Clajadep :: Red de divulgación e intercambios sobre autonomía y poder popular

Imprimir

Cr?tica de la defensa del marxismo seg?n Trotsky

Miguel Manzanera Salavert :: 14.05.19

Stalin mand? a asesinar a Trotsky, ambos eran seguidores de Lenin, quien a su vez fue seguidos de Engels, el compa?ero de Marx e ideador del Marxismo como concepto rechazado tres veces por escrito por Marx, pero que Engels y luego sus tres seguidores levantaron a su muerte para seguir con la fase estatista de Marx, que hab?a superado desde su estudio de la experiencia de la comuna de Par?s. De modo que las diferencias entre Lenin, Stalin y Trotsky eran el como organizar y administrar el estado socialista que finalmente se qued? pegado administrando el capitalismo, en lo que se llam? el capitalismo de estado.

Cr?tica de la defensa del marxismo seg?n Le?n Davidovich Bronstein, Trotsky.
Miguel Manzanera Salavert

Los pasados d?as 6, 7 y 8 de mayo de 2019, se ha celebrado en La Habana un Evento Acad?mico
Internacional glosando la figura de Le?n Trotsky, convocado por la Asociaci?n por el Derecho
de Asilo. Casa Museo Le?n Trotsky por parte de M?xico, y los Institutos de Filosof?a y de
Investigaci?n Cultural Juan Marinello por parte de Cuba. Se presentaron m?s de 40 ponencias
que fueron discutidas durante tres intensas jornadas. Hay que ponderar el valor de esta
reuni?n de intelectuales progresistas, que constituye un paso adelante para afrontar la verdad
hist?rica de la URSS y la recuperaci?n del marxismo como ciencia social. Sigue a continuaci?n el
texto de la ponencia que present?.
El marxismo: ciencia para la emancipaci?n
Transcurrida una d?cada despu?s de la Segunda Guerra Mundial, la idea de que el estalinismo
hab?a transformado el marxismo en una dogm?tica, haciendo involucionar su car?cter
cient?fico, constituy? un t?pico entre los intelectuales de las corrientes progresistas europeas.
Luk?cs lo afirm? con rotundidad; Marcuse escribi? una prolija cr?tica en su ensayo El marxismo
sovi?tico; Sartre en su Cr?tica de la cr?tica cr?tica lament? las deficiencias epistemol?gicas del
materialismo dial?ctico practicado por los cuadros del movimiento obrero,? Entre los
marxistas espa?oles Sacrist?n se hizo eco de estas posiciones, y tras su experiencia como
miembro de la direcci?n del PSUC (Partido Socialista Unificado de Catalu?a), cuando renunci? a
las tareas de direcci?n acus? a sus antiguos compa?eros de oportunismo. Corr?a el a?o 1969 y
tras el fracaso del mayo franc?s del 68 ?la mayor huelga obrera de la historia de Francia,
disuelta por el PCF (Partido Comunista Franc?s)- y la primavera de Praga ?que acab? con la
experiencia de renovaci?n del leninismo por el PCCh (Partido Comunista de Checoslovaquia)-,
se anunciaba ya esa involuci?n del movimiento obrero europeo que llega hasta nuestros d?as.
Esa t?pica hab?a sido ya anticipada por Trotsky en su cr?tica del estado burocr?tico en que se
hab?a convertido la URSS bajo el estalinismo. El esfuerzo que realiz? para mantener el car?cter
cient?fico del marxismo se refleja en las pol?micas que se produjeron en la IV Internacional al
comienzo de la Segunda Guerra Mundial y que fueron recogidas en el volumen titulado En
defensa del marxismo. Nada m?s comenzar el texto leemos: En el problema del car?cter social
de la URSS, los errores suelen proceder, como ya hab?amos previsto, de reemplazar el hecho
hist?rico por la norma program?tica. El hecho concreto se deriva de la norma. Esto no significa,
sin embargo, que la rompa: por el contrario, la reafirma, en su aspecto negativo (Trotsky 1974,
23). Se trataba de definir la formaci?n social surgida de la Revoluci?n de Octubre, de manera
adecuada para la pr?ctica hist?rica revolucionaria. Pero antes de comenzar la discusi?n, Trotsky
sienta un principio metodol?gico fundamental para la ciencia: la teor?a debe adecuarse a los
hechos para explicarlos satisfactoriamente; y no al rev?s. Hay aqu? una percepci?n clara de los
errores que suele cometer la dogm?tica marxista: forzar los hechos para someterlos a la norma
prevista por la elucubraci?n te?rica de los responsables burocr?ticos.
Esa actitud intelectual fue descrita por los griegos cl?sicos mediante una met?fora, el lecho de
embargo hab?a sido anticipado por la teor?a marxista; pero solo hasta cierto punto.1
Como
se?al? Isaac Deutscher en 1960 ?de manera un tanto exagerada, pero significativa-: la realidad
de la revoluci?n rusa fue en todos y cada uno de sus aspectos una negaci?n de los supuestos
del marxismo cl?sico (Deutscher 1970, 43). Esta afirmaci?n requiere ser matizada, pero hace
comprensible que las consecuencias de esa acci?n hist?rica fueran completamente diferentes a
lo pronosticado por los creadores de la doctrina. De tal manera, la revoluci?n sovi?tica
confirmaba y desment?a al mismo tiempo la teor?a marxista de la historia.
Hoy sabemos que esa situaci?n es normal en el modo de proceder te?rico: las investigaciones
sobre filosof?a e historia de la ciencia en la segunda mitad del siglo XX nos han mostrado esa
caracter?stica del m?todo hipot?tico, que consiste en acertar de un modo general y aproximado
en un principio, para ir afinando paulatinamente la teor?a seg?n se van dibujando los hechos.
Cop?rnico afirmaba que nuestro sol estaba en el centro del universo y las ?rbitas de los
planetas eran circulares. Pero esos errores de concepci?n no restaron valor a su labor
cient?fica, que renov? el paradigma te?rico de la astronom?a. Y a?n tuvieron que pasar dos
siglos para que Newton estableciera con precisi?n las leyes que rigen el sistema solar.
Esa consideraci?n nos aclara la ?ltima frase del p?rrafo rese?ado, que nos ha dejado
pensativos: ?la negaci?n de la norma por el hecho confirma la norma de modo negativo? S?, en
efecto, as? es siempre que la norma ?vale decir la ley cient?fica, sea intencional o no- se
modifique para incluir el nuevo hecho que ha aparecido refutando las ideas preconcebidas.
Con un t?pico lenguaje dial?ctico de la tradici?n marxista, interpretamos que Trotsky intuye
certeramente un tema de la moderna filosof?a de la ciencia elaborada a partir de los a?os 60 en
la academia anglosajona, especialmente Kuhn y Lakatos: las refutaciones no invalidan una
teor?a, solo nos invitan a modificarla y completarla, perfeccionando su descripci?n de la
realidad. Desde nuestro punto de vista las concepciones historicistas de estos autores se
corresponden con el m?todo dial?ctico del desarrollo del conocimiento.
Trotsky ha intentado pensar cient?ficamente con conceptos marxistas la nueva realidad que
apareci? tras la Revoluci?n de Octubre, y esta es la principal lecci?n que podemos sacar de su
empe?o intelectual. Su perspectiva estaba muy cerca de la concepci?n de los fundadores de la
teor?a, acerca de la funci?n revolucionaria del proletariado como sepulturero de la sociedad
capitalista, y las expectativas optimistas de un r?pido tr?nsito al socialismo ?la tesis de la
revoluci?n permanente, ya formulada por Marx y Engels (P?rez Varona 2017)-. Solo que a) la
revoluci?n se realiz? en un pa?s atrasado ?y no en uno desarrollado como estaba previsto-; b)
la clase obrera europea no se hizo eco de la revoluci?n rusa ?no se produjo la revoluci?n
permanente como extensi?n europea de la conquista del poder por los trabajadores en Rusia-;
y c) el resultado no fue una dictadura del proletariado, sino un capitalismo de estado, primero,
y una burocracia dictatorial sobre el proletariado, despu?s. La cuesti?n, por tanto, es c?mo
debemos entender la teor?a de la revoluci?n proletaria para que sea compatible con los hechos
de la historia.
Las refutaciones de ciertos supuestos b?sicos de la teor?a en su formulaci?n original han sido
constantes; pero las confirmaciones de sus pron?sticos tambi?n. Recientemente la crisis
capitalista y el inicio de una depresi?n econ?mica de larga duraci?n han vuelto a confirmar el
1
La Revoluci?n de Octubre no fue un accidente. Hab?a sido prevista desde hac?a tiempo. Los
acontecimientos confirmaron esta previsi?n. La degeneraci?n no refuta la previsi?n, porque los marxistas
nunca creyeron que un estado obrero aislado en Rusia pudiera mantenerse indefinidamente (Trotsky
1974, 34).
an?lisis del capitalismo por Marx ?especialmente en la versi?n actualizada por Ernest Mandel-.
Hemos de comprobar que se trata siempre de confirmaciones a medias que deben servirnos
para perfeccionar la teor?a. Y si bien el marxismo no es todav?a el paradigma cient?fico de la
ciencia social ?universalmente reconocido por todos los estudiosos de la historia humana-,
creemos que hay suficientes razones para considerarlo como el candidato m?s serio a
convertirse en ello. Siempre que seamos capaces de adecuarlo para la explicaci?n de las
actuales circunstancias hist?ricas y los hechos del pasado reciente.
A partir de esa convicci?n debemos estudiar la tradici?n trotskista como una aportaci?n
importante a la construcci?n de la teor?a marxista, caracterizada por esos dos principios: a)
mantener el car?cter cient?fico del marxismo ?que incluye la metodolog?a dial?ctica como
comprensi?n de las leyes de la historia-, y b) confiando en la capacidad pol?tica de la clase
obrera para construir una sociedad sin clases en el proceso de emancipaci?n de la humanidad.
Sobre la caracterizaci?n de la URSS
Trotsky estuvo entre los primeros intelectuales que aplicaron el marxismo al an?lisis de la
URSS, como sistema social resultante de la revoluci?n rusa de 1917; ello condujo a ciertas
precisiones de la teor?a en su descubrimiento de la nueva realidad hist?rica. Se opuso a Stalin
quien propuso la tesis de la revoluci?n por etapas para justificar la existencia de la URSS, y
hasta su muerte se atuvo a la concepci?n original de la revoluci?n permanente, que sin
embargo ten?a abundante evidencia hist?rica en su contra: primero, porque la revoluci?n
proletaria qued? aislada en Rusia en 1917, fracasando los intentos revolucionarios en Europa, y
despu?s tambi?n en China y Espa?a en los a?os 30 del siglo pasado; adem?s, porque ese
fracaso condujo al desarrollo del fascismo ?proceso que vuelve a mostrarse entre nosotros en
estos a?os y que fue anticipado por Mandel-.
La revoluci?n permanente es una ley emp?rica en la medida en que puede comprobarse la
din?mica internacional de las luchas obreras y sociales, como se manifest? plenamente en la
revoluci?n del 1848, observada por Marx y Engels, y en otras oleadas sucesivas de conflicto
pol?tico; pero queda refutada porque el ?xito de la pol?tica revolucionaria en un lugar
geogr?fico no ha podido generalizarse hasta nuestros d?as, qued?ndose esas victorias aisladas.
La revoluci?n permanente debe formularse entonces como una norma de acci?n para los
comunistas de izquierda (una ley intencional): si se quiere superar el capitalismo y alcanzar el
socialismo es necesario actuar seg?n la concepci?n de la revoluci?n permanente, para la
generalizaci?n constante de los procesos revolucionarios. Mandel en su an?lisis de Las ondas
largas del desarrollo capitalista ha establecido cu?les son los periodos de m?xima agitaci?n
revolucionaria del proletariado, que coinciden con el final de una fase ascendente o expansiva
de desarrollo. Pero incluso en ?pocas de estabilizaci?n capitalista, una vez superada la etapa
cr?tica, pueden producirse esos procesos de transformaci?n social radical.
Esa concepci?n resulta perfectamente asimilable al contexto cubano, donde fue expresada a
su modo por el proceso revolucionario: ?hasta la victoria siempre! Y tambi?n en la pr?ctica
pol?tica de Che Guevara: ?diez, cien, mil Vietnam! Veamos c?mo fue expuesta por Trotsky en la
discusi?n pol?tica de 1939 ante el estallido de la SGM (Segunda Guerra Mundial): se trataba de
trazar una perspectiva de revoluci?n permanente como consecuencia del conflicto b?lico. Para
ello los textos publicados en el libro En defensa del marxismo recogen un debate en la IV
Internacional, donde Trotsky intenta pensar la sociedad sovi?tica desde las categor?as
marxistas, confiando en la acci?n de los trabajadores para desembarazarse de la burocracia
estalinista. Se trataba de fijar as? las posiciones pol?ticas ante la evoluci?n de la URSS y
presentar una alternativa revolucionaria basada en el poder obrero, con la perspectiva de
cambio social en Europa tras la masacre previsible de la guerra imperialista.
Dadas las circunstancias hist?ricas en que se desarroll? la revoluci?n bolchevique, la URSS se
transform? en un estado burocr?tico, lo que constitu?a un hecho nuevo no previsto por la
teor?a. Una revoluci?n triunfante de los trabajadores hubiera debido producir una dictadura
del proletariado ?esto es, una Rep?blica Democr?tica-, que evolucionara r?pidamente hacia el
socialismo, la sociedad sin clases. En cambio, la aparici?n de la nueva realidad burocr?tica
creaba un problema te?rico importante: ?en qu? consiste ese nuevo hecho hist?rico?, ?se trata
de una nueva estructura de clases sociales, donde la burocracia ha sustituido a la burgues?a
como clase dominante?
Trotsky rechaza esa posibilidad: Si la canalla bonapartista es una clase, esto significa que no
es un aborto, sino una criatura viable de la historia (Trotsky 1974, 46). Rechaza la posibilidad de
que pueda establecerse un modo de producci?n fundado en la estructura de clases
burocracia/proletariado y prefiere provisionalmente ofrecer otras soluciones, ?por qu?? Por un
lado, esa caracterizaci?n de la burocracia sovi?tica se comprende a partir de su funci?n
estructural determinada parcialmente por su estatuto jur?dico constitucional ?parcialmente
porque la acci?n burocr?tica es con frecuencia inconstitucional por el fen?meno generalizado
de la corrupci?n: la apropiaci?n privada de los bienes p?blicos-. Por otro, la formaci?n de esa
burocracia en la historia sovi?tica y mundial nos explica ciertas caracter?sticas de su acci?n
pol?tica conservadora. Finalmente, la reflexi?n de Trotsky est? orientada por las expectativas
pol?ticas creadas a partir de la guerra imperialista, pensadas desde la revoluci?n permanente ?
y aqu? reside la verdadera motivaci?n para su propuesta te?rica-.
Trotsky cree posible todav?a en 1939 una revoluci?n proletaria en Europa, que se
desencadenar?a tras la Segunda Guerra Mundial, del mismo modo que la Primera produjo la
Revoluci?n Sovi?tica. Su confianza en el proletariado ha sufrido desencantos por causa de los
acontecimientos de aquellos a?os: el ascenso del fascismo y la burocratizaci?n de la URSS. Pero
todav?a piensa esos acontecimientos como un peque?o desv?o hist?rico circunstancial que ser?
r?pidamente reconducido por la lucha de clases ?al menos cree que as? debe pensarlo-.2
El
optimismo hist?rico ilustrado alienta en su descripci?n de la historia. Las categor?as que
propone para interpretar el estado burocr?tico est?n en funci?n de las expectativas acerca de
una pronta abolici?n revolucionaria de la sociedad capitalista.
El texto reflexiona sobre la caracterizaci?n del estado surgido de la revoluci?n sovi?tica de
1917, y Trotsky ofrece una definici?n que le parece la m?s precisa: Si queremos definir
exactamente la pol?tica exterior del Kremlin, debemos decir que es la pol?tica de la burocracia
bonapartista de un estado obrero degenerado, en un entorno imperialista (Trotsky 1974, 50).
De esta definici?n conviene retener en primer lugar el condicionamiento imperialista de la
pol?tica sovi?tica. En las circunstancias hist?ricas del proceso sovi?tico reside la explicaci?n de
su desarrollo deformado, que se manifiesta en la pol?tica tacticista y criminal del estalinismo,
sacrificando revoluciones para sostener la burocracia sovi?tica, identificada ?sta con los
intereses generales de la clase obrera. Esa identificaci?n del poder burocr?tico con los intereses
proletarios para la emancipaci?n es pura ideolog?a que falsifica la realidad social y deforma la
2

Pero se da cuenta de que esa previsi?n puede volver a fallar: si el proletariado es a
explicaci?n marxista de la historia. Pues el estado obrero degenerado no es ni el representante
ni el instrumento de la clase revolucionaria, sino el intermediario entre esta clase y el sistema
imperialista, jugando un papel contrarrevolucionario como instrumento del capitalismo
internacional. Respecto de la guerra civil espa?ola Trotsky asevera: Franco necesitaba ayuda
que proviniera del otro lado del frente. Y la ha obtenido. Su principal auxiliar ha sido y sigue
siendo Stalin, el sepulturero del Partido Bolchevique y de la revoluci?n proletaria (Trotsky 2010,
157).
La caracterizaci?n de la formaci?n social sovi?tica ??estado obrero degenerado?- como una
burocracia bonapartista y no como una clase social, debe ser revisada cuidadosamente y
objeto de una discusi?n conceptual, en la medida en que las sucesivas revoluciones del siglo XX
han sufrido desarrollos similares a la antigua URSS. En opini?n de Trotsky el estado sovi?tico se
hab?a transformado en un aborto hist?rico, que podr?a revertirse mediante la acci?n
revolucionaria del proletariado; las circunstancias que har?an posible esa intervenci?n estaban
dadas por la Segunda Guerra Mundial, que expandir?a la revoluci?n proletaria por toda Europa
y el mundo. Esa apuesta t?ctica se produce a pesar de la evidencia en contra de un
proletariado que, tras el fracaso de la revoluci?n europea a comienzos de siglo, hab?a perdido
la conciencia de clase y la confianza en s? mismo que todav?a le otorgaba Trotsky. En aquel
momento hist?rico, la clase obrera en su mayor parte se dejaba arrastrar por el nacionalismo
chovinista para someterse a la masacre b?lica.
Es pertinente tener en cuenta la advertencia de Lenin acerca del car?cter reformista
espont?neo del proletariado, que solo se arriesgar? a la revoluci?n por la influencia de un
partido comunista ?formado como una instituci?n cient?fica bajo el materialismo hist?rico y
dial?ctico-, capaz de se?alar las tareas pol?ticas para la transformaci?n social. Teniendo en
cuenta esa observaci?n, Trotsky dedic? sus energ?as a la construcci?n de la IV Internacional,
que hab?a de jugar la funci?n inductora de los procesos revolucionarios tras la cat?strofe b?lica.
La vanguardia abre el camino de la revoluci?n ?y de nuevo el ejemplo cubano resulta ilustrativo
de esa observaci?n del proceso hist?rico-. La creaci?n de esa vanguardia es un largo proceso
de educaci?n moral y pol?tica de los cuadros dirigentes, que no puede completarse ni siquiera
en una generaci?n ?teniendo que afrontar adem?s la fuerte represi?n por parte de los poderes
conservadores del sistema-.
Dadas esas condiciones se hace dif?cil pensar que fuera posible un cambio repentino de las
actitudes y objetivos de la clase trabajadora, que dieran lugar a la transformaci?n
revolucionaria en Europa, y la posici?n de nos dice bastante del car?cter y la personalidad del
hombre que cre? el Ej?rcito Rojo y con ?l venci? la guerra civil contra la reacci?n conservadora.
Su posici?n debe ser interpretada a partir de la continuidad con su trayectoria intelectual y
vital, y en sinton?a con los avatares del proceso sovi?tico. Pero los conceptos con que piensa la
sociedad son te?ricos y deben ser discutidos en el plano de la teor?a marxista, para orientar la
pr?ctica emancipatoria en funci?n de la coyuntura hist?rica.
Trotsky versus Stalin, versus Lenin/Bujarin
Tras la guerra civil espa?ola estall? la Segunda Guerra Mundial. Trotsky pronostic? la victoria
de la clase obrera, reorganizada por las instituciones sociales anticapitalistas dirigidas por la IV
Internacional. Y aunque no pudo verlo, pues fue asesinado antes del final de la guerra, su
vaticinio result? parcialmente correcto: la guerra termin? con la victoria de los aliados, una
correlaci?n de fuerzas favorable a los trabajadores y un avance notable de las fuerzas
progresistas. Pero de nuevo no en la forma esperada por ?l: la IV Internacional no alcanz? el
liderazgo del proletariado, ni tampoco se produjo la revoluci?n socialista, sino un modelo social
que combinaba el estado y el mercado, corrigiendo en parte los desequilibrios del capitalismo.
Sus esperanzas se vieron frustradas, sin que podamos reprochar al viejo luchador la m?s
m?nima falta contra la honestidad. Pero debemos criticar sus fallos predictivos y conocer sus
causas: el error te?rico de Trotsky es haber pasado por alto determinados hechos que para ?l
no fueron significativos, pero que hoy sabemos que lo son.
Igual que en 1917, tras la SGM la revoluci?n comunista qued? reducida a una perspectiva
maximalista de la acci?n pol?tica del proletariado militante. Se produjo una victoria de la clase
obrera organizada sobre el fascismo ?la pol?tica de la burgues?a en los momentos de crisis
capitalista extrema-, pero esa victoria no condujo a una construcci?n inmediata y decidida
hacia el socialismo, sino a peque?os pero importantes avances, especialmente en el terreno de
los derechos humanos, el bienestar de las clases populares y la influencia pol?tica de los
intereses emancipatorios de la humanidad. La revoluci?n permanente qued? como una
perspectiva voluntarista de la pol?tica a impulsar en el proceso hist?rico contempor?neo. Pero
lo que Trotsky no ha podido observar es que tras la revoluci?n bolchevique, igual que en otros
procesos revolucionarios antimperialistas posteriores, no se crea un nuevo modo de
producci?n, sino una nueva forma de capitalismo con predominio del estado; y que los intentos
de superaci?n del capitalismo en sus nuevas formas estatalizadas han terminado hasta el
momento en rotundos fracasos bajo reg?menes burocr?ticos transitorios.
En 1917 los bolcheviques esperaban que la revoluci?n proletaria se expandiera por Europa,
contaminando a otras naciones ?especialmente Alemania- tras la Primera Guerra Mundial; de
modo que el tr?nsito al socialismo se podr?a realizar con celeridad en Europa del Este
combinando los avances tecno-cient?ficos del capitalismo alem?n y las riquezas naturales de
Rusia. Sin embargo, la revoluci?n qued? aislada en Rusia y Asia central, y tuvo que afrontar
enormes dificultades ante la guerra civil, hasta el punto de que la clase obrera qued?
pr?cticamente diezmada y el pa?s sufri? una hambruna terrible en 1920. Bajo esas condiciones
se abandon? el comunismo de guerra y Lenin promovi? la NEP (Nueva Pol?tica Econ?mica) que
recuperaba el mercado y la propiedad privada. Consigui? de ese modo reanimar la econom?a y
dar de comer al pueblo. El resultado de esa evoluci?n fue denominado por Lenin capitalismo
de estado.
3
Pero un sector de los bolcheviques, que result? ser el m?s fuerte o el m?s oportunista,
interpret? ese capitalismo de estado como un remedio temporal que habr?a de ser superado
r?pidamente. De ah? surgi? la tesis del socialismo en un solo pa?s: tras la muerte de Lenin,
Stalin deshizo el Comit? Central del partido bolchevique y cambi? su pol?tica, intentando
acelerar el tr?nsito hacia el socialismo a trav?s de una serie de medidas autoritarias y
coercitivas que acabaron siendo un desastre. Los defensores de la NEP fueron eliminados,
especialmente Bujarin, a quien se ten?a por el continuador de Lenin, y que sufri? un infamante
proceso pol?tico para liquidar su influencia en el Partido Bolchevique. En 1933 la poblaci?n de
la URSS volvi? a padecer una hambruna terrible, y sin embargo el desarrollo econ?mico fue
3

Hoy en d?a se utiliza la expresi?n socialismo de mercado (Schwelekart 2009, 28), pero en mi opini?n es
preferible mantener la denominaci?n leninista de ?capitalismo de estado?, y el concepto de socialismo
para el modo de producci?n que supera las clases sociales. Como muestra este autor, el mercado de
bienes es todav?a imprescindible para la organizaci?n econ?mica, pero se deben abolir el mercado de
trabajo y el mercado financiero para alcanzar esa nueva formaci?n social.
espectacular, mientras la depresi?n capitalista hund?a a las naciones m?s desarrolladas en
conflictos cada vez m?s agudos.
?Cu?les son las lecciones de esos acontecimientos? Se deben distinguir dos formaciones
sociales diferentes que aparecieron tras la Revoluci?n de Octubre, y que se han producido
tambi?n tras otros procesos revolucionarios contempor?neos: el capitalismo de estado y la
dictadura burocr?tica. El capitalismo de estado, emergiendo en la desembocadura de la
revoluci?n proletaria, es una sociedad de clases, con una peque?a y mediana burgues?a aliada
al proletariado hegem?nico en la Rep?blica Democr?tica. La hegemon?a obrera se construye a
partir de las instituciones que organizan su acci?n colectiva: partidos, sindicatos y sociedad
civil; pero en esas instituciones aparece constantemente el problema de la burocracia. Pues
como dice Trotsky, un estado obrero no es m?s que un gran sindicato.
La dictadura burocr?tica, establecida en la abolici?n del capitalismo de estado, consisti?
precisamente en liquidar las clases. Pero no hay atajos en la historia y esa liquidaci?n result?
ser temporal: la burocracia sovi?tica acab? convirti?ndose en una rapaz clase capitalista en el
proceso de liberalizaci?n econ?mica de los a?os 90. Por lo tanto, se puede conceder la raz?n a
Trotsky en su caracterizaci?n de la URSS: el sistema social burocr?tico es transitorio; pero
teniendo en cuenta que, si esa burocracia no es una clase, puede transformarse f?cilmente en
eso. Y no se puede interpretar que el resultado de una revoluci?n proletaria victoriosa habr?a
de ser necesariamente una sociedad sin clases. As? interpretada, la concepci?n de Trotsky se
opone a la caracterizaci?n de Lenin del capitalismo de estado, participando del rechazo de ese
modo de producci?n dise?ado por ?ste tras la estabilizaci?n del proceso sovi?tico en los a?os
20 ?en ese sentido Luk?cs ha podido decir que la pol?tica de Trotsky y Stalin era la misma-.4
Trotsky opone la revoluci?n permanente a la absurda doctrina del socialismo en un solo pa?s ?
y la historia le ha dado la raz?n frente al posibilismo estalinista con la liquidaci?n de la URSS-;
pero no parece conceder que pueda establecerse una sociedad de clases tras la revoluci?n
proletaria, como hab?a propuesto Lenin con la NEP. Interpretada de ese modo la revoluci?n
permanente es una falsa comprensi?n de la acci?n pol?tica del proletariado. Dado que los
hechos han desmentido tozudamente las expectativas de un r?pido tr?nsito al socialismo, que
se producir?a gracias a la potencia y creatividad del proletariado, el problema te?rico viene a
ser la compatibilidad de la t?ctica de la revoluci?n permanente con la construcci?n de una fase
de capitalismo de estado, como resultado de la revoluci?n proletaria contra el imperialismo
liberal. Tal vez la dictadura burocr?tica, que abole y supera las clases sociales, pueda ser un
momento de transici?n hacia socialismo ?una formaci?n social transitoria-, pero es necesario
establecer las condiciones hist?ricas que har?an posible ese tr?nsito hist?rico y estas apenas
est?n dadas en la actual coyuntura.
?Fue su concepto de revoluci?n permanente responsable de esa divergencia m?s o menos
aparente de Trotsky con el leninismo? Partamos de la siguiente formulaci?n de la ?poca de la
guerra civil: incluso las tareas puramente democr?ticas, tales como la liquidaci?n de la
propiedad semifeudal de la tierra, no pueden ser resueltas sin la conquista del poder por el
proletariado (Trotsky 2010, 141). Se puede confirmar esta aseveraci?n con numerosos hechos
4

La par?lisis de Trotsky a la hora de combatir a Stalin tras la muerte de Lenin plantea un aut?ntico
problema de interpretaci?n: puede entenderse como una inhibici?n ante la liquidaci?n de la NEP, que sin
embargo el propio Trotsky propici? en 1920. En este evento internacional, algunas intervenciones han
se?alado que hubiera sido necesario una alianza de Trotsky con Bujarin para derrotar el estalinismo en el
lustro de 1925-30.
de la historia reciente ?entre los que cuenta la guerra civil espa?ola, y tambi?n los recientes
procesos latinoamericanos en Brasil o Argentina-. Pero como hemos visto, la conquista del
poder pol?tico por la clase obrera apenas puede mantenerse en un entorno hist?rico con
predominio del imperialismo capitalista. Y la experiencia hist?rica nos muestra ?en las
Rep?blicas de China, Vietnam, Corea, Bielorrusia o Cuba-, que las condiciones para la
pervivencia del estado obrero son de car?cter nacional: la construcci?n de un sistema de
alianzas de clase, en las que el proletariado conserve la hegemon?a. Para pensar esa formaci?n
social hemos de recurrir al concepto de bloque hist?rico de Gramsci.
Desde la SGM ac? ha habido varias revoluciones socialistas y todas han desembocado en el
capitalismo de estado ?esto es, en una sociedad de clases-, excepto en breves periodos de
voluntarismo, por ejemplo, el gran salto adelante y la revoluci?n cultural en China. Esos
intentos voluntaristas, fundados en los incentivos morales, resultaron fallidos o transitorios
(Schwelekart 2009, 27). La explicaci?n de ese giro de los acontecimientos hay que buscarla en
las lecciones de la historia ?que no solo est?n ah? para que intelectuales y fil?sofos las
interpreten y las transformen, sino sobre todo para que el pueblo y los trabajadores se
orienten en su acci?n pol?tica concreta y cotidiana-: se encuentra en la inmadurez de los
factores hist?ricos para avanzar al socialismo. En primer lugar, el desarrollo desigual de las
fuerzas productivas que crea diferencias enormes en la poblaci?n mundial en cuanto a riqueza
y productividad; injustificadas por las necesidades productivas, en cambio son racionales desde
el punto de vista capitalista ?factores objetivos-; en segundo, por el retraso de la conciencia de
clase en la poblaci?n mundial ?factores subjetivos-.
La antinomia Trotsky/Stalin parece inoperante: ambos se equivocaron.5
Lenin ten?a raz?n al
establecer la NEP y parece lamentable que Bujarin no haya podido dirigir el desarrollo
sovi?tico. Pero seguramente fue necesario hacer la experiencia de liquidar las clases y
comprobar la teor?a con los hechos hist?ricos. Se ha interpretado entonces la revoluci?n
permanente como la subordinaci?n de la pol?tica nacional a la lucha internacional del
proletariado por avanzar hacia el socialismo. Cuba ofrece un ejemplo extraordinario de esta
interpretaci?n, incluso despu?s del hundimiento de la URSS y el periodo especial. Pero hay un
detalle que complica grandemente la pol?tica revolucionaria de los comunistas: en la tradici?n
trotskista se suele correlacionar el avance hacia formas socialistas democr?ticas de
organizaci?n social con la expansi?n de los procesos revolucionarios; ambos aspectos de la
revoluci?n permanente est?n unidos en el desarrollo de la conciencia de clase. No es f?cil
encontrar el camino de la revoluci?n, que es siempre un equilibrio entre diversos factores:
subjetivo/objetivos, nacional/mundiales, econ?mico/pol?tico/sociales.
Debemos pensar, por tanto, la posibilidad de implementar una t?ctica de revoluci?n
permanente, a trav?s de un proceso que provisionalmente todav?a conduce a una sociedad de
clases como es el capitalismo de estado; compatibilidad que se nos muestra como la aut?ntica
posibilidad del tr?nsito hacia el socialismo. Esa compatibilidad viene ofrecida por la teor?a
pol?tica de Gramsci, con sus conceptos de bloque hist?rico, guerra de posiciones y guerra de
movimientos, como actualizaci?n de la dictadura del proletariado: el ejercicio exclusivo del
poder pol?tico por el proletariado ??nica garant?a de orientar el proceso hist?rico hacia el
socialismo-. Admitiendo la existencia de clases sociales en la fase de la dictadura del
5

Naturalmente hay una diferencia importante entre ambos: la posici?n de Trotsky conduce a reconocer
los errores y analizarlos desde el punto de vista marxista, mientras que el estalinismo bloquea esa
posibilidad; se debe denunciar la explotaci?n de la clase obrera rusa para generar el desarrollo
econ?mico de la URSS y la pol?tica criminal del estado sovi?tico contra los comunistas de izquierda.
proletariado, Trotsky, en los a?os en que dirig?a el Ej?rcito Rojo, nos presenta as? este concepto:
el poder ?nico del proletariado no excluye la posibilidad de acuerdos parciales o grandes
concesiones. Se trata de una alianza de clases con la peque?a burgues?a y el campesinado,
dominada por el proletariado que se reserva el poder de decidir libremente las concesiones
que debe hacer o rechazar en inter?s de la causa socialista (Trotsky 2005, 37). Al menos en ese
momento hist?rico Trotsky no disent?a de Lenin.
Los modos de producci?n
Esa discusi?n nos debe llevar a la conclusi?n de que hoy en d?a es necesario perfeccionar la
teor?a marxista atendiendo a los acontecimientos de las ?ltimas d?cadas, que en la parte
principal te?rica confirman sus concepciones: la inviabilidad del capitalismo a largo plazo y la
necesidad de superarlo con una sociedad socialista; pero que en partes secundarias emp?ricas
las refutan: c?mo se pensaron en el pasado los modos y las v?as de esa transformaci?n
hist?rica fundamental. Sigamos pues el ejemplo trotskista, sometiendo nuestra teor?a a la
cr?tica de los hechos, sin perder de vista el horizonte hist?rico de la emancipaci?n humana.
Entre las causas que explican la incapacidad del proletariado europeo para realizar las tareas
hist?ricas de superaci?n del capitalismo, quiz?s sea la m?s significativa aquella que se
desprende de la teor?a del imperialismo de Lenin: es evidente que tan gigantesca
?superganancia? (imperialista)? permite corromper a los dirigentes obreros y a la capa superior
de la aristocracia obrera (Lenin 1974, 10-11). Esa superganancia es lo que Mandel llama
?ganancias extraordinarias? en su estudio sobre el capitalismo tard?o, mostrando c?mo la
explotaci?n colonial se mantiene a?n despu?s de la descolonizaci?n a trav?s del mecanismo
del intercambio desigual en el mercado mundial: Las ganancias extraordinarias coloniales
fueron as? la ?forma principal? de la explotaci?n del tercer mundo en esa ?poca, siento el
intercambio desigual s?lo una ?forma secundaria? de dicha explotaci?n? Las proporciones
cambiaron en la ?poca del capitalismo tard?o (Mandel 1970, 338-339). En la ?poca de la
globalizaci?n el intercambio desigual se realiz? a trav?s de los mecanismos financieros, hasta la
crisis del 2008 que origin? una larga fase recesiva.
La revoluci?n tecnol?gica de la inform?tica y sus aplicaciones industriales, que Mandel estudia
en su libro El capitalismo tard?o, permiti? la estabilizaci?n del capitalismo tras la SGM, a pesar
de que la lucha por la independencia de los pa?ses colonizados elimin? las ganancias
extraordinarias coloniales tras la SGM. Posteriormente las superganancias imperialistas han
sido obtenidas por el intercambio desigual en el proceso de globalizaci?n econ?mica, gracias a
la fortaleza del d?lar y secundariamente del euro, monedas sostenidas por la potencia militar
de la OTAN. La riqueza as? generada ha permitido la conversi?n del proletariado europeo en
?clases medias? de la sociolog?a capitalista, es decir, en ?aristocracia obrera?, una clase
trabajadora subordinada a la direcci?n imperialista que recientemente parece optar por una
vuelta al fascismo, viendo peligrar los privilegios obtenidos por la hegemon?a pol?tica y militar
de ?occidente?.
Ello explica que tras la desintegraci?n de la URSS el marxismo haya casi desaparecido de
Europa, mientras que mantiene su vigencia en los pa?ses dependientes. Y como muestra el caso
de Cuba ello exige un completo replanteamiento de las perspectivas hist?ricas ?como hab?a
pedido Trotsky en su defensa del marxismo, cuando consider? la posibilidad de un fracaso de la
t?ctica revolucionaria-. En primer lugar, puesto que la mayor parte de las revoluciones
socialistas se han producido fuera de Europa, es imprescindible quitarse el filtro etnoc?ntrico
que fue usado por los fundadores del materialismo hist?rico y sus inmediatos seguidores. La
revoluci?n socialista ser? mundial o no ser?, no podr?a limitarse a un continente como el
europeo, ni siquiera por ser el m?s avanzado de la historia. En segundo lugar, como
consecuencia de ello, materialismo hist?rico necesita ser modificado desde perspectivas no
europeas, como ha hecho el egipcio Samir Amin present?ndonos interesantes observaciones
acerca de la historia de las estructuras sociales.
Entonces la cuesti?n sigue en el aire: ?c?mo calificar el modo de producci?n de la extinta
URSS en el periodo que va desde su estabilizaci?n tras la SGM hasta su desaparici?n en los
a?os 90 de siglo pasado? Para responder a esta pregunta necesitamos perfeccionar nuestra
teor?a de los modos de producci?n, y para ello me parecen imprescindibles las aportaciones
del egipcio Samir Amin, quien ha criticado la perspectiva euroc?ntrica de Marx y Engels, y
consecuentemente las formulaciones del marxismo cl?sico. Tambi?n numerosos colonizados
del siglo XX vieron la teor?a socialista como un problema de los colonizadores, ajeno a sus
intereses de liberaci?n nacional. Y sin embargo en nuestros d?as el marxismo como teor?a social
y filosof?a de la emancipaci?n est? m?s viva en las antiguas colonias que en las metr?polis
imperialistas ya desahuciadas por la historia.
El marxismo desarrollado fuera de Europa necesita contemplar el mundo desde otros puntos
de vista. Entonces Amin nos dice que el esclavismo y el feudalismo ?que Marx consider?
procesos fundamentales en la evoluci?n de las relaciones de producci?n- son modos de
producci?n principalmente europeos, perif?ricos respecto de los asi?ticos que han sido los m?s
avanzados a lo largo de la historia hasta el siglo XVI y el comienzo del capitalismo. El modo de
producci?n asi?tico es un estado burocr?tico, que atraviesa dos fases: una antigua,
caracterizada por su ideolog?a m?tica, y otra m?s moderna, racionalizada a trav?s del
pensamiento metaf?sico elaborado por los fil?sofos griegos y su magisterio posterior en
Oriente Medio; y la filosof?a china confuciana en el Extremo Oriente.
Amir propone la desconexi?n de las Rep?blicas Democr?ticas respecto del capitalismo ?lo que
se est? haciendo cada vez m?s plausible con la crisis econ?mica y la reacci?n chovinista de las
potencias de la OTAN, lideradas por los EE.UU.-. Los ?ltimos acontecimientos hist?ricos nos
muestran que los pa?ses asi?ticos han vuelto a tomar el liderazgo en el desarrollo econ?mico y
pol?tico de la humanidad del siglo XXI. En consonancia con esa evoluci?n debemos repasar
nuestros conceptos hasta hoy mismo demasiado vinculados a la hegemon?a econ?mica,
pol?tica y cultural del imperialismo liberal. Y tenemos que pensar el tr?nsito a la sociedad sin
clases a partir de esa realidad contempor?nea. El antagonismo entre la clase obrera y la
burgues?a capitalista se nos presenta encarnado en dos estructuras sociales diferenciadas: el
Estado Burocr?tico Oriental y el Capitalismo Liberal Occidental ?Oriente y Occidente, en
t?rminos gramscianos-. Pero entrecruzado con la lucha de los colonizados por alcanzar su
soberan?a, como antagonismo entre la Rep?blica Democr?tica y el Imperialismo Liberal ?Sur y
Norte, en t?rminos m?s recientes-.
La tradici?n trotskista y la actual coyuntura hist?rica
Si bien la victoria proletaria tras la SGM fue evidente en la evoluci?n de las sociedades
europeas, en los procesos de descolonizaci?n, en las revoluciones china, coreana, cubana y
vietnamita, en el avance econ?mico y tecnol?gico de la URSS, los acontecimientos no siguieron
el pron?stico de Trotsky al pie de la letra: no se produjo la revoluci?n proletaria en la URSS y los
trabajadores europeos se conformaron con mejorar sus expectativas de vida dentro del
capitalismo reformado que se llam? el Estado del Bienestar ?una econom?a mixta donde el
estado regulaba el funcionamiento del mercado para redistribuir la riqueza en nombre de la
justicia social-. Ese modelo social se pudo comparar en paralelo al capitalismo de estado en
numerosas interpretaciones de la posguerra, entre las que destaca la teor?a del capitalismo
monopolista de Baran y Sweezy. Frente a esas teor?as Ernest Mandel, economista miembro de
la IV Internacional, subray? la inestabilidad del modo de producci?n capitalista, explic?ndola
bajo los principios anal?ticos establecidos por Marx y Engels en El capital.
Ernest Mandel ha sido el continuador m?s destacado de la propuesta para desarrollar el
marxismo como ciencia social cr?tica del modo de producci?n capitalista, demostrando la
validez explicativa de la ley tendencial a la baja de la tasa de ganancia y sus consecuencias en
la din?mica del desarrollo capitalista. En su estudio sobre El capitalismo tard?o ha mostrado
c?mo el capitalismo pudo recuperarse gracias a la derrota de la clase obrera tras la Revoluci?n
Sovi?tica, estabiliz?ndose despu?s por las ganancias extraordinarias que se lograron con la
innovaci?n inform?tica que robotiz? el trabajo fabril sustituyendo a los trabajadores
industriales por m?quinas. Su an?lisis del capitalismo monopolista mantuvo la ortodoxia
marxista ?frente a las innovaciones te?ricas de Baran y Sweezy-, subrayando la vigencia de las
conclusiones de El capital: La capacidad de los monopolios para asegurar la estabilidad a largo
plazo de las ganancias, proclamadas por algunos autores burgueses y algunos otros que
pretenden ser marxistas, es un mito (Mandel 1979, 521). Pues la competencia por apropiarse
de la plusval?a contin?a entre los sectores productivos monopolizados. La presente crisis
econ?mica ha corroborado sus investigaciones, demostrando la validez actual del an?lisis
marxista del modo de producci?n capitalista.
Una de las aportaciones m?s interesantes de Mandel a la teor?a marxista es su estudio de las
ondas largas del desarrollo capitalista, provocadas por el descenso de la tasa de ganancia y su
recuperaci?n a trav?s de los mecanismos propios de la dominaci?n capitalista.6
Mediante esa
teor?a se pudo predecir la fase depresiva que aconteci? desde 1968 hasta 1990
aproximadamente. Y aunque Mandel era pesimista respecto de la posibilidad de recuperaci?n
del capitalismo, despu?s ha sobrevenido una fase expansiva del capital, hasta el 2008 cuando
comenz? una nueva fase depresiva en la que todav?a estamos inmersos. La ?ltima fase
expansiva se origin? con el derrumbe del bloque del Este y el saqueo capitalista de las naciones
eslavas; posteriormente se estabiliz? por la globalizaci?n econ?mica y el crecimiento de la
econom?a asi?tica: China, India, los llamados tigres asi?ticos, Vietnam, etc. En mi opini?n, la
principal fuente de ganancias extraordinarias en esta fase del desarrollo capitalista, provino de
la plusval?a absoluta arrancada a los trabajadores asi?ticos, extra?da mediante la aceleraci?n de
la rotaci?n del capital a trav?s de la ingenier?a financiera ?provocando el intercambio desigual
en t?rminos de Mandel, esto es, mediante las diferencias en el precio de la fuerza de trabajo-.
A pesar de la descarada explotaci?n de la clase obrera asi?tica, ese proceso de globalizaci?n
ha dado como resultado la creaci?n de un potente eje de desarrollo en Asia, dirigido
fundamentalmente por la Rep?blica Popular China con una formaci?n social de capitalismo de
estado. Sucede as? lo previsto por la filosof?a racionalista acerca de la superioridad de las clases
subalternas frente a las dominantes ?y que fue expuesta por Hegel en su famoso pasaje de la
?dial?ctica del se?or y del siervo? dentro de la Fenomenolog?a del esp?ritu-. Para analizar
correctamente la actual coyuntura hist?rica desde el punto de vista marxista, hay que quitarse
6
??la teor?a de las ondas largas en la historia de la econom?a capitalista es claramente marxista (sus
iniciadores fueron Parvus, Kautsky, Van Gelderen y Trotsky)? (Mandel 1974, 1).
las gafas euroc?ntricas y comprender que la mayor parte de la clase obrera mundial trabaja y
produce en Asia.
Es notable que ese desarrollo se haya realizado bajo una nueva formaci?n de la sociedad
capitalista. El capitalismo de estado se ha instaurado en los pa?ses que han enfrentado el
imperialismo en Asia: China, Vietnam, Corea,? -y est? desarroll?ndose tambi?n en Cuba-.
Incluso en la India existe una fuerte tradici?n marxista y mao?sta con fuertes cotas de poder
pol?tico. En Siberia, Mongolia y las Rep?blicas turcas de Centro Asia la conversi?n al capitalismo
liberal no ha podido liquidar la experiencia de la revoluci?n socialista. La periferia de Asia se
convierte cada vez m?s intensamente en un frente de guerra entre el imperialismo y las nuevas
potencias emergentes.
La clave de ese desarrollo, y su posible victoria sobre el imperialismo liberal de la OTAN,
consiste en que el capitalismo de estado puede eliminar, gracias a la planificaci?n, el
condicionamiento econ?mico del capitalismo por el descenso de las ganancias que lleva a crisis
peri?dicas y brutales. En la actual fase depresiva la econom?a china se ha contra?do pero sigue
creciendo con fuerza. Quiz?s bastar?a cortar la rotaci?n acelerada de los circuitos financieros
para provocar el derrumbe definitivo del liberalismo econ?mico; para ello ser?a necesario
tambi?n derrotar militarmente a los ej?rcitos de la OTAN que garantizan el intercambio
desigual mediante la coacci?n b?lica, sosteniendo por la fuerza la moneda americana, el d?lar,
y subsidiariamente en la europea, el euro, como monedas de comercio internacional.
Si el an?lisis precedente es correcto, entonces estamos en camino de avanzar hacia el
socialismo a partir de la nueva hegemon?a emergente en Asia. La primera condici?n para ello
ser? la creaci?n de un orden internacional fundado en el derecho emanado de las Naciones
Unidas. Tenemos las bases jur?dicas para conseguirlo, solo queda conseguir que esas normas se
apliquen realmente, y de nuevo parece que la condici?n indispensable para ello es la derrota
del imperialismo impulsado por la OTAN, principal violador de los derechos humanos en la
actual coyuntura hist?rica.
Se trata de especificar el entorno pol?tico mundial que har?a posible esa transici?n hacia el
socialismo y podemos vislumbrar una ruta factible a trav?s de la Rep?blica Democr?tica: del
capitalismo liberal al capitalismo de estado, de ?ste a la dictadura del proletariado m?s o
menos burocratizada ?como instrumento para eliminar las clases sociales en un entorno
mundial pacificado por el derecho internacional-, y de esta dictadura al socialismo. El primer
paso ser? la hegemon?a econ?mica del bloque asi?tico y la derrota del imperialismo liberal por
?ste en el plano militar. La derrota militar del imperialismo debe hacer posible que la ONU
funcione como un aut?ntico organismo de regulaci?n pac?fica de los conflictos internacionales,
y un foro de debate y decisi?n que haga posible resolver los graves problemas ambientales de
la humanidad contempor?nea creados por el capitalismo globalizado.
Ser? importante que a lo largo de ese proceso el proletariado sea capaz de alcanzar la
hegemon?a en el bloque hist?rico dentro del estado formado por la alianza de clases
nacionales. El capitalismo de estado bajo hegemon?a proletaria exige la construcci?n del
bloque hist?rico, lo que subraya la importancia del componente nacional. De nuevo la
experiencia cubana parece se?era en este aspecto, como lo muestra la consigna Patria o
muerte. La hegemon?a de la clase obrera ha de conseguirse a trav?s de la participaci?n pol?tica
de la ciudadan?a, organizada en las agrupaciones voluntarias y solidarias de la sociedad civil.
Esa participaci?n democr?tica debe construirse tambi?n en el terreno econ?mico de las
relaciones de producci?n, fomentando el cooperativismo y la democracia empresarial.
Solo en ese momento se podr? plantear el paso al socialismo a trav?s del estado burocr?tico.
Isaac Deutscher expuso esta posibilidad en unas conferencias de 1960 en la London School of
Economics: si la burocracia era un d?bil preludio de la sociedad clasista, la burocracia
caracterizar? el cruel y feroz ep?logo de la sociedad clasista (Deutscher 1970, 57). Recu?rdese
que los primeros estados fueron burocracias surgidas dentro de las sociedades neol?ticas para
organizar los trabajos colectivos en los grandes valles fluviales. Deutscher niega el car?cter
clasista de esas burocracias primitivas, que fueron el tr?nsito a la creaci?n de una aut?ntica
sociedad de clases, donde el orden social est? garantizado por el uso de la violencia por parte
del estado. Compar? ?stas con la burocracia sovi?tica, que podr?a desmontarse f?cilmente ?
como de hecho lo fue-, lo que facilitar?a el tr?nsito al socialismo ?aunque en realidad facilit?
una vuelta al capitalismo-.
Conclusiones
Se ha mostrado el papel relevante de Trotsky en el desarrollo de la teor?a marxista, sin obviar
los errores que pudo cometer, derivados de la coyuntura hist?rica y la escasez de experiencia
hist?rica relevante en el momento de formular sus hip?tesis para la acci?n. Si bien la IV
Internacional, fundada por ?ste, no ha conseguido ganar la confianza de la clase obrera
mundial, ha producido interesantes aportaciones te?ricas, que constituyen un desarrollo del
marxismo conservando algunas de sus tesis m?s ortodoxas. Pero los pron?sticos de la teor?a
marxista solo se han confirmado parcialmente. Al producirse la revoluci?n en los pa?ses menos
desarrollados, como una lucha antimperialista de car?cter nacional, es imprescindible volver a
considerar cr?ticamente esas hip?tesis previas, conservando los fundamentos te?ricos y la
cr?tica del capitalismo liberal como un modo de producci?n injusto y catastr?fico.
Considero que la revoluci?n antimperialista ?que todav?a se encuentra inconclusa- es el
primer paso en el camino del socialismo, tiene car?cter nacional y su resultado es una sociedad
de clases bajo la hegemon?a del proletariado, dentro de un sistema social organizado como
bloque hist?rico, donde una sociedad civil formada por organizaciones altruistas de la
ciudadan?a alcanza una importante independencia y capacidad de decisi?n aut?noma. Ese
sistema social denominado capitalismo de estado por Lenin ?y que hoy puede entenderse
como socialismo de mercado- tiene la misi?n hist?rica de abolir los conflictos internacionales y
establecer un sistema de derecho mundial capaz de proteger la dignidad de las personas y los
pueblos. En esas condiciones hist?ricas se har?a posible la transici?n al socialismo como
sociedad sin clases, bajo una dictadura burocr?tica cuya misi?n ser?a remover las condiciones
sociales que determinan la constituci?n de la sociedad clasista.
BIBLIOGRAF?A
AMIR 2011: Samir Amin. ?Primavera ?rabe? El mundo ?rabe en la larga duraci?n. Barcelona: El
viejo topo.
BARAN 1969: Paul Baran y Paul Sweezy. El capitalismo monopolista. Madrid: Anagrama.
DEUTSCHER 1970: Isaac Deutscher. Las ra?ces de la burocracia. Madrid: Anagrama.
LENIN 1974: Vladimir Illich Lenin. El imperialismo fase superior del capitalismo. Madrid:
Fundamentos.
MANDEL 1979: Ernest Mandel, El capitalismo tard?o. M?xico: Era.
MANDEL 1986: Ernest Mandel, Las ondas largas del desarrollo capitalista. Madrid: Siglo XXI.
MANDEL 2011: Ernest Mandel. El fascismo. Madrid. Akal.
P?REZ VARONA 2017: Wilder P?rez Varona. Marx: pol?tica y enajenaci?n, La Habana, Instituto
de Filosof?a.
SCHEWELEKART 2009: David Schewelekart. La cr?tica democr?tica de Marx al capitalismo y la
estrategia china de desarrollo. Temas. Cultura, ideolog?a, sociedad. n? 60, octubre/diciembre
2009. Nueva ?poca. La Habana.
TROTSKY 1974: Le?n Trotsky. En defensa del marxismo. Madrid: fontanamara.
TROTSKY 2005: Le?n Trotsky. Terrorismo y comunismo. Madrid: Fundaci?n Federico Engels.
TROTSKY 2010: Le?n Trotsky. Escritos sobre la revoluci?n espa?ola. Madrid: Fundaci?n Federico
Engels


https://clajadep.lahaine.org