El 22 de marzo los mandatarios de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay y Per?, adem?s del embajador de Guayana en Chile, firmaron la llamada Declaraci?n de Santiago. Mediante este documento los estados implicados declaran su voluntad de revitalizar y fortalecer la integraci?n de Am?rica del Sur a trav?s del llamado Foro para el Progreso de Am?rica del Sur (Prosur).
Esta nueva iniciativa nace de los presidentes Iv?n Duque, de Colombia, y Sebasti?n Pi?era, de Chile, y se plantea como reemplazo de la Uni?n de Naciones Suramericanas (Unasur), cuestionada bajo el planteamiento de ser concebida con par?metros ideol?gicos.
Un proceso sin chicha ni limon?
Prosur.
Decio Machado
29 marzo, 2019
Brecha
El 22 de marzo los mandatarios de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay y Per?, adem?s del embajador de Guayana en Chile, firmaron la llamada Declaraci?n de Santiago. Mediante este documento los estados implicados declaran su voluntad de revitalizar y fortalecer la integraci?n de Am?rica del Sur a trav?s del llamado Foro para el Progreso de Am?rica del Sur (Prosur).
Esta nueva iniciativa nace de los presidentes Iv?n Duque, de Colombia, y Sebasti?n Pi?era, de Chile, y se plantea como reemplazo de la Uni?n de Naciones Suramericanas (Unasur), cuestionada bajo el planteamiento de ser concebida con par?metros ideol?gicos.
CRISIS DE LA UNASUR. Para buscar los or?genes de la crisis de aquel organismo hay que remontarse al per?odo en el cual la ca?da de los precios de los commodities en el mercado global comenz? a afectar las econom?as sudamericanas. Entre los a?os 2014 y 2015 los consejos ministeriales y sectoriales de la Unasur ?espacios tem?ticos de discusi?n y articulaci?n de consensos? comenzaron a paralizarse, vaciando de contenido este espacio de integraci?n regional.
El discurso de la soberan?a nacional y la conformaci?n de la Patria Grande encontr? su contradicci?n en las pol?ticas hiperextractivistas auspiciadas por el progresismo latinoamericano, lo que hizo que se incrementara la dependencia de estos pa?ses respecto al mercado capitalista mundial. Terminado el ?boom de los commodities?, y por lo tanto el excedente econ?mico, ning?n gobierno progresista continu? apostando por la integraci?n regional.
En este sentido, la par?lisis de la Unasur deviene de antes del fin del ciclo progresista en el subcontinente, si bien es un hecho que el cambio de clima pol?tico que ha sufrido la regi?n ha terminado de apuntillar esta iniciativa. En abril de 2018, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Per? decid?an suspender su participaci?n en este organismo por tiempo indefinido, justificando su decisi?n con base en la falta de ?resultados concretos que garanticen el funcionamiento adecuado de la organizaci?n?, tras haber transcurrido 270 d?as sin acuerdo respecto al nombramiento de un nuevo secretario general que reemplazara a Ernesto Samper. Cuatro meses despu?s Colombia anunciar?a su salida definitiva y en marzo del presente a?o Ecuador har?a lo mismo.
De esta manera, atr?s iban quedando un conjunto de iniciativas inconclusas y declaraciones de intenciones sin aplicaci?n auspiciadas a lo interno de esta iniciativa regional. Entre ellas el Banco del Sur, el Sistema Unitario de Compensaci?n Regional y la posibilidad de montar una corte penal regional para luchar contra los delitos transnacionales, as? como medidas destinadas a erradicar la pobreza o acuerdos para la adquisici?n interregional de f?rmacos gen?ricos con el fin de negociar en bloque un buen precio.
En paralelo y desde una l?gica antag?nica, los pa?ses con gobiernos no progresistas de la regi?n ?Chile, Colombia y Per?? m?s M?xico lanzaban en 2011 la iniciativa Alianza del Pac?fico con el prop?sito de generar un nuevo espacio de integraci?n, en este caso con enfoque meramente comercial y con claro perfil liberal. Esta iniciativa no era menor, pues los pocos pa?ses inicialmente involucrados sumaban el 40 por ciento del Pbi de Am?rica Latina. En la actualidad se hallan en proceso de incorporaci?n a este espacio pa?ses latinoamericanos como Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Panam?.
CUESTIONADO DESDE LA MISMA DERECHA. El nacimiento de Prosur es forzado y no responde a un proceso diplom?tico entre los pa?ses de la regi?n, sino m?s bien a coyunturas pol?ticas internas de sus auspiciadores. Tanto Duque como Pi?era sufr?an fuertes ca?das de popularidad en sus respectivos pa?ses durante la primera quincena de enero, cuando posicionaron p?blicamente esta iniciativa.
Seg?n el presidente Iv?n Duque, el Prosur ?no tiene ning?n tipo de ra?z pol?tica, institucional, ni econ?mica?, trat?ndose simplemente de una ?fuerza de coordinaci?n?. Pese a la declaraci?n anterior, este espacio nace excluyendo desde su origen a la Rep?blica Bolivariana de Venezuela, a la que se le vet? la posibilidad de formar parte de esta iniciativa. Ser?a el ex presidente Juan Manuel Santos quien, pocos d?as despu?s de la fundaci?n de Prosur, pondr?a en cuesti?n la falacia oficial respecto a la carencia de criterio ideol?gico al interior de este nuevo espacio sudamericano: ?Me parece que Prosur, o esto que est?n creando, es lo mismo: Unasur al otro lado. Si fracas? uno, va a fracasar el otro? lo importante es tener un proceso de integraci?n en Am?rica Latina que sea efectivo?. En todo caso, el formato con el que nace el Prosur implicar?a m?s su existencia como un foro de alto nivel ?espacio para el debate de mandatarios sudamericanos de pa?ses con gobiernos de perfil conservador? que como una organizaci?n multilateral cuyo objetivo est? anclado a la integraci?n regional.
El cuestionamiento a Prosur no s?lo llega de los espacios ideol?gicamente m?s anclados a la izquierda convencional hoy en crisis, que definen este invento como un espacio de desintegraci?n regional al servicio de los espurios intereses estadounidenses, recurrido discurso de quienes tienen poco o nada que decir. Son los propios voceros de sectores empresariales sudamericanos ?que indudablemente comparten con los gobiernos fundadores del Prosur su ideolog?a conservadora e incluso ultraconservadora? quienes expresaron su cuestionamiento a la nueva iniciativa con las siguientes palabras: ?Una mala idea para reemplazar otra mala idea?. Por poner tan s?lo un ejemplo, diversos sectores gremiales del capital chileno expresaron durante la cumbre fundacional del Prosur, en Santiago de Chile, sus cr?ticas a este proceso manifestando que este nuevo organismo podr?a terminar opacando la ?exitosa? iniciativa de integraci?n comercial impulsada por el mismo Sebasti?n Pi?era en su primer gobierno, en referencia a la Alianza del Pac?fico.
En definitiva, si en algo aciertan los lobbies empresariales es en considerar que no es necesario tener dos instancias que avanzan, en esencia, hacia el mismo objetivo. Es decir, la defensa de sus intereses corporativos.
En definitiva, y m?s all? de posiciones ideol?gicas, la construcci?n de bloques regionales es una respuesta de la que se dotaron los estados ?m?s all? del ideario pol?tico con el que comulguen sus coyunturales gobiernos? en diferentes espacios geogr?ficos del planeta para hacerle frente a la globalizaci?n. En este sentido, la falta de institucionalidad en los pa?ses de la regi?n deriva en que, en lugar de intentar subsanar iniciativas de integraci?n regional en mal estado de salud, nuestros gobiernos hayan ido impulsando diferentes proyectos que opacaron y dificultan el accionar de los anteriores. As? hemos asistido a la conformaci?n de la Asociaci?n Latinoamericana de Integraci?n (Aladi), el Sistema Econ?mico Latinoamericano y del Caribe (Sela), la Comunidad Andina de Naciones (Can), el Mercado Com?n del Sur (Mercosur), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra Am?rica (Alba), la Uni?n de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribe?os (Celag) y ahora el Prosur. Sin duda, Am?rica Latina debe tener el r?cord mundial de iniciativas de integraci?n regional fallidas y la nueva apuesta auspiciada por los gobiernos conservadores de la regi?n no tendr? como destino un final diferente a las anteriores.