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Impresiones de una visita a Brasil

Toni Negri :: 18.04.19

Como pensador, Toni Negri ha desarrollado nuevas interpretaciones sobre las actuales configuraciones de poder y estructura de las sociedades. A los 83 a?os, se ha convertido en referencia para an?lisis de fen?menos bastantes actuales, que van desde el ascenso de un nuevo tipo de derechas, m?s agresiva y sofisticada, hasta las nuevas movilizaciones de resistencia, tales como el movimiento Occupy, en los Estados Unidos, o los levantamientos de la Primavera ?rabe o las mism?simas movilizaciones de junio de 2013 en Brasil.

Impresiones de una visita a Brasil

Toni Negri
aldhea.org

Como pensador, Toni Negri ha desarrollado nuevas interpretaciones sobre las actuales configuraciones de poder y estructura de las sociedades. A los 83 a?os, se ha convertido en referencia para an?lisis de fen?menos bastantes actuales, que van desde el ascenso de un nuevo tipo de derechas, m?s agresiva y sofisticada, hasta las nuevas movilizaciones de resistencia, tales como el movimiento Occupy, en los Estados Unidos, o los levantamientos de la Primavera ?rabe o las mism?simas movilizaciones de junio de 2013 en Brasil. Entre las ideas que defiende est? el que las formas tradicionales de organizaci?n pol?tica, como partidos y sindicatos, perdieron importancia en un escenario complejo marcado por alteraciones estructurales de la producci?n y la divisi?n del trabajo en las metr?polis. Es en las calles que surge la resistencia m?s activa a las nuevas ofensivas capitalistas de privatizaci?n de bienes comunes, cuerpos y afectividades. Entender como se da el fen?meno de saber lidiar con una diversidad de multitudes y sus demandas es fundamental para enfrentar la onda conservadora que golpea en la actualidad al planeta y reorganizar la resistencia en favor de una sociedad m?s democr?tica y justa. Es desde ese prima que Negri hace su lectura sobre la crisis institucional que abate a Brasil. ?l estuvo en Sao Paulo en octubre de 2016, invitado por la editorial Autonom?a Literaria e FFLCH-USP, teniendo la oportunidad de conocer y conversar con integrantes de diferentes corrientes de la izquierda y de movimientos sociales, adem?s de acad?micos, estudiantes y activistas. En este art?culo, comparte sus dudas y conclusiones tras la visita.

En el viaje de trabajo realizado a Brasil encontr? pol?ticos e intelectuales brasile?os y, ante estos, hice algunos cuestionamientos, recibiendo respuestas distintas, y a veces contradictorias, sobre la crisis institucional en curso y sobre la derrota del PT (inicialmente en el ?mbito parlamentario y, por ?ltimo, en las elecciones municipales). A partir de las respuestas a estas cuestiones, paso a hacer algunas conclusiones provisorias. Mis interlocutores eran personas de la izquierda, de una izquierda brasile?a hoy muy fragmentada. Primera pregunta: ?por qu? el PT reprimi? las luchas modelo Ocuppy de 2013-2014 al punto de desvirtuar su significado y permitir que la derecha lograse la hegemon?a sobre ellas? La respuesta que recib? de los pol?ticos del PT fue un?voca y terriblemente decepcionante. Por parte de todos, este es un punto realmente grave, por parte de todos sin ninguna excepci?n y sin arrepentimiento alguno (incluso en muchas ocasiones con el embarazo de la mentira), obtuve una sola respuesta: esos movimientos amenazaban desde su inicio nuestra gobernabilidad. No voy a considerar comentarios sin sentido, como cuando alguien dice que las luchas de 2013 hab?an sido impulsadas por la CIA, y esto no solo en Brasil, sino tambi?n durante ese mismo ciclo en Estambul o El Cairo? Es evidente que, a partir de estas aseveraciones, sin duda insensatas, podemos concluir que el PT ya ten?a una deteriorada relaci?n con las poblaciones urbanas, que, inmersa en la crisis econ?mica del pa?s y golpeadas por la inflexi?n neoliberal de las pol?ticas de Dilma, ped?an desde 2013 al gobierno y al municipio un cambio de l?nea.

La segunda pregunta fue: ?por qu? tantos j?venes negros contin?an muriendo? No me dieron respuestas a esta cuesti?n. Como siempre que visito Brasil, esto se mantiene silenciado. La incomprensi?n de esta situaci?n, la falta de voluntad de asumirla como problema fundamental, fue determinante en la impotencia del PT. No lo digo encontrarle soluci?n, sino simplemente enfrentar el problema, por ejemplo, de las ?favelas? (m?s all? de la din?mica del capital inmobiliario), y que ahora precipit? un vac?o de relaciones que permiti? y facilit? la entrada de la derecha religiosa (y no religiosa) al proletariado negro.

La funci?n de las iglesias evang?licas es infravalorada respecto a su capacidad de organizar los nuevos estratos de clase media dentro y fuera de las ?favelas? y esto permiti? la penetraci?n ideol?gica de la derecha y de una propaganda de ?valores? totalmente subyugada a propuestas reaccionaras y/o de la restauraci?n de la moralidad conservadora, etc. Probablemente aqu? est? el eje de uno de los puntos centrales de la crisis del PT, su p?rdida de contacto (o de alguna forma de capacidad para reconducirse) respecto al proletariado negro del sistema industrial en crisis (si es que no en disoluci?n) en las periferias de las grandes ciudades (en los estados de Sao Paulo y Minas Gerais, particularmente).

Es al interior de esta ex clase proletaria (dividida ahora entre nueva clase media y multitudes de desempleados y precarizados) que se revela la crisis m?s fuerte para la izquierda, pues es en estos espacios donde esa izquierda fue anteriormente hegem?nica. La p?rdida de hegemon?a en estos estratos del proletariado urbano es sentido por los cuadros del PT como una traici?n. Se mira con espanto la emergencia y afirmaci?n de nuevos ?cuadros? negros en la derecha. En suma, parece que existe una completa ignorancia respecto a los cambios estructurales en el sistema productivo y en la divisi?n del trabajo urbano, al cual hay que agregar el abandono, como veremos, de los estratos proletarios m?s pobres.

Tercera pregunta: ?por qu? el PT no consigui? dar respuestas al ataque de la derecha (desde 2013) haciendo que reaccionasen las organizaciones de masas ligadas al partido? Aqu? las respuestas demuestran que tambi?n con las organizaciones tradicionales (la CUT, el MST, etc) la relaci?n ya se hab?a convertido en irrelevantes, o tal vez subsistiese apenas basada con finalidad propagand?stica. Los sindicatos pasaron a ser corporativistas, adquiriendo los mismo problemas que existen en Europa ante la ofensiva ?emprendedora? del empresariado financiero; el MST se vio tambi?n frustrado por la negativa o la lenta y contradictoria manera en que se emprendieron las expropiaciones de tierra (como consecuencia, se enraiz? un sordo resentimiento respecto a un gobierno que a su vez no pod?a dejar de lado con el fin de no quedar sujeto al contra ataque de las fuerzas del latifundismo agrario). Sindicatos industriales y rurales se convirtieron en mecanismo de control pol?tico y, posiblemente, hasta de represi?n. ?C?mo pedirles a estos actores una reacci?n organizada frente al predominio de la derecha? Y m?s all? de lo anterior, qu? decir respecto de los movimientos sociales y el pueblo, si estos tambi?n hab?an sido duramente reprimidos.

La ofensiva de la derecha

Probablemente es aqu? donde consigamos entender la conquista de la hegemon?a por parte de la nueva derecha en las protestas urbanas, algo que suced?a por primera vez desde 2014, consiguiendo movilizar a centenas de miles de personas en medio de la ausencia de cualquier tipo de respuesta antag?nica. El elemento que incendia y permite a la derecha el protagonismo en las calles est? ligado a la campa?a contra la corrupci?n que, de forma conjunta, accionan tambi?n contra el PT el poder judicial y los grandes medios de comunicaci?n, leyendo a la perfecci?n (?la tempestad perfecta?) el momento de crisis de relacionamiento entre el partido y la masa. El modelo utilizado para el ataque contra el PT por parte del poder judicial y los grandes mass media es exactamente el mismo que el que ya se hab?a dado en la operaci?n Manos Limpias (el juez Moro, que representa el eje de las iniciativas judiciales, ya hab?a escrito y teorizado al respecto).

Dos breves reflexiones sobre esto: la corrupci?n de buena parte de las ?lites del PT surge, inicialmente, de la necesidad de equilibrar la ?mayor?a? en el parlamento brasile?o, donde el PT nunca obtuvo mayor?a; y posteriormente se amplifica, debido al usual apetito derivado del h?bito de la corrupci?n pol?tica respecto al enriquecimiento personal de muchos cuadros del partido. Con todo, se trata de una corrupci?n generalizada en el sistema pol?tico brasile?o: la fuerza y la astucia de la derecha (y del sistema jur?dico/medi?tico) fue lanzar estas denuncias sobre el gobierno del PT. Parece que ahora, m?s all? del desastre del PT, la magistratura est? redirigiendo sus acciones tambi?n contra sectores de la derecha, sin a?n ejercer la misma eficacia terrorista que se produjo en relaci?n al PT.

Contin?an dos preguntas m?s. La primera: ?por qu? con tres presidencias el PT no se impuls? una reforma constitucional que garantizase la gobernabilidad sin necesidad de corromperse? Y en segundo lugar: ?por qu? en aquel mismo momento no se construy? un sistema de comunicaci?n/media que permitiese al PT por lo menos alguna defensa contra los dinosaurios medi?ticos (Globo, Folha, etc) de ese pa?s? En la primera pregunta obtuve respuestas ambiguas y confusas. Para algunos, no era posible reformar la Constituci?n de un pa?s que no hac?a mucho hab?a salido de un largo par?ntesis dictatorial. Consecuentemente, la idea de gobernar por medio de ejercer la corrupci?n, es decir, retornando al h?bito de la derecha, no les parec?a perturbador para el proyecto del PT. Un sistema constitucional en que el presidente es electo con 60% de los votos -tales son los n?meros de Lula-, en una rep?blica federal semi presidencialista en que el Congreso y el Senado no alcanzan -en un sistema electoral casi proporcional- nunca la mayor?a (presidencia) necesaria para el funcionamiento legislativo y ejecutivo, es un monstruo constitucional, condenado a la inestabilidad y al negociados continuo.

Respecto a la cuesti?n medi?tica, muchos de mis interlocutores fueron menos reticentes. Me pareci? entender que hubo, desde el inicio de los gobiernos del PT, un acuerdo t?cito de fair play con los conglomerados medi?ticos: ning?n ataque sobre ellos por parte del gobierno y rec?proca lealtad por parte de los media. Ese acuerdo se rompi? en el momento en que la derecha conquist? las calles y la capacidad de expresar una oposici?n de perfil org?nico. No pretendo con esto imputar a la ingenuidad del PT la responsabilidad por la ca?da del gobierno, del deterioro de su acumulado y sobre todo de la p?rdida de su hegemon?a. El problema est?, evidentemente, en otra parte, concretamente en la incapacidad pol?tica de resistir la ofensiva neoliberal, de abrir una respuesta multitudinaria (como aquella protagonizada en 2013 por parte de los movimientos urbanos), pero sin lugar a dudas, esas ingenuidades, que se convirtieron en estructurales, tambi?n ayudaron a la ca?da.

Crisis econ?mica y clase media

Una nueva cuesti?n: ?por qu? la crisis econ?mica mundial fue percibida con tal violencia en Brasil al punto de convertirse en algo incontrolable, es decir, controlable solamente mediante herramientas neoliberales? Aqu? la respuesta fue m?s precisa. Tenemos documentos del PT que ilustran esta situaci?n. Dicen: ganamos las elecciones presidenciales de 2014 con una campa?a de izquierdas (yo incorporo: intentando retomar el contacto con los movimientos reprimidos en 2013), pero Dilma, apenas reelecta, invierte su pol?tica, intimidada por la fuerza de la crisis y de la recesi?n. Adopta las medidas macroecon?micas energ?ticas, expone sus nervios a las fuerzas financieras globales y de ellas proviene una dura reacci?n.

Me ahorrar? aqu? la historia de lo que continu?, pues no es nada que vaya m?s all? de los acontecimientos, es decir, la formaci?n de un bloque de oposici?n que ve al partido tradicionalmente aliado al PT (el PMDB) convertir de s?bito su l?nea pol?tica en t?rminos neoliberales; una tentativa de Dilma de corregir la l?nea pol?tica? inmediatamente rota posteriormente. Es como decir que la tortilla neoliberal fue t?midamente catada por el PT, pero no le cay? bien, sin embargo, acab? impuesta en nuestra dieta alimenticia fruto de un ?golpe de Estado?. Una derecha ahora capaz, esta es su novedad, de identificar pol?ticas financieras en el escenario global y privilegiar medidas que simplemente favorezcan a los ricos, como hac?an tradicionalmente.

Pero que triste es escuchar a personas que fueron militantes, marxistas, compa?eros de movimiento, interpretar todo en t?rminos de equilibrio gubernamental y parlamentario cuando perdieron la oportunidad de relanzar una acci?n de izquierda y renovar el propio partido, pues reprimieron las luchas de 2013. Cabe se?alar adem?s, que en 2008 algunos de ellos consideraban que hab?an, ante la crisis, construido suficientes barreras de defensa. En realidad se trat? de una ilusi?n. Pero de lo que s? estaban sinceramente convencidos es de que hab?an creado un ciclo independiente (1) (2) del comando financiero del Norte, un ciclo financiado por el petr?leo y defendido por las alianzas pol?ticas de los BRICS.

Otra cuesti?n: ?qu? es de esta bendita ?clase media? que las pol?ticas del PT en el gobierno impulsaron y que -incomprendidas- habr?an cometido este parricidio? Para algunos del PT, 2013 fue un delito que el pueblo cometi? contra s? mismo y en suma, contra el poder popular. Algo as? como si una bestia inmunda se hubiese revelado? y enrabietado. Es extra?o como la incomprensi?n pol?tica de las necesidades de ?contrapoderes? activos en la sociedad puede revelarse letal para las fuerzas de la vieja izquierda que se volvieron socialdem?cratas. Existe una total incomprensi?n sobre la acci?n de las minor?as de las multitudes activas. Hablando con ex-funcionarios de la Alcald?a de Sao Paulo -ya girado hacia la derecha la institucionalidad local tras las elecciones seccionales- que provocaran accidentalmente los procesos de lucha de 2013 al negarse a reducir el precio de los transportes, mi percepci?n sobre la incapacidad de comprender los mecanismos elementales de poder por parte de esos bur?cratas qued? mas que confirmada.

Ellos tienen en la mente una doble ilusi?n: que la legitimidad de las luchas no puede ir m?s all? de la f?brica y que las luchas sociales son antidemocr?ticas. Todo tecn?crata entiende perfectamente que la metr?poli es, a estas alturas, el mecanismo central de acumulaci?n capitalista, y que a partir de ella ocurren los procesos de extracci?n de plusval?a, pero no quieren entender que la fuerza de trabajo urbana debe ser por ese motivo, de alguna forma reconocida y eventualmente recompensada -que aquel ?com?n? urbano debe ser explorado y de alguna forma ?remunerado? (por ejemplo, por medio de la gratuidad en el transporte en una ciudad de 18 millones de habitantes, con una extensi?n y con un caos que vuelven la movilidad en una ardua tarea)-.

Con todo, no hay una respuesta precisa a como definir esta ?fantasmag?rica? nueva clase media. Sociol?gicamente, eso es lo que ya hab?amos notado, se trata de una clase trabajadora que evolucion? en nuevas formas de composici?n cognitiva y urbana, ahora golpeada por la crisis y por las pol?ticas neoliberales: ella defiende conquistas que cre?a haber adquirido y se rebela contra una situaci?n miserable que considera inaceptable. Pol?ticamente, esa multitud urbana es la clase productiva que quiere ser reconocida como tal. Los movimientos representan una especie de introducci?n a la pol?tica y esbozan una aproximaci?n al poder, una tentativa de ejercicio de contrapoder. En consecuencia, el fracaso de las acciones de los movimientos que deviene de la represi?n impuesta contra estos, impide cualquier posibilidad de recuperaci?n y mediaci?n en el gobierno de la ciudad: abre camino con la reivindicaci?n y acciones basadas en el poder de la mediaci?n, mientras la decisi?n ya no se expresa en la voluntad democr?tica ni quedan sujetos al control democr?tico. Sus instrumentos fueron desconsiderados y/o destruidos. En Sao Paulo, simplemente andando por la ciudad o en algunas periferias de clases medias, la miseria es desbordante: pobres tumbados por las calles -no se sabe si durmiendo o muriendo-, gente pidiendo por todos lados, violencia nocturna, etc. Espect?culos intolerables.

La nueva derecha

Nueva pregunta: ?cu?l es el peso y cual es el juego de los varios componentes de la derecha brasile?a (la fascista antigua, la moderna liberal, la nueva derecha militante, el fundamentalismo evang?lico, la derecha cat?lica, etc)? Si el elemento determinante de la sublevaci?n reaccionaria fue la clase media en crisis, por qu? lo fue y c?mo? Les ahorrar? los testimonios de algunas personas, integrantes del PT, con las que me tropec?: perseguidos y sometidos a una especie de linchamiento p?blico, por parte de los transeuntes, de conocidos, de tenderos -uno de ellos me relat? como fue llamado ?comunista? y ?ladr?n? en la clase ejecutiva de un avi?n? amenazas y manifestaciones bajo las ventanas de los ?petistas?, denunciados como enterradores de la naci?n, la crisis econ?mica les fue imputada? sin olvidar (e indudablemente no debe ser olvidado) que se espera en encarcelamiento de Lula.

Volviendo a lo nuestro: una novedad, por ejemplo, es el hecho de que una derecha agresiva, b?lica, se manifiesta hoy por las calles. Desde los tiempos de la ca?da de la dictadura que algo as? no suced?a. La derrota del poder municipal del PT fue masiva en las elecciones de noviembre del 2016; ninguna ciudad fue reconquistada en lugares en que el PT ten?a casi monopolio. Entonces, ?qu? es ahora la nueva derecha? En muchos aspectos, es algo todav?a indefinible; al momento, es una fuerza indistinta, ferozmente anti-PT, muchas veces antisindicatos? los elementos ideol?gicos cl?sicos del neoliberalismo la atraviesan. Acepta las pesad?simas operaciones que el nuevo gobierno decidi? de forma inmediata a la llegada al poder: rigor presupuestario, flexibilizaci?n del mercado de trabajo y, sobre todo, la decisi?n de limitar -constitucionalmente- por veinte a?os la progresi?n del gasto p?blico al ritmo de la inflaci?n (id?ntica operaci?n hecha por Macri en Argentina). El d?ficit en el sistema de pensiones justificar?a, por otra parte, el hecho de fijar en 65 a?os de edad el l?mite del retiro, hasta entonces tasado en los 35 a?os de contribuciones de servicio. Estado m?nimo, privatizaciones, etc, constituyen una perspectiva pr?xima.

?Podr? de esta manera mantenerse por mucho tiempo o esta derecha tambi?n est? destinada a disolverse? Sobre esto las opiniones son distintas, el debate est? abierto, pero es evidente que estamos ante un nuevo ciclo. Brasil es un pa?s potencialmente riqu?simo, pero su estructura social es tal vez m?s injusta (casi absurda) que la de otros pa?ses con an?logo potencial. Una derecha que mantenga intactas las actuales condiciones sociales es impensable: el tiempo de estancia del PT en el poder, en este sentido, marc? una viraje decisivo. Para la derecha, mantenerse en el poder puede significar desorganizar las estructuras democr?ticas del Estado. Hay algo de pat?tico en mis interlocutores del PT, cuando los reprend? por el comportamiento durante los movimientos de 2013-2014: ?pero es que nosotros defendemos el Estado de Derecho?. Pero ya no era m?s defendible, esto es lo que ellos no entendieron, mejor apostar por los contrapoderes de los pobres que ser aplastado por la contra revoluci?n y la desorganizaci?n autoritaria del Estado de Derecho que la derecha no puede dejar de hacer. ?Qu? es entonces la derecha? Es una nueva m?quina de poder que no podr? hacer otra cosa m?s que consolidar, en formas autoritarias, el control financiero sobre el desarrollo del pa?s. M?s all? de esto, a este tronco se injerta una derecha racista, blanca y olig?rquica que, desde siempre, a?n cuando no domin? pol?ticamente, impuso en Brasil su voluntad. Teniendo presente este dato, es impensable en Brasil cualquier slogan del tipo indignados que equipare derecha e izquierda. En Brasil, se anticip? Trump.

El futuro del PT

Aqu? surge una ?ltima pregunta: ?Que queda del partido (PT)? ?Por qu? no se produce un relevo de cuadros, un rejuvenecimiento del partido? ?Por qu? se revel? un cuerpo blandengue contra el cual la empuje del enemigo fue f?cil y su estocada profunda? Mi opini?n es que el PT no conseguir? volver a ser una fuerza hegem?nica. Por mejor que sea a partir de ahora, se convertir? en uno de los peque?os partidos de izquierda que pululan en el escenario brasile?o.

Distinto es el parecer de algunos de los dirigentes del PT, cosa poco relevante dada la inteligencia estrat?gica que contin?an expresando. Seg?n ellos, el partido debe renacer y es interesante la forma en que imaginan dicho renacimiento. Debe volver al pasado, es decir, renacer como movimiento. Un movimiento horizontal que se presente en todas los estratos de la sociedad donde se trabaja y se es explotado. Sin embargo, la situaci?n cambi? completamente desde que el partido naci?, y los procesos de explotaci?n se extendieron sobre toda la sociedad: es a partir de ah?, entonces, que se debe accionar. Y mientras tanto, junto a la movilizaci?n social, entienden que la verticalidad de una organizaci?n es necesaria. Brasil es un continente; una acci?n reformadora no puede avanzar si no es por medio de un gobierno, una verticalidad mediadora que sepa colocarse a la altura de aquello que exige el pa?s y de la tremenda complejidad de las cuestiones y desaf?os que aparecen. Es por ello que estos reivindican nuevamente el hecho de que han conducido una pol?tica cualificada, hacia la revoluci?n interna del Brasil, por haber comprendido la necesidad de una unidad continental de Am?rica Latina y por haber iniciado una alianza pol?tica intercontinental con los BRICS.

Representaci?n horizontal, unidad continental, conexi?n con los pa?ses del hemisferio sur contra el capitalismo financiero: para ellos, todav?a es este el cuadro en el cual renacer? el partido. ?Qu? quiere decir todo esto? El hecho de los que dirigentes no quieran discutir los eventos de 2013 y que los atribuyan a la CIA es algo bastante c?mico, como ya dije anteriormente. Es necesario, a?n as?, admitir que en quince a?os esas personas transformaron Brasil y sacaron a 50 millones de personas de la pobreza. En fin, se hace necesario admitir que el PT sucumbi? a su propio ?xito. En realidad, lo que es diferente en la experiencia brasile?a respecto a otros pa?ses, es el hecho de que la direcci?n del partido PT fue derrotada por la clase media que se hab?a emancipado de una condici?n subalterna y que hab?a sido construida sobre las cenizas de una clase trabajadora ya envejecida. M?s que una derrota pol?tica, lo que est? sucediendo en Brasil parece ser para la vieja direcci?n, una n?mesis antropol?gica, y tal vez hasta lo sea. Es irrebatible tambi?n el hecho de que aquellas nuevas generaciones, que pudieron representar un fuerte avance en la revoluci?n brasile?a, se volvieran en lugar de eso, presas de la ofensiva de la derecha neoliberal. No se, por tanto, que suceder? con el PT. En todo caso, descarto que pueda volver a ser de nuevo aquello que fue en su momento m?s feliz, una fuerza capaz de ejercer hegemon?a. De todas formas, no es cuesti?n de botar todo al tacho de la basura como insisten algunos: hay todav?a mucha vida alrededor de ese partido y cualquier movimiento que quiera asumir la tarea de reconstruir una hegemon?a debe tener esto presente.

Aqu? se debe agregar una defensa expl?cita del Lula ?revolucionario? y tambi?n una lectura no irrisoria de su papel como estadista. Si de hecho es inaceptable que ?l tenga considerado las manifestaciones de 2013-2014 como promovidas por la CIA, sin duda la iniciativa de Lula en el terreno latinoamericano e internacional para garantizar los fondos internos y el desarrollo externo del proyecto petista da??, si no es que en parte rompi?, la tela de ara?a construida por el comando financiero global y tal vez haya incluso insinuado una forma de acercarse a su control: construir unidades continentales homog?neas a partir de las cuales se pueda ejercitar resistencia y redefinir el poder sobre el territorio global. Quien no tenga presente esos presupuestos no comprende como el modelo y proceso de inserci?n de Brasil y de Am?rica Latina en el sistema global (la condici?n GlobAL(3)) ha avanzado. Lula intent? un camino de ruptura: unidad continental latinoamericana, apertura -con tonalidad no s?lo t?ctica- a los BRICS, con particular inter?s con los m?s ?sucios?: ?frica del Sur, India, y sobre todo, Ir?n. Esta intuici?n de Lula (permitan que exprese mi respeto por su inteligencia revolucionaria) es leninista.

Esa es una raz?n m?s para insistir sobre el hecho de que una alternativa al PT, m?s all? de desarrollarse en el terreno de clase y de abrirse a la comprensi?n de la cuesti?n racial en los procesos organizativos, necesita recoger del PT aquella intuici?n pol?tica global (m?s all? de las payasadas populistas del bolivarianismo y en ruptura con el reflujo nacionalista del progresismo andino).

La reconstrucci?n de la izquierda

?Movimientos de reconstrucci?n? No se si existen, y tampoco se si est?n en marcha nuevas experiencias organizativas que tengan futuro. Es cierto, en todo caso, que existe la sensaci?n generalizada en Brasil de que hay algo nuevo en el ambiente -contrario e irreductible ante la derecha neoliberal y racista-. Es algo nuevo que va m?s all? de la expectativa de una crisis interna en el formato neoliberal del gobierno, suponiendo que las acciones judiciales puedan ahora generarles da?os a la derecha. De todas formas, no creo mucho que algo nuevo pueda surgir de forma tan r?pida. Tambi?n en Brasil el ciclo neoliberal est? distante de su conclusi?n, pero es evidente que el ?golpe de Estado?, m?s all? de golpear al PT, golpe? al sistema y a la Constituci?n de 1988, violent?ndola, lo que tal vez haya bloqueado las articulaciones y las capacidades de mediaci?n del poder. Es aqu?, por tanto, que me parece posible tener en cuenta los encuentros con los compa?eros de los movimientos, atentos a la actual fase de crisis. Fueron ellos, al fin y al cabo, los que me indicaran las lineas de recomposici?n y de programa para reconstruir una fuerza antagonista.

He aqu? los puntos m?s importante que obtuve para ello:

1. La denuncia de la violencia de la polic?a y del Estado. Una violencia que no se dirige solamente contra la poblaci?n negra, sino contra cualquier iniciativa social. Violencia institucional, una situaci?n en que el estado de excepci?n se volvi? norma. Deviene de una matriz colonial en la cual la normalidad de la violencia esclavista y colonialista es mantenida y desarrollada por las instituciones del Estado. En este punto, la atenci?n un?nime se concentra en el desarrollo de estrategias de resistencia que permitan evitar las condiciones de excepcionalidad sufridas. Emerge aqu? una caracter?sticas del debate aut?nomo brasile?o en el cual, dentro de las calificaciones de formas de lucha y de programa, la demanda por la construcci?n de una ?pol?tica del deseo? se vuelve central. Enti?ndase as? las acciones pol?ticas en las que prevalecen componente del deseo, formas de adici?n en las cuales los puntos motores son los aspectos creativos de hacer pol?tica. ?Pacifismo contra la polic?a? Evidentemente no, pero creaciones alegres de formas de resistencia contra la violencia y la brutalidad ciega del poder son necesarias. Compr?ndese as? porque F?lix Guattari es a?n tan citado en Brasil.

2. Las luchas en curso, sobre todo en las escuelas secundarias. Luchas que engloban gran parte de estas instituciones en Sao Paulo y que tambi?n se transmitieron al estado de Paran?. Son luchas por el financiamiento p?blico de la escuela y por la autonom?a en la ense?anza. Luchas largas, ocupaciones que duran meses, conducidas por chicos y chicas y apoyadas por las familias. Esas luchas por las escuelas se unen, con bastante frecuencia, luchas de estilo argentino, parte de los movimientos feministas, juntos contra la violencia sexual y contra la violencia sobre la reproducci?n (reivindicaciones: garant?a de ingresos, trabajo dom?stico remunerado, etc). En toda la Am?rica Latina, siguen, tras la derrota de los gobiernos progresistas, sobre todo las luchas en las escuelas y las luchas conducidas por las mujeres. Se trata de nuevos frentes sociales, centrales para la lucha de clases. El conocimiento y la reproducci?n constituyen, de hecho, en los espacios en el que el capital debe dominar, formas directas de emergencia de un tejido biopol?tico sobre el cual se da una confrontaci?n de clase. Es all? que se abren nuevos espacios sociales de lucha anticapitalista.

3. Y despu?s de la lucha la poblaci?n negra, principalmente contra la masacre de los inocentes, es decir, la carnicer?a continua de j?venes en las periferias de las favelas. Pero la cuesti?n racial no emerge solamente en relaci?n al genocidio de la juventud negra. La cuesti?n racial se da en todas las partes de la sociedad brasile?a, construy?ndose ?la excepci?n? sobre la cual se funda la ?constituci?n material? del pa?s. Tambi?n la cuesti?n de la pobreza est? completamente ligada a la dimensi?n racial-esclavista de la sociedad brasile?a. No se puede aseverar que en Brasil existe una democracia plena sin que la cuesti?n racial sea resuelta. Las luchas de los negros y negras constituyen, por lo tanto, la verdadera sublevaci?n de la sociedad brasile?a. Discut? con j?venes compa?eros y viejos activistas negros esta que es su conclusi?n: sin la direcci?n de una fuerza militante negra, ser? imposible construir cualquier forma de organizaci?n aut?noma en Brasil, as? como cualquier tipo de vuelta a l?gicas pol?ticas de liberaci?n.

4. Las principales fuerzas que hoy se mueven en el terreno social en Sao Paulo, particularmente el movimiento contra la tarifa de los transportes urbanos y el ?movimiento de los sin techo?, conducen a una discusi?n sobre un terreno instant?neamente pol?tico. Esos movimientos, protagonistas de las luchas de 2013-2014, el primero por haberla iniciado, el segundo por haberse sumado con las fuerzas de decenas de millares de familias ?sin techo?, son tambi?n los que tienen una consistencia num?rica (cuadros de organizaci?n) y un respaldo importante de la masa. Son fuerzas que producen programa pol?tico en la ciudad y que, de una forma nueva, constituyen contrapoderes sociales en el ?mbito urbano. En la discusi?n con esos compa?eros, el tema de lo ?com?n? es central, torn?ndose evidente de manera inmediata -tal y como es- por las luchas contra las tarifas del transporte y tambi?n por la vivienda. El ?com?n? puede ser traducido -dicen esos compa?eros- en objetivos inmediatamente viables. Adem?s de eso, el debate destac? la importancia de una ?huelga general? como forma de lucha que puede unificar las fuerzas que se agitan en el contexto metropolitano. Falta el hecho de que las grandes movilizaciones de masas (y pac?ficas) son todav?a consideradas como un arma fundamental.

5. ?Qu? hacer? La conclusi?n de muchos de estos compa?eros de movimiento est? basado en el hecho de que el PT se torn? en una ?izquierda blanca?, p?lida en relaci?n a la cuesti?n racial y blandengue para confrontar a las pol?ticas neoliberales. El partido perdi? la relaci?n con la sociedad y no podr? ya ser una locomotora para el desarrollo pol?tico. Hay, entonces, que encontrar fuerzas pol?ticas y construir una nueva organizaci?n social y pol?tica partiendo de los movimientos. La autonom?a de los movimientos es ahora fundamental para comenzar una nueva temporada pol?tica.

?Y c?mo? El punto central -como fue visto- ser? conjugar el (proyecto del) com?n como tema unificador de luchas. La ?renta universal no condicionada biopol?tica? es, en este cuadro, la trama sobre la cual pueden desarrollarse el discurso pol?tico y la movilizaci?n de defensa de la ?bolsa familia? y hasta la gratuidad del transporte urbano. Siempre desde ese mismo cuadro, deben ser tambi?n destacados otros tres campos de lucha: 1) intervenci?n sobre escuela y conocimiento; 2) sobre el trabajo de reproducci?n (particularmente el femenino); 3) sobre la cuesti?n racial y la pobreza. La primera intervenci?n sobre escuela y conocimiento es central en la actual fase de acumulaci?n capitalista en el territorio cognitivo. No es por casualidad que la escuela se convirti? en uno de los puntos centrales de construcci?n de las nuevas legitimidades neoliberales. Es por ello que las luchas en curso en el terreno de la escuela son estrat?gicas y en ellas se pueden construir nuevas vanguardias. Pero el discurso puede alargarse y probablemente es desde este punto de vista -el de la cr?tica y la intervenci?n sobre el conocimiento- que el tema de la nueva clase media podr?a ser enfrentado -porque es aqu?, dentro de esta composici?n social y productiva, que el conocimiento es, sobre todo, explorado-. La clase de trabajo intelectual y de servicios ya constituye -tambi?n en Brasil- la medida social y sobre todo es de ah? de donde se extrae la plusval?a. Respecto a las luchas sobre la reproducci?n, la iniciativa argentina me parece resonar tambi?n en Brasil como perspectiva para el movimiento. En lo que tiene que ver con la cuesti?n racial y los temas de pobreza, ya nos pronunciamos. Partiendo de Sao Paulo, tal vez se pudiese impulsar un movimiento que convine esas diversas aunque divergentes l?neas de acci?n. Esto fue lo que aparentemente pude comprender al interrogar a los movimientos aut?nomos de Sao Paulo.

[fuente: https://www.aldhea.org/]

Notas:

1 Disponible en: http://www.consuladodebolivia.com.ar/2016/05/29/disertacion-del-vicepresidente-bolivia-alvaro-garcia-linera-la-universidad-buenos-aires

2 A prop?sito, ver entrevista concedida por Marco Aur?lio Garcia al per?odico P?gina 12:https://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-112803-2008-10-05.html

3 Sobre el tema, ver libro de Toni Negri Glob(AL): biopoder e luta em uma Am?rica Latina globalizada, publicado no Brasil em 2005 pela editora Record. (Nota da Edi??o)

4 Disponible en: http://rosaluxspba.org/a-multidao-de-negri-o-bem-viver-de-acosta-e-um-arabe-no-centro


https://clajadep.lahaine.org