Ante la embestida generalizada del Estado contra los sectores populares, la minga, que recuerda la lucha de los pueblos ind?genas colombianos, ha sumado apoyos entre diversos sectores y ?a contracorriente de la represi?n directa y de la furiosa campa?a de estigmatizaci?n emprendida por las derechas y sus medios? articula un movimiento nacional en contra del despojo.
Colombia: embestida del Estado y organizaci?n popular
La Jornada
La represi?n del gobierno de Iv?n Duque contra la Minga por la Defensa de la Vida, el Territorio, la Democracia, la Justicia y la Paz caus? la muerte de nueve personas en una explosi?n en la zona monta?osa del departamento de Valle del Cauca. Adem?s, la violenta respuesta de la administraci?n derechista a la serie de movilizaciones de ind?genas, campesinos, afrodescendientes e integrantes de sectores populares colombianos ha dejado m?s de 50 heridos desde el martes 12, cuando las comunidades mencionadas lanzaron la minga para exigir el cumplimiento de los acuerdos suscritos por el Estado con las comunidades mencionadas, as? como el cese de las agresiones que de manera habitual y creciente padecen a manos de las fuerzas oficiales y paramilitares.
La minga es una forma de trabajo comunitario que, con distintas variantes y significados, se encuentra presente de manera ancestral en la zona andina. En el caso colombiano, desde 1991 cobr? un car?cter netamente pol?tico y reivindicativo en tanto movilizaci?n social que se realiza cada a?o para exigir que se lleven del papel a los hechos las garant?as constitucionales y legales que la Constituci?n de 1991 reconoci? a los pueblos ind?genas, en particular la autonom?a sobre sus territorios.
Este a?o la tambi?n conocida como minga social o minga del sur ?por tener su principal basti?n en el suroccidental departamento del Cauca? se lanz? con un especial sentido de urgencia por encontrarse frente a un gobierno empe?ado en destruir las conquistas populares arduamente conseguidas, imponer un estado de guerra y entregar los territorios ind?genas y campesinos a los m?s voraces proyectos extractivistas. El talante belicista del heredero pol?tico de ?lvaro Uribe V?lez tiene sus expresiones m?s preocupantes en la impugnaci?n jur?dica de los acuerdos de paz que en 2016 pusieron fin al conflicto armado m?s prolongado del continente, as? como en la abominable indolencia con que contempla la masacre de l?deres sociales y defensores de derechos humanos, rubro en el que Colombia ostenta el vergonzoso primer lugar mundial con m?s de 30 activistas asesinados s?lo este a?o.
Ante la embestida generalizada del Estado contra los sectores populares, la minga, que recuerda la lucha de los pueblos ind?genas colombianos, ha sumado apoyos entre diversos sectores y ?a contracorriente de la represi?n directa y de la furiosa campa?a de estigmatizaci?n emprendida por las derechas y sus medios? articula un movimiento nacional en contra del despojo. Cabe esperar que la fuerza de la raz?n, la decidida resistencia de los sectores populares organizados y la urgente atenci?n de la comunidad internacional hagan desistir al gobierno colombiano de encarar los reclamos de la minga mediante la f?rmula de la violencia y que, en cambio, se cumplan los compromisos suscritos por el Estado y se d? cauce a todos los diferendos mediante un aut?ntico di?logo.