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Cooperaci?n y solidaridad: dos claves para entender la evoluci?n humana

Pobreza Cero :: 22.02.19

Aplicar las teor?as de Darwin al llamado darwinismo social hizo imaginar a a los positivistas que el devenir hist?rico de los pa?ses, las etnias o las clases sociales se hab?an (hab?a) articulado en una competici?n en las cual los mejor adaptados ocupaban y deb?an ocupar los lugares privilegiados. Este tipo de formulaciones trascendi? de forma casi inmediata al campo de la pol?tica y sirvi? para justificar, desde un falso empirismo cient?fico, las pol?ticas imperialistas y raciales de finales del siglo XIX y buena parte de la primera mitad del siglo XX.

Cooperaci?n y solidaridad: dos claves para entender la evoluci?n humana
Rodrigo Alonso Alcalde, Responsable de Did?ctica del Museo de la Evoluci?n Humana, Junta de Castilla y Le?n, Profesor Asociado del ?rea de Prehistoria de la Universidad de Burgos ? @museoevolucion
http://www.pobrezacero.org/cooperacion-y-solidaridad-dos-claves-para-entender-la-evolucion-humana/?fbclid=IwAR1wDaW_6ZQFBbPu8ChUsqQethROy6XysxGFLvATsOn2vcFqjsFtToif2C4

Tras la publicaci?n de Charles Darwin, en 1859, del Origen de las Especies por medio de la Selecci?n Natural, comenz? a generalizarse la idea de que el proceso evolutivo hab?a estado protagonizado por la supervivencia de los mejor adaptados. Esta premisa alcanz? su m?ximo exponente a finales del siglo XIX con Herbert Spencer y sus planteamientos del darwinismo social. Este modelo explicativo se bas? en aplicar el mecanismo de la selecci?n natural darwiniano al estudio de las sociedades humanas. Seg?n esto, el devenir hist?rico de los pa?ses, las etnias o las clases sociales se hab?an (hab?a) articulado en una competici?n en las cual los mejor adaptados ocupaban y deb?an ocupar los lugares privilegiados. Este tipo de formulaciones trascendi? de forma casi inmediata al campo de la pol?tica y sirvi? para justificar, desde un falso empirismo cient?fico, las pol?ticas imperialistas y raciales de finales del siglo XIX y buena parte de la primera mitad del siglo XX.

Hoy en d?a sabemos que esto no fue as? y que en nuestra evoluci?n, junto al mecanismo de la selecci?n natural, hubo otros factores como la cooperaci?n y la solidaridad que fueron claves para el desarrollo de nuestro g?nero, el g?nero Homo desde hace 2,5 millones de a?os. Sin embargo estos factores no son caracter?sticas exclusivamente humanas. En el reino animal podemos encontrar ejemplos de solidaridad en chimpanc?s, orangutanes, delfines o incluso en los ping?inos. Mientras que acciones cooperativas es f?cil rastrearlas tanto en otros mam?feros, aves, reptiles y peces. Lo que nos diferencia del resto de animales es que nosotros a lo largo del proceso evolutivo hemos desarrollado la cooperaci?n y la solidaridad como elemento clave para potenciar la cohesi?n del grupo y conseguir ocupar todos los ecosistemas del planeta por muy adversos que estos sean, desde el ?rtico hasta el Himalaya pasando por la Amazonia o el desierto del S?hara.

Pero, antes de continuar, conviene definir el significado b?sico de estos dos conceptos claves en nuestra historia evolutiva. Seg?n el Diccionario de la Real Academia Espa?ola, la cooperaci?n es ?obrar juntamente con otro u otros para la consecuci?n de un fin com?n?. Mientras que la solidaridad es la ?adhesi?n circunstancial a la causa o a la empresa de otros?. En el caso que nos ocupa la principal diferencia entre ambos conceptos podemos encontrarla en que mientras la cooperaci?n se realiza entre individuos iguales, la solidaridad se da entre desiguales. Es decir, ?l o los individuos que muestran su solidaridad hacia otros individuos est?n por encima en alguno de los planos biol?gicos o sociales. El plano biol?gico podr?amos limitarlo a aquellos individuos que poseen una salud ?ptima. Mientras que en el plano social es m?s complejo y lo reservar?amos para aquellos individuos que por diversas circunstancias est?n mejor considerados dentro del grupo, por cuestiones como la edad o la organizaci?n social (l?deres). Estos individuos socialmente mejor considerados mostraron su solidaridad al adherirse circunstancialmente a la causa de otros individuos que est?n por debajo de ellos, sin esperar nada a cambio.

El trabajo cooperativo permiti? que nuestros antepasados sobrevivieran

Si extrapolamos estos conceptos te?ricos al estudio de nuestros antepasados tenemos que en las actuales Kenia, Tanzania y Etiop?a, encontramos numerosos yacimientos datados entre 2.5 y 1,8 millones de a?os que tienen, adem?s de los primeros f?siles de nuestro g?nero (Homo habilis y Homo rudolfensis), restos de las primeras herramientas de piedra y fragmentos de grandes herb?voros con marcas de corte. Estas marcas evidencian el consumo de estos animales por parte de estos homininos. El despiece e ingesta de estos elefantes, rinocerontes e hipop?tamos cabe considerarlos como los primeros consumos comunitarios realizados por nuestros antepasados. Este reparto del alimento puede entenderse como el desarrollo de una acci?n conjunta para la consecuci?n de un fin com?n: la alimentaci?n del grupo, por lo que estar?amos ante la primera evidencia de cooperaci?n en la historia de la humanidad. El trabajo cooperativo permiti? que nuestros antepasados sobrevivieran en la sabana compitiendo por los recursos c?rnicos con tigres, panteras y leones.

Por lo que se refiere a la solidaridad, nos encontramos que en el a?o 2003 en el yacimiento cauc?sico de Dmanisi (Georgia) apareci? una mand?bula humana con una antig?edad de 1,8 millones de a?os. Este f?sil perteneciente a la especie Homo georgicus presenta una ausencia total de dientes y de los alv?olos que alojaban sus ra?ces. En otras palabras, al ?viejo de Dmanisi? se le hab?an ca?do sus dientes y el hueso circundante a los alv?olos invadi? los vac?os dejados al desaparecer las ra?ces de los mismos. Ahora bien ?c?mo un individuo sin dientes pudo alcanzar los 40 a?os de edad hace 1,8 millones de a?os? Evidentemente sin una ayuda por parte del grupo este individuo no hubiera alcanzado esa edad. Muy probablemente, sus compa?eros se tuvieron que dedicar a masticarle los vegetales y trozos de carne cruda para que luego ?l los pudiera digerir. Estos cuidados representan la primera prueba de solidaridad documentada en la historia de la humanidad. Desde entonces son cada vez m?s las evidencias que tenemos de este tipo de comportamiento en el registro f?sil que demuestran que el desarrollo de la solidaridad ha sido una caracter?stica esencial en nuestro propio proceso evolutivo.


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