Clajadep :: Red de divulgación e intercambios sobre autonomía y poder popular

Imprimir

M?xico ?Consultas frente a los conflictos socio-ambientales?

La Jornada :: 28.03.19

El mecanismo de la consulta ciudadana, consulta popular o ejercicio participativo, seg?n el caso y la dificultad de posicionar esta pieza clave de la nueva forma de gobernar, est? siendo un dispositivo legitimador de medidas repudiadas por sectores importantes de la poblaci?n, en su mayor?a, comunidades y pueblos que en lugar de ser consultados sobre qu? tipo de proyectos de desarrollo quisieran impulsar, son objeto de una idea de desarrollo, bienestar y progreso que se les impone desde el Estado.

?Consultas frente a los conflictos socioambientales?

M?rgara Mill?n*
La Jornada

El mecanismo de la consulta ciudadana, consulta popular o ejercicio participativo, seg?n el caso y la dificultad de posicionar esta pieza clave de la nueva forma de gobernar, est? siendo un dispositivo legitimador de medidas repudiadas por sectores importantes de la poblaci?n, en su mayor?a, comunidades y pueblos que en lugar de ser consultados sobre qu? tipo de proyectos de desarrollo quisieran impulsar, son objeto de una idea de desarrollo, bienestar y progreso que se les impone desde el Estado.

La consulta sobre el NAIM trajo al frente una vieja batalla de los pueblos de Atenco y del lago de Texcoco, que hab?an sido reprimidos y encarcelados por su resistencia al proyecto, que se hab?a ido imponiendo con mecanismos empleados por distintas agencias del Estado: consultas ama?adas, divisi?n de las comunidades mediante prebendas, represi?n, c?rcel y asesinatos.

La esperanza que surgi? al ver que un proyecto de tal magnitud e intereses creados se pudiera detener, parec?a ofrecer otra forma de dirimir los conflictos socioambientales, una donde las comunidades ser?an realmente tomadas en cuenta, donde no resultar?an despojadas de sus tierras y sus formas de vida destruidas.

Pens?bamos que las consultas estaban ah? para escuchar a los afectados. Pero no ha sido as?. Las consultas subsecuentes han sido usadas para avalar proyectos de gran impacto socioambiental, desacreditando opiniones contrarias y alternativas propuestas. Incluso han servido para evitar cumplir con requisitos reglamentarios como estudios de impacto ambiental, de seguridad, de protecci?n civil, derechos humanos y m?s. En el caso del denominado Tren Maya, ese tren que va porque va, no es claro si habr? una consulta apegada a derecho o si se va a hacer pasar por buena la consulta ya hecha.

Un parteaguas en estos efectos antidemocr?ticos de la consulta ha sido lo ocurrido en Morelos. Esta vez no hubo revisi?n de contratos, de permisos otorgados por las entidades responsables, en fin, todo lo que hubi?semos esperado para la reconsideraci?n de proyectos que este gobierno hered?. No. La decisi?n estaba tomada.

Para ganar la consulta en contra de los pueblos y comunidades afectadas por el Proyecto Integral Morelos (PIM), el Ejecutivo moviliz? no s?lo el encono y la deslegitimaci?n de una lucha con la que hab?a sido solidario s?lo cuatro a?os atr?s, en 2014, cuando se refiri? a la termoel?ctrica en Huexca, con la frase ya c?lebre de esto es venir a poner un basural en Jerusal?n. Se mostr? lo que ser?n las consultas si permitimos que se sigan haciendo como hasta ahora: un operativo clientelar e intimidatorio del Estado. En s?lo un segundo los antes interlocutores pasaron a ser estigmatizados como grupos opositores de izquierda radical conservadora y m?s a?n, el no rencoroso Presidente, los acus? de ser los que no hab?an votado por la Cuarta Transformaci?n, los que no cre?an en las elecciones o si acaso hab?an votado lo hab?a hecho por el PRI o el PAN.

El Ejecutivo debe reflexionar sobre los efectos de su actitud y palabras en un escenario contencioso donde el mismo gobierno operaba e interven?a en la consulta, organiz?ndola y a la vez promoviendo el voto por el s? de m?ltiples maneras. Su discurso deslegitim? una lucha y desprotegi? a sus actores. El crimen de Samir Flores Soberanes acaecido el 20 de febrero, tres d?as antes de la consulta, forma parte del clima confrontacional que desat? la actuaci?n del gobierno, y hasta que no se muestre lo contrario, seguir? formando parte del proceso intransigente y autoritario de esta consulta.

Uno de los peores discursos del Ejecutivo fue el del 10 de febrero en el Almeal, Cuautla, caracterizado por un comunero del Apatlaco: lleg? comprando voluntades, dividiendo conciencias. Tras la sentencia de ?el pueblo decide, pero si decide por el no, seguiremos comprando energ?a el?ctrica al extranjero?, sigui? lo que sigui?.

El dise?o de la consulta estaba ya puesto para que ganara el s?, al incorporar ciudades como Cuernavaca y Yautepec y m?s comunidades de Morelos lejanas a las afectadas. Garantizaban la preponderancia de la aceptaci?n de lo inevitable ?pues si ya est? construida, ?qu? tanto son 100 metros m?s de tuber?a para conectarla? Un razonamiento utilitario y divisionista.

Con prisa y plagada de irregularidades: la votaci?n fue sobre papeletas no foliadas, con propaganda por el s? en el reverso, sin supervisi?n ciudadana, con fuerte presencia policial sobre todo el segundo d?a, y con algo que el superdelegado Flores ha balbuceado un par de veces: viejas pr?cticas de acarreo. En todo caso eso opera en su contra, personas de la tercera edad, tras firmar su registro para la beca pasaban a votar, as? como servidores p?blicos, concentrados en el homenaje del D?a de la Bandera, aprovecharon para votar la orientaci?n presidencial. Esto junto con muchos usuarios de la CFE buscando una reducci?n en su recibo de luz. Se desat? una maquinaria de conveniencias contra los derechos de comunidades que ven sus tierras, su agua, su paisaje radicalmente amenazado. Hay que decir tambi?n que aunque la supuesta consulta era sobre la termoel?ctrica, el ciudadano al votar aceptaba el PIM (dos termoel?ctricas, un gasoducto y un acueducto), proyecto del cual nunca se inform?, no sabemos sus alcances, ni el sustento de su necesidad.

La consulta popular, que en primera instancia deber?a ser un ejercicio democr?tico y de involucramiento y politizaci?n de la ciudadan?a, un ejercicio para dar voz a quienes nunca son escuchados, se convirti? en la pr?ctica rediviva de la vieja cultura pol?tica clientelar de la cual queremos salir.

As? las cosas, con todo y consulta, en Morelos el no apenas empieza.

* Soci?loga de la UNAM


https://clajadep.lahaine.org