Animar el desarrollo de todas las iniciativas significativas a nivel local, nacional y europeo en favor de procesos constituyentes rebeldes, como aquellos que est?n siendo desarrollados por sectores de los chalecos amarillos en Francia.
Luchas sociales, enfrentamientos pol?ticos y procesos constituyentes
Alexis Cukier, Catherine Samary y Nathan Legrand
Viento Sur
Las instituciones europeas (de la Uni?n Europea y la Uni?n Econ?mica y Monetaria) son estructuralmente neoliberales, por consiguiente antidemocr?ticas y desiguales. Constituyen un obst?culo a la satisfacci?n de los derechos, exigencias y necesidades de las clases populares en cada pa?s, as? como a la solidaridad y la igualdad entre los pueblos de los Estados miembros. As?, cualquier verdadero intento pol?tico y social de transformaci?n social radicalmente progresista en la Uni?n Europea (UE) y su entorno debe hacerles frente. La prioridad es preparar dicho enfrentamiento a trav?s de rebeliones feministas, antixen?fobas e igualitarias coordinadas en redes europeas y perseguir deslegitimar y hacer irrelevantes las vigentes instituciones y tratados. Debemos impugnarlas con criterios y ejemplos pr?cticos de justicia social, dignidad, solidaridad y democracia. Esto implica la subordinaci?n del dinero, los mercados financieros, la banca y las pol?ticas fiscales a dichos objetivos y al control y elecci?n popular. Contra la l?gica de la competencia, as? como en la perspectiva de una transici?n ecol?gica, el nivel europeo de luchas y construcci?n de alternativas es de particular importancia. Por eso queremos comunizar Europa, pero es imposible lograrlo en el marco de las vigentes instituciones europeas.
El siguiente guion propone contar con las luchas sociales existentes a nivel transnacional, nacional y local con el objetivo de desobedecer, confrontar y romper con las instituciones europeas capitalistas y antidemocr?ticas, y sustituirlas por nuevas formas de cooperaci?n popular e instituciones democr?ticas en Europa.
Principios
Nuestra orientaci?n estrat?gica se basa en tres principios: en primer lugar, nuestro perfil est? y debe estar siempre claramente situado pol?ticamente en la defensa de los derechos para todas las personas y la justicia ambiental, tanto contra las clases dominantes europeas y sus componentes nacionales como contra cualquier tendencia racista y xen?foba, sea favorable o contraria a la UE, dentro o fuera de la Uni?n Econ?mica y Monetaria (UEM). Por tanto, deben postularse claramente las l?neas divisorias (sobre temas democr?ticos, ambientales y sociales) con el fin de romper tanto con las fuerzas e instituciones dominantes nacionales como con los tratados e instituciones europeas que trabajan a favor de las clases dominantes. Este escenario de desobediencia, enfrentamiento y ruptura est? legitimado por los objetivos igualitarios y democr?ticos transnacionales, claramente asociados a la necesidad de reunificar a los pueblos europeos (de otra manera y dentro de otras relaciones internacionales).
En segundo lugar, necesitamos construir una nueva cooperaci?n internacional con respecto a nuestra agenda progresista como parte de una estrategia permanente a largo plazo. Nuestros objetivos solo pueden ser logrados a trav?s de la construcci?n de frentes permanentes y la preparaci?n de campa?as a nivel transnacional sobre la base de las luchas que ya existen a nivel local, nacional y regional (e internacional). A trav?s de dichas campa?as y frentes autoorganizados, tenemos la intenci?n de legitimar e implementar nuevos derechos para todas las personas. La apuesta es escapar del paralizante doble v?nculo entre aceptar las reglas antidemocr?ticas de las instituciones de la UE, por un lado, y el callej?n sin salida del nacionalismo excluyente por otro. Adem?s, nuestro objetivo es tratar de superar las principales debilidades de las corrientes de la izquierda hechas patentes en los enfrentamientos de los Estados con la UE como en la crisis griega y en el Brexit: la falta de cooperaci?n entre las fuerzas de izquierdas en Europa y la ausencia de un proyecto europeo alternativo concreto.
En tercer lugar, el guion, incluyendo pasos a corto y campa?as a largo plazo, debe articular luchas sociales (y autoorganizaci?n), iniciativas pol?ticas y elementos de procesos constituyentes. Es decir, la defensa y legitimaci?n de los derechos fundamentales que podr?an ser formulados como parte de la base constituyente para una Europa pol?tica alternativa; todos ellos deben, por supuesto, anclarse en luchas similares a nivel nacional y local. El proceso en su conjunto debe estimular la expresi?n popular de reivindicaciones y control sobre las instituciones vigentes y estar asociado a la creaci?n de contrapoderes y nuevas instituciones democr?ticas a nivel local, regional, nacional, europeo y global.
La materializaci?n de estos principios implica como condici?n necesaria la comprensi?n de la importancia de cada nivel y de su articulaci?n para objetivos concretos ?con aproximaciones cr?ticas a todas las instituciones vigentes?. El anclaje nacional y local es esencial para tener en cuenta contextos concretos y, por ello, es m?s probable que los enfrentamientos pol?ticos y rupturas con las instituciones vigentes, las clases dominantes, as? como con la UE tengan lugar a estos niveles. Pero los derechos democr?ticos y sociales, al igual que el control real sobre los asuntos (sociales y ambientales) claves, se enfrentan a un sistema articulado de tratados, instituciones y mecanismos socioecon?micos que no pueden ser derrotados solo a esos dos niveles. Las iniciativas nacionales y locales no deben en ning?n caso restringirse en nombre de apuestas europeas o esperar a un contexto ideal de luchas simult?neas europeas e internacionales. Lejos de ser excluyentes entre s?, las luchas sociales locales y nacionales deben pensarse en la perspectiva de constituir redes y vincular contrapoderes para la cooperaci?n internacional, que pueden ayudar a consolidar rupturas y resistencias nacionales. Cada avance nacional debe ser una oportunidad para proponer lanzar all? donde sea posible procesos constituyentes en direcci?n a otras alianzas internacionales o europeas, con el objetivo de construir o fortalecer un espacio p?blico europeo que necesita permitir la expresi?n de las luchas de clases y el conflicto social para ser democr?tico. Siempre son necesarios los llamamientos p?blicos a otras fuerzas europeas a unirse y apoyar las mismas reivindicaciones u organizar iniciativas conjuntas. Los probables fracasos y debilidades a nivel europeo no deben llevarnos a renunciar a los avances nacionales.
El sistema capitalista y sus fuerzas dominantes en conflicto y sus pol?ticas destructivas se desarrollan a nivel local, regional, nacional e internacional (europeo). Por tanto, es en esos niveles as? articulados donde puede construirse un nuevo bloque hegem?nico (con sus narrativas sobre el orden y las luchas presentes y pasadas, y sus propuestas para un sistema anticapitalista alternativo), basado en luchas y debates pluralistas. Por eso, las tres dimensiones sociopol?ticas propuestas en el guion (nuestro perfil general, la necesidad de construir frentes permanentes, y asociarlos a las din?micas de nuevos derechos, procesos e instituciones constituyentes) deben pensarse conjuntamente a estos niveles.
Propuestas: Los pasos principales del guion de rebeli?n y comunicaci?n
?Qu? pasos necesitamos elaborar?
Necesitamos implementar en la pr?ctica e inmediatamente nuestros objetivos pol?ticos, ambientales y sociales alternativos a trav?s de programas permanentes coordinados y una desobediencia basada en la cooperaci?n: a nivel local, regional, nacional y europeo, que abarque todos los temas o asuntos espec?ficos (por ejemplo, deuda, pol?ticas migratorias, transici?n ecol?gica, acuerdos neocoloniales con el Sur global, incluida Europa oriental, etc.). Varios actores pol?ticos deben desobedecer los tratados, dictados y decisiones de la UE; deben declarar que lo har?n juntos para aplicar pol?ticas alternativas y establecer una nueva cooperaci?n a largo plazo (implicando todos los asuntos o algunos espec?ficos).
Estos procesos de desobediencia pueden basarse en luchas existentes ?con la necesidad de consolidar o construir redes europeas que extraigan lecciones de los avances, dificultades y debilidades? tales como las diferentes formas de huelgas, en particular transnacionales y contra el empleo precario; en los movimientos feministas actualmente fuertes con todas sus intersecciones; en las luchas ecologistas basadas en el territorio (Zonas a defender, ZAD) y la invenci?n de nuevas formas de gesti?n de los comunes; en las diferentes formas espectaculares de luchas contra la evasi?n fiscal, como la requisa de mobiliario de agencias bancarias o instituciones financieras implicadas en dicha evasi?n fiscal; en los movimientos de ocupaci?n de espacios p?blicos y debates sobre sus objetivos y funcionamiento y los movimientos amplios de protesta que desaf?an las desigualdades sociales y la falta de instituciones democr?ticas, tales como el actual movimiento de los chalecos amarillos en Francia, el movimiento de los plenos ciudadanos en Bosnia de 2014, el movimiento 15M que comenz? en Espa?a en 2011, etc.; en la auditor?a de las instituciones p?blicas y sus deudas a nivel municipal, nacional y europeo; en la apertura de los libros de cuentas de las empresas privadas para deslegitimar los criterios capitalistas de eficiencia y explotaci?n; en los movimientos de bienvenida a los migrantes y ayuda en el paso de fronteras; en la construcci?n de redes de ciudades rebeldesque apliquen derechos para todos, etc. Algunos de estos movimientos ya intentan conectar a nivel transnacional, y necesitamos espacios f?sicos y digitales (por ejemplo, asambleas y p?ginas web) para unir fuerzas; este objetivo debe buscarse m?s sistem?ticamente.
Las declaraciones comunes de desobediencia deben basarse adem?s en campa?as concretas (en todos los campos, como los derechos laborales, las pol?ticas monetarias, el antirracismo, etc.) que deben, en la medida de lo posible, demostrar la eficiencia factible de implementar objetivos sociales, ambientales y democr?ticos a nivel europeo, en contradicci?n con las pol?ticas neoliberales y tratados vigentes. Sobre la base de tales campa?as y experiencias concretas podemos preparar a las poblaciones para la necesidad de desobedecer las reglas dominantes o dictados de las vigentes instituciones pol?ticas.
El primer paso debe hacerse con el objeto de satisfacer las necesidades concretas de la gente, contra la l?gica de la competencia, si es ya posible a trav?s de la cooperaci?n progresista internacional de productores y servicios autoorganizados. Aunque no debemos reducir la lucha a las instituciones vigentes, las luchas y reivindicaciones populares espec?ficas deben tratar de utilizar todos los medios institucionales, incluidas las batallas parlamentarias en la UE, para fortalecer huelgas y actividad sindical a nivel europeo.
Si un actor pol?tico est? aislado de momento, puede deslegitimar todav?a las instituciones y pol?ticas vigentes, desobedecerlas aplicando soluciones alternativas y proponiendo abiertamente nuevas formas de cooperaci?n popular y autoorganizaci?n a todos los niveles posibles.
Las luchas existentes a nivel nacional deben demostrar los v?nculos mutuos entre las pol?ticas de las clases dominantes nacionales y las instituciones, la econom?a pol?tica y la ideolog?a europea dominante con el objetivo de confrontar con ambas en enfrentamientos elegidos. Para producir una ruptura con su hegemon?a, las movilizaciones y consultas populares deben enfocarse en torno a objetivos y programas concretos que deben plantearse contra las instituciones y clases dominantes de la UE: cuando el sistema monetario y los tratados se muestran en contradicci?n con los leg?timos objetivos y derechos sociales y democr?ticos (como obviamente fue, por ejemplo, el caso griego), entonces deben ser cuestionados, no aplicados, y deben plantearse propuestas para reemplazarlos por otros tratados. Nuestra l?gica debe ser rechazar cualquier sacrificio social por una divisa, sea el euro o una moneda nacional, y establecer la subordinaci?n de los mercados y todos los medios financieros a objetivos democr?ticamente determinados. El enfrentamiento consiste adem?s en implementar herramientas defensivas contra las amenazas y ataques de la UE, as? como iniciativas pol?ticas ofensivas para desestabilizar al bloque neoliberal y causar una crisis en la legitimidad y el funcionamiento de las instituciones europeas.
La implementaci?n de tales herramientas debe hacerse tan pronto como sea posible por parte de un actor pol?tico a trav?s de medidas unilaterales, como la suspensi?n del pago de la deuda mientras se realiza una auditor?a; un programa de pol?ticas p?blicas para la creaci?n de empleo sobre la base de una fiscalidad espec?fica; el control del flujo de capitales, o algunas socializaciones y/o nacionalizaciones vinculadas a luchas y reivindicaciones concretas.
Si un actor pol?tico est? aislado de momento, aplica tales herramientas por s? solo y, a trav?s del llamamiento a movilizaciones populares a lo largo de Europa (m?s que solo dentro de su propia ?rea geogr?fica), propone a otros actores contribuir a la deslegitimaci?n y por tanto a la crisis pol?tica de las instituciones europeas. Las herramientas defensivas nunca deben ser una protecci?n para el capital nacional, sino una protecci?n democr?tica y popular de los derechos y mejoras en el bienestar social contra la especulaci?n, el sabotaje y otros actos hostiles de las fuerzas dominantes, a todos los niveles; debe fomentar la cooperaci?n en lugar de la competencia entre la gente trabajadora que quiere asociarse en una entidad com?n para defender objetivos y derechos comunes.
Tales herramientas defensivas e iniciativas pol?ticas ofensivas implican necesariamente una ruptura con los tratados e instituciones europeas por parte de gobiernos populares a nivel nacional. La forma de la ruptura (sea consecuencia de la implementaci?n de pol?ticas alternativas o de la decisi?n democr?tica de salir) no puede ser preconcebida ni prevista, pero nuestro objetivo en todo caso es deslegitimar, si es posible para bloquear la capacidad de intervenci?n de las instituciones europeas vigentes y forzarlas a exponer que nuestros objetivos progresistas est?n en contradicci?n con sus tratados y pol?ticas ?y producen una crisis y dificultan el normal funcionamiento de la UE?. Todos los pasos dados por un gobierno popular como se describen previamente en el Manifiesto requieren una ruptura, al menos a nivel nacional, con las reglas y pol?ticas dominantes europeas. Debemos demostrar claramente que lo que defendemos no tiene que ver con razones vinculadas al inter?s nacionalsino a razones democr?ticas, ambientales, sociales y pol?ticas que afectan a todos los pueblos, dentro y fuera de la actual Uni?n.
Por ejemplo, el rechazo a pagar las partes ilegales, ileg?timas, insostenibles y odiosas de la deuda p?blica debe basarse, por supuesto, en primer lugar, en el an?lisis nacional concreto sobre la pol?tica fiscal (qui?n paga) y los gastos y necesidades p?blicas (y c?mo adem?s podr?an ser satisfechos mejor). Pero esos argumentos llevan a denunciar el dumping fiscal y social a nivel europeo y global. A nivel internacional y europeo, necesitamos urgentemente un debate para desafiar la legitimidad del sistema monetario internacional vigente, el papel del FMI y la Uni?n Econ?mica y Monetaria ?sobre la base de un an?lisis concreto de sus efectos negativos? y proponer formas y reglas alternativas de cooperaci?n para el sistema financiero. Defendemos la absoluta necesidad de una divisa y un sistema monetario democr?ticamente controlados; por tanto, la necesidad de la socializaci?n de la banca y el control de los flujos de capital. Esas medidas entran en conflicto con la Uni?n Econ?mica y Monetaria y los tratados de la Uni?n Europea.
Por tanto, un gobierno popular a nivel nacional estar?a en conflicto con las instituciones europeas en varios contextos que llevan a diversas formas de ruptura, seg?n las relaciones de fuerzas concretas y las percepciones populares vinculadas a la situaci?n precisa del pa?s en un contexto econ?mico dado. Podr?a decidir una salida de la UEM y/o de la UE (por ejemplo, sobre la base del art?culo 50), o aceptar el reto de ser expulsado (incluso aunque eso no est? claramente previsto por los tratados); la din?mica podr?a llevar tambi?n a un desmantelamiento de las instituciones europeas o a enfrentamientos de larga duraci?n con ellas.
Las opciones alternativas deber?an discutirse democr?ticamente a trav?s de una movilizaci?n popular. Debe quedar claro que ninguna de las posibles opciones implica una voluntad de orientaci?n nacionalista contra otros pueblos, sino que se contemplan como medidas para aplicar objetivos democr?ticos, ambientales y sociales a nivel local, nacional e internacional, con el argumento de que todas las orientaciones propuestas podr?an ser m?s fuertes si se aplicasen dentro de una nueva forma de cooperaci?n internacional. Siempre debe plantearse de forma clara que el verdadero asunto es alcanzar las condiciones m?s favorables para luchar contra las pol?ticas neoliberales y capitalistas.
Por ejemplo, la opci?n de abandonar la UEM debe asociarse siempre con la oposici?n a las fuerzas pol?ticas que quieren tener una pol?tica exportadora m?s competitiva y/o una preferencia nacional para la satisfacci?n de necesidades (fuerzas pol?ticas que promueven la idea de servicios sociales solo para nacionales, excluyendo a las y los inmigrantes o ciudadanos de segundo nivel). Sea cual sea la divisa elegida, deben tomarse medidas para defender los derechos de circulaci?n y residencia de cualquier individuo. La opci?n de permanecer dentro de la UEM no debe asociarse nunca a ninguna presentaci?n apolog?tica de la UE o con argumentos que planteen que un nivel europeo de pol?ticas e instituciones ser?a m?s progresista que uno nacional (el relato opuesto y el planteamiento apolog?tico de un Estado-naci?n como progresista no es m?s aceptable).
Procesos constituyentes a todos los niveles posibles para construir alternativas: como se planteaba anteriormente, los pasos previos deben asociarse a una nueva cooperaci?n pol?tica en Europa basada en un programa com?n contra las instituciones y clases dominantes europeas, al igual que contra las tendencias xen?fobas, y en favor de derechos sociales para los trabajadores y trabajadoras y todas las clases subalternas, as? como en defensa del medio ambiente. No puede predecirse totalmente el escenario pero, por ejemplo, una alianza de asociaciones, ciudades, regiones o Estados rebeldes podr?a lanzar un proceso constituyente rebelde (implicando prerrogativas funcionales globales o espec?ficas), abierto incluso a espacios pol?ticos no involucrados desde el comienzo en el proceso de desobediencia. Estos procesos (u otros basados en distritos y procesos populares) podr?an basarse en particular en el esbozo de listas de agravios a trav?s de asambleas populares democr?ticas (entre los ejemplos recientes, puede recurrirse a las experiencias del masivo Movimiento del Rif lanzado en octubre de 2016 en Marruecos, o en algunos de los ejemplos locales del movimiento de los chalecos amarillos en Francia, tales como Commercy, Saint-Nazaire o Toulouse). Siempre deben integrar contenidos para todas las partes de las clases subalternas, con objetivos en favor de la gente trabajadora, objetivos concretos antirracistas y antipatriarcales, dimensiones urbanas y rurales, oportunidades concretas a las y los refugiados, etc. Estos procesos constituyentes, con formas variadas seg?n las situaciones y niveles implicados (desde foros y redes municipales hasta asambleas constituyentes a nivel nacional o europeo asociados a programas internacionalistas), hay que lanzarlos desde la visi?n de crear una nueva cooperaci?n, para favorecer el proceso de ruptura de actores pol?ticos cercanos que no lo hayan afrontado por s? mismos, para desmantelar la Europa fortaleza y en ?ltima instancia crear instituciones alternativas a nivel europeo e internacional.
Si un actor pol?tico est? aislado de momento, debe lanzar su proceso constituyente rebelde en el territorio y/o la funci?n implicada, y proponer a otros actores unirse al mismo. La noci?n de rebeli?n (como para las ciudades rebeldes) indica que no nos limitamos a los procedimientos institucionales en la actual UE, que organizamos redes de diversas formas de rebeliones organizadas, que tal proceso constituyente est? en conflicto con los tratados dominantes y que puede ser no lineal. Por ejemplo, asambleas constituyentes parciales ayudar?an a deslegitimar y bloquear la Uni?n actual, y redes de redes (f?sicas y digitales) ayudar?an a vencer las dificultades ligadas a la multiplicidad de idiomas, situaciones y temporalidades espec?ficas. Podr?an organizarse sobre asuntos espec?ficos (comunes, leyes laborales, derechos de las personas migrantes, etc.) y sin criterios geogr?ficos, incluso antes de ser capaces de establecer una nueva forma de cooperaci?n internacional en cualquier nivel europeo cre?ble.
Propuestas: Iniciativas inmediatas
Cada uno de los pasos previos requiere de algunas iniciativas inmediatas, con el objetivo de hacerlos posibles y estar preparados cuando las condiciones y ocasiones sociopol?ticas ocurran. Los principales requisitos afectan al dise?o y la apropiaci?n popular de las herramientas concretas necesarias para desobedecer, confrontar y lanzar procesos constituyentes, as? como al encuentro de fuerzas pol?ticas y sociales que pueden operarlos.
Para especificar el escenario y adaptarlo concretamente a las diferentes situaciones posibles, necesitamos:
a) Extraer lecciones de los intentos previos de romper con los tratados europeos y desobedecer a las instituciones europeas, principalmente: la secuencia pol?tica de 2010-2015 en Grecia, el refer?ndum del Brexit en Gran Breta?a y la rebeli?n nacional en Catalunya manifestada principalmente en 2017, y tambi?n otros ejemplos de rupturas similares con entidades explotadoras y opresivas que puedan ser m?s antiguas y fuera de la UE.
b) Analizar, precisar y popularizar los instrumentos econ?micos y jur?dicos ya utilizados o debatidos en la izquierda: por ejemplo, los comit?s de auditor?a de la deuda p?blica, los sistemas de pago complementarios y/o la creaci?n de una nueva divisa nacional bajo control democr?tico, el art?culo 50 del Tratado de Lisboa, etc.
c) Basarse en las redes existentes que ya han anticipado o podr?an estar de acuerdo con el guion y lanzar campa?as vinculadas al mismo o unirse a su aplicaci?n: principalmente las ciudades rebeldes, el Manifiesto de Oviedo/red municipal contra la deuda ileg?tima y los recortes presupuestarios en el Estado espa?ol, las redes de V?a Campesina, las redes y campa?as de mujeres, las redes de trabajadores precarios, la huelga transnacional, las redes sindicales. La red y la web Altersummit podr?a ser comunizada y utilizada como red de redes y facilitar informaciones y debates, tal y como debemos poner en com?n informaciones sobre la red Plan B, los Foros de la Izquierda Europea y otras iniciativas europeas de la izquierda para trazar estrategias y orientaciones pol?ticas juntos.
Concretamente, para 2019, proponemos a todas las fuerzas progresistas (sindicatos, organizaciones pol?ticas, asociaciones, colectivos de activistas) compartir objetivos similares:
1. Fortalecer conjuntamente su cr?tica a las instituciones capitalistas y antidemocr?ticas europeas y especificar juntas sus propuestas para romper con su hegemon?a y reconstruir una nueva cooperaci?n popular.
2. Actualizar, comunizar y popularizar elaboraciones convergentes, como el Manifiesto Altersummit y las aportaciones y el Manifiesto ReCommons Europe. Juntas podr?an usarse para consultas colectivas sobre objetivos y medios de un proceso sociopol?tico alternativo en Europa y para el establecimiento de un frente rebelde europeo y un espacio p?blico de aquellos que est?n dentro, contra y fuera de la UE, con el objetivo de lanzar una rebeli?n democr?tica europea de larga duraci?n.
3. Animar el desarrollo de todas las iniciativas significativas a nivel local, nacional y europeo en favor de procesos constituyentes rebeldes, como aquellos que est?n siendo desarrollados por sectores de los chalecos amarillos en Francia.
4. Aprovechar las elecciones europeas con el objetivo de lanzar campa?as y debates populares sobre este guion y sus implicaciones; para informar sobre las iniciativas existentes y espacios alternativos que podr?an tomar parte en el mismo, as? como para juntar fuerzas sociales y pol?ticas en torno a ?l.
Alexis Cukier es profesor investigador en la Universidad de Poitiers y coordinador de EReNSEP (Red Europea de Investigaci?n en Pol?tica Social y Econ?mica); Catherine Samary es economista y feminista, y Nathan Legrand es miembro del Comit? para la Abolici?n de las Deudas Ileg?timas (CADTM)
Traducci?n: Adri?n S?nchez.
Fuente: https://vientosur.info/spip.php?article14837