El contexto de lo que ocurre en la actualidad en Venezuela es el de un modelo econ?mico que, traducido en sistema pol?tico, da cuenta de una enorme ausencia de proyecto democr?tico. En efecto, la crisis de car?cter estructural y cultural que secuestra a la naci?n evidencia la falta de condiciones para avanzar, no solo en la b?squeda de soluciones para trascender el momento presente sino, sobre todo, para profundizar en los aspectos que como pa?s nos aguarda el futuro.
25-03-2019
Extractivismo y pueblos ind?genas: El fondo de la cuesti?n
Vladimir Aguilar Castro
Grupo de Trabajo sobre Asuntos Ind?genas
La enfermedad extractivista
El contexto de lo que ocurre en la actualidad en Venezuela es el de un modelo econ?mico que, traducido en sistema pol?tico, da cuenta de una enorme ausencia de proyecto democr?tico. En efecto, la crisis de car?cter estructural y cultural que secuestra a la naci?n evidencia la falta de condiciones para avanzar, no solo en la b?squeda de soluciones para trascender el momento presente sino, sobre todo, para profundizar en los aspectos que como pa?s nos aguarda el futuro.
Cien a?os de extractivismo es el enorme fardo que debe soportar la sociedad venezolana el cual ha hecho mella en estos ?ltimos veinte a?os. La posibilidad de sembrar el petr?leo una vez m?s se difumin? haciendo de este recurso un instrumento para el conflicto por su control dom?stico (Golpe de Estado 2001; paro petrolero 2002, guarimbas 2014 y 2017), o una opci?n (ahora 2019) para el conflicto por su control externo.
Los pueblos ind?genas venezolanos han tenido que lidiar con esta diatriba petrolera, pero tambi?n con un contrato social interpretado al antojo de los principales actores pol?ticos de turno.
El fondo de la cuesti?n
Existe en el pa?s un desacompasamiento entre extractivismo y derechos humanos en general e ind?genas en particular. En otras palabras, mientras el modelo en Venezuela sea extractivista dif?cilmente se puedan materializar al menos los derechos ind?genas. Ello porque los pueblos ind?genas del pa?s est?n asentados de manera ancestral en espacios ricos en fuentes de vida (agua, oxigeno y biodversidad), que con el tiempo han sido sustituidos por la noci?n de recursos (hidrocarburos, oro, hierro, colt?n, etc.).
Este cambio de paradigma ha conllevado a que las principales v?ctimas del Estado-naci?n sean los pueblos ind?genas del mundo. Para el primero, el enemigo a vencer siempre ser? el segundo pues la relaci?n ha sido incomoda desde que el Estado se pretendi? erigir como actor ?nico y principal del sistema internacional, obviando que los pueblos y sus derechos son preexistentes a la entidad que nacer?a en Westafalia en 1648.
En otros espacios hemos dicho que estas y otras cuestiones deber?n ser dilucidadas en los tiempos por venir ya que forman parte de una raz?n hist?rica: el fin del modelo. Si la interculturalidad ri?e con el extractivismo es porque cada vez m?s est? en tensi?n con la democracia, si partimos del hecho cierto que la construcci?n democr?tica en Venezuela es posterior al petr?leo y a la dictadura. Y esto ultimo no es cualquier cosa. En la historia de nuestra naci?n la democracia ha estado sujeta al petr?leo y la dictadura, por ello la deriva autoritaria siempre es una constante en el ejercicio del poder pol?tico.
Los pueblos ind?genas de Venezuela y la crisis actual
La realidad de los derechos ind?genas es que han sido el resultado de largas batallas de resistencia de los pueblos ind?genas del pa?s desde los a?os sesenta (60), con la creaci?n de las primeras organizaciones ind?genas y, sobre todo, con la participaci?n de ind?genas venezolanos en los principales foros internacionales desde los a?os ochenta (80), donde la presencia de ellos se har?a sentir con fuerza en la aprobaci?n del Convenio 169 de la Organizaci?n Internacional del Trabajo (OIT), organismo del sistema institucional de las Naciones Unidas que cumple cien a?os de existencia, siendo el instrumento jur?dico junto con la Declaraci?n de Derechos de los Pueblos Ind?genas de las Naciones Unidas (2007), m?s importante que en la actualidad tienen los pueblos ind?genas del mundo.
Con la Constituci?n de la Rep?blica Bolivariana de Venezuela (CRBV) del a?o 2000, se abrir?a un comp?s de oportunidades para el movimiento ind?gena venezolano. Contrario a lo que muchos pensaban, en cuanto a que la inserci?n de los derechos ind?genas en el nuevo contrato social vendr?a a ser una concesi?n de la voluntad pol?tica del momento, los pueblos ind?genas de Venezuela ya hab?an transitado lo suficiente en el ?mbito internacional como para hacer exigibles sus derechos a nivel nacional.
Llegar?amos as? al capitulo VIII de la Constituci?n. El mismo que se inicia con el art?culo 119 el cual reconoce los derechos territoriales ind?genas, sus h?bitats y tierras como condici?n para garantizar y desarrollar sus formas de vida, ha sido letra muerta hasta hoy en d?a. El Estado que deber?a ser el garante de este derecho ha vacilado en construir institucionalidad para su materializaci?n y ejercicio.
Esto constituye el sustrato de la rebeld?a y de la rabia ind?gena en Kumaracapay. Este es el fondo del problema. Primero fue la decepci?n del Tendido El?ctrico y ahora de la demarcaci?n ausente. Es la reiterada mentira de un orden estatal que se niega a abrirse a la demanda ind?gena por la tierra. Como si esto fuera poco, cual estocada final, el Estado los convierte en las v?ctimas mayores de ese horrible plan de destrucci?n masivo conocido como Arco Minero del Orinoco (AMO).
No hubo demarcaci?n pero si hubo miner?a ilegal convertida en un proyecto de Estado y militar. Frente a la estafa de la revoluci?n luego de haber sido los ind?genas sus principales aliados, la opci?n que les queda es resistir no importa c?mo ni cu?ndo. El AMO es el ?ltimo embate a una lealtad traicionada.
Las mismas comunidades Pemon que se alzaron ayer contra el Tendido El?ctrico y que exigir?an el inicio de la demarcaci?n son las que resisten hoy el atropello del Estado en sus territorios. Tanto la cuarta como la quinta Rep?blica han tenido una visi?n mononacional y homog?nea de los derechos ind?genas quedando esto evidenciado en los debates constituyentes y parlamentarios de ayer y de hoy.
Resistencias ind?genas y disidencias jur?dicas
La ?nica constante en la historia del proceso de conquista y posterior creaci?n de Venezuela como Estado-naci?n hasta hoy en d?a, es la resistencia ind?gena. Esta ?ltima es la expresi?n de la ?nica herramienta (pol?tica) con la que cuentan los pueblos ind?genas.
Con la evoluci?n de los derechos ind?genas en el derecho internacional, precisamente en el seno de la OIT, y su posterior inserci?n en el derecho interno, la resistencia ind?gena se ha convertido en disidencia jur?dica.
En la actualidad, los ind?genas venezolanos frente a la resnulizaci?n (res nullius) de sus territorios han tenido que apelar a sus tradiciones, instituciones propias, usos y costumbres para confrontar al otro derecho no ind?gena pero, sobre todo, para contener el proceso de fragmentaci?n territorial al cual est?n siendo sometidos.
En Venezuela urge construir democracia. Pero no cualquier democracia. En nuestra opini?n, la interculturalidad es una herramienta para profundizar y trascender el actual caos en el que nos encontramos. A la deriva autoritaria hay que oponerle democracia intercultural. Es necesario buscar en los sistemas jur?dicos ind?genas sus propias formas de resoluci?n de conflictos. Lo que hoy ocurre en el pa?s no es m?s complicado que lo ocurrido en Sud?frica en tiempos del Apartheid.
No olvidemos que en Sud?frica el Ubuntu del pueblo ind?gena zul? Xhosa permiti? trascender al oprobioso sistema de segregaci?n racial. En Venezuela Ubuntu es Nohimayou (Yanomami); Tujuma Wei?a (Yekuana); Unuma (Jivi); Ukuo (Uwottuja); Wabiya (Bare); Wamarubaca Iywa (Piapoco) y Suma Yuyay Kauqsancamalla (Inga).
Todav?a tenemos 44 sistemas jur?dicos m?s de resoluci?n de conflictos en nuestro pa?s que nos ofrece su enorme diversidad cultural. Estamos a tiempo?
El autor es polit?logo y abogado venezolano. Profesor titular a dedicaci?n exclusiva de la Facultad de Ciencias Jur?dicas y Pol?ticas de la Universidad de los Andes (ULA), M?rida, Venezuela.
http://www.ecopoliticavenezuela.org/2019/03/03/3408/