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Argentina: el adi?s de un traidor

Clajadep :: 21.05.19

Miguel Mazzeo, implacable adversario de la autonom?a y el protagonismo social en la ?poca del derribamiento del gobierno argentino, art?fice te?rico del quiebre de la autonom?a de los MTDs, adalid de la lucha frontal contra los MTDs que buscaban sembrar la iniciativa y autoorganizaci?n desde abajo, profeta de la religi?n de la “izquierda” de la socialdemocracia del PT brasile?o que asimil? en los campamentos de los sin tierra que acabaron someti?ndose al modelo neoliberal de Lula, en fin, un collar de perlas adquiridas en el turismo revolucionario que llev? “al poder” a los progresismos fracasados por haber asumido abiertamente el extractivismo capitalista que los distanci? de los pueblos, este se?or, hoy d?a llora que la ex presidenta Fern?ndez de Argentina se distancie del progresismo y no siga entregando los espacios del estado a quienes lo ped?an en el m?s siniestro sistema reformista de cooptaci?n institucional. Bastante que disfrut? la ofensiva que lanz? contra el MTD Solano y quienes deposit?bamos esperanzas en dicha experiencia y que a pesar de todo sus semillas se han sembrado en diversos lugares, lo que debe doler, de modo que tengamos l?stima del traidor, aunque no de sus l?grimas de cocodrilo por la “traici?n” de Cristina, quien nunca estuvo junto al pueblo, sino encima de ?l.

20/05/2019
Los Fern?ndez. ?Adi?s al progresismo?
Miguel Mazzeo
(Sobre la f?rmula presidencial del peronismo)

Finalmente Cristina Fern?ndez tomo una decisi?n. Apost? por un armado pol?tico de ?centro nacional?, con protagonismo del Partido Justicialista (PJ), de los gobernadores, de una franja del empresariado local, de la burocracia sindical. Una apertura hacia la derecha del espectro pol?tico, un giro al pragmatismo. ?Ser? que Cristina se despide del progresismo?

El otro Fern?ndez, Alberto, el candidato ungido, es un negociador nato, un pol?tico conciliador y conservador. Es una figura adecuada para renegociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para llevar tranquilidad a los mercados, para acordar las ?impostergables? reformas estructurales con las grandes corporaciones y con la burocracia sindical, para despegar al espacio de cualquier sospecha de ?chavismo? y especies similares, para poner pa?os fr?os en la relaci?n con los multimedios hegem?nicos. Recordemos que hasta hace muy poco tiempo, Alberto era considerado por el kirchnerismo una especie de ?agente encubierto de Clar?n?. Tambi?n puede ser una figura apta para integrar pol?ticamente a las organizaciones populares y los movimientos sociales. El Estado est? repleto de zonas de gesti?n blandas para repartir. Habr? lugar para (casi) todos.

En otro orden de cosas, m?s de fondo, Alberto es una figura id?nea para intentar articular la construcci?n de legitimidad pol?tica con la satisfacci?n de las necesidades de valorizaci?n del capital. Cristina percibe esto con claridad, sabe que ese traje no le queda bien, y por eso se corre, por eso transfiere sus votos y su protagonismo.

Algunos sectores de la militancia y de los adherentes al kirchnerismo justifican la decisi?n de Cristina. Un tanto ingenuos, apelan a la ?genialidad t?ctica? de la lideresa. Quieren demostrar que llueve cuando en realidad los est?n meando desde una torre. Otros sectores est?n profundamente desilusionados. No lo ocultan. La candidatura de Alberto fue un golpe al centro de su entusiasmo. Porque, mal que mal y a veces a pesar de ella, seguramente por ausencia de proyectos populares genuinos, Cristina funcionaba como vector pol?tico de algunas posiciones cr?ticas, de algunas energ?as democr?ticas, de algunas pasiones populares. Por cierto, las cr?ticas de Alberto a la gesti?n de Cristina, salvo algunas desprolijidades insoslayables, se centran en sus costados m?s disruptivos.

Son amplios los sectores que entienden que los avances democr?ticos y las pol?ticas de contenido popular implementadas por el kirchnerismo no pueden desvincularse de la confrontaci?n ?spera con los intereses consolidados, con los poderosos. Estos avances y estas pol?ticas ?tibias, ambiguas, pero concretas? fueron de la mano de una Cristina dura, intransigente, setentista, deslastrada de la burocracia pol?tica del PJ; en fin, estos avances y estas pol?ticas fueron de la mano de la profundizaci?n de ?la grieta?. Ahora todo indica que Alberto, constructor de puentes, con el apoyo invalorable de Cristina, va a intentar suturarla. L?stima que esta vez, muy probablemente, los puentes tengan una sola direcci?n.

Lan?s Oeste, 19 de mayo de 2019.


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