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El pueblo ha ganado la primera batalla: el presidente Abdelaziz Bouteflika de 82 a?os renuncia a presentarse a un quinto mandato y aplaza las elecciones previstas para el abril, cediendo ante las protestas pac?ficas de millones de ciudadanos. Pero, que nadie se haga demasiadas ilusiones: Bouteflika, que ha sido el mandatario con m?s a?os en el poder en Argelia (desde el 1999), ha sido el rostro civil de una camarilla militar que controla la totalidad del estado. Dice el historiador argelino Mohamed Harbi que ?Cada estado tiene su ej?rcito. Sin embargo, es el ej?rcito argelino que tiene su estado?.
Argelia sumida en una inquietante incertidumbre
Nazan?n Armanian
P?blico
12 MARZO 2019
Dej? la mitad de mi vida en mis tierras persas, y cuando aterric? en esta pen?nsula de acogida, entra?able plataforma de reclamo de pan y paz para todos, me puse a ejercer el desconcertante oficio de exiliado: conocer, aprender, admirar, transmitir, revelar y denunciar, estos ?ltimos aprovechando las clases de la Universidad, los medios de comunicaci?n y una docena de libros como ‘Robaiyat de Omar Jayyam’ (DVD ediciones, 2004), ‘Kurdist?n, el pa?s inexistente’ (Flor del viento, 2005), ‘Irak, Afganist?n e Ir?n, 40 respuestas al conflicto de Oriente Pr?ximo’ (Lengua de Trapo, 2007) y ‘El Islam sin velo’ (Bronce, 2009).
El pueblo ha ganado la primera batalla: el presidente Abdelaziz Bouteflika de 82 a?os renuncia a presentarse a un quinto mandato y aplaza las elecciones previstas para el abril, cediendo ante las protestas pac?ficas de millones de ciudadanos. Pero, que nadie se haga demasiadas ilusiones: Bouteflika, que ha sido el mandatario con m?s a?os en el poder en Argelia (desde el 1999), ha sido el rostro civil de una camarilla militar que controla la totalidad del estado. Dice el historiador argelino Mohamed Harbi que ?Cada estado tiene su ej?rcito. Sin embargo, es el ej?rcito argelino que tiene su estado?.
Aunque, durante los ?ltimos a?os han tenido lugar numerosas protestas contra las injusticias sociales, la inflaci?n, el desempleo y una escandalosa corrupci?n, las actuales son las m?s extensas desde la independencia del pa?s del colonialismo franc?s en 1962.
La econom?a rentista y monoproductora de Argelia basada en la venta del petr?leo y gas y a merced de las fluctuaciones de los precios del mercado, el despilfarro y la corrupci?n generada en la esfera del poder por los ingentes ingresos en poco tiempo, as? como descuidar el desarrollo de otras industrias, han sido una de las ra?ces de los problemas pol?tico-sociales del pa?s: cuando en 1985 EEUU y Arabia Saud? decidieron bajar el precio del petr?leo de 35 a 10 d?lares el barril, con el objetivo de derrumbar la econ?mica de la Uni?n Sovi?tica, vinculada fuertemente con la venta del gas, Argelia tambi?n sinti? los devastadores efectos: sus exportaciones cayeron en un 40%, y el estado tuvo que paralizar las inversiones y los programas sociales, aumentando la pobreza que ya padec?a cerca del 70% de la poblaci?n. El descontento popular y la sutil dictadura argelina que imped?a el protagonismo de las fuerzas democr?ticas, despejaron el camino para el triunfo del grupo de la extremaderecha islamista el Frente de Salvaci?n Isl?mico (FIS) en las elecciones del 1991. Que el r?gimen de los militares, en shock, cancelara los resultados, provoc? una guerra civil que dej? cerca de 50.000 muertos en una d?cada.
En 2005, Bouteflika ofrece al FIS la integraci?n sin justicia a trav?s de la ?Carta de Paz y Reconciliaci?n Nacional?, dando a sus l?deres la oportunidad de resurgir en otro momento de crisis pol?tico-social. Luego, en vez de potenciar el secularismo, empoderar a la sociedad civil e invertir en el desarrollo del pa?s, se pone a construir mezquitas para promover un islam ?verdadero, moderado,? mientras bajo el pretexto de la ?lucha contra el terror religioso? limita las libertades civiles. Resulta que en los pa?ses donde los reg?menes dictatoriales semisecualres capitalistas han intentado contener el avance de las fuerzas de izquierda, no s?lo mediante una dura represi?n sino tambi?n utilizando la religi?n contra ellas (a menudo, con el m?todo ?indoloro? de invertir en levantar miles de templos), al final han tenido que pagar su pecado: ejemplo del Sha de Ir?n o los militares de Turqu?a.
La poblaci?n no dud? en apoyar al presidente para poner fin a la violencia: con la experiencia del Ir?n del 1979 en la retina, saben que un totalitarismo religioso siempre es m?s destructivo que una dictadura incluso militar. A?os despu?s, las mujeres y los hombres egipcios, entre la espada y la pared, tambi?n dieron su respaldo impl?cito al general al Sisi, salv?ndose del r?gimen de Hermanos Musulmanes de Mohammad Mursi, para no regresar al medievo.
Las pol?ticas de Argel han propiciado el contundente regreso de la religi?n a la esfera p?blica, reflejado en la vestimenta de sus mujeres: quedan en la memoria lejana las mujeres como Djamila Boupacha que desafiaron la guillotina.
La ca?da de los precios del petr?leo, de nuevo, ha sido el factor determinante en provocar la tensi?n actual: el gobierno, que con el precio del barril sobre 100 d?lares consigui? bajar el nivel de la pobreza hasta el 5% en 2011, a partir del 2014 que los precios bajaron hasta la mitad, recurri? a la pol?tica de austeridad, recortando los presupuestos sociales (como la entrega de viviendas gratuitas a los desfavorecidos), y dejar de subsidiar el combustible y los alimentos. Adem?s, Argelia ha tenido que reducir la cantidad del gas exportado, tanto por el aumento del consumo interno como por la disminuci?n en la producci?n. De hecho, es el ?nico socio de la OPEP que bombea por debajo de su cuota autorizada. Por si fuera poco, el proyecto del gaseoducto trans-sahariano firmado por Argelia, Nigeria y N?ger en 2009, y con un presupuesto de 12.000 millones de d?lares, que iba a transportar en 2020 el gas nigeriano a Espa?a, sigue sin realizarse.
As? termin? la era ?concordilla? de Bouteflika cuando con el dinero del petr?leo pod?a comprar la paz social. Hoy, el 67% de los 41 millones de argelinos que tiene menos de 30 a?os y ven un futuro sin la perspectivas so?ada convierten el pa?s en una bomba de relojer?a: que Argelia tenga la mayor tasa de natalidad del norte de ?frica, un 2,8 hijos por mujer, o que cerca de10 millones personas vivan por debajo de la umbral de pobreza, y que haya una brecha de g?nero que le sit?a en el puesto n?mero128 sobre 182 pa?ses (2018), mientras su gobierno sigue siendo el mayor importador de armas en ?frica, aseguran un inevitable estallido social. La creciente inestabilidad en la vecina Libia, donde los grupos terroristas ?Yihadistas? patrocinados por la OTAN, Arabia Saud? y Emiratos ?rabes campan a sus anchas, as? como la presencia de dichos elementos en T?nez , Mal? y N?ger, podr? acabar con la falsa ?estabilidad? de Argelia creada desde un inmovilismo.
La geopol?tica de Argelia
Argelia (?Las islas? en ?rabe), despu?s del 2011 de que EEUU e Israel rompieran a Sud?n por la mitad, se ha convertido en el pa?s m?s grande de ?frica. Su ubicaci?n geogr?fica -estar rodeado por el mar Mediterr?neo, T?nez, Libia, N?ger, Mal?, Mauritania, Sahara Occidental y Marruecos-, el ser la d?cima reserva de gas mundial, as? como la conexi?n de los gaseoductos del sur de ?frica a Europa, le convierten en un pa?s clave para:
Francia, que adem?s de ser el principal socio econ?mico de Argelia y la patria adoptiva casi 3 millones de ciudadanos de ascendencia argelina, es consciente de que es el destino preferido de la gran parte de miles de j?venes que planean emigrar de su pa?s. El pa?s norafricano tambi?n es un importante proveedor de gas natural a Europa. Por lo que, los argelinos deben estar vigilantes de lo que sucede en el Eliseo, ya que Paris ha sido uno de las principales patrocinadores del islam m?s derechita: Fue el presidente Val?ry Giscard d?Estaing quien acogi? en 1980 al Ayatol? Jomeini, un f?rreo anticomunista y un enemigo de las libertades para luego trasladarle a Teher?n con un Airfrance escoltado por los F-4 Phantom, abortando la revoluci?n democr?tica iran?.
El Mundo ?rabe: Argelia es el miembro d?scolo de la Liga ?rabe, dirigida por Arabia Saud?. Ha rechazado entrar en la Alianza Militar Isl?mica contra el Terrorismo (formada en 2015 con la participaci?n de 41 pa?ses, incluidos Turqu?a, Pakist?n, Malasia y Egipto), por ser una ?organizaci?n bajo la influencia occidental? que no de los ?rabes; se ha negado a calificar ?organizaci?n terrorista? a Hizbol?, Partido de Dios chiita liban?s y a los Houthies yemen?es, a participar en la guerra genocida contra Yemen, a enviar tropas a Siria y entregar el asiento de Bashar al Asad en la Liga a los opositores, y sobre todo alejarse de Ir?n. De hecho, las relaciones entre Argel y Teher?n son tan s?lidas que la Rep?blica Chiita de Ir?n est? construyendo mezquitas en la Argelia sunnita. Para los ayatol?s, el pa?s que form? parte del imperio fatim? chiita (entre 909 y 1171) es una puerta a ?frica y un importante aliado en la OPEP. El gobierno de Argel sospecha que los saud?es utilizan el precio del petr?leo, as? como a los grupos wahab?es para someterle a sus exigencias. La visita del Pr?ncipe saud? Mohammad Bin Salman a Argelia en diciembre pasado, levant? una ola de cr?ticas en la opini?n p?blica por ?asesinar a civiles y ni?os yemen?es? y su implicaci?n en el asesinato del periodista Khashoggi.
Rusia: Las c?lidas relaciones entre Mosc? y Argel se remontan en la era sovi?tica, cuando los acad?micos rusos le incluyeron en el grupo de pa?ses que supuestamente caminaban en la ficticia ?V?a de desarrollo no capitalista?. Rusia, que es el principal proveedor de armas de Argelia, se ha ofrecido ayudar a diversificar su econom?a, promover la producci?n de equipos agropecuarios, la investigaci?n geol?gica, la extracci?n de minerales y construir reactores nucleares. Gazprom negocia con la compa??a argelina Sonatrach la realizaci?n de operaciones de fractura hidr?ulica para extraer gas y petr?leo de su subsuelo. Kremlin, que mantienen una ?neutralidad positiva? en la disputa entre Marruecos y Argelia sobre Sahara Occidental, ? con un leve apoyo al segundo-, podr? hacer de mediador en este conflicto, utilizando sus hist?ricas relaciones con el Frente Polisario.
En cuanto a EEUU, su presidente Donald Trump, mand? en 2018 suspender la ayuda militar y humanitaria de 17 millones de d?lares al a?o al pa?s, por votar en el Consejo de Seguridad de la ONU contra la decisi?n de Washington en reconocer a Jerusal?n como la capital de Israel. Que Trump no sepa, casi con seguridad, ni d?nde est? Argila en el mapa, no impedir? que utilice la f?rmula de Barak Obama, la de ?Leading from Behind?, Dirigir desde Atr?s, para intervenir en los acontecimientos cruciales en curso del rebelde pa?s norteafricano.