L?pez Arnal entrevista a Federico Aguilera Klink, el autor de: “La universidad: entre la irrelevancia, la mediocridad y la cretinizaci?n de alto nivel”, cuyo texto tambi?n publicamos.
14-05-2019
Entrevista a Federico Aguilera Klink sobre la Universidad (I)
“La universidad actual ense?a a obedecer y elimina la curiosidad”
Salvador L?pez Arnal
Papeles de relaciones ecosociales y cambio global
Federico Aguilera Klink es catedr?tico de Econom?a Aplicada en la Universidad de La Laguna y Premio Nacional de Econom?a y Medio Ambiente Lucas Mallada, 2004. Esta conversaci?n est? relacionada con su art?culo: ? La universidad: entre la irrelevancia, la mediocridad y la cretinizaci?n de alto nivel?, publicado en el portal digital Rebeli?n [1].
Salvador L?pez Arnal (SLA): Publicaste el 6 de septiembre de 2018 en Rebeli?n el art?culo ?La universidad: entre la irrelevancia, la mediocridad y la ?cretinizaci?n? de alto nivel?. Perm?teme algunas preguntas sobre este trabajo y tem?ticas relacionadas. Abres tu escrito con dos citas. La primera ?doble? es de Antonio Orejudo. La segunda parte de la cita dice as?: ??la ?nica conclusi?n era que nuestra universidad hab?a sufrido desde la Rep?blica hasta nuestros d?as un proceso de degradaci?n moral y acad?mica del que era imposible recuperarse (?) Al perderse en los primeros a?os de la Transici?n la oportunidad de corregir dr?sticamente esta situaci?n, los j?venes pol?ticos de la democracia facilitaron al franquismo una de sus ?ltimas victorias: garantizaron que los efectos de ese atroz desmoche llevado a cabo por el r?gimen en la universidad perdurar?an durante siglos?. ?No es Orejudo demasiado cr?tico? ?No han existido movimientos universitarios que han abonado, que han sido activos en senderos muy pero que muy alejados?
Federico Aguilera Klink (FAK): La expresi?n ?atroz desmoche?, pertenece a La?n Entralgo y da t?tulo al libro de Jaume Claret Miranda que muestra la depuraci?n que hace el franquismo en la universidad, a partir del golpe de estado de 1936, y la postraci?n en la que queda. Esto no excluye la posterior existencia minoritaria de movimientos universitarios ni de docentes aislados que constitu?an y siguen constituyendo aut?nticos oasis en el desierto o en el p?ramo universitario franquista y actual. Por eso estoy de acuerdo con Orejudo en que la situaci?n no cambi? mucho con la Transici?n igual que no cambi? en muchos otros ?mbitos, como lamentablemente seguimos constatando todav?a. Mi propia experiencia como estudiante y como profesor es que ni ha habido ni hay voluntad de ense?ar a pensar por cuenta propia pues la mayor?a del profesorado no sabe lo que es eso, se mantiene en la obediencia y en la sumisi?n, de manera consciente o inconsciente.
SLA: La segunda cita es esta: ?Periodista: ?Piensa que instituciones como la universidad desaparecer?n en el futuro y ser?n sustituidas por otro tipo de instituci?n m?s abierta, completa y profunda? David Peat: En m?s de un sentido esto es motivo hasta de esperanza?. Pero esa instituci?n m?s abierta, completa y profunda, ?no ser?a, nombrada de otro modo, una universidad realmente democr?tica al servicio del saber y no de otro tipo de finalidades? O, visto desde otro punto de vista, ?la desaparici?n de la universidad actual no puede generar escenarios a?n peores?
FAK: No veo que pueda haber nunca una universidad democr?tica sin que existan personas democr?ticas ni instituciones democr?ticas. Todo esto en la universidad es pura apariencia. Cuando hablo de personas democr?ticas me quedo con la idea de Erich Fromm (La condici?n humana actual) del ?car?cter revolucionario? en el sentido de personas que traten de ser ?desobedientes, libres e independientes?. ?A qu? poder le interesan esas personas y esa universidad? La desaparici?n de la universidad actual, para m? un espacio de aburrimiento y de sumisi?n (con excepciones individuales), es una necesidad. La sumisi?n de los docentes al poder pol?tico-empresarial, (cuando no se someten al ?establishment mandarinal universitario? del que habla Morin), elaborando ?ideas?, programas e investigaciones a la carta, es realmente lastimosa.
SLA: Pero existen excepciones en esa sumisi?n del profesorado al poder pol?tico-empresarial? Por lo dem?s, a muchos profesores asociados su situaci?n laboral no les permite muchas disidencias.
FAK: Por supuesto que existen excepciones, que yo considero ?heroicas? y dignas de admiraci?n, que achaco a personas que se mueven en torno a ese car?cter revolucionario del que habla Fromm, y que asumen la precariedad. Sobre las disidencias, es cierto que los profesores asociados son muy vulnerables y no se les permite salirse del surco porque se les castigar?a con la no acreditaci?n o simplemente se les expulsar?a, lo que muestra el estado de apertura intelectual de la universidad y revela que muchos catedr?ticos han llegado a serlo por ser obedientes a una l?nea de trabajo y a un poder. Tambi?n conozco el caso, muy poco habitual, de una doctoranda que se neg? a aceptar la composici?n del tribunal que iba a juzgar su tesis doctoral, propuesta por el catedr?tico que era director de su departamento, porque los miembros del tribunal no sab?an nada del tema de la tesis. Y conozco el sufrimiento y el coraje de esa persona, hoy titular. Por eso, lo peor, a todos los niveles docentes de la ?jerarqu?a? universitaria es, desde mi punto de vista, la sumisi?n aprendida o la obediencia instalada mentalmente que, como pasaba en la mili, se transforma en exigencia de obediencia para el ?inferior?. Es como decir (consciente o inconscientemente), si yo obedezco, t? tambi?n; de ah? que para una persona que obedece y que est? atrapada-instalada en la jerarqu?a acad?mica ver a alguien que trata de desobedecer y de pensar m?nimamente por cuenta propia es algo insoportable, pues te recuerda qu? est?s haciendo t? en ese contexto de poder. Castoriadis en ??Qu? democracia?? [1] lo expresa de manera espl?ndida: ?el poder m?s grande? preformar a alguien de tal modo que haga por s? mismo lo que se quer?a que hiciera sin necesidad de dominaci?n o de poder expl?cito. Conforma un conjunto de capacidades, disposiciones y potencialidades incorporadas en nuestras pr?cticas antes de que el sujeto pueda tomar conciencia de ellas?lo que imposibilita (al menos de entrada) su cuestionamiento, por eso hay que asumir como tarea primordial la formaci?n de los individuos aut?nomos? . Castoriadis, 2005, 26).
SLA: Comentas en el art?culo que la universidad deber?a ense?arnos a pensar y a hacernos personas mejores, centr?ndose en ?ense?ar a pensar por cuenta propia, plante?ndose las preguntas relevantes para poder entender el mundo en el que vivimos y poder as? entenderse mejor uno mismo y rechazar el aprender a obedecer?. Si no es eso lo que se hace, ?qu? se ense?a en tu opini?n en nuestras actuales universidades?
FAK: La universidad actual ense?a a obedecer y anula la curiosidad, anulando o contribuyendo a invalidar psicol?gicamente a las personas que al final ni comprenden d?nde viven ni se comprenden a s? mismas, se alienan, se alejan de ellas mismas y aprenden a repetir lo que se les ?ense?a? para poder escapar cuanto antes con el menor coste monetario y ps?quico. Esto lo expresaba muy bien en 1969 Joan Robinson, catedr?tica de econom?a de la Universidad de Cambridge: ?La econom?a es una rama de la teolog?a. ?C?mo se ha logrado hacer aceptar a varias generaciones de estudiantes estos conjuros sin sentido? La mayor?a de los estudiantes no comprenden de qu? va la cosa; piensan que tal vez no sean lo suficientemente inteligentes para entenderlo y se callan. Pero los inteligentes aprenden el truco; empiezan a tener un inter?s en creer que han aprendido algo importante. Dedicar?n el resto de sus vidas a ense?arlo a nuevas generaciones. As? se va perpetuando el sistema [pero] los estudiantes no pueden desperdiciar unos a?os preciosos aprendiendo solo a recitar conjuros? [3].
Por su parte, Leontief, Premio Nobel de Econom?a, afirmaba en 1982 [4]: ?Los departamentos de Ciencias Econ?micas est?n preparando a una generaci?n de eruditos est?pidos, genios de las matem?ticas esot?ricas, pero verdaderos ni?os en materia econ?mica [?]. Los m?todos utilizados para mantener la disciplina intelectual en los departamentos de Econom?a m?s influyentes de las universidades estadounidenses pueden, a veces, recordar a los usados por los marines para mantener la disciplina en Paris Island? [5].
Lo que indican las citas anteriores es qu? se ense?a y c?mo se ense?a, es decir, se ense?a dogmatismo o ?catecismo? con los manuales y eso requiere disciplina y autoritarismo (que no es nada m?s que maltrato), una manera autoritaria de ?repetir?, igual que cuando yo, de peque?o, aprend?a el catecismo. Pero adem?s, lo que ocurre es que cuando uno lee con atenci?n los manuales y los compara con los textos originales de algunos autores citados en esos manuales, resulta que los autores de esos manuales demuestran que, en muchos casos, no han le?do a los autores que ?citan? sino que se limitan a copiar y repetir lo que vienen diciendo los manuales desde el inicio de los tiempos. Esa es al menos mi experiencia con autores como Pigou, Coase o Hardin, de los que los manuales solo repiten majader?as que ellos nunca escribieron, pero que, si las recitas en el ?mbito acad?mico, ?da la apariencia de que sabes?, de que sabes repetir, claro.
Si esto ocurre en Inglaterra y los EEUU sin un ?atroz desmoche? franquista, pero con otro tipo de ?desmoche?, ya te puedes imaginar el futuro de la universidad. Por eso, el profesorado que no cumple con estos requisitos de obediencia y sumisi?n (hablar de intelectuales es un sarcasmo) es el que acabar? y?ndose y formando otros centros de pensamiento o se quedar? mientras pueda aguantar, pero siempre de manera muy minoritaria y sufriendo, como se?alo en mi art?culo, o quiz?s acabe someti?ndose.
SLA: Pero los ejemplos que pones se refieren a facultades de Econom?a o de Econom?a y Empresa, podr?a ocurrir que no fuera el caso en otras facultades. Por ejemplo, en F?sicas, Matem?ticas, Historia o Filosof?a.
FAK: Podr?a ocurrir, pero no es lo que me llega (sin buscarlo) cuando doy alg?n curso y sale el tema. Conozco licenciados en Ingenier?a, Medicina, Derecho, Veterinaria, Agronom?a, Farmacia y muchas otras especialidades que me hablan, en p?blico, de sus experiencias negativas en este sentido.
SLA: Dec?as antes que el profesorado cr?tico acabar? y?ndose y formando otros centros de pensamiento o bien se quedar? mientras pueda aguantar. Si fuera lo primero, ?d?nde podr?a irse? ?A qu? centros de pensamiento te est?s refiriendo?
FAK: Claro, esa es la respuesta de David Peat, refiri?ndose a Inglaterra, que no s? en qu? habr? quedado. En nuestro pa?s desconozco la existencia de centros de ese tipo aunque hay intentos de crearlos de manera informal por parte de profesores, universitarios o no, que cuentan con la seguridad del funcionariado. Tambi?n hay personas independientes, me viene a la cabeza el caso de Jordi Pigem (fil?sofo), de Manel Ballester (catedr?tico de cardiolog?a y ahora fuera de la universidad), de Paco Puche, uno de nuestros grandes especialistas en el tema del amianto, de Pedro Prieto, uno de nuestros grandes sabios, que llevan a cabo una investigaci?n realmente fascinante y muy relevante. A otro nivel, espacios como, Oxfam, GRAIN, Observatorio Europeo de las Corporaciones (CEO), Observatorio de la Deuda en la Globalizaci?n (ODG), Observatorio de Multinacionales en Am?rica Latina (OMAL), Observatorio Cr?tico de la Energ?a o blogs como Usted no se lo cree (Ferran Vilar) y The Oil Crash (Antonio Turiel), entre otros, juegan un papel muy destacado.
SLA: Citas a Ralston (La civilizaci?n inconsciente. Anagrama. Barcelona, 1997, 81-82: ?Las universidades se han convertido en amplia medida en las criadas del sistema corporativista. Y esto no se debe solo a las especializaciones acad?micas y sus impenetrables dialectos, que han servido a su vez para ocultar tras multitud de velos la acci?n gubernamental e industrial? si las universidades son incapaces de ense?ar la tradici?n humanista como parte central de sus m?s alicortas especializaciones es que se han hundido otra vez en lo peor del escolasticismo medieval?. Me detengo en esta reflexi?n. Donde leo ?sistema corporativista?, ?debo leer, como equivalente, sistema capitalista?
FAK: Entiendo que s?, realmente no hay otro sistema. Ralston se refiere a las universidades occidentales, pero parece que la situaci?n debe ser similar por todo el mundo. No hay que olvidar la pregunta que se hac?a Erich Fromm en La condici?n humana actual, ??Qu? clase de hombre requiere nuestra sociedad para poder funcionar bien??. Y respond?a: ? Necesita hombres que cooperen d?cilmente en grupos numerosos, que deseen consumir m?s y m?s y cuyos gustos est?n estandarizados y puedan ser f?cilmente influidos y anticipados. Necesita hombres que se sientan libres e independientes, que no est?n sometidos a ninguna autoridad o principio o conciencia moral y que, no obstante, est?n dispuestos a ser mandados, a hacer lo previsto, a encajar sin roces en la m?quina social; hombres que puedan ser guiados sin fuerza, conducidos sin l?deres, impulsados sin meta, salvo la de continuar en movimiento, de funcionar, de avanzar?.
Chris Hedges, en La muerte de la clase liberal, lo plantea con m?s dureza refiri?ndose a las universidades en EEUU, que son las que siempre nos ponen como ejemplo, y Owen Jones en El Establishment, sugiere la misma situaci?n en Inglaterra. Me parece que es importante cuestionar el mito de la universidad como espacio libre e independiente que no creo que haya existido como tal y en conjunto, alguna vez en alg?n lado, sean universidades privadas o p?blicas. Manda el que financia, pero insisto, siempre hay peque?os espacios de resistencia y de independencia, hasta en las universidades m?s insospechadas, que suelen conllevar un coste personal elevado y una gran soledad, al mismo tiempo que un placer insuperable derivado de sentir que investigas y ense?as lo que consideras socialmente relevante y del agradecimiento de algunos pocos estudiantes por estar ah? y as?.
SLA: ?Ralston est? pensando en las universidades privadas o en las p?blicas?
FAK: No hace una distinci?n entre ambas, pero se puede afirmar que no tiene que haber demasiadas diferencias. Hay dos noticias recientes que pueden ayudar a entender las l?gicas de las universidades privadas. La primera se refiere a la Universidad de Harvard, ejemplo incuestionado de ?universidad de calidad?. Pues bien, hace unas semanas, la ONG GRAIN public? un informe se?alando que el fondo de dotaci?n de la Universidad de Harvard hab?a gastado 1.000 millones de d?lares en la compra de 850.000 hect?reas de tierras agr?colas e indicaba que:
Las adquisiciones de tierras agr?colas por parte de Harvard fueron hechas sin las auditor?as previas adecuadas y han contribuido al desplazamiento y el acoso a comunidades tradicionales, a la destrucci?n ambiental y a conflictos por el agua. En particular, las consecuencias de estas adquisiciones son perjudiciales en Brasil, donde el fondo de dotaci?n de Harvard adquiri? casi 300 mil hect?reas de tierras en el Cerrado, la sabana m?s biodiversa del mundo.
Las poco claras inversiones en tierras de Harvard tuvieron como resultado ganancias inesperadas para los administradores de los fondos y sus socios comerciales, pero fracasaron como estrategia de inversi?n para la universidad.
Y exhortaba a los estudiantes, docentes y ex alumnos de Harvard a exigir que el fondo de dotaci?n de la universidad termine con todas las inversiones en tierras agr?colas, tome medidas inmediatas para resolver todos los conflictos de tierras asociados a sus propiedades actuales y asegure que las comunidades afectadas sean compensadas adecuadamente por los da?os. [6]
Por otro lado, las universidades privadas son b?sicamente ?unidades de negocio? como expresa con claridad una reciente noticia [7] que se?ala que Laurate Education, el due?o de la Universidad Europea, ?la pone en venta con el resto de su negocio continental?. ?As? lo han confirmado los responsables del grupo estadounidense en la ?ltima presentaci?n de resultados, correspondientes al segundo trimestre de su ejercicio fiscal. En ella, la compa??a detall? sus planes de ?desinvertir sus unidades de negocio ubicadas en Europa, Asia, y Centroam?rica, con las que se espera generar un m?nimo de 1.000 millones de euros en ventas y crear un modelo de negocio m?s simplificado?, seg?n se explica en el documento dirigido a los inversores?.
SLA. Tomemos un descanso si te parece.
FAK: De acuerdo.
Notas:
(1) F. Aguilera Klink, ? La universidad: entre la irrelevancia, la mediocridad y la cretinizaci?n de alto nivel?, Rebeli?n, 6 de septiembre de 2018, disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=246149 .
(2) ??Qu? democracia??. En Escritos pol?ticos. Antolog?a. Edici?n de X. Pedrol. Ediciones de La Catarata. Madrid.
(3) Robinson J. ?La econom?a hoy?, en Relevancia de la Teor?a . Ediciones Mart?nez Roca. Barcelona. 1976, pp. 165-173.
(4) Leontief W. ?Academic Economics?, Science 09 Jul 1982: Vol. 217, Issue 4555, pp. 104-107, versi?n espa?ola en Archipi?lago (33), 28-33, 1998.
(5) Se pueden ver m?s ejemplos en: http://www.publicacionescajamar.es/pdf/publicaciones-periodicas/cuaderno-interdisciplinar-de-desarrollo-sostenible-cuides/8/8-510.pdf
(6) GRAIN y Rede Social de Justi?a e Direitos Humanos, El fiasco de Harvard: mil millones de d?lares en tierras agr?colas, GRAIN, septiembre de 2018, disponible en: https://www.grain.org/article/entries/6013-el-fiasco-de-harvard-mil-millones-de-dolares-en-tierras-agricolas .
(7) Garc?a Ropero, ?El due?o de la Universidad Europea la pone en venta con el resto de su negocio continental?, Cinco D?as, 16 de agosto de 2018, disponible en: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2018/08/15/companias/1534352073_725544.html .
Fuente: Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, n.? 144, invierno 2018/19, pp.- 123-147.
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06-09-2018
La Universidad: entre la irrelevancia, la mediocridad y la cretinizaci?n de alto nivel
Federico Aguilera Klink
Rebeli?n
?En la universidad espa?ola (?) la groser?a aparece tal cual, sin los ropajes de la buena educaci?n. ?cualquier libro sobre la universidad espa?ola, aunque sea un libro de investigaci?n (?) est? condenado a convertirse en una astracanada. Los que no conocen el mundillo acad?mico pensar?n adem?s que es inveros?mil. Haga la prueba. Dele usted a una persona cualquiera el acta de una reuni?n de departamento, y no s?lo pensar? que usted se ha inventado el documento; pensar? tambi?n que ha perdido la cabeza.
??la ?nica conclusi?n era que nuestra universidad hab?a sufrido desde la Rep?blica hasta nuestros d?as un proceso de degradaci?n moral y acad?mica del que era imposible recuperarse (?) Al perderse en los primeros a?os de la Transici?n la oportunidad de corregir dr?sticamente esta situaci?n, los j?venes pol?ticos de la democracia facilitaron al franquismo una de sus ?ltimas victorias: garantizaron que los efectos de ese atroz desmoche llevado a cabo por el R?gimen en la universidad perdurar?an durante siglos?.
Antonio Orejudo. Un momento de descanso (2011)
Periodista: ?Piensa que instituciones como la Universidad desaparecer?n en el
futuro y ser?n sustitu?das por otro tipo de instituci?n m?s abierta, completa y profunda?
David Peat: En m?s de un sentido esto es motivo hasta de Esperanza.
Gallegos R. (compilador), (1997), Una sola conciencia. Enfoque hol?stico sobre el futuro de la humanidad. Editorial Pax. M?xico
El deterioro de la Universidad, si es que alguna vez no ha estado deteriorada, queda evidenciado con lo ocurrido en la URJC sobre el M?ster de Cifuentes. Pero eso es s?lo la punta del iceberg de la degradaci?n moral y acad?mica. [1] En cualquier caso, hay otro deterioro que va m?s all? del anterior y abarca otra corrupci?n que se puede considerar como el ?enga?o? en la ense?anza o la falta de cumplimiento de los objetivos de algo que se pueda calificar en serio de Universidad, en el sentido de que ense?e a pensar y haga a las personas mejores personas, precisamente porque se centre en ense?ar a pensar por cuenta propia, plante?ndose las preguntas relevantes para poder entender el mundo en el que vivimos y para poder entenderse mejor uno mismo y rechazar el aprender a obedece
En este sentido, la sugerencia que hac?a Antonio Machado en su Juan de Mairena en 1936, sigue siendo totalmente v?lida. ?Seguid preguntando, nunca os cans?is de preguntar, sin preocuparos demasiado de las respuestas. Vosotros sab?is que yo no pretendo ense?aros nada, y que s?lo me aplico a sacudir la inercia de vuestras almas, a arar el barbecho empedernido de vuestro pensamiento, a sembrar inquietudes. ?Preguntadlo todo, como hacen los ni?os. ?Por qu? esto? ?Por qu? lo otro? ?Por qu? lo de m?s all??… Vosotros preguntad siempre, sin que os detenga ni siquiera el aparente absurdo de vuestras interrogaciones. Ver?is que el absurdo es casi siempre una especialidad de las respuestas?. Pero la Universidad sigue sin prestar atenci?n a Machado.
?Las universidades se han convertido en amplia medida en las criadas del sistema corporativista. Y esto no se debe s?lo a las especializaciones acad?micas y sus impenetrables dialectos, que han servido a su vez para ocultar tras multitud de velos la acci?n gubernamental e industrial?si las universidades son incapaces de ense?ar la tradici?n humanista como parte central de sus m?s alicortas especializaciones, es que se han hundido otra vez en lo peor del escolasticismo medieval? (Ralston, 1997, 81-82). El resultado final es que las miradas cr?ticas, humanistas o, simplemente, conectadas con las preocupaciones reales de las personas son poco habituales en las universidades que, en su mayor?a, forman ya parte del ?establishment? como criadas pero instaladas en la creencia (?enga??ndose?) quiz?s, de que su trabajo es honesto intelectualmente y socialmente relevante aunque, en la mayor?a de los casos no es as?. Dados los incentivos acad?micos para ser considerado merecedor de una plaza de profesor, cada vez es m?s necesario que el trabajo acad?mico sea socialmente ?irrelevante? y no cuestione apenas nada si quieres que te publiquen en alguna revista ?acad?micamente relevante? en el sentido de que ?cuente? como m?rito acad?mico.
Esto es lo que el escritor norteamericano Philip Roth en su novela La mancha humana (2000), califica de ?Basura acad?mica prestigiosa?, refiri?ndose a las universidades norteamericanas y Charles Ferguson [2] de ?Acad?micos mercenarios? o de ?especialistas acad?micos de alquiler?. La situaci?n ha ido a peor. ?Las universidades ya no preparan a sus alumnos para el pensamiento cr?tico, no les ense?an a analizar y criticar los sistemas de poder y los presupuestos culturales y pol?ticos… se han convertido en escuelas profesionales, en criaderos de gestores de sistemas preparados para servir al Estado empresarial. Firmando un pacto faustiano con ?ste, muchas de esas universidades han visto incrementarse las donaciones que reciben y los presupuestos de sus departamentos con miles de millones de d?lares procedentes de empresas y del Gobierno? A cambio, esos centros universitarios, al igual que los medios de comunicaci?n y las instituciones religiosas, no solo guardan silencio sobre el poder empresarial, sino que tambi?n tachan de a todo aquel que dentro de sus confines cuestiona los desmanes empresariales y los excesos del capitalismo sin trabas?sobre todo en los departamentos de Ciencia Pol?tica y Econom?a, repiten como loros la desacreditada ideolog?a del capitalismo desregulado? (Hedges, 2011,22-23). A lo que hay que a?adir la cada vez mayor precarizaci?n del profesorado, la burocratizaci?n de la Universidad y el endeudamiento creciente de los estudiantes, seg?n Chomsky [3].
El resultado final es la irrelevancia intelectual y social de la Universidad como espacio de reflexi?n y de pensamiento independiente, convertida desde hace mucho tiempo en un espacio de sumisi?n y de aburrimiento. Las Universidades llevan muchos a?os vendiendo humo. Los estudiantes ven con claridad que no aprenden sino que asisten, dentro del esquema del ?estalinismo de mercado? (Fisher, 2016) a un ritual (no se le puede llamar ense?anza) en el que no cuenta que se aprenda sino que ?prima la evaluaci?n de los s?mbolos del desempe?o sobre el desempe?o real? (Fisher, 2016,76). Es decir, que se satisfaga la apariencia de aprender, de ah? tanta burocracia y papeleo in?til de car?cter ceremonial que hay que cumplir sin que importe en absoluto si los estudiantes realmente aprenden a pensar por cuenta propia. Lo importante para aprobar la evaluaci?n que el Ministerio realiza de cada Facultad o Grado, de cara a renovar la acreditaci?n para seguir impartiendo la ense?anza, es demostrar que se cumple un protocolo, que se obedece, que se rellenan bien las Gu?as Docentes (aunque no se sepa bien qu? se dice en ellas) no qu? es realmente lo que se ense?a.
Obviamente, formar personas que piensen por cuenta propia es una amenaza para la continuidad de esta ?normalidad patol?gica? por lo que ??deber? ense?arse la ignorancia en todas sus formas posibles? [4]. El problema es que ??no se trata de una tarea f?cil y, hasta el momento, salvando algunos progresos, los profesores tradicionales no han recibido una formaci?n adecuada al respecto. La escuela de la ignorancia requerir? reeducar a los profesores, es decir, obligarles a ?trabajar de forma distinta?, bajo el despotismo ilustrado de un ej?rcito potente y bien organizado de expertos en ?ciencias de la educaci?n?. Evidentemente, la labor fundamental de dichos expertos ser? definir e imponer (por todos los medios de que dispone una instituci?n jer?rquica para garantizar la sumisi?n de los que de ella dependen) las condiciones pedag?gicas y materiales de lo que Debord llamaba la ?disoluci?n de la l?gica?: en otras palabras, ?la p?rdida de la posibilidad de reconocer instant?neamente lo que es importante y lo que es accesorio o est? fuera de lugar; lo que es incompatible o, por el contrario, podr?a ser complementario; todo lo que implica tal consecuencia y lo que, al mismo tiempo, impide? (Mich?a, 2002, 46-47). (Cursiva en el original).
Y lo mismo ocurre con la investigaci?n, lo importante no es qu? se investiga sino d?nde se publica. Mi experiencia es que la credibilidad la tienen, a t?tulo individual, algunos profesores/as pero en conjunto la universidad es un espacio est?ril, de ignorancia, del que los estudiantes est?n deseando escapar lo m?s pronto posible (Saludable desprecio, llamaba Aza?a en 1911 a esta actitud) con su papelito-t?tulo de dudosa utilidad. Esta hu?da es m?s que comprensible pero no es nueva. Hace ya bastantes a?os que suelo hacer dos preguntas a los estudiantes de distintas universidades cuando imparto alg?n curso o conferencia. La primera es ?Cu?ndo dejaron ustedes de estudiar para aprender y empezaron a estudiar para aprobar? La respuesta, habitualmente un?nime, es: en el primer cuatrimestre del primer curso de la Licenciatura o del Grado, algo que yo interpreto como el des?nimo total ante las pr?cticas y contenidos habituales de ense?anza. La segunda es ?Cu?ntos profesores sienten que realmente les han ense?ado algo o les han transmitido entusiasmo a lo largo de los cursos de Licenciatura o de Grado? La respuesta nunca pasa de cinco profesores en toda la carrera, el mismo resultado que expres? yo, y el grupo de estudiantes amigos, a lo largo de mis a?os de estudio de la Licenciatura de Econ?micas en la Universidad Complutense de Madrid entre 1970 y 1975.
Una Universidad con estos resultados est? pr?cticamente muerta, es realmente una escuela de ignorancia y prepara a los estudiantes para ser ?cretinos militantes?, como se?ala Debord o simplemente los prepara para esta normalidad patol?gica. De hecho, era Edgar Morin el que afirmaba en su Introducci?n al pensamiento complejo (1994) que ?Mientras los medios de comunicaci?n producen la cretinizaci?n vulgar, la Universidad produce la cretinizaci?n de alto nivel. La metodolog?a dominante produce oscurantismo porque no hay asociaci?n entre los elementos disjuntos del saber ni posibilidad de engranarlos y de reflexionar sobre ellos. Nos aproximamos a una mutaci?n sin precedentes en el conocimiento: ?ste est?, cada vez menos, hecho para reflexionar sobre ?l mismo y para ser discutido por los esp?ritus humanos, cada vez m?s hecho para ser engranado en las memorias informacionales y manipulado por potencias an?nimas (?) Esta nueva, masiva y prodigiosa ignorancia es ignorada, ella misma, por los sabios. Estos, que no controlan, en la pr?ctica, las consecuencias de sus descubrimientos, ni siquiera controlan intelectualmente el sentido y la naturaleza de su investigaci?n? (Morin, 1994, 31). Y en su espl?ndido art?culo titulado ?El desaf?o de la globalidad? (1993), Morin nos indica que esta cretinizaci?n no se refiere s?lo a las ciencias sociales sino que es un resultado inevitable del pensamiento por piezas inconexas, es decir, de la ?falsa racionalidad? con la que nos educan en la universidad y que impide realmente pensar con claridad, comprender y reflexionar. La cita es larga pero no tiene desperdicio pues a pesar de los a?os sigue de plena actualidad, como muestran problemas como el cambio clim?tico o el empe?o en seguir manteniendo un estilo de vida y de consumo que va contra las personas y el medio ambiente y que descansa en la violencia sistem?tica y cotidiana.
?La falsa racionalidad, esto es, la racionalizaci?n abstracta y unidimensional, triunfa sobre la tierra: las concentraciones apresuradas, los surcos demasiado profundos y longitudinales, la deforestaci?n y la desarborizaci?n no controladas, el asfaltado de los caminos, el urbanismo que no procura sino la rentabilizaci?n de la superficie del suelo, la pseudo-funcionalidad planificadora que no tiene en cuenta las necesidades no cuantificables y no identificables por cuestionarios, han multiplicado los suburbios dormitorio y las ciudades nuevas se convierten r?pidamente en islotes de tedio, de suciedad, de degradaciones, de incuria, de despersonalizaci?n, de delincuencia. Por doquier, y durante d?cadas, las soluciones pretendidamente racionales aportadas por expertos, convencidos de actuar conforme a la raz?n y al progreso y de que no hay sino superstici?n en las costumbres y los temores populares, han empobrecido al enriquecer, han destruido al crear. Las obras maestras m?s monumentales de esta racionalidad tecno-burocr?tica se han realizado en la URSS: se ha corregido, por ejemplo, el curso de los r?os para irrigar, incluso a las horas m?s c?lidas, hect?reas enteras de cultivo de algod?n donde no hab?a un ?rbol, lo que ha acarreado la salinizaci?n del suelo al ascender la sal de la tierra, volatilizaci?n de las aguas subterr?neas y desecaci?n del mar de Aral. La inteligencia parcelada, compartimentada, mecanicista, disyuntiva, reduccionista, rompe lo complejo del mundo en fragmentos disjuntos, fracciona los problemas, separa lo que esta enlazado, unidimensionaliza lo multidimensional. Es una inteligencia a la vez miope, pr?sbita, dalt?nica y tuerta; lo m?s habitual es que acabe ciega. Destruye en embri?n toda posibilidad de comprensi?n y de reflexi?n, eliminando as? cualquier eventual juicio correctivo o perspectiva a largo plazo. As?, cuanto m?s multidimensionales se hacen los problemas, mayor incapacidad hay para pensar su multidimensionalidad; cuanto m?s progresa la crisis, mas progresa la incapacidad para pensar la crisis; cuanto m?s planetarios se hacen los problemas, mas impensables se hacen. Incapaz de enfocar el contexto y el complejo planetario, la inteligencia ciega se vuelve inconsciente e irresponsable. Se ha vuelto mort?fera. Uno de los aspectos del problema planetario es que las soluciones intelectuales, cient?ficas o filos?ficas a las que habitualmente se recurre constituyen ellas mismas los problemas m?s graves y m?s urgentes a resolver: coma han dicho Aurelio Peccei y Daisaku Ikado: ?El enfoque reduccionista que consiste en remitirse a una sola serie de factores para regular la totalidad de los problemas planteados por la crisis multiforme que atravesamos actualmente es menos una soluci?n que el problema mismo?. Pero la universidad sigue instalada en ese enfoque reduccionista y lo ense?a e impone como si fuera cient?fico.
Por eso habr?a que considerar en qu? medida este ?estudiar para aprobar? de la mayor?a de los estudiantes no es nada m?s que una se?al de inteligencia, asumiendo que no van a aprender las majader?as que se les pretenden ense?ar, y les hace, quiz?s, m?s inmunes a esa cretinizaci?n, pues los estudiantes aprenden que tienen que repetir lo que el profesor les dice pero sin creerse nada de lo que escriben si quieren conseguir el aprobado y el papelito final. As? pues, memorizan, repiten y borran esperando que en alg?n otro momento puedan tener la posibilidad de aprender algo y disfrutarlo. En cualquier caso, lo que s? es cierto es que no aprenden a relacionar. Como le dice un estudiante a otro en un dibujo de El Roto, ?Mejor es que crean que no entendemos lo que leemos a que sepan que no nos interesa?. Y en otro dibujo del mismo autor, un estudiante le dice a otro, ?Los llaman ex?menes, pero se trata de saber si agachamos bien la cabeza?. El dibujante Miguel Brieva acierta plenamente con su dibujo sobre la ense?anza al mostrar que ?sta se centra en ense?ar a Repetir (mentiras) en lugar de ense?ar a Pensar por cuenta propia. Por otro lado, la mayor?a de las carreras universitarias siguen siendo excesivamente largas y sin apenas contenido relevante, sin ense?ar a relacionar, duplic?ndose y triplic?ndose ?temas sin contenido y sin profundidad? y evit?ndose las cuestiones clave y las preguntas relevantes que son las que permiten comprender en qu? sociedad vivimos, qu? implicaciones tiene nuestra manera de ?pensar? y de vivir y qu? perspectivas tenemos como especie para vivir de manera razonable en este planeta.
?Pregunt? a un m?dico cu?nto tiempo tardar?a en ense?arme a ser m?dico. ?Seis semanas?, respondi? (?) Despu?s de todo, no tardamos en olvidar al menos la mitad de lo que aprendemos en la universidad (?) Pregunt? a un ingeniero cu?nto tiempo tardar?a en ense?arme a ser ingeniero. ?Tres meses?, respondi?. No a ser un verdadero ingeniero, sino a comprender su lenguaje y sus problemas, a aprender lo esencial de su forma de pensar. (Zeldin, Conversaci?n, 1999). Y peor a?n ser?a con los estudios de Ciencias Sociales donde se ?ense?a? a base de Manuales obsoletos y descontextualizados y se repiten consignas sin tener tiempo para reflexionar sobre las cuestiones y conceptos relevantes. ?? pregunt? a mis estudiantes cuestiones cuyo objetivo era expresar c?mo iban ellos absorbiendo la econom?a que subyac?a en las matem?ticas?Me d? cuenta de que para esos estudiantes la econom?a era s?lo parte del juego de los estudios de licenciatura: aquellos que lo jugaban bien se aseguraban trabajo y sustento mientras que los que lo jugaban mal se dedicar?an a ser taxistas. Hacerlo bien significa dominar el formalismo matem?tico no necesariamente comprender la econom?a? (Marglin 2008, xiii)
Dibujo de Miguel Brieva. Revista Dinero N? 1. Revista de Po?tica Financiera e Intercambio Espiritual. Ediciones Clism?n y Doble Dosis.
Desde hace unos a?os, este espacio est?ril va siendo cada vez m?s controlado y mediatizado por las mal llamadas c?tedras empresariales que, en Espa?a, acabar?n haci?ndose con las propias universidades y dirigir?n sus planes de estudio, su investigaci?n y su formaci?n hacia lo que les interese a esas c?tedras que, con seguridad, no va a ser comprender en profundidad qu? es lo que est? ocurriendo, algo que ya saben bien pues son ellas protagonistas y orientadoras de lo que ocurre. Ya sabemos que los bancos no van a crear c?tedras que estudien con libertad temas como las pensiones p?blicas para que se pueda concluir que los bancos tienen que pagar m?s impuestos y que hay soluciones distintas a las de suscribir planes privados de pensiones, ni es probable que las c?tedras de Turismo vayan a aconsejar disminuir el n?mero de turistas aunque la saturaci?n sea obvia y los costes sociales que impone el turismo sean muy elevados. Tampoco es probable que las farmac?uticas doten c?tedras cuyos resultados puedan ser que una alimentaci?n adecuada previene muchas enfermedades y evita el uso de productos farmac?uticos. Las c?tedras est?n creando profesores e investigadores sumisos y obedientes que, adem?s, se sienten orgullosos de su trabajo sumiso pues la concesi?n de la c?tedra se (mal)interpreta como una se?al de prestigio y de reconocimiento, olvidando aquel aforismo suf? seg?n el cual ?S?lo un necio busca el reconocimiento de los necios?. La continuidad de la irrelevancia y de la mediocridad est? garantizada y, mientras los estudiantes aguanten y no hagan p?blicas sus vivencias y expresen su queja por el fraude que supone recibir unas clases de tan baja calidad, esto no cambiar? como no parece haber cambiado mucho desde hace m?s de un siglo.
En 1911, Aza?a escribi? un breve texto sobre la Universidad que mantiene una actualidad lamentable, ahora te?ida con un barniz de pedagog?a moderna, y con el mismo desprecio por parte de los estudiantes, ahora disfrazado de ?fracaso escolar? aunque quiz?s ser?a m?s preciso calificarlo como rechazo estudiantil o fracaso de la Universidad. Se?alo algunos p?rrafos, ?Triste y dif?cil es la vida de Universidad (?) hay que sufrir la aridez de las clases sin objeto, someterse a una gimnasia mental absurda, apechugar con libros farragosos y tragarlos como quien traga estopa (?) A las ?lecciones de cosas? que se esfuerzan en darle los ?ltimos eslabones de la cadena administrativa opone la juventud un saludable desprecio. ?Todo esto pasar? como una torturante pesadilla! El escolar aprende a contar el tiempo, como no lo contar? m?s en su vida, como no lo cuenta nadie, sino cuando est? cautivo o preso (?) Hornadas de doctores, de licenciados, salen cada a?o preparados para abrirse camino a trav?s de la libre competencia. Mas, ?a qu? precio! La Universidad no es un hogar cient?fico, un centro de investigaci?n, un probadero de la aptitud; es una oficina montada para servir los intereses ya nombrados, una estufa donde se mantienen vivas y se cultivan las m?s perniciosas supervivencias. El r?gimen de la Universidad parece hecho para adormecer las grandes cualidades y fomentar el contagio moral, la propagaci?n de todos los g?rmenes nocivos que incuba el alma. E n ese r?gimen naufragan los peores y los mejores; flotan y sobreviven los mediocres? (Aza?a, ?El templo de Minerva?, 1911). Desde luego, despu?s de lo que est? aflorando a ra?z del caso Cifuentes (y de los muchos casos similares que puede quiz?s haber en otras universidades), hay que reconocer lo poco que hemos avanzado.
REFERENCIAS
Aza?a M. ?El templo de Minerva? (1911). Antolog?a. Alianza Editorial. Madrid. 1982.
Fisher M.. Realismo capitalista ?No hay alternativa? Caja Negra. Buenos Aires. 2016.
Hedges C. (2011). La muerte de la clase liberal. Capit?n Swing. 2015. Madrid.
Machado A. Juan de Mairena. Alianza Editorial. Madrid. 1981.
Marglin S. The Dismal Science. How Thinking Like an Economist Undermines Community . Harvard University Press, Cambridge. 2008.
Mich?a J.C. La escuela de la ignorancia y sus condiciones modernas. Acuarela & A. Machado. Madrid. 2002.
Morin E. Introducci?n al pensamiento complejo. Gedisa editorial. Barcelona. 1994.
Morin E. ?El desaf?o de la globalidad?, Archipi?lago. 1993.
Orejudo A. Un momento de descanso. Tusquets. Barcelona. 2011.
Ralston S. La civilizaci?n inconsciente. Anagrama. Barcelona. 1997
Roth P. La mancha humana. Debolsillo. Madrid. 2000.
Zeldin T. Conversaci?n. Alianza Editorial. Madrid. 1999.
Notas:
[1] Algunos de los textos que muestran ese deterioro son, entre otros, los siguientes: Adios a la Universidad, de Jordi Llovet (2011); ?La universidad que viene: profesores por puntos?, J.A. de Azc?rraga, https://elpais.com/diario/2011/03/03/opinion/1299106811_850215.html; ?No me hables de Oxford?, J.L Pardo, https://elpais.com/diario/2011/05/01/opinion/1304200813_850215.html; ?Los males de la Universidad y la conjura de los mediocres?, de A. Jorge http://www.sinpermiso.info/textos/los-males-de-la-universidad-y-la-conjura-de-los-mediocres; ?Acred?tenme, por favor?, R.A. Alija http://mientrastanto.org/boletin-164/notas/acreditenme-por-favor
[2] http://www.sinpermiso.info/textos/corrupcin-universitaria-y-crisis-financiera-acadmicos-mercenarios
[3] http://www.sinpermiso.info/textos/sobre-el-trabajo-acadmico-el-asalto-neoliberal-a-las-universidades-y-cmo-debera-ser-la-educacin
[4] http://lhblog.nuevaradio.org/b2-img/DebordGuyComentarios.pdf