadera, no la que se inventa o la que se quiere mostrar sin serla.

No es ning?n secreto que hoy atravesamos la m?s grave crisis pol?tica, econ?mica, social y moral que azota al pa?s. Negarlo es querer tapar el sol con un dedo o demostrar que se est? encerrado en una c?pula de cristal. S? que le disgusta a Usted y sus seguidores que se le hable de “crisis o emergencia humanitaria” Pero ?c?mo caracterizar la situaci?n que golpea a la inmensa mayor?a de nuestros hermanos? No se puede negar el deterioro de la calidad de vida de los venezolanos. Hay hambre: muchas familias no comen lo necesario para poder alimentarse. Ha crecido la pobreza cr?tica y los ?ndices de desnutrici?n son alt?simos. Me imagino que a Usted eso no se lo informan. Asimismo, la salud se ve desguarnecida en todos los sentidos, desde la atenci?n hospitalaria hasta la consecuci?n de medicamentos. Hay muchos que est?n sufriendo por la falta de atenci?n (es el caso de los enfermos renales por falta de di?lisis y el de los enfermos oncol?gicos por no ser debidamente atendidos).

Podr?amos hacer menci?n de muchas otras calamidades que est?n golpeando a la mayor?a de los venezolanos. Es f?cil negarlo, y contraatacar con insultos, menosprecios y amenazas. Usted apela a cada rato que la causa es la “guerra econ?mica”: es verdad, existe una “guerra econ?mica” pero no contra el Gobierno ni las instituciones del Estado, sino contra el pueblo: la guerra de la corrupci?n que ha enriquecido a muchos que se denominan dirigentes y servidores de la naci?n; la del saqueo del as? denominado “arco minero” que, am?n de destruir la “Casa com?n de la Creaci?n”, ha permitido que no pocos se llenen de las ganancias de la miner?a ilegal; la del olvido de las atenciones que hay que d?rsele al pueblo. Todo esto tiene sus consecuencias en el deterioro de la calidad de vida de much?simos hermanos nuestros.

Yo me imagino que nunca le habr?n se?alado c?mo en nuestra regi?n tachirense se siguen aumentando las colas para adquirir la gasolina (hasta 48 horas se necesita para “tanquear” un veh?culo). El contrabando de combustible es escandaloso y casi “irreversible”, porque quienes tienen la misi?n de velar por la protecci?n del pueblo o se hacen de la vista gorda o, sencillamente, tienen parte en el negocio. Ser?a bueno que el SEBIN, en vez de andar persiguiendo a quienes piensan diferente al Gobierno, se dedicaran a hacer labores de aut?ntica inteligencia: as? podr?an descubrir la presencia de grupos irregulares en el pa?s, particularmente en nuestra regi?n tachirense; de seguro descubrir?an los “negociados” de muchos dirigentes y autoridades, as? como de civiles, en torno a lo que es el contrabando de gasolina y otros insumos necesarios; adem?s, si trabajaran como debe ser, podr?an conseguir a los responsables y miembros de las mafias que trafican con personas y llevan a muchos j?venes y adolescentes venezolanos a la prostituci?n en otros pa?ses, como si se tratara de una mercanc?a apetitosa. De verdad, ?por qu? el SEBIN no realiza una aut?ntica labor de inteligencia y contra inteligencia en nuestra regi?n y en el pa?s para detectar los males que golpean al pueblo y a sus responsables? Creo que se conseguir?an con grandes sorpresas.

Debo decirle la verdad, como lo sugiri? Bol?var en su poema desde El Chimborazo. La gente del pueblo est? cansada, porque sigue siendo menospreciada. Hay represi?n de diverso tipo. Aunque no guste, la inmensa mayor?a del pueblo, sufre una crisis de car?cter humanitario. Se lo puedo atestiguar. No soy de los que est? encerrado en oficinas, sino que camino por las comunidades, me encuentro con todos sin distinci?n. No ando rodeado de escoltas que portan armamento sofisticado para proteger al estado. Mi ?nica escolta es la gente con la cual comparto y mi ?nica arma la Cruz de Cristo. Y en todos los sitios donde voy, hablo, escucho y comparto. Ustedes hace mucho tiempo que no caminan libremente por en medio de la gente. ?Por qu? ser?? No hay que tenerle miedo al pueblo si de verdad uno forma parte de ?l.

Usted habla de di?logo. Siempre he sido defensor del di?logo, que requiere del encuentro, del reconocimiento del otro y de la corresponsabilidad en los acuerdos y soluciones que se presenten. Usted ha acudido nuevamente al Papa para que se garantice el di?logo. Adem?s de no haberse cumplido con anteriores acuerdos, seg?n lo indicaba el Cardenal Pietro Parolin en la misiva del 2 de diciembre del 2016, no vemos disposici?n para el autentico di?logo. Y no me refiero al del entablado o al que se quiere volver intentar, con las ?lites pol?ticas del oficialismo y de la oposici?n. Hace muchos a?os hay un protagonista necesario del di?logo que ha quedado por fuera. Para que haya di?logo verdadero, hay que escuchar de verdad, con sinceridad, al mismo pueblo. Y eso ni se ha dado ni parece darse.

Si Usted escuchara al pueblo y su clamor, de verdad, se podr?an dar pasos que podr?an abrir las puertas para resolver la crisis, sin conflicto, sin violencia y sin derramamiento de sangre. Hay muchas cosas que el mismo pueblo ha venido diciendo. L?stima que haya habido o?dos sordos para eso. Entre las muchas cosas que pide el pueblo hay tres que quiero destacarle para que entienda c?mo s? se podr?a dar una soluci?n a los problemas de nosotros los venezolanos. Siempre he sido consciente de que nosotros mismos podemos dar respuestas a nuestras dificultades e interrogantes. Entre esas cosas menciono las siguientes:

1) El pueblo le pide que escuche el clamor que proviene de sus sufrimientos, por el hambre, por la falta de medicamentos, por la hiperinflaci?n, etc. Atr?vase a escuchar a ese pueblo que quiere ser tratado con dignidad y justicia, pero en paz y sin revanchismos. Si Usted lo escuchara, podr?a sensibilizarse y as? permitir que quienes quieren ofrecer una ayuda humanitaria, lo realicen: es el bien del pueblo, no el de un grupito lo que de verdad interesa. Pedir y recibir la ayuda de ese tipo no es ninguna traici?n a la patria; sino un deber moral a favor de la dignidad de las personas que no tienen medicamentos, alimentos y otros insumos necesarios. Atr?vase a o?r al pueblo venezolano. No impida la ayuda que podemos darnos entre nosotros y la que se pueda recibir de otros pa?ses e instituciones internacionales. No diga que no es necesario. F?jese en algo delicado: a muchos sacerdotes y laicos, instituciones de esta regi?n acuden silenciosamente un sinn?mero de oficiales de las Fuerzas Armadas, de los altos puestos del Gobierno, para que les podamos conseguir, en C?cuta, medicinas para ellos o sus familiares, alimentos, etc. Ciertamente que no se lo dicen por miedo. Pero eso es verdad.

2) El pueblo le pide respeto a su condici?n, a su dignidad y a sus derechos. Es lamentable que numerosos hermanos nuestros deban emigrar del pa?s para tratar de conseguir una mejor calidad de vida o c?mo sostener a sus familias. Nuestra naci?n es rica y puede ser capaz de crear condiciones de vida que permitan a los ciudadanos ser gente honesta, progresista y constructora de futuro. Pero est? siendo expoliada por quienes explotan irracional e inhumanamente las minas y otros rubros de la econom?a del pa?s. Atr?vase a mirarle los ojos a nuestros ni?os, a los adolescentes y a los ancianos, a los j?venes y adultos: y descubrir? que se sienten abandonados, maltratados? Es hora de pensar en que la gente tiene dignidad y que ?sta no le viene por pertenecer a un partido o por creer en una ideolog?a, o porque recibe una bolsa de comida de vez en cuando? sino porque somos hijos de Dios. Y en este campo, todos somos iguales, llamados a la libertad y a la pr?ctica de la caridad.

3) Debe escuchar al pueblo que est? pidi?ndole un cambio de orientaci?n pol?tica. Le est? pidiendo que se d? la posibilidad de una nueva direcci?n ?Por qu? no se arriesga a convocar a unas elecciones libres, con un nuevo CNE (constituido por representantes de todos los partidos pol?ticos y por instituciones nacionales que tienen que ver con la academia, la econom?a, los obreros) y con la posibilidad de otros candidatos? Abra la puerta y p?ngase a un lado. La inmensa mayor?a de los venezolanos est? pidiendo que ya no siga al frente del Poder Ejecutivo. Es bueno recordar, al haber celebrado este 15 de febrero pasado 200 a?os del Congreso de Angostura, lo dicho por Sim?n Bol?var en su discurso:”El sistema de gobierno m?s perfecto es aqu?l que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad pol?tica”
En estos momentos, nuestro pueblo carece de felicidad, tiene hambre y carece de estabilidad pol?tica. Arri?sguese, y la historia ser? mucho m?s benigna con Usted.

Le hablo con la verdad en la mano. Lo dije al inicio. Lo hago sin ning?n inter?s pol?tico ni econ?mico. Lo hago desde mi pertenencia a un pueblo del cual me siento orgulloso en pertenecer. S? que no le resultar? c?modo lo que le he dicho. Lo hago con respeto, pero con la certeza de que estoy cumpliendo un deber. Ya el pueblo est? cansado. El Papa Francisco nos ha invitado a evitar un derramamiento de sangre. Ello depende de Usted en gran parte. ?Por qu? quiere asustar al pueblo con tantas alcabalas en las carreteras? ?Por qu? en el eje fronterizo se han colocado tantos piquetes de militares para “impedir” la entrada de ayuda humanitaria? ?Es que acaso esos militares no son pueblo? Ellos est?n para defender a los hombres y mujeres de Venezuela y no para reprimirlos. ?Sus asesores e informantes no le han dicho que la gente est? resteada? Evite el derramamiento de sangre; deje a un lado la persecuci?n a los disidentes; escuche y sienta el padecimiento de un pueblo que quiere libertad y justicia, pero con dignidad y sin opresi?n. Usted suele hablar de las influencias del “imperio”. Soy de los que creo que debemos reafirmar continuamente nuestra independencia y autonom?a. Pero eso es v?lido tambi?n para aquellos pa?ses que quieren imponer en Venezuela una ideolog?a que rompe con la integraci?n latinoamericana, desvaloriza a la persona humana y destruye la grandeza de una sociedad. No nos sigan hablando del “mar de la felicidad” cuando estamos en medio de un oc?ano de inquietudes, desesperanzas y destrucci?n.

Como le dije, es probable que el tenor de esta misiva no sea de su agrado. He hablado con la verdad y el coraz?n; tambi?n con respeto. S? le pedir?a dos cosas: una es que le indique a sus seguidores que cuando critiquen o manifiesten sus desacuerdos con lo que le he dicho ni ofendan ni descalifiquen. Podemos estar en desacuerdo, y lo estamos; pero merecemos el respeto. Se ha hecho com?n defenderse con insultos y burlas y lo entiendo pues “de la abundancia del coraz?n habla la boca” como nos dijo el Maestro de Nazaret.

Lo segundo: Yo soy responsable de todo lo que he dicho. As? que no se tomen represalias, ni persecuciones, ni nada que atente contra la seguridad f?sica, ps?quica e integral de mi familia, de mis amigos allegados, de los sacerdotes ni de las comunidades que sirvo como pastor de la Iglesia. Espero poder seguir caminando libremente por las calles y caminos del T?chira y de Venezuela sin persecuciones. En todo caso, cualquier cosa que le acontezca a los mencionados y a mi persona ser? responsabilidad de quienes den la orden y de quien debe ser capaz de velar por la integridad de todos.

Aunque Usted no lo crea: le ofrezco una oraci?n para que el Dios de la Vida, manifestado en Jes?s de Nazaret, le d? la sabidur?a y la luz del Esp?ritu para que tome la decisi?n m?s conveniente para Usted y para todo el pueblo venezolano. Ya se lo hemos se?alado. D? el paso.

+Mario Moronta R., Obispo de San Crist?bal.

A MIS HERMANOS VENEZOLANOS MIEMBROS DE LAS FUERZAS ARMADAS BOLIVARIANAS DE VENEZUELA

Los saludo con el afecto que puede tener un venezolano hacia otro conciudadano. Adem?s con la caridad de Cristo, presente desde el bautismo en nuestros corazones.

Vivimos momentos bien duros. Nuestro pueblo al cual Ustedes y Yo pertenecemos est? pasando hambre, desolaci?n, abandono e indefensi?n. Ustedes lo saben pues muchos de sus familiares se lo habr?n dado a conocer.

Ustedes han prestado el juramento de defender a la patria y a sus instituciones. Pero ese juramento no significa que deben estar servilmente a la defensa de una parcialidad pol?tica. Es cierto que deben mantener y sostener el orden. Pero, al hacerlo han de respetar las leyes y el ordenamiento jur?dico de la naci?n. Dicho juramento apunta a defender la dignidad, el protagonismo y los derechos de todos los ciudadanos del pueblo venezolano. Cumplan con sus obligaciones, pero sin olvidar que son miembros del pueblo al cual sirven. Nunca olviden esto. Por eso, les pido en el nombre del mismo Dios en el que la inmensa mayor?a de ustedes creen que nunca levanten ni la voz ni las armas en contra de sus hermanos.

Corremos muchos peligros. M?s que cuidar intereses particulares de unos, o los propios personales, m?s que permitir el contrabando en nuestra regi?n, m?s que reprimir violentamente, sean constructores de la paz, como bien nos lo ense?a el Se?or Jes?s. No se olviden de donde vienen: de sus hogares, de sus familias, de sus vecinos y compa?eros, de sus amigos. ?C?mo quedar?a la conciencia de ustedes si le dispararan al pueblo, cu?ndo lo atropellan con el abuso de autoridad? Ac? podr?n creerse superiores? pero un d?a deber?n presentarse ante el juicio de Dios y all? estar?n desnudos con su conciencia y ante un Dios que todo lo sabe y conoce.

Hoy hay que escuchar la voz del pueblo que, sencillamente, est? clamando por que se le escuche, porque sea atendido, porque sea dignificado.

Es cierto el juramento de fidelidad a la constituci?n, de reconocimiento de sus autoridades? pero ese juramento tambi?n y sobre todo va dirigido a su pueblo. No dejen de sentirse pueblo, no dejen de acompa?arlo, no dejen de protegerlo?. Para eso hicieron de verdad el juramento como militares, polic?as, autoridades. Act?en en el nombre de Dios. En ese mismo nombre acompa?en a su pueblo que quiere, repetimos, ser escuchado y que necesita una ayuda humanitaria que tambi?n les favorecer? a ustedes mismos con sus familias y cercanos.

En el nombre del Se?or.

+Mario Moronta R., Obispo de San Crist?bal.


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