?Nuestros datos emp?ricos a largo plazo no mostraron evidencia de una influencia negativa de la radiaci?n en la abundancia de los mam?feros. Las abundancias relativas de alces, corzos, ciervos y jabal?es dentro de la zona de exclusi?n de Chernobyl son similares a las de cuatro reservas naturales (no contaminadas) en la regi?n y la abundancia de lobos es m?s de 7 veces mayor. Adem?s, los datos de nuestra encuesta anterior sobre helic?pteros muestran tendencias crecientes en la abundancia de alces, corzos y jabal?es de uno a diez a?os despu?s del accidente. Estos resultados demuestran por primera vez que, independientemente de los efectos potenciales de la radiaci?n en animales individuales, la zona de exclusi?n de Chernobyl apoya a una abundante comunidad de mam?feros despu?s de casi tres d?cadas de exposici?n cr?nica a la radiaci?n?.
La naturaleza recupera Chernobyl
Yahoo Noticias 21 may. 9:18 AM GMT-3
El 26 de abril de 1986 fue testigo del accidente nuclear m?s importante de la Historia. M?s de 200.000 personas fueron evacuadas en un radio de 4.200 kil?metros cuadrados y una gigantesca extensi?n de terreno qued? inhabitada a merced de la radiaci?n durante las ?ltimas tres d?cadas. Durante siglos, la cuenca del r?o Pripyat, en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia, estaba repleta de humedales y bosques. A finales del siglo XIX la industria lleg? a esas tierras, quemando bosques para utilizarlos como pastos y talando ?rboles para obtener madera, o como combustible para hacer vidrio y vodka. Poco a poco, la rica fauna de aquellos bosques se fue reduciendo hasta que lleg? el gran accidente nuclear de Chernobyl.
Han pasado m?s de treinta a?os desde entonces y los cient?ficos quieren saber qu? ha ocurrido durante este tiempo en la conocida como ?Zona de exclusi?n de Chernobyl?. Los primeros estudios que aparecieron apuntaban a que la vida en esa regi?n estaba sufriendo los efectos de la radiaci?n y tanto la fauna como la riqueza vegetal se hab?a visto fuertemente debilitada.
Tras el desastre, el extenso bosque de con?feras al oeste de la planta nuclear, recibi? los niveles de radiaci?n m?s altos, se tornaron rojos y fueron muriendo. Ese lugar a?n hoy se conoce como el Bosque Rojo. En un radio de unos 20 o 30 kil?metros alrededor del reactor se produjo un aumento de la mortalidad de plantas y animales, as? como p?rdidas en su capacidad reproductiva. Los primeros estudios de aves e invertebrados como insectos mostraron una disminuci?n de la poblaci?n, y trabajos an?logos mostraron los mismos efectos para los grandes mam?feros.
Sin embargo, con el paso de los a?os, algo ha ido cambiando paulatinamente en la regi?n. En 2015, casi treinta a?os despu?s del accidente, un equipo internacional de investigadores utilizaron helic?pteros para contar animales desde el aire y no encontraron diferencias en poblaciones de alces, osos pardos, ciervos y jabal?es, en comparaci?n con reservas naturales similares no contaminadas. De hecho, todas esas poblaciones de mam?feros hab?an aumentado desde la primera d?cada despu?s del accidente, incluyendo un sorprendente crecimiento en las poblaciones de lobos que, en la Zona de Exclusi?n, hab?a aumentado hasta siete veces en comparaci?n con otras zonas no afectadas.
En el propio estudio, publicado en Current Biology, se puede leer:
?Nuestros datos emp?ricos a largo plazo no mostraron evidencia de una influencia negativa de la radiaci?n en la abundancia de los mam?feros. Las abundancias relativas de alces, corzos, ciervos y jabal?es dentro de la zona de exclusi?n de Chernobyl son similares a las de cuatro reservas naturales (no contaminadas) en la regi?n y la abundancia de lobos es m?s de 7 veces mayor. Adem?s, los datos de nuestra encuesta anterior sobre helic?pteros muestran tendencias crecientes en la abundancia de alces, corzos y jabal?es de uno a diez a?os despu?s del accidente. Estos resultados demuestran por primera vez que, independientemente de los efectos potenciales de la radiaci?n en animales individuales, la zona de exclusi?n de Chernobyl apoya a una abundante comunidad de mam?feros despu?s de casi tres d?cadas de exposici?n cr?nica a la radiaci?n?.
Esta misma semana, un gran art?culo publicado en Wired lleva como t?tulo ?El desastre de Chernobyl puede haber construido un para?so natural?. El texto publicado por Adam Rogers se basa en un nuevo estudio, publicado recientemente y realizado ya sobre el terreno, que constituye una profunda revisi?n a los estudios previos de los efectos de la radiaci?n de la vida silvestre en la Zona de Exclusi?n de Chernobyl.
Las poblaciones se han recuperado en las ?ltimas tres d?cadas y en alg?n caso, como osos pardos o lobos, son ahora m?s numerosas que antes del accidente. A finales de la d?cada de 1990, los investigadores europeos introdujeron el caballo Przewalski, casi extinto. Los bisontes est?n prosperando all? tambi?n. La ausencia de humanos parece haber permitido que estas poblaciones crezcan libremente.
La cuesti?n ahora es c?mo afecta la radiaci?n a estas poblaciones. Los estudios indican que la tasa de mutaciones y tumores sigue siendo alta, pero el crecimiento del n?mero de individuos compensa las bajas, consiguiendo que la vida animal se mantenga al alza.
Como conclusi?n es interesante destacar c?mo un desastre medioambiental como Chernobyl parece haber afectado mucho menos que la presencia del hombre en la regi?n. La desaparici?n de toda actividad humana, incluyendo los abundantes y da?inos cazadores furtivos, ha dejado un resquicio a la vida salvaje que, a pesar de las condiciones y tasas de mutaci?n, est? adue??ndose de los bosques nuevamente.
Referencias y m?s informaci?n:
Adam Rogers ?The Chernobyl Disaster May Have Also Built a Paradise? Wired.com
Deryabina, T. G., et al. ?Long-Term Census Data Reveal Abundant Wildlife Populations at Chernobyl?. Current Biology, vol. 25, 2015, pp. R824-26. DOI:10.1016/j.cub.2015.08.017.
Beresford, N. A., et al. ?Field effects studies in the Chernobyl Exclusion Zone: Lessons to be learnt?. Journal of Environmental Radioactivity, 2019. ScienceDirect, DOI:10.1016/j.jenvrad.2019.01.005.
John Wendle ?Animals Rule Chernobyl Three Decades After Nuclear Disaster? National Geographic