Cuando quienes nos hablaron de liberaci?n nacional, socialismo y comunismo, no son capaces de llevar la ?imaginaci?n al poder?, como exig?an los revolucionarios del mayo franc?s, hay una senda que no estamos sabiendo transitar.
04-05-2019
Uruguay
No hay camino, se hace al andar
Carlos Amir Gonz?lez
Rebeli?n
Partiendo de la base que la historia de la humanidad moderna tiene mucho que ver con la ?historia de la lucha de clases?, en Uruguay la misma alcanza en las d?cadas del 50 y 60 del siglo XX, puntos altos de su desarrollo.
La presencia de clases dominantes acumuladoras de las riquezas nacionales en funci?n del sudor y trabajo de las clases dominadas y explotadas, hace que cuando las mismas toman conciencia de tal situaci?n, hacen conciencia tambi?n de que m?s que productores en si para la sociedad en su conjunto? deben reparar en que colectivamente son una clase social que debe pensarse en clave de ?clase para si? y en funci?n de la din?mica que es para realizar y reproducir diaria, cotidianamente e hist?ricamente, material y culturalmente, a la sociedad en que a decir del literato? ?olvida que los frutos del ?rbol, vienen de lo que el mismo, tiene sepultado?. Esta frase po?tica que sintetiza la iniquidad conque el sistema capitalista somete a la Humanidad desde hace m?s de 5 siglos, se traduce en esa ecuaci?n que dice que el 20% de la poblaci?n se redistribuye el 80% de la riqueza producida y el 80% de la poblaci?n debe sobrevivir con el 20%. Hilando m?s fino, muchos economistas nos hablan de ?acumulaciones m?s estrechas, dentro de burbujas y b?vedas de acumulaci?n global en los campos financieros, comerciales, industriales y del agronegocio, biotecnolog?as y nuevas tecnolog?as que en la actual fase de desarrollo de la revoluci?n cient?fico-tecnol?gica, parecen no tener freno? ? son el nuevo ?dejar pasar, dejar hacer?, al sistema capitalista? aunque el saldo depredatorio para las naciones, no signifique ?desarrollo y progreso?.
A mediados de los 50, el Imperialismo Norteamericano, retorna a su patio trasero de las Am?ricas. Luego de abrir un tard?o segundo frente en la Segunda Guerra Mundial, para ir en ayuda de los ?aliados? que luchaban contra el eje nazi-fascista de Alemania-Jap?n-Italia, solo por sus propios intereses geopol?ticos y econ?micos sobre la ?arrasada Europa? y para poner coto a el avance de la URSS, se instala en la misma con su poder militar, sus corporaciones industriales y financieras. El retorno de la vieja pol?tica Monroe ?Am?rica para los (norte) americanos? , y su vieja asociaci?n con las oligarqu?as nativas, que apostando a sus propios intereses conjugados con su socio mayor, jam?s apostaron a un Uruguay salido del modelo de ?capitalismo deforme y dependiente, por la presencia del latifundio y el imperialismo, y subdesarrollado?.
Aquellos tiempos
El Uruguay como pa?s pautado siempre dentro de una econom?a ?subdesarrollada, dependiente y deforme? en sus fases de desarrollo capitalista, ha logrado en 3 per?odos hist?ricos concretos, ciertos niveles de desarrollo y progreso institucional? que no necesariamente reubica a esta sociedad en mejores t?rminos de ?justicia social y econ?mica? que como dec?a Artigas, nos lleve a la ?p?blica felicidad? de los orientales.
La historiadora Ana Frega nos ubica en un primer per?odo que va de 1890 a 1918, con el siguiente resumen:
?La crisis econ?mica y financiera de 1890 oblig? a repensar la viabilidad del pa?s. Los distintos gobiernos debieron abordar la reformulaci?n del modelo agroexportador, el fomento de la industria de bienes de consumo y la b?squeda de mecanismos para la contenci?n de los conflictos sociales. El contexto internacional ?expansi?n imperialista y Primera Guerra Mundial? incidi? fuertemente en los caminos tomados y los resultados obtenidos, especialmente en lo referente a la pol?tica de nacionalizaci?n y estatizaci?n de servicios p?blicos. Las l?neas vertebradoras del per?odo son:
El aumento del intervencionismo estatal, con el establecimiento del Banco Hipotecario, el Banco de la Rep?blica, el Banco de Seguros del Estado o las Usinas El?ctricas del Estado, entre otras empresas p?blicas.
El avance de la institucionalidad democr?tica, sintetizado en la Constituci?n de 1918.
La profundizaci?n del proceso de secularizaci?n, que supuso la eliminaci?n de la ense?anza religiosa en las escuelas p?blicas, las leyes del divorcio o la separaci?n de la Iglesia y el Estado.
La b?squeda de mecanismos de integraci?n social como, por ejemplo, la legislaci?n social, la expansi?n de la ense?anza primaria o la creaci?n de liceos en el interior del pa?s.?
Un segundo per?odo la historiadora Esther Ruiz nos lo ubica entre 1946 y 1964, bajo el t?tulo de el ?Uruguay pr?spero? y su crisis.
?El Uruguay de la posguerra. Fue el per?odo de desarrollo del llamado ?neo-batllismo? y del modelo de crecimiento basado en la industrializaci?n por sustituci?n de importaciones. Esta experiencia en una primera etapa mejor? las condiciones de vida de algunos sectores asalariados y fue acompa?ada por la ampliaci?n de la organizaci?n sindical.
Casi todos los estudiosos que han incursionado en el per?odo 1945- 1955 coinciden en se?alar que fue la etapa en que se cumpli? el desarrollo industrial m?s importante del pa?s en el contexto de una econom?a de crecimiento ?hacia afuera?. Otros autores han caracterizado esta etapa como ?edad de oro?, o ?etapa de crecimiento acelerado?. Otros acad?micos han hablado del ?Uruguay feliz?, que al decir popular se caracteriz? como de ?las vacas gordas?, y que se tradujo en la expresi?n ?como el Uruguay no hay?. Ninguna de estas calificaciones, como tampoco la tan mentada prosperidad de la d?cada, puede aceptarse sin un an?lisis cr?tico.
El Uruguay emergi? a la posguerra, como ha se?alado Francisco Panizza, con importantes reservas en moneda extranjera, un nivel de vida en ascenso y con sus l?deres pol?ticos llenos de confianza en el pa?s y su futuro. Esto iba acompa?ado por la convicci?n, compartida por gran parte de la sociedad, de constituir ?una democracia perfecta? y con un ?nivel de vida comparable al de los pa?ses europeos y a la vanguardia en cuestiones de justicia social?.
Esta concepci?n, dirigismo de Estado, fue acompa?ada de la b?squeda del bienestar general de la sociedad, de la extensi?n de las clases medias y el alcance de la felicidad, al menos por gran parte de los pobladores del pa?s. La historia ha probado que deseos y realidades dif?cilmente coinciden, pero sin embargo, en algunos sectores de la sociedad ha perdurado el recuerdo de esos a?os como el per?odo (o los per?odos) en que ?todo fue mejor?.
Hasta aqu? la sint?tica descripci?n de dos per?odos de ?a?os dorados? en Uruguay, que nos hacen ambas historiadoras.
Una caracterizaci?n que se desprende de estos per?odos vistos, es la de un Estado Capitalista agendado por ambos partidos tradicionales de la burgues?a nacional, que pasa de ser ?rbitro de las cuestiones y din?micas econ?micas y sociales que dentro de la sociedad se dan en su curso de ?liberalismo pol?tico?, a convertirse en Estado ?dirigista, asistencialista y en ?ltima instancia el ESTADO BENEFACTOR?. Vemos tambi?n en estos procesos de desarrollismo capitalista, que no cambian la esencia del mismo, la presencia de sus crisis estructurales y sus crisis c?clicas que los convierten a no mucho de andar en procesos inviables y no sustentables, el primer per?odo analizado desemboca en la ?gran crisis del capitalismo que tiene su rostro uruguayo en la dictadura de Gabriel Terra?, y el segundo con la crisis de 1955 que trae consigo la multiplicaci?n de un movimiento huelgu?stico de empleados p?blicos y de la industria en varios gremios, los frigor?ficos en especial con obreros estaqueados en el Cerro por una brutal represi?n y donde aparecen en 1952 las Medidas Prontas de Seguridad, siendo estos hechos la antesala de lo que ser? a partir de los 60, la ?modalidad de gobiernos autoritarios?. El desarrollismo que pretende ser planteado dentro de los estrechos m?rgenes que da el sistema, tanto nacional como internacional, sino pasa a cambios profundos y estructurales, revolucionarios, seguir? con su ?vieja imagen de meseta?, ladera en ascenso? cumbre en meseta horizontal? ladera en descenso.
Tercer per?odo, el desarrollismo ?progresista?
Las d?cadas de los 50/60 en cuadros coyunturales de agudizaci?n de la lucha de clases, generan un desarrollo de las organizaciones de lucha y propuesta de la clase trabajadora y de movimientos sociales, que van configurando formas m?s calificadas de organizaci?n y del nacimiento de Propuestas Program?ticas que se ir?n plasmando en Programas de movimientos y partidos pol?ticos de izquierda que ingresan tambi?n en un proceso de organizaci?n unitaria. El Congreso del Pueblo, con sectores de productores de la ciudad y el campo y la clase obrera sindicalizada parir? un programa, se articula la Convenci?n Nacional de Trabajadores (CNT) y finalmente surge a principios de los 70 el Frente Amplio.
Antes de la Dictadura Fascista, que asol? el Uruguay por m?s de 12 a?os, el FA representaba en el ?imaginario colectivo? de los sectores populares del Uruguay, la posibilidad cierta de un articulador pol?tico que desde el gobierno comenzara a instrumentar ?los cambios necesarios y revolucionarios? que construyeran los caminos de una sociedad de nuevo tipo, antiolig?rquica, antilatifundista y anticapitalista, para lo cual varios puntos de su programa y Plataforma Pol?tica de cambios, certificaban este camino a recorrer. Partidos y movimientos de izquierda que lo integraban, garantizaban desde sus posturas y lucha hist?rica el rumbo a seguir. Pero las cosas cambiaron en los veinte a?os de la pos dictadura, y el ?Progresismo? lleg? al gobierno, con un programa vaciado de sus contenidos de cambios revolucionarios frente a la ca?da del paradigma transformador de lo que hab?a sido el ?socialismo real?, los elencos gubernamentales del gobierno y las direcciones pol?ticas de la fuerza pol?tica, fueron ganadas por posturas ?reformistas y socialdemocratizantes? que solo se animaban a transitar sobre un ??nico camino posible de capitalismo con rostro humano, bien administrado?.
Hoy d?a, el ?Encuentro Progresista ? Frente Amplio?, lleva 3 lustros en funci?n de gobierno en Uruguay y a fines del 2019, en las elecciones nacionales, pedir? al electorado que le vuelva a depositar su confianza. Quiero presentar aqu?, en apretada s?ntesis de un trabajo de ?Compromiso Socialista?, lo que han sido las gestiones de las administraciones progresistas.
?El modelo socio econ?mico llevado adelante se asienta sobre el marco jur?dico que se desarroll? durante el neoliberalismo de la d?cada de los 90?
Se mantuvieron las leyes Forestal (1987), Ley de Zonas Francas (1987), Ley de arrendamientos agr?colas (1991), Ley de Puertos (1998), Ley de Promoci?n y Protecci?n de Inversiones (1998) Ley de la Seguridad Social,( privatizaci?n de la misma con la creaci?n de las AFAPs, que hoy frente a un d?ficit de la misma acumulan un activo de m?s 10 mil millones de d?lares). Redujeron a la mitad los aportes patronales al BPS. El Progresismo aprob? leyes como la Ley de Participaci?n P?blico Privada, reducci?n del IRAE del 30 al 25 %, mediante las Leyes nros.18092 y 19.283 de titularidad de inmuebles rurales se ampliaron los derechos de compra de capitales extranjeros y aceleraron la extranjerizaci?n de nuestras tierras (48%). Se llev? a cifras hist?ricas la exoneraci?n tributaria al capital y la concesi?n de Zonas Francas, representando en 2016 esta ?renuncia tributaria? 1.800 millones de d?lares anuales.
Las inversiones que arribaron al pa?s han estado dirigidas fundamentalmente a la compra de tierras y unidades productivas que hasta ese momento eran de capitales nacionales, al sector de la construcci?n con foco en obras de infraestructura funcionales a las industrias exportadoras de materias primas y en residencias de alto poder adquisitivo. Los capitales brasile?os que llegaron al pa?s mediante la IED (Inversi?n Extranjera Directa) pasaron a controlar el complejo c?rnico del Uruguay al manejar el 48 % de la faena y 60 % de la exportaci?n. El 50 % de la industria arrocera y la totalidad de la producci?n de maltas y cervezas (grupo AMBEV).
Tras los dos primeros gobiernos del FA, se encontr? al Uruguay siendo un pa?s de econom?a primarizada, exportando productos de escasa elaboraci?n e importando productos elaborados tanto de consumo como de capital. En los ?ltimos doce a?os se multiplic? por once la cantidad de hect?reas plantadas con soja, (1.100.000 htrs.) coloc?ndose como principal cultivo agr?cola. La soja trajo consigo el uso masivo de agrot?xicos (su importaci?n aument? en 120%), generando este cultivo una mayor dependencia de insumos extranjeros, adem?s de una alta contaminaci?n en los cursos de agua, de la cual los uruguayos sufren hoy d?a las consecuencias.
La forestaci?n tuvo una fuerte expansi?n en los ?ltimos veinte a?os, pasando de 53.000 hect?reas en 1990 a cerca de 1.000.000 en la actualidad. Tres empresas extranjeras: Forestal Oriental/UPM, Montes del Plata y Weyerhauser (que acaba de vender sus bosques) controlaban cerca del 70 % de la superficie forestal total.?
A modo de conclusi?n
El Modelo o per?odo del Progresismo Uruguayo, da muestras claras en los terrenos social (+ de 1.200.000 no resuelven con sus ingresos sus necesidades b?sicas, 150.000 desocupados), en lo econ?mico d?ficit fiscal de 4,3 % con pagos por amortizaci?n e intereses de deuda externa de millones de d?lares? una n?mina de m?s de cien importantes empresas comerciales e industriales cerradas, en lo pol?tico el abandono de las ?candidaturas comunes? hacia las elecciones nacionales por ?cuatro candidatos? que responden a distintas corrientes dan muestras de un ?viejo consenso logrado a uno atado con hilos?? aunque muchos opinan que es la vieja t?ctica de muchos partidos de la burgues?a para mantenerse en el poder ?ser oposici?n y oficialismo? a la vez.
Lo del principio, ?se hace camino al andar? en la muestra de estos tres per?odos de desarrollo en Uruguay, y tambi?n como dec?a el gran Machado? ?y al volver la vista atr?s/ se ve la senda que no se ha de volver a pisar? ? cuando quienes nos hablaron de liberaci?n nacional, socialismo y comunismo, no son capaces de llevar la ?imaginaci?n al poder?, como exig?an los revolucionarios del mayo franc?s, hay una senda que no estamos sabiendo transitar.
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Otro texto del autor:
10-10-2017
Uruguay
El progresismo
Carlos Amir Gonz?lez
Rebeli?n
Luego de la ca?da y salida de la Dictadura C?vico Militar Fascista, entre los a?os 1984-1985, fruto de la lucha popular que confluye desde dos vertientes principales una la de los movimientos y partidos pol?ticos de la izquierda ?movimientos sociales? y otra desde los partidos pol?ticos tradicionales de la burgues?a liberal a partir del Plebiscito planteado por la Dictadura en 1980; se genera en la sociedad uruguaya toda una ?recomposici?n institucional en lo que hace a la recuperaci?n de la Democracia, el Estado y los actores de la sociedad en el terreno econ?mico, social y pol?tico.?
Esta recomposici?n, sobre todo la dada en el Frente Amplio ?herramienta pol?tica de la izquierda uruguaya? que fue la que sufri? los principales embates de la represi?n dictatorial con miles de perseguidos, torturados, encarcelados, desaparecidos, muertos, exiliados ?en su principal l?nea de cuadros dirigentes, intermedios y de base; es en la actual situaci?n de la referida fuerza ?en gesti?n de gobierno desde hace 3 periodos? necesaria para analizar el proceso por el cual, nos parece, que dicha fuerza de izquierda y revolucionaria ha ?mudado en ser socialdem?crata y moderada, con claros perfiles de aceptaci?n del sistema capitalista y con una aptitud pol?tica, fundamentalmente desde el gobierno, que no propone ni planifica ninguna reforma o cambio que sea superadora ?del orden establecido? en lo nacional, piloteado y monitoreado por organismos del mismo ?orden establecido? en lo internacional.?
Lo Continental
Marcelo Colussi, desde un art?culo publicado en Rebeli?n (11-01-2016), titulado ?Izquierda en Latinoam?rica, una agenda pendiente?, reproduce un planteo de Claudio Katz, muy esclarecedor del tema que estamos tratando, que expresa lo siguiente:
?El gran problema estrat?gico radica en que muchos pensadores consideran que la izquierda debe centrarse en la construcci?n de un modelo de capitalismo posliberal. Esta idea obstruye los procesos de radicalizaci?n. Supone que ser de izquierda es ser posliberal, que ser de izquierda es bregar por un capitalismo organizado, humano, productivo. Esta idea socava a la izquierda desde hace varios a?os, porque ser de izquierda es luchar contra el capitalismo. Me parece que es el abec?. Ser socialista es bregar por un mundo comunista.?
Si unimos esto, a la proverbial consideraci?n del presidente del segundo gobierno del FA, Jos? Mujica: ?? ?ramos unos nabos, no sab?amos que la gallina de los huevos de oro, era el capitalismo ??, podemos ver que la miseria de la filosof?a de la izquierda uruguaya, toca a nuestras puertas.
Yendo a cuestiones m?s importantes que plantea Marcelo Colussi, en la etapa de entronizaci?n del modelo neoliberal en Latinoam?rica, reproducimos lo siguiente:
?Las fuerzas pol?ticas de cu?o marxista que, en m?s de alguna ocasi?n, ve?an la revoluci?n socialista como algo cercano, en la d?cada de los 70 del pasado siglo, involucionaron. Muchos partidos comunistas se transformaron en socialdem?cratas. Buena parte de la izquierda revolucionaria se convirti? en una izquierda no confrontativa con el sistema, amans?ndose, pasando a planteos posibilistas y electorales. Lo que algunas d?cadas atr?s se denostaba implacablemente (lucha electoral, por ejemplo) pas? a ser, en mucha gente de izquierda, el ?nico camino posible. El saco y la corbata, o el maquillaje y los tacones, vinieron a reemplazar la boina guerrillera. Pero no solo en t?rminos de indumentaria, obviamente, el retroceso se dio en ?mbitos m?s profundos. Si los a?os 80 pudieron ser llamados la ?d?cada perdida?, los 90 marcan un nuevo auge, una recomposici?n, un nuevo despertar de procesos populares. Ahora bien, debe quedar claro que los par?metros de las luchas de a?os atr?s variaron sustancialmente. Para el siglo XXI, tener trabajo es ya un ?xito. Y dadas las condiciones generales que impuso el neoliberalismo con su hiper explotaci?n, la vida pas? a ser, en muy buena medida, casi en exclusividad una dura y cotidiana lucha por la pura sobrevivencia. La precarizaci?n se hizo evidente en todos los aspectos y en todos los sectores socio?econ?micos. Por all? se dijo que hoy un trabajador ?obrero industrial o productor intelectual? trabaja tanto como en la Edad Media europea.
Nuevos problemas aparecieron en la escena, como la delincuencia urbana generalizada, el consumo de drogas ilegales y el narcotr?fico. Estos elementos fueron marcando la din?mica actual. La lucha de clases pareci? salir de escena. Pero, obviamente no sali?! ?Ah? est?, siempre presente, aunque invisibilizada a trav?s del monumental bombardeo medi?tico al que se somete a la poblaci?n. Protestar es cosa del pasado, parece ser la consigna. Eso es lo que el discurso de la derecha, omn?modo, incuestionable, intenta presentar como versi?n oficial de las cosas. De la mano de eso, se muestra maquilladamente, un supuesto para?so donde los pa?ses desarrollaron su para?so neoliberal.?
Lo Nacional
Podemos ver, desde la izquierda uruguaya, que varios de los aspectos que surgen del an?lisis global de Colussi, no necesariamente se ensamblan con aspectos generales de la historia que en las ?ltimas d?cadas recorri? el Uruguay, aunque en muchos de los mismos, nos podemos reflejar como en un espejo.
En lo Program?tico el Frente Amplio recoge el substrato de la construcci?n que hizo la izquierda uruguaya combinada con la lucha emancipadora del Movimiento Obrero y Popular, desde un acervo acumulado que viene desde las primeras d?cadas del siglo XX y que se convierte en s?ntesis proactiva y creativa a partir de la discusi?n y an?lisis del Congreso del Pueblo de los 60, que va a parir la CNT unificando a todas las corrientes del movimiento sindical, y poner en el centro de la escena econ?mica, social y pol?tica, un Programa de Soluciones para la grave crisis que viv?a el Uruguay en ese entonces (y que se extiende a nuestros d?as) ? con un claro sello de clase trabajadora y sectores medios, opuestos y en lucha contra una oligarqu?a criolla y un imperialismo, que abat?an los intereses de una naci?n independiente y desarrollada.
Por ello es que la Plataforma Program?tica y Programa de Soluciones, que el FA plantea a la poblaci?n uruguaya en las elecciones nacionales de 1971, los temas fundamentales planteados pasan por una Reforma Agraria, Nacionalizaci?n o Estatizaci?n de la Banca, del Comercio Exterior, extensi?n y ayuda del Estado en materia crediticia y de ayuda t?cnica a peque?os y medianos productores de la ciudad y del campo, poner a las instituciones y organismos del Estado en mejores condiciones de proveer a los sectores populares de ?bienes y servicios? ?Vivienda, Salud y Educaci?n? profundas reformas que nos llevasen a ser un ?pa?s productivo? cuyos recursos y riquezas proveyesen al pueblo de una mejor calidad de vida que extirpase la pobreza y la indigencia y no que cl?sicamente siguiera sirviendo a los intereses econ?micos y sociales de ?300 familias?, que ligadas al capital internacional, se adue?aron hist?ricamente de Uruguay.
En los a?os de la pos dictadura, con el advenimiento nuevamente de los partidos tradicionales a los gobiernos nacionales y con mayor?as parlamentarias construidas ?entre ambos?, tan as? que en lugar de Blancos y Colorados se comienza a hablar de un poder pol?tico de los ?Rosados?, muchos sectores pol?ticos del FA comienzan a hablar de un fuerte ?revisionismo? a las bases program?ticas, pol?ticas y organizativas. Cuando sus propuestas de ?cambios necesarios? para ganar futuras elecciones no prosperan, comienzan veladas amenazas de ?retiros con armas y bagajes?. Luego, en el tiempo las amenazas dejan de serlo y los retiros se producen, algunos analistas dicen que hay un per?odo en que las ?puertas de entrada y salida? del FA, se convierten en ?puertas vaiv?n?, salen sectores del Partido Dem?crata Cristiano (PDC), del Partido por el Gobierno del Pueblo (PGP) con Hugo Batalla a la cabeza que termina vergonzosamente en la f?rmula presidencial del Partido Colorado con Sanguinetti como presidente y el famoso ?Hugo? en la vice-presidencia. Estos agrupamientos ?salen y regresan?. En lo electoral, pese a a los anuncios de los renunciantes, el FA sigue creciendo.
Con la crisis y ca?da de la URSS, y el efecto domin? de desaparici?n del llamado ?campo socialista?, los revisionistas frenteamplistas quedan en inmejorables condiciones de vaciar el Programa de Transformaciones, y yo dir?a de identidad socialista revolucionaria, del Frente Amplio, cuesti?n que procesan en forma victoriosa, de Congreso en Congreso.
El objetivo de quienes planteaban modificar bases program?ticas y organizativas de la fuerza pol?tica, m?s all? del discurso argumental, era ganar elecciones pareci?ndose a lo que hac?an cl?sicamente los diversos sectores de la burgues?a liberal enfundada en los partidos tradicionales, sin programa y con su cl?sica y envolvente demagogia populista. Como hacia la ?interna frenteamplista? era dif?cil que esto fuese de recibo, con diversos tecn?cratas devenidos en pol?ticos, cargaron el programa con diversos incisos de lenguaje ?sociol?gico y politol?gico? solo apto y entendible para ?analistas de sistema? carente de cualquier objetivo ?transformador? en otro ?mbito que no sea el ?capitalismo organizado, humano y productivo?. Y la palabra ?progresismo? sustituyendo al otrora llamado ?socialismo?, devenido hoy para renovadores y revisionistas en una suerte de ?sustantivo sat?nico?.
Se hace dif?cil concluir una tem?tica tan compleja como la que quisimos abordar, pero si al lector lo convoca a b?squedas y lecturas, a hurgar en lo que nos pas?, nos pasa y a ra?z de ello, nos pasar?? nos damos por conformes. La Humanidad integrada por diversas naciones y pueblos que las habitan, vive momentos de su propia historia, donde le parece que su hoja de ruta est? marcada con cierta nitidez porque sabios hombres y mujeres la conducen desde una gobernanza que alumbra caminos. Pero tambi?n hay ?pocas donde mucha oscuridad se cierne sobre los caminos, porque oportunistas de diversa laya, se han apoderado de los timones y aprisionado el pensamiento y acci?n de los pueblos, para confinarlo en los reducidos ?mbitos del ego?smo y la codicia. La Humanidad no merece ser explotada y expoliada como hasta el momento lo es. Pero entre m?ritos y dem?ritos, todos acusan y recusan y como dec?a Artigas ??es muy veleidosa la probidad de los hombres y a?n no aparecen las seguridades del contrato??, si, necesitamos la garant?a y el surgimiento de ?una nueva y buena gente?, que seguro estoy habita en nosotros pero que a?n no vemos por la oscuridad que reina, pero que cuando la dinamicemos e impulsemos, comenzar? a alumbrar los caminos por donde transitar hacia un futuro cierto.